El período de formación de la cuerna de los corzos depende, en gran medida, de la latitud de la zona en cuestión y de la edad de cada corzo.

Por norma general, en los corzos adultos de las poblaciones del sur, la cuerna se encuentra totalmente formada a finales de febrero, produciéndose un desfase de un mes o mes y medio con respecto a las poblaciones del centro y norte peninsular.

En el caso de los ejemplares menores a dos años se produce también un cierto retraso de la formación con respecto a los ejemplares de mayor edad. También hay que tener en cuenta las particularidades individuales de cada ejemplar, ya que existen animales con un comportamiento en la formación de su cuerna atípico al resto.

Todos estos factores, y alguno más, hacen que entre los meses de marzo y mayo, en un mismo territorio, se puedan encontrar ejemplares con distinto grado de desarrollo de sus cuernas, como os muestro a continuación, en una serie de fotografías tomadas en un mismo territorio con un desfase máximo entre ellas de 8 días.

Los machos nacidos en la primavera del 2014, tras perder los mogotes en el invierno, todavía están en fase de crecimiento o mineralización de su primera cabeza.

Algunos ejemplares, debido al desarrollo de sus cuernas, pueden dar lugar a confusión, ya que pueden ser animales de primera cabeza con un desarrollo muy bueno o animales de segunda cabeza o superior con un desarrollo de cuerna muy malo.

 

En algunas ocasiones aparecen ejemplares que aparentemente no son jóvenes sin descorrear o iniciando el proceso. Suele sorprender en algunas ocasiones el color rojizo de la cuerna al desprenderse la correa como consecuencia de la rotura de los vasos que irrigan la cuerna en su proceso de formación.

Tampoco es raro ver en ocasiones restos del proceso de descorreado que no se han desprendido en el proceso de limpieza de la cuerna.

Dichos restos en algunas ocasiones pueden quedarse secos y duros y mantenerse en la cuerna del corzo durante un tiempo prolongado.