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5ISSN: 1853-9297RevistaCONSEJO EVALUADOR INTERNACIONALDr. Javier LindenboimUniversidad Nacional de Buenos AiresDr. Salvador Carrasco ArroyoUniversidad de ValenciaDr. Rafael Granell PérezUniversidad de ValenciaProf. Luz María Méndez BeltránUniversidad de ChileDr. Emilio Rodríguez PonceUniversidad de TarapacáDr. Ing. Nibaldo Avilés PizarroUniversidad de La SerenaDra. Luperfina Rojas EscobarUniversidad de La SerenaMg. Lic Ricardo PintosUniversidad Nacional de San JuanMg. Ana T. FanchinUniversidad Nacional de San JuanDra. Hebe ViglioneUniversidad Nacional de RosarioDr. Enrique Novoa JerezUniversidad de la SerenaMg. Ricardo Marcelo CocaUniversidad Nacional de San JuanDra. Celia LópezUniversidad de Nuevo México


7IndicePresentación 7DossierRebeldía y resistencia al modelo de sumisión1- EL DESORDEN DE LOS GÉNEROS EN EL DISCURSO ECLESIÁSTICO:LAS SANTAS TRAVESTIDAS, EN EL SIGLO XIII. 17Cecilia Lagunas con la colaboración de Marcela Correa Barboza (UNLU)2- LA ABSURDA PRETENSIÓN DE LA ANTOJADIZA Y ATURDIDADOÑA LUISA OLMEDO. CONFLICTOS EN TORNO A LA EXCLUSIÓNDE UNA ASPIRANTE AL VELO 29Ana Mónica Gonzalez Fasani (UN del Sur)3- ¿CÓMO PUEDE TRATAR ASÍ A SU MUJER? VIOLENCIA DOMÉSTICAY PERSPECTIVAS DE GÉNERO EN SAN JUAN DE LA FRONTERA 47Ana T. Fanchin (UNSJ)4- MUJERES DESOBEDIENTES DE LA CÓRDOBA FINICOLONIAL. 57Jaqueline Vasallo (UNC)5- CUESTIONES DE GÉNERO. IMPUTACIONES DE AFINIDADY CÓPULA ILÍCITA EN LA SOCIEDAD VIRREINAL RIOPLATENSE.PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX. 73Nora Siegrist (Conicet- Cemla).6- LA DOTE: UN PATRIMONIO QUE DEBE SER RESTITUIDO: ALGUNOSRECLAMOS FEMENINOS ANTE LA JUSTICIA MENDOCINA (1750-1810). 87Gloria E. Lopez Nones (UNCu)Dueñas de sus actos y protagonistas de su tiempo7-AGUSTINA PALACIO: LA “HEROÍNA DEL BRACHO”. 1<strong>03</strong>Marta Palacio (UNC y UCC)


88-DOÑA MANUELA GARAYCOA DE CALDERÓN:LA CONSTRUCCIÓN DE LA PATRIA POR EL SACRIFICIO MATERNO. 121Daniel Loarte Ruiz (Instituto “Riva – Agüero” – Lima)9- DESVENTURAS Y DEFENSA DE DOÑA MARÍA GRACIAEN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PATRIA 133Patricia N. Sanchez (UNSJ)10- MUJERES DE LA ELITE DE LA VILLA DE LA CONCEPCIÓNEN ÉPOCAS DE REVOLUCIÓN. CUANDO EL PEINADO ERA UN INDICIODE RESISTENCIA AL NUEVO PODER. 147María Rosa Carbonari (UNRC)11- LAS MUJERES GADITANAS DE MEDIADOS DEL SIGLO XVIIIY SU RELACIÓN CON EL COMERCIO AMERICANO. 167Manuela Fernandez Mayo. Universidad de Cádiz.12- CEM DIAS SEM SOMBRA E ÁGUA FRESCA. 181Renata Bastos da Silva - Ricardo José de Azevedo Marinho(U. del Estado de Rio de Janeiro y U. do Grande Rio)ArtículosPEDRO LEÓN GALLO Y SU VISIÓN REGIONALISTA 193Adolfo Zaldívar Larraín (Embajador de Chile en Argentina)Notas y ReflexionesSAN JUAN Y CHILE ESTRECHAN VÍNCULOS DESDE HACE SIGLOS 227María del Carmen Reverendo (UNSJ)Pautas Editoriales 231


9Me acuerdo de tu rostroque se fijó en mis días,mujer de saya azuly de tostada frente,que en mi niñezy sobre mi tierra de ambrosíavi abrir el surco negroen un abril ardiente.…Gabriela Mistral(poema La mujer fuerte, fragmento)Cada rítmica luna que pasasoy llamada,por los números gravesde Dios, a dar mi vidaen otra vida:mezcla de tinta azul teñida;la misma extraña mezclacon que ha sido amasada.Alfonsina Storni(poema canción de La mujer astuta, fragmento)PRESENTACIONSon varios los aspectos a destacar en la presente edición; en primerlugar, que en el mes de diciembre pasado, en oportunidad de la presentacióndel segundo número de la Revista que se llevó a cabo en la Ciudad de SanJuan, las Autoridades de las Facultades Coeditoras, suscribieron un Acta dóndeconsta entre otras cosas la conversión de la Revista Dos <strong>Puntas</strong> a semestral,hecho éste que nos obliga a duplicar los esfuerzos editoriales.A su vez, la Revista ha sido declarada de interés educativo por el Ministeriode Educación de la Provincia de San Juan, y la Cámara de Diputados deSan Juan la ha declarado de interés educativo, cultural y de integración conla hermana República de Chile. Ambos hechos nos enorgullecen y alientan aproseguir con la tarea emprendida.En esta oportunidad, con motivo del lanzamiento de la primera ediciónsemestral, se ha dispuesto organizar un dossier con doce artículos referidos aestudios de Mujer y Género. Una buena parte de los mismos fueron presentadosen las X Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y V CongresoIberoamericano de Estudios de Género, realizado en Luján-Buenos Aires- entreel 16 y el 18 de setiembre de 2010. Es por ese motivo este número estádedicado a dos figuras femeninas emblemáticas de Sudamérica, Gabriela Mistraly Alfonsina Storni.Resulta pertinente destacar que el contenido del conjunto de trabajosallí reunidos coincide con la esencia que anima desde sus inicios a esta publicación.“Dos puntas”, que no significa necesariamente confrontación sinoque por el contrario, aspira contribuir a difundir hechos y reflexiones paraalcanzar la anhelada equidad y complementariedad política, económica ysocial. De modo tal que al incluir estudios sobre la realidad vivenciada por


10mujeres de distintos lugares y tiempos, se espera contribuir a modificar unmodelo cultural que signó por años la preeminencia masculina.En un mundo globalizado del siglo XXI resulta paradigmática la revisiónde la concepción de alteridad entre los géneros, y ese sentimiento es el queprevalece al ofrecer este espacio para rescatar estas investigaciones. Lashistorias aquí narradas visibilizan tanto mujeres que habían permanecido enel anonimato, como las que por sus acciones tuvieron y tienen protagonismopúblico. Es así que el lector podrá conocerlas en los distintos ámbitos dondese desempeñaron. En los conventos, como las protagonistas referidas en losaportes de Cecilia Lagunas al revelar la inclusión de monjas travestidas enconventos del medioevo europeo, o Ana Mónica González Farsani al desentrañarun episodio que pone al descubierto las intrigas políticas en la admisiónde religiosas en la diócesis de Tucumán de comienzos del Siglo XIX.En la misma línea temática, que hemos subtitulado Rebeldía y resistenciaal modelo de sumisión, Jaqueline Vasallo presenta desde una perspectivade género la aplicación de medidas de disciplinamiento aplicadas enCórdoba durante la gestión del Marqués de Sobre Monte, a fines de la épocacolonial. Por su parte, para ese mismo período, Ana Fanchin analiza a travésde hechos de violencia familiar en San Juan la relación, no pocas veces contradictoria,entre las normas y las prácticas, avizorando en esos contextosuna reacción femenina frente al modelo patriarcal.Nora Siegrist recrea las vicisitudes de la india riojana Teodora Casibaante los tribunales para lograr la nulidad de su matrimonio, y Gloria Lópezrefiere los justos reclamos por dotes en la Mendoza de fines del siglo XVIII. Ensendos casos se confirman los intersticios judiciales donde las leyes dictadaspor hombres eran difíciles de franquear por ellas.A continuación, los restantes artículos se agruparon en torno a la líneaque denominamos Dueñas de sus actos y protagonistas de su tiempo debidoa que los casos tratados revelan mujeres participando activamente enespacios donde tradicionalmente han sido excluidas. Desfilan en estas páginas,recreada por Marta Palacio, la heroína del Bracho que actuó durante losconvulsionados años de guerras civiles en la Confederación de las Provinciasdel Río de la Plata. También, Daniel Loarte Ruiz nos permite conocer a laguayaquileña Manuela Garaycoa de Calderón (1784 -1867), quien debió afrontarlas dificultades de los tiempos convulsionados de las guerras de independencia.De modo semejante, Doña María Gracia en otro punto geográfico, en elextremo meridional de América Latina, manifestó su arrojo en la defensa delbienestar de su familia, como nos devela Patricia Sánchez. Este trabajo, comoel siguiente de María Rosa Carbonari, muestran a quienes no abrazaron la


11causa patria y no por ello deben ser silenciadas por la historia. Pues, lo importantees que exteriorizaron y defendieron sus ideas.Manuela Fernández Mayo aborda una faceta poco conocida, como es laactuación de las mujeres gaditanas en el comercio internacional.Concluye el dossier con una semblanza de actualidad, sobre los primeroscien días de gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, escrito por RenataBastos da Silva y Ricardo José de Azevedo Marinho.En la sección artículos, es de subrayar como un hecho por demás importanteque engalana la Tercera Edición, el presentado por Don Adolfo ZaldívarLarraín, Embajador de Chile en Argentina. En esta contribución ha realizadoun abordaje de Don Pedro León Gallo no desde su participación en laepopeya revolucionaria, que es por lo que el común de la gente lo conoce,sino desde lo tangencial: su visión de estadista, que cobra vigencia en estosdías como la estrategia más importante para hacer frente a la globalizaciónpromoviendo la regionalización.En el acápite de notas, María del Carmen Reverendo comenta una cartade Don Gaspar de Zárate como un claro testimonio de integración entrechilenos y argentinos, mediante la provisión de recursos naturales y de manode obra.Una vez más, deseo expresar un sincero agradecimiento a los investigadoresque han colaborado en esta ocasión, a los evaluadores externos quecon gran generosidad revisaron el material, a las instituciones de gobierno yuniversitarias que hacen posible la marcha de este proyecto editorial.Jorge O. ArredondoDirector


17Dossier:Mujer y Género


19EL DESORDEN DE LOS GÉNEROS EN EL DISCURSO ECLESIÁSTICO:LAS SANTAS TRAVESTIDAS, EN EL SIGLO XIII. *Cecilia Lagunas **Con la colaboración de Marcela Correa BarbozaResumenLa historiografía feminista ha abordado el estudio de las mujeres travestidasa varón y, en líneas generales, ha servido para develar la tramasecreta de los comportamientos socioculturales de los sexos, en especialaquellos vedados a las mujeres por su sexualidad Nuestra propuesta en estacomunicación será analizar aspectos del discurso que la Iglesia formuló ydifundió en escritos sobre leyendas de la santidad o hagiografía (desde elsiglo XIII al XVI), destacando la inclusión del travestismo femenino, en lacosmovisión religiosa del orden de los géneros.Palabras claves: género, travestismo, iglesia.Clasificación JEL: ZOAbstracthe feminist historiography is boarded the study of the travestied womento man, it has served to reveal the secret plot of the social and culturalbehaviors of sexes, especially those private preserves to the women bytheir sexuality. Our proposal in this communication will be to analyze aspectsof the speech that the Church formulated and spread in writings on*La presente comunicación fue presentada originariamente en las III Jornadas de Reflexión-Monstruos y Monstruosidade3 y 4 de noviembre, 2006 del Instituto interdisciplinario deEstudios de Género, Facultad de filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, en noviembrede 2002, por Cecilia Lagunas y Enrique Mac Cormack (INSP)**Doctora en Historia, Coordinadora Area de la Mujer Departamento de Ciencias Sociales dela Universidad Nacional de Luján.


20CECILIA LAGUNASEl desorden de los géneros en el discurso eclesiástico: Las santas...legend of the sanctity or hagiographic (from century XIII to the XVI), emphasizingthe inclusion of the feminine travesties, in the religious vision ofgenders.Key words: gender, travesties, church.


21La historiografía feminista ha abordado el estudio de las mujeres travestidasa varón y, en líneas generales, ha servido para develar la trama secretade los comportamientos socioculturales de los sexos, en especial aquellos vedadosa las mujeres por su sexualidad: Milagros Rivera Garretas 1 , especialistaen el estudio de una institución eclesiástica muy particular, la orden de Santiagoen España (s. XII) que admitía el casamiento de los freires laicos que laintegraban, sostiene que solo a los varones les estaba permitido, por la reglade la Orden, un rito iniciático de travestismo femenino, mientras que la mujerquedaba excluida por su naturaleza inferior. En el mundo laico, por ejemplo,tanto el romancero antiguo y el nuevo, editados en los siglos XVI y XVII 2 ; comola narrativa caballeresca breve del siglo XVI 3 ; como el cancionero de baladaspopulares inglesas de los siglos XVII al XIX 4 , recogen leyendas de mujeres guerreras,participando en las acciones bélicas travestidas en varones.Nuestra propuesta en esta comunicación será analizar aspectos deldiscurso que la Iglesia formuló y difundió en escritos sobre leyendas de lasantidad o hagiografía (desde el siglo XIII al XVI), destacando la inclusión deltravestismo femenino, en la cosmovisión religiosa del orden de los géneros.1 RIVERA, Milagros, Las freilas y los Ritos de Iniciación a la Orden de Santiago en la EdadMedia en Quaderni Stefaniani Nro. 7, Pisa, 1988.2 MENÉNDEZ PIDAL, Ramón, España y su Historia Tomo II, Ediciones Minotauro, Madrid,1957, pps. 271,272: “cuantos romances aparecieron en las Flores luego recogidos en la grancompilación titulada Romacero general, en que se contienen todos los romances que andanimpresos en las nueve partes de romanceros, Madrid, 1600. Al mismo tiempo se seguían publicandolas Flores, cuya parte doce sale en Zaragoza en 1602, seguida de la trece poco después;y consecuentemente se amplió el Romancero General, cuya edición de 1604, tambiénmadrileña, como la primera, contiene 13 partes, en vez de las nueve que primero tuvo. Variasreimpresiones de 1602, 1614, y otras, indican el éxito creciente de los romances nuevos”3 “En la segunda mitad del siglo XV, con posterioridad al proceso de rehabilitación, circuló enCastilla el eco de las hazañas de Juana de Arco. Su historia se plasma en distintos relatos enlos que se ha perdido el eco de la vivencia personal subjetiva y la memoria histórica de lamujer queda transferida al campo del personaje literario. El más completo de estos textos,por entero dedicado al personaje, fue La Poncella de Francia, un texto compuesto entre 1474y 1491 al que significativamente se encuadra en el género de la narrativa caballeresca breve”MUÑOZ FERNANDEZ, Angela. La Doncella guerrera encarnada en Juana de Arco (Lasubjetivación femenina de un tópico ¿androcéntrico?), mimeo. La Poncella de Francia seencuentra disponible en Historias Caballerescas del Siglo XVI, Volumen II. Ed. NievesBaranda. Biblioteca Castro. Madrid.1995.4 Tal es el caso de Mary Ambree, el más antiguo en su estilo, tópico repetido en las guerrasamericanas del siglo XIX. DUGAW, Dianne. Warrior Women and Popular Balladry 1650-1850. Cambridge Studies in Eighteenth-Century. English Literature and Thought. CambridgeUniversity Press, Great Britain, 1989


22CECILIA LAGUNASEl desorden de los géneros en el discurso eclesiástico: Las santas...Las fuentes utilizadas son La Leyenda Dorada, de fray Santiago de laVorágine, versión publicada por Alianza Editorial, 1982, primera edición al español,con traducción del latín por fray José Manuel Macías para la misma. Estaedición, basada en la traducción de 1845, del Dr. Graesse, y el Flos Sanctorumproducción del siglo XVI, que recopila vidas de santos y santas por el padregallego Pedro de Ribadeneyera, en versión abreviada de Javier Azpeitía, para laEditorial Rescatados Lengua de Trapo, año 2000, Madrid, es la manejada pornosotros. La versión original del Flos, se encuentra en archivos históricos españoles.Acerca del género hagiográfico.La hagiografía es una recopilación escrita de vida de santos y santas,donde se narran los hechos naturales y sobrenaturales vividos por estos sujetosdurante el transcurso de la misma. Su origen como género, en el mundooccidental, se remonta a las llamadas Actas de los Mártires, conjunto detextos que datan de los siglos II al IV dc, donde se mezclaban junto a ladocumentación imperial de la Tardía Antigüedad, que daba cuenta de losjuicios y martirios sufridos por los cristianos, relatos de los hechos maravillososy milagrosos que rodeaban a las figuras martirizadas por la fe. A partir delsiglo III, en las distintas comunidades cristianas comienzan a elaborarse registrosde datos biográficos de mártires y obispos locales, de historicidaddudosa en algunos casos que, sumados a la literatura monacal, especialmentela proveniente de la Iglesia de Alejandría, sirvieron de base para la formulaciónde textos de carácter espiritual-moralizante que se proponían a lacomunidad cristiana, como modelos a imitar.Diferentes autores han abordado el estudio de este género literarioreligioso sumamente prolífico y, si bien las conclusiones y los puntos de vistavarían, todos parecen coincidir en remarcar su complejidad y su utilizaciónen vista a formular e instituir un orden sociocultural ligado a lo religioso. Así,León Carlos Álvarez Santaló 5 sostiene que “la literatura hagiográfica disponede algunas características especiales que complican la razonabilidad de cualquierpremisa y conclusión de uso obligado en los tratos con la literatura ‘deficción’ a secas”. La vida de los santos, en efecto, resultan un híbrido complejoentre el “realismo” y el imaginario. Las lazadas y atauriques entre las“intenciones” del autor del texto y del lector, resultan especialmente ambi-5 CENILLO, Santiago y Otros, Disidentes, Heterodoxos y Marginales en la Historia, Salamanca,1997, ALVAREZ SANTALO, León Carlos, Hagiografía y marginación: una propuestade prudencias de uso


23guas y resbaladizas de acuerdo con la red cultural de cada época”. Es decir,la creación, lectura e interpretación de estos textos varía con los siglos y conlas necesidades políticas y religiosas de las instituciones dominantes del Medioevoque los ponen en juego como elementos sutiles de ordenamiento sociocultural.Así también, varía con las capacidades de los hombres y mujeres,laicos o religiosos, receptores, en los que se conjuga para la internalizaciónde estos mensajes, la palabra narrada en las leyendas y las representacionesiconográficas que intervienen en la configuración de su mundo simbólico.Karen A. Winstead 6 , en su reciente libro Virgin Martyrs, Legends of Sainthoodin Late Medieval England (1997), resalta la necesidad de la Iglesia de incorporarlas leyendas vernáculas a una literatura oficial proveniente del Continentey enfatiza el hecho de considerar a los autores no sólo como creadoresde nuevas narrativas sino como lectores de una larga tradición, por un lado,comprometidos con la misma y por el otro, con los consumidores de estasvidas maravillosas. Por su parte, Alain Boureau 7 , en su libro L’EvenementSans Fin (1993), analiza las leyendas como una narración que trata de conectaracontecimientos de la historia sagrada con la historia de los hombres. Lossantos y santas, en nuestra opinión, ocupan un lugar situado entre el ordennatural y lo sobrenatural, en tanto son figuras que imitan modelos (Cristo y laVirgen María) y son propuestos ellos mismos como modelos a imitar de vidacristiana. Ariel Guiance 8 , investigador argentino que ha estudiado los santosen la hagiografía visigoda (Alta Edad Media), considera que estos, en virtudde sus méritos, además de los milagros, han sido galardonados con las recompensascelestiales y encarnan “los valores de una época y la imagen que,acerca del fenómeno sagrado (santidad), se tenía en la misma”, siendo elmilagro “el elemento verificador por excelencia de la santidad.”André Vauchez 9 , especialista francés en el estudio de la santidad, ensu libro Saints, prophétes et visionnaires, Le pouvoir surnaturel au Moyen Age(Santos, profetas y visionarios, El poder sobrenatural en la Edad Media), sepreocupa por estudiar el sentido simbólico del milagro, decodificando loselementos constitutivos por épocas y lugares del mismo, aportando una pers-6 WINSTEAD, Karen A., Virgin Martyrs. Legends of sainthood in late medieval england,Cornell University Press, Usa, 19977 BOUREAU, Alain, L’Evenement Sans Fin. Recit et christianisme au Moyen Age, Les BellesLettres, Paris, 19938 GUIANCE, Ariel, “Multis Virtutibus Coruscaret” Observaciones en torno a las virtudes delos santos en la Hagiografía Visigoda en Cuadernos de historia de España, LXXIV, 19979 VAUCHEZ, André, Saints, prophétes et visionnaires. Le pouvoir surnaturel au Moyen Age,Bibliotheque ALBIN MICHEL Historie, Paris, 1999


24CECILIA LAGUNASEl desorden de los géneros en el discurso eclesiástico: Las santas...pectiva englobadora de lo social y lo cultural. “Le surnaturel n’est pas unconcept, c’est un monde” (Lo sobrenatural no es un concepto, es un mundo)donde no caben clivajes para desmontar el hecho maravilloso; éste debe serabordado como un conjunto en sí, remitiendo a las categorías sociales y simbólicasque están significando.Las fuentes“La Leyenda Dorada”, texto hagiográfico cuya autoría se adjudica aSantiago de la Vorágine en el siglo XIII, se inscribe dentro de esta tradiciónmencionada más arriba; es decir, presenta una recopilación de vidas de santosy santas que constituyó un “best seller” medieval, que fue continuamenteengrosando su acervo con la inclusión de santos canonizados hasta por lomenos el siglo XVI (versión que manejamos).En total se registran 232 santos y santas, en proporción bastante homogénea.La estructura narrativa es semejante en la mayoría de los casos, a saber:análisis etimológico del nombre de los santos y santas; ubicación espacio–temporaldel relato (en algunos casos sólo aparece al finalizar el relato la fecha en quemurieron); descripción del linaje y/o la clase social a la cual pertenecen –en lamayoría de los casos son nobles 10 -; descripción de los milagros y los elementosintervinientes en los mismos, por los cuales es merecedor de esta nominaciónde santidad; su participación como activos compensadores de la tensión social,cultural o religiosa y las formas en que se muere (violenta o no).Dentro de este conjunto, claramente definido por su sexo, santos varonesy santas mujeres aparecen dibujadas las figuras de mujeres santas travestidasa varones, en una composición que parecería extraño al orden de losgéneros que define rígidamente el discurso eclesiástico. No son muchas: representansólo un 2% del total de casos presentados, un 10% del total demujeres santas 11 . Esta situación, aunque del orden de lo cualitativo, revelaen principio, una fisura en el ordenado universo medieval de los géneros,elaborado por los clérigos.Estas inquietantes presencias, emanadas del discurso eclesial, no sepierden. Tres siglos después, en el Flos Sanctorum, reeditado hasta fines delsiglo XVIII en España, las seguimos encontrando.10 Se pueden citar algunos casos de Santas de origen noble, como por ejemplo: Santa Eufemia,Santa Cecilia, Santa Margarita, Santa Pelagia, Santa Isabel que era una princesa húngara,Santa Catalina, Santa Perpetua, Santa Otilia perteneciente a la nobleza franca, SantaSabina de la nobleza romana, Santa Daría, Santa Bárbara y Santa Dorotea…11 Las santas travestidas que aparecen en La Leyenda Dorada, de fray Santiago de la Vorágine,versión publicada por Alianza Editorial, 1982, primera edición al español, son: Santa Margarita(pág. 635, Tomo II), Santa Pelagia (pág. 652, Tomo II) y Santa Marina (pág. 675 Tomo II).


25Vouchez estudia el control de la institución eclesial sobre el fenómenode lo sobrenatural o del milagro en la estructuración de la santidad y sostieneque a partir de la segunda mitad del siglo XII la Iglesia inicia un proceso dedepuración a nivel de las elites, de toda forma de superchería o magia presenteen los milagros. Para ello, incorpora la noción de la virtud elaborada enlos círculos cultivados teológicos (Santo Tomás de Aquino), buscando convalidardespués de muerto el santo, lo milagroso o no de los hechos a él o a ellaatribuidos, o una vida de méritos. Es por ello que el autor francés retoma lafrase de Peter Brown en la cual sostiene que los santos y santas “son muertosexcepcionales y no seres vivientes”. En La Leyenda Dorada, producida eneste marco y época, no obstante, es muy fuerte en el entramado de los textosla presencia de connotaciones mágicas, maravillosas; elementos que seencuentran en los límites del orden santo 12 . Recordemos lo dicho más arriba:los hechos narrados se entremezclan con producción de la cultura popularreligiosa y con los creados por la elite. En el Flos Sanctorum, a pesar deltiempo transcurrido, los elementos mágicos y maravillosos siguen presentes,pero recargando la escena de la muerte y tortura del cuerpo del santo osanta 13 , para lograr que perseveren en la castidad y el celibato, presentandoel caso un efecto visual acorde con la estética barroca del período y con lassanciones del orden Inquisitorial 14 .12 La Leyenda Dorada ilustra que en una oportunidad intentan arrojar a Santa Eufemia a unfoso con tres fierasferoces, pero entonces las fieras se unieron y formaron un trono en el quese sentó Eufemia (Santiago de la Vorágine, La Leyenda Dorada, pág599). Santa Bárbarafue encerrada por su padre en una torre para evitar que cualquier varón la viera. Para evitaresta situación la Santa se escondió tras unos peñascos, pero un hombre la delato, ella lomaldijo y éste se convirtió en piedra (ibídem, tomo II, pág. 896).13 Santa Margarita (Santa travestida) muere en una cueva del monasterio acusada de embarazara una monja (ibídem, tomo II, pág. 653); Santa Tecla fue condenada en Antioquia amorir en un circo devorada por las fieras (T. II, pág. 908);Santa Cunegunda fue obligada acaminar sobre brazas encendidas (T. II, pág. 909); en el caso de Santa Cecilia intentaronquemarla en agua hirviendo y decapitarla con tijeras (tomo III, pág. 743-753); y Santa Catalinade Alejandría fue encerrada en una mazmorra donde intentaron torturarla en una máquinacon clavos y sierras, y, posteriormente, la decapitaron (tomo III, pág. 765-774).14 Como ejemplo de esta forma de relato, citamos el caso de Santa Cristina, quien fueradenunciada y sometida a torturas por su propio padre por su condición de cristiana. “Nocontento con esta crueldad, desnudándose del afecto de padre y vistiéndose del de enemigoy verdugo, otro día hizo rasgar sus carnes con garfios de hierro, con tanta violencia que nosólo corrían arroyos de sangre del cuerpo de la santa doncella, sino también algunos pedazosde sus carnes caían en el suelo y los huesos se le descubrían. Y la santa, con admirable


26CECILIA LAGUNASEl desorden de los géneros en el discurso eclesiástico: Las santas...Bien, en este contexto nos preguntamos cuál es el significado culturalreligiosode las santas que alcanzaron sus méritos viviendo como travestidasa varones y canonizadas a su muerte, como mujeres?Natalie Zemon Davis 15 , en El Mundo al Revés: las mujeres en el poder,dice que los antropólogos ofrecieron diversas sugestiones sobre las funcionesdel travestismo mágico y de inversión ritual de los roles sexuales: el disfrazsexual protege del peligro de poderes naturales y sobrenaturales, pueden serritos de tránsito o pueden ser ritos de cambio de estatus. Sin embargo, “losusos de la inversión sexual son, en último extremo fuente de orden y estabilidaden una sociedad jerárquica. Pueden clarificar la estructura medianteel proceso de darle la vuelta. Pueden proporcionar un cauce de expresión alos conflictos dentro del sistema y pueden constituirse en válvulas de seguridad.Pero, así se afirme, no cuestionan el orden básico de la propia sociedad.Pueden renovar el sistema, pero no cambiarlo”. 16Veamos ejemplos de la Leyenda Dorada de Santas Travestidas:1. El caso de Santa Marina, vemos que ingresa siendo niña, con supadre, a un monasterio masculino, travestida. Cuando muere recupera sucondición de mujer porque al lavar el cuerpo, los religiosos se dan cuentaque no se trataba del cuerpo de un hombre, sino de una mujer.2. Pelagia, meretriz y muy rica, rechaza al diablo que se le aparece ensueños, se consagra a Dios y se traslada al Monte Olivete, dónde se viste deermitaño y se encierra en una celda, donde vive el resto de su vida con sumaausteridad. Al morir, el obispo, el clero y monjes del contorno, descubren sucondición de mujer.3 Margarita, luego de casarse, inspirada por Dios, rechazando las fiestasdel casamiento, escapa y se recluye en un monasterio masculino, disfrazadade varón, bajo el nombre de Pelagio, llevando una vida muy virtuosa.Devenida abad de una comunidad femenina y habiendo una de las monjasquedado embarazada, se la acusa a ella y se la excluye a una celda fuera delámbito monástico. Al sentirse morir, escribe una carta revelando su verdaderaidentidad, que llena de culpas y zozobras a quienes la habían condenadoinjustamente y pide morir en el monasterio y que su cuerpo fuera amortajapacienciapor una parte, y por otra con espantosa fortaleza y constancia, se abajó y, tomandolos pedazos de sus propias carnes, se los ofreció a su padre diciéndole: Toma, cruel tirano;come de la carne que engendraste.”15 DAVIS, Natalie Z., Un Mundo al Revés: Las mujeres en el poder.16AMELANG, J.S. y otros, Historia y género: Las mujeres en la Europa Moderna y Contemporanea,Edicions Alfons el Magnanim, Institució Valenciana d’Estudis I Investigació, España,1990.


27do por las hermanas que comprobarían su verdadera identidad y su virginidadintacta.Las santas travestidas legadas en estas fuentes carecen de poder y nohicieron milagros. No hay rito de iniciación, pero si atraviesan la vida con unropaje extraño a su cuerpo sexuado, impuesto como una coraza sobre él, queles permite transitar como varones, caminos de méritos reservados a ellos: lanatural debilidad femenina atribuida a la mujer por su sexo será redimida siestá investida de la figura masculina, para enderezarlas en el mérito de lacastidad. El celibato y la castidad son atributos virtuosos del varón eclesiásticoque, si no se contamina con mujeres, puede preservar en ellos. Por lotanto, un cuerpo disoluto y proclive a la lascivia es enderezado por el discursoeclesiástico vistiéndola de ropajes masculinos. Toda la lectura de las vidasde estas santas travestidas no permiten al lector percibir un deseo de estasmujeres de ser un varón. Por el contrario, estos hechos son tomados comosacrificios realizados por aquellas que terminan convalidando la superioridaddel varón en los méritos espirituales. Este modelo de santas travestidas es unmodelo androcéntrico; reafirma la jerarquía del varón en el orden institucionaleclesial.En este sentido, las conceptualizaciones vertidas por Natalie ZimonDavis son acertadas para el estudio del travestismo femenino creado por laelite eclesiástica y en real oposición al estudio que hace la autora del travestismode mujeres a varones en el mundo de los laicos que, al vestir el ropajemasculino, pueden adquirir alguna capacidad de virilidad, de fuerza o depoder atribuidas al varón, aunque sea en un tiempo muy finito (rituales,festividades y encerradas propios del mundo rural francés de los siglos XVI yXVII).En los casos vistos, la leyenda de las Santas Travestidas no altera elorden de los sexos en la jerarquía eclesiástica. Para terminar, recordamos losostenido por el antropólogo francés Rene Girard 17 , quien al estudiar el simbolismodel sacrificio postula que son las comunidades enteras la que se protegende su propia violencia mediante el sacrificio de una víctima propiciatoria. Tomandoeste elemento y extrapolándolo a una sociedad compleja, como es lamedieval, podemos inferir que la mujer en el discurso eclesiástico fuera propensaa sacrificarse y a ser sacrificada por su condición de inferioridad, basadaen la debilidad de su naturaleza sexuada. Por lo tanto, no encontramos varonestravestidos a mujeres, pero sí la inversa: lo superior no puede rebajarse, pero17 GIRARD, René, La violencia y lo sagrado, Ed. Anagrama, Colección Argumentos, España,1998


28CECILIA LAGUNASEl desorden de los géneros en el discurso eclesiástico: Las santas...lo inferior debe elevarse. El varón no pierde su identidad de varón mientrasque en las santas travestidas la identidad femenina queda sacrificada.Y por último, en los casos que al principio mencionamos y en los muypocos casos vistos por nosotros sobre mujeres soldados o piratas travestidasa varón, el cancionero popular muestra su deseo de convertirse en varones,para hacer aquello que les estaba negado por su sexo. Pero, en todos loscasos, la recuperación de la identidad es el fin inevitable de sus aventuras.La excepción a todo esto es la monja alférez española, Catalina de Erauso,que actuó como soldado en Europa y América, en el siglo XVII y el Papa UrbanoVII (S. XVII) le concedió vivir como varón, vestir como varón y usar nombrede varón. 18Bibliografía- Fray de la Vorágine, S., La Leyenda Dorada, versión publicada por Alianza Editorial,1982, primera edición al español. (Traducción del latín por fray José ManuelMacías).- MUÑOZ FERNANDEZ, A., “La Doncella guerrera encarnada en Juana de Arco (Lasubjetivación femenina de un tópico ¿androcéntrico?)”, en Historias Caballerescasdel Siglo XVI, Madrid, Ed. Nieves Baranda. Biblioteca Castro, 1995. VolumenII.- Ribadeneyera, P. (recopilador), Flos Sanctorum en Azpeitía, J. versión abreviada,Madrid, Rescatados Lengua de Trapo, 2000.- AMELANG, J.S. y otros, Historia y género: Las mujeres en la Europa Moderna yContemporanea, España, Edicions Alfons el Magnanim, Institución Valencianad’Estudis I Investigació, 1990- BOUREAU, A., L’Evenement Sans Fin. Recit et christianisme au Moyen Age, Paris,Les Belles Lettres, 1993- CENILLO, S. “Disidentes, Heterodoxos y Marginales en la Historia” en, ALVAREZSANTALO, L., Hagiografía y marginación: una propuesta de prudencias de uso.,Salamanca, 1997.- DAVIS, Natalie Z., Un Mundo al Revés: Las mujeres en el poder- DUGAW, D., Warrior Women and Popular Balladry 1650-1850. Cambridge Studies inEighteenth-Century. English Literature and Thought. Cambridge UniversityPress, Great Britain, 1989-GIRARD, R., La violencia y lo sagrado, España, Ed. Anagrama, Colección Argumentos,199818 Tomado de Amelia M. Ruiz Wayar “La increíble historia de la mujer Alférez” Todo esHistoria. Nro. 336, Julio 1995.


- GUIANCE, A., “Multis Virtutibus Coruscaret’ Observaciones en torno a las virtudesde los santos en La Hagiografía Visigoda” en Cuadernos de historia de España,LXXIV, Madrid, 1997- MENÉNDEZ PIDAL, R., España y su Historia, Madrid, Ediciones Minotauro, 1957,Tomo II- RIVERA, M., Las freilas y los Ritos de Iniciación a la Orden de Santiago en la EdadMedia en Quaderni Stefaniani Nro. 7, Pisa, 1988.- Ruiz Wayar, A., “La increíble historia de la mujer Alférez” en Todo es Historia. Nro.336, Julio, 1995- VAUCHEZ, A., Saints, prophétes et visionnaires. Le pouvoir surnaturel au MoyenAge, Bibliotheque ALBIN MICHEL Historie, Paris, 1999- WINSTEAD, K., Virgin Martyrs. Legends of sainthood in late medieval england,Cornell University Press, Usa, 1997.29


31LA ABSURDA PRETENSIÓN DE LA ANTOJADIZA Y ATURDIDADOÑA LUISA OLMEDO: CONFLICTOS EN TORNOA LA EXCLUSIÓN DE UNA ASPIRANTE AL VELO.Ana Mónica Gonzalez Fasani *ResumenEl objetivo del presente artículo ha sido acercarme a la comprensiónde la complejidad de la vida en la clausura conventual femenina. En él semuestran las prácticas de un grupo de mujeres consagradas que recrean unespacio de autogobierno frente a, o debido al embate exterior ya que losaños que precedieron a la Independencia fueron en extremo turbulentospara la diócesis del Tucumán. A la prisión del obispo Rodrigo Antonio deOrellana deben sumársele los dificultosos provisoratos de don Juan Franciscode Castro y Careaga y del licenciado Benito Lascano. Se toma comopunto nodal del análisis el conflicto suscitado en el Monasterio de San Joséentre los años 1816-1821 en torno a la exclusión de una aspirante al velo.Se analizará de qué manera las monjas se enfrentaron a la autoridad a laque estaban sujetas haciendo prevalecer sus propios intereses y cuáles fueronlas respuestas formuladas frente a cada una de las instancias que sesucedieron.Palabras clave: Monjas carmelitas. Siglo XIX. Conflicto. ExclusiónClasificación JEL: ZOAbstractThe objective of the present article has been approaching to the understandingof the complexity of the life in the feminine conventual closing.It show the practices of a group of women that recreate a space ofselfgoverment trying to onslaught outside beacuse that the years that pre-* Universidad Nacional del Sur.


32ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...ceded the Independence were exceedingly turbulent for the Tucumán’s diocese.To the bishop’s prison Rodrigo Antonio of Orellana we must join upMr. Juan Francisco’s difficult provisoratos of Castro and Careaga and of thelicense Benito Lascano. The analysis starts with a conflict that took place inthe monastery of San José between 1816 and 1821, regarding the exclusionof a candidate to take the veil. We will examined how the nuns confrontedthe authority making to prevail her own interests and which ones were theanswers to each one of the instances that followed.Keywords: Carmelites, XIX century, conflict, exclusion.


33El 25 de mayo de 1810 un cabildo abierto celebrado en Buenos Aires,con apoyo del jefe de las milicias locales, había logrado destituir al virreyBaltasar Hidalgo de Cisneros para sustituirlo por una “Junta Provisional Gubernativade las Provincias del Río de la Plata a nombre de Fernando VII”.Acto seguido los revolucionarios se esforzaron por lograr la adhesión de lasdemás ciudades que conformaban el Virreinato del Río de la Plata. Sin embargo,la empresa no fue fácil pues, mas allá de los recelos que suscitaronunas medidas tomadas en la capital virreinal sin la intervención de las demásciudades, la composición, los intereses y las expectativas de las sociedadesdel interior, y sobre todo de sus elites, no se armonizaban fácilmente con lasde Buenos Aires 1 . De allí que las respuestas de todas la ciudades fuera dispar,entre ellas, Córdoba quien de inmediato comenzó a organizar la resistencia.A partir de ese momento y hasta el año 1815, la ciudad de Córdobaquedó sometida al gobierno de oficiales delegados por las autoridades porteñas,cuestión que provocó una cierta desorientación en la elite local 2 . Asimismo,las respuestas ofrecidas por las diversas instituciones de la ciudad fuerondisímiles. Los monasterios femeninos mantuvieron, en un principio, una actitudfavorable a los representantes del poder real y, hasta bien entrada la décadarevolucionaria supieron sostener el autogobierno alcanzado por ellas ydefender su autonomía.En este trabajo se toma como punto nodal del análisis el conflicto quese suscitó en el Monasterio de San José entre los años 1816-1821 en torno a laexclusión de una aspirante al velo. Se analizará de qué manera las monjas seenfrentaron a las autoridades locales y porteñas a las que estaban sujetashaciendo prevalecer sus propios intereses y cuáles fueron las respuestas formuladasfrente a cada una de las instancias que se sucedieron.Años difícilesLos años que precedieron a la Independencia fueron en extremo turbulentospara la diócesis del Tucumán y en particular para Córdoba. El 22 demayo de 1805 el premonstratense Rodrigo Antonio de Orellana fue elegido1 Véase Guillermo NIEVA OCAMPO, El gravoso precio de la lealtad: las dominicas deCórdoba del Tucumán y la Revolución (1810-1813), Anuario Dominicano, n° 6, 2010.2 Ibidem.


34ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...como obispo para la sede eclesiástica recientemente creada 3 pero no llegó ala ciudad de Córdoba sino hasta octubre de 1809 y la Revolución de Mayo losorprendió justo al inicio de su prelatura. Encarcelado por tomar partidojunto a Liniers, dos años después fue liberado para volver a Córdoba en 1813,sin embargo en el año 1815, el nuevo Director Supremo, Carlos María deAlvear lo condenó una vez más al destierro. Esta vez Orellana pidió ser trasladadoal Convento de San Carlos, en la provincia de Santa Fe 4 , donde permaneciópor dos años ya que en 1817 la Corona española lo designó Obispo deÁvila. Durante ese tiempo mantuvo un nutrido vínculo episcopal con las monjasteresas. 5El confinamiento de Orellana permitió al gobierno local el secuestro desus temporalidades en 1816. 6 Por otro lado, las recurrentes ausencias del obispodieron lugar a intermitentes, breves y desiguales provisoratos, ejercidospor clérigos foráneos o miembros del cabildo catedralicio local, cuyos poderesse vieron muchas veces limitados e incluso disminuidos a causa de las continuasintervenciones en materia eclesiástica que realizaron los gobiernos civi-3 El obispo Ángel Mariano Moscoso, consagrado en 1789, fue el último obispo de toda ladiócesis del Tucumán fundada en 1570. Llegó a la ciudad de Córdoba, cabecera de la diócesis,en 1792, luego de haber realizado una visita pastoral por Salta y sus curatos. Su primeracto de gobierno fue la designación de un provisor y vicario general para la diócesis en lapersona de Gregorio Funes, con quien había venido de España con el título de canónigo demerced. Valentina, AYROLO, Funcionarios de Dios y de la República. Clero y política en laexperiencia de la autonomías provinciales, Buenos Aires, Biblos, 2007, p. 32. La diócesisdel Tucumán estaba conformada por las jurisdicciones de Salta, Jujuy, Tarija, Catamarca, LaRioja, Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba. Al dividirse en 1806, el Obispado de Córdobaquedó conformado por La Rioja, Córdoba y las tres provincias cuyanas (San Luis, SanJuan y Mendoza) antes pertenecientes a la diócesis de Santiago de Chile. AYROLO, “Concursoseclesiásticos como espacios de ejercicio de poder. Estudio de caso: los de la sedecordobesa entre 1799 y 1815”, Hispania Sacra, LX, 122, julio-diciembre 2008, p. 660.4 Solicitaba el permiso “sin otro objeto que el de gozar de mayor tranquilidad en aquel claustroreligioso y poder reparar algún tanto mi quebrantada salud en un temperamento húmedoy fresco”. Bruno, op. cit., p. 279.5 La correspondencia que mantuvieron la priora del convento de San José y el obispo Orellanafue recopilada por Américo TONDA en su libro El Obispo Orellana. Sus cartas a las Carmelitasde Córdoba, Pontificia Universidad Católica Argentina, Facultad de Humanidadesde Rosario, Instituto de Historia. Se trata de un total de 29 epístolas fechadas entre los años1812 y 1819.6 Ya en 1810 las temporalidades de Orellana habían sido requisadas y las tercias episcopalessecuestradas por la Real Audiencia. Si bien en 1811 se le comenzó a pagar los sueldosadeudados, buena parte de sus bienes se habían perdido o nunca fueron devueltos. VéaseTonda: El Obispo Orellana, págs. 104-109.


35les, sucesores de las autoridades virreinales, en uso del patronato regio. Detodos modos, la Curia cordobesa pocas veces manifestó un acatamiento puntillosoa las autoridades impuestas por los gobiernos revolucionarios.Al final de sus días en Córdoba, Orellana dejó la diócesis en manos deBernardino Millán hasta tanto llegara a Córdoba el nuevo vicario, enviadodesde Buenos Aires por el gobierno directorial, el sacerdote porteño JuanFrancisco de Castro y Careaga, cuñado del Director Supremo Gervasio Posadas7 . Su inoperancia hizo que renunciara al año siguiente. Como consecuenciael Cabildo eclesiástico eligió a un nuevo provisor en la figura del licenciadodon Benito Lascano 8 . Puede observarse que si bien la revolución quebró elpoder del obispo español, terminó por beneficiar al alto clero local.Los primeros tiempos de Lascano frente al Obispado de Córdoba nofueron para nada sencillos debido a la oposición del obispo Orellana quien noaprobaba la elección. Sin embargo, su provisorato duró escasamente dos añosya que fue elegido por la asamblea electoral para ejercer como diputado porCórdoba en el Congreso Nacional. En su reemplazo, el Cabildo eclesiásticoeligió como vicario al doctor Manuel Mariano de Paz –quien se mantuvo en supuesto hasta 1821-, pero reservándose el Cabildo “la celebración de concursos,el conocimiento de las causas de los capitulares, la colación de las prebendasy franquear el uso del pontifical” 9 .Benito Lascano era un federal reconocido perteneciente a una familiatradicional de Córdoba 10 y fue precisamente durante su gestión que tuvo lugarel conflicto entre la señora Luisa Olmedo y las religiosas del convento deSan José.7 El clero cordobés fue muy reacio a recibir a forasteros y más aún si estos venían nombradospor el gobierno de Buenos Aires. Tal fue así que al arribar Careaga a la ciudad de Córdoba,Millán se negó a entregarle la totalidad de la documentación relativa al gobierno de la diócesis.,facilitándole sólo un par de papeles impresos y transmitiéndole algunas órdenes difusasque le había dado Orellana. AYROLO, Funcionarios de…, op. cit., p. 67.8 Pese a que en septiembre de 1815 el gobierno le quitó a Orellana la jurisdicción sobre ladiócesis de Córdoba y lo incomunicó con ella, el obispo seguía estando en contacto y sehallaba enterado de todos los movimientos. Con respecto a la elección de Lascano, la reprobó,declarándola nula. AYROLO, Funcionarios de…, op. cit., p. 70.9 Cayetano BRUNO, Historia de la Iglesia en la Argentina, Vol 8, Buenos Aires, Don Bosco,1972., p. 319.10 Dos de sus hermanos compartieron con él el escenario cordobés, José Prudencio fue variasveces representante de la Sala de la Provincia; Victoriano, durante muchísimo años cura yvicario de Calamuchita, fue elegido varias veces provisor del Obispado, aunque sólo aceptóen 1824 y murió antes de hacerse cargo del nuevo puesto. AYROLO, Funcionarios de Dios,op. cit., p. 84; DELAFERRERA, “Los provisores de Córdoba”, Cuadernos de Historia,N°6, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, 1996, pp. 69-119.


36ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...Doña Luisa: la antojadiza 11Lascano tomó disposiciones que no sólo disgustaron sino que, directamente,lesionaban a la comunidad religiosa 12 . En abril de 1816, doña LuisaOlmedo, hija legítima de don Juan Pablo Olmedo y de doña María Gallardo –ya fallecidos- elevó un pedido al Obispado para que se le permitiera ingresarsin dote como monja de velo negro en la primera vacante que se produjeraen el monasterio de carmelitas descalzas de la ciudad de Córdoba.Es necesario aclarar que en el monasterio de San José, las monjasestaban organizadas según una jerarquía superpuesta, que se manifestaba enel orden de prelación en capítulo, donde la cercanía a la superiora –la Prioradependíade la antigüedad de la profesión, así como del ejercicio de losoficios mayores y menores que se debían desempeñar.A esta distinción se añadía la que separaba la comunidad en dos grupos,las monjas de velo negro y las monjas de velo blanco. Las de velo negrose preparaban fundamentalmente para el rezo del Oficio Divino, que se llevabaa cabo en latín. Eran monjas contemplativas cuya tarea principal consistíaen lograr la unión con Dios por medio de la oración mental y vocal. Tambiéntenían momentos dedicados a su formación espiritual, que llevaban a cabomediante la lectura de textos de mística y de ascética. Realizaban ademáslos más diversos oficios, ocupándose de la dirección del monasterio, la formaciónde las novicias, la contabilidad de todas las entradas y los gastos, laconducción del rezo, la organización de las lecturas y de todos los actoslitúrgicos, el control de lo que ocurría en el locutorio y los tornos y las compraspara la despensa, la ropería y la sacristía.Las de velo blanco no tenían acceso al rezo del Oficio Divino en latín,sino que debían rezar un determinado número de Avemarías y Padrenuestros11 El presbítero doctor Teodoro Lozano, síndico y capellán del Monasterio de San José, vierteestas opiniones sobre Luisa Olmedo a lo largo de sus escritos, la llama “monja antojadiza yaturdida”, habla de sus “extraviados conatos”, la presume “sin vocación al santuario de las vírgenes”,“alborotadora pretendiente” y la acusa de ser una persona “engreída, insustancial y ridícula”.12 El convento de San José se fundó el 7 de mayo de 1628. Tanto este convento carmelitacomo el de dominicas, levantado unos años antes, en 1613, se deben a la piadosa labor deuna de las familias más encumbradas de la sociedad cordobesa, los Tejeda y Miraval. Leonorde Tejeda y su hermano Juan, eran hijos del conquistador Tristán de Tejeda (sobrino nieto deSanta Teresa de Jesús) y de doña Leonor Mejía Miraval. Sobre la fundación y dotación deeste convento véase Ana Mónica GONZALEZ FASANI, “”Primero tengo que ser monja”:fundación y dotación del monasterio de San José de Carmelitas Descalzas en Córdoba delTucumán”, Nora SIEGRIST e Hilda ZAPICO, Familia, descendencia y patrimonio en Españae Hispanoamérica, siglos XVI y XIX, Mar del Plata, Eudem, 2010, pp. 263-287.


37en las distintas horas canónicas. Tenían la obligación de asistir diariamente amisa y debían ocupar el resto del tiempo en tareas corporales como cocinar,lavar la ropa y limpiar las dependencias monásticas. Tareas que llevaban acabo personalmente o bien dirigían a las donadas y esclavas para que lasrealizaran 13 .Debido a que las monjas de velo negro o blanco realizaban tareas muydistintas, eran formadas durante el noviciado en dos grupos separados. Igualmentela dote que cada una entregaba al momento de ingresar era distinta.Para las monjas de velo negro estaba indicada en dos mil pesos y en quinientospara las de velo blanco.Efectivamente, tras un año de noviciado, las candidatas que habíaningresado con no menos de diecisiete años cumplidos, estaban preparadaspara profesar o sea para emitir los votos de castidad, pobreza y obediencia y,asimismo, para jurar cumplir las reglas y constituciones de la Orden del CarmeloDescalzo en las manos de la superiora del monasterio 14 . Para ello, primeramenteel padre o la madre debían solicitar por escrito la venia del Obispo,para que permitiera a su hija profesar, aunque en algunos casos, era lamisma novicia la que lo pedía.Recibida la solicitud, el Obispo generalmente se dirigía a la priora delmonasterio para solicitar su parecer, así como el del resto de las monjasreunidas en capítulo. Concluidas esas diligencias, el Obispo empersonar –o suvicario- se dirigía al monasterio y allí, en el locutorio, examinaba a la jovenhaciéndole una serie de preguntas a fin de determinar a ciencia cierta si lacandidata era o no apta para ser recibida como monja por la comunidad 15 .13 Para un estudio comparativo entre la monjas de velo negro y de velo blanco en las conventosrioplatenses en el siglo XVIII, véase, Alicia FRASCHINA, “Despreciando al mundo ysus vanidades. Los conventos de monjas en el Buenos Aires colonial”, Cuadernos de HistoriaRegional, Luján, 2000, pp. 71-101.14 El Concilio de Trento había establecido que la edad reglamentaria para ingresar fueran losdieciséis años; se exigía además un año de prueba, el noviciado. En este período se estudiabasi la joven tenía o no condiciones para la vida conventual. Debía demostrar, ante todo, “buenascostumbres, virtud y habilidad”. Asimismo, la muchacha era instruida por la Maestra deNovicias, qien le transmitía los tres principios básicos de la vida consagrada –pobreza, obedienciay castidad- e infundía en ellas el amor y el temor a Dios.15 Ana Mónica GONZALEZ FASANI y Guillermo NIEVA OCAMPO, “Virtud, honor y linaje:la dote como instrumento de exclusión social entre las dominicas de Córdoba del Tucumána principios del siglo XVIII”, Nora SIEGRIST y Silvia MALLO (coord.), Dote matrimonialfemenina en territorios de la actual Argentina desde el sistema de encomiendashasta el siglo XIX, Buenos Aires, Dunken, 2008, p. 224.


38ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...Doña María Luisa Olmedo había nacido en el año 1787 y a los tres añosde edad recibió el bautismo en la capilla de Nono, en manos del maestro donBernabé Moreno, el 25 de junio de 1790, siendo s us padrinos José SantosOlmedo y Segunda Gallardo 16 .La partida de bautismo y la información de sus antecedentes, nobleza ylimpieza de sangre de sus padres por parte de testigos, son los documentos quedieron inicio al expediente promovido por el provisor Lascano. Los testigos quefueron presentados dieron fe de que tanto don Pablo Olmedo como su esposaeran personas nobles, pertenecientes a las familias principales y que siempremantuvieron trato con personas de conocida nobleza 17 . No debe tomarse comotrivial que Luisa Olmedo exhiba estos testimonios como prueba incontestablede su capacidad y mejores condiciones para ingresar a la comunidad religiosacomo monja de velo negro. Es interesante notar que el argumento de noblezaes usado y pervive aún en la sociedad cordobesa de principios de siglo XIX,aunque hayan transcurrido algunos años desde la revolución rioplatense.También recurre Luisa Olmedo, al hacer su pedido, a las constitucionesde las carmelitas descalzas.El 22 de abril de 1816 el licenciado Benito Lascano pidió a la priora ydemás religiosas del monasterio de San José que informaren si la suplicantetuviera alguna tacha que la hiciera desmerecedora de la gracia que solicitaba 18 .La respuesta tardó dos meses en llegar y, básicamente, le dijeron queno conocían a la postulante porque nunca se había acercado al monasterio yque la falta de vacantes hacía imposible su entrada en ese momento. Tambiénle comunicaron que, de producirse alguna vacante, ellas se tomarían lalibertad de elegir entre las distintas postulantes que pudieran presentarse yque contaran con los mismos o mayores méritos que los expuestos por LuisaOlmedo. De todas maneras declaran que al momento de la reunión de capítulosus rentas eran insuficientes, tenían contraídas deudas, no habían pagado16 Archivo del Arzobispado de Córdoba (en adelante AAC). Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas,Expediente de la gracia de velo negro del Carmen para la primer vacante a favor dedoña Luisa Olmedo. Curia provisional, Leg. 34, N° 4. Año de 1817. Copia de la Partida deBautismo de Luisa Olmedo, San Javier, Febrero 17 de 181., f. 5.17 “En el mismo día pasé a la casa de doña Josefa Moinos testigo presentado por la parte yprevia la fórmula de estilo impuesta de la anterior escrito dijo que conoció a los padres de lasuplicante por personas nobles y de las primeras familias de este pueblo como que fue sobrinoel padre de ellas don Juan Pablo Olmedo del Ilustrísimo Señor Olmedo y que es constante queel trato de las suplicantes y hermanas siempre ha advertido ha sido con personas de su clase, esdecir, de conocida nobleza”. AAC, Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, Expediente de gracia…,f.2.18 AAC, Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, Expediente de gracia…. f.7.


39los sueldos al capellán anterior, ya fallecido, ni tampoco al actual síndico, eldoctor Lozano. Por todo ello, de no cambiar su situación económica, seríamuy difícil que pudieran recibir a ninguna novicia sin dote 19 .¿Qué requisitos se exigían a las jóvenes que querían profesar en elmonasterio de San José? En primer lugar que cumpliera con la edad reglamentaria.Esta exigencia era satisfecha por la joven. Por otra parte, la futuramonja debía demostrar su legitimidad. También esta obligación era observadapor doña Luisa, como bien aseguraron sus testigos.Otro aspecto que aparece como fundamental para poder ingresar el monasterioera el pago de la dote estipulada por las Constituciones. La dote era laexigencia, por parte de un monasterio, de una cantidad determinada de dinerocon que se atendía honestamente la subsistencia de una mujer que se consagrabadefinitivamente a Dios. Con ello se ayudaba a las cargas económicas dela comunidad de la que formaba parte la pretendiente a la vida conventual 20 .En la América española las dotes exigidas variaban según la región y lasmismas eran fijadas en las Constituciones de las Órdenes, pero en generalpodemos habla de un valor de entre mil quinientos y cuatro mil pesos 21 . En elcaso del monasterio de San José, la dote inicial que se dispuso en el siglo XVIIfue de mil quinientos pesos y aumentó a fines del siglo siguiente a dos mil 22 .A este monto había que agregarle doscientos pesos para el ajuar. El obispoÁngel María Moscoso, que realiza una visita al monasterio a fines del sigloXVIII informa al rey lo siguiente:Por estatuto y por máxima acreditada de la experiencia nunca seecha mano de los principales para sustento de la comunidad, ydebiendo esto salir de sus réditos, lo arraigan sobre fincas de particularesque los toman con el interés de un 5% al año o se construyenedificios rentables en suelos del Monasterio. El estado en queactualmente se encuentran estas rentas pone muy distante de quesea simoniaco el percibo de las dotes 23 .19 Ibid., f. 9.20 Manuel RAMOS MEDINA, Místicas y Descalzas. Fundaciones femeninas carmelitas enla Nueva España, México, CONDUMEX, 1997, p. 97.21 En la Nueva España, durante los siglos XVI y XVII, la dote de una religiosa carmelitaascendía a tres mil pesos. Manuel RAMOS, op. cit., p. 97.22 “Informe del obispo Moscoso al rey sobre su obispado”, La Revista de Buenos Aires.Historia americana, literaria y derecho, Tomo XXV, Buenos Aires, 1871, p. 65.23 La inspección del capital de los monasterios y conventos se había convertido en una de lasobligaciones primordiales de los obispos desde la publicación del Tomo Regio. Ante lascrecientes necesidades económicas de la monarquía durante el reinado de Carlos IV, losinformes de los obispos abundaban en detalles y minucias en este rubro. El obispo Moscosomandó el suyo al rey en 1801. “Informe del obispo Moscoso…”, op. cit.


40ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...En los momentos de escasez, y parece que para los monasterios siemprelo fue, el ingreso sin dote significaba para la postulante una verdaderaadversidad y es a raíz de esta dificultad que comienza la disputa entre elmonasterio y el Licenciado Lascano. Una verdadera pugna en que se midenlas fuerzas de cada uno y el conocimiento y uso que hacen de las constitucionesdel cenobio.Posturas obstinadasCorría el año 1817 y el licenciado Benito Lascano insistía en que en usode sus facultades ordinarias y extraordinarias se le concediera a su “protegida”el primer lugar vacante con preferencia a cualquier otra candidata dotadao indotada sin perjuicio de la votación secreta de la comunidad 24 .Un año después, la orden llega desde Buenos Aires firmada por Don GregorioTagle, ministro de Relaciones Exteriores durante el directorio de Pueyrredón,quien aconseja que, para dirimir el asunto, se le permita a Luisa Olmedo“morar dentro del monasterio de Santa Teresa de la Ciudad, entretanto vaca ellugar que la autoridad diocesana le tiene concedido para que sea religiosa develo negro. No cree Su Excelencia que la priora y demás Madres se opongan auna mediación que no es opuesta a sus reglas y de la que hay ejemplares endicho monasterio, en tiempo que gobernaban los virreyes” 25 . El Supremo Poderde la Nación recomienda, pues, su entrada anticipada.Culminado el provisariato de Lascano fue reemplazado por el doctorManuel Mariano de Paz quien pide al monasterio que se le informe cuál es lasituación que mantiene con doña Luisa Olmedo. Como lo viene haciendo desdehace más de dos años, las madres postergan su decisión y solicitan que seles otorgue más tiempo para hacer un dictamen y exposición por escrito.Finalmente el capellán y síndico, José Teodoro Lozano, denuncia un desafor-24 Visto el expediente y las cualidades “notorias” de Luisa de Olmedo, la curia decide “enatención a sernos privativo el juicio para la recepción de las religiosas indotadas según ladoctrina del señor Benedicto XIV y la regla 3° en el capítulo 2° que las mismas madres citan,obrando con la circunspección y reflexión detenida que pida la materia, y teniendo a la vistala extracción de alimentos que como sobrantes a la comunidad se reparten a las criadas ysirvientas de afuera y en que por la mismo no puede serla gravosa la alimentación a unapersona mortificada y consagrada al alivio y servicio de la comunidad” se obliga a otorgarlela entrada a la postulante. AAC, Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, Expediente de la gracia…,.25 Buenos Aires, agosto 26 de 1818. , Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, Expediente de lagracia…, op. cit., f. 11. Dos son los casos que pueden citarse: la madre Juana María deHaedo y la hermana María Eulogia Sánchez, natural de Buenos Aires. La primera entró conpermiso del obispo San Alberto y la segunda con el del deán Gregorio Funes. Ambas fueronadvertidas que su profesión dependía de la elección conventual.


41tunado estado de las finanzas del convento debido a la suspensión de losréditos y a la pérdida de capitales 26 .En cuanto al estado de los capitales en los primeros años del siglo XIXla priora del convento, Theresa Antonia de Jesús, declaraba que por aquellostiempos sus rentas se hallaban en una total decadencia, “y esta disminuciónen que se hallan por causas que son notorias, demás que no nos alcanza paralos gastos de culto divino, de nuestros criados y ni aún para satisfacer lossueldos de tres años que hasta ahora se le están debiendo al finado nuestrocapellán”. La interrupción de las relaciones con el Alto y Bajo Perú a partirde 1810 llevó a Córdoba a la decadencia económica ya que se perdió con elloel mercado para el principal sector de la economía de exportación, las mulas,con el consecuente cese de sus retornos monetarios. A esta situacióndebe agregarse el colapso total del mercado paraguayo y la reducción delmercado porteño para los tejidos cordobeses 27 .Las guerras de la independencia obligaron a los gobiernos a asegurar elequipamiento y la subsistencia de los soldados y para ello se echó mano a losempréstitos forzosos y las requisiciones. De hecho pronto se barajó la idea degravar también a las instituciones eclesiásticas tal como había ocurrido duranteel reinado de Carlos IV (1788-1808). El Primer Triunvirato solicitó hombresy dinero al gobierno de Córdoba y se incluyeron a los conventos y monasteriosde la ciudad. En 1813 las carmelitas, como la mayoría de los conventoscordobeses, a excepción de las catalinas, contribuyeron con el 6% de losréditos de sus capitales 28 . En 1815 el licenciado Martínez dice que no se cuentacon capitales suficientes para el sustento del edificio de la iglesia y quetodo se gasta en cera, pan, vino y los ornatos necesarios 29 .26 Córdoba, septiembre 19 de 1818. , Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, Expediente de la…., f. 15.27 TEDESCO, Elida: “Iglesia y crédito en Córdoba. Los cambios a fines del período borbónicoy de las primeras décadas independientes”, VIDAL, Gardenia y VAGLIENTE Pablo (comp.):Por la señal de la cruz. Estudios sobre la Iglesia Católica y sociedad en Córdoba, siglosXVII-XX, Córdoba, Ferreyra Editor, 2002, pág. 6728 Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba (AHPC), Gobierno, 36, 1, 1813. Sobre el tema delas contribuciones a los monasterios consúltese el trabajo de Nieva Ocampo, “El gravoso precio…”29 Córdoba, 1815. “Sr, Provisor Vicario General y Gobernador del obispado don Juan Franciscode Castro y Careaga. Habiéndoseme notificado por el notario eclesiástico el decreto de V.S.de 22 del corriente, consecuente al del supremo Director de estas Provincias de 27 del inmediatoenero, para que como síndico que soy del Monasterio de Santa Teresa de esta ciudad, dérazón dentro de ocho días de la cantidad que hay perteneciente a la fábrica de la iglesia delcitado monasterio: debo hacer presente a V.S. que no hay renta alguna destinada para la fábrica,sino que todo el gasto, que se impende en cera, pan y vino y los paramentos necesarios, salede los réditos que producen los capitales impuestos a censo para el sustento de la comunidad,bajo de cuya segura inteligencia determinará V.S. lo que tenga por conveniente”.


42ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...A estas alturas ya es difícil entender por qué doña Luisa Olmedo seempeña en entrar en una comunidad que la rechaza abiertamente no porqueno cumpla con los requisitos morales sino por estar indotada y, sobre todo,por querer doblegarla a las órdenes del nuevo gobierno civil y religioso sinrespetar la autonomía que siempre las caracterizó. En todo esto vemos unforcejeo de voluntades, las del monasterio por continuar con la defensa desus derechos y las del nuevo gobierno por someterlo. El derecho invocadopor las monjas no sólo servía para legitimar su conducta sino para poner demanifiesto su pertenencia frente al carácter foráneo no sólo del vicario sinode las obligaciones que querían imponerles 30 .Recordemos que las constituciones dan a las religiosas la potestad decalificar a las postulantes y al obispo de confirmar la decisión 31 . El juicio delas monjas es acto previo al del diocesano. Igualmente, según el sínodo diocesano,cuando se quisiere recibir a una aspirante indotada, es el obispo elque debe dispensar la disminución de la dote y no a la inversa.Tras la muerte de una religiosa, se produjo una vacante dentro delmonasterio, lo que dio lugar a que se renovara el litigio. El largo expedientese completa con un recurso enviado por las religiosas al Director Supremo delas Provincias Unidas del Río de la Plata en el cual ellas, sumisas, se comprometeríana dejar entrar a la Olmedo a la clausura pero conservarían la potestadde elegirla o no.EpílogoDespués de tres años el conflicto pasó a la justicia civil, y el monasteriode San José inició un juicio contra Luisa Olmedo. La curia decidió asignarun letrado con honorarios de 16 pesos a pagar por el convento. Son recusadospor Luisa Olmedo la mayoría de los abogados de la ciudad.Hay que recordar que las monjas, provenientes en su mayoría de lasélites urbanas del Tucumán, mantenían estrechos vínculos con sus familias de30 Manuel Mariano de Paz nació en Buenos Aires. Sus padres fueron Andrés de Paz de Codecinoy Manuela Durán y González. Era tío de José María Paz. Fue ordenado sacerdote enmarzo de 1784. Obtuvo el grado de doctor en Teología. El Cabildo Catedralicio lo designóprovisor en junio de 1818 por un lapso de dos años prorrogado pro dos más hasta junio de1821. Valentina AYROLO, Funcionarios de Dios…, op. cit., p. 242.31 “Cuando se tomare alguna [novicia] siempre sea con parecer de la mayor parte del conventoy cuando haga profesión, lo mismo”. Constituciones Cap. VI. 2., SANTA TERESA, ObrasCompletas, Burgos, Editorial Monte Carmelo, 2004 p. 276. También mencionan el contenidoen la Regla 5° del Cap. 2: “No puedan los prelados recibir alguna al hábito o profesión sinlos votos de la mayor parte del capítulo conventual”.


43origen y estaban informadas de todo lo que acontecía en la ciudad. Igualmentealgunas de las religiosas estaban emparentadas con miembros de ricoscomerciantes de otras provincias, por ejemplo, de Jujuy. Tal es el caso deMaría Manuela de Tagle, y de Ana Guillermina de Tagle, naturales de SanSalvador de Jujuy 32 .Por otra parte, es sabido que el monasterio funcionaba como una consolidaday activa unidad de crédito que beneficiaba con sus préstamos a losvecinos de Córdoba y de Buenos Aires. Según los informes de los años 1812 elcapital de las carmelitas ascendía a 60.356 pesos, puesto a censos. En dichoaño, el monasterio de San José tenía registrados 65 censuarios. Entre ellospodemos mencionar al administrador de correos, don José de Paz, a don DalmacioAllende, don Antonio Arredondo, al padre José del Sacramento, a donAmbrosio Funes y a su hermano, el deán Gregorio Funes, don Juan Capistranode la Torre, don Mariano Usandivaras, y a don Juan Fernández Abrego, entreotros. También aparecen beneficiados del crédito monástico el convento deNuestra Señora de la Merced, de Córdoba y varias mujeres como doña JacintaÁlvarez, doña María Allende, doña Rosalía Cevallos y doña Isabel Salas 33 .El apoderado del monasterio en Buenos Aires, el doctor don FelipeMolina, remite un informe sobre los deudores porteños y entre ellos se mencionana don Joaquín Urtubey, don Camilo Velarde, doña Bárbara García deZúñiga, don Anselmo Sans Valiente, don Domingo Belgrano Pérez, don FelipeAntonio González 34 .32 María Manuela era hija don Miguel de Tagle y de María Teresa de Basterra. Tomó loshábitos el 20 de mayo de 1816 a la edad de treinta años y adoptó el nombre de María Manueladel Corazón de Jesús. Su hermana, Ana Guillermina, ya estaba en el convento dado queprofesó en 1809 a la edad de veintiún años con el nombre de Ana Guillermina de la SantísimaTrinidad. Don José Miguel de Tagle era un rico comerciante que residió en la ciudad deJujuy en sus primeros años. Obtuvo el cargo de receptor de de todos los derechos que gravabanlas partidas de aguardiente; se desempeñó igualmente como situadista y mantuvo negocioscon importantes comerciantes de la distintas gobernaciones del territorio. Fue de singularimportancia la vinculación de Tagle con el doctor Francisco Martínez de Hoz, la que secontinuó con los negocios de José Martínez de Hoz en Buenos Aires. Lilians Betty ROME-RO CABRERA, José Miguel de Tagle. Un comerciante americano de los siglos XVIII y XIX,Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, 1973, pp. 3-10.33 AAC, Razón de los censos que tiene el Monasterio de Santa Teresa de Jesús de esta ciudadde Córdoba, julio, 1 de 1812. Leg. 59, T. I, Historia del Monasterio de Santa Teresa.34 AAC, Cuaderno en que se toma razón de lo que el apoderado de Buenos Aires, el doctordon Felipe Molina va remitiendo a este monasterio de Córdoba así en plata física como enefectos. Noviembre 15 de 1819. Este cuaderno comprende a los deudores desde el año 1797.Leg. 59, T. I, Historia del Monasterio de Santa Teresa.


44ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...Antiguas alianzas en el seno de la sociedad cordobesa pueden haberllevado a los abogados a dispensarse de intervenir en este juicio. Se nombraasesor de la causa a Dámaso Gigena el 13 de abril de 1819 quien se excusa porhallarse indispuesto y con mucho trabajo 35 . Lo mismo hace el doctor FranciscoAntonio González y al doctor Moscoso lo exoneran de la obligación porquese hallaba muy enfermo.La curia finalmente nombró a don Manuel Salinas quien dispuso queambas partes pagaran los 16 pesos de honorarios 36 . A una semana de habertomado el asunto en sus manos, el doctor Salinas ordenó que se revocara elauto de Benito Lascano, aquel de 1817 que diera inicio al pleito. Satisfecha lacuria dispuso que esta fuera la sentencia definitiva.Una vez más doña Luisa Olmedo no se conformó con el dictamen y sepropuso apelar la sentencia. Ante la negativa 37 pidió al Cabildo que se leextendiera un certificado de pobreza y el 11 de mayo de 1819 es nombradapobre de solemnidad. Con este nuevo testimonio continúa sus trámites deapelación, esta vez en el Obispado de Buenos Aires. Desde allí, a finales delaño 1820, se aconseja que no se permita el ingreso a ninguna religiosa hastatanto se resuelva la apelación impuesta por la candidata 38 .35 Varios integrantes de la familia Gigena había recibido del Monasterio préstamos de capital.AAC, Leg. 59, T. I, Historia del Monasterio de Santa Teresa.36 La tasación de honorarios más las costas tuvieron un monto final de 22 pesos 4 reales apagar por ambas partes. AAC, Expediente de la gracia de velo negro…, en Legajo 8, TomoI, Monjas Teresas, f. 57.37 Teodoro Lozano, responde oponiéndose a la apelación interpuesta en estos términos: “Quea mí me sería indiferente uya al derecho de las religiosas glorioso, el que esta indiscretapretendienta se hiciere conocer por doas las autoridades del mundo. Que transmitiese ellamisma a pueblos remotos la historia de sus extravagancias y locuras…No es este señorprovisor el lenguaje de una vocación divina. Es la expresión significativa del capricho y delamor propio…Nunca podrá ser ella útil en la clausura. Por su estampa, por su fisonomía ypor su edad tampoco corre riesgo en el siglo. Es una de aquellas señoras veteranas a quienesel imperio del tiempo ha concedido la baja del hacer papel y merecer festejo en la carrera delas ilusiones…A vuestra señoría suplico que repeliendo s solicitud injusta se sirva ordenarllevarse a puro y debido efecto la arreglada sentencia apelada, dejándole a la parte apelanteel derecho a salvo para que mejor se aconsejada guarde clausura en su casa, haga penitenciay pida a Dios perdón de los perjuicios que ha causado a la sociedad civil y religiosa.Finalmente la curia dispuso el 8 de mayo de 1819 no dar lugar a la apelación interpuesta.AAC, Expediente de la gracia de velo negro…, en Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, ff. 60y 61. Las negritas no aparecen en el original.38 AAC, Expediente de la gracia de velo negro…, en Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, ff.77-87.


45El Libro de Profesiones del monasterio de San José documenta quedoña Luisa Olmedo nunca pudo ver cumplida su vocación de ingresar al monasteriode San José como monja de velo negro ya que, en el lugar por el cualtanto luchó y persistió doña Luisa lo efectuó María del Rosario de la SantísimaTrinidad. La hermana María del Rosario ingresó como novicia el 1 de junio de1819 e hizo su solemne profesión como monja de velo negro el día 9 de juniode 1820. Se trataba de María del Rosario Reynafé, natural de la villa de Tulumba,hija del fuerte comerciante y estanciero Guillermo Reynafé y de doñaClaudia Hidalgo de Torres, de treinta años de edad 39 .ConclusionesHemos planteado un problema que se produjo en la primera épocarevolucionaria entre el Monasterio de San José, de carmelitas descalzas en laciudad de Córdoba y una aspirante al velo negro, doña Luisa Olmedo. Coneste caso de microhistoria se ponen al descubierto algunos aspectos que sonimportantes para entender cómo se fueron reacomodando personajes e institucionesrealistas en el estado independiente.En primer lugar debemos reconocer que las finanzas en Córdoba sevieron alteradas tras la crisis de la monarquía española lo que se tradujo enun empobrecimiento y una dificultad para cobrar sus deudas por parte delmonasterio. Se trata de un monasterio de renta suficiente pero no abundante.En segundo lugar se observa que la política y la sociedad cordobesaestán divididos en esta primera década revolucionaria en dos partidos: lasanticentralistas en las figuras de Benito Lascano y Gregorio Funes y los quecomulgan con las ideas anteriores, las realistas, Orellana y sus seguidores.Luisa Olmedo invocó el padrinazgo de un grupo fuerte, se alió con Lascano,sin embargo las religiosas de San José hicieron prevalecer sus antiguas conexionescon las familias tradicionales de la ciudad.39 Monasterio de San José, Córdoba, Libro de las profesiones que hacen las religiosas en esteMonasterio de Carmelitas Descalzas de la ciudad de Córdoba, contiene sesenta y una profesionesútiles ff. 56 r. al 58 r. María del Rosario vivió treinta y cinco años en el monasterioy falleció el 12 de octubre de 1855 después de haber padecido una penosa enfermedad portres años. María del Rosario era hija de doña Claudia Hidalgo de Torres y de GuillermoReynafé, fuerte comerciante irlandés que operaba entre Córdoba y Salta y que se afincara enTulumba aproximadamente hacia 1770. Dueño de la estancia “Los Manantiales” criará allí asus 12 hijos. Entre ellos se destacarán en la vida política José Ignacio que llegará a sergobernador.


46ANA MÓNICA GONZALEZ FASANILa absurda pretensión de la antojadiza doña Luisa...También es importante señalar que la revolución en Córdoba trajo aparejadoel refuerzo del poder religioso local.Pero por sobre todo, este conflicto pone de manifiesto un cambio sincambio, ya que una vez más se comprueba la existencia del muro canónicode un vicario episcopal frente a un convento de descalzas y un desenlace quefavorece a las monjas. Las religiosas, con tal de defender la libertad delcapítulo, acuden a todas las instancias de poder.Fuentes inéditasArchivo del Arzobispado de Córdoba. Legajo 8, Tomo I, Monjas Teresas, Expedientede la gracia de velo negro del Carmen para la primer vacante a favor de doñaLuisa Olmedo. Curia provisional, Leg. 34, N° 4. Año de 1817Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, Gobierno, 36, 1, 1813.Monasterio de San José, Córdoba, Libro de las profesiones que hacen las religiosasen este Monasterio de Carmelitas Descalzas de la ciudad de Córdoba, contienesesenta y una profesiones útilesBibliografía y fuentes éditasAYROLO, Valentina, Funcionarios de Dios y de la República. Clero y política en laexperiencia de la autonomías provinciales, Buenos Aires, Biblos, 2007._____________________ “Concursos eclesiásticos como espacios de ejercicio depoder. Estudio de caso: los de la sede cordobesa entre 1799 y 1815”, HispaniaSacra, LX, 122, julio-diciembre 2008, p. 660.BRUNO, Cayetano, Historia de la Iglesia en la Argentina, Vol 8, Buenos Aires, DonBosco, 1972.DELAFERRERA, “Los provisores de Córdoba”, Cuadernos de Historia, N°6, AcademiaNacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, 1996.FRASCHINA, Alicia, “Despreciando al mundo y sus vanidades. Los conventos de monjasen el Buenos Aires colonial”, Cuadernos de Historia Regional, Luján, 2000.GONZALEZ FASANI, Ana Mónica, ““Primero tengo que ser monja”: fundación y dotacióndel monasterio de San José de Carmelitas Descalzas en Córdoba del Tucumán”,Nora SIEGRIST e Hilda ZAPICO, Familia, descendencia y patrimonio enEspaña e Hispanoamérica, siglos XVI y XIX, Mar del Plata, Eudem, 2010.GONZALEZ FASANI, Ana Monica y Guillermo NIEVA OCAMPO, “Virtud, honor y linaje:la dote como instrumento de exclusión social entre las dominicas de Córdobadel Tucumán a principios del siglo XVIII”, Nora SIEGRIST y Silvia MALLO (coord.),Dote matrimonial femenina en territorios de la actual Argentina desdeel sistema de encomiendas hasta el siglo XIX, Buenos Aires, Dunken, 2008.La Revista de Buenos Aires. Historia americana, literaria y derecho “Informe delobispo Moscoso al rey sobre su obispado”, , Tomo XXV, Buenos Aires, 1871


NIEVA OCAMPO, Guillermo, El gravoso precio de la lealtad: las dominicas de Córdobadel Tucumán y la Revolución (1810-1813), Anuario Dominicano, n° 6, 2010.RAMOS MEDINA, Manuel, Místicas y Descalzas. Fundaciones femeninas carmelitas enla Nueva España, México, CONDUMEX, 1997.ROMERO CABRERA, Lilians Betty, José Miguel de Tagle. Un comerciante americanode los siglos XVIII y XIX, Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, 1973.SANTA TERESA, Obras Completas, Burgos, Editorial Monte Carmelo, 2004.TONDA, El Obispo Orellana. Sus cartas a las Carmelitas de Córdoba, Pontificia UniversidadCatólica Argentina, Facultad de Humanidades de Rosario, Instituto deHistoria.TEDESCO, Elida: “Iglesia y crédito en Córdoba. Los cambios a fines del períodoborbónico y de las primeras décadas independientes”, VIDAL, Gardenia y VA-GLIENTE Pablo (comp.): Por la señal de la cruz. Estudios sobre la Iglesia Católicay sociedad en Córdoba, siglos XVII-XX, Córdoba, Ferreyra Editor, 2002.47


49¿CÓMO PUEDE TRATAR ASÍ A SU MUJER?VIOLENCIA DOMÉSTICA Y PERSPECTIVAS DE GÉNEROEN SAN JUAN DE LA FRONTERAAna T. FanchinU.N.SJ.Resumen:En este trabajo se centra la atención en la situación de mujeres quefueron víctimas de violencia doméstica. Cuando en virtud de un marco paternalistaeran avasallados sus derechos, ataques físicos y psicológicos soninfligidos con toda impunidad. No sólo el cuerpo es lacerado, sino tambiénsus bienes heredados malgastados y usufructuados por el omnipotente marido.Los castigos son prácticas habituales que las convierten en víctimas,los sucesos ocurren en ámbitos de socialización compartidos por personasde distinta condición étnica y social. Frente a medidas aún más coercitivasen el orden social, que acompañan a una política expansiva de las reformasborbónicas, se alzan sus voces en reclamo de equidad entre los sexos. Loque importa observar en esta ocasión es cómo a través de estas situacionesconflictivas se movilizan redes de solidaridad entre ellas y dejan entreverrepresentaciones de género, tanto desde la perspectiva masculina –respaldadapor las leyes- como desde la mirada femenina.Palabras claves: mujer, género, agresión, solidaridades.Clasificación JEL: ZOAbstract:This work is about the women who were victims of domestic violence.On a paternalistic frame their rights were enslaved, physical and psychologicalattacks were inflicted with all impunity. Not only the body is lacerated,but also they inherited goods wasted and profited by the omnipotenthusband. The punishments were usually practicals which turn woman intovictims, the events happen in a type of socialization shared by people of


50ANA T. FANCHIN¿Cómo puede tratar así a su mujer? Violencia doméstica y...different ethnic and social condition. In front of more coercive measures inthe social order, that go with an expansive politician of the Bourbon reforms,they increase their voices in claim of equity between both sexes. Isimportant to observe how through these conflictive situations the nets ofsolidarity mobilized between them and let glimpse representations of genderas much, from the masculine perspective - endorsed by the laws- likefrom the feminine glance.Key words: woman, gender, aggression, solidarities.


51El modelo y las prácticas en una sociedad colonialEl modelo paradigmático de la modernidad que construyó la dependenciade las mujeres y de los hijos, fundado en la imagen de un padre providente,en América siguió un largo recorrido a partir del ideal de la masculinidadrepresentado en los modelos del conquistador y guerrero 1 . Las categoríasde género diseñadas culturalmente, asignaban al hombre el papel fundamentalen ejercicio del poder, tanto en el ámbito público como en el privado.Mientras que las mujeres, como a los indios, eran visualizadas como criaturasdependientes y sujetas, como entidades incompletas deben doblegarse y nodejar de vigilar la conveniencia de sus existencias (Albornóz Vásquez, 2009).A fines del XVIII, esos patrones de conducta no sólo habían arraigadosino fortalecido en el marco del reformismo borbónico. Sin embargo, las crecientesdemandas de mujeres que manifiestan malos tratos, o en las declaracionesde los maridos golpeadores se decantan los motivos que los impulsarona cometer estos ultrajes: el disgusto causado por sus regaños, por susdesatenciones o por no hacer caso a sus mandatos. En ocasiones estas golpizasderivaban en uxoricidio, y cuando la causa esgrimida era adulterio, lapenalidad era diferenciada. En el caso de los hombres, en virtud de un ordenpatriarcal, la pena por homicidio era atenuada y hasta justificada.Aunque el derecho castellano no concedía explícitamente a los hombresla facultad de golpear a sus mujeres, era admitida socialmente la autoridadmasculina en una relación conyugal y la violencia contra la mujer porcausas “razonables”, es decir, cuando el castigo serviría para salvaguardar elorden patriarcal y la honra familiar. Así, la violencia contra las mujeres,dentro de los parámetros mencionados, fue concebida como una prerrogativa“legitima” por las normas patriarcales. Sin embargo, muchos hombres, enel ejercicio de este “derecho”, abusaron y maltrataron a sus esposas y parejas,dándoles “mala vida”, y en algunos ocasiones llegaron incluso al gradode privarlas de su existencia (Escobedo Martínez, 2006).Los testimonios de estas situaciones conflictivas, expuestos ante lostribunales, muestran valores y concepción de género en el mundo cotidiano.Es así que el propósito en esta oportunidad es centrar la mirada en el “Género”,considerando que el mundo de las mujeres es parte del mundo de loshombres, creado en él y por él (Scott, 1996). Este uso rechaza la utilidadinterpretativa de la idea de las esferas separadas, manteniendo que el estudiode las mujeres por separado perpetúa la ficción de que una esfera, la1 RAMÍREZ, María Himelda, Diferencias sociales y el género en la asistencia social de lacapital del Nuevo Reino de Granada, siglos XVII y XVIII. Tesis Doctoral, UB, 2005. Enlínea: http://www.tesisenred.net/TDX-0131105-111004


52ANA T. FANCHIN¿Cómo puede tratar así a su mujer? Violencia doméstica y...experiencia de un sexo, tiene poco o nada que ver con la otra. Además,género, se emplea también para designar las relaciones sociales entre sexoscomo una forma de denotar las “construcciones culturales”, la creación totalmentesocial de ideas sobre los roles apropiados para mujeres y hombres.Es una forma de referirse a los orígenes exclusivamente sociales de las identidadessubjetivas de hombres y mujeres. Género es, según esta definición,una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado.En tiempos coloniales, la diferenciación de las identidades era reforzadapor la categorización étnica asignada a los individuos, más aún en lasúltimas etapas del período con las reformas borbónicas, cuando con másvehemencia se procuraba ordenar la sociedad. A la vista de las autoridadesera preciso diferenciar a las personas según su nivel socio económico, y estabanconvencidos que sus raíces habrían de definirlas, siendo el color de pielel estigma que habría de distinguirles. Sin embargo, la realidad mostrabasituaciones difíciles de ajustarse a esos rígidos patrones, y por otra parte,mientras se imponían esas medidas, circulaban principios ilustrados del siglode la razón. Claro que resulta difícil imaginar cómo llegarían a todos losextremos de los extensos dominios, sea por esos aires renovadores del pensamiento,o sea por propio reflexión de un colectivo social, resulta de interésplantearse cómo pensaban y qué conductas regían los comportamientos dehombres y mujeres que habitaban en áreas distantes de los centros metropolitanos.Por ello, en procura de resolver esas inquietudes centramos la atenciónen una de las tantas ciudades hispanocoloniales, San Juan de la Frontera.Situada al este de la Cordillera de los Andes, distante a unos 1200 km dela capital virreinal y a unos 500 km. de Santiago de Chile –Capital de la Gobernacióna la cual estuvo adscripta hasta la creación del Virreinato del Ríode la Plata- Su población ascendía a unos de siete mil habitantes a fines delsiglo XVIII, de los cuales un 83% -según los registros- residía en el principaloasis irrigado por el río homónimo. Mientras que sectores subalternos –indiosy mestizos-, en alto grado subregistrados, se diseminaban en otros vallessituados a 200 y 300 km del área urbana (Jáchal, Iglesia, Calingasta y ValleFértil), que catalogados como “gente forajida y salvaje” era objeto de contundentesmedidas de disciplinamiento –como los intentos de agruparlos enpueblos y villas a instancias de la Junta de Poblaciones- acentuadas a partirde la década de 1750. En esos espacios, los hechos denunciados no son demandadospor las víctimas si eran mujeres, sino por otros testigos que declaranconvocados ante el Juez para develar hechos criminales, y sólo evocadospara exaltar el carácter violento del delincuente. Las autoridades parecenasumir que esas agresiones eran habituales y se hallan en el plano de lonormal entre gente catalogada como de inferior condición. Por el contrario,


53cuando los protagonistas del ultraje, o los testigos, pertenecen al mundohispano las voces se alzan en actitud desafiante y en franca molestia por esasatrocidades.Lo cierto es que las fuentes notariales y expedientes judiciales dejanla impresión de una violencia generalizada 2 . No faltó en sus declaracionestestamentarias armas de fuego y cuchillos, y los relatos delictivos revelanque en sus disputas no dudaban en empuñar las armas que portaban en suscinchos.La revisión de los expedientes judiciales conservados en los archivosde San Juan, que abarcan una amplia gama de infracciones legales revela unaabrumadora presencia femenina y en ocasiones firmando ellas mismas accionesjudiciales 3 -ya fuesen víctimas o testigos de los acontecimientos-. Desdedenuncias reclamando derecho de agua para riego –muy comunes por que laocupación del espacio se circunscribe a un oasis de riego-, y hasta uxoricidio.Estos testimonios dejan entrever imágenes muy distintas del prototipo quese perfilaba en las normas y las prédicas. Si bien, de ningún modo podemosaseverar a través de estas denuncias que todas las mujeres padecieron losestragos de la violencia, estas voces de víctimas y testigos en los tribunalesnos ofrecen elementos interesantes para reconstruir escenarios de convivenciay vida cotidiana colonial.Si nos detenemos a observar las demandas por malos tratamientos, adiferencia de lo destacado por algunos autores, como René Salinas para Chile(2008: 179), la violencia intrafamiliar no se restringía a hogares modestos yrurales. Aunque difícilmente podríamos cuantificarlos; unos, los acaudalados,procurarían ocultarlos para evitar el escándalo público, y los pobres, porno poder solventar los costos que implican las acciones judiciales.En trabajos anteriores (Fanchin, 2009) se pudo reconocer que las agresionesdomésticas sucedían en casa de ricos y de pobres. Los casos analizados,aunque las damnificadas pertenecían a ámbitos vitales diferentes, teníanun común denominador y es que hombres de su entorno emplearon laviolencia como medio eficaz para ejercer su poder y control sobre ellas. Losargumentos expuestos en las declaraciones son elocuentes para confirmar la2 Entre los estudios que confirman esta característica puede citarse el de Bernard Lavallé,“Amor, amores y desamor, en el sur peruano a fines del siglo XVIII”, Cuadernos de HistoriaLatinoamericana, nº 4, pp. 25-27, o José Luis Moreno, “Conflicto y violencia familiar en elRío de la Plata”, Revista de Historia Social y de las Mentalidades, 2002, p. 37.3 Uno de estos casos fue analizado en un trabajo anterior, titulado “Justicia colonial, veredictodel rumor”, editado en “Actas Americanas”, Universidad de La Serena-Chile, Año 6-nº 7,1999.


54ANA T. FANCHIN¿Cómo puede tratar así a su mujer? Violencia doméstica y...preeminencia de un modelo paternalista, infranqueable para admitir algúnatisbo de mando en las mujeres. Sin embargo, esos estudios que partían delconsabido supuesto de la asimetría de género nos plantearon nuevas inquietudes.Pues, Los mismos testimonios que parecen confirmar esa asimetría,nos inducían a suponer que los argumentos esgrimidos en los estrados judicialespodrían ser paliativos empleados para aminorar la condena. Si bientodo el corpus legal se respaldaba en esos principios paternalistas, la existenciade tales denuncias revela a la vez evidentes transgresiones femeninas,y entonces advertimos que la asimetría más que de género podría ser inherentea la dicotomía entre las normas y las prácticas.Por un lado, no podemos olvidar que buena parte del año ellas quedabanal frente del hogar porque sus maridos se ausentaban regularmente, parael desarrollo de actividades productivas. Los excedentes de vinos y aguardientes,que era la principal producción de la región, eran conducidos a mercadosexternos, en especial Buenos Aires. De igual modo, otras transaccionestanto de productos locales o resultantes del intercambio eran conducidas alTucumán y a Chile. En definitiva, lo común es que durante varios meses ellasquedaban al frente del hogar asumiendo roles extra domésticos. Por otraparte, los motivos desencadenantes de hechos de violencia indicaban que lastransgresiones femeninas en el marco de la establecida “normalidad” eranhabituales en hogares de distinta extracción social. Entre sectores adinerados,un caso representativo fue la demanda de divorcio entablada 1779 porDoña María Concepción de la Roza, contra su esposo Domingo del Carril pormalos tratamientos. Este proceso derivó en un encarnecido juicio entre dosfamilias encumbradas de la sociedad local por la distribución de los bienes.Finalmente, después de tres años la Real Audiencia obligó al consorte a cumplircon las expensas que por ley le correspondían a su mujer para su mantenimientoy el de sus cinco pequeños hijos.En otro contexto, Tadeo Morales se justificó por haber matado a sumujer porque ella no le había preparado la comida y que él se hallaba enestado de embriaguez. Dos argumentos que se reiteran en varias ocasionessimilares, y que si bien los testigos confirman las continuas desavenencias dela pareja, los jueces atemperan las penas. Más aún, cuando el victimario esesclavo, porque en esas circunstancias se suma el interés de los amos para noverse afectados en sus intereses económicos. Es así, que siempre resulta queel criminal escapa de la cárcel, y al final del expediente alguna declaraciónconfirma que huyó en connivencia de las autoridades –amigos y parientes delamo-.


55Voces femeninas en contra de malos tratos.Es sabido que la espontaneidad de las declaraciones de víctimas, victimariosy testigos está empañada por la mediación de los letrados, sin embargo,una relectura de las exposiciones de los involucrados puede esclarecernossobre las representaciones e imaginarios en las relaciones de género. Siprestamos atención a los testimonios de los varones -incluidos los veredictosemanados del juez actuante-, pocas dudas quedan acerca de una percepciónde la violencia doméstica como algo normal, habitual y hasta admitido. Elloscontribuyen a construir esa imagen, las normas mismas son atenuantes frentea estos vejámenes. Cuando Domingo del Carril golpeó a su mujer insistióen que fue un “simple empujoncito y ella se lastimó al caerse” y que suintención era corregir su proceder. Por su parte, en la demanda contra TomásCortinas porque sacó a su mujer de la cama y “…dándole muchos cariños yhalagos y sin que precediese el más leve disgusto, le levantó la cabeza descuidadamentey le pasó el cuchillo por la garganta” 4 , respondió a la indagatoriadel tribunal que el motivo de este proceder fue haber hallado a sumujer cometiendo adulterio, y avalado por los testigos que presentó en sudefensa logró ser sobreseído de la causa, amparado legalmente y la víctimauna vez más castigada.Desde la perspectiva femenina, qué dicen las mujeres frente a estoshechos de violencia? Doña Maria Ángela Benegas, mujer del Juez de Comerciode la Ciudad que residía en la casa de al lado de los del Carril, declaró que alescuchar los gritos acudió a la casa de sus vecinos. Allí encontró herida aDoña María Concepción, quien el día antes había dado a luz una niña, tiradaen el piso sangrando la cabeza por los golpes infligidos por el marido con suspuños y el cabo de un cuchillo. En vista de la escena le incriminó al agresor:Cómo es posible “que trate así a su Mujer?” . Esta expresión que inspiró eltítulo de esta exposición, con distintos términos pero con igual carga semánticaaparece en otras escenas similares, y por lo general en boca de mujeres.Son ellas también quienes sienten menos temor a la difusión de los sucesos ymostrar las huellas de un cuerpo maltratado, la propia madre de María Concepción,decide trasladar a su hija lesionada en una silla con brazos portadapor dos esclavos. Mientras el yerno insistía en la conveniencia “que mejorestas cosas queden en la casa”.Una actitud parecida asumió Ángela al resguardar a su esclava en momentosen que el marido amenazaba asesinarla, interponiéndose manifestóque así no debía tratarla. Luego, el amo, hermano de Ángela, reproducirá4 APJ, Doc. Sin clasificar. Fecha: 15 de febrero de 1793.


56ANA T. FANCHIN¿Cómo puede tratar así a su mujer? Violencia doméstica y...este relato en los tribunales como una prueba más que fundamentaba elcastigo para un esclavo rebelde y agresivo, pues, “El hombre que se determinaa acabar a su compañera, y por solo haber reprimido levemente a sushijos como fue ¿Que deberá esperar un amo que son el objeto de su odiosidad?(…)”5Dejando al margen esta vez, que el episodio era destacado por el demandantepara avalar ante los tribunales el castigo que merecía un esclavodíscolo, nos interesa destacar la actitud de Ángela, quien se arriesga ante elenfurecido atacante para defender a la sierva. Esta espontánea e impensadaacción es otro indicio que nos esclarece sobre hechos de violencia que sesuscitaban en ámbitos domésticos, y a la vez pone al descubierto una reacciónque revela el carácter endeble de las normas frente a prácticas no convencionales.La violencia no siempre se exteriorizó a golpes, pero al igual, las reaccionesde las víctimas pueden adoptar diferentes formas. Hoy la psicologíaha confirmado que la mujer golpeada llega a admitir como merecido el castigo,pues estas acciones conllevan una fuerte carga de desvalorización de laautoestima.Doña Bárbara de Miranda, quien podemos suponer había llevado unavida cargada de angustias, padeció orfandad cuando niña y humillaciones porparte de su esposo más tarde. Había sido criada en casa de una familia adinerada,los Álvarez de Miranda, quienes le legaron en donación un terreno yvivienda enfrente de la plaza principal. Su marido, junto con su cuñado, DonBernardo y Don Miguel Ycasate, como albaceas de Don Domingo Castro, habíandilapidado los bienes que dicho difunto legara a los hospitalarios de SanJuan de Dios. Cumplido el plazo establecido por testamento los religiososelevaron judicialmente su traspase, y sin el menor escrúpulo, Bernardo decidiótransferirles la propiedad heredada por Doña Bárbara. En reiteradas oportunidadesinstó, bajo amenazas y hasta secuestro, a obligarla a firmar laescritura. Pero, según declaraciones de los jueces intervinientes -en todaslas oportunidades en que fueron citados por Don Bernardo para concretar latramitación- afirmaron que Doña Bárbara se limitaba a llorar y sólo les respondíaque no sabía firmar. Sin embargo su firma consta en las notas que ellapresentó reivindicando sus derechos, enfatizando la invalidez de las actuacionesporque se basaban en una habitual concepción acerca de las mujeres“…que siempre se reputan por ignorantes en el derecho del privilegio, y5 APJ, Ibídem., Caja 1816, Causa criminal seguida por Don Timoteo Bustamante contra suesclavo Pedro.


57Leyes que renuncian, con la precisa condición que sin este previo y principalrequisito no vale la renunciación [por lo tanto] pretendo el reintegro de midote, y por tener un Marido inútil, que no sólo me ha abandonado, como espúblico y notorio, para introducir mis causas a la Real Audiencia”. 6Los testimonios aquí considerados discurren el velo que las leyes –dictadaspor hombres- forjaron una imagen de mujeres recluidas en el hogar ysumisas a la autoridad del marido. Aunque ayudadas por sus familias, comoDoña María Concepción, o por allegados como la esclava de Doña Ángela,pudieron escabullirse de sus pesares. A veces, las lágrimas –como las derramadaspor Doña Bárbara- fueron la única estrategia posible para hacer valersus derechos. Pero, ese llanto pone al descubierto su pleno conocimientosobre asuntos públicos y fortaleza para evitar la injusticia. De hecho, dosaños después –en 1787- un juez dictaminó que la deuda era del marido y quebajo ninguna circunstancia podría se saldada con el beneficio de su dote. 7Bibliografía:ALBORNOZ VÁSQUEZ, María Eugenia, “ El precio de los cuerpos maltratados: discursosjudiciales para comprar la memoria de las marcas de dolor. Chile, 1773-1813 ”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En línea], Debates, 2009, URL: http://nuevomundo.revues.org/index55888.htmlBOURDIEU, Pierre (2000), La dominación masculina. Barcelona, España: Anagrama.CARRASCO, Maritza (1997), “La historicidad de lo oculto. La violencia conyugal enChile (siglo XVIII y primera mitad del XIX)”, en Veneros (ed.), Perfiles revelados.Historias de mujeres en Chile, siglos XVIII – XX. Santiago: Editorial Universidadde Santiago, pp. 113-139.ESCOBEDO MARTÍNEZ Juan Francisco, “ Al límite de la violencia de género: el uxoricidioa finales de la época colonial novohispana ”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos,Coloquios, 2006, [En línea], Puesto en línea el 17 novembre 2006. URL :http://nuevomundo.revues.org/index2856.html. Consultado el 27 mai 2009.FANCHIN, Ana, “Historia de Familia: Violencia doméstica en el San Juan colonial”, :La Aljaba. Revista de Estudios de la Mujer, V. XIII. Luján (Buenos Aires), 2009,pp. 49-59.——————————, “Salve a la Patria, salve mi vida!! Violencia doméstica en el escenariode las luchas por la libertad”, Sara Beatriz Guardia (ed.) Las mujeres enla Independencia de América Latina. Lima, CEMHAL, 2010, pp. 281/290.FARGE, A., “Penser et définir l’histoire de l’événement en histoire. Approche dessituations et des acteurs sociaux”, Terrain, n°38, mars, 2002, p. 69-78.6 APJ, Lata Nº 17– 1º Estante Doc. 147, fs. 23/23.7Ibídem, Fs. 51/52.


58ANA T. FANCHIN¿Cómo puede tratar así a su mujer? Violencia doméstica y...GHIRARDI, M. Mónica (2008), “Familia y maltrato doméstico. Audiencia episcopal deCórdoba, Argentina 1700 – 1850” en Revista História Unisinos. Universidade doVale do Rio Dos Sinos Sao Leopoldo, Vol. 12 nº 1, Janeiro/Abril, pp.17-33.México en las postrimerías del periodo colonial. México: FCE.SALINAS MEZA, René, “Mujer, violencia doméstica y familia en Chile tradicional(Siglos XVIII-XIX)”, Ghirardi, Mónica (coord..)Familias iberoamericanas ayer yhoy. Una mirada interdisciplinaria. ALAP Editor, Serie Investigaciones, Nº 2,2008, pp.171-192.SCOTT, Joan, El género: Una categoría útil para el análisis histórico. En: LamasMarta Compiladora. El género: la construcción cultural de la diferencia sexual.PUEG, México. 1996, 265-302p.STERN, Steve, La historia secreta del género. Mujeres,hombres y poder en Méxicoen las postrimerías del periodo colonial, FCE, México, 2001.


59MUJERES DESOBEDIENTES DE LA CÓRDOBA FINICOLONIAL.Jaqueline Vassallo*ResumenDurante la segunda mitad del siglo XVIII, junto a los cambios estructuralesgenerados por al empresa reformadora de los Borbones, aparecieronnuevos mecanismos de control social que pretendían sujetar a los individuoscon miras a asignarles un lugar dentro de un anillo de institucionesciviles de carácter persuasivo y coercitivo. En este trabajo intentaremosindagar en las características que estos mecanismos tuvieron en Córdobadel Tucumán, a partir del gobierno del Marqués de Sobremonte iniciado en1785, intentando hacer una lectura desde una perspectiva de género.Palabras claves: género, delincuencia, disciplinamiento, orden colonial.Clasificación JEL: ZOAbstractDuring the second half of the XVIIII Century, next to the structuralchanges generated by the Borbon, appeared a new social control mechanismthat tried to hold people to assign them a role in civil institutions withpersuasive and coercive character. In this work we will try to investigatethe characteristics that these mechanism had in Cordoba of the Tucumán,from the government of the Marques de Sobremonte initiated in 1785, tryingto make an explanation from a perspective of gender.Key words: gender, delinquency, discipline, colonial order.* Universidad Nacional de Córdoba. Investigadora del CONICET.


60JAQUELINE VASSALLOMujeres desobedientes de la córdoba finicolonialI. A manera de presentación.Durante el último cuarto del siglo XVIII, en el marco de las reformasborbónicas, la Corona dispuso una serie de políticas de control social, que enla jurisdicción de Córdoba del Tucumán fueron implementadas por el Marquésde Sobremonte, en su gestión como Gobernador Intendente 1 .En este trabajo intentaremos indagar en las políticas de control socialvigentes en la Córdoba tardo-colonial, destinadas a las mujeres de lajurisdicción, haciendo especial hincapié en las implementadas por la justiciasecular, que se sumaron a las fijadas por la inquisición local -dependiente delTribunal de Lima-, un siglo atrás 2 .Como consecuencia de la aplicación de esta política, se articularonnuevas modalidades de clasificación, demarcación y organización de los espacios,individuos y grupos; lo que llevó a la implementación de un estado desujeción y control para la mayor parte de la población, encarcelando o segregandoa quienes entraban en las definiciones legales de ociosos, pendenciaros,mendigos, ebrios, desocupados, escandalosos, irreligiosos y locos. Políticaque pudo instrumentarse a través del dictado de “bandos de buen gobierno”,que se despacharon a lo largo y ancho de toma América con suma insistenciaa partir de la segunda mitad del siglo XVIII; y podemos evidenciarloscomo portadores de un mensaje ideológico-social que buscó convertir a “laplebe” en un objeto de control hegemónico 3 Como sostiene Alejandra Araya,estamos en presencia de un discurso ideológico social que cobró forma en lasegunda mitad del siglo XVIII respecto de la población -plebe que fue contro-1 Existen numerosos trabajos a nivel local que abordan la temática. Entre ellos, podemos citar:PUNTA, Ana Inés. Córdoba Borbónica. Persistencias coloniales en tiempo de reformas (1750-1800). Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, 1997. pp. 209-233; ASPELL,Marcela: “El Control Social en la Gobernación Intendencia del Marqués de Sobre Monte”.Sobre Monte El Gobernador Olvidado. Córdoba, Junta Provincial de Historia de Córdoba,2001. pp. 23-57; RUSTAN, María. De perjudiciales a pobladores de la frontera. Poblamientode la frontera sur de la Gobernación Intendencia de Córdoba a fines del siglo XVIII.Córdoba, Ferreyra Editor, 2006; VASSALLO, Jaqueline. Mujeres Delincuentes. Una miradade género en la Córdoba del siglo XVIII. Córdoba, Centro de Estudios Avanzados. UniversidadNacional de Córdoba, 2006. pp.161-175.2 Las fuentes utilizadas pertenecen al Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba ( Expedientesjudiciales, Sección Crimen); Archivo de la Oficialía Mayor de la Municipalidad deCórdoba ( Libros de visita de cárcel) y Archivo del Arzobispado de Córdoba ( SecciónInquisición, Leg. III).3 GOICOVICH, Francis. “La permeable frontera de la sociedad finicolonial: una aproximaciónal uso jurídico del imaginario social ( Santiago de Chile, 1804)” Revista Escuela deHistoria , Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta. N°5, Vol 1. 2006.


61lada por las autoridades al ser percibida como “peligrosa” para el orden 4 .Peligrosidad que se traducía, según el discurso oficial, en la posibilidad latentede que cometieran delitos, relacionados con la “ociosidad”: homicidio,heridas, robo de ropa y ganado, amancebamiento, adulterio, juegos de azar,vagancia y portación de armas prohibidas.En este sentido, la Corona trató como un asunto de “policía” 5 , a quienescalificó como perjudiciales, vagamundos, ociosos y escandalosos, criminalizándolosy penalizándolos, al mismo tiempo que obtuvo mano de obrabarata para la realización de obras públicas.II. Sujeción, disciplinamiento y castigo en Córdoba del Tucumán.En el ámbito de Córdoba del Tucumán, fue el Marqués de SobremonteprimerGobernador Intendente- quien implementó los más severos ajustes enlos mecanismos de control sobre la población tanto urbana como rural de lajurisdicción, a lo largo de más de una década de gestión, penalizando laociosidad, ordenando la fuerza de trabajo, asegurando las fronteras y nombrandonuevos auxiliares de justicia 6 .Recordemos que hacia mediados del siglo XVIII Córdoba pasó a ser laregión del interior rioplatense más densamente poblada y rica en cuanto a suproducción agropecuaria: contaba con poco más de 50.000 habitantes, superandoa Santiago del Estero- la segunda jurisdicción más poblada del interior-.La diferencia fundamental entre una y otra radicaba en el porcentaje de indígenas,que en Córdoba no superaba el 10% y en Santiago trepaba al 25%; por suparte, la población mestiza era generalmente tenida por blanca. Su capital erala única ciudad universitaria en toda el área- después de Charcas- y contabacon una vida social y cultural bastante intensa en relación con los parámetrosregionales, marcada por la presencia de numerosas iglesias y conventos.Poseía un sector mercantil urbano consolidado, que controlaba unaparte relevante del tráfico comercial hacia Buenos Aires, hacia el Alto Perú yCuyo para llegar a Chile. En consecuencia, la ciudad se transformó en elnúcleo urbano más importante de toda la región: tenía más de 11.000 habitantes,número que por entonces sólo era superado por Buenos Aires, quedevino en capital virreinal en el último cuarto del siglo XVIII, y al mismo4 ARAYA, Alejandra. Ociosos, vagabundos y malentretenidos en Chile colonial. Santiago,Centro de Investigaciones Diego Barraos Arana, 1999.5 GUTIERERZ, José Marcos. Práctica Criminal de España. Tomo III. Benito García y Compañía.Madrid, MDCCCVI.pp. 194-195.6 VASSALLO, op. cit.


62JAQUELINE VASSALLOMujeres desobedientes de la córdoba finicolonialtiempo, la ciudad mediterránea pasó a ser cabecera de la Intendencia deCórdoba del Tucumán.Esta posición central en la geografía de intercambios interiores le otorgóun papel destacado en el tráfico mercantil rioplatense; ya que a fines delperíodo colonial, cerca de la mitad del volumen del tráfico de mercaderíasdesde y hacia el interior, pasaba por ella. 7Ahora bien, siguiendo a Sánchez Bohorquez, esta política se articuló através de instrumentos de vigilancia, estrategias de intervención y medidasde coerción. 8En este sentido, en las ciudades se conformaron barrios, se nombraronalcaldes de barrio y se dispuso la realización de rondas nocturnas; mientrasque en la campaña se fundaron poblaciones, al mismo tiempo que designaronnuevos jueces comisionados y alcaldes de la hermandad. Sin olvidar la imposiciónde la delación obligatoria para todos habitantes de la jurisdicción, encaso de que supieran de la comisión de los delitos vinculados a la “ociosidad”.Esta imposición, se vino a sumar a la prescrita por la Inquisición paraque se denunciaran “herejías” y “delitos contra la fe” ante la comisaría local,bajo pena de “excomunión”. 9Sin lugar a dudas, pensamos que estos mecanismos de control suponíanun ajuste a los ya establecidos en una sociedad jerárquica, tradicional y patriarcal,que aparecieron implementados como consecuencia de una serie demiedos sociales que sostenían las autoridades y las élites; todos asociados altemor de la inversión del orden social, político y religioso 10 .En consecuencia, sobre varones y mujeres recayó no sólo un control enla definición de los modelos de comportamientos a seguir y en la asignación deun lugar dentro del esquema del orden social impuesto, sino también los destinadosa prevenir y reprimir sus conductas cuando se consideraran desviadas,en el marco de las políticas de control aludidas; que se materializaron con la7 FRADKIN, Raúl - GARAVAGLIA, J.Carlos La Argentina Colonial. El Río de la Plata entrelos siglos XV y XIX, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009. pp 71- 72.8 SANCHEZ BOHORQUEZ, José Enrique “Reordenamiento urbano y control social en SantaFe de Bogotá (siglo XVIII)”. De sujetos, definiciones y fronteras. Ensayos sobre disciplinamiento,marginación y exclusión en América. De la colonia al siglo XX. Carbonetti, Garcés,Blanco comp. Jujuy, Universidad Nacional de Jujuy, Jujuy, 2002.9 LEA, Charles. Historia de la Inquisición Española. Tomo II., Madrid, .Fundación UniversitariaEspañola, 1983.p.379.10 O’PHELAN GODOY, Scarlett: “La construcción del miedo a la plebe en el siglo XVIII através de las rebeliones sociales”. El Miedo en el Perú. Siglos XVI al XX. Lima, PontificiaUniversidad Católica del Perú, 20<strong>03</strong>. pp.123-138.


63aplicación de reglas penales en las que se redefinían en una forma más económicalos delitos, reglas que estipulaban contravenciones, el sometimiento a lavigilancia de jueces y alcaldes y la imposición de castigos y destinos.Sin lugar a dudas, este disciplinamiento social, impuesto por la élite y queestaba acompañado por el discurso de la Iglesia, intentó modificar el comportamientode las personas que mayoritariamente pertenecían a los sectoressubalternos de la sociedad colonial - por entonces, en franco aumento- 11 , quefrecuentemente vivían una sexualidad que no seguían la ortodoxia católica,realizaban actividades consideradas por aquéllos, como poco productivas o llevabanvidas por fuera de los ideales modélicos impuestos por el orden colonial.En una sociedad tradicional como la cordobesa de entonces, pese aciertas “debilidades e intersticios” que caracterizaron a los controles impuestos,entendemos que recayeron con especial peculiaridad sobre el comportamientofemenino, que además de estas normas legales, debía soportarlas impuestas por el patriarcado.No es casual, entonces, que las destinatarias de esta política fueranlas mujeres más pobres, las trabajadoras libres, españolas pobres, mendigas,esclavas, mujeres que pertenecían a las “castas”, quienes no vivían siguiendolas pautas sexuales ortodoxas, o que no mostraban sujeción a un padremarido,por su sola independencia moral y su aparente carencia de mediospara sobrevivir. Ellas eran sospechosas de cometer los más variados delitos ycontravenciones, fueron procesadas y encerradas por “asuntos de policía”,que eran visibilizados como “escándalos”- vivir separadas de sus maridos obañarse con hombres en el río, discutir con vecinos, desobedecer a las autoridadestanto religiosas como seculares, gritar por las calles-. Tampoco quedaronfuera de este ámbito las lavanderas, a quienes se les ordenaba no“causar escándalos” con la faena de lavar, ni las panaderas que a partir de1790, sólo podían vender pan debajo de los arcos del cabildo, debiendo retirarsea sus casas a “la oración” 12 .A través de una lectura atenta de los mencionados “bandos”, evidenciamosel peculiar control que recayó sobre la fuerza de trabajo femenina:lavanderas, panaderas, pulperas y criadas. Y esto no es casual, ya que lapobreza era vinculaba a la “degradación moral”, por cuanto la mujer traba-11 BARRENECHE, Osvaldo “A solo quitarte la vida vengo. Homicidio y Administración deJusticia en Buenos Aires. 1784-1810”. Estudios de Historia Colonial Rioplatense. CarlosMayo ( coord). La Plata, Universidad Nacional de la Plata, 1999. p.19.12 Bandos de “buen gobierno” de 1790, 1792 y 1793. GONZALES, Marcela. Control socialen Córdoba. La Papeleta de Conchabo 1772-1892. (Documentos para su estudio). Córdoba,Centro de Estudios Históricos, 1994.


64JAQUELINE VASSALLOMujeres desobedientes de la córdoba finicolonialjadora – “pobre” por definición- era siempre sospechosa de “deshonestidad”,y frecuentemente vinculada a la prostitución 13 .De acuerdo con ello, Sobremonte intentó reducir el ámbito del bajomundo criminal urbano, cuyos centros sociales -a su entender-, se hallabansituados en las pulperías o en las márgenes del río de la ciudad, limitando lajornada de trabajo de estos negocios y no admitiendo que en ellos tuvieranlugar “juegos prohibidos”. En este punto, siguiendo a Igor Goicovic, el “encuentrodesenfrenado” de varones y mujeres en la pulpería, se convirtió enuno de los argumentos más socorrido por la autoridades locales, de cara aimpedir el funcionamiento de este tipo de locales. En ellas se encarnaba lavisión de la élite que suponía a las mujeres: “por naturaleza” frágiles y contendencia al pecado. Por lo tanto, la estrategia de control social desplegadapor las autoridades locales fue cercar con impuestos y medidas restrictivas -puertas abiertas, multas al desorden- los diferentes ámbitos en los cuales sellevaba a cabo la sociabilidad popular transgresora 14 .En tanto que a las lavanderas y criadas Sobremonte les prohibió “tenercorrillos” con varones a la orilla del río cuando desempeñaban sus trabajos, ocuando recogían agua para la casa de sus patrones 15 .Sin lugar a dudas, la mezcla de los cuerpos de varones y mujeres constituíauna barrera infranqueable, desde la perspectiva de las autoridades civilesy religiosas, así como del conjunto de la élite de entonces. El miedo a la mezcla,al contacto contagioso, a la incapacidad de guardar las distancias y lasjerarquías, ya entre personas de rangos sociales distintos, como entre personasde distinto sexo, alimentó en gran parte la conformación “desde arriba” deuna sociedad rígida, poco dispuesta a rozarse o a “confundirse” en el otro 16 .Por su parte, las mujeres que habían resultado clasificadas como “pobresverdaderas”, debían solicitar autorización –mediando pedido de licencia-para mendigar dentro de la ciudad, siempre que fueran “avecinadas ynaturales” de Córdoba; y cuya constancia debían portar consigo, bajo el riesgode ser detenidas en la cárcel capitular 17 .13 BOLUFER, Mónica. “Entre historia social e historia cultural: la historiografía sobre lapobreza y caridad en la época moderna”. Historia Social, N 43. Fundación Instituto deHistoria Social, Madrid, 2000.14GOICOVIC, Igor “Ámbitos de sociabilidad y conflictividad en Chile tradicional. SiglosXVIII y XIX”. Revista Escuela de Historia , Facultad de Humanidades, Universidad Nacionalde Salta. N°4, Vol 1. 2005.15 Bandos, GONZALEZ. op. cit.16 CORNEJO, Tomás. Manuela Orellana, la criminal. Género, cultura y sociedad en el Chiledel siglo XVIII. Santiago, Tajamar editores, 2006.17 Bando de buen gobierno de 1992. GONZALES, op. cit.


65Ahora bien, esta política se conjugó con el accionar de la Inquisición, anivel local urbano, que por entonces receptó denuncias que involucraron amujeres pobres, y algunas esclavas, acusadas de hechicería, curanderismo,adivinación y proposiciones y hasta se dispuso el uso de la cárcel capitularpara encerrar a algunas de ellas Estas mujeres muchas veces aparecen denunciadaspor personas que buscan vengarse de una curación infructuosa,amantes temerosos de no poder tener relaciones sexuales con sus esposaspor tener “un hechizo” y hasta algunos comparecen para dar cuenta de “chismes”y “habladurías”. 18 Es sabido que en este escenario, el mecanismo decontrol social más socorridos por la comunidad es el chismorreo, que constituyóuna poderosa arma de disciplina y control comunitario, en manos principalmentede las mujeres. 19En tanto que las mujeres residentes en la campaña, resultaban frecuentementesospechadas de conformar “familias perjudiciales”, estar “amancebadas”y robar ganado. 20Siguiendo esta línea argumental, se pusieron en marcha medidas decoerción, aplicando multas, azotes, encierro, destinando a conchabo y destierro,mediando en algunos casos procesos judiciales y en otros sentenciasverbales emitidas en el marco de las visitas de cárcel. En este punto, pensamosjunto a Albornoz, que el espacio judicial fue “un lugar de ejercicio de lopolítico en temporalidad cotidiana”. 21Desde los estrados judiciales, entonces se dispuso el encierro: uno delos destinos frecuentes, aplicado con el objetivo de disciplinar a varones ymujeres. En este sentido, no es casual que Sobremonte llevara adelante lareparación de cárcel, incluyendo la construcción de una capilla en la que seoficiaban misas para la población carcelaria -atendiendo a la relación existenteentre delito y pecado-, como también donde tenían lugar los casamientosdeterminados por sentencia judicial de las parejas procesadas por amancebamiento,con el objetivo de restringir la sexualidad sólo al interior delmatrimonio.18 Archivo de la Oficialía Mayor de la Municipalidad de Córdoba ( en adelante AOMMCC ).Libro de visita de cárcel: 1789-1795. Asimismo, Archivo del Arzobispado de Córdoba ( enadelante AAC). Sección Inquisición, Tomo III.19 GOICOVIC, op. cit.20 VASSALLO, op. cit.21 ALBORNOZ VAZQUEZ, María Eugenia. “El mandato del ‘silencio perpetuo’ Existencia,escritura y olvido de conflictos cotidianos ( Chile, 1720-1840)”, Justicia, Poder y Sociedaden Chile: recorridos históricos, Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, 2007. p. 23.


66JAQUELINE VASSALLOMujeres desobedientes de la córdoba finicolonialEn este punto, es importante destacar que Sobremonte no recogió lasugerencia que habían realizado los regidores del cabildo, por 1760, de construiruna Casa de Recogidas con el objetivo de “sujetar a las mujeres escandalosas”,por entonces identificadas desde el discurso oficial con “la plebe,que andaba libre, a su arbitrio”. 22 Para ellas, sencillamente dispuso una celdaseparada de los espacios que ocupaban los varones en la cárcel capitular.Recordemos que esta institución tenía como primera finalidad “sujetar” aciertas mujeres cuya vida parecía demasiado libre para el orden colonial. Losideales modélicos asignados por las leyes de la monarquía y los ventilados enlos púlpitos y confesionarios, imponían y persuadían en el cumplimiento delas representaciones de género compulsivamente puestas en vigencia desdelos inicios de la conquista. 23Es sabido que estos espacios eran pensados para que fueran a dar consus huesos, las mujeres de los sectores subalternos. Las mujeres de las élites,en cambio, eran destinadas a un convento o resultaban castigadas puertasadentro, para evitar el escándalo y mantener incólume el “honor familiar”.Va como ejemplo, a manera de “radiografía”, las mujeres que se encontrabandetenidas en la cárcel capitular por el 9 de noviembre de 1793,que quedaron registradas por el escribano que labró el cata de la visita decárcel. A saber: María Ochoa, Margarita Montiel, María Isabel Alanís – procesadaspor homicidio-, María Teresa González –por falsificación de moneda-,Bernarda y María Riarte, por “complicadas con los Nuebas”, la ladrona JuanaRosa Salguero, Josefa Gutiérrez encerrada “por mala conducta”, María SusanaSánchez, Cayetana Agüero y María Isabel Ávila. Asimismo, tres mujeresdetenidas por el comisario Guadalberto Carranza: María Manuela Correa, MaríaCatalina Galván y Juana Garay, que si bien lamentablemente no conocemoslas imputaciones por las que resultaron detenidas en esa oportunidad, una deellas, María Manuela, ya había sido detenida en 1764, junto a sus hermanasCeledonia y Fulgencia por “mal comportamiento”, a pedido del mismo comisario,y en razón de una denuncia anónima que éste había recibido. 24Pero el encierro del cuerpo, no sólo se limitaba al padecido en la cárceldurante el proceso judicial o a manera de castigo en presidios de mujeres.También se determinaban condenas a prestar servicios en determinadosestablecimientos, como hospitales o escuelas -para el caso de Córdoba, elhospital de mujeres y la escuela de “Niñas educandas” fundada por el obispo22 “Informe del Cabildo de Córdoba al rey”. SEGRETI, Carlos. Córdoba, ciudad y provincia( siglos XVI-XX). Córdoba, Centro de Estudios Históricos, 1998.23 VASSALLO, op. cit.24 AAC. Tomo III.


67San Alberto en 1782-. Sin embargo es imprescindible mencionar que esteúltimo destino, sólo fue asignado a María Teresa González, una mujer españolay viuda, de “buena reputación” acusada de “consentir” la falsificaciónde moneda que había realizado su hijo Tomás junto a un primo. Y esto no escasual, ya que se trataba de un espacio cuidado por la élite en el que seinstruían a niñas españolas huérfanas y de donde muchas salían para casarseo para tomar los hábitos; a diferencia del hospital, donde iban a parar lasenfermas pobres que eran atendidas por mujeres -también pobres- condenadasa prestar servicios.Asimismo, tenemos que mencionar las mujeres que fueron obligadas aconchabarse en las casas de las élites, a las que ingresaban como personal deservicio, y donde quedaban sometidas a una dimensión disciplinaria marcadapor el patriarca de turno o por la dueña de casa, que desde la óptica de lajusticia era considerada como una mujer “honrada”. A manera de ejemplo,citaremos las casas de Córdoba que más recibieron mujeres provenientes de lacárcel, entre 1796 y 1810: María del Carmen Aramburú, Manuela Arrascaeta,Gregorio Antonio Berrotarán, Ignacio Canelo, Josefa Casas, Antonio Félix de laFonseca, familia Pereyra, familia Villarreal, doña Micaela Pérez y Juan Vélez. 25En tanto que otras mujeres, fueron enviadas a sus casas, para ponersebajo la vigilancia de alguna autoridad de la familia, muchas veces esta fue unade las estrategias más comunes que esgrimieron algunas de las mujeres desdela cárcel, cuando solicitan a los jueces su liberación para ponerse a recaudo dealgún familiar. Así lo hizo doña Bárbara Lencinas, acusada por su marido decometer adulterio, en una solicitud fechada el 24 de diciembre de 1799 “suplicorendidamente a la bondad de Vmd, se sirva ponerme en libertad bajo fianzaque ofrezco con la persona de mi madre Doña María Ignacia Allende”. 26Finalmente, también algunas quedaron comprendidas en la política depoblamiento de la frontera, ya que por entonces se entendía al acto punitivo,como una herramienta política para consolidar demográficamente esos espacios”.27 De esta manera, se intentó asentarlas junto a sus parejas, y en algunoscasos con sus familias en “pueblos formales” -por suponerlos sospechosos decometer abigeatos y otros “excesos”. A manera de ejemplo, podemos citar loscasos de Marcelina Guzmán y María Arrascaeta, dos mujeres procesadas porrobo de ganado. Ambas fueron destinadas por Sobremonte a uno de los “fuertesde la frontera”. 28 Aunque esta última logró que le revocaran el destino por25 AOMMCC. Libros de visita de cárcel: 1789-1795; 1796-1802; 1808-1810.26 Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba ( en adelante. AHPC) 1800-86-7.27 SANTAMARIA, Daniel. “La Sociedad Indígena”. Nueva Historia de la nación Argentina.Tomo II. Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, Planeta, 1999. p. 202. .28 AHPC. 1796-73-29; 1794-62-18


68JAQUELINE VASSALLOMujeres desobedientes de la córdoba finicolonialhaber aducido que tenía un hijo loco y una hija de 14 años, mientras evocaba la“debilidad” y desamparo”, con que se había construido el ideal modélico deviuda: “que en la frontera una muger sola no pude construir casa pa vivir, sinproporcionar lo necesario pa su subsistencia y la de un hijo loco y una muchachade catorce años, que sirve de consuelo en su viudez prolongada”. 29En este contexto, las familias aparecían como unidad operativa idealpara ordenar y controlar a la población, siguiendo la política que había comenzadoen la conquista. Concebida como “unidad básica”, en la que seasentaba todo el orden social, de su correcto funcionamiento dependía lacohesión de la población, ya que desde el núcleo familiar se internalizabanlas normas de conducta y se inculcaban los valores de jerarquización. En estesentido, la autoridad del padre-esposo devenía en incuestionable; mientrasque cónyuges, hijos e hijas, esclavos y sirvientes -si los había- debían obedecerloy respetarlo. 30Sin embargo, como sostiene Steve Stern, la realidad latinoamericanadel pasado ha permitido constatar que “los privilegios de servicio y de posiciónbasados en el género no sólo marcan las diferencias entre hombres ymujeres, sino que también constituyen una base para la alianza, la subordinacióny la estratificación entre los varones y entre las mujeres. 31 En estepunto, es imprescindible destacar que no era lo mismo ser mujer españolaque ser indígena, ni tampoco padre-esposo libre, que ser esclavo. Resultafundamental, entonces, realizar una lectura diferenciada de las obligacionesy los derechos que otorgaba el patriarcado, para poder comprender que,además de la posición hombres/ mujeres, las diferencias de género otorgabanrasgos identitarios y posición social a los sujetos, teniendo en cuenta supertenencia social, étnica y hasta etaria. 32Ahora bien, en una sociedad que gestaba delincuentes, ¿cuáles eran lasformas que asumía la delincuencia femenina de entonces?.Recordemos que el derecho -como norma y como doctrina- había recogidola idea de que las mujeres encarnaban indignidad, flaqueza, debilidadintelectual, lascivia, y hasta maldad; lo que conllevó a situarlas como máspropensas a la comisión de delitos que pusieran en jaque la integridad físicao el honor de los varones. 33 En consecuencia, el orden patriarcal legisló bus-29 AHPC. 1794-62-1830 ORELLANA, op. cit. p.9.31 STERN, Steve. La historia secreta del género. Mujeres, hombres y poder en México en laspostrimerías del período colonial. México, Fondo de Cultura Económica, 1999.32 ORELLANA, op. cit. p 10.33 CANTARELLA, Eva. Pasado Próximo. Mujeres romanas de Tácita a Sulpicia. Madrid,Ediciones Cátedra, 1996, p.102;


69cando controlar la esfera de la sexualidad de las mujeres, al definir comodelitos el adulterio, aborto, estupro, seducción o infanticidio- figuras quealuden específicamente al control de la sexualidad y la maternidad. Paralelamente,colocó un límite al castigo penal de las mujeres por su “menor racionalidad”-presumiendoque no siempre actuaban con “dolo”, es decir, sabiendolo que hacían- y porque su cuerpo naturalmente “débil” no resistiría elcastigo, aunque también era reproductor de vida. 34En el contexto referido, a este elenco habitual de delitos se les sumaronnuevas imputaciones y como resultado de su implementación, durante elúltimo cuarto del siglo XVIII y principios del XIX, trescientas cincuenta y sietemujeres pasaron por la celda de la Real Cárcel de Córdoba en calidad deprocesadas, sentenciadas y detenidas temporalmente.Componían la población femenina las acusadas de la comisión de algúndelito por la justicia ordinaria, que debían esperar encerradas entre sus muros,mientras se substanciaba el proceso penal. Sin embargo, la práctica mezclóconsiderablemente los sentidos de la cárcel -que legalmente sólo debía albergara procesados-. En este sentido, también hallamos a quienes resultabansospechosas por la comisión de alguna herejía, por el comisario del SantoOficio -mientras se labraba la sumaria que luego sería remitida al tribunal deLima-, y a quienes se consideraba “locas” -sin que necesariamente hubierancometido delito alguno-. Por su parte, a las sentenciadas a penas de reclusiónque no querían enviarlas a otro destino - por ejemplo, la Casa de Residenciade Buenos Aires- por lo costoso del traslado o el temor a que fugaranen el camino, y finalmente, a esposas, hijas, hijos o esclavos, presos pormandato de los maridos, padres o amos, por incumplimiento del “rol” asignadoo exigido. 35Definidas por la racionalidad del poder como delincuentes y pecadoras,y sus comportamientos calificados como crímenes y pecados, 36 cientoseis mujeres fueron procesadas por la justicia ordinaria de Córdoba: cincuentay seis por amancebamiento, catorce por robo, once por homicidio, otrastantas por injurias, ocho por adulterio, cinco por lesiones y en igual número34 GRAZIOSI, Marina. “La mujer en el imaginario penal”. Identidad femenina y discursojurídico. Buenos Aires, Biblos, 2000 pp 138-139; POYATO CLAVO, Carmen. “La exclusiónde las mujeres del ámbito público: La Contribución del Derecho”. Del Patio a la Plaza.Las mujeres en las sociedades mediterráneas. Granada, Anónimas y Colectivas, 1995. pp267-277.35 AOMMCC. Libros de Visita de Cárcel 1764-1789; 1789-1795; 1796-1802 y 1808-1810.36 TOMAS Y VALIENTE, Francisco. “Delincuentes y pecadores”, Sexo barroco y otrastransgresiones premodernas. Madrid, Alianza, 1990. pp.11-31.


70JAQUELINE VASSALLOMujeres desobedientes de la córdoba finicolonialpor incesto, dos por escándalos, una por bigamia y otra por falsificación demoneda. 37 Se trata mayoritariamente de mujeres que pertenecían a los gruposconsiderados como inferiores, de condición libre, residentes en la ciudady en la campaña.Las causas de los delitos cometidos por estas mujeres se encuentran enla articulación de determinaciones de su condición genérica, con su situaciónespecífica de grupos social de pertenencia, edad, condiciones de vida, surelación con los hombres, etc. Pensamos junto a Lagarde y de los Ríos que lasrelaciones sociales, las funciones, las actividades, las formas de comportamiento,las creencias y las normas que regían la vida de las mujeres, son lasque explican los delitos que cometieron; ya que muchos de ellos son explicablespor su situación vital. 38Existieron, asimismo, mujeres que fueron detenidas y vivieron en lacárcel durante un tiempo, sin que se les iniciara una causa, porque estapolítica abrió las puertas de la celda capitular a particulares que no quisierandisciplinar a sus mujeres y esclavas, a través de castigos privados. En estesentido, fueron encerradas numerosas mujeres por orden de sus maridos, oesclavas “por sus amos”, con lo cual la justicia cordobesa dio paso a la aplicaciónde ideas correccionales, en el cumplimiento de un fin “correctivo” a37AHPC: Falsificación de moneda l793- 60- 21; Amancebamiento: 1786- 42-28; 1795- 48-7; 1791-83-2; 1794- 63-10; 1796- 73-28; 1785- 38-14; 1787- 43-41; 1793- 59-11; 1794-64-1; 1800-86-27; 1802-94-18; 1805- 105-27 ; 1808- 113-6; 1809-114-6; 1809-115-20;1780-86-11; 1786-42-20; 1790 -49-6; 1790-49-19; 1791-80-7; 1791-54-17; 1792- 55-11;1792- 55-37; 1793-58-28; 1793- 67-2; 1794- 63-39; 1794-62-3; 1794- 63-36; 1794-62-18; 1794-82-17; 1794-62-18; 1794-63-11; 1796- 73-3; 1796- 71-10; 1796- 73 –26;1797- 80-10; 1797- Exp. 23; 1797- 80-4; 1799-83-26; 1799- 83-20; 1799-85- 13; 1799-85-18; 1799- 82-17; 1799- 82-2; 1799-85-11; 1799- 85-11; 1800-86-11; 1802- 94-2;1802- 94-12; 18<strong>03</strong>- 97-8; 18<strong>03</strong>- 102-17; 18<strong>03</strong>-97-5; 1805-102-5; 1805-102-11; 1805- 101-8; 1806- 104-15.; 1806-105-16; 1806-105-24; 1807- 109-24; 1808-74-6; 1808-111-13; 1809-115-8 ; Adulterio: 1788-33-3; 1799-Exp 14; 1787-42-22; 1788-44-18; 1790-49-5; 1787-42-10; 1800- 86- 7; 1781-35-21. Incesto: 1809-115-23; 1795-66-16; 1787-42-21; 1792-55-16. Bigamia: 18<strong>03</strong>-97-9. Homicidios: 1787-3-7; 1807-106-2; 1793- 58-7; 1800-88-7; 1794-61-20; 1790-52-5; 1791-53-35; 1789-46-6; 1802-93-3. Heridas: 1790- l50-17; 1791-54-17; 1786-42-11; 1788-44-16; 1782-37-10.Escándalos: 1787-43-31; 1807-109-4. Robo: 1792-50-19; 1794-63-39; 1807-108-15; 1796-73-29; 1794-63-34;1794-62-18; 1791-55-8; 1789-46-3;1797- 77- 14; 1802-93-1. Injurias: 1797-78-14; . 1786-41-12; . 1807-32-18; 1784-38-3; 1808-110-13; 1789-84-11; 1797-78-1; 1789-48-29; 1798-54-3. Escribanías: Robo. Escribanía1- 1797-427-9; Injurias: Escribanía IV- 1807-29-21.38 LAGARDE Y DE LOS RIOS, Marcela. Los cautiverios de las mujeres: madresposas,monjas, putas, presas y locas. México, Universidad Autónoma de México, 20<strong>03</strong>, p.652.


71falta de hospicio o casa de corrección. 39 Estas mujeres llegaron a la cárcel dela mano de esposos, amos y padres, y eran depositadas en la celda junto a lasdemás detenidas, acusadas de las más variadas imputaciones, y permanecíanallí hasta que sus representantes lo dispusieran; que generalmente era entreuno y dos meses.En este punto, diremos junto a Salinas Meza que la subordinación degénero era transversal a los diversos grupos sociales. Esto entrelaza a lasesclavas con las mujeres de su grupo primero, con el resto de las mujerespopulares después, y finalmente, con las mujeres en general de la sociedadcolonial. 40Asimismo, estamos en condiciones de afirmar que de acuerdo a lostrabajos de Cornejo, 41 que mencionan la dinámica del funcionamiento de laCasa de Recogidas de Santiago de Chile, Sobremonte y sus sucesores, utilizaronla cárcel, siguiendo sus prácticas de castigo y disciplinamiento (detenciónsin proceso formal y encierro sin duración prefijada); con la diferenciaque las autoridades coloniales locales no compartieron el poder decisorio conel obispo de turno, sobre quien recayó las decisiones de las liberaciones delas mujeres chilenas. Dinámica a la que se sumó la comisaría de la Inquisición,pero sin tener representación en las visitas, para no renunciar a unabúsqueda de disciplinamiento y también de castigo, a sabiendas de que unatramitación ulterior en Lima podría ser desestimar la sumaria o que el castigollegara a su parecer, demasiado tarde. Y esto lo decimos ya que la estadíade las tres mujeres en la cárcel fue efímera: en la visita practicada el 5 dediciembre, ya no se encontraban en la celda ni tampoco hemos encontrado lasustanciación de una sumaria.III. A manera de cierre.A través de la documentación analizada podemos afirmar que la arenajudicial constituía un escenario propicio para dar forma y poner en circulaciónun discurso que hiciera saber a hombres y mujeres lo que se esperaba deellos, cómo debían comportarse y cuáles eran los límites aceptados por lasautoridades seculares y religiosas.39 LEVAGGI, Abelardo. Cárceles Argentinas de Antaño. ( siglos XVII-XIX). Teoría y Realidad.Buenos Aires, Villela Editor, 2002.40 SALINAS MEZA, René “Cuerpo y erotismo en Chile”, Fragmentos para una historia delcuerpo en Chile. Santiago, Taurus, 2010. p. 6041 CORNEJO, op. cit. pp 145- 146.


72JAQUELINE VASSALLOMujeres desobedientes de la córdoba finicolonialSin lugar a dudas, hemos comprobado que el sistema penal fue –y seráselectivo,ya que generalmente escoge su clientela entre los individuos pertenecientesa sectores especialmente vulnerables y que, además, posee unaltísimo componente androcéntrico. El sistema vigente en la gobernaciónmás austral del Imperio, durante el período tardo colonial no escapó a estaafirmación. Entre los visitantes asiduos de la cárcel, encontramos gran cantidadde personas que pertenecían al sector perseguido, y entre ellos, las mujeres.En la relación mujeres- justicia se expresa y recrea la relación de lasmujeres con el poder patriarcal, basada en la dependencia vital, la sujeción,la servidumbre voluntaria y la ignorancia. En estas condiciones, las mujeressiempre perdían como delincuentes, ya que se las consideraba culpables.Sin lugar a dudas las causas por las que fueron llevadas ante la justicia,traducen con claridad los temores de la sociedad patriarcal de entonces: elincumplimiento de los roles asignados de las mujeres, con lo cual se ponía enpeligro a la “familia” misma, entendida por entonces como fundamento delorden social. En tanto que los castigos asignados reflejan una suerte de imposicióndel encierro, que estaba prescrito para las mujeres en el marco de lasrepresentaciones de género vigentes, aún cuando en esos tiempos, la justiciase empeñaba en aplicar castigos en ámbitos públicos con el objetivo de disuadira la población a que no cometieran los mismos hechos.Bibliografía.ARAYA, Alejandra. Ociosos, vagabundos y malentretenidos en Chile colonial. Centrode Investigaciones Diego Barraos Arana, Santiago, 1999.BARRENECHE, Osvaldo “A solo quitarte la vida vengo. Homicidio y Administración deJusticia en Buenos Aires. 1784-1810”. Estudios de Historia Colonial Rioplatense.Carlos Mayo ( coord). La Plata, Universidad Nacional de la Plata, 1999.CANTARELLA, Eva. Pasado Próximo. Mujeres romanas de Tácita a Sulpicia. Madrid,Ediciones Cátedra, 1996.CLAVERO, Bartolomé “Delito y pecado. Noción y escala de transgresiones”. Sexobarroco y otras transgresiones premodernas. Madrid, Alianza, 1990.CORNEJO, Tomás. Manuela Orellana, la criminal. Género, cultura y sociedad en elChile del siglo XVIII. Tajamar editores, Santiago, 2006.FRADKIN, Raúl - GARAVAGLIA, J.Carlos La Argentina Colonial. El Río de la Plataentre los siglos XV y XIX, Buenos Aires, 2009. pp 71- 72.GOICOVIC, Igor “Ámbitos de sociabilidad y conflictividad en Chile tradicional. SiglosXVIII y XIX”. Revista Escuela de Historia , Facultad de Humanidades, UniversidadNacional de Salta. N°4, Vol 1. 2005.


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75CUESTIONES DE GÉNERO. IMPUTACIONES DE AFINIDADY CÓPULA ILÍCITA EN LA SOCIEDAD VIRREINAL RIOPLATENSE.PRINCIPIOS DEL SIGLO XIXNora Siegrist*ResumenEl presente tema parte de un estudio de caso en donde se desarrolla lapostura poco común de una mujer sencilla, Teodora Casiba, india de LaRioja, para lograr la nulidad de su matrimonio, lo que tuvo lugar a principiosdel siglo XIX. Ello en mérito a un vínculo de afinidad no denunciada ycópula ilícita del cónyuge con una tía carnal de la nombrada. En tal sentido,Teodora se defendió de varios cargos que su marido le imputó; fundamentalmente,también, para contrarrestar las supuestas acusaciones de adulterioque parecía tener con el cura de Anguinán, Malligasta, de igual territorio.Las fuentes consultadas provienen de la documentación que se conservaen el Archivo del Arzobispado de Córdoba, Argentina y de una bibliografíarelacionada con el Derecho Canónico.Palabras Clave: género, castas, nulidad matrimonial.Clasificación JEL: Z0AbstractThe present work is about a study of an uncommon view of a simplewoman, Teodora Casiba, indian of La Rioja, that want to achieve the nullityof her marriage, that had place at the beginning of the century XIX. It inmerit to a link of not reported affinity and illicit copulation of her husbandwith her aunt. In such sense, Teodora fended off several fees that his husbandimputed her; Fundamentally in order to offset the supposed accusationsof adultery that she was supposing to have with an Anguinán’s priest,of equal territory. The consulted sources come from the documentationthat keeps in good condition on file of the Archdiocese of Córdoba, Argentinaand of a bibliography related with The Canonical right.Key Words: gender, chaste, married invality* Conicet- Cemla


76NORA SIEGRISTCuestiones de género. Imputaciones de afinidad y cópula ilícita...IntroducciónEl presente tema parte de un estudio de caso en donde se desarrolla lapostura poco común de una mujer sencilla, Teodora Casiba, india de La Rioja,para lograr la nulidad de su matrimonio lo que tuvo lugar a principios delsiglo XIX 1 . Ello en mérito a una afinidad no denunciada y cópula ilícita delcónyuge con una tía carnal de la nombrada. En tal sentido, Teodora se defendióde varios cargos que su marido le imputó; fundamentalmente, también,para contrarrestar las supuestas acusaciones de adulterio que parecía tenercon el cura de Anguinán, de igual territorio.De tal manera las cuestiones constituyeron dos juicios que se llevarona cabo casi paralelamente. El primero de los procesos, de orden canónico,constituye una interesante página histórica de los logros obtenidos para quequedaran sin efecto las nupcias de Casiba, lo que llevó a que pasados largosaños, pudiera volver a casar con otro hombre. El segundo juicio, comprendeel descargo de D. José Nicolás Ortiz de Ocampo para que se descubriese laverdad de su supuesto amancebamiento con la nombrada Casiba.En el presente análisis se observa cómo se desarrollaron las actuaciones;la defensa que esgrimió aquella en contra de su esposo “Silpituela”, através de los asesores letrados, y las manifestaciones que respondió para suamparo y el logro de la disolución conyugal. El material consultado provienetanto en uno como en otro juicio, de documentos del Archivo del Arzobispadode Córdoba; y de una bibliografía que se relaciona con los amancebamientosreales o imaginados de los llamados “curas concubinarios” europeos e hispanoamericanos2 . Igualmente, la documentación aporta el proceder poco1 Se ha buscado resaltar en las páginas del trabajo la actitud y vida de la india riojana TeodoraCasiba. Por su lado, las sumarias y juicios llevados a cabo, desde el punto de vista delDerecho canónico han sido desarrollados por el P. Dr. Nelson C. DELLAFERRERA, “Visitapastoral a La Rioja del Obispo Orellana. Acusación penal del indio Vicente Silpituelacontra el párroco de Anguinán y nulidad de su matrimonio con la india Teodora Casiba”, enRevista de Historia del Derecho, Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho, BuenosAires, 2002, vol. 30, pp. 149-174.2 Los amancebamientos de religiosos han sido tratados en una abundante bibliografía históricaeuropea e hispanoamericana; véase: Francisco NUÑEZ ROLDÁN, en Ocio y vida cotidianaen el Mundo Hispánico en la Edad Moderna, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2007, p.632, expresó: “A la hora de hablar de la vida cotidiana de dignidades cordobesas [de Andalucía]a mediados del siglo XVII, el amancebamiento era cosa frecuente. Muchos eclesiásticosno se privaban de caer en la tentación de la carne, no solo curas y frailes, sino tambiénlos propios miembros del Tribunal [de la Inquisición] (…). De hecho, no fue hasta las Cortesde Briviesca, en 1387, cuando se prohibió a los religiosos mantener una manceba”. Imposiblenarrar aquí la gran cantidad de casos históricos y literarios que apuntan directamente a


77común en que se comportó una joven mujer indígena perteneciente a lasllamadas “castas”, según la estratificación social usual en el Virreinato delRío de la Plata.Anguinán y Malligasta, lugares geográficos donde comienzan los litigios(en la actualidad un ámbito argentino de la provincia de La Rioja, deldepartamento de Chilecito), tenía asentamientos de indios originarios. 3 Engeneral, estuvieron establecidos en La Rioja los capayanes, diaguitas a losque se los denominó así porque estaban establecidos a orillas del “capañam”o “Camino del Inca”. A su vez, entre los capayanes, se encontraron tambiénlos anguinanaos, especialmente en el pueblo de Anguinán (Chilecito) 4 , de allísu nombre. Con el correr del tiempo, españoles y criollos comercializaroncon los productos de la región agrícola en explotaciones vitivinícolas, ademásde constituir la zona reserva de invernada del ganado propio y en tránsito.Anguinán, Malligasta y Chilecito conformaron poblaciones del Valle deFamatina o Famatinaguayo, dentro de la geografía central de La Rioja.Por su lado, el nombre Silpituela reconocía a la figura de un antiguocacique de la localidad y sus sucesores de Malligasta, muchos con igual apellido,con permanentes dificultades históricas con los curas del lugar. 5paternidades de curas. Un trabajo en elaboración, es el de Mónica GHIRARDI - Nora SIE-GRIST, “Españolas, afroamericanas y “otras castas” amancebadas con eclesiásticos y hombres“en religión” en tiempos cercanos a la independencia. Córdoba - Buenos Aires, XVIII-XIX”. Investigación dirigida al Centro de Estudios de la Mujer de América Latina, coordinadopor Sara Beatriz GUARDIA, Lima, Perú, Comisión del Bicentenario. Mujer e Independenciaen América Latina.3 Lía QUARLERI, “Alianzas y conflictos en La Rioja colonial: el Colegio de La Rioja, elCabildo, los encomenderos y el pueblo de Malligasta. 1680-1712”, en Revista Andes, Nº 10.p. 79-110.4 Cfr.: http://www.lariojacultural.com.ar/Nota.asp?id=159. Se ha dicho que después del GranAlzamiento Calchaquí, (1630-1636) varios pueblos fueron “desnaturalizados” del oeste catamarqueñoy reducidos en el territorio de los capayanes. Fue a partir del descabezamientoindígena que nacieron otros pueblos, como el de Malligasta, constituido con la llegada delos indios malli. Anguinán constituyó un poblado donde se levantó la Iglesia de Santa Rosade Lima (1784). A escasos 5 km. se encontraba la población de Malligasta con su Iglesia dela Inmaculada Concepción (1673) (contando en su interior con artísticas imágenes coloniales),que fue reformada en el año 1902.5 Al respecto Nelson C. DELLAFERRERA, en “La justicia penal eclesiástica en Córdoba delTucumán durante el siglo XVIII”, en Feliciano Barrios (coord.), Derecho y administraciónpública en las Indias Occidentales, Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha,2002, Tº I, pp. 405 y ss., expresó sobre indios que eran homónimos de nombres Silpituela:“… en un lamentable caso en que Luis Dávila y Gutiérrez, cura y vicario de Famatina, veja,azota y maltrata a Mateo y Alberto Silpituela, hijos del cacique de la doctrina de Malligas-


78NORA SIEGRISTCuestiones de género. Imputaciones de afinidad y cópula ilícita...En el relato que nos comprende, y señalado sucintamente el tiempo yespacio en que se iniciaron las sumarias judiciales apareció, a fines del sigloXVIII, un indígena de idéntica denominación “Silpituela”: José Vicente Díaz;seguramente, un descendiente de los arriba comentados.Cabe expresar que de manera contemporánea a los acontecimientos sedesarrolló por igual época la Visita pastoral (fundamental en la reforma delconcilio de Trento en orden a Hispanoamérica). En tal sentido, el ObispoOrellana regresó desde la Guardia de Luján a su Diócesis de Córdoba en 1812,luego de haber recorrido cientos de kilómetros. 6 Tiempo después volvió apartir, esta vez hacia La Rioja, pasado el segundo semestre de ese mismoaño. En esta ocasión, en Anguinán recibió la visita del indio originario “Silpituela”,solicitando se diera concluido el pedido de nulidad matrimonial quehabía iniciado desde tiempo antes contra Casiba, su mujer, y acusando alpárroco de igual lugar, D. José Nicolás Ortiz de Ocampo por mantener conella una “ilícita amistad”.I. El juicio por nulidad matrimonialSe conoce que en orden a los matrimonios contraídos por los miembrosde la Iglesia Católica, existió la obligación de denunciar los parentescos consanguíneoso por afinidad. 7 Como es lógico, sobre los primeros se podía conota.El cura no podía desconocer el rango de ambos indígenas, y sin embargo les impone uncastigo cruel e injusto, tanto física como moralmente porque desautorizaba a los hijos yherederos del jefe del pueblo.” Es evidente que estos acontecimientos ocurridos a mediadosdel siglo XVIII, produjeron malestar en los indígenas del lugar. Por agosto de 1754 el curay vicario de La Rioja, Dr. Juan Francisco Astrada suspende al párroco Dávila y Gutiérrezquien en su descargo alegó que la capilla del pueblo de Mallisgasta (el cacique Silpituela erael mayordomo) había sido robada por los indios.6 Para las visitas, ver: Mónica P. MARTINI, “Perfil jurídico de la visita pastoral. Aportes a suaplicación dentro del actual territorio argentino”, en Actas y estudios del XI Congreso Internacionaldel Instituto de Historia del Derecho Indiano, Buenos Aires, 1997, Tº II. Pp. 263-297.7 En el concilio de Trento (1545-1563) la cuestión fue señalada (y retomada). Existían obstáculosque imposibilitaban el matrimonio, entre ellos, los dirimentes y los impedientes. Losprimeros eran considerados con carácter de incesto y de tal tenor que los matrimonios contraídosquedaban automáticamente anulados, además de imponer sanciones que podían llegarhasta la excomunión. A su vez, los impedientes comprendían a aquellos que prohibíanrealizar el matrimonio sin la correspondiente dispensa merced a variadas causas: la mismaconsanguinidad entre el 2° hasta el 4° inclusive, fuera por nexo sanguíneo, afinidad o compadrazgo;la honestidad pública; etc. Ver: XIMÉNEZ CARRIÓN, G. J., Prontuario de losGrados Canónicos y Civiles de consanguinidad, Afinidad, Cognación legal y espiritual,


79cer con cierta certeza, por los antecedentes de las actas de bautismos, confirmacionesy matrimonios en las Parroquias. Pero, en relación con los gradosde parentesco “dudosos”, se trató de arribar a todas las conclusiones ciertas.En ocasiones, algunos menospreciaban las normas vigentes, ignorando lo quese adoctrinaba y evadiendo denunciar lazos políticos e inclusive los consanguíneos.Fue el caso del mencionado José Vicente Díaz, alias “Silpituela”, de LaRioja, que había tenido vínculos carnales con una tía de sangre de Casiba(ésta, su posterior esposa), sin haber señalado la afinidad al momento decontraer nupcias. Ello en flagrante delito, a pesar de lo que marcaba la leycanónica, difundida en los sermones en las misas dominicales impartidas alos feligreses como de denuncia obligatoria para los que deseaban contraernupcias, como para los allegados de éstos –fueran parientes o vecinos-.Como se observa una cosa fue el juicio por nulidad matrimonial y, otra,el supuesto adulterio de Casiba, en una sumaria “criminal” contra el cura ypor la infidelidad de la mujer. 8con sus árboles correspondientes y de aquellas cosas que se fundan en los parentescos,como todas las líneas respectivas a Mayorazgos, especies de estos, derecho de Patronato,con su Árbol, huecos y parentescos, y otros efectos civiles que producen los enlaces y de lainsaculación; con un Apéndice sobre dispensas, así en lo eclesiástico como en lo civil.Extractado de varios autores que en sus obras han tocado estas materias, Madrid, Imprentade Vallín, 1808; M. Mónica GHIRARDI, Matrimonios y familias en Córdoba 1700-1850.Prácticas y representaciones, Córdoba, Centro de Estudios Avanzados, UCA, 2004, pp.174- 177; Id., y Antonio IRIGOYEN LÓPEZ, “El matrimonio, el concilio de Trento eHispanoamérica”, en Revista de Indias. LXIX, 246, Madrid, 2009; José Luis MORENO,Historia de la Familia en el Río de la Plata, Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 2004; DaisyRÍPODAS ARDANAZ, El Matrimonio en Indias: Realidad social y regulación jurídica,Buenos Aires, FECIC, 1977, pp. 85-86, 169-193; Nelson C. DELLAFERRERA, Procesoscanónicos. Catálogos (1688-1888). Archivo del Arzobispado de Córdoba, Córdoba, Ed.Pontificia UCA, 2007, pp. 922, 925, 927, 932, 936; Justo DONOSO, Instituciones de Derechocanónico Americano, París, Librería de Rosa, Bonnet y Cía., 1852.8 Cfr.: Nelson C. DELLAFERRERA, en “Acción espiritual y civilizadora de la justicia eclesiásticaen el antiguo Tucumán”, señala: “Durante tres noches de luna, aunque con cielonublado, y sin ser visto por nadie [Silpituela], ni oído tan siquiera por los perros, observasigilosamente la casa del cura y concluye que el párroco y Teodora mantienen relacionessacrílegas”: http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:_OkVH2EzOFgJ:www.acaderc.org.ar/doctrina/articulos/artdellaferrera/at_download/file+silpituela&hl=es&gl=ar&pid=bl&srcid=ADGEESh9UKf3qYF2eiNeP3CNaLD3Kb7GQK_SRG12qTUTj2aY5TcC7nR_fizom5Jg8LkEYE1FZYISzqSB-vfjGKv__tnfcnl_tB_9iU1Io9T3y2SMd_JUcvjksCHa6Jhj-r-8CNqhu8N&sig=AHIEtbSQhYUNVGvsD4iEXoPM0XmEiwpSEg


80NORA SIEGRISTCuestiones de género. Imputaciones de afinidad y cópula ilícita...El juicio fue evacuado en un primer momento por D. Rodrigo Antoniode Orellana, obispo de Córdoba. 9En tal sentido, y en cuanto a la acusación de vínculos ilícitos del curade la Doctrina de naturales con Casiba, el obispo decretó que los autos fueranremitidos al “Tribunal de la Santa Visita”. 10 Se trató -sin duda- de unaacusación grave, por la supuesta relación sacrílega mantenida por el primerode los nombrados con la esposa de uno de los feligreses del lugar.Con el propósito de obtener la verdad, se ordenó seguir con las actuacionesy que depusieran testigos sobre lo ocurrido. Así, se mandó conocer laopinión sobre la conducción del ejercicio del ministerio pastoral –en generaldeD. José Nicolás de Ortiz de Ocampo, ya que uno de los principales fines dela Santa Visita era –justamente- corregir los posibles defectos de los eclesiásticosy en los que, supuestamente, estuvieran implicados los “curas de almas”.Ello surgía, asimismo, por las denuncias de Silpituela que lo atacó porlas eventuales relaciones íntimas con otras mujeres del lugar. A los efectos decorroborar su testimonio presentó una serie de testigos, entre ellos su propiosobrino, quien terminó contradiciéndose en sus manifestaciones. Otro tantoocurrió con varios habitantes de Chilecito, lugar de origen de Silpituela sobrelos que, se descubrió, conspiraban contra el cura. Como si fuera poco, elprocurador y asesor del propio José Vicente Díaz, el fraile agustino D. MartínAntonio de Andueza, confiado en sus afirmaciones, terminó confundido porsus mentiras y denuncias. 11 Pronto, este mismo confesaría haberse visto abrumadopor las falsedades de aquél, reconsiderando su defensa.Como resultado del sondeo, la pública y positiva opinión de los feligresescorroboró la idea de que D. Ortiz de Ocampo había sido falsamente calumniado9 Igualmente, por el promotor fiscal de la Santa Visita, el Dr. Pedro Antonio de la Colina. Elnotario interviniente, fue José Calasanz Centeno, secretario de cámara, en un asunto delicadoque atrajo la atención y los murmullos de todo el pueblo. Es de lamentar que una granparte de la documentación se haya perdido, no obstante, se ha podido reconstruir la serie desucesos que mantuvieron a la población de chilecito y de Mallingasta pendiente de las sancionesa aplicarse.10 ARCHIVO ARZOBISPADO DE CÓRDOBA, Argentina (en adelante: AAC.), leg. 201,expte. 6. El juez visitador expresó: “siendo uno de los principales fines de la Santa Visita elcorregir los defectos de los eclesiásticos y principalmente de los que se hallan implicados enla cura de almas cuando su conducta no está acorde con las sagradas obligaciones del santoministerio”. Agradezco las fotocopias sobre estas actuaciones que me remitió el Dr. SilvanoG. A. BENITO MOYA de Córdoba.11 Se conoció que Silpituela no se animó a enfrentarse al careo con el fraile agustino D.Martín A. de Andueza, fugándose. Aquél le había brindado en un primer momento su respaldopara redactar la demanda de nulidad contra Casiba.


81por el expresado Silpituela. Se dijo que el motivo había sido que Casiba queríadesligarse de su vínculo matrimonial, apoyada por su madre (Catalina Carrizo,quien sin embargo también, al principio, la había obligado a casarse con Díaz).Después de meses de tramitaciones se declaró la nulidad del matrimoniotal lo solicitado por Casiba, según sentencia dada en La Rioja firmada porel obispo el 9 de junio de 1813, con alusión al impedimento dirimente de“segundo grado de afinidad con atingencia al primero ex cópula ilícita”. Lasactuaciones fueron exhibidas en todos los oratorios del curato, los días festivosy los de misa, declarando inocente al cura y condenando a Díaz a pedirleperdón al cura D. Ortiz de Ocampo de rodillas.II. El segundo matrimonio de CasibaConsta que la solicitante se casó por segunda vez en 1817 (a pesar detodo el entramado ocurrido de denuncias), con Juan Martín Moya, natural dePichana, según oficialmente se proclamó:“La nulidad declarada por el Ilmo. Sor. Orellana en su visita en LaRioja sobre el matrimonio clandestino que contrajo Teodora Carrizo (sic) conVicente Díaz naturales del pueblo de Malligasta de aquella jurisdicción, larestituyó a su primitivo estado de libertad para poderlo contraer con otro…”. 12Así, las nuevas nupcias se realizaron no sin antes volver a analizar todala información, con la mención de que el primer matrimonio de Casiba habíasido declarado nulo por el obispo D. Rodrigo Antonio de Orellana.En todo el caso estudiado, sobresale la figura de la mujer en la vidacotidiana, el maltrato a que fue sometida especialmente en su juventud,dentro de su propio entorno familiar, cuando era soltera. La sentencia lo dejóentrever al expresar:“Fallamos, asimismo, que aparece bastante probable la violencia quepadeció Teodora Casiba para contraer este [primer] matrimonio, con respectoa la tierna edad en que le contrajo, y las repetidas amenazas y golpes quesufrió de (su) madre, y constándonos de la cristiana conducta, honestidad yrecogimiento, que constantemente ha observado la referida Teodora…. ” . 13En la copiosa documentación son relevantes las penas impuestas a losque habían mentido y ejercido violencia sobre Casiba, tanto en lo concernientea lo efectuado por su ex pareja, José V. Díaz, como con lo realizadopor su progenitora, ya que ello implicaba la falta de libertad de consenti-12 AAC., leg. 202, expte. 8. Juan Martín Moya, al Sor. Provisor Vicario General Gob. delObispado, Paso Viejo, 16-XI-1817.13 AAC, leg. 202, expte. 7 y ver: D. RÍPODAS ARDANAZ, El Matrimonio en Indias…, op.cit., pp. 223-224.


82NORA SIEGRISTCuestiones de género. Imputaciones de afinidad y cópula ilícita...miento de la interesada. En este sentido, la sentencia agregó que para expiarlas culpas, Catalina Carrizo debía asistir los días de misa con una vela encendidaen la mano, debiendo lavar la ropa de la sacristía y barrer la iglesia;mientras Silpituela se haría presente a los oficios divinos en los días de fiesta,por el espacio de medio año; a la iglesia o capilla a designar por el cura,llevando una cruz a cuestas, todo ello en expiación por las argucias y lospecados cometidos. 14III. La Doctrina vigente en orden a un segundo matrimonio de CasibaDebido a la nulidad matrimonial declarada con respecto al primer matrimonio,y el deseo de Teodora Casiba de contraer nuevas nupcias, el provisor, Lic.Benito Lascano consultó a un especialista, Fray Pantaleón García, del Conventode San Francisco en Córdoba. 15 La problemática que se presentó -encuadrada enel Derecho Canónico- vinculaba a una serie de actores y de hechos.En 1º lugar, se trataba de un matrimonio de indígenas, en donde lasdispensas matrimoniales regían en lo general, con las mismas normas y efectosque para los españoles. 16 En 2º término, la existencia del ocultamiento deuna relación anterior, con otra indígena, que era la tía de sangre de aquelladesposada, hermana de su madre, involucró de manera latente, una ocultacióny una anulación nupcial. 17 En 3º, la falta de plena libertad de aceptacióny consentimiento de la misma para contraer nupcias, bajo presión y obligada14 AAC, Ibíd., y actas 211, 231, 2288. Sobre las penas impuestas, ver: Nora Siegrist, “Parentesco,consanguinidad y dispensas en zonas de la campaña de Buenos Aires: parroquia de Exaltaciónde la Cruz (Capilla del Señor) y temas de Areco: 1778-1827”, en Dora CELTON-Mónica GHIRARDI - Adrián CARBONELLI (coords.), Poblaciones Históricas. Fuentes,Métodos y Líneas de Investigación, Río de Janeiro, Brasil, Asociación Latinoamericana dePoblación (ALAP), pp. 376-379.15 Tomó sus hábitos en la Orden Francisana de Buenos Aires. Sus funciones pronto lo llevarona Córdoba. Cumplió tareas en la Universidad de esta ciudad, ejerciendo tareas desde1780. Fueron notables sus sermones “panegíricos” que fueron publicados en Madrid en seisvolúmenes en igual año en que se produjo la revolución. Cfr.: Fray Pantaleón GARCÍA,Sermones Panegíricos de varios Misterios, Festividades y Santo. Su autor. El M. R. P. Fr.Pantaleón García, del Orden de San Francisco, lector dos veces jubilado, examinador sinodialdel obispado de Córdoba del Tucumán, Teólogo consultor por el Real Patronato en lassillas de oposición de aquella Catedral, doctor Teólogo y ex catedrático de prima de la RealUniversidad de la misma ciudad, cancelario y rector actual de aquel claustro y del ColegioConvictorio de Monserrate, y padre de la Provincia de Buenos Aires, etc., etc., Madrid,Imprenta de Collado, 1810, Tº I.16 D. RÍPODAS ARDANAZ, El Matrimonio en Indias…, op. cit.; especialmente, pp. 174-183.17Nelson C. DELLAFERRERA, “Un caso de nulidad matrimonial en el siglo XVIII”, en Teología,Revista de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina,


83por su madre y de su futuro primer cónyuge, lo que estaba expresamenteprohibido. 18 A ello se agregó “la profunda sevicia” con que Silpituela habíatratado a Casiba. En 4º, un marco de mentiras del entorno de los que rodeabana los nombrados, que habían incluido hasta al cura del lugar, al acusárselode adulterio con la última, lo que provocaba un horizonte que debía sercontemplado por las autoridades eclesiásticas, más aún, si la imputada solicitabavenia matrimonial para contraer nuevas nupcias.En tal sentido, Fray Pantaleón García escribió que ya Benedicto XIV en1747 expresó que,“…en las Causas matrimoniales sobre nulidad y validez del matrimonio,el juez señale un defensor, que por palabra y escrita defienda la validez,concurriendo a todos los trámites de la Causa y, en caso de sentencia de nulidad,apele al Metropolitano o obispo más cercano, y entretanto los litigantesno puedan contraer matrimonio bajo las penas establecidas contra los polígamos”.19 Lo anterior fue indicado en momentos en que se estudiaba el casopresentado por Casiba antes de su segundo matrimonio. Se refrendaba lasituación por la actitud de la peticionante de no haber querido revalidar suprimer casamiento, que era nulo, y por el notorio “escándalo del vecindario”,que tomaba habida cuenta de todo lo que ocurría, con rumores sobre laconducta de los civiles y la intervención de la Iglesia.Finalmente, el 22 de diciembre de 1817 y después de largos años delitigio, en donde Casiba había demostrado mantener una conducta ejemplar,el Lic. Benito Lascano expresó:“Visto el dictamen precedente del Dr. Teólogo consultado, R.P.F. Dr.Fray Pantaleón García, conformándonos con él, declaramos libre a TeodoraCasiba para el matrimonio que intenta por la notoria nulidad del primeroque no está en el caso de la Bula del Sr. Benedicto XIV. 20Buenos Aires, 1991, Nº 57, p. 105, se refiere a un caso que tuvo coacción en VictorianaMoyano, una mujer de Córdoba, parda libre. En el Derecho canónico antiguo el tema de laafinidad fue extremadamente analizado. El concilio de Trento (1545-1563), legisló expresamentesobre el asunto en cuanto a los grados dirimentes. Estableció el dicho 4º para la cópulalícita (proveniente de un matrimonio legítimamente consagrado), y el 2º cuando existía elantecedente de la cópula ilícita (o sea cuando había habido fornicación, adulterio, incesto), enlínea colateral.18 N. C. DELLAFERRERA, “Un caso de nulidad matrimonial…”, op. cit., 1<strong>03</strong>.19 AAC., leg. 202, expte. 8. Fray Pantalón García al Señor Provisor, Vicario Gral. y Gobernadorde Obispado, Lic. D. Benito Lascano, Convento de San Francisco, Córdoba, 17-XII- 1817.20 AAC., leg. 202, expte. 8. Fray Pantalón García al Señor Provisor, Vicario Gral. y Gobernadorde Obispado, Lic. D. Benito Lascano, Convento de San Francisco, Córdoba, 17-XII-1817.


84NORA SIEGRISTCuestiones de género. Imputaciones de afinidad y cópula ilícita...En estas circunstancias, se libró orden para que el cura de la Punillaprocediese a realizar el nuevo matrimonio, dispensadas las tres proclamas,en consideración a las dilaciones y costos sufridos por las partes. Se agregóque debía cursarse nota a los novios y al cura de Anguinán para su constancia,con inserción la una y la otra de los Autos que unían los relatos, archivándoseel expediente.La solicitante se casó por segunda el 24 de diciembre de 1817, en lacapilla de Pichana, según se expresó (luego de todo el entramado relatado),con Juan Martín Moya, viudo de Eduarda Romero. 21IV. ConclusionesEs de imaginar que, como consecuencia del inicio del juicio de nulidadmatrimonial, existió asimismo la posterior denuncia insidiosa de Díaz, de quesu mujer estaba amancebada con el cura del lugar. Cabe acotar que este tipode alegatos en Córdoba del Tucumán registraba un par de casos en su historiade manera que no constituía algo novedoso, pero si delicado, por las otrasfalsas imputaciones de sexo con otras mujeres que también, se pudo descubrir,habían calumniado al cura D. José Nicolás Ortiz de Ocampo.La solicitud de la declaración de los vecinos y testigos muestra el celoy seriedad con que todas las tramitaciones se diligenciaron en el pueblo deAnguinán y en Chilecito. La supuesta inmoralidad de la mujer, de habersecomprobado, hubiera incurrido –además- en las penas imputadas a la mujeradúltera, las que se sentenciaban con cárcel y pérdida de la dote matrimonialfemenina, en el caso de existir. Además, la imposibilidad de volver acontraer un nuevo matrimonio.Lo destacable de las sumarias instruidas, presenta los alegatos basadosen la Jurisprudencia, el Derecho canónico y el procedimiento empleadopor el juez visitador para conocer sobre la realidad de los hechos. A travésdel juicio surge el diario vivir de hombres y mujeres en los convulsionadosaños de combates por la independencia; los españoles e indios de una pequeñalocalidad; el proceder de la justicia, las visitas pastorales y las fundamentacionesde los testigos. Pero, fundamentalmente, la vida de una mujer sencilla,de los llamados “grupos subalternos” de la sociedad del Virreinato delRío de la Plata, “de castas”, que supo defender para sí lo que quería. Sucalvario había tenido inicio desde su niñez y en su adolescencia, en casa de21 AAC, leg. 202, expte. 8. Juan Martín Moya, al Sor. Provisor Vicario General Gob. delObispado, Paso Viejo, 16-XI-1817. Consta que el cura de San Antonio de Soto, Dr. SalvadorIsasa, pidió los antecedentes del primer matrimonio de Casiba a los efectos de otorgar lacorrespondiente venia matrimonial.


85su madre, para pasar a compartir otro mal destino con un indígena violento yagresivo de su pueblo, del que pudo al fin sacudirse.Más allá de la ayuda y asesoramiento legal que seguramente recibiódel cura del lugar, la voluntad de Casiba por alcanzar su libertad, luego detantos años, y volver a casarse, fue un precedente de justicia en la lucha delgénero en territorio hispanoamericano.Fuentes en Archivos:ARCHIVO ARZOBISPADO DE CÓRDOBA, Argentina (en adelante: AAC.),- leg. 20 (1811-1814), expte. 6; —, leg. 202 (1815-1825) expte. 7 y 8; —, leg. 3 (1807-1815),expte. 9.Bibliografía:BENITO MOYA, Silvano, y Guillermo De Santis, Estudio, transcripción paleográfica yversión española de: Fabián Hidalgo S.J. (1697-1770), Tratado acerca de losimpedimentos de Matrimonio (Córdoba, 1734), Córdoba, Centro de EstudiosHistóricos “Prof. Carlos S. A. Segreti”, 2005.DELLAFERRERA, Nelson C., “Visita pastoral a La Rioja del Obispo Orellana. Acusaciónpenal del indio Vicente Silpituela contra el párroco de Anguinán y nulidadde su matrimonio con la india Teodora Casiba”, en Revista de Historia delDerecho, Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho, Buenos Aires,2002, vol. 30, pp. 149-174.— “La justicia penal eclesiástica en Córdoba del Tucumán durante el siglo XVIII”, enFeliciano Barrios (coord.), Derecho y administración pública en las Indias Occidentales,Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha, 2002, Tº I.— “Un caso de nulidad matrimonial en el siglo XVIII”, en Teología, Revista de laFacultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, BuenosAires, 1991, Nº 57.— Procesos canónicos. Catálogos (1688-1888). Archivo del Arzobispado de Córdoba,Córdoba, Ed. Pontificia Universidad Católica Argentina, 2007.DONOSO, Justo, Instituciones de Derecho canónico Americano, París, Librería deRosa, Bonnet y Cía., 1852.GARCÍA, Fr. Pantaleón, Sermones Panegíricos de varios Misterios, Festividades ySanto. Su autor. El M. R. P. Fr. Pantaleón García, del Orden de San Francisco,lector dos veces jubilado, examinador sinodial del obisdpado de Córdoba delTucumán, Teólogo consultor por el Real Patronato en las sillas de oposición deaquella Catedral, doctor Teólogo y ex catedrático de prima de la Real Universidadde la misma ciudad, cancelario y rector actual de aquel claustro y delColegio Convictorio de Monserrate, y padre de la Provincia de Buenos Aires,etc., etc., Madrid, Imprenta de Collado, 1810, Tº I.GHIRARDI, M. Mónica, Matrimonios y familias en Córdoba 1700-1850. Prácticas yrepresentaciones, Córdoba, Centro de Estudios Avanzados, UCA., 2004.


86NORA SIEGRISTCuestiones de género. Imputaciones de afinidad y cópula ilícita...— y IRIGOYEN LÓPEZ, Antonio, “El matrimonio, el concilio de Trento e Hispanoamérica”,en Revista de Indias. LXIX, 246, Madrid, 2009.— y SIEGRIST, Nora, “Españolas, afroamericanas y “otras castas” amancebadas coneclesiásticos y hombres “en religión” en tiempos cercanos a laindependencia. Córdoba - Buenos Aires, XVIII-XIX”, Centro de Estudios de laMujer de América Latina, coord. por Sara Beatriz Guardia, Comisión del Bicentenario.Mujer e Independencia en América Latina, Lima, Perú.MARTINI, Mónica P., “Perfil jurídico de la visita pastoral. Aportes a su aplicacióndentro del actual territorio argentino”, en Actas y estudios del XI CongresoInternacional del Instituto de Historia del Derecho Indiano, Buenos Aires, 1997,Tº II. Pp. 263-297.MORENO, José Luis, Historia de la Familia en el Río de la Plata, Buenos Aires, Ed.Sudamericana, 2004NUÑEZ ROLDÁN, Francisco, en Ocio y vida cotidiana en el Mundo Hispánico en laEdad Moderna, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2007.QUARLERI, Lía, “Alianzas y conflictos en La Rioja colonial: el Colegio de La Rioja, elCabildo, los encomenderos y el pueblo de Malligasta. 1680-1712”, en RevistaAndes, Nº 10. p. 79-110.RÍPODAS ARDANAZ, Daisy, El Matrimonio en Indias: Realidad social y regulación jurídica,Buenos Aires, FECIC, 1977.SIEGRIST, Nora, “Parentesco, consanguinidad y dispensas en zonas de la campaña deBuenos Aires: parroquia de Exaltación de la Cruz (Capilla del Señor) y temas deAreco: 1778-1827”, en Dora CELTON-Mónica GHIRARDI-Adrián CARBONELLI (coords.),Poblaciones Históricas. Fuentes, Métodos y Líneas de Investigación,Río de Janeiro, Brasil, Asociación Latinoamericana de Población (ALAP), pp.376-379.XIMÉNEZ CARRIÓN, G. J., Prontuario de los Grados Canónicos y Civiles de consanguinidad,Afinidad, Cognación legal y espiritual, con sus árboles correspondientesy de aquellas cosas que se fundan en los parentescos, como todas las líneasrespectivas a Mayorazgos, especies de estos, derecho de Patronato, con suÁrbol, huecos y parentescos, y otros efectos civiles que producen los enlacesy de la insaculación; con un Apéndice sobre dispensas, así en lo eclesiásticocomo en lo civil. Extractado de varios autores que en sus obras han tocadoestas materias, Madrid, Imprenta de Vallín, 1808.Páginas Web:http://www.lariojacultural.com.ar/Nota.asp?id=159DELLAFERRERA, Nelson C., “Acción espiritual y civilizadora de la justicia eclesiásticaen el antiguo Tucumán”. http://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:_OkVH2EzOFgJ:www.acaderc.org.ar/doctrina/articulos/artdellaferrera/at_download/file+silpituela&hl=es&gl=ar&pid=bl&srcid=ADGEESh9UKf3qYF2eiNeP3CNaLD3Kb7GQK_SRG12qTUTj2aY5TcC7nR_ fizom5Jg8LkEYE1FZYISzqSB-vfjGKv__tnfc-nl_tB_9iU1Io9T3y2SMd_JUcvjksCHa6Jhj-r-8CNqhu8N&sig=AHIEtbSQhYUNVGvsD4iEXoPM0XmEiwpSEg


87MAPA DE LA ACTUAL PROVINCIA DE LA RIOJA, ARGENTINAFuente: http://www.mapasdeargentina.com.ar/esp/la-rioja/larioja_mapa_politico.php


89LA DOTE: UN PATRIMONIO QUE DEBE SER RESTITUIDO:ALGUNOS RECLAMOS FEMENINOSANTE LA JUSTICIA MENDOCINA (1750-1810).Gloria E. Lopez Nones *Resumen:La obligatoriedad de dotar a las hijas de familia próximas al matrimoniofue una práctica común en los dominios españoles, aunque existierongrandes diferencias regionales desde el punto de vista pecuniario.Matrimonio legítimo y dote estuvieron íntimamente relacionados yfueron un medio seguro de vinculación de los miembros de la elite, depositariosdel poder político y económico, y de su continuidad y preeminenciasocial.Si bien el fin de la institución dotal fue otorgar un alivio a los contrayentespara afrontar las cargas del nuevo estado, implicando la responsabilidad,por parte del esposo, de su acrecentamiento y resguardo, fue fundamentalpara la mujer, en caso de viudez o ruptura del vínculo conyugal, yaque representó su seguro sostén, al estar ésta excluida del régimen sucesoriode su marido y de la heredabilidad de sus bienes.Ante esta realidad la mujer no vaciló en acudir a la justicia, invocandola legislación que la amparaba, a fin de lograr su restitución, enfrentándosea un medio regido por hombres, donde prácticas y utillaje mental leresultaron hostiles. Presentamos algunos reclamos conservados en los expedientesjudiciales del Archivo General Provincia de Mendoza (Sección JudicialColonial) que han servido de base para esta investigación.Palabras Clave: Matrimonio - dote – divorcio – justicia – restitución.Clasificación JEL: ZO* Universidad Nacional de Cuyo


90GLORIA E. LÓPEZ NONESLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...AbstractThe obligation of giving a dowry to daughters when they were about tomarry was a common practice throughout the Spanish Empire, even whenthis practice used to differ from one region to another.Legitimate marriage and dowry were closed connected and they werea secure way of linking the members of the elite and preserving their positionof power and economic supremacy. Although the end of the institutionwas giving wife and husband assistance to face marriage issues, it also meantfor the husband the obligation of having the goods of the dowry increasedand saved. For the wife, in case she was widowed or divorced, those goodsintended to support her in order to protect her from poverty because wiveswere legally excluded from their husbands’ inheritance.By virtue of this situation women didn’t hesitate to claim Justice forthe restitution of dowry invoking the law and facing a male-chauvinist system.We introduce some of those claims as they are kept at the MendozaGeneral Archive (Colonial Justice Section). They are the main source of ourinvestigation.Key Words: Marriage – Dowry – Divorce – Justice – Restitution


91Introducción:La institución dotal 1 tuvo plena vigencia en el territorio del Río de laPlata, como así también en Cuyo durante los siglos coloniales, desapareciendopaulatinamente -y a diferentes ritmos en el territorio hispanoamericanoapartir de las primeras décadas del siglo XIX.Definida como “el algo que da la mujer al marido por razón del casamiento2 , otorgó alivio a los contrayentes al momento de afrontar las cargas delnuevo estado y se transformó, en muchos casos, en la base de la economíafamiliar. Pero fundamentalmente representó un seguro sostén de la mujer encaso de viudez o ruptura del vínculo conyugal, por ser ésta excluida del régimensucesorio de su marido y de la heredabilidad de sus bienes (excepto losgananciales) razón por la cual la legislación compelió al cónyuge a su acrecentamientoy, llegado el caso, a la restitución por viudedad o divorcio.Mendoza integró como ciudad periférica los vastos territorios del dominioespañol y su sociedad; aunque con algunas particularidades participó de lasprácticas mentales, culturales, políticas y religiosas que caracterizaron a lasdel Antiguo Régimen. Entre ellas, el matrimonio, institución fundante de lafamilia y por consiguiente de la sociedad misma, encarnó una preocupaciónconstante del Estado español, del cual emanó una legislación 3 destinada aprotegerlo, reglarlo y por qué no a controlarlo. Matrimonio legítimo y doteestuvieron íntimamente relacionados y fueron, además, un medio seguro de1Su origen, siguiendo en el tema a Elvira Martín de Codoni (Martín de Codoni, E., Lopez deNones, G. y otras, Las Cartas de Dote en la Mendoza Colonial. Recuperación del patrimoniodocumental en Protocolos Notariales, Mendoza, Fac. Fil. y Letras, 2009) se encuentraen el Derecho Romano, sustanciándose, luego, en la Codificación de las Siete Partidas deAlfonso el Sabio. Mantuvo, además, su fundamento en la legislación posterior como lasOrdenanzas Reales de Castilla, de 1484, las Leyes de Toro de 1505 y la Nueva Recopilaciónde las Leyes de España de 1567. Se trasladó luego al Derecho Indiano, incluso a la NovísimaRecopilación de 1805.2 En la Partida 4, título 11, ley 1 se define concretamente como sigue: “El algo que da la mujeral marido por razón de casamiento es llamado dote que es como manera de donación fechacon entendimiento de se mantener, e ayuntar al matrimonio con ella; e según los sabiosantiguos, es como propio patrimonio de la mujer”.3 La regulación jurídica de la familia se estructuró alrededor de dos tipos de fuentes: DerechoCanónico y el Derecho Castellano. En el primero las Decretales de Gregorio IX y el Conciliotridentino (1545-63). Las fuentes seculares fueron el Fuero Juzgo (S. XIII), Fuero Real (1255),Partidas de Alfonso el Sabio (1256-60), Ordenamiento Real u Ordenamiento de Alcalá (1348),Ordenanzas Reales de Castilla (1484), Leyes de Toro (1505), Nueva Recopilación de las Leyesde España (1567), Novísima Recopilación (1680) y Pragmática Sanción (1776).


92GLORIA E. LÓPEZ NONESLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...vinculación de los miembros de la elite 4 , de la legitimación de la descendenciay de la continuidad de ciertos sectores en las esferas del poder político y económico.En el marco de esta sociedad conservadora de fines del Antiguo Régimenla mujer ocupó un espacio limitado al ámbito doméstico, al que la recluyóla “debilidad de su sexo”. Sin embargo hubo de enfrentarse a situacionesdifíciles de ventilar en los estrados judiciales, tales como desavenencias matrimoniales(que podían o no concluir con el divorcio) o litigios en los cualesdebió reclamar por el resguardo de sus bienes dotales o su restitución.Para Ricardo Cicerchia“Reconstruir el universo de desórdenes domésticos es pensarno solo en los incidentes intrafamiliares sino en toda situación dequebrantamiento del “honor familiar “, una idea que reposa sobredos ejes: las responsabilidades familiares del ‘pater’ y la ‘virtudpública’ de la mujer 5 .”Así, el análisis de los archivos judiciales es una fuente esencial para elconocimiento de las prácticas judiciales en sí mismas, pero también acercanla historia de la vida cotidiana y su imaginario, el escenario de la lucha derepresentaciones de autoridad, poder, justicia, obediencia, y hasta el eco dela voz “in expresa”. Esta ponencia pretende, sucintamente, acercarnos a esarealidad a través de algunas presentaciones judiciales realizadas por mujeresante el Cabildo mendocino, entre 1750 y 1810, previo repaso de la legislaciónemanada de la Corona y cuyo propósito fue su resguardo.Se ha utilizado documentación correspondiente a la Sección JudicialCivil, Criminal y Protocolos Notariales de época colonial conservada en elArchivo General de la Provincia de Mendoza, Argentina.Mujer y contexto en una sociedad de fines del Antiguo RégimenComo ya expresáramos la presunción de debilidad de la mujer la hizoacreedora de un trato predilecto que, si bien en algunos casos jugó a sufavor, en otros la desplazó de todo espacio social, asignándole un papel sub-4Según Jorge Comadrán Ruiz en la segunda mitad del Siglo XVIII alrededor de 20 familias-sobre un total de 750- conformaron la más alta burguesía, la que sentaba su estirpe en serdescendientes de los primeros fundadores. Se agregaron otros de menor arraigo en la tierra,como así también algunos españoles europeos que habían ingresado a los troncos principalespor vía de alianzas matrimoniales.5 Cicerchia, Ricardo, Historia de la vida privada en la Argentina, Buenos Aires, Troquel, 1998,p. 67


93alterno que se disipaba, relativamente, en el hogar. En el estricto y jerarquizadoentorno familiar estaba sujeta a la figura paterna hasta que tomabaestado, momento en el cual solamente cambiaba de tutela a la de su esposo,entendiéndose ésta como una autoridad indiscutible, sostenida por las leyesy arraigada en la mentalidad popular. La vulnerabilidad del carácter femeninoy su inteligencia inferior justificaron la propiciación de golpes y malostratos por parte del cónyuge, para quien era un deber su disciplinamiento 6 .Dócil, casta y virginal, abnegada, piadosa y servicial, modesta, menesterosa,recatada y tolerante fueron cualidades que todo hombre celebró encontraren la mujer con la que compartiría no sólo el lecho conyugal sino también lacrianza de los hijos, cualidades que fueron inculcadas en el seno familiar alas hijas mujeres, garantizando la continuidad de una sociedad patriarcal,jerárquicamente organizada. Las ocupaciones del hogar, las tareas manuales,la educación de los hijos y las prácticas piadosas conformaron el espaciofemenino. Algunas, quizá, las más afortunadas llegaron a disfrutar de algunalectura de formación espiritual, pues se conoce de la existencia de bibliotecasentre los miembros de la elite cuyana de diversa temática, con obras defilosofía, literatura y religión. En este contexto, sin embargo, hubo vocesque se elevaron para el reclamo de sus derechos y contra la injusticia, comoya veremos.Con respecto a la capacidad civil de la mujer, no podía participar enjuicio sino mediaba el consentimiento de su esposo. Si era acreedora de bienes,traídos generalmente en dote, éstos eran administrados por su cónyugequien gozaba, además de su usufructo, hasta la viudedad o divorcio, temáticaen la se profundizará. Sólo podía reclamar derechos sobre los ganancialesobtenidos durante el matrimonio. En el caso de viudez, si decidía contraernuevas nupcias, perdía todo derecho a ejercer como tutora y curadora de loshijos del matrimonio anterior. Por último, frente a una demanda de divorcio,comprobada o hasta presumida su condición de adúltera, perdía definitivamenteel derecho sobre su dote y los bienes gananciales obtenidos durante elmatrimonio. Con respecto a este delito, diremos que la legislación fue muchomás dura con la mujer que con el hombre, “amonestando” a éste (salvo que6Este disciplinamiento traspasó la frontera de la intimidad familiar y fue objeto de políticasdel gobierno local, a través de los bandos de buen gobierno, con el fin de consolidar lafigura del matrimonio monógamo –principio esencial de una sociedad ordenada- la convivenciamarital y el poder correctivo e incuestionable de la figura masculina (paterna) comolo expresa la Dra. V. Kluger en su trabajo Disciplinamiento familiar y social en el Río de laPlata, Tucumán y Cuyo. Amancebados, casados ausentes e hijos fugitivos en la mira de losbandos del buen gobierno. En: Revista de Historia del Derecho Nº 33, Bs. As., 2005.


94GLORIA E. LÓPEZ NONESLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...su accionar fuese público y escandaloso) y castigando severamente a aquélla,pues era considerada actor esencial en la preservación de la familia legítima,única forma de agrupación válida reconocida por las leyes y la doctrinaconsagrada por el Derecho Castellano Indiano. Con respecto a lo antedichoRicardo Cicerchia, autor ya citado, sostiene que“A cada sistema familiar le corresponde un tipo particular de estructuraideológica. Las formas de vivir de la familia son un aspectocentral de la mentalidad de una época. En ellas se expresanlas normas que regulan la transmisión de riquezas, los ordenadoresde la actividad sexual, las pautas morales, éticas que dominanlas relaciones entre géneros, los hábitos y las estrategias sociales7 .”La lectura y el análisis de diversos documentos de época colonial, talescomo expedientes judiciales, testamentos, codicilos, poderes, cartas dotalesnos han permitido bosquejar una imagen de la mujer mendocina de característicasdisímiles a la concebida por una legislación que la estimó frágil ydesprotegida.La institución dotal: obligatoriedad de su restitución.Uno de los fines de la institución, dijimos, fue la de procurar un cúmulode bienes que sostuvieran a la mujer casada, en caso de viudez o disolucióndel vínculo –divorcio- ya que ésta no participaba en el orden sucesoriodel esposo, excepto de los bienes gananciales producidos a lo largo de laconvivencia. Víctor Tau Anzoátegui 8 sostiene que las Partidas colocaban enprimacía absoluta a los consanguíneos en el orden hereditario; establecíanpor herederos a los parientes del esposo fallecido de acuerdo a tres grados olíneas que distinguían: la de los descendientes legítimos, la de los ascendientesy la colateral, excluyendo la primera a las restantes.La dote, en muchos casos, no era más que el adelanto -total o parcialquerecibía la mujer de su “legítima” o herencia paterna y materna, debiendocompletarse -o no- a la hora del reparto final entre los herederos forzosos.7 Cicerchia, Ricardo, op.cit. p. 67.8 Tau Anzoátegui, V. Esquema Histórico del Derecho Sucesorio. 2da. Ed., Buenos Aires,Ediciones Macchi, 1982.9 Así lo establecía la Partida VI, Ley 7, Título 13, a fin de que “pudiera vivir bien y honestamente”.


95La “cuarta marital 9 ”, impuesta por las Partidas en casos de extremapobreza de la viuda, era otorgada con restricciones y consistía en la cuartaparte de los bienes del marido difunto que podía recibir la viuda.Ahora bien: estos bienes que por derecho pertenecían a la mujer casaday que, de hecho, usufructuaba el marido debían ser restituidos. No podíanser enajenados. Abelardo Levaggi sostiene que“El derecho favorecía a la mujer con una hipoteca tácita sobretodos los bienes del marido y le daba privilegio sobre los demásacreedores, salvo que tuvieran hipoteca especial anterior, paracobrar su dote una vez disuelto el matrimonio 10Entre otras, la presunción de debilidad la privilegió, ya que “podíaalegar la ignorancia de las leyes en lo que no concernía a la moralidad naturaly no era aprehensible por deudas civiles 11 .”Reclamos por restitución de bienes dotales ante la justicia mendocina.Los pleitos familiares que se ventilaron ante la justicia advierten acercade las tensiones que no habían hallado solución en el seno familiar y en losque fue preciso una resolución judicial para poner punto final al conflictodoméstico.Las Partidas ordenaron que los cónyuges no se demandaran en juicioalguno (Partida III, Título 2, ley 5) aunque sí autorizaron que uno de ellospudiese demandar al otro para que le devolviese aquello que había tomadode lo suyo sin razón, que le desagraviase, o resarciera en otros aspectos.Afirma V. Kluger que “el matrimonio, para las justicias, era una imposiciónperpetua, durante cuya vigencia la mujer debía aceptar todo, o casitodo, y el hombre hacer lo posible para convencerla, por las buenas o por lasmalas. Y cuando se encontraban con alguna mujer se rebelaba contra lasumisión, la conminaban a que lo aceptara con resignación… 12Sin embargo hubo situaciones como el adulterio y la traición en lascuales las féminas recurrieron a los estrados en busca de justicia. La mujerpodía demandar al marido para solicitar el divorcio por malos tratos o sevicia,reclamarle alimentos y la restitución de su dote. Como ya dijimos lasdesavenencias matrimoniales, generalmente, no eran tema que se aventase10 Levaggi, A. Manual de Historia del Derecho Argentino (Castellano-Indiano/Nacional)Judicial, Civil, Penal, Buenos Aires, Ed. Desalma, 1987, Tº II, p.141.11 Idem, p.101.12 Kluger, Viviana, “Algunas particularidades de los pleitos familiares en el Virreinato del Río dela Plata. 1785-1812”, en Revista de Historia del Derecho Nº 27, Buenos Aires, 1999, p. 244.


96GLORIA E. LÓPEZ NONESLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...en los tribunales. Si se trataba de un matrimonio de distinguido linaje –y másaún si el acusado era el marido- la mujer podía llegar a tolerar esta situaciónpara no afrontar el escándalo. Ni qué decir si era infortunada, pues quedabaexpuesta a la pobreza y el desamparo debidos a la pérdida de toda solidaridadconyugal.Aunque existen varios expedientes acerca de este tipo de peticiones ala justicia de Mendoza, presentamos, a continuación, dos pleitos en los cualeslos actores pertenecen a un mismo tronco familiar: los Videla y Aguiar 13 :en primer lugar el de doña Tomasa Videla y Aguiar (1798) contra su marido,don Andrés Castro, acusado de sevicia y adulterio, solicitando a la justicia ladevolución de los bienes dotales.El segundo corresponde al reclamo realizado por María de los ÁngelesMerlo, ante el juicio entablado por los herederos de don Francisco Videla yAguiar contra su marido, don José Gabriel Millán, por cobro de una deuda demil pesos.El caso de doña Tomasa Videla y Aguiar 14El pleito de de doña Tomasa, cuya familia ocupó un lugar de preeminenciaen la sociedad colonial de Mendoza, llegó primero al Juzgado Eclesiástico.Como sabemos el juicio de la Iglesia era esencial para lograr laseparación de los contrayentes, (incumbencia que fue ratificada por el Conciliode Trento).Tomasa Videla y Aguiar había casado en primeras nupcias con don RamónZapata 15 , vecino de Mendoza, con el cual tuvo una prolífica familia desiete hijos: Bartolomé, Manuel Higinio, Dominga, Margarita, María Josefa,María Leonor y Joseph Vicente. En segundas nupcias, en el año 1793, lo hizo13 Doña Tomasa era hija legítima del primer matrimonio de don Francisco de Videla y Aguiar,(quien se desempeñó como Corregidor y Justicia Mayor en Mendoza) celebrado con doñaPetrona Correa de Saá y del cual tuvieron por hijos a: Tomasa, fray Ramón, fray Manuel,Juan Agustín y María Josefa de Videla y Aguiar. En segundas nupcias, el citado don Francisco–descendiente de la segunda rama de don Alonso de Videla, quien llegó a Cuyo conFrancisco de Villagra y participó también en la segunda fundación de Mendoza- casó conCatalina Chacón, con quien tuvo por hijos a Micaela, Manuel Silvestre, Nicolasa, presbíteroJuan Antonio, Miguel, Juan José e Isabel de Videla. Era, además sobrina del Dr. donFrancisco Correa de Saá, quien había sido cura y vicario de la ciudad de Mendoza.14 Archivo General de la Provincia de Mendoza- Argentina (en adelante AGPM), JudicialCriminal, (en adelante JC) Carpeta Nº 206-V, doc. 5, 1798.15 En 1785 ambos cónyuges testaron de mancomún y Tomasa fue mejorada por su marido enmil pesos.


97con don Andrés de Castro, “natural de los Reinos de España”, residente enMendoza, y del que no hubo descendencia. En 1797 solicitó el divorcio porsevicia y adulterio, exponiendo ante las justicias ordinarias 16 de Mendoza lasrazones que lo motivaron:“…que ha tiempo más de cuatro años que estoy casada con el dichodon Andrés Castro, cohabitando con él, guardándole la fidelidad yrespeto debidos […] y sin embargo de haber sido siempre mi conductairreprensible en este punto, así en el actual matrimonio comoen el primero que celebré con don Ramón Zapata, me veo ahoraconstituida en la mayor infelicidad y desdicha, ajada, oprobiada,maltratada y vulnerada gravemente de obra y de palabra por mireferido actual marido (quien) desnudo del temor santo de Dios,con extraño furor y crueldad descargó en mi indefenso y baldadocuerpo, inhumanamente tan severos castigos y golpes y a más deotros muchos tratamientos de palabra y de obra … 17 ”Como lo expresa Asunción Lavrin 18 ,“la doble moral existente hizo más fácil al hombre entregarsea prácticas que estaban totalmente condenadas para las mujeres.Un hombre podía mantener una concubina y, al mismo tiempo,conservar su posición social, mientras que el adulterio era la peorofensa personal y social que una mujer podía cometer 19 ”.Doña Tomasa dejó al descubierto la doble vida de su marido y éste, sinconsideración a su honor y linaje, la convirtió en el hazmerreír de su propiohogar y entorno. Entre otras cosas así declaró:“Si se examina, señor, la causa o motivo de éstos, mis padecimientos,no se encontrará otra que el haber yo descubierto ciertotrato ilícito que mantenía con una criada que él mismo trajo acasa 20 ”.16 Por Real Cédula de 1781 de Carlos III se dispuso que los jueces eclesiásticos no debíanmezclarse en los casos de litis por alimentos, reclamos de dote, considerándolas privativasde los magistrados seculares, a quienes incumbía la formación de sus respectivos procesos.17 AGPM Argentina, op. cit.18 Lavrin, Asunción. “La mujer en la sociedad colonial hispanoamericana”, en Bethell, L.(ed.)Historia de América Latina. América Latina Colonial: Población, Sociedad y Cultura, Barcelona,Crítica, 2000, pp.117-118.19 Ibídem20 Ibídem


98GLORIA E. LÓPEZ NONESLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...Podemos argüir que, y en vista de sus propias expresiones, la felizexperiencia del primer matrimonio de doña Tomasa y la extrema violencia ala que la sometió el segundo impactó fuertemente en ella hasta decidirla aaventar en la justicia sus desgracias, solicitando que“Al tenor de este pedimento, he deducido el derecho que me favorecepara solicitar el divorcio ‘quoad thorum et mutuam cohabitationem’21 en el juzgado eclesiástico, con acuerdo a lo quesobre esta materia prevén los sagrados cánones, a usted pido ysuplico se sirva admitir la información que llevo pedida al tenorde este escrito, resultando de ella justificado el adulterio, sesirva imponerle la pena de destierro y justamente mandar semantenga en la actual prisión ordenada por el juez eclesiásticoen el entretanto se deslinda este juicio 22 ”.Paralelamente a este reclamo de divorcio, Doña Tomasa realizó el pedidode devolución de su dote, que no debió ser banal teniendo en cuenta laposición acomodada de la familia de la que provenía. Además de lo recibidopor sus legítimas su tío, el Dr. Francisco Correa de Saá, quien fue cura yvicario de la ciudad de Mendoza, le había otorgado en dote mil pesos.“Señor alcalde de segundo voto, doña Tomasa de Videla, sobreautos que estoy siguiendo contra mi marido, don Andrés de Castro…me presento y digo que por cuanto me recelo justamenteque dicho mi marido don Andrés Castro puede sustraer los bienesque maneja, que todos son pertenecientes a mi dote e hijuela delos que yo estoy careciendo, sin percibir aún lo preciso para misalimentos, cosa que repugna a la misma razón…” 23En sus expresiones percibimos a una mujer de carácter que no sóloreclamó lo suyo sino que también inquirió a la justicia, practicada por hombres,para que dictaminase acorde al delito y daño cometidos. Así continúa:“pues siendo él el agresor parece que por el mismo hecho debieraser privado de administración de dichos bienes, como lo sería yosi hubiese sido la culpable…por lo que parece justicia, tome ustedla providencia pues a lo contrario sigue un notable perjuicio a mipersona…” 24 .21 Se trata de la separación de cuerpos y morada con subsistencia del vínculo, tal como lo expresaDaisy Rípodas Ardanaz, El Matrimonio en Indias. Realidad social y regulación jurídica, BuenosAires, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, 1985, p. 383.22 AGPM Argentina, JC, op. cit.23 Ibídem.24 Idem


99Por resolución del juez eclesiástico Don Andrés fue puesto en la cárcelpública. La demora en este tipo de causas perjudicaba terriblemente a lamujer, al quedar económicamente desamparada. En este caso no se habíarealizado depósito alguno de la persona de doña Tomasa. Ella misma fuequien se trasladó a la casa de una de sus hermanas, obligada por las circunstancias.“hallándose preso en la Real Cárcel el mencionado don AndrésCastro y llevándose las llaves de mi casa, teniendo yo por estarazón que trasladarme a la de mi hermana, doña María JosefaVidela, donde vivo con tal abandono de aquélla, sin haber quiénme la atienda, con este desamparo y pérdida de mis bienes, se hade servir la justificación de usted mandar se me entregue mi cama,ropa de mi uso, y otros trastos concernientes a mi decencia ycomodidad, mando asimismo que los baúles, escritorios y demásalhajas se depositen … respecto a estar expuestas a un robo, porel desamparo en el que se hallan hasta tanto se esclarece miderecho 25 ”.El atuendo para la mujer de esta sociedad tardo colonial representabasegún Cicerchia“convención, esencia, tradición, prerrogativas, linaje, etnia, generación,religión, geografía, estatus, creencias, y más que ningunaotra cosa: género…afirma clivajes sociales, jerarquías y solidaridadesde acuerdo con los códigos sociales e institucionalesde la época 26 ”.Doña Tomasa había sido despojada de aquellos elementos que hacían asu decencia y comodidad y que, ciertamente, confirmaban su lugar de preeminenciaen una sociedad de la que, dadas las circunstancias a las que estabasometida, se encontraba escarnecida.La resolución del juez fue que el acusado debía entregar doce pesosmensuales a su esposa para su manutención hasta que sentenciase el divorcioel juzgado eclesiástico, pues “La obligación alimentaria subsistía durante lasustentación del divorcio, porque vigente el matrimonio, no cesaban las cargasconyugales, una de las cuales era el deber de asistencia 27 ”.25 Idem26 Cicerchia, Ricardo, op. cit. p. 10927 Kluger, Viviana, “Los Alimentos entre cónyuges. Un estudio sobre pleitos en la época de laSegunda Audiencia de Buenos Aires”, en Revista de Historia del Derecho Nº 18, BuenosAires,


100GLORIA E. LÓPEZ NONESAgustina palacio: La “heroína del bracho”.Además la causa fue remitida a asesoría cuyo dictamen se ajustó a laReal Cédula de 1787 la que disponía que, si bien el divorcio entre cónyugesera tema que se resolvía en la órbita del juzgado eclesiástico por el juramentocontraído ante la Iglesia- en lo concerniente a las causas temporales dealimentos, litis, expensas o restitución de dote, éstas debían resolverse antelos jueces seculares. El asesor consideró que“siendo el divorcio uno de los tres casos que, en concepto y disposiciónde las leyes 23 y 30 título 11 Partida 4, causan la devoluciónde la dote, consta no haberse aun declarado por el eclesiásticodicho divorcio, siendo impropio que se anteponga a la sentenciade lo principal lo accesorio… podrá usted declarar no haberpor ahora lugar a la dicha devolución, aunque bien puede y esjusto que, para precaver a doña Tomasa de la dilapidación y dañosque recela, proceda usted a inventariar todos los bienes, papelesy demás especies dotales que existen a cargo de don Andrés, depositándolos28 ”.Como puede apreciarse la justicia local consideró todos los argumentospresentados a fin de dar solución al conflicto, con especial atención a losprivilegios y derechos que la las leyes concedían a la institución dotal.El expediente de este juicio de divorcio no se halló en el Archivo Eclesiásticode Mendoza, probablemente se encuentre en Chile. No obstante hemosaccedido a la consulta de otra fuente: los testamentos de doña TomasaVidela y Aguiar. En el primero, otorgado en junio de 1794, reza “que a mireferido marido don Andrés de Castro le dejo el remanente del quinto de misbienes para que lo goce y use del como dueño absoluto 29 ”. Con el segundo, deagosto de 1804, revocó el anterior. Allí declaró ser casada con don Andrés deCastro y agregó que “el remanente del quinto de mis bienes se le dé, sinopósito de mis herederos, a mi nieto don Ramón Guiraldes 30 .” Ante lo expuestopuede inferirse que hubo sentencia de divorcio y devolución de dote puesdoña Tomasa pudo acceder y disponer de su heredad como lo hizo en su últimotestamento.28 AGM Argentina, JC. op.cit.29 AGM Argentina. Protocolo Nº 130, 1794, fs. 77v./79.30 AGM Argentina. Protocolo Nº 148, 1804, fs. 24v./26.31 Hijo legítimo de don Manuel Millán y de doña María Josefa Troncoso, naturales de laciudad de Buenos Aires.


101Doña María de los Ángeles Merlo y “el privilegio de su crédito”Don José Gabriel Millán 31 y doña María de los Ángeles Merlo 32 , marido ymujer y vecinos de la ciudad de Buenos Aires, se afincaron en la ciudad deMendoza hacia 1.787. De ocupación comerciante, Millán adquirió una haciendapor valor de 4.894 pesos, a los herederos de Juan Tejera, vecino de Mendoza.Para completar la transacción fue necesario un préstamo de mil pesosque otorgó un distinguido miembro de la elite local, don Francisco de Videlay Aguiar.La deuda contraída -cuyos réditos ascendían al cinco por ciento anualdebíaejecutarse en cinco años. Llegado el tiempo, ya difunto el benefactor,sus herederos solicitaron a la justicia se ejecutase a don José Gabriel Millánpor el incumplimiento de esta obligación. Como contrapropuesta y por suimposibilidad de pago, éste ofreció la entrega de la de hacienda contra elentero de su valor a fin de saldar la deuda. Pero sólo recibió un rotundorechazo salvo -y en palabras de Millán- “a que no sea a entregarles yo enplata efectiva los mil pesos 33 ”.Requirieron, entonces, el embargo de la hacienda de don Gabriel. Y esaquí donde tomó cartas en el asunto su esposa, doña María de los ÁngelesMerlo.“habiendo venido a esta ciudad mi marido, don Gabriel Millán…trató comprar en el año de 1.787, la hacienda que fue de losherederos de de Juan Tejeda que…tomó en 4.894 pesos, entregandoal contado 3.118 pesos… que recibió en dinero efectivo demi dote y legítimas hereditarias; resulta que no sólo tengo a mifavor -por ser antelada a todos en el reintegro de mi haber- (losguiones son nuestros) los constantes privilegios que concede elderecho a los créditos dotales sino también el especialísimo quedimana por el hecho de haberse invertido las cantidades de miderecho en el pago de parte de los créditos 34La legislación, recordamos, establecía la administración y el usufructode los bienes dotales por parte del marido pero no consumirlos ni aún cancelardeudas en las que pudiese haber incurrido.32 Hija legítima de don Juan Francisco Merlo y de doña Juan Benedicto Tapia, ambos naturalesde Buenos Aires.33 AGPM-Argentina Judicial Civil, 1796, C. 205, doc. 21.34 AGPM-Argentina, J.Civil, 1806, C. 171, doc. 31.


102GLORIA E. LÓPEZ NONESAgustina palacio: La “heroína del bracho”.La justicia local, presentadas las pruebas por parte de doña María delos Ángeles, dictaminó que“Vistos despáchese mandamiento de ejecución y embargo por lacantidad que resultare cometida… contra la hacienda afecta a ladependencia, dejándola en prendas en doña María de los ÁngelesMerlo, por su caudal dotal, bajo de la fianza correspondiente detenerla íntegra, a disposición de este juzgado para las resultasdel juicio de oposición a que se declara haber lugar y entre tantoeste se determina 35 ”.El pleito fue largo y dificultoso. En julio de 1796 los herederos de donFrancisco de Videla y Aguiar (entre quienes figura, en representación de suesposa, don Andrés de Castro), apelaron a la Real Audiencia de Buenos Aires,arguyendo la extemporaneidad de la presentación de doña María de los Ángeles.La Real Provisión emanada del máximo Tribunal fue dirigida al alcaldeordinario, en la que se mandó notificar“a los susodichos don José Gabriel Millán y doña María de losÁngeles Merlo que…dentro de los sesenta y cinco días después dela notificación que hicieres de nuestra carta y provisión real, enadelante comparezcan ante la dicha nuestra Real Audiencia porsí, o por medio de apoderado bien instruido, a defenderse, deciry alegar lo que les convenga en orden a la pretensión de la dichapetición suso inserta 36No conocemos el dictamen final de este juicio, pues no se halla estadocumentación en el Archivo de Mendoza, pero se deduce con el auxilio de latestamentaría. José Gabriel Millán testó en junio de 1806 37 , falleciendo pocodespués. Declaró entre otras cosas, el valor de la dote de su esposa y lasdeudas que aún mantenía y mandó que, deducida ésta de sus bienes “por serdeuda de privilegio”, se pagasen con el residuo de sus bienes las dependenciasmencionadas, entre ellas la mantenida con los herederos de don Franciscode Videla y Aguiar, de la que sólo había efectivizado ciento ochenta pesos.Declaró a José Hilarión Millán por su hijo y legítimo heredero y a su esposacomo su albacea testamentaria.Doña María de los Ángeles Merlo mandó inventariar los bienes a la muertede su esposo y realizar su tasación, la que ascendió a diez mil setecientos35AGPM-Argentina, op. cit. doc. 21.36I dem37 AGPM-Argentina, Protocolo Nº 154, 1806, fs. 61v./63.


1<strong>03</strong>cincuenta y ocho pesos cuatro reales. Casó en segundas nupcias con don JuanOller, vecino de Mendoza, a quien expresamente otorgó, en su testamento, elquinto de sus bienes, “obligada a corresponderle los muchos servicios queme tiene hechos y el buen afecto con que me ha distinguido 38 ”. Declaróademás, que los adelantamientos existentes en la hacienda habían sido realizadospor su segundo esposo. Finalmente instituyó por su universal herederoa su hijo, el referido José Hilarión. Testó en febrero de 1821.Algunas consideraciones finalesLa justicia local, a través de sus resoluciones, intentó poner puntofinal al conflicto en el seno familiar o fuera de él a fin de lograr la tranquilidady el orden social del cual el Estado se consideraba responsable.Los procedimientos y argumentaciones expuestos por quienes detentabanla administración de justicia dieron muestra del conocimiento que de lalegislación regia se tenía, aunque en muchas situaciones las resoluciones estuvieronsujetas al sentido común de quienes la detentaban. Con respecto alos derechos y privilegios de que gozaba la institución dotal, ante cualquierconflicto cuyas evidencias tuviesen tintes de legitimidad y en el que se pretendierasoslayarlos, los jueces optaron por nuestro actual “no innovar”.Por otra parte, y ya en estrecha relación con las actitudes de la mujerde esta sociedad tardo colonial, si se quiere, creemos que se insinúan enellas renovadas actitudes en defensa de sus derechos frente a una sociedaddominada por la masculinidad. El reclamo de doña Tomasa Videla y Aguiar laobligó a desnudar ante la justifica y la sociedad una realidad que la humillabay sin embargo aceptó el desafío en pos de su bienestar mental y económico.En cuanto a doña María de los Ángeles Merlo, transcribimos las palabrasque expresó en una de sus declaraciones y que nos la pintan de cuerpo entero:“no se crea no, que resistiré yo en modo alguno el llevar adelante midefensa por cuantos medios me sean permitidos… sometiéndome a cuantosea preciso sufrir, con el objeto de proseguir y arrastrar esta causa hasta losúltimos recursos que sean justos 39 ”.Finalmente insistimos en el valor de la documentación utilizada comofuente indispensable para la reconstrucción de una sociedad histórica y suimaginario social.38 AGPM-Argentina, Protocolo Nº 181, 1821, fs. 6.39 AGPM-Argentina, op. cit. doc. 31.


104GLORIA E. LÓPEZ NONESAgustina palacio: La “heroína del bracho”.Bibliografía y fuentesFuentes InéditasArchivo General de la Provincia de Mendoza (AGM), República Argentina, SecciónJudicial Civil y Criminal, época colonial.Protocolos NotarialesTestamentaría.Bibliografía de referenciaACEVEDO, Edberto O., Orígenes de la Organización Judicial de Mendoza, BuenosAires, 1979.CICERCHIA, Ricardo, Historia de la vida privada en la Argentina,Buenos Aires, Troquel,1998.DUBY, G. y PERROT, M. (dir.), Historia de las mujeres en Occidente, T 2, LA EdadMedia,KLUGER, Viviana, “Kluger, Viviana, “Algunas particularidades de los pleitos familiaresen el Virreinato del Río de la Plata. 1785-1812”, en Revista de Historia delDerecho Nº 27, Buenos Aires, 1999.———————,”Disciplinamiento familiar y social en el Río de la Plata, Tucumán yCuyo. Amancebados, casados ausentes e hijos fugitivos en la mira de los bandosde buen gobierno”, en Revista de Historia del Derecho Nº 33, BuenosAires, Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho, 2005.———————-, “Los Alimentos entre cónyuges. Un estudio sobre pleitos en la épocade la Segunda Audiencia de Buenos Aires”, en Revista de Historia del DerechoNº 18, Buenos Aires, Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho, 1990.LAVRIN, Asunción, “La mujer en la sociedad Colonial Hispanoamericana”, en Bethel,L.(ed.) Historia de América Latina, Barcelona, Crítica, T. 4, 1990.“Las Siete Partidas de Alfonso el Sabio”, en Novísima Recopilación de las Leyes deEspaña, LEVAGGI, Abelardo, Manual de Historia del Derecho Argentino, BuenosAires, Desalma, T 1, 1987.MARTÍN DE CODONI, Elvira y otras, Las Cartas de dote en la Mendoza Colonial,Mendoza, Fac. Fil. y Letras, UNCuyo, 2009.RIPODAS ARDANAZ, Daisy, El matrimonio en Indias. Realidad social y regulaciónjurídica, Buenos Aires, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas,1977.SIEGRIST, Nora y GHIRARDI, Mónica (Coord.), Mestizaje y matrimonio en territoriosde la actual Argentina y Uruguay Siglos XVII y XX, Buenos Aires, Dunken, 2008.TAU ANZOÁTEGUI, Víctor, La ley en la América Hispana. Del descubrimiento a laemancipación, Buenos Aires, ANH, 1992, pp.5-5.


105AGUSTINA PALACIO: LA “HEROÍNA DEL BRACHO”.Marta Palacio*ResumenSe narran y analizan las acciones de resistencia y rebeldía de una mujerargentina, Agustina Palacio, conocida por la historiografía como la “heroínadel Bracho”, que en los años 1840-1843 de la Confederación de Provinciasdel Río de la Plata se opuso con su decisión y acciones a las prácticasde tiranía y crueldad del caudillo santiagueño Felipe Ibarra.El artículo se propone recuperar las fuentes históricas que confirmanla autoría de sus memorias biográficas, visibilizar las acciones de esta mujerejemplar y extemporánea a su época, y reflexionar sobre la lecciónética de las mismas.Palabras clave: Agustina Palacio – heroína- insumisiónClasificación JEL: ZOAbstractIn this text we are going to analyze the resistance and revolt of anargentine woman called Agustina Palacio, well-known by the historiographylike the “Bracho´s heroin”, that in 1840-1843 of the Confederation ofProvinces of the Río de la Plata was against with its decision and action tothe practices of tyranny and cruelty of the caudillo santiagueño Felipe Ibarra.The intention of the article is recover the historical sources that confirmher biographical memories, and to reflect on the ethical lesson of thisexemplary woman.Key words: Agustina Palacio – heroin- rebel* Dra. en Filosofía y Periodista. Docente e Investigadora de la Universidad Nacional deCórdoba y Universidad Católica de Córdoba. Email: martaipalacio@gmail.com


106MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...ExordioEste trabajo tiene la cualidad de compensar una triple deuda: una, con lacausa de la invisibilidad de las mujeres en la historiografía nacional, en la queestoy comprometida a partir de mis estudios feministas y sobre lo cual ya hepublicado otros trabajos; 1 la segunda, que me atañe personalmente por tratarsede una antigua representante de mi genealogía familiar, lo que convierte miescritura en un acto de recuperación ancestral; la última deuda se engarza conel objetivo filosófico-crítico de generar un espacio de reflexión ética sobre losvalores trasuntados por las acciones trágicas que las memorias de AgustinaPalacio exhiben; reflexión que confronta ineludiblemente la descomposiciónética de nuestra cultura a la vez que señala un horizonte hacia dónde dirigirnuestros cansinos ojos en una época de gran incertidumbre y crisis.Agustina Palacio: la autora negadaQuisiera concitar la atención sobre un punto confuso de la historiografíasobre Agustina Palacio de Libarona 2 (1821- 1863): ella es la auténticaautora del relato escrito en género autobiográfico que, a modo de memorias,fue publicado en diversas y sucesivas ediciones a partir de 1858, cuya autoríafue adjudicada erróneamente al viajero-escritor francés Benjamin Poucel quevisitó nuestras tierras junto a Martin Moussy por aquellos años. 31 Cf. PALACIO, Marta, “Orígenes del feminismo en Argentina: la escritura emancipatoriailustrada y crítica de Juana Manso” en: ORTIZ, Gustavo, SPECCHIA, Nelson (eds.): Ilustracióny emancipación en América Latina, Córdoba, EDUCC, 2008, 159-205. Cf. PALA-CIO, Marta, “Los olvidos de la memoria androcéntrica y la lucidez de la memoria de lasmujeres” en: Anatéllei n° 21 (2009) 7-19.2 Doña Agustina Palacio nació en Santiago de Estero el 1º de febrero de 1821. Sus padres fueronMaría Antonia Gastañaduy, hija del último gobernador de Santa Fe, y Santiago Palacio; losvarones de la familia Palacio tuvieron una destacada actuación pública desde los sucesos deMayo en adelante. (Cf. Actas Capitulares de Santiago del Estero, Academia Nacional de Historia,Tomo VI, Buenos Aires, 1951, 144). En 1838, a la edad de 17 años, Agustina Palacio secasó con el español José María Libarona, quien murió en 1843 demente durante su destierroen el Bracho santiagueño, a donde había sido exiliado por orden de Felipe Ibarra en castigopor haber participado como escribano en el acta de destitución del caudillo durante una revueltaencabezada por el comandante Herrera en el año 1840. Cf. SOSA DE NEWTON, Lily:Diccionario biográfico de mujeres argentinas, Buenos Aries, Plus-ultra, 1986, 470.3 Benjamin Poucel, escritor y viajero francés, llegó a estas tierras americanas en 1856 acompañandoa Martin de Moussy, médico y cartógrafo francés contratado por Justo José deUrquiza en 1852 para realizar un relevamiento de nuestra geografía, historia natural y costumbresde las poblaciones. La obra escrita por Martin Moussy, en que divulga los conocimientosgeográficos y culturales fruto de su largo viaje por la Confederación Argentina, fue


107Esta falacia, que provocó el ocultamiento e invisibilidad de la auténticaautora, ha sido propiciada por varias causas. La más palmaria es haberomitido en las sucesivas reediciones la introducción que el propio B. Poucelhizo a las memorias autobiográficas de Agustina Palacio, en que señala quesus palabras son sólo antecesoras de las palabras de Agustina.Poucel envió a publicar por primera vez las memorias al periódico LaReligión en el año 1858, acompañadas de un preámbulo titulado “La Heroínadel Bracho”, suerte de presentación de su autora y contextualización histórico-geográficadel relato, en que emerge claramente su rol de editor y publicista.4 A partir de entonces, el ocultamiento de la autora será un lugar comúnen el que incurrirán la mayoría de los textos de divulgación impresos y de losque circulan hoy por la web que a grandes rasgos reproducen la historia deAgustina Palacio adjudicándole a Poucel la autoría.De la investigación de fuentes que he realizado 5 se desprende que lasmemorias de las hazañas de doña Agustina Palacio de Libarona fueron publicadaspor primera vez en Buenos Aires en el año 1858 en los números 25°,26°, 27° y 28° del periódico La Religión que dirigía Félix Frías, quien publicóel texto completo remitido por B. Poucel a su redacción junto con un largopreámbulo apologético firmado por el propio Poucel.El punto capital es que el relato que salió a la luz en 1858 fue redactadopor la propia Agustina Palacio en un manuscrito autobiográfico, al día dehoy extraviado, que fue dado a conocer, leído en voz alta y dictado por ella aBenjamin Poucel, con motivo de la visita que éste le realizó en Salta en el año1856 acompañado por Martin de Moussy.Hay varios documentos históricos que apoyan este argumento de laautoría de Agustina en la redacción autobiográfica de sus memorias, ademásdel periódico mencionado en que el propio Poucel dice que ha podido leerpublicada bajo el título Description géographique et statisque de la Confédération Argentine,Paris, Libraire de Fermin Didot, 1859.4 En el n° 25 del periódico La Religión del 30 de enero de 1858 apareció el artículo “LaHeroína del Bracho” firmado por Benjamin Poucel (págs. 209-213). Dicha presentación fueacompañada por la publicación sucesiva y continuada de las memorias de Agustina Palaciobajo el título la “Relación de los padecimientos en el Bracho de Da. Agustina Libarona”,aparecida en los números 26 (págs. 217-224), 27 (págs. 226-232) y 28 (págs. 234-238), sinfirma de su autora.5 He podido consultar estas fuentes gracias al profesionalismo de las bibliotecarias de la Facultadde Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba quienes ubicaronestos textos antiguos con excelente desempeño: Silvia Fois, Sonia Mangas y María LuzChavez, a las que agradezco su valiosa colaboración en esta investigación.


108MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...“ese manuscrito en que se refieren tantos dolores, que me complazco en dara luz” 6 .Coincidentemente, en el mismo año 1858, apareció también en Italiala historia de Agustina, esta vez relatada por Paolo Mantegazza, médico,antropólogo y viajero italiano, quien conoció y trató personalmente a Agustinacuando residía en Salta. Este texto compendia y cita en parte las memorias,a la vez que introduce un punto de vista político para juzgar los sucesoshistóricos. La obra titulada Sulla America Meridionale, Lettere Mediche deldottor Paolo Mantegazza 7 refiere los acontecimientos políticos acontecidosen la provincia de Santiago del Estero en 1840 gobernada por Juan FelipeIbarra y la épica acción de Agustina Palacio de Libarona. 8 Paolo Mantegazzanarra la historia de la “heroína del Chaco”, como la designa, a partir derecuperar fragmentos del manuscrito de Agustina adecuadamente citados.Dice Mantegazza: “Séame permitido emplear las palabras mismas de Agustina,que en un diario manuscrito que tuve entre mis manos, trazó con palabrassencillas la historia de aquella época de su vida.” 9Además, Mantegazza vuelve a publicar la historia de Agustina Palacioen 1867 en otra obra titulada Viajes por el Río de la Plata y el Interior de laConfederación Argentina, en la que funde parte de la anterior. 10 Allí relata6 Cf. POUCEL, Benjamin, “La Heroína del Bracho” en: La Religión n° 25, 211. El resaltadoes nuestro.7 Cf. MANTEGAZZA, Paolo: Sulla America Meridionale, Lettere Mediche del dottor PaoloMantegazza, Milano, Tipografia e Librería di Guiseppe Chiasi, 1858 / Propietá della GazzetaMedica Italiana, Lombardia. Totto dalle annate 1858 a 1859.8 Cf. MANTEGAZZA, Paolo: Cartas Médicas sobre la América Meridional, Buenos Aires,Imprenta y Casa Editora “Coni”, 1949, Publicación n° 535 de la Universidad Nacional delTucumán. Traducción de la edición de Milán 1858-1860 de Juan Heller. Cf. Carta VIII(Tomo II): “Ibarra y una heroína del Chaco – Doña Agustina Palacio de Livarona- Curaciónrepentina de una enajenación mental de diez y ocho años”, 275-281. Allí dice Mantegazza,275: “ …Deseo exponeros la historia de una mujer heroica, a quien tuve la fortuna de conocerde cerca, y que gracias a las persecuciones de Ibarra, dio causa a una sublime manifestaciónde su corazón, uno de los más nobles y generosos que me ha sido dado conocer.” Elsubrayado es nuestro.9 Ibid, 277. El subrayado es nuestro.10 Cf. MANTEGAZZA, Paolo: Viajes por el Río de la Plata y el interior de la ConfederaciónArgentina, Buenos Aires, Imprenta y casa editora Coni Hermanos, 1916. Publicación de laUniversidad Nacional de Tucumán con ocasión del centenario del Congreso de 1816. Traducciónde Juan Heller de la tercera edición del original: Rio de la Plata e Tenerife. Viaggie Studi, Terza Edizione, Milano, Librería Editrice Brigola, 1876. Las ediciones anterioresson de 1867 y 1870. Cf. Cap. XIX “Ibarra y una heroína del Chaco – Doña Agustina Palaciode Livarona- Curación repentina de una enajenación mental de diez y ocho años”, 182-188.


109exactamente con las mismas palabras que ha tenido entre sus manos el diariomanuscrito de Agustina. 11Por lo tanto, Agustina es la autora de sus memorias autobiográficas yBenjamin Poucel sólo actuó como primer editor/divulgador de las mismas –aligual que Paolo Mantegazza-, publicándolas primero en el citado periódicoporteño La Religión (1858), luego en una obra colectiva de viajes editada porEdouard Charton en París Le tour du monde: nouveau jornal des voyages(1861), 12 posteriormente traducida al castellano: La vuelta al mundo: Viajesinteresantes y novísimos por todos los países (1866). 13Durante sus recorridas etnográficas por estas tierras suramericanas,Poucel se dirigió expresamente a Salta en el año 1856 para visitar a DoñaAgustina Palacio de Libarona movido por la fuerte curiosidad de haber oídoponderados comentarios de sus “heroicas” hazañas. Para ese entonces, Agustinaera ya una mujer madura, viuda, que vivía recluida en su ámbito domésticodedicada a sus dos hijas Elisa y Lucinda; alejada para siempre de latierra santiagueña donde tuvo lugar su trágico destino.Probablemente en la soledad de su refugio maduró Agustina la dolorosaexperiencia vivida y redactó los manuscritos que recién se publicaron unavez que Ibarra hubo muerto (año 1851), a partir del relato recogido y enviadopor Benjamin Poucel al periódico La Religión. En todo caso Poucel actuó comoprimer editor de estas memorias, corrigiendo errores gramaticales o aportandoalgunos datos secundarios de carácter geográfico e histórico a fin dedar credibilidad científica al relato.Así parece puesto que la publicación argentina de 1825 de las memoriasde Agustina, impresa bajo el formato de folleto, realizada por la AsociaciónNacional de Damas Patricias Santiagueñas en “tributo de admiración yhomenaje a su memoria”, titulada Los horrores de la Tiranía, 1840-42. Infortuniosde la Matrona Santiagueña doña Agustina Palacio de Libarona. La Heroínadel Bracho, menciona que el texto que publica recoge la versión francesade Poucel el que ha sido sometido a un trabajo de contrastación con elmanuscrito. En realidad, del contraste de fuentes, las damas santiagueñascotejaron el relato de Poucel publicado en Francia su versión traducida al11 Cf. Ibid, 184.12 Cf. POUCEL, Benjamin, “Aventures et malheurs de la Señora Libarona dans le GrandChaco 1840-1841” en: CHARTON, Edouardo (Dir.): Le tour du monde: Nouveau journaldes voyages, Paris, Libraire de l’ Hachette, 1861, Vol. 1, 321-336.13 Cf. POUCEL, Benjamin, “Aventuras y desgracias de la Señora de Libarona en el GranChaco” en: La vuelta al mundo: Viajes interesantes y novísimos por todos los países, Madrid,Imprenta de Gaspar y Roig, 1866, tomo V, 331-346.


110MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...español con el manuscrito de puño y letra de Agustina que tuvieron ante susojos. 14 Si bien, a partir de los años treinta han circulado numerosas versionesde las hazañas de Agustina Palacio en libros de historia y de ficción, como enmedios de divulgación masiva, siendo quizás el más destacado el best sellerde Abelardo Arias, Polvo y espanto, 15 hay escasos estudios históricos de relievesobre las memorias de Agustina Palacio. El breve desarrollo de Lily Sosa deNewton contenido en su Diccionario biográfico de mujeres argentinas es insuficientepara dar cuenta del valor y sentido de su hazaña.Entre los estudios más relevantes sobre su autobiografía que he encontradose hallan algunos ensayos producidos en universidades de norteamérica,como el estudio crítico de Mary Berg quien plantea la autoría de Agustinade sus memorias señalando con mucho rigor las distinciones de las diversasediciones del relato: la francesa, española, italiana, argentina y chilena. Suerudito ensayo, titulado “Involuntary Travel: The Aventuras and Infortuniosof Agustina Palacio de Libarona on the Argentine Frontier 1840-1841”, 16 conuna ágil y amena exposición recupera fuentes como cartas de los viajerosMoussy y Poucel, periódicos de la época y los contrasta con las ediciones deParís y Madrid.14 Dicen las damas patricias santiagueñas en el Prefacio de 1925, refiriéndose al relato brindadopor Agustina a Poucel: “De sus labios recogió la narración que enseguida divulgó publicándolaen 1858 en Buenos Aires en el periódico que dirigía don Félix Frías y en 1863 en París enla obra titulada “La vuelta al Mundo” (pág. 401 a pág. 416) que la conocida publicación “Elcorreo de Ultramar” la ofreció muy bien impresa y con grabados en madera como preciosaprima a sus lectores (…) Es esta misma narración la que la Comisión de las Damas PatriciasSantiagueñas, publica en este folleto con motivo del homenaje que tributan a la memoria de laheroica matrona reproduciendo además las láminas que figuraron en la obra citada. En ellaaparecen algunos errores, muy explicables en el viajero francés que la redactó (sic), a quiénescapaba el recuerdo preciso de algunos detalles de los sucesos y del medio en que ocurrieron,que es posible enmendar con el relato que de los mismos infortunios hizo doña Agustina a sucuñado don Santiago Libarona, que en un manuscrito, corregido por mano de ella, se hatenido a la vista.” PALACIO, Agustina: Infortunios de la Matrona Santiagueña doña AgustinaPalacio de Libarona. La heroína del Bracho, Buenos Aires, Ed. Asociación Nacional DamasPatricias Argentinas de Santiago del Estero, 1925, 10. Los resaltados son nuestros.15 Cf. ARIAS, Abelardo: Polvo y espanto, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1971. Estanovela histórica mereció el Premio Nacional de Literatura 1969-1971.16 Cf. BERG, Mary, “Involuntary Travel: The Aventuras and Infortunios of Agustina Palaciode Libarona on the Argentine Frontier 1840-1841” en: Ciberletras: Revista de Crítica Literariay Cultura n° 5 (2002), consultado en: http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v05/berg.html


111Otro interesante estudio escrito también en el norte por Laura Demaría,“Recounting the Nation from the Border”, 17 plantea la transformaciónque sufren las memorias al pasar del testimonio oral y manuscrito de AgustinaPalacio -dado a conocer a Benjamin Poucel- a la objetiva materialidad deltexto impreso de 1858, lo cual las convierten en un interesante registro etnográficocientífico precedido por un prólogo explicativo del “oyente masculino”,en adelante convertido en el escritor-autor. 18Agustina fue la autora de sus propias memorias autobiográficas y sevalió de la autoridad (masculina) de la escritura de Benjamin Poucel, de suprestigio científico, sus vinculaciones con el mundo literario y por qué no desu condición de viajero europeo para que se publicasen. Es notorio que tantoen el texto de 1858 como en el francés de 1861 la autoridad masculina esquien precede sus palabras y confiere legitimidad al relato en el acto dedelegarle la palabra, palabra de mujer convertida de ahora en más en “palabraautorizada”. 19 En su preámbulo de 1858 Poucel concluye diciendo: “Dejemos,por fin, hablar a la víctima su propio lenguaje que está a la altura de suvirtud, de sus padecimientos, de su coraje y de la grandeza de su alma…” 20Al respecto es muy pertinente la pregunta que realiza L. Demaría depor qué, si las damas santiagueñas tenían en 1925 en sus manos el manuscritode Agustina, no publicaron su versión, corrigiéndola, y en cambio, prefirieronrecuperar la versión de B. Poucel. Coincido con la respuesta que formulaDemaría: fue por la autoridad científica, francesa y masculina concedida aPoucel por las bienintencionadas damas santiagueñas frente a la propia escriturade Agustina. 21Parece que la falacia histórica de tapar la autoría de Agustina, continuaday reproducida acríticamente por las publicaciones de divulgación, 22 data decasi un siglo cuando en la reedición argentina de 1925 fue crucial la inscripción17 DEMARÍA, Laura, “Recounting the Nation from the Border” en: Journal of Latin AmericanCultural Studies Vol. 13, n° 1, March 2004, 3-19. Agradezco especialmente la gentilezade la autora por enviarme su artículo desde Estados Unidos.18 Cf. Ibid, 6-7.19 En el texto francés dice Poucel: “C’est ici que commence la narration de Doña Agostina:nous nous empressons de lui ceder la parole”, POUCEL, Benjamin, “Aventures et malheursde la Señora Libarona dans le Grand Chaco 1840-1841”, cit., 324.20 POUCEL, Benjamin, “La Heroína del Bracho” en: La Religión, n° 25, 213. El resaltado esnuestro.21 Cf. DEMARÍA, Laura: “Recounting the Nation from the Border”, cit., 7-8.22 En las últimas décadas han aparecido varios artículos periodísticos, muy breves, que nomencionan las fuentes las que obtuvieron sus datos, que claramente reasentan la confusión yel error sobre la autoría de las memorias adjudicándosela a Benjamin Poucel.


112MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...de la primera nota de las editoras –Damas Patricias Santiagueñas- en que seasienta este severo error de interpretación: suponer que el autor de las memoriasfue Benjamin Poucel. Dice la nota nº 1 de dicha edición: “Benjamin Poucel,autor de esta narración (sic). Viajero y escritor francés: Nació en Marsella en1872 (sic).” 23 Sin embargo, en abierta contradicción con esta primera nota delas editoras, el propio B. Poucel en sus “Palabras preliminares” recogidas en laedición argentina de 1925 dice textualmente: “Las doloras escenas que vamosa narrar a continuación, pasaron hace más de veinte años en una región deAmérica Meridional (…) Nos limitamos a señalar algunos pormenores sobre elautor: Doña Agustina Palacio de Libarona”. 24 ¿A qué se debió la miopía de laedición argentina de las damas santiagueñas si el propio Poucel indica comoautor (o autora) de esta narración a Agustina Palacio? ¿Tuvieron que ver losprejuicios de género? ¿Obedeció a la no-distinción entre autor y editor? LauraDemaría interpreta que esto ocurre por una transposición realizada por Poucel:al colocarse fuera del texto con su prólogo, borra la citación asumiendo el rolde oyente que representa con su escritura transparentemente al Otro, el de laotra civilización extraña, en una operación ventrílocua. Con este gesto se ubicatambién en una posición de transparente y jerarquizado intérprete masculinode la voz femenina de la enunciación. 253. La mujer desterradaEn la historia nacional, Agustina vivirá un doble e inusitado destierro:el exilio de la plena autoría de sus propias memorias tras la voz masculina del“relator/editor” francés y el exilio de su voluntaria proscripción por amor enel borde de la frontera del chaco santiagueño entre 1840 y 1843.Evidentemente Agustina sabía leer y escribir, 26 cosa poco común paralas mujeres de la época, aún de la clase alta a la que ella pertenecía, y muyprobablemente sus memorias autobiográficas, contenidas en el mencionado23 Cf. PALACIO, Agustina: Infortunios de la Matrona Santiagueña doña Agustina Palaciode Libarona. La heroína del Bracho, cit., 13 (el subrayado es nuestro). Aquí aparece otrogrueso error en la fecha de nacimiento ya que Poucel no pudo haber nacido en 1872 porcuanto visitó y recogió el relato de Agustina en 1857, lo que abona la apreciación sobreciertos descuidos de esta edición argentina, sembrada tanto de buenas intenciones como deseveras confusiones.24 Ibid, 13 (el subrayado es nuestro). El sustantivo masculino utilizado por Poucel “autor”pudo haber incidido en la equivocación, además de ser una muestra preclara del sexismolingüístico de la época.25 Cf. DEMARÍA, Laura, “Recounting the Nation from the Border”, cit., 7-8.26 En el difundido retrato de Agustina de la edición francesa de 1861, copia de una fotografíarealizada en 1860 en Salta, se la puede observar con el rostro serio y sosegado, con una mirada


113diario manuscrito, ya hayan estado redactadas al momento de su encuentrocon Poucel en 1856. 27No es cuestión menor para desvelar su autoría advertir el hecho que,desde la primera publicación del relato realizada en el periódico La Religión de1858, el texto haya sido escrito en primera persona y en género femeninoindicando a las claras que es una mujer la que habla y rememora el horrorvivido. Su relato autobiográfico se constriñe al episodio político de injusticiaque ha vivido su marido, José María Libarona, narrado desde el punto de vistadel profundo desgarro amoroso que ella padece como esposa; relato que seinicia en 1840 con la detención, tortura y destierro de Libarona por orden deIbarra y que culmina con su agónica muerte y desolada sepultura en febrero de1843.Con sus memorias Agustina establece fehacientemente su rol de testigode los sufrimientos y muerte injusta de Libarona: “Me quedé sola al lado delcadáver bañándolo de mis lágrimas.” 28 Queda investida a la vez como lúcidasobreviviente de un infortunio político al que el destino la arroja inesperadamenteen el que se torna por propia voluntad y decisión protagonista y sujeto.Agustina relata minuciosamente el trance doloroso y angustiante queha debido vivir. “Estaba yo tan lastimada y abatida, que muchas veces metiraba al suelo, desesperada como para morir; pues a la verdad digo queprefería la muerte a una vida tan sumamente angustiada”. 29 Su voz narrativadelata la prepotencia del caudillo, describe pormenorizadamente los vejámenesy crueldad de los soldados, cuenta los intensos dolores físicos y lospeligros a los que Libarona ha sido condenado por el destierro y que ellacompartirá intensamente en su propia piel. Exilio que ella por propia decisiónasume con gran determinación como una ley interior que la obliga, pesea tener que abandonar a sus dos pequeñas hijas, contrariando el poder absolutode Ibarra y desoyendo los ruegos de su familia y amigas.penetrante que aún conserva destellos de rebeldía, sentada en un sillón en pose de pensadoracon su mano izquierda apoyada sobre dos libros colocados en una pequeña mesa y en su manoderecha se observa un pequeño cofre, elementos que denotan su condición social. La ediciónargentina de 1925 reproduce todas las ilustraciones con que la publicación francesa de 1861ameniza el relato. Allí está contenido el retrato mencionado: Cf. POUCEL Benjamin, “Aventureset malheurs de la Señora Libarona dans le Grand Chaco 1840-1841”, cit., 321.27 Mary Berg dice al respecto que no hay evidencias que Agustina haya contado la historiaantes de la muerte de Ibarra (1851) y de la derrota de Rosas en Caseros (1852) evidenciandosu prudencia y buen tino. Cf. BERG, Mary, “Involuntary Travel: The Aventuras and Infortuniosof Agustina Palacio de Libarona on the Argentine Frontier 1840-1841”, cit., 6.28 PALACIO, Agustina, La Religión, n° 28, 235.29 Ibid, n° 26, 224. El resaltado es nuestro.


114MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...No son las memorias completas de su vida lo que le interesa narrar,sino sólo un fragmento de ella, un episodio crucial: aquel que empieza en1840 con la revuelta política contra Ibarra y sus nefastas consecuencias sobrela vida de su marido. El lacerante dolor de las torturas infligidas en el cuerpode su esposo antes de enviarlo al exilio que narra pormenorizadamente desdeel inicio, le duelen tanto como si las padeciera en su propio cuerpo; estadode dolor fusionado en su propia piel que finalizará para él con su solitariamuerte en 1843 en el destierro del Bracho y que ella padecerá intacto por elresto de su vida. 30La angustia frente al castigo cruel e injusto del tirano: el destierro auna zona inhóspita, yerma y hostil por la avanzada de los indios -el Bracho,último puesto fronterizo ubicado en la frontera del Gran Chaco donde casinadie sobrevivía por sus propios medios-, tiñe todo el relato otorgándole unagran densidad dramática. En su narración aparece contrastando con la pesadezde la sórdida existencia que debe afrontar en el Bracho, la insólita fortalezaque su amor juvenil hace surgir en su vida, antes feliz y despreocupadade mujer de clase acomodada.Es innegable que el éxito popular de su historia, que ha inspirado variasobras de ficción, 31 como señala Mary Berg, se debe a que al igual que lade Camila O’Gorman, la suya es una historia trágica de amor donde la violenciadel tirano se empecina con el amante, y en la que su historia de amor ymuerte se lee entreverada con las luchas viscerales previas a la organizaciónde la nación Argentina: la resistencia de los unitarios y el absolutismo de losfederales. 32Los infames sucesos que modificarán la vida de Agustina definitivamente,que ella relata y da a conocer a través de su diario a Benjamin Poucely Paolo Mantegazza, acontecieron apenas iniciada la década de 1840. El relatoempieza con la narración de una frustrada revuelta política ocurrida enSantiago del Estero, ciudad en la que ella casualmente se hallaba de visita en30 Cf. Ibid, n° 28, 235. El dolor continúa con el paso de los años: “¿Quién sería capaz depronunciar mi deplorable estado, en aquel sitio tan solitario y más desierto del mundo?¿Quién podría medir el peso de tantas penas y tan terribles ansias y trabajos? A mi misma meparece hoy cosa de sueño, me parece que yo ni nadie del mundo sería capaz de soportar tantainmensidad de trabajos; pero no, sueño no fue para mi desgracia; fue más cierto que de lamanera que lo cuento y más horrible aún.”31 Sobre Agustina Palacio se ha escrito: la famosa novela Polvo y Espanto de Abelardo Arias,una obra dramática, poemas y una historieta de amor en la revista Intervalo, además denumerosos artículos de divulgación.32 Cf. BERG, Mary, “Involuntary Travel: The Aventuras and Infortunios of Agustina Palaciode Libarona on the Argentine Frontier 1840-1841”, cit., 6-7.


115la casa familiar, y de la consecuente reacción violenta de Ibarra en la recuperacióndel poder con sus inevitables represalias y castigos.Este es el espacio político en que inscribe su historia de amor y abnegaciónconyugal: Agustina narra la persecución, detención y destierro de suamado esposo, José María Libarona, por órdenes del caudillo Felipe Ibarra.Este marco político de luchas fraticidas desplaza su historia del esquemanetamente personal de las historias de amor y la reubica en un entramadomás complejo, en que su acción de exiliarse junto con su marido al Brachoadquiere un matiz contestatario y soberanamente político frente a la ordendel tirano.Agustina comienza su relato diciendo: “En el mes de setiembre de 1840,habiéndose sublevado en Santiago del Estero la división que estaba al mandodel comandante D. Santiago Herrera, contra el Gobernador D. Felipe Ibarraque desde treinta años atrás gobernaba a su antojo…” 33Los hechos relatados por Agustina tuvieron su origen tras el fallidolevantamiento de 1840 liderado por el comandante Santiago Herrera paradestituir a Felipe Ibarra del gobierno de la provincia de Santiago del Estero,quien desde hacía 20 años la gobernaba despóticamente. 34 Tras esta acción,desbaratadas las fuerzas militares insurrectas, habiendo huido sus cabecillasal no poder organizarse, Ibarra retoma el poder político y ordena castigar alos responsables y a quienes participaron en la rebelión. A Santiago Herreraprescribe que lo torturen hasta morir en el “retobado”, suplicio mortal queconsistía en envolver al reo colocado en posición fetal en un cuero de vacaestrechamente cosido, dejando la cabeza afuera, y luego arrastrarlo por lascalles hasta que sus huesos se molían completamente.José María Libarona fue apresado, torturado y finalmente confinado aldestierro como castigo por haber actuado (obligadamente) como escribanodel acta de destitución de Ibarra y de pronunciamiento del nuevo gobernador.Agustina relata: “Fue Libarona al Cabildo, en el que lo obligaron a escri-33 PALACIO, Agustina, “Relación de los padecimientos en El Bracho de Da. Agustina Libarona”en: La Religión n° 26, 6 de Enero de 1858, 217. Obsérvese que a la fecha de 1840,Ibarra llevaba veinte años en el poder y no treinta como dice Agustina. ¿Escribiría estasmemorias en 1851, año de la muerte de Ibarra, en que sí había detentado la gobernación portreinta años? (Nota: de aquí en adelante, las citas de las memorias serán extraídas del periódicode 1858 porque considero que esta versión es la más genuina y la que más fidelidad haguardado con el manuscrito puesto que las otras ediciones del siglo XIX admiten habersuprimido partes o haber compendiado el relato).34 Juan Felipe Ibarra gobernó Santiago del Estero hasta su muerte, de 1820 a 1851, durante treintaaños, siendo el gobernador de la Confederación Argentina que más años estuvo en el poder.


116MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...bir un acta nombrando al nuevo gobernador y destituyendo al gobernadorIbarra.” 35 Libarona compartió el castigo del destierro con el juez Pedro Unzagaquien había arengado al pueblo para elegir el sustituto de Ibarra.Frente al cariz que tomaban los acontecimientos, Agustina recurrió atoda clase de peticiones e influencias para evitar que Libarona fuera desterradoal Bracho. Incluso se atrevió a ir a la casa de Ibarra a implorar por él.Rememora el diálogo que mantuvo con Ibarra:“Fui a su casa, entré, pero acompañada del mayor terror, como si mellevasen al suplicio. Así que me vio Ibarra me dice furioso: a quéviene esta muger aquí, mándese mudar inmediatamente; y… añadió:deje a ese gallego que esté allí, que bien está, y de ese modo estáslibre tú también de él; y aún quieres pedir por él? En esto le dije:Señor, cómo no he de pedir por mi esposo; y en esto que estaba pormontar a caballo que tenía listo en el patio… yo le sigo, y levanta ellátigo furiosamente, diciéndome: mándese mudar, le dio tal vuelo yfuerza al látigo que por poco no me lastima la cara.” 36El destierro a la región de la selva chaqueña conocida como “El Bracho”concluyó con la muerte de Libarona. En este lugar informe e inhóspito- dondeluego de dos años y medio de privaciones, frío y calor extremos, hambre, picadurasde insectos, arañas y vinchucas, en que padecieron la continua persecuciónde malones de indios, la violencia y malos tratos de los soldados-, Libaronamurió tras una demencia enajenante que en los últimos meses agravó suintensa agonía. Agustina, joven esposa de 19 años, acompañó por su propiavoluntad a José María Libarona al destierro como un sagrado deber que debíacumplir. Antes de partir, tuvo que solicitarle permiso a Ibarra, quien se lo concedióde mala gana diciendo: “que se vaya esa tonta y se embrome allí”. 37 Consu destierro voluntario Agustina había impuesto, una ley superior por encimade la ley suprema del tirano, reclamando una autonomía frente a su despotismoque bien puede leerse como un acto de insumisión política.A este respecto es interesante la interpretación que realiza Laura Demaríadel gesto de Agustina y de la reacción de Ibarra: Agustina, interpretandosu deber de esposa de este modo, se somete voluntariamente al poderpatriarcal de la sociedad colonial de su época que la concibe subordinada alpater familiae, a Libarona, ordenamiento de género que es paradójicamentecuestionado implícitamente por Ibarra al ofrecerle un pacto de libertad res-35 PALACIO, Agustina, La Religión, n° 26, 217.36 Ibid, n° 26, 221. El resaltado es nuestro. (En el original dice “muger”)37 Ibid, n° 26, 221. El resaltado es nuestro.


117pecto a su sujeción al marido. Pero, al mismo tiempo, el gesto de Agustinaexpresa una autonomía respecto al poder absoluto del caudillo al que limitaconfrontándolo con una ley superior, la del deber de su propia conciencia, ala que ella se somete gustosa animada por su apasionado amor juvenil, constituyéndoseipso facto por este acto en sujeto político. De suerte tal, la leydel caudillo no tiene ya jurisdicción ni validez sobre ella. 38En el exilio, desprovista de toda ayuda humana y material, Agustinacuidó y asistió a Libarona hasta su muerte con gran paciencia y valentía,incluso siendo maltratada por él quien, debido a su enajenación mental, yano la reconocía. Fue ella quien diariamente buscaba alimentos y agua traslargas caminatas, curaba sus llagas, procuraba darle baños para devolverlesu decaída salud mental, según era costumbre médica; ella era quien armabafrágiles chozas con palos y arbustos que los soldados destruían permanentemente,obligándolos a internarse en zonas cada vez más selváticas y salvajesdel Gran Chaco, territorio de los indios y los jaguares donde nadie se atrevíaa incursionar. En cuanto los soldados que los custodiaban veían que se habíaninstalado con los precarios cobertizos que ella improvisaba, los internabancada vez más adentro de la selva del Gran Chaco. Agustina rememora: “Todoesto lo disponía Ibarra para sacrificarnos más.” 39 Incluso, narra que en una desus correrías los indios les quemaron el provisorio ranchito que con ramashabía armado, salvándose milagrosamente, quedando completamente a laintemperie por varios días.Indudablemente Agustina estuvo expuesta a toda clase de peligros quehacían que los más aguerridos gauchos y guerreros no osaran internarse poresas zonas. Su cuerpo entero padeció la dureza y el castigo de la vida allí:“Había veces que me caían los pellejos de los pies, de la cara, y espaldas porlas lastimaduras.” 40 Aunque, quizás el mayor dolor que se desprende de lalectura de sus memorias es el provocado por el desconocimiento y extrañezade su marido ante su presencia, debido a la demencia y fiebres que muypronto lo aquejaron. Libarona, lejos de ser un enfermo pasivo, era agresivocon ella, dándole golpes y mordiscos para no dejarse curar. La angustia padecidase trasunta en sus palabras: “Yo estaba llena de mordiscones que él medaba con su cólera y locura. Estaba sumamente atormentada, desvelada ytemiendo caer enferma, pues estaba con unos dolores tan fuertes de cabezaque ya no podía resistir.” 4138 Cf. DEMARÍA, Laura, “Recounting the Nation from the Border”, cit., 9-10.39 PALACIO, Agustina, La Religión, n° 26, 223.40 Ibid, n° 28, 229.41 Ibid, n° 27, 229.


118MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...Tantos suplicios vividos tenían la intencionalidad de que ella abandonasea Libarona que, enfermo y débil como estaba, seguramente moriríapronto sin sus cuidados. “Veía que de debilidad se moría mi esposo” 42 Ibarrahabía dado órdenes al comandante Fierro que los vigilaba que no le dejasenllegar los víveres y vituallas que le enviaba periódicamente la familia Palacioa través de chasques, dejándola completamente incomunicada de sus seresqueridos. Esta situación límite llevó a la desesperación a Agustina quien exasperadaretó una vez más autoridad de Ibarra, diciéndole a Fierro:“No crea Ibarra que ni por hambre, ni por riesgo de tigres ni de indios,abandone yo a mi Libarona; pues cuando yo muera por él, habré cumplidocon mi deber y con mi esposo. Y así es que estoy resuelta a sufrir toda clasede trabajos que me imponga.” 43En el destierro del Bracho acontece una notoria inversión de los roles degénero estipulados por su sociedad, quebrándose el axioma patriarcal de la“inferioridad natural” de la mujer. Agustina es quien actúa y decide; Libaronay Unzaga son pasivamente dependientes de su accionar: uno por su desvaríomental, el otro por su pusilanimidad. Agustina es quien resuelve sobre las cuestionesbásicas de supervivencia, tales como armar el enramado que los cubrirá,proveer el alimento para no perecer de inanición, negociar con los indios ygauchos para obtener ayuda para buscar agua o maíz, quien soborna a un gauchopara sacarle los grilletes a Libarona; también es ella quien estipula elcuidado médico y la higiene del enfermo, la que cura las llagas de Libarona ylas de Unzaga también, la que dirige la huída de las sucesivas invasiones de losindios, la que trabaja con sus manos en duras tareas de campo (sembrar, cortarleña, acarrear agua a través de largas distancias) a las que no estaba acostumbradapor su clase, la que reconviene y enfrenta a los soldados cuando con suscrueldades los hostigan y los van expulsando selva adentro. Narra:“El gefe de los soldados se acercó a mí, y me enseñó la orden de Ibarraque le indicaba que nos alejara de aquel punto, con el afán de que yo meaburriera con los nuevos trabajos que tenía que hacer en cada punto mudado,y para que dejase solo a Libarona; pero yo le conteste que eso jamás loconseguiría, a no ser que me mandase a fusilar, y que estaba decidida acorrer y seguir la suerte de mi esposo, hasta morir por él.” 44Al respecto dice Laura Demaría que así como el límite de la fronteradel norte se fue corriendo con el desplazamiento forzoso de Agustina por elterritorio, también se fueron deslizando con los límites físicos las demarcacionesde género y hasta de clase impuestos por la sociedad de la época,42 Ibid, n° 27, 230.43 Ibid, n° 27, 226. El resaltado es nuestro.44 Ibid, n° 27, 229. El resaltado es nuestro. (En el original está escrito “gefe”)


119desde el momento en que ella en el Bracho se ofreció para amamantar al hijode una india y coserle ropa a los indígenas para así proveerles de alimentos alos disminuidos Libarona y Unzaga. 45Su exilio fue un ininterrumpido desplazamiento hacia la desolación absolutay el mayor despojo. Concluyó con el cuerpo yerto de Libarona en sus brazos.Con precisión escribe la fecha de su fallecimiento: 11 de febrero de 1843. En unadramática exposición cuenta la agonía interior en que la sume la muerte deLibarona, mimetizándose con ella hasta llegar al borde de la muerte:“Yo que ya no podía resistir ni resignarme con tal pérdida, llena deamargura y anegada en lágrimas, sentí que mi cuerpo se iba helando… yquedé desmayada. No sé cuanto tiempo estuve en la otra vida y en esta,pero si sé que cuando volví del letargo, ya su cuerpo estaba frío, helado.” 46Una vez sepultado Libarona en la tierra del destierro ayudada por Unzagay unos hombres del lugar, 47 Agustina abandonó el Bracho. Maltrecha y debilitadacomo estaba, tuvo aún el valor de enfrentar al comandante Fierro queinsolente le preguntó por el grillete de Libarona: “Yo le contesté que si no sehabía cansando de mortificarme ese malo, que hoy no tenía por qué sufrirlo, yque buscase por todas partes por donde nos habían tenido rodando.” 48Agustina Palacio regresó a la ciudad de Santiago del Estero en 1843,tras cuatro días de viaje en carro. Al llegar a la casa de sus padres, su hermanaIsabel no la reconoció tan desfigurado estaban su rostro y cuerpo y tanlastimosa su apariencia. A partir de allí su familia se mudó a Tucumán dejandopara siempre la casa solariega santiagueña. Recién después de la muertede Ibarra pudo hacer trasladar los restos de Libarona a Tucumán.Es aquí cuando su narración se silencia y le cede la palabra al editorquien, desde el ojo masculino enaltece su gesta sólo desde el punto de vistaconyugal, por su rol de esposa abnegada, presentándola como “mujer ejemplary heroica” por cuanto sus acciones descollan por exhibir cualidades masculinasdurante su exilio. Casi al final de la versión del periódico La Religiónde 1858, aparece un extenso comentario colocado como paratexto, lleno decondescendencia hacia la falta de mérito literario de las memorias autobiográficasde Agustina y a la vez de encomios por su heroísmo conyugal: “…esposaadmirable por su energía varonil para hacer frente al infortunio.” 4945 Cf. DEMARÍA, Laura, “Recounting the Nation from the Border”, cit., 10-12.46 PALACIO, Agustina, La Religión, n° 28, 235. El resaltado es nuestro.47 Cf. Ibid, n° 28, 236: “Al fin lo hice sepultar allí, a pesar mío, y le dije a Unzaga que nodescuidase en ponerle una señal a la sepultura, para en lo sucesivo saber donde estaban susrestos.”48 Ibid, n° 28, 236.49 Ibid, n° 28, 233.


120MARTA PALACIOLa dote: Un patrimonio que debe ser restituido: Algunos...La heroína trágicaDesde el surgimiento de la tragedia como género dramático en Grecia,los filósofos se han dedicado a reflexionar sobre su naturaleza literaria y susrasgos sobresalientes o esenciales. Aristóteles en su conocida obra Poética hasido el primero en reflexionar sistemáticamente sobre los caracteres de latragedia, texto sobre el que se apoyarán posteriores estudios filosóficos. Así,para Aristóteles lo que define a la tragedia es la acción o el drama que desenvuelveny despliegan unos hombres (y mujeres) “mejores a los normales.” 50Estos serán héroes o heroínas porque atrapados por un infortunio o un destinoadverso actúan exhibiendo cualidades “esforzadas, perfectas y grandiosas”.51 Pero además señala Aristóteles que la tragedia para ser tal, al imitaren la ficción estas extraordinarias acciones, debe provocar en el público dossentimientos extremos: “conmiseración y terror” a fin de que los afectoshumanos se purifiquen. 52 Esta función catártica o liberadora de la tragedia seproduce porque “la compasión se funda en lo inmerecido de la desdicha y elterror en la semejanza”, 53 oscilando el acontecimiento trágico entre lo imprevistoy lo maravilloso. El héroe y la heroína padecen el infortunio por unerror, por una circunstancia fortuita, no como el merecimiento a su maldad.Estos dos caracteres de la tragedia serán retomados por Paul Ricoeuren su exposición del carácter trágico de Antígona, 54 la heroína de Sófoclesque perece ahorcada por desafiar y desobedecer la orden de su tío, el reyCreonte, al enterrar a su hermano Polinices, muerto fuera de la ciudad ycondenado a quedar insepulto. Reflexionando sobre la acción y el pathos dela tragedia de Antígona, Ricoeur expone que la esencia de la sabiduría trágicaes el sufrimiento, “sufrir para comprender.” 55 En el terror trágico convergeránla libertad y la ruina, el miedo y el pavor, suscitando la misericordiaque compadece el destino aciago del héroe o de la heroína. 56La historia de Agustina, en sí misma contiene los rasgos épicos de unatragedia con una notable semejanza con la Antígona de Sófocles: su oposicióny desobediencia al caudillo por cumplir con la ley sagrada que le dicta suamor a Libarona; el destierro fuera de los muros protectores de la ciudad50 Cf. ARISTÓTELES, Poética, México, UNAM, 1946, 3. Traducción, introducción y notaspor Juan David García Bacca.51 Cf. Ibid, 8-9.52 Cf. Ibid, loc. cit.53 Ibid, 18.54 Cf. ERRANDONEA, Ignacio: Sófocles y su teatro, Madrid, Ed. Escelicer, 1942.55 RICOEUR, Paul: Finitud y culpabilidad, Madrid, Taurus, 1969, 538. Versión castellana deCecilio Sánchez Gil.56 Cf. Ibid, 540.


121como consecuencia de su insumisión; la conciencia de la injusticia del castigopadecido por Libarona, a quien considera una víctima del tirano (al igualque lo es ella); la intuición de que el último acto de su tragedia concluye conla muerte y sepultura de su amado; el inesperado e inmerecido infortunioque cae sobre su inocente vida; los acontecimientos políticos externos a suvida que la arrollan irreparablemente; la angustia y terror que padece en sudesventurado destino; el pathos en que vive el episodio crucial de su existenciaen el que aflora su coraje, su fortaleza y particularmente su concienciaautónoma respecto a la ley del tirano.Sus memorias autobiográficas están empapadas por el espíritu de latragedia: su lectura inspira “terror” por la semejanza que guarda su injustopadecimiento bajo el poder absoluto de Felipe Ibarra con el de cualquiertiranía que ostenta su dominio arbitrario sobre toda vida; e inspira “compasión”por lo inmerecido de su desgracia y por el infortunio acaecido sobre suvida cuando sólo cuenta con 19 años.¿Es Agustina una heroína? Desde las primeras versiones impresas de1858 (la de Poucel y la de Mantegazza) ya se la denominó “la heroína delBracho” (Poucel) o la “heroína del Chaco” (Mantegazza). En la misma líneaque la interpretación hegeliana de la tragedia de Sófocles, los diversos editoresy prologuistas de las memorias del siglo XIX y XX han subrayado que elrasgo heroico se halla en el cumplimiento extraordinario de su deber familiar.En estas versiones Agustina ha quedado convertida en ícono de la fidelidady lealtad marital. Sin desconocer estos elementos, presentes en su accionar,prefiero ubicar el eje de su heroicidad en el hecho que ella, como Antígona,Agustina Palacio es una heroína trágica por cuanto su conciencia moral laobliga oponerse a la ley del tirano aunque ello signifique la muerte. Al igualque Antígona, la determinación que la impulsa a la rebelión proviene de unarazón amorosa, en la primera el amor fraterno la obliga a dar sepultura alhermano, en la segunda el amor de acompañar y cuidar al esposo. El amor aJosé María Libarona moviliza en ella, con la conciencia de su autonomía, suinsumisión política patentizada en dos acciones grandilocuentes e intrépidas:acompañar al reo al destierro a costa de su propia vida hasta darlesepultura; y delatar la injusticia a través del acto reparador de la escriturade sus memorias.El intenso debate moral, las profundas emociones que sus memoriastrasuntan se alían con la profunda y arcana sabiduría de los héroes y heroínasde todas las épocas. Su relato nos deja la impresión del cumplimiento de unenigma que, a través de su destino funesto, expresa un poder que trasciendelas determinaciones políticas de la precisa coyuntura histórica, el poder de lajusticia.


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123DOÑA MANUELA GARAYCOA DE CALDERÓN:LA CONSTRUCCIÓN DE LA PATRIA POR EL SACRIFICIO MATERNODaniel Loarte Ruíz *ResumenEl presente texto es una primera aproximación a las cuestiones sobrela presencia de la maternidad en el proceso de Independencia y su vinculacióncon la elaboración de heroínas y precursoras por la historiografía. Paraello, se estudiará el caso de Manuela Garaycoa de Calderón (1784 -1867),dama de la élite guayaquileña, poseedora de gran habilidad negociadora yuna importante red de relaciones familiares que le permitirán vincularsecon líderes del movimiento emancipador y sobrellevar las dificultades deuna época convulsionada.Palabras claves: independencia, mujeres, historiografía, Ecuador, maternidadClasificación JEL: ZOAbstractThe following text is a first approach to the questions regarding topresence of motherhood in the process of independence and its relationwith the creation by historiography of heroines and precursors. Then, thistext will study the case of Manuela Garaycoa de Calderón (1784- 1867),who was part of the elite in Guayaquil, a very skillful negotiator and whohad an important family relations network which allowed her to get closerto the emancipator movement leaders and overcome the difficulties of athose troubled times.Key words: Independence, women, historiography, Ecuador, motherhood* Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. Instituto “Riva – Agüero” , PUCP.


124DANIEL LOARTE RUIZDoña Manuela Garaycoa de Calderón: La construcción de la patria...A mi mamáDos son las preguntas que motivan la presente investigación: En primerlugar, sabiendo que el proceso de Independencia fue una época convulsionadaque afectó la vida cotidiana de las poblaciones, quería investigar sobre suefecto en las familias, especialmente en las mujeres que eran madres. Ydicha categoría está vinculada a la segunda cuestión: ¿Por qué la maternidadno está presente, o se encuentra relegada en el caso de ser mencionada, enla historiografía de heroínas y precursoras? El presente texto es una primeraaproximación a una investigación mayor sobre heroínas y precursoras quefueron madres durante la independencia, que pretende dar respuestas a dichasinterrogantes. Partiré en esta ocasión desde un caso de la historiografíaecuatoriana.Para el caso ecuatoriano, Manuela Sáenz es la figura que más han destacadolos estudiosos y escritores desde su aparición en las “Tradiciones Peruanas”de Ricardo Palma en la segunda mitad del siglo XIX 1 , pudiendo serincluso el modelo representativo de heroína en nuestra región 2 . Con motivode la celebración de los Bicentenarios, el Instituto Ecuatoriano de Investigacionesy Capacitación de la Mujer (IECAIM) publicó la obra “Mujeres Patriotasy Precursoras de la Libertad” presentando 36 biografías que “revela una largatradición de rebeldía de insignes mujeres ecuatorianas que no esperaronni reclamaron premio alguno, sino sólo la profunda felicidad de haber sido1 Palma le dedica a Manuela Sáenz dos tradiciones; la primera narra los hechos ocurridos enBogotá el 25 de setiembre de 1828, que la convierten en la “Libertadora del Libertador”, y lasegunda que detalla su encuentro con el autor y compara su carácter con él de Rosa Campuzano,“La Protectora”, amante del Libertador José de San Martín. Ambas tradiciones son posiblementelos primeros escritos que hablan sobre Manuela Sáenz que tienen difusión masiva einternacional. Ellos datan de la década de 1870 y son anteriores a la publicación de las memoriasdel General Daniel O’Leary (cuya primera edición a cargo de su hijo en Caracas borrótodo rastro de Manuela) o de Giuseppe Garibaldi (que la ve como venerable matrona); lacaracterización como libertadora se vuelve unívoca al nombre de Manuela Sáenz y se convierteen referente de toda la literatura e historiografía posterior acerca de ella.2 Benjamín Carrión (1897-1979), fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, al referirse aSáenz, señala que: “Esta Manuela, nuestra heroína máxima, pone la sal y la pimienta en todala Historia de la Independencia”. Este comentario con toques culinarios, indica que la presenciade Sáenz da un sabor especial a la gesta, le da sentimiento, categoría propia de las mujeres,al considerar sus roles de conspiradora, mujer de armas – algo que contradecía al concepto defemineidad de la época – y de amante de Bolívar, junto a su carácter apasionado. En: ElCuento de la Patria (Breve Historia del Ecuador). Quito, Libresa, 2008. La obra original es de1967.


125protagonistas de los verdaderos cambios, de haber respondido al anhelo demiles de mentes y de corazones que ansiaban un destino nuevo” 3 .Dejando de lado la carga emocional de estas frases que pretenden unareivindicación del género femenino, la generalidad conceptual para revisarla historia de las ideas o las causas y consecuencias del movimiento emancipadory la exaltación del cambio revolucionario (que finalmente acaban repitiendotodo aquello que cuestionan de la historiografía denominada tradicional),y centrándonos en las preguntas iniciales de nuestro trabajo, se observaen esta lista no definitiva, que las heroínas son en su mayoría solteras, elmatrimonio y la maternidad son estados accesorios frente sus ideales políticos,presentándose solamente los siguientes ejemplos: Rosa Campuzano, quellega a ser madre después de las guerras de Independencia; Isabel Bou, gestantedurante la represión realista de Quito el 02 de agosto de 1810 y PaulaVallejo Guerrero, de quien se señala tuvo un hijo con Bolívar que falleció alos pocos años de nacido. En los tres casos, el hecho de ser madre es incompatiblecon la coyuntura política y social de la época, por ello se pone enriesgo la vida y se sacrifica la maternidad por los ideales, resaltándose tantola crueldad del momento como el valor de la elección (Bou), se trunca unaposible estabilidad o estancamiento en pleno fragor de la lucha (Vallejo,pensemos que hubiese sido tener a un sucesor del Libertador) o se esperantiempos tranquilos para poder iniciar dicho proyecto de vida (Campuzano).Curiosamente, uno de los personajes omitidos en la obra del IECAIM,cuyo protagonismo fue desarrollado por la historiografía sobre la Independenciadel siglo XX y que además fue madre de familia, es Manuela Garaycoade Calderón, quien junto a su familia tuvo una destacada participación durantelas luchas por la Independencia de la Audiencia de Quito y la Provinciade Guayaquil, así como en las primeras épocas del Ecuador Republicano. Nacidaen Guayaquil el 08 de junio de 1784, hija de Francisco Ventura de Garaycoa,Capitán de Maestranza del Astillero de Guayaquil, a la sazón el principalde la costa del Pacífico y de María Eufemia de Llaguno y Lavayén, pertenecientea una de las más importantes familias de comerciantes del puerto.Baste mencionar que su hermana Ana era casada con el norteamericano Joséde Villamil, prócer de la Independencia guayaquileña; su hermana Franciscaera esposa del Doctor Luis Vivero, Vocal y Secretario de la Gobernación delPuerto y su hermano Francisco Xavier, cura del pueblo de Yaguachi, llegó aser el primer Obispo de Guayaquil.3 COSTALES, Marcela: Mujeres Patriotas y Precursoras de la Libertad. Quito, Instituto Ecuatorianode Investigaciones y Capacitación de la Mujer (IECAIM), 2009.


126DANIEL LOARTE RUIZDoña Manuela Garaycoa de Calderón: La construcción de la patria...Doña Manuela – a quien prefiero llamar así para diferenciarla de lasotras heroínas del actual Ecuador: Manuela Cañizares, Manuela Espejo y ManuelaSáenz – contrajo matrimonio con Francisco Calderón y Díaz, natural deLa Habana, Contador de las Cajas Reales y Tesorero Oficial de la Corona en elCorregimiento de Cuenca. Durante los levantamientos en la Audiencia deQuito el 10 de agosto de 1809, Calderón recibió la orden de entregar dinerodel Tesoro al Gobernador Aymerich, negándose a acatar dicha instrucción porno contar con las formalidades del caso, siendo detenido y encarcelado, confiscándoseletodos sus bienes, los cuales fueron rematados en subasta pública.Doña Manuela tuvo que dejar Cuenca junto con sus menores hijos y retornara la casa materna en Guayaquil, donde consiguió la libertad de su esposo,gracias a la influencia familiar. Posteriormente, Francisco se unirá a las fuerzasinsurrectas en Quito, siendo detenido tras la derrota y fusilado en 1812.Los autores que han trabajado la biografía de doña Manuela señalan que trasestos sucesos, ella padeció dificultades económicas, por lo que se vio obligadaa permanecer en Guayaquil, más hay que indicar que ella, a través degestiones ante el Obispo de Cuenca, consiguió obtener el montepío correspondienteal empleo de su esposo, por ser de justicia, ya que éste habíarealizado los aportes mientras desempeñaba sus funciones como ContadorReal. 4 La familia Calderón – Garaycoa tuvo seis hijos: Mercedes (Guayaquil,1801, casada con el limeño Francisco Aylluardo, Regidor del Cabildo de Guayaquil),Abdón (Cuenca, 1804, conocido en la Historia Ecuatoriana como “elniño héroe”), Baltazara (Cuenca, 1806, casada con Vicente Rocafuerte, ideólogode la Independencia, posteriormente Presidente del Ecuador y miembrodel Congreso Americano de Lima), Carmen (Cuenca, 1807, de quien se dicefue una de las preferidas de Bolívar) y Francisco (Guayaquil, 1810 que llegó aser Capitán de Marina y radicó en Lima). Según la historiografía, doña Manuela,en medio de los reveses y dificultades, no dejará de preocuparse por laeducación y el bienestar de sus hijos y promoverá en ellos sentimientos patrióticosa favor de la independencia, bajo los cuales se dice que ella mismahabía sido educada, los cuales se consumarán con el sacrificio de Abdón en laBatalla de Pichincha en 1822.Este hecho es decisivo, pues considero que la construcción del personajede doña Manuela ha estado ligada a la de su hijo Abdón, iniciada a travésde las historias y relatos escritos por Ricardo Márquez Tapia (“Sol de Gloria”,4 MONGE, Celiano: Relieves: Artículos Históricos. Quito, Editorial Ecuatoriana, 1936. Págs.34-35. Debo indicar que el capítulo titulado “La Madre del Héroe: Manuela Garaycoa deCalderón” apareció previamente como folleto en Quito, en 1915.


1271934) 5 y Celiano Monge (“La Madre del Héroe”: 1915, 1936) 6 . En primer lugar,ambas obras servirán para definir su heroísmo en grado sumo, característicaque - según enfatizan dichos autores -, será una constante en su(s) vida(s).Asimismo, como las principales fuentes utilizadas por ambos escritores hansido las cartas que ella intercambió con Antonio José de Sucre y Simón Bolívar,se nos muestran las ideas y el partido que asumirá durante el proceso dela independencia. Estas caracterizaciones de doña Manuela (comunes con suhijo Abdón, pero de quien prefiero tomar cierta distancia en la presenteexposición), vale decir el sacrificio y el bolivarianismo, continuarán siendomencionadas en los textos sobre doña Manuela a lo largo de la historiografíaecuatoriana del siglo XX y estarán vinculadas a la formación de la denominadapatria ecuatoriana.La Madre EspartanaEl sacrificio de doña Manuela está caracterizado por elementos épicos,adquiridos de la antigüedad helénica, convirtiéndola en una mujer recia y capazde soportar cualquier revés, debido a la firmeza de sus convicciones, superioresa cualquier vivencia o emoción, por más difícil o dura que ésta sea. Ellaestá convencida que cualquiera de sus actos contribuirá al desarrollo de unplan mayor, hacia el cual se ha entregado totalmente: alcanzar la Independenciade la Patria. Esta idea es destacada por el Ministerio de Educación delEcuador, al señalar que “su temple de luchadora” era superior al “terribledolor de madre” 7 . Por ello, será considerada como madre espartana. 8La prueba documental en la que se basa la anterior argumentación esla carta enviada por doña Manuela a Antonio José de Sucre, el 11 de julio de5 MÁRQUEZ TAPIA, Ricardo: Sol de Gloria. Cuenca, Talleres Tipográficos de “El Mercurio”,1934.6 MONGE. Op.cit. Tanto Márquez como Monge configurarán con sus obras la caracterizaciónde doña Manuela, que será asumida en obras posteriores, como por ejemplo los trabajos deAntonio Lloret Bastidas. Ver: LLORET BASTIDAS, Antonio: “Doña Manuela Garaicoade Calderón, su familia y su actuación Patriótica”. Revista del Centro de Estudios Históricosy Geográficos del Azuay Nº 46. Cuenca, 1981. Págs. 26 – 30.7 Véase la nota “Las Mujeres en la Independencia, Segunda Etapa” en el portal:www.educarecuador.ec8 Es interesante notar que el calificativo más acorde con la caracterización de doña Manueladescrita por Monge, Márquez y Lloret, sería el de estoica. Al calificarla como espartana, loque quieren mostrar es que como madre forma a su hijo en los ideales independentistas y queya preparado, lo entrega al ejército libertador, que representa la autoridad, la fuerza y elpoder de esos ideales, de una entidad denominada patria.


128DANIEL LOARTE RUIZDoña Manuela Garaycoa de Calderón: La construcción de la patria...1822. Mediante esta misiva elogiosa y cordial con el destinatario, ella expresabala satisfacción que sentía ante los comentarios sobre el desempeño desu hijo durante la lucha en la batalla del Pichincha. El hecho de saber queAbdón resultó herido, le hacía recordar vivencias pasadas en Quito (la detencióny muerte de su esposo), pero ella era consciente del momento que seestaba viviendo, por la importancia estratégica de la batalla, que liberó a laAudiencia de Quito de la presencia realista, y por el triunfo de las aspiracionesde su grupo social, puesto que ella se denomina perteneciente a la claseilustre quiteña que saluda al enarbolado pabellón colombiano 9 .Dicha consideración es interesante, puesto que, en una “era de sacrificiosy contrariedades por la Patria”, no quedaba más que la resignación antelas pruebas cotidianas en aras de los ideales más sublimes. Para Ricardo MárquezTapia, la serie de elevados dones que poseía doña Manuela, favoreció aforjar su fortaleza: su digno apellido, sus prendas patrióticas, su valía social,aristocrática e intelectual. Así, gracias a su prestigio e hidalguía, ella seconvierte en una mujer fuerte, una matrona, viuda de prócer y madre de unhéroe mancebo, que es además fruto de un respetable hogar 10 .“La primera figura femenina del Olimpo heroico ecuatoriano”, repiteel cronista de Cuenca, Antonio Lloret Bastidas, al referirse a doña Manuela;pese a las contrariedades padecidas ante los realistas y los guayaquileñospro-peruanos, cuando se definía el futuro de la Provincia de Guayaquil, trasproclamada su independencia el 09 de octubre de 1820, doña Manuela, afirmaeste autor, pudo salir adelante gracias a su entereza y la firmeza de susideales. Su casa era centro de reunión de los patriotas que deseaban la anexióna Colombia y en sus salones se vivía con efervescencia los triunfos de lastropas libertadoras; es por ello que la tragedia de perder a su hijo en combateno se trasluce en muestra alguna de debilidad ni tristeza, sino más bien,refuerza su fervor patriótico; Lloret señala que ella “continuaba feliz en mediode sus tribulaciones”, y que exclamó orgullosa: “Ha muerto el hijo de misentrañas, más la Patria está libre y vengada la sangre de mi esposo”. DoñaManuela, mujer patricia y virtuosa, hacía una oblación a la Patria – que Lloretidentifica con el Ecuador - de los dos seres que más quería, su esposo y suhijo; la muerte de este último cerraba el ciclo de su holocausto 11 .9 La misiva se encuentra transcrita en: MONGE. Op.cit. Págs. 68 y 69; Lloret Bastidas, Op.cit.Págs. 34-35. También puede revisarse la siguiente dirección electrónica: PÉREZ PIMEN-TEL, Rodolfo: http://www.diccionariobiograficoecuador.com/.10 MÁRQUEZ TAPIA. Op.cit. Pág. VI-IX y 4. Los calificativos clásicos también son propiosde Abdón, a quien califican de adonis. Ver también: Monge, Celiano. Op.cit. Págs. 70 y ss.11 Ver: LLORET BASTIDAS, Op.cit. Págs. 28 – 33.


129Rodolfo Pérez Pimentel complementa estas ideas, al afirmar que doñaManuela poseía el “temple digno de los tiempos heroicos de la Grecia, cuandolas madres ofrendaban a sus hijos a la Patria”, puesto que ella fomentó enAbdón y Francisco los sentimientos independentistas y los guió para que alcancencon sus acciones, cotidianas o ya en el ejército, la anhelada independencia,recordándoles que debían llevar su apellido con honor. Añade PérezPimentel que ella misma cosió el uniforme de su hijo Abdón antes de la campaña12 . Esta imagen de la elaboración y la entrega de prendas que identificanal soldado y lo preparan para la batalla será el punto de encuentro tangibleentre el ser madre y el ser patriota de doña Manuela, que dio a luz, crió ypreparó a un héroe. Los autores citados veían en ella, reminiscencias de loshéroes clásicos y con el fin de realzar la gesta independentista, utilizaronuna narración con tonos de epopeya. Con su muerte en la Batalla del Pichincha,Abdón se convertirá para la historiografía ecuatoriana, en la figura representativadel Período de la Independencia y porque no decirlo, en la imagende la Patria 13 .Es difícil saber cuál fue la reacción de doña Manuela al enterarse de lamuerte de Abdón; no hay documentos sobre dicha situación, por lo que esposible que los autores hayan reelaborado su comportamiento, mediante una12 Para estos detalles, revisar la página web de Rodolfo Pérez Pimentel citada en la Nota 9. Lapublicación original data de 1987 y se encuentra totalmente digitalizada en la red.13 Benjamín Carrión en el “Cuento de la Patria” sostiene que si bien el Ecuador no tuvo héroesde la talla de Bolívar, Sucre o San Martín (Dicha inquietud también se dio en la historiografíaperuana, surgiendo posiciones como la independencia concedida -desde fuera del Perú- y laparticipativa pero frustrada -que dependiendo de las visiones, puede retroceder hasta el levantamientode Túpac Amaru II en 1780), dio muestras de su participación heroica a través delenternecedor “niño héroe del Pichincha” Abdón Calderón. La descripción detallada, estremecedorae increíble, de su muerte defendiendo el pabellón patrio se enseñó en las escuelasecuatorianas durante décadas. Aquí quisiera hacer dos acotaciones: la primera es que para1822, Ecuador no existía, por tanto no se podría decir que los próceres, héroes, símbolos eideales de patria eran ecuatorianos, sino que se identificaban con las regiones a las que pertenecían,las cuales podían estar ligadas política, social y/o económicamente con otros centrosde poder, como por ejemplo los Virreinatos. Lo segundo es que considero los autores quisieronrecrear en la figura de Abdón a la República del Ecuador, subyaciendo dicha idea tácita enel imaginario intelectual y social: de noble origen, pequeño, débil pero valeroso, desmembradovarias veces en desigual combate pero que resiste hasta el fin, hecho uno sólo con subandera.Por otro lado, existe un romancero en honor a Abdón, posiblemente de 1920-1930, elaboradodurante la época del Centenario de la Independencia, donde hay un diálogo entre él y suespada, entregada por su madre, antes de la batalla. Los versos señalan el conflicto del joven,por volver a su hogar o luchar por sus ideales, nacidos de ese hogar, venciendo estos últimos.


130DANIEL LOARTE RUIZDoña Manuela Garaycoa de Calderón: La construcción de la patria...continuidad de las expresiones presentes en la carta a Sucre. Un dato quedeseo agregar es que en 1824, el Gobierno Colombiano ascendió a Abdón algrado de capitán, asignándole a su madre una pensión vitalicia con el montocorrespondiente a dicho grado militar 14 .La primera BolivarianaEn la correspondencia intercambiada con Bolívar, se evidencian las dotesnegociadoras de doña Manuela. En carta del 21 de octubre de 1822, ella lehace un recuento de su vida y le indica que no cuenta con recursos para elsostenimiento de sus hijos, solicitando se le mantengan las dos pensiones, lade su esposo con el grado de Coronel y la de su hijo Capitán. El argumento esinteresante, ella señala que el nuevo gobierno no negará su petición y se comportarácon el honor correspondiente, puesto que los enemigos de la Patria(las autoridades españolas) no le negaron la pensión de su esposo en el pasado.Incluso ella está dispuesta a que se le rebajen diez pesos de la pensión deAbdón para poder recibir ambos beneficios. Bolívar aceptó la petición.El libertador había conocido a doña Manuela y su familia durante supaso por Guayaquil y desde el inicio, ambos establecieron vínculos estrechos.Bolívar no escondía en sus comunicaciones, su admiración por Joaquina Garaycoay Carmen Calderón, hermana e hija de doña Manuela, a quienes llamaba“la Gloriosa” y “la Loca” respectivamente; a la primera, Bolívar lerenueva su fidelidad amorosa y le recomienda no sentir envidia por las mujerescuencanas 15 . Para él, doña Manuela era una viuda tierna y constante queera parte de una familia digna, notable y conformada por mujeres bellas,sensibles y finas 16 .Esta afinidad epistolar servirá a la historiografía para calificar a doñaManuela como la primera bolivariana, al tomar posición por el partido delLibertador durante el debate por el futuro de Guayaquil. Mientras el reconocíaen ella, una “vocación de mártir y patriota” ella lo veneraba “como unídolo en el altar de su corazón” y lo llamaba “Mi Libertador y mi todo” 17 ,pero, según mi opinión, estos elogios no siempre eran de manera gratuita.14 MONGE. Op.cit. Págs 69-70.15 Carta del 14 de setiembre de 1822, transcrita en: LECUNA, Vicente: Cartas del Libertador,corregidas conforme a los originales, mandadas publicar por el Gobierno de Venezuela,presidido por el General J.V. Gómez. Caracas, Litografía y Tipografía del Comercio, 1929.Tomo III. Págs. 89-90. Menciono este detalle, porque guarda notas de discriminación hacialas mujeres nacidas en la sierra frente a las costeñas, situación que continúa hasta la actualidaden el Ecuador.16 Carta del 16 de junio de 1823. En LECUNA: Op.cit. Págs. 216-217.17 Ver LLORET. Op.cit.(1981), 32 y ss. MÁRQUEZ. Op.cit. 38 y ss.


131Las estrategias de una madreRevisando la correspondencia de doña Manuela, ella escribe a su “caroy dulce amigo” en enero de 1827, diciéndole que extraña su presencia yrecordando los buenos momentos pasados. No se mide en alabanzas y expresionesde aprecio, y le solicita su apoyo para que el Gobierno Peruano lepague una deuda a su hijo menor, Francisco, enrolado en la armada libertadora,correspondiente a sueldos y gratificación. Dicha petición no había sidorecibida por el General Andrés de Santa Cruz, por lo que ella no reconoce suautoridad y decide recurrir “al General en Jefe” 18 . Dos años antes, bajo losmismos términos afectuosos, le pide la cancelación de una deuda pendientea su yerno y al socio de éste, propietarios de una goleta fletada para lacampaña de independencia; doña Manuela es muy detallista con los montosque se adeudan y meticulosa con las explicaciones para obtener los pagos lomás pronto posible.Pero su actitud de intercesora no fue un privilegio en favor de su familiao de los patriotas, ni exclusivamente manifestada durante la campañalibertadora. Luego del triunfo en la batalla del Pichincha, doña Manuela evitóel destierro del canónigo realista Andrés Villamagrán, convenciendo al Intendentede Cuenca para que cambie su fallo. También evitó la destitución delregidor del cabildo Manuel Andrade, de pasado pro monárquico, tras su nombramientopor el Cabildo republicano y pese a los informes desfavorables deSucre, demostrando lealtad a sus amigos.Asimismo, los últimos años de vida, doña Manuela radicó en Lima, dondedefendió el honor de su hijo Francisco, capitán de la nave mexicana “Linda”,al acusársele de haberse unido a un grupo de enemigos políticos y conspiradorescontra el gobierno peruano de turno. Doña Manuela exigió reparaciónpública, alegando que su familia siempre gozó de buena reputación ysirvió a la República con distinción 19 .Doña Manuela supo manejar su bagaje cultural y sus relaciones parasalir adelante en una etapa turbulenta. No pudo escapar de la escritura históricaque la definió, basada en su correspondencia, como un ser dador de vidapara el sacrificio, con la leyenda de su hijo y como una admiradora casifanática de Bolívar; más sus decisiones y actitudes, su complejidad maternal,expresadas en esas mismas misivas, rebasaron esas concepciones patrióticas.No podía esperarse menos de una mujer madre.18 Ver MONGE. Op.cit. Págs. 56 y ss.19 MONGE. Op.cit. Págs. 72 y ss. LLORET. Op.cit (1981). Págs. 28 y ss.


132DANIEL LOARTE RUIZDoña Manuela Garaycoa de Calderón: La construcción de la patria...BibliografíaARAUJO SÁNCHEZ, Diego (coord.): Historia de las Literaturas del Ecuador: Literaturade la República 1830 – 1895. Quito, Corporación Editora Nacional – UniversidadAndina Simón Bolívar Sede Ecuador, 2002.CORDERO AROCA, Alberto: Baltazara Calderón de Rocafuerte. Guayaquil, FundaciónCasa de Rocafuerte – Biblioteca Municipal de Santiago de Guayaquil, 2005.COSTALES, Marcela: Mujeres Patriotas y Precursoras de la Libertad. Quito, InstitutoEcuatoriano de Investigaciones y Capacitación de la Mujer (IECAIM), 2009.CRESPO TORAL, Remigio: Romancero en Honor a Abdón Calderón. Cuenca, s/f.LECUNA, Vicente: Cartas del Libertador, corregidas conforme a los originales, mandadaspublicar por el Gobierno de Venezuela, presidido por el General J.V.Gómez. Caracas, Litografía y Tipografía del Comercio, 1929.LLORET BASTIDAS, Antonio: Cuencanerías. Tomo II. Cuenca, Casa de la Cultura Ecuatoriana,Núcleo del Azuay – Banco Central del Ecuador, 1993.LLORET BASTIDAS, Antonio: “Doña Manuela Garaicoa de Calderón, su familia y suactuación Patriótica”. Revista del Centro de Estudios Históricos y Geográficosdel Azuay Nº 46. Cuenca, 1981. Págs. 13 – 39.MÁRQUEZ TAPIA, Ricardo: Sol de Gloria. Cuenca, Talleres Tipográficos de “El Mercurio”,1934.MONGE, Celiano: Relieves: Artículos Históricos. Quito, Editorial Ecuatoriana, 1936.POZO ASTUDILLO, René: “Abdón Calderón. Héroe Niño”. Cuadernos de DivulgaciónCívica Nº 21. Quito, Comisión Nacional Permanente de Conmemoraciones Cívicas,2005.Ministerio de Educación del Ecuador: www.educarecuador.ecPimentel Pérez, Rodolfo: http://www.diccionariobiograficoecuador.com/


DOÑA MANUELA GARAYCOA DE CALDERÓNArchivo Hermanos Courret, LimaC.1860133


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135DESVENTURAS Y DEFENSA DE DOÑA MARÍA GRACIAEN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PATRIA 1Patricia N. Sánchez*Resumen:Este trabajo centra su estudio en los conflictos suscitados durante lacrisis del poder colonial en América, que afectaron principalmente a losespañoles europeos por su condición, ya que muchos de ellos fueron consideradosa partir del nuevo orden, como traidores y enemigos de la patria. Através de expedientes judiciales y demandas civiles, se trata de develar lasituación de una familia, los Angulo, que vivió en la ciudad de San Juan dela Frontera, y atravesó por estos problemas. Así mismo se revela la participacióny defensa que ejercieron las mujeres de su familia, en especial DoñaMaría Gracia Atencio de Angulo, en su rol de esposa y madre.Palabras claves: familia, reclamos, vida cotidianaClasificación JEL: R2Abstract:This work is about the conflicts provoked during the crisis of the colonialpower in America, that affected the European Spanishes principally fortheir condition, since they were considerate as from the new order, liketraitors and enemies of their fatherland. Through judicial files and civilrequests, it is tried to unveil a family’s situation, the Angulos, that lived in1 Una primera versión de este trabajo fue presentado como ponencia en las X Jornadas Nacionalesde Estudio de la Mujeres, y V Congreso Iberoamericano de Estudios de Género, denominado“ Mujeres y Genero: Poder y Política” llevado a cabo en la ciudad de Luján (Provinciade Buenos Aires) en el año 2009. En aquella oportunidad fue expuesto en la mesa temática“ Mujer y crisis del poder colonial en América Latina “.* Docente e Investigadora del Instituto de Geografía Aplicada, Universidad Nacional de SanJuan.


136PATRICIA N. SÁNCHEZDesventuras y defensa de doña María Gracia en la construcción...the city of San Juan de la Frontera. They crossed for these problem, revealingthe participation and defense that the ladies of the family made out,specially Doña María Gracia Atencio de Angulo, in his role of wife and mother.Key words: family, reclamations, daily life


137El entorno y sus protagonistasEn mayo de 1810 se quiebra el poder colonial en el Territorio del Río dela Plata, la crisis institucional española desata un proceso largo y conflictivo,encabezado por la ciudad de Buenos Aires, pero que con el transcurrir deltiempo alcanza a gran parte de la actual República Argentina y países vecinos.En este vasto territorio del Virreinato, en la ladera oriental de la cordillerade los Andes se emplazaba la ciudad San Juan de la Frontera, 1.200 kmdistante de Buenos Aires, capital del Virreinato. Desde el punto de vista administrativo,la ciudad de San Juan había pertenecido desde su fundación, en1562, junto a Mendoza y San Luis al Corregimiento de Cuyo, dependiente dela Gobernación de Chile. Con posterioridad a la creación del Virreinato delRío de la Plata, y al establecerse el Régimen de Intendencias en 1782 pasó adepender de la Intendencia de Córdoba del Tucumán. Luego en 1813, debidoa la crisis del gobierno patrio en Chile y la amenaza de realistas en la frontera,el Triunvirato dispuso la creación de la Gobernación Intendencia de Cuyo,hasta que en 1820 se constituye en provincia autónoma.En San Juan en los inicios de la época patria, de acuerdo al resumen delempadronamiento levantado en 1812, la población superaba los 12.500 habitantesconcentrándose el 78% en el Valle de Tulum en los alrededores del sitiofundacional. Esta población fue clasificada según las categorías de americanos(criollos), españoles europeos, extranjeros, indios, esclavos, negros libres yreligiosos que fueron registrados en el primer cuartel de la ciudad, en circunscripciónde la Iglesia Matriz. 2 El registro de esta población mostraba diferenciasen relación al empadronamiento anterior (1777), el cual reveló un altonúmero de mestizos en comparación a indios y mulatos, en esta oportunidad(1812) los indios fueron declarados como tales, revirtiendo su proporción del3% a un 30%, y los españoles serán en esta ocasión los que intentaran ocultarsea los ojos del censista, ya que de un 35 % habían descendido a menos del 0,5%.Las circunstancias habían cambiado, a partir del movimiento revolucionario seexperimentaba un clima de tensión entre patriotas y realistas, en esta ocasiónser español podía ser objeto de denuncia por lesa patria 3 .2 TORRE REVELLO,J “ La población de Cuyo a comienzos del Virreinato y a principios de lainiciación del periodo independiente,1777-1812”, Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas,Buenos Aires, Año XIII, Nos.77-80, julio de 1939, Cfr. FANCHIN, Ana y SAN-CHEZ, Patricia, “ Espacios urbanos y rurales en San Juan, en tiempos de la Emancipación”,en Congreso Extraordinario “ Vísperas de Mayo”. Córdoba, 20 al 22 de agosto de 2008.3 FANCHIN, Ana “Salve a la Patria, salve mi vida!”IV Simposio Internacional. Las mujeresen la independencia de América Latina. Lima –Perú 19,20, 21 de agosto de 2009. CE-MHAL. Pag.2


138PATRICIA N. SÁNCHEZDesventuras y defensa de doña María Gracia en la construcción...A lo largo del siglo XVIII la ciudad había crecido y por lo tanto habíaperdido la fisonomía original de los primeros tiempos desde que fue fundada.Sus habitantes habían ido ocupando aquellos espacios más aptos, en torno acalles bordeadas por acequias, que permitía el riego de sus cultivos, y lejosde áreas anegadas. Se había expandido en forma desordenada, habían quedadoatrás los viejos oratorios convertidos en capillas, en torno de las cualeshabían ido surgiendo barrios. En el paisaje predominaban viviendas dispersasque disponían en su mayoría de una sola habitación multifuncional, conhuerta de frutales y animales para el autoconsumo, algunas pocas contabancon plantaciones de alfalfa, o viñas, y también podía observarse al andar,alguno que otro molino. Además de las capillas, los almacenes de venta almenudeo, las pulperías, y la plaza pública, eran los espacios más importantesde socialización, y cita obligada de hombres, mujeres y niños.En este escenario, a pocas cuadras de la plaza, en el cuartel N°1 vivíala familia Angulo. Don Ángel Miguel de Angulo era natural de la PenínsulaIbérica, oriundo de la Provincia de Alcalá, quién había arribado a la ciudad deSan Juan en la segunda mitad del siglo XVIII, y se había desempeñado comocontador, tasador y particionista. Además ejercía la función de abogado, (erauno de los tres que había en la ciudad por entonces), realizando escritos endefensa de diferentes pleitos. Don Ángel estaba casado con Doña María GraciaPrudencia Atencio, quien había nacido en San Juan y procedía de unafamilia de origen humilde, “necesitados de bienes temporales, pobres, perode honrado proceder” 4 Su padre, Martín Atencio se había desempeñado granparte de su vida y hasta su muerte como sirviente de la familia de Don FranciscoBorja Vicentelo de la Roza, uno de los vecinos principales de la ciudad,hombre de fortuna y quién fuera uno de los miembros de la sala capitular dela ciudad, luego del pronunciamiento de mayo.La familia que habían constituido se componía de cuatro hijos, unvarón llamado Javier, y tres hijas Manuela, Clemencia y Jacinta Angulo. Lashijas eran fruto de la unión de ambos, y el hijo probablemente resultado dela unión de éste con la hermana difunta de María Gracia, que había sido laprimera mujer de Don Ángel.Era una familia respetada y reconocida como honorable en el ámbitode la ciudad de San Juan. Vecinos con terrenos en los arrabales de la ciudad,y por su oficio de escribiente, abogado y tasador, Don Ángel había logradouna posición económica holgada, y el respeto de sus pares.En años previos a la revolución (1807), la familia se vio envuelta enproblemas judiciales debido a una demanda civil y criminal iniciada por Don4 Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales. Caja 22. Carpeta 88 .Junio de 1810 folio95


139Ángel contra algunos miembros capitulares de la ciudad de San Juan. Estademanda fue entablada porque le impidieron ocupar un cargo de procuradorde la ciudad en el año 1807, luego de haber sido elegido para desempeñarlo.Los capitulares informaron en aquella oportunidad que debía ser confirmadoy avalado en este empleo por la máxima autoridad competente, ya que ellosse oponían por considerar que Don Ángel era de ”carácter y espíritu revoltosoy maquinador de disturbios”, así como también lo eran sus electores, y además“por hallarse casado con una mujer de calidad oscura” 5 .La demanda promovida fue contra las personas y bienes de cinco miembrosdel cabildo, hombres muy respetados y poderosos de la ciudad, 6 a loscuales conocía bien. Con alguno de ellos mantenía vínculos profesionales,había brindado asesoramiento legal, y con otros, tenía una relación más estrecha,como sucedía con Borjas de la Roza con quién tenía relaciones decompadrazgo, por ser padrino de bautismo de su hijo mayor.La demanda es interpuesta por Don Ángel porque consideraba que lacalidad de la ofensa era grave y vulneraba el honor y la honra de su mujer, lade él y sus hijos…” que estimo más que la misma vida, que mil veces laperdiera primero, que la honra y dejarlos manchados en su posteridad” 7 .Molestaron mucho a Don Ángel y a su familia las injurias contra supersona, pero especialmente las hechas a su mujer sobre su origen “de calidadoscura”. Si nos remitimos a la definición que los propios involucradosdan a este concepto, cuando son citados a declarar, ellos se refieren a “quelas castas de mulato, zambo, tercero, cuarterón y salta-atrás que hay en elReino son originarias de un amancebamiento carnal, lícito o ilícito de negrocon mujer española, o de lo contrario de negra con varón español, y de lamezcla o concurso de alguna de éstas con aquellas castas” 8 . Otros se expresarondiciendo “que entienden de nacimiento oscuro el que tiene su mezclade canalla. O por mejor decir de las castas de mulato y zambo” 95 Archivo General de la Provincia Fondo Tribunales Caja 22 Op Cit. Folio 56 La demanda fue contra los miembros capitulares, Don José Antonio de Oro, Don José MaríaTorres, Don José de Cortines, Don Francisco Antonio de Ortega y Don Francisco Borja de laRosa.7 Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales. Caja 22 Folio 208 Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales Ibídem. Folio 22. Así fue definidocuando fue citado a declarar y dar testimonio Don José Antonio de Oro, que para entonces (1808) ocupaba el cargo de Alcalde de 2° voto cuando se lo citó por la demanda judicialpresentada por Don Ángel Miguel de Angulo.9 AGP Fondo Tribunales. Caja 22 Ibídem P.55 Conceptos vertidos por Don José María Torres,quien se desempeñaba al inicio del proceso como Regidor Defensor de Menores. Junio de1810


140PATRICIA N. SÁNCHEZDesventuras y defensa de doña María Gracia en la construcción...Estas consideraciones representaban para el imaginario de la época unmiedo, un rechazo, una amenaza. El color negro reflejado en la piel, ademásde ser una marca visible, ponía en duda el origen familiar, y cuestionaba loscomportamientos atribuidos a ese color, como valoración cultural. Ser unapersona considerada de calidad oscura implicaba y aludía a la mezcla desangres, resultado de una unión prohibida y desigual. 10Algunos implicados en esta querella, en relación a los dichos contraMaría Gracia, aseveraron que habían oído a personas “de crédito” desde niñosque era mulata, otros, dijeron desconocer la línea de parentesco y suorigen, aunque afirmaron que ella era “ racional, juiciosa y prudente ”, yquién conocía más a la familia de María Gracia, dijo no estar seguro ya queconoció a su padre, y éste era “de blanco aspecto”. 11Estas injurias desencadenaron una secuencia de justificaciones ante lostribunales judiciales en ansias de explicar y argumentar por un lado el error, ypor otro, tratando de borrar la mancha en la reputación originada por estosdichos. La causa fue derivada en dos oportunidades a la justicia de la ciudad deMendoza en procura de una resolución más imparcial, sin embargo, los esfuerzosdel querellante para tratar de resarcir y limpiar su imagen de “jugadorprostituído” y explicar y convencer sobre la correcta mezcla de sangre de sumujer en largos expedientes familiares, fueron prácticamente infructuosos.Esta querella se extendió en el tiempo hasta los albores de 1810, sefue complejizando terminando desfavorablemente para la familia Angulo, yaque se ventilaron otros problemas del pasado de éste, como fueron la penade seis meses de prisión por desobediencia a la ley que debió cumplir en1794, los intentos de las autoridades de desterrarlo de la ciudad y privarlode hacer escritos, demandas que tenía por multas de juego de naipes, y otrosjuegos de embite que estaban prohibidos por las leyes 12 . Aunque logró defenderseargumentando con pruebas que en todas aquellas circunstancias delpasado fue absuelto, esto no fue suficiente para evitar las pérdidas sobretodo en dinero que significó este proceso judicial.Meses más tarde, cuando comenzó el proceso de emancipación, lascircunstancias y la coyuntura de la época no favorecieron a la familia, ya quedebieron enfrentar la discriminación sufrida en la persona de Don Ángel yotros miembros de la familia, como sucedió con la gran mayoría de europeos10ALBORNOZ VÁSQUEZ, María Eugenia La Injuria de Palabra en Santiago de Chile,1672-1822. Página. 2511 AGP Fondo Tribunales Caja 22Ibídem. Folio 5412 Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales. Caja 22. Ibídem Folio 80.


141españoles que habitaron en el territorio del Virreinato, y además se verían enserios problemas económicos, los cuales no se resolverían en el corto plazo.Emancipación, asedio y resistencias. Sus alcances en la vida cotidiana.Como todo europeo español, que vivió en el territorio del Virreinatodel Río de la Plata, Don Ángel sufrió los embates por su origen y condición,cuando se produjo la emancipación y posterior independencia en el territorioamericano. Él, como tantos otros de igual procedencia, será identificadoo señalado como enemigo del nuevo orden.Este proceso se inicia bajo la forma de una lucha política de la revolucióncontra quiénes la hostilizaban, sobre todo el grupo de altos funcionariosde carrera de origen metropolitano, con los cuales las disidencias eran muyimportantes, pero también con el sector de población más numeroso, el delresto de los peninsulares, que eran comerciantes, hacendados, propietariosde tierras, jornaleros o profesionales.Los primeros en general eran pocos, y fueron blanco de hostilidad colectivay de injurias permanentes, éstos irán siendo reemplazados en suscargos por patriotas, quiénes, además de tomar el poder político, van a satisfacersimbólicamente las reivindicaciones de todos los americanos que en unmomento u otro se sintieron postergados frente a los metropolitanos 13 Latensión se manifiesta evidente frente a medidas como la circular del mes dediciembre de 1810, en la cual la Junta reserva los nuevos empleos a los americanos,aunque eximiendo a aquellos peninsulares que hubiesen demostradobuena conducta, amor al país y adhesión al nuevo gobierno. Se verá tambiéncuando en marzo de 1811 disponga el destierro de los peninsulares solteros,afectando alrededor de unos tres mil a cuatro mil españoles, medida queserá blanco de críticas de algunos sectores, entre los que se encontrabantambién algunos partícipes de la revolución. El cabildo porteño propuso eximirde ella a quiénes jurasen lealtad al nuevo sistema, con la garantía de supersona y bienes y el aval de “un hijo del país de reconocido patriotismo” 14Sin embargo aunque dicha medida será finalmente revocada, la ofensiva verbaly la discriminación en el ámbito público y jurídico contra los enemigos dela revolución, prosigue y se mantiene en el tiempo.De igual manera que en la capital virreinal, en las ciudades del interiorla revolución fue marginando a aquellos peninsulares, que a corto plazo, no13 HALPERIN DONGI, Tulio Revolución y guerra. Formación de una élite dirigente en laArgentina criolla”. Siglo XXI.p.18014 HALPERING DONGI, Tulio Ibídem. Página182.


142PATRICIA N. SÁNCHEZDesventuras y defensa de doña María Gracia en la construcción...dieron muestras inequívocas de adhesión al nuevo sistema. Al comienzo cuandollegan noticias de la suerte corrida por la capital del virreinato, no hubomuestras claras de tensión, San Juan se pronuncia a favor del gobierno de BsAs en el mes de julio, inmediatamente se llevó a cabo la elección de diputadospara integrar la Junta provisional de gobierno, y en esta elección participaronademás de las principales autoridades civiles y eclesiásticas, los vecinosprincipales, entre los que se encontraba Don Ángel Miguel de Angulo.Sin embargo pronto comenzarían los problemas, cuando un grupo depersonas encabezadas por los alcaldes de barrio y vecinos peticionaron porescrito ante la Junta Subalterna 15 la separación del servicio y autoridad militarde todos los europeos que se hallaban empleados en las milicias de laciudad.. “porque creemos que en los hijos del país está segura la sagradacausa de nuestra libertad” peticionan en nombre del pueblo y en salvaguardiade su seguridad. El pedido fue escuchado y la Junta resolvió darle curso,así entonces previo sumario, fueron separados los sospechosos o los “infidentesa la patria”. 16Más tarde bajo la administración del Primer Triunvirato (octubre de1811), se puso límite a esta medida, cuando el Dr José Ignacio de la Roza,quien fuera más tarde (1815), Gobernador Intendente de San Juan, apeló endefensa de varios vecinos honorables perjudicados. A partir de entonces seestableció que no podían crearse nuevos cargos en el orden civil o militar,esto pasaría a ser privativo del gobierno central con sede en Buenos Aires.En pleno desarrollo del proceso de emancipación las exigencias impuestasa la población, pero especialmente al sector de la élite criolla yeuropea, con contribuciones forzosas ante necesidades urgentes será permanente.En particular a los europeos españoles se les exigió un pago en calidadde empréstito forzoso para “la defensa del Pueblo”, bajo la amenaza de si seresistían o negaban, se les embargarían sus bienes. Se estableció por ejem-15 Las Juntas subalternas fueron creadas durante la administración de la Junta Grande ( 1811),para contra restar el centralismo que la Primera Junta había puesto de manifiesto en la conducciónpolítica. Esta creación se atribuye al Dean Gregorio Funes ( Córdoba), y establecíaque en cada capital de gobernación intendencia se formaría una Junta denominada Principal,presidida por el Gobernador Intendente, y las ciudades que sin ser capital habían elegidodiputado, como el caso de San Juan, integrarían Juntas Subalternas presidida por el Comandantede Armas. Las Juntas principales y Subalternas fueron disueltas luego (1812) duranteel primer Triunvirato, retomando al régimen de las Intendencias. Para el caso de San Juan sedisolvió la Junta Subalterna y se nombró al 1° Teniente de Gobernador, Don SaturninoSarassa.( abril de 1812 a septiembre de 1813)16 ARIAS, Héctor D. y PEÑALOZA DE VARESE, Carmen. Historia de San Juan, EditorialSpadoni . Página 77


143plo, la recaudación de hasta 500 pesos por día, y la distribución oscilabaentre una suma de 20 a 80 pesos que cada europeo debía aportar con carácterobligatorio. Aquellos que no cumplían acumulaban deuda, hasta que sedisponía ejecutar el embargo de sus bienes. 17Luego en los albores de 1814, la situación se complicaría ya que unavez producida la caída de Chile a raíz de la derrota frente a los realistas en labatalla de Rancagua, la amenaza a la región de Cuyo de una invasión colocaa San Juan en pie de guerra, debiendo resolver por un lado la escasez dehombres aptos para el manejo de las armas, y por otro, la falta de recursoseconómicos extraordinarios para hacer frente a la urgencia del momento.Para entonces, el General Don José de San Martín se encontraba en Cuyopreparando el ejército Libertador de los Andes, y desde el gobierno de SanJuan se arbitrarán todos los medios disponibles y se tomarán medidas como,el reclutamiento forzoso de negros esclavos, hombres libres de color, el aporteen dinero, especias, animales, y objetos de valor por parte de familiaspropietarias de españoles y criollos. También se recurrió a la creación denuevos impuestos a la producción local, y a una contribución extraordinaria acubrirse desde el año 1814 de 18.000 pesos anuales que debía reunirse conlos aportes de todos aquellos considerados “capitalistas”, además los españoleseuropeos debieron hacerse cargo en 1815, de “una derrama de ochomil pesos en calidad de préstamo” 18En este contexto las circunstancias de vida de la población se tornarámuy difícil y la familia Angulo no será la excepción, no sólo Don Ángel Miguelsufrió la persecución sino también su yerno, Don Valentín García quien estabacasado con una de sus hijas, Doña Clemencia Angulo. Este era español,natural de la Mancha y se dedicaba a la actividad minera. Para entoncestrabajaba el mineral del cerro de “Guachi” (Huachi) en Jáchal (actual departamentoperiférico localizado al norte de la ciudad de San Juan), con otroespañol amigo y socio, Don Domingo Linch, quién se había desempeñado comoTeniente de Alguacil Mayor de Cabildo en la ciudad de San Juan.En 1814 el cabildo de San Juan le reclama y exige una contribución endinero de 500 pesos, argumentando que era uno de los “europeos capitalistas”y como tal, debía aportar para un empréstito de 30.000 pesos que habíasolicitado el Supremo Poder Ejecutivo par “remediar las urgencias del Esta-17 Este es un ejemplo de muchos similares que se encuentran en el Archivo General de laProvincia, en los cuales los argumentos son siempre los mismos y aparecen listados de laspersonas con sus aportes. Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales. Caja 24. Carpeta9. Folio 2. Año 1816. Fondo Histórico Libro 71. Folio 262. Año 1821.18 ARIAS, Héctor D. y PEÑALOZA DE VARESE, Carmen Ibídem. Página 105.


144PATRICIA N. SÁNCHEZDesventuras y defensa de doña María Gracia en la construcción...do”. Don Ángel Miguel de Angulo como representante de su yerno y con podergeneral otorgado por él, ya que éste se encontraba ausente en Jáchal, argumentópor escrito que su representado no contaba con efectivo, o bienespropios, para hacer frente a este compromiso. A cambio ofreció 2 criados quele servían, uno de capataz, y otro de conductor en la tropa que conducía elmineral desde la mina al trapiche, inclusive ofreció ceder la tropa completa.En aquella oportunidad el cabildo no hizo lugar al pedido, y Don Valentíndebió hacer efectivo el pago de 500 pesos, su amigo Don Domingo Linch tambiéndebió hacer lo propio aportando de sus arcas la suma de 100 pesos 19 .Don Valentín García tenía la concesión para explotar la mina, y su garanteera Doña María Angela Guardiola, una vecina propietaria. Cuando lasituación económica en estos años empeoró para Don Valentín, los herederosde Doña María Angela en principio se negaron a auxiliarlo en estas condiciones,pero finalmente con la intención de no perjudicar la producción de lamina decidieron “fiarle” el canon para que pudiese continuar trabajando. Decualquier forma sólo será un tiempo más, ya que dos años más tarde su situaciónse complica debido a la resistencia que interpone ante las decisiones ymedidas de Estado, por lo cual será apresado en 1816. 20Esta situación familiar constituía el centro de las preocupaciones delas mujeres de la familia, quiénes tomaron cartas en el asunto, se involucraronreclamando y solicitando a las autoridades por sus maridos, hijos y por supropia suerte. En efecto Doña María Gracia Atencio reclamó en vida de sumarido por él, su honor y el de la familia, y luego de su muerte lo hará porapremios económicos, su hija Doña Clemencia, por su parte, hizo lo que estuvoa su alcance para resguardar a sus hijos y ayudar a su marido, una vezpreso y a punto de ser expatriado.Pesares y alegatos femeninos en época de guerraCuando Don Ángel Miguel de Angulo fue injuriado como “ jugador prostituído”, y su mujer como de “ calidad oscura ” dando a entender que era deorigen mulata, fue agredido el honor y la honra de la familia. Doña MaríaGracia, no sólo acompañará a su marido en este proceso sino que se involucraráen él haciendo sus descargos en defensa familiar y personal. En estesentido la situación de injuria permite identificar la amplia participación19 Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales Caja 23 Carpeta 95. Doc. 7 Folio 2 Año181420 Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales Caja 23. Ibídem Folio 4


145social de las mujeres, constatar la efectiva presencia de ellas en los diversosroles detectados para la situación de injuria, se advierte una amplia participación,no sólo en los conflictos interpersonales, sino también en el escenariojudicial. 21 Entre las fojas del expediente iniciado por su marido, nos encontramosen 1809 con un alegato de Doña María Gracia intentando repararel daño causado por la injuria, dando explicaciones para avalar y apoyar a suesposo en la querella. Así ella utiliza argumentos que aludían a parientesconsanguíneos religiosos de la Orden de Santo Domingo, y a aseverar y convencerque sus padres, abuelos y demás ascendientes tanto de línea paterna,como materna eran originarios de casta de españoles, limpios, sin mezclaalguna.Años más tarde, en pleno desarrollo del proceso de independencia,Doña María Gracia y su hija con sus actitudes nos permiten adentrarnos eimaginarnos no sólo el universo doméstico, cotidiano, que debe haber imperadoen el seno de muchas familias de la época, sino también sus alcances enla vida pública. Ambas una vez más, en circunstancias parecidas apelaron alas autoridades o a los tribunales para plantear sus pesares, en resguardo dela familia, de su presente y futuro.En 1816 Doña Clemencia Angulo se dirigió al gobernador de la provinciamientras su marido se encontraba preso y según sus expresiones con unasituación en la que ella se hallaba….... “en suma escasez y miseria paramantener dos tiernos hijos”.., solicitando protección, amparo y “piedad”para su marido que estaba en prisión desconociendo cuál sería su destino yaque iba a ser expatriado. En esta solicitud ella solicita….. “en virtud de loriguroso del castigo, el embargo de sus bienes y la dura prisión que sufre miesposo me persuaden serán enormes sus delitos, pero Dios y la Patria, porquienes juro, son y serán testigos de mi inocencia… suplico a VS use de caridad,ya que no sea por él sea por dos inocentes americanos y una desgraciadamujer que implora protección....”. En esta petición Doña Clemencia secomprometía a buscar los medios necesarios para costear el traslado de sumarido al destino que le tocase en suerte y a “acreditar su existencia en ellugar que se lo digne”. 22Por su parte Doña María Gracia en apoyo y solidaridad con su hija intercedeante las autoridades, invocando a sus nietos y pidiendo por ella que seencontraba sola y desamparada. Finalmente a Don Valentín García lo destinana la ciudad de San Luis, pero permanecerá poco tiempo ya que los ruegos21 ALBORNOZ VÁSQUEZ, María Eugenia. Ibídem Página.2922 Archivo General de la Provincia. Fondo Tribunales Caja 24. Carpeta 97 Doc. 16 Folio 3Año 1816.


146PATRICIA N. SÁNCHEZDesventuras y defensa de doña María Gracia en la construcción...de Doña Clemencia y su madre, fueron considerados por el Gobernador JoséIgnacio de la Roza, y luego del pago de una fianza que realizó Juan AgustínAtencio, miembro de la familia materna, pudo ser excarcelado, pero no regresóa San Juan en forma inmediata, desconocemos si fue por razones personaleso de orden público.Diez años más tarde, en 1826, Doña María Gracia había enviudado y susituación económica había empeorado. Por entonces y haciendo uso del derechoque la ley le concedía solicitó por escrito, con los documentos en mano,el reconocimiento de 667 pesos 4 reales, suma que su marido había entregadopara los gastos de la guerra de independencia. Ella pedía que se reconocierancomo legítimos y no pagados estos documentos, y se le concedieranlas “ credenciales ” correspondientes para reclamar su pago en la capital dela Nación. ….. “ en las cantidades que importan estos documentos interesesde mi esposo y ahora de mis hijos, han sufrido muchas erogaciones, pido a suexcelencia que ordene se me acrediten todas las cantidades que aparezcanen libros y registros de contribución y empréstitos. Es notorio a V.E. que enla infancia de nuestra patria por sólo el accidente de haber nacido en Españase persiga de los hombres en su persona y fortunas y que en consecuencia deesto los bienes de mi esposo sufrieron hasta el extremo de quedar la familiareducida a una escasa subsistencia, más hoy que a favor de las luces y de losprincipios de justicia ya no se castiga lo que no es delito, su vida por la causaen el honor y en la libertad, creo serán considerados por V.E ”….., ademásrecomienda a la comisión liquidadora de la deuda pública el pronto despachode ese expediente, agregando todas las partidas que en razón de contribución,empréstito forzozo o multa se han impuesto a mi esposo como españoly propietario.” 23 Este reclamo fue escrito y firmado en nombre de DoñaMaria Gracia por su hija, Manuela Angulo.Un año después (1827) la comisión que revisó los documentos presentadospor Doña María Gracia donde acreditaba las erogaciones realizadas porsu marido, se expidió calificando de legítimo, sólo dos documentos bajo elargumento que eran los únicos originales que constaban en los libros de Aduana,ambos totalizaban la escasa suma de 72 pesos, que fueron finalmente losreconocidos y reintegrados 24Ese mismo año su hija Da Clemencia, en ausencia de su marido DonValentín, quién se encontraba en un país extranjero, solicitó con un documentoen el cual daba cuenta de una parte del empréstito forzoso e impuestoscon los que había sido grabado su marido en 1815 por la suma de 20023 Archivo General de la Provincia. Fondo Histórico Libro 101 Folio 195-196. Año 182624 Archivo General de la Provincia-.Fondo Histórico Libro 105 Folio 19 Año 1827


147pesos, expresando….. “ Para usar el derecho que la ley me da necesito queel gobierno se sirva ordenar el reconocimiento de derecho documento por lacomisión liquidadora de la deuda pública y que hallándolo legítima y nopagada se me provea en las credenciales correspondientes para reclamar enla Nación. Antes y después de la fecha de este documento se exigieron a miesposo otras varias sumas ya en metálico, ya en especies, y no habiéndosedado documentos de estas partidas suplico a V.E. se digne mandar que lamisma comisión encargada de liquidar la deuda nacional agregue a este expedientelas partidas que se encuentren en los libros y registros de contribucióny empréstitos, .. por… la escasa suerte de una familia honrada y fueuna de las víctimas inmoladas a nombre de la patria ”.Finalmente en el año1827, le fueron reintegrados solamente 100 del total que había reclamado. 25Estas voces auténticas que las fuentes nos develan, muestra la situaciónde una familia, los Angulo, en un momento particular de sus vidas, y estecaso a modo de ejemplo, revela la existencia de interesantes y complejasrealidades sociales vividas seguramente por muchas otras familias en parecidaso idénticas circunstancias. Advertimos el compromiso femenino a la horade defender los intereses y el honor de sus miembros, sean esposos, o hijos.Podemos al leer los argumentos que esgrimen en sus peticiones, inferir susemociones, sensibilidades, afectos y pasiones.Años más tarde, al reencontrarnos en las fuentes con las mujeres deesta familia, podemos inferir que éstas fueron encontrando soluciones a susproblemas cotidianos. La madre, Doña María Gracia heredó de su marido unacuadra de tierra con huerta de árboles a pocas cuadras de la plaza central,hacia el sur de la ciudad, que al parecer mantuvo productiva. De sus hijas,Doña Clemencia estableció una tienda de abastos en el primer cuartel de laciudad, Manuela poseía 2 cuadras con huerta de árboles en los arrabales de laciudad, y Jacinta fue aparentemente quién gozó de mayor bienestar, ya queestuvo casada con Don Tadeo Rojo hombre influyente y adinerado, ésta alenviudar quedó a cargo de la administración de 80 cuadras de alfalfa, y unacuadra de huerta en la campaña de la ciudad, hoy Pocito, departamentopericentral de la ciudad de San Juan. 2625 Archivo General de la Provincia. Fondo Histórico Libro 105 Folio 21 y22 Año 182726 Archivo General de la Provincia. Fondo Histórico Libro174. Año 1837


148PATRICIA N. SÁNCHEZDesventuras y defensa de doña María Gracia en la construcción...Fuentes y Bibliografía :Archivo General de la ProvinciaFondo TribunalesCaja 22. Carpeta 88 .Documento 1. 191 Folios Año 1810Caja 23 Carpeta 95. Doc.7. Folio 2. Año 1814 .Caja 24. Carpeta 97 Doc. 16. Folios 3 Año 1816.Serie Fondo HistóricoLibro 71 Folio 262. Año 1821.Libro 101 Folio 195-196. Año 182Libro 105 Folio 19 Año 1827Libro174. Año 1837ALBORNOZ VAZQUEZ, María Eugenia La Injuria de Palabra en Santiago de Chile,1672-1822 ”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Coloquios, 2005.ARIAS, Héctor D. y PEÑALOZA DE VARESE, Carmen. Historia de San Juan. MendozaEditorial Spadoni .HALPERIN DONGI, Tulio Revolución y guerra. Formación de una élite dirigente en laArgentina criolla”. Buenos Aires .Editorial Siglo XXI.FANCHIN, Ana y SANCHEZ, Patricia, “Espacios urbanos y rurales en San Juan, entiempos de la Emancipación”, en Acta Congreso Extraordinario “Vísperas deMayo”. Córdoba, 20 al 22 de agosto de 2008.FANCHIN, Ana “Salve a la Patria, salve mi vida!” IV Simposio Internacional. Lasmujeres en la independencia de América Latina. Lima. Perú 19,20, 21 de agostode 2009. CEMHAL ( Lima-Perú)FARGE, Arlette Familias .El honor y el secreto, en Historia de la vida privada. T 6Editorial Taurus. Buenos Aires 1996.


149MUJERES DE LA ELITE DE LA VILLA DE LA CONCEPCIÓNEN ÉPOCAS DE REVOLUCIÓN.CUANDO EL PEINADO ERA UN INDICIO DE RESISTENCIAAL NUEVO PODERResumenMaría Rosa Carbonari*En tiempos revolucionarios en una villa fronteriza surgida al compásdel Reformismo Borbónico se producía un episodio que al quedar documentadopermite reconocer como fue el comportamiento de la elite de la pequeñavilla ante el proceso revolucionario. Una de las expresiones de oposiciónal nuevo gobierno fue través del peinado de las mujeres. Para los revolucionarios,el estilo de peinarse a la derecha era interpretado como unsímbolo de la monarquía. Sin embargo a partir de tal conducta la elite nosolo manifestaba una resistencia al cambio revolucionario sino a lo queimplicaba la incorporación de nuevos sujetos, en este caso militares, a lapolítica y a los espacios de sociabilidad hasta entonces reservado a un gruposelecto identificada como la porción más noble del vecindario.Fue en ocasión de una tertulia programada por la elite local para recibiral Comandante de Armas de la jurisdicción de Río Cuarto que las jóvenes“patricias”, en una actitud provocativa a través de su peinado a la derecha,se presentaron en la reunión. Llevar el pelo peinado a la derecha fue ocasiónde conflicto en el año 1817 en la villa de la Concepción del Río Cuarto.Así, el peinado de las jóvenes que caracterizaba a las intenciones antipatrióticas,provocó un escándalo y disconformidad con el “bando” patriótico,siendo denunciadas y aplicándoseles multas por estas actitudes transgresoras,quedando el episodio documentado a través de notas del Comandante,el Alcalde de la Villa y el Gobernador de Córdoba existentes en elArchivo Histórico de Córdoba en el año 1817.Palabras claves: contrarrevolucionarias, símbolos, elite* Universidad Nacional de Río Cuarto (Córdoba).


150MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...Clasificación JEL: ZOAbstractIn revolutionary times in a border town arisen to the compass from theBourbon Reforming an episode took place when documented sources allowsto recognize how it was the elite´s behavior of the small town before therevolutionary process. One of the expressions from opposition to the neworder was the hairdress women. For the revolutionaries, the style to combthe hair to the right side was interpreted like a symbol of the monarchy.Nevertheless from such conduct the elite not only indicated a resistance tothe revolutionary change also implicate the incorporation of new people, inthis caseArmies’ officers, to the politic and sociability spaces reserve for aselect group of people identified like the noblest portion of the neighbourhood.It was in occasion of a social programmed by the local elite to receiveto the Armies Commander of Rio Cuarto jurisdiction that the young patricianladies, in a provocative attitude through their hairdress to the rightside, showed up in the meeting. To take their hair comb to the right turn toa big conflict in 1817 at the village of the Conception of Río Cuarto. Thatwas how the hair of the young ladies characterized the unpatriotic intentionsand provoked a scandal and disagreement with the «patriotic side»,being denounced and being applied them to fines by these transgressorsattitudes. The episode was documented through notes of the Commander,the Mayor of the village and the governor of the city existing in the HistoricalFile of Cordoba in 1817.Key words: unpatriotic, symbols, elite.


151IntroducciónLa revista Muy Espacial del mes de mayo de 2010 dedicada al Bicentenariodel proceso revolucionario dentro de la sección de Misceláneas presentaun pequeño artículo titulado ¿Cómo fue la guerra de los peinados? 1El mismo comenta que “el modo en el que se usaba el cabello pasó aser una cuestión de estado en la Guerra de la Independencia” pues “Un raropeinado se había difundido… entre la población femenina, sembrando inquietudpolítica”. Y fue precisamente en la Villa de la Concepción del RíoCuarto, dependiendo de la Gobernación de Córdoba, que quedaba registradoel acontecimiento en que la resistencia se manifestó en el peinado femenino.La nota de “color” comenta que las mujeres “simpatizantes del régimenabsolutista”, mostraban un peinado (raya muy hacia la izquierda y pelotirado a la derecha) que fuera prohibido por el Gobernador de Córdoba JavierDíaz (1815-17) en agosto de 1816 multándose con $ 50 a quienes intentaranpeinarse a ese estilo realista. Sin embargo las osadas damas de la Villa de laConcepción se presentaron en una tertulia provocativamente con el peinadoprohibido.Esta actitud subversiva, protagonizada por las mujeres patricias es unavía de ingreso para comprender el comportamiento de una pequeña elitelocal en tiempos de la revoluciónEn todo caso, el peinado fue la expresión simbólica de reacción en quese manifestaron las mujeres y que contaban con la connivencia del poderpolítico de la villa bajo control de los hombres.La villaLa Villa de la Concepción había surgido a fines del siglo XVIII, productode la reestructuración del Imperio Español en América en el espacio fronterizoy a la vez vía de comunicación entre Buenos Aires y Chile. A la mismahabían arribado españoles que comenzaron a controlar la política del cabildolocal, desde 1798.El episodio denominado la “guerra de los peinados”, protagonizadopor las mujeres de la elite significó una resistencia a los cambios que seaproximaban.En la Villa, la élite local, es decir aquellos que aún poseían rango,poder y prestigio en la época colonial, estaba compuesta por comerciantes1 Revista Muy Especial Año 2 Número 3, 1 de mayo 2010.


152MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...españoles en alianzas con hacendados criollos que se verían afectados por loscambios que se avecinaban (Carbonari 2010).La conformación de una villa de fronteraEntre las causas de la emancipación hispanoamericana suele enunciarsela reacción de los criollos ante las Reformas Borbónicas. Esta, a nivel delsur de Córdoba, había significado la re-territorialización del espacio que seconstituía como Frontera Sur. Es en ese marco, incluso, que se había erigidola Villa de la Concepción del Río Cuarto (Carbonari, 1998, Carbonari 2009c).La Reforma del Estado Español intentaba en América fortalecer su dominioy el nuevo reordenamiento del espacio modificaba los límites territorialesde las estructuras político-administrativas indianas. En ese plano laconformación del Virreinato del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires(1776), implicaba un cambio en el equilibrio geopolítico del continente: Lima–antigua capital de todo el imperio de Hispanoamérica– comenzaba paulatinamentea perder la hegemonía que había mantenido durante el viejo sistemacolonial, y Buenos Aires paulatinamente iba adquiriendo hegemonía sobreel interior. De hecho, en la redefinición administrativa la región del ríoCuarto dejaba, por un lado, de ser el confín sur del Virreinato del Perú paraconstituirse en la Frontera Sur del Río de la Plata; y, por el otro, dejaba deser frontera con Chile, ya que Cuyo se integraba a Córdoba del Tucumán.En esa reestructuración territorial, la región comenzó a adquirir mayorimportancia en virtud de ser nexo entre Santiago de Chile y Buenos Aires. Deallí es que interesó su poblamiento y ejercicio del control. Con ese plano defondo, el Marqués de Sobre Monte -como gobernador Intendente (1783-1797)-planteo un sistema defensivo-colonizador que buscaba “estabilizar” la fronteray ampliar el territorio ocupado por los españoles. Y así lo hizo saber enun informe que elevara (1785) planteando la necesidad de poblar y defenderlas cercanías del camino a Cuyo.La política de defensa junto a la localización de Villas en el “tránsitopreciso” de Buenos Aires a Santiago de Chile se plasmó en la conformación delíneas de fuertes y fortines que acompañaban el curso del río Cuarto en lajurisdicción de Córdoba.Mediante esa política, la región quedó sujeta al denominado nuevoimperialismo, con la administración reformada, la defensa reorganizada y elcomercio reavivado; de modo que el control de la economía colonial resultaraun beneficio para la metrópoli. La efectivización del dominio se concretocon la constitución de dos Villas de frontera: de la Concepción y La Carlota.


153Población y economía entre fines del siglo XVIII y principios del XIXEl poblamiento español en la región quedó registrado en los censos depoblación (1778 y 1813, respectivamente). Estos permiten graficar ese procesoasí como revelar las jerarquías socio-étnicas del mundo colonial: unamitad aproximadamente caracterizada de españoles y el resto de indios, negros,mestizos, pardos y mulatos, con un 8 % del total de la población enambos registros en condición jurídica de esclavo (Carbonari y Cocilovo, 2004;Valdano, Carbonari y Cocilovo, 2009).La economía de la región se sustentaba básicamente en los valles delas zonas serranas (Comechingones Sur y Las Peñas). Los propietarios de latierra poseían estancias que heredaron de los conquistadores -donación de laCorona en premio a los servicios prestados- o por compra. Estas unidades deproducción se dedicaban a la explotación de una ganadería diversificada,aunque la cría mular era la integrada el circuito de la economía del interiorvinculada al centro minero de Potosí. La mano de obra era la esclava o indígenaoriginada en el régimen de encomienda, aunque existía también unapoblación libre que sobrevivía en una economía de subsistencia.En las sierras habitaban fundamentalmente familias campesinas dedicadasa la producción de tejidos, tal como lo revela el censo de 1813 y elregistro de un comerciante genovés (1805-1806) que arribado desde BuenosAires recorría los parajes de la llanura y de la sierra (Carbonari y Magoia,2002). Además, viajeros, comerciantes, funcionarios y hacendados que surcaronla región dejaron otros registros de sus impresiones y permiten reconstruiruna imagen aproximada de la jurisdicción de la Villa (Carbonari, 2009b).Los inventarios y testamentos de algunos propietarios complementan la información(Wagner, 1997).Así, puede decirse que a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX laregión del Río Cuarto presentaba características de una economía y sociedadcolonial: producción ganadera (ganaderos-comerciantes) que se integraba alcircuito comercial articulado a la economía del espacio peruano y producciónde tejidos en manos de mujeres campesinas que sustentaban una economíafamiliar y negociaban con comerciantes que atravesaban la región. Estos,ofreciendo artículos europeos -los “efectos de castilla”- a cambio de la producciónlocal, los “productos de la tierra”.Pero junto a mercaderes rurales, estaban también los comerciantes habitantesde los centros urbanos. Para 1813, algunos indicios posibilitan inferirque 740 eran los habitantes de la Villa, siendo significativo el número de comerciantesregistrados como españoles peninsulares. El seguimiento nominalde los mismos -a través de otras fuentes- permite advertir que participaban en


154MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...el gobierno de la Villa junto a los hacendados criollos herederos de conquistadoresy primeros pobladores con los cuales ya habían sellados alianzas matrimoniales(Fourcade, 1991; Carbonari y Baggini, 2004; Carbonari 2009a).La Villa y la coyuntura políticaPor Real Cédula Confirmatoria de la Fundación (1797), el Rey Carlos IVhabía otorgado a los vecinos propietarios residentes de la región, el poderdel ejercicio político, de justicia y de policía en el territorio bajo su dominio.Trece años después Buenos Aires declaraba su manifestación de soberanía.En ese contexto, las reacciones de los propietarios y comerciantes delinterior frente a las decisiones tomadas por la denominada Primera Junta nofueron homogéneas: los vecinos de la ciudad de Córdoba, bajo dominio defuncionarios del Reformismo Borbónico, se opusieron a los intentos de losvecinos porteños. Así, se orientó hacia la defensa y mantenimiento de losvínculos con la metrópoli y en ello la Villa de la Concepción la secundó. Larepresión de los principales opositores en Córdoba modificaba la expresiónde los cabildantes locales.El repaso de los nombres de quienes gobernaban y “vecinos” principalesque asistieron a la convocatoria del Cabildo 2 para manifestarse frente a lainvitación de la Junta porteña, permite reconocer la conformación de la pequeñaélite que gobernaba la Villa. Algunos eran herederos de los primerospropietarios, otros avecinados de cercanías a la localidad desde zonas serranasy otros arribados tanto de la región de Cuyo y Chile como de la propiaEspaña (Carbonari, 2010).Dependiendo de sus intereses económicos, esta élite se debatía entremantener las prerrogativas de la corona –aunque éstas se venían desmoronando–,o asumir las ventajas de los nuevos aires revolucionarios. En ciertomodo, la villa era producto del Reformismo Borbónico y a esos intereses estabaligada.En la convocatoria a la porción más noble de vecindario en 1810, a los“Principales de este pueblo”, asistieron -además del cura Mariano López Cobos3 - los hacendados Josef Francisco Tisera, Felipe Guerra, Antonio Ponze deLeón, Esteban Rosas Arias de Cabrera y José Antonio Acosta, el notario TeodoroAcosta y el poseedor de tienda de pulpería, Santiago Gutiérrez y Pedro2 Acta del Cabildo de la Villa de la Concepción del Río Cuarto del 11 de agosto de 1810(Vitulo: 1947: 358-359).3 Cura párroco que posteriormente sería sustituido por ser considerado antipatriota (BarrionuevoImpisti, 1986: 130).


155Martínez. Éstos tenían cierta ascendencia familiar en la región formando elgrupo de españoles americanos. Asimismo estuvieron los comerciantes BrunoMalbrán y Muñoz, de procedencia chilena; José Clemente Moyano de SanJuan, Pedro Antonio Fernández de Galicia y Juan Bautista Basquez oriundo deBuenos Aires.La mayoría de los comerciantes europeos que la habitaban habían arribadoentre fines del siglo XVIII y primeros años del XIX. Si se observa lanómina de los mismos y teniendo en cuenta la categoría de Don, símbolo deprestigio y poder en una sociedad altamente jerarquizada, el poder económicoen la villa estaba en manos de estos nuevos residentes.Algunos de estos comerciantes eran propietarios de esclavos. ManuelOrdóñez poseía 4 esclavos; Juan Martínez Cisneros, cuatro y una esclava,Don Benito del Real, dos esclavos negros; Josef Guiraldes tenía bajo su podera tres; Francisco de Paula Claro, Francisco Torres y Bruno Malbrán y Muñozeran propietarios de cinco esclavos respectivamente 4 . Capital significativopara tiempos en que el esclavo tenía un valor económico semejante al de una“suerte” de estancia.Con pocos años de existencia política, en la cuna de su erección, escomprensible que aquella Villa controlada por comerciantes españoles –hijosdel reformismo borbónico- en alianza con hacendados de la región se mantuvieseen cierta ambigüedad inicial y expectante a la espera de la conformacióndel nuevo mapa político. Por tanto, el comportamiento de la mismarefleja una política de adecuación a los cambios que se avecinan. En todocaso su política de reacción será en un plano simbólico, más que una prácticaconcreta.De los nombres que formaban parte de la política local, dos teníanascendencia familiar en la propia región: Don Gervasio Acosta 5 y Don MarcelinoSoria 6 . Los comerciantes más mencionados, Don Juan Cisneros 7 y ManuelOrdóñez 8 estaban registrados como europeos. Don Francisco Paula Claro y4 Dato extraído del empadronamiento censal de 1813.5 Descendiente de Andrés Angel Acosta y Benítez y María Josefa Arias de Cabrera y Cáceres,quien se había establecido en la Villa en 1793 constituyendo el grupo de primeros pobladoresde la villa y siendo posteriormente.el primer Alcalde de la Villa (Mayol Laferrère, 1975:25-27; Bordese y otros, 20<strong>03</strong>).6 Hijo de quien donara terrenos para fundación del pueblo de la Concepción y luego elevadaal rango de villa, Juan Guadalberto Soria.7 No se conoce referencia genealógica sobre Juan Martínez de Cisneros. Escrito indistintamenteJuan Zisneros o Sisneros.8 Español, procedente del Reino de León, se casó en la Villa con Manuela de Acosta y Ariasde Cabrera en 1798, hija de Andrés Ángel Acosta.


156MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...Don Benito del Real de Cádiz 9 ; Don Josep Giraldez, Don Pedro Fernández yManuel Castañeira eran oriundos de Galicia, Don Alexandro Wilson de Inglaterra10 . Seis procedían de Córdoba: Don Pedro Ignacio Mendoza, Juan Luis Ordoñez,Don Lucio Cisneros 11 , Don Miguel Mascareño, Don Francisco Torre y elpardo Felipe Crespo 12 ; Don Clemente Moyano de San Juan, Don Andrés Gomezy Don Pedro Bargas de Mendoza, Juan Bautista Basquez de Buenos Airesy Don Bruno Malbrán y Muñoz 13 de Chile.Este grupo de nuevos residentes había logrado en cierta manera entroncarsecon las familias de la región, heredera de conquistadores y primerospobladores, a través de la política nupcial; como Bruno Malbrán y Muñoz conlos Arias de Cabrera, Manuel Ordóñez con los Acosta y Benito del Real con losSoria.En el caso de Don Bruno Malbrán había contraído anteriormente vínculosparentales con Córdoba Capital. Su primer matrimonio fue con Doña TrinidadZamora, oriunda de Córdoba, hija de Don Esteban Zamora y Doña FranciscaPaula Videla del Pino 14 .Para estos nuevos comerciantes la Villa podría ser considerada unaplaza con futuro en las transacciones comerciales por la vía de circulación9 Benito del Real probablemente haya arribado a la villa antes de 1800 fecha que se casa condoña Gregoria Bracamonte, viuda de don Juan José Soria e hija de don Ignacio Bracamonte ydoña Josefa Pedraza (Dato extraído de los libros parroquiales. Ver Mayol Laferrère: 1980: 43)10 Su residencia en la Villa tenía otra explicación. Alejandro Wilson había pertenecido algrupo de prisioneros ingleses de las invasiones inglesas del Río de la Plata. En 1806 se casacon Doña Silvestra Acosta, hija de Andrés Ángel Acosta y de doña Manuela Sosa. (Datoextraído de los libros parroquiales. (Ver Mayol Laferrère: 1980: 43; 1975: 26).11 Probablemente hijo de Juan Cisneros (pues que es empadronado al lado), lo que posibilitainferir que antes de arribar a la Villa esta familia haya estado anteriormente en la ciudad deCórdoba.12 Tal vez, siendo el único caso de comerciante pardo, es probable que se haya dedicado alcomercio de menudeo en el interior.13 Hacia 1800 arribaba don Bruno Malbrán y Muñoz desde Córdoba don Bruno Malbrán yMuñoz como administrador español de la Real Renta de Tabacos y Naipes. Su matrimonio, ensegundas nupcias con Genara Arias de Cabrera lo ligaba a una de las familias propietarias detierras, por herencia de la Merced de los Cabrera (Moyano Aliaga, 20<strong>03</strong>). Doña Genara erahija de Don Esteban Arias de Cabrera y Cevallos, y de Doña Manuela López Freites, quienesfiguran entre los primeros pobladores de la Villa de la Concepción (Falco y Negro, 2010).14 Archivo Catedral de Córdoba. (A.C.C.) Matrimonios 4 Catedral. Folio 125 y Exptes. Matrim.Catedral. Leg. 106. Expte 11. En Bustos Argañaráz (2005). Doña Trinidad Zamora eraintegrante de una familia cordobesa de renombre, ligada a los Videla del Pino por la líneamaterna, pues era sobrina del Dr Don Nicolás Videla del Pino, Deán de la Catedral de Córdoba,Obispo del Paraguay y primer Obispo de Salta.


157entre Buenos Aires y Santiago de Chile. Pero el proceso revolucionario repercutióla actividad económica al interrumpir inicialmente el tránsito comercialtanto hacia el Potosí como a Chile. Puesto que por los caminos que hastaentonces habían transitado las mercaderías con las caravanas de arrieros ytroperos, comenzaban movilizarse las huestes que buscaban esta vez llevarla revolución, primero hacia el Alto Perú (hasta 1814) y luego hacia el otrolado de la cordillera. Instancia en que la región sería mayormente transitada.Así el movimiento comercial cedía al movimiento y movilización de tropaspor la región. Los fracasos del Ejército del Norte darían cierta esperanza alos españoles europeos. Sin embargo, la situación se iría modificando a partirde 1815 con el Directorio que implicaría “contribuciones” significativas a lacausa revolucionaria que afectaría fundamentalmente a la riqueza económicay privilegios sociales de quienes hasta entonces controlaban la villa.La Villa de la Concepción se había transformado en uno de los lugaresde recaudación para el auxilio de las tropas del ejército del Alto Perú 15 , afectandoademás del comercio a los hacendados de la región. A ello se le sumó lamedida del Directorio respecto a “una leva de toda la esclavatura pertenecientea los españoles europeos” 16 . Tal disposición tenía por objetivo aumentarla propia tropa frente a una amenaza de invasión española, pero tambiénbuscaba recaer el costo económico sobre los españoles peninsulares comoevitar que los esclavos fueran utilizados por sus amos para apoyar la posibleinvasión realista. Por ese decreto se los incorporaba a la milicia significandouna pérdida económica para los españoles.Pues los propietarios españoles, sin carta de ciudadanía 17 , serían losque estaban afectados a la venta obligatoria de sus esclavos. Según la orden,los esclavos entre 16 y 30 serían expropiados por el Estado con pago posteriora la firma de paz con España. Quien no cumpliera, debería pagar una multade 500 pesos.Tal disposición también llegaba a la Villa lo que implicaba la entregade esclavos de los comerciantes españoles residentes. Francisco Paula Claroentregó sus dos esclavos: el mulato Vicente Montoya de 20 años y el negroManuel Claro de 18 años. Manuel Ordóñez, aportó su esclavo Tiburcio, aindia-15 Ver entre otros Remito del Cabildo local al Gobierno de Córdoba. A.H.P.C. 20 de junio1813. En Cubría (1986: 49).16 A.H.P.C. Gobierno, Tomo 42, 1815. Bando de Ortiz de Ocampo de 25 de enero ordenandola leva de esclavos en Córdoba. En Torres (1985: 34) El español Francisco Paula Claroentregó dos esclavos, Manuel Ordoñez.17 Obtener la carta de ciudadanía significaba evitar las sanciones represivas así como gozar delos derechos de todo americano. Sin embargo, no todos los que la solicitaron tuvieron laposibilidad de obtenerla.


158MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...do de 27 años, y Bruno que no tenía edad. Pedro Fernández entregaba a suesclavo Alejandro 18 .La militarización de la sociedad (1810-1817) y el conflicto de poderesEl movimiento de mayo inicialmente orientado a afirmar las posibilidadesde autonomía desde Buenos Aires y la adhesión del interior devinieron enuna guerra contra el dominio colonial. La misma comenzó a destruir un ordenpero no logró afirmar otro que lo reemplazara inmediatamente.Por ello, el conflicto involucraba al conjunto de la sociedad. No estabaen juego únicamente la relación entre metrópoli y la colonia. Cada regiónera atravesada por rivalidades internas que la Reforma Borbónica había instaladojunto a conflictos sociales y étnicos heredados del viejo sistema colonial.Por ello la guerra implicaba una activación política de los distintos grupossociales. El estado de enfrentamiento instalado en cada espacio destruíalos recursos materiales y humanos, erosionaba jerarquías establecidas, desplazabaautoridades, como así también forjaba nuevas identidades y mecanismosde movilización social y política 19 .En cuanto movilización de población, los principales protagonistas dela revolución apelaron al enganche de voluntarios pero luego de utilizaronmedios coercitivos con la levas en masas. Así, la nueva elite político y militarcon la movilización de grupos sociales subalternos con promesas de transformacionessociales, buscaba hacer partícipe del cambio revolucionario a todala sociedad. Se empleaba también el reclutamiento masivo de libertos y setransformaron a esclavos en soldados.En cuanto a las elites “patricias”, aquellas que gozaban de ciertasprerrogativas heredades instaladas en cada región, debieron contribuir inicialmentecon donaciones voluntarias para el mantenimiento de los ejércitos,luego con contribuciones forzadas y con sus esclavos por lo cual ibaerosionándose cada vez más su riqueza material. Así, la nueva oficialidad,solo en parte reclutada en la previamente existente, no tardaría en concebirseasí misma como una nueva elite dirigente.18 Fueron nueve los esclavos que de la Villa marcharon a Córdoba. Vicente y Manuel pertenecientesa Francisco Paula Claro, Tiburcio y Bruno de propiedad de Manuel Ordóñez, Domingode José Navas, Mariano y Luciano de Juan Martínez Cisneros, Pablo esclavo de JoséGiraldez y Alejandro perteneciente al español Pedro Fernández (Ver Cubría, 1986: 50 yTorres, 1985: 41-43).19 Fue una guerra civil generalizada en que el alistamiento de cada región, cada sector y cadaindividuo era el resultado de opciones políticas y de relaciones de fuerza y no necesariamentepor grupo social de pertenencia o lugar de origen.


159La Reforma Borbónica había instalado un estilo de gobierno político ymilitar que otorgaba un papel significativo a los comandantes militares en lasáreas rurales y fronterizas. La revolución amplió el papel de las comandanciasmilitares, puesto que en ella se apoyaría. Por tanto, la militarizaciónafectaba a la estructura de poder tradicional.Esta situación, junto a la movilización de hombres y recursos para laguerra y a la multiplicación de estructuras milicianas para la defensa local yfronteriza introdujo modificaciones en las estructuras de poder en general yparticularmente en la Villa fronteriza de la Concepción.Con la militarización –a decir de Halperín Donghi- se imponía una nuevaigualdad dentro de la elite”….”El régimen revolucionario no podía compartirel poder necesario para afrontar las luchas internas y externas conorganismos burocráticos orgullosos de su larga tradición de competencia conorganismos rivales”. 20 Esta nueva igualdad propuesta por la revolución implicabala participación de militares en acontecimientos sociales hasta entoncesreservados a la propia elite.Por lo que el conflicto de poderes planteado en el plano político setrasladaba a los espacios de sociabilidad de la elite. Espacio donde las mujeresexpresan sus poderes. En este caso aquellas que compartían los privilegiosde los “principales de la Villa”.La manifestación de las mujeres “patricias” frente a la política.Cuantitativamente, hacia 1778 las mujeres registradas en la poblacióntotal del sur de Córdoba eran sensiblemente menores que los hombres (1836frente a 1884) aunque del punto de vista espacial había una desigual distribuciónde personas de ambos sexos; predominaba las mujeres en los espaciosde sierra, es decir en los establecimientos productivos vinculados a la economíacolonial, y los hombres en los de llanura y frontera, asociados a actividadesde defensa de la frontera 21 .Hacia 1813, había mayoría la población femenina registrada (3.273mujeres y 2.842 hombres), en los distintos espacios consignados 22 . Respectoa las actividades económicas, específicamente en la jurisdicción de la Villa20 HALPERÍN DONGHI, Tulio: “Militarización revolucionaria en Buenos Aires (1810-1815)”,en Halperín Donghi, Tulio (comp.): El ocaso del orden colonial en Hispanoamérica, Sudamericana,Buenos Aires, 1978, pp. 121-158.21 CARBONARI y COCILOVO (2004: 43)22 A.H.P.C. Censo 1813. Serie Gobierno, ciudad y campaña. Tomo 1. Censo de la Villa de laConcepcción y su jurisdicción y de La Carlota y su jurisdicción. Ver también Carbonari,(Valdano, Carbonari y Cocilovo (2009: 34).


160MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...de la Concepción, las profesiones más mencionadas fueron de hilanderas (32%), tejedoras (13 %), cosedoras (13 %) 23 . Tanto hilanderas como tejedorasmayoritariamente eran identificadas como pardas. En cambio las cosedoraseran españolas de nacimiento o hijas de españolas. También se contabilizaronseis bordadoras españolas especializadas, residentes en la propia villa.Por este registro se reconoce la importancia de la participación de lamujer en la economía de la región, también evidencia la diferenciación deocupación en la producción de tejidos asociados a la condición socio-etnica,mostrando las jerarquías sociales de las ocupaciones femeninas. En cuantoa la propia Villa se ha identificado que eran 740 los pobladores. De los mismosse discriminando la Población Económicamente Activa a 481, siendo 240las mujeres y de las mismas 164 registradas como costureras, actividad preferentede las españolas. Aunque cuando enviudan asumían la profesión delos hombres al ser registradas como hacendadas.Como en otros espacios coloniales, la historiografía local, fundamentalmentepolítica, está representada únicamente por el accionar de los hombreslo que ha traído como consecuencia la ausencia de las mujeres de lostestimonios del pasado, a lo que se ha asociado al problema de la “invisibilidadde las mujeres” 4 Puesto que las mujeres aunque tuvieran un papel activode los sucesos políticos, su accionar no era registrado en los documentospúblicos. 25 Por otra parte la historiografía económica social y demográficapermite solo reconocer cuantas eran y las profesiones que realizaban. Ellocorrobora que las artesanías textiles era una de las actividades económicasmás importante desarrollada en la región realizadas por las mujeres campesinas.Fue a partir de los estudios de la familia (Carbonari y Baggini, 2004,Carbonari, 2009a) que abrió la posibilitar de cruzar datos de los censo yestudios genealógicos. Ello junto al seguimiento nominal de algunos casospermiten reconocer que el matrimonio fue una estrategia practicada en laregión. Las mujeres descendientes de conquistadores encomenderos y feudatariosde la región se entroncan con nuevos residentes comerciantes.El caso que nos ocupa trata de registrar el accionar político de lasmujeres de la elite colonial de la Villa de la Concepción. Ello en cuanto se23 VALDANO, CARBONARI y COCILOVO (2009: 61).24 Para la región es significativo el trabajo realizado por Otamendi (2010) en la región delRio Cuarto, que muestra a la viudez desocultando la mujer, otorgándole personería jurídica,dándole la posibilidad de disponer de sus propios bienes y asumir la patria potestad desus hijos de pleno derecho.25 Scott, citado por GUTIERREZ (2002: 44).


161entiende que las mismas formaban parte de redes de vínculos familiares constituidosen la época colonial y que buscaban mantener.Era precisamente en tertulias era donde interactuaban las familiaspatricias afectadas por la guerra revolucionaria. Estas reuniones sociales eranespacios de sociabilidad común en la época, pero también lugares donde lasfracciones de la élite evidenciaban simbólicamente su adhesión o rechazo alnuevo régimen.A inicios del siglo XIX, en la ciudad de Salta, las mujeres patriciasllevaban el peinado a la derecha, estilo considerado como un símbolo de lamonarquía. El mismo consistía en marcar una raya en la parte izquierda delcabello y tirar la mayor parte de éste a la derecha.Durante el proceso revolucionario, Manuel Belgrano, al frente del ejércitoacantonado en Jujuy (1813), se había dirigido al entonces gobernador deSalta, Feliciano Chiclana 26 , para insistirle en que no era bueno tomar unaactitud represiva con los españoles opositores y habría propuesto que no seles prohibiera la costumbre del peinado, sino que se las pusiera en ridículodando signos de que usaban un estilo pasado de moda 27 .Las sucesivas derrotas del Ejército del Norte, las perspectivas de sofocamientode la revolución habían adquirido cierta esperanza entre los gruposadherentes a la monarquía española. Sin embargo, el relevo de Belgrano porSan Martín (1814) y el cambio de estrategia implicaban una nueva fase revolucionaria.En ese contexto, la práctica de las damas de la elite colonial, de llevarel pelo peinado a la derecha, fue ocasión de conflicto en 1817 en la Villa dela Concepción. El episodio se había producido a fines de marzo de 1817. Fueal mes del triunfo patriota en la batalla de Chacabuco (12 de febrero de1817) y por tiempos que San Martín cruzara la región 28 .26 Feliciano Chiclana participó activamente en el proceso revolucionario porteño. Fue auditordel Ejército Auxiliar del Perú, nombrado gobernador de Potosí a fines de 1810, integró elPrimer Triunvirato (1811-1812), gobernador intendente de Salta (1812-1813) donde actuóa favor de Belgrano.27 Epistolario Belgraniano, Academia Nacional de la Historia, 1970: 199, oficio de Belgranoa Chiclana, 16 de abril de 1813. En García de Flöel, Maricel (2000: 78-79-80-81). La recopilaciónde cartas de Belgrano ha sido recopilada más recientemente Gregorio Weinberg(2001). Carta Nro CII.28 El 18 de marzo partía San Martín desde Mendoza a Buenos Aires y el 18 de abril retornaríaa Cuyo. Al paso por la posta de La Barranquita (o Chañaritos) se entrevistó con José EugenioFlores, Jefe de la Frontera de la Concepción del Río Cuarto a quien le entregó algunospliegos reservados para el gobierno de Córdoba (Barrionuevo Imposti, 1954: 107-108).


162MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...Por esa época Nicolás Videla del Pino, Obispo de Salta, expulsado porBelgrano, se encontraba en la Villa de La Concepción del Río Cuarto 29 . NicolásVidela del Pino habría actuado en la villa de la que estaba ligado por “estrechosvínculos de amistad y parentesco” con los españoles residentes, fundamentalmentecon Bruno Malbrán y Muñoz 30 .El Gobernador de Córdoba Coronel Don José Javier Díaz (1815-1817)siguiendo los lineamientos de la política revolucionaria había publicado unbando en el año 1816 que sostenía que “ninguna persona, sin diferencia decalidad, dignidad, sexo ni condición, pudiese traer el pelo tirado a la derecha,ni usar otros adornos o distintivos que no fuesen conformes con el usocomún de nuestra nación, bajo apercibimiento de ser multada con 50 pesos”(Barrionuevo Imposti, 1986: 154). El precio de la multa era bastante elevadosi se tiene en cuenta los valores de la época 31 .La tertulia localDoña María Josefa Arias de Cabrera y Cáceres 32 , viuda de Don AndrésÁngel de Acosta invitaba al teniente José Eugenio Flores, quién iba a asumirla comandancia del Río Cuarto, a una reunión en la que se celebraría suasunción para el 18 de marzo de 1817. De la misma participaban la pequeñaelite local entre quienes se encontraban las hijas de los dueños de la casa,Francisca Acosta y su prima Anastasia Arias (hija de Estaban Arias de Cabrera),Petrona Rosa Giráldez (hija del español Juan Giraldes), Mercedes, Rufinay Gregoria Malbrán (hijas de Don Bruno Malbrán y Muñoz) y Juana Cisneros 33 .El Comandante de Armas, de la jurisdicción de Río Cuarto, EugenioFlores, al observar que muchas de estas mujeres se peinaban echando el peloa la derecha, lo interpretó como una provocación por lo que se dirigió indignadoal alcalde expresándole:29 Este dato es aportado por Mayol Laferrere quien sostiene “desde el púlpito y asociado alcomandante Julian Martínez comienzan las intrigas y rumores para defenestrar a los patriotasque sostenían los ideales independentistas” (2010: 74)30 Su primera mujer Trinidad Zamora, era sobrina del Obispo (ver nota Nro.15 de este artículo)31 Aproximadamente el valor de un esclavo en Mendoza para 1810 era de $ 226. En 1815 elvalor los esclavos confiscados por el Estado de entre los 16 y 40 años era consignado en $148 (Torres, 1985: 46).32 Este episodio también es relatado por Barrionuevo Imposti (1986: 154)33 Según el padrón censal de 1813, Francisca Acosta estaba identificada como cosedora; AnastaciaArias, bordadora; Petrona Rosa Girardez, costurera; Mercedes Muñoz, costurera; GregoriaMuñoz, costurera.


163Algunas almas bajas llenas de insensibilidad á los justos derechosde nuestra sagrada libertad, emponzoñadas con la seducción europea,todavía se presentan públicamente con el ridículo distintibo,a imitación de las cofradías Fragmasonas, llebándo el pelo ala derecha” 34 .Según la denuncia habrían sido algunas mujeres calificadas de contrariasal sistema de gobierno 35 que se atrevían a usar este modo de peinarsepara provocar 36 . Lista de mugeres q. e hasta la fha usan el pelo tendido a laderecha:Fran ca Acosta: hija de Josefa Arias, Mercedes Muñoz, hija de BruñoMuñoz, Gregoria Muñoz, muger de mariano Arguello, RufinaMuñoz, hija del citado Bruno, Anastacia Arias, hija de D n EstabanArias, Petrona Rosa Giradez, hija de Agustina Guerra, Juana Cisneros,educada por el europeo español, Juan Cisneros 37 .Este asunto terminó enfrentando al alcalde interino Felipe Neri Guerra38 de la Villa y al comandante Eugenio Flores 39 , quién pretendía aplicaruna multa a dichas mujeres por haber violado las disposiciones oficiales.El alcalde no aplicaría la multa, aunque admitía que se había vulneradoel principio del Bando. Al parecer esto nuevamente ofuscaría a Floresquien insistió disgustado por la actitud del alcalde de la Villa. Obviamente elalcalde formaba parte del mismo círculo de la elite local. El teniente trató deaveriguar si todas las señoras antipatriotas llevaban dicho peinado, si se presentabanen los lugares públicos “haciendo una provocativa ostentación dellevar el pelo a la derecha”, si con anterioridad se había publicado el bandode prohibición del peinado monárquico en la Villa y si los padres y maridos delas mujeres “las han apoyado y consentido gustosamente esta contravenciónal citado bando”.34 Archivo Histórico Provincia de Córdoba (A.H.P.C.) Sección Gobierno. 1817. Caja 52.35 Las mismas estaban vinculadas a quienes eran sindicados como antipatriotas: entre los quese mencionan a Bruno Malbrán y Muñoz, Antonio de León, Manuel Ordoñez, Juan Leániz,José Giraldez y el cura párroco Mariano López Cobos (Barrionuievo Imposti, 1986: 130).36 Ver Grenón (1960: 31-32).37 A.H.P.C. 1817. Caja 52. f. 47.38 Identificado en el Censo de 1813 como hacendado español, casado con Margarita Arguello.39 El Teniente José Eugenio Flores había arribado a la Villa por esos tiempos para asumir lacomandancia de la Frontera Sud. Posteriormente, para 1818 el Comandante Flores, informabadesde Río Cuarto haber descubierto cartas sospechosas enviadas a europeos residentes enla Villa del Río Cuarto, procedentes desde Mendoza. Agrega que estos le hace suponer laexistencia de enemigos no solamente al poder central (Cubría, 1986).


164MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...El incidente llegó a conocimiento del nuevo Gobernador de Córdoba,por entonces Manuel Antonio Castro (1817-1820) 40 , quien reprendería al Alcaldede la Villa, al tomar conocimiento que las “señoras de ese vecindariono sólo llevan el pelo hacia la derecha sino que también hacen ostentaciónde su oposición al sistema general de América”, por lo que no se cumplía conel bando del 5 de enero de 1816, ordenándole al alcalde de la Villa queaplicara la multa correspondiente.Así, el peinado de las jóvenes, “echando el pelo a la derecha”, quecaracterizaba a las intenciones antipatrióticas, provocaba un escándalo quetrascendía la propia villa, siendo denunciadas y aplicándoseles multas porestas actitudes transgresoras.Este hecho fue resuelto por las “jóvenes atrevidas” sin claudicar en susprincipios, negándose a peinarse a la izquierda como las “patrioteritas camorreras”,mostrándose en público peinadas con la raya al medio, fundamentandoesta actitud con el uso del mismo como una práctica de moda enotras ciudades como Córdoba, La Punta y Mendoza.El Alcalde de la Villa nuevamente recurrió al Gobernador a fin de sabersi el pelo partido al medio contravenía o no al famoso bando, quien respondióque podría llevarse de esta manera, siempre y cuando quienes la usasen, notuvieran intencionalidad de provocar a la oposición.Este pleito, continúo con el arresto de las jóvenes Rufina y GregoriaMalbrán y Muñoz por parte del Comandante Flores, quien acosó a Don BrunoMalbrán con contribuciones punitivas y lo excluyó de la elección de electorpor antipatriota. Sin embargo Bruno Malbrán y Muñoz asumiría posteriormenteel poder político local 41 .El acontecimiento conmovió la villa de la Concepción, teniendo comoprotagonistas a mujeres de la elite y demostró la injerencia de las mismas enel ámbito político, dejando sentado que su participación trascendía el espacioprivado extendiéndose al público 42 .Por su parte Flores trataba combatir lo que se denominaba el sarracenismo43 de Río Cuarto, buscando una nueva igualdad dentro de la propiaconstitución de la “porción mas noble del vecindario” 44 .40 Manuel Antonio Castro fue designado por el Directorio en marzo de 1817 representando lafase unitaria y porteña de la Revolución de Mayo.41 En 1826 el gobierno cordobés lo designaría Alcalde Ordinario (Barrionuevo Imposti 1988: 40).42 Ver Contumacia. Barrionuevo Imposti : (1986: 154 -55- 56)43 Nombre despectivo con que los patriotas denominaron a los españoles de tendencia monárquica.Su origen viene de los cristianos medievales que denominaban así a los árabes y musulmanes.44 Ver también sobre este episodio Prado, Daila. La Villa de la Concepción y el grito delibertad. Teniente José Eugenio Flores. Revista Voces de la Universidad Nro 27.


165La elite local, constituida por una mayoría de españoles europeos, formabaparte del grupo desposeído transitoriamente del mando político y afectadoen sus privilegios económicos. Estos se vieron expuestos a continuascontribuciones inicialmente voluntarias y posteriormente forzosas 45 . Los identificadoscomo enemigos de la patria ponían la esperanza en el cambio reaccionarioy los que se acomodaban para apoyar al nuevo gobierno aunquesolicitaban la carta de ciudadanía, quedaban bajo sospecha también 46 .Los españoles que desde inicio se mantuvieron leales al rey se encargarona través de distintas prácticas para manifestar opiniones contrarias a larevolución y buscaron también persuadir a la sociedad de la ilegitimidad delgobierno revolucionario. Estas estrategias fueron recursos puestos en prácticaspara manifestar su presencia e identidad monárquica. A veces, como enel caso presentado, solo conseguirían exasperar el ánimo de los militarespatriotas.La villa también fue motivo de otra denuncia (3 de marzo de 1817) porla indiferencia de las autoridades locales por el triunfo de Chacabuco 47 . Allíquizás haya festejado con entusiasmo los triunfos de los ejércitos realistas.Además posiblemente tenían la expectativa de cambio con el retorno del reyen 1814. Sin embargo, los intentos de España de enviar expediciones dereconquista y finalmente con la declaración formal de la independencia y larecuperación de Chile por las fuerzas patrióticas, sobre todo luego de Chacabuco,desvanecieron las acciones de los españoles contrarios al nuevo ordenpolítico e institucional, en parte también por un acomodamiento a la nuevasituación y/o por haber quedado marginados de la acción política 48 .Así “el modo en el que se usaba el cabello” no fue simplemente una“cuestión de estado en la Guerra de la Independencia”, como expone larevista Muy Espacial, sino una explícita resistencia y oposición a los cambiosque el nuevo orden iba imponiendo que se trasladaba al plano simbólico yque recaía el accionar político de las mujeres “patricias”.Esta práctica no fue una particularidad local. La misma era una trasgresiónque también ejercían las “damas” salteñas. Manuel Belgrano habíamandado a no reprimir dicho hábito, sino más bien ridiculizarlo. Pero Belgra-45 Ver Contribuciones de la Villa de la Concepción. En Vitulo (1947: 83).46 Es el caso de Don Francisco Paula Claro (Barrionuevo Imposti, 1986: 130).47 El Alcalde Interino por entonces Don Juan Luis Soria se había excusado a la Misa de Graciay Te-Déum por el triunfo de Chacabuco y fue acusado por su “fría impavidez” a la causarevolucionario. Esta vez por el Comandante Lucas Adaro (Barrionuevo Imposti, 1954: 102;Grenón, 1950).48 Maricel García de Floel. Hamburgo, noviembre 1999.


166MARÍA ROSA CARBONARIMujeres de la elite de la Villa de la Concepción en épocas...no también había expulsado al arzobispo Nicolás del Pino de Salta, quienencontró amparo, a través de sus vínculos parentales en la villa. Tal vezfuera él haya traído ese hábito tan provocativo para los militares revolucionariosde la época que transformaron el peinado en una cuestión de Estado.Algunas reflexionesLa villa fronteriza era producto del Reformismo Borbónico y por tantocontrolada por españoles peninsulares fundamentalmente comerciantes. Estosal arribar a la villa se habían entroncado con mujeres hijas de hacendadoscriollos descendientes de conquistadores y primeros pobladores de la región.El proceso revolucionario los habría afectado directamente. El episodio-conocido como la guerra de los peinados-, al quedar documentado, permitereconocer como fue el comportamiento de la elite de la pequeña villaante el proceso revolucionario. Peinarse a la derecha era interpretado comoun símbolo de la monarquía. Por tanto a partir de tal conducta, la porciónmás noble del vecindario, manifestaba su resistencia al cambio revolucionario.Fue en ocasión de una tertulia programada para recibir al Comandantede Armas de la jurisdicción que las jóvenes “patricias”, en una actitud provocativaa través de su peinado a la derecha, se presentaron en la reunión. Así,el peinado de las jóvenes provocó un escándalo. Consentidas por el alcaldede la Villa pero denunciadas por el nuevo comandante, el episodio muestratambién el conflicto de poderes por el control político e ideológico de lavilla.En todo caso, el peinado fue la expresión simbólica de reacción en quese manifestaron las mujeres y que contaban con la connivencia del poderpolítico de la villa bajo control de los hombres. Por eso, el acontecimientopermite comprender: 1) el comportamiento de la elite local frente al procesode la independencia; 2) la militarización de la sociedad y el conflicto depoderes, civil, militar, que se entabló en la pequeña localidad; y 3) la manifestaciónde las mujeres “patricias” frente a la política.BibliografíaACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA Actas Capitulares de La Villa de La Concepción deRií Cuarto. (1789- 1824). 1947. Buenos Aires.BARRIONUEVO IMPOSTI, Víctor 1954. El libertador José de San Martín y la provinciade Córdoba. Córdoba. Dirección Gral. De Publicidad. Universidad Nacional deCórdoba.


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169LAS MUJERES GADITANAS DE MEDIADOS DEL SIGLO XVIIIY SU RELACIÓN CON EL COMERCIO AMERICANO.ResumenManuela Fernández Mayo*Esta ponencia pretende acercarnos al conocimiento de las mujeres gaditanasa mediados del siglo XVIII. El colectivo femenino se vería afectado por lasgrandezas y miserias del comercio con América. Las grandezas, porque lasfortunas de sus maridos comerciantes les permitieron elevar su status económicoy gozar del lujo y refinamiento imperante en la sociedad gaditana. Lasmiserias, en cuanto a la soledad y a veces trágica existencia, como consecuenciade los reveses económicos o la muerte del marido en la empresa americana.Un acercamiento a sus pautas de comportamiento y mentalidad, es lo queaquí presentamos tomando como base la documentación notarial.Palabras claves: Comercio colonial - Mujeres testaferros- riesgos marítimoslicencias.Clasificación JEL: ZOAbstractThis report tries to approach to a better knowledge of women of Cadizin the middle of the 18th Century. The female collective would be affectedby the greatness and misery of the commerce with America. In the firstcase, because their husbands’ fortunes let them improve their economicstatus and enjoy social luxury and refinement . In the second one, becauseof loneliness and tragedy caused by the economic reverses or the death ofhusbands in American enterprise.We hereby present an approach to their behavior and mentality, takingas a reference notarial documentation.Key words: Colonial Commerce- Figurehead women- maritime risks-licence.* Doctora en Historia, Universidad de Cádiz.


170MANUELA FERNÁNDEZ MAYOLas mujeres gaditanas de mediados del siglo XVIII...La ciudad de Cádiz fue la cabecera del monopolio comercial con Américay sede de la Casa de la Contratación de Indias entre 1717 y 1790. Podemosseñalar tres ejes que permitieron el auge de Cádiz durante el siglo XVIII:la enorme prosperidad económica y movilidad social, producto del comerciocolonial; el respeto y la tolerancia ideológica, precisos para desarrollar elcomercio entre individuos de diferentes nacionalidades y religiones; y la participaciónesencial de las mujeres en la vida pública de una ciudad caracterizadapor una constante migración masculina.La sociedad española de mediados del siglo XVIII, en la que aún pervivenlos valores tradicionales de la concepción estamental, respondía a unmodelo jerarquizado y jurídicamente poco equitativo. La consideración socialde la mujer no vendrá dada por ella misma, sino por el status social alque pertenezcan los varones de la casa, ya sea el padre, ya el marido, a cuyaautoridad estaban sometidas. Nobles o del estado general, sufrían igualmenteuna serie de trabas legales, que dificultaban su desarrollo personal y social.El derecho castellano de familia trató a las mujeres como menores deedad necesitadas de protección, pues si era niña o soltera quedaba bajo laautoridad o tutela del padre; en caso de fallecimiento de éste, quedaba bajola tutela de la madre o parientes o de la persona designada por el juez hastalos 12 años. Sin embargo, los bienes eran administrados hasta los 25 años,edad en la que alcanzaba la plena mayoría de edad. Una vez obtenida ésta,eran sujetos de derecho, podían contratar y testar, ser requeridas en juicios,pero no podía desempeñar puesto público alguno, ni ejercer funciones judiciales.Tampoco podía ser fiadora o testigo en testamentos por “ser fácilmenteimpresionables a causa de la debilidad de su sexo” 1 . Tan sólo en lasinstituciones femeninas como escuelas, colegios, recogimientos, beaterios yconventos podía llegar a ser directora, pero siempre bajo la supervisión masculinade obispos, capellanes, jueces o rectores. Mucho más difícil, lo tuvieronlas numerosas mujeres solas-viudas, huérfanas, solteras- por ello, todamujer que desease tener una vida de mínima respetabilidad, aspiraba al matrimoniocomo la casi única base de su porvenir. Estar dentro de un clanfamiliar era ciertamente una salvaguardia cierta para el resto de la vida.El destino del sexo femenino era, sin duda, las ocupaciones de la casa.En una época en que el analfabetismo se extendía a amplísimas capas de lapoblación, la educación de las mujeres estaba encaminada casi exclusivamentea saber la doctrina cristiana, leer, escribir y coser. Así, cuando el co-1 SÁNCHEZ GARCÍA, J. y ZAYAS RIQUELME, J. J.: La mujer a través de los testamentos.Murcia, siglo XVIII” en Contrastes, Revista de Historia Moderna, nº 11, Universidad deMurcia, 1998-2000, pág.155.


171merciante Juan Fragela 2 a mediados del siglo XVIII, establece el reglamentode la Casa de Piedad, designa que existan dos maestras, una para instruirlasen las primeras letras y otra para enseñar a las niñas huérfanas:“..a coser,bordar, hacer medias, guantes, calcetas, encajes y demás conducentes a perfeccionarlasen el ejercicio de la costura y la aguja” 3 .Cuando las mujeres ingresabanen la institución, se sorteabanlas habitaciones, por medio deextraer un papelito enrollado enuna bellota, con el número dedormitorio y otro con el nombrede la mujer a quien se leadjudicaba. Según establecíanlos estatutos, esta operación ladebía realizar una niña no mayorde 10 años, para garantizarla transparencia. Aún se conservanlas ánforas que conteníanlas bellotas con los papelitosdel sorteo y la cajita dóndese unían ambos. Foto de realizaciónpropia.Carecemos de estudios acerca de la institución familiar y matrimonial.No obstante, podemos considerar que, salvo aquellas que abrazaban la vidareligiosa, la finalidad de las mujeres estaba encaminada hacia el matrimonio;para ello existían incluso instituciones como el Patronato fundado por DonPedro de O, que era administrado por la “antigua nación flamenca”, cuyafinalidad era dotar a las muchachas pobres para que pudieran contraer matri-2 Juan Clat, conocido con el sobrenombre de Fragela, fue un comerciante nacido en Damascoen 1656 y asentado en Cádiz desde 1683, adquirió la naturalización para poder comerciarcon Indias en 1725. Cuando muere, en 1756, con cien años, sin descendientes directos,poseía diecisiete 17 fincas urbanas, además de su propia casa, en Cádiz, 7 en Sanlúcar y unahacienda con viñedos en Rota. Gran parte de su patrimonio lo destinará a la fundación en1752 de un Patronato para obras pías sobre las rentas de sus inmuebles en Cádiz, y laerección de una Casa de «Pobres Viudas y Doncellas Huérfanas», dotando a la Casa de unasConstituciones que reglamentan la vida en comunidad y encomienda al deán y Cabildo de laS.I. Catedral que sean patrono y administrador perpetuos de la obra. Esta fundación constituyeuna de las obras pías más características del siglo XVIII gaditano y que ha pervividohasta nuestros días. Archivo Histórico Provincial de Cádiz (en adelante A.H.P.C.): notaria12, legajo 2445, folios 39-1<strong>03</strong>.3 A.H.P.C: n. 12, leg. 2445,f. 8v.


172MANUELA FERNÁNDEZ MAYOLas mujeres gaditanas de mediados del siglo XVIII...Fachada y patio interior de la fundación creada por el comerciante Juan Fragela destinada a PobresViudas y Huérfanas de la Ciudad inaugurada en 1756 y que, tras una reciente restauración, sigueejerciendo su finalidad social. Fotos de realización propia.monio. Los patronos flamencos se encargaban de investigar a las doncellaselegidas, “pobre, doncella y huérfana”, o que aun teniendo padre “éste sehallare pobre, viejo y enfermo y no pueda darle estado de casada”.Los patronos daban un tiempo a la joven para contraer matrimonio. Sien seis meses el marido no aparecía ante el patronato con la fe de boda, losvicarios de cada lugar propondrían a otra doncella. Excluían de estas limosnasa las que ya hubiesen estado casadas y a las que querían tomar estado dereligiosa. Cada mes de enero se realizaba una lista de las doncellas elegidas 4 .Era frecuente el hecho de que las mujeres contrajeran segundas nupcias,dada la precaria situación en la que se veían sumidas la mayor parte delas viudas, como demuestra el hecho de que sean éstas, tras los comerciantesespañoles 5 , el segundo de los colectivo en ventas de inmuebles en Cádiz4 Los censos cargados sobre el Patronato eran adjudicados de la siguiente forma: una asignaciónde limosna para 80 pobres (y durante un tiempo fue para mantenimiento de monjas),por valor de 320 reales y 300 ducados anuales, para casar doncellas pobres naturales deCádiz y de la bahía. Crespo Solana, A.: “El Patronato de la Nación flamenca de Cádiz en lossiglos XVII y XVIII: trasfondo social y económico de una institución piadosa” en StudiaHistorica. Revista de Historia Moderna, nº 23, 2002. pág. 327.5 El hecho de que los comerciantes españoles ocupen el primer lugar en ventas de inmueblesobedece, no a una reducción del patrimonio de estos, sino a una extraordinaria movilidad, yaque, si bien son vendedores en un 23% casos, compran el 47% de los inmuebles. Sin embargo,no es este el caso de las viudas, quienes sólo son compradoras en un 3% de los casos,registrándose una merma en su presencia como propietarias.


173(13% de las ventas) y por la existencia en la ciudad de dos establecimientospara acoger viudas pobres y huérfanas: uno situado en la plazuela denominadade las Viudas y el segundo, creado por Juan Clat, “Fragela” frente alHospital Real, destinado para que: “... se recojan y amparen pobres viudas ydoncellas huérfanas desvalidas en que hayan su habitación para que por estemedio vivan y estén educadas y criadas en el recato y honestidad correspondientea sus estados, sin el trabajo, desvelo y fatiga de mendigar por lascalles lo necesario para pagar el cuarto que habitan, exponiéndose por estemedio a los riesgos y escollos del mundo 6 ”.Conforme a las disposiciones testamentarias de Fragela, para ser acogidaen la Casa de Viudas era necesario ser natural y vecina de Cádiz, delimpia y honrada familia, desvalida, y contar con informes del párroco acercade su buena vida, virtud, honestidad, recogimiento y costumbres. También seexigía a las mujeres para poder acogerse a los beneficios de la casa fundadapor Fragela que no hubieran sido “revoltosas, ni inquietas, ni de mala vida”.Cumplidos esos requisitos, las vacantes se cubrían por riguroso sorteo. Eledificio ideado por Fragela era modélico en su género 7 . Las albergadas disponíande pequeñas habitaciones y numerosos servicios comunes, como cocinas,lavabos y capilla. También llegó a disponer de un establecimiento deultramarinos que suministraba alimentos a las asiladas.Un rasgo más de la opacidad e invisibilidad con que la sociedad patriarcaldefinió la presencia histórica de las mujeres se aprecia cuando intentamosinvestigar la actividad laboral femenina. Los gremios desde el siglo XVIIdesarrollaron reiteradas prohibiciones que impedían que las mujeres fueranaceptadas dentro de ellos. Pero de hecho existía un trabajo invisible, nocontabilizado en ninguna institución, pero básica en el taller familiar. Si unaviuda de un maestro de cualquier oficio heredaba el negocio, para podercomercializar con él, se veía en la necesidad de contratar a otro maestro delgremio. De manera que será la actividad textil y concretamente la confec-6 A.H.P.C: n. 12, leg. 2445, f. 8v.7 Compuesta la Casa por: 49 viviendas, 29 con salas y alcobas y 20 de sala o cuarto, 4 cocinasdistribuidas por la casa “un oratorio con su crucero, altar y retablo, con las imágenes deNuestra Señora del Pópulo en medio y de San Juan Bautista a la derecha y San Pablo a laizquierda y en su remate la del Salvador, pinturas finas en cobre, 6 cajones para la custodiade los ornamentos…4 aljibes en el patio principal y está claustrado de columnas, dos pozoscada uno en su extremo para el servicio de las cocinas, 2 patinillos muy capaces y comunicablecon sus lavaderos y 4 lebrillos... 2 escaleras internas para la más fácil comunicación ydos principales una a cada lado del claustro y una tienda para montañés incorporada en lamisma casa con su torno que sirva para suministrar por él lo que necesitaran las habitantessin el trabajo e incomodidad de salir a la calle...” A.H.P.C.: n. 12, leg. 2445, fols. 24v - 25.


174MANUELA FERNÁNDEZ MAYOLas mujeres gaditanas de mediados del siglo XVIII...ción, la que absorba la mayor parte de la población activa femenina, de laque tenemos constancia.La dedicación al comercio con América será la actividad económicaprioritaria de los gaditanos, de ahí que las mujeres casadas con comerciantesmatriculados en la Carrera de Indias tuvieran que soportar las largasausencias de sus maridos, que duraban habitualmente años, asumiendo elpapel de cabezas de familia al frente no sólo de la economía doméstica y laeducación de los hijos, sino que también, en ocasiones, estuvieron dedicadasal manejo de los negocios que el marido les confiaba, como atestiguanlos abundantes poderes para administrar otorgados por los maridos a favorde éstas.La situación económica de las esposas, al prolongarse la estancia desus maridos en tierras americanas, impulsaba a muchas de ellas a tener quesuscribir obligaciones a favor de las personas que para acudir al “mantenimientoy socorro” de sus necesidades más perentorias, les habían ayudado,fijándose en bastantes casos el plazo para el pago al regreso del marido opagándolo mediante el descuento de parte de las rentas del arrendamientode casas de su propiedad. A través de la documentación notarial se verificancasos de total abandono, por lo que la esposa recurrirá a la justicia eclesiásticay secular del otro lado del Atlántico para que localicen a su marido y leobliguen a retornar a España 8 .El estudio de las licencias 9 , un tipo documental por el que la mujerconcede a su marido permiso para viajar y residir en América, nos permitevalorar la duración de tiempo de estas ausencias y, a la vez, comprobamos eltiempo medio que solían ocupar los comerciantes en estas negociaciones,correspondiendo los mayores porcentajes, cuando aparece especificado, entrelos tres y cuatro años. En términos absolutos, sin embargo, podemos inferirque la estancia sin especificar es la que ocupa el primer lugar de frecuenciaen la documentación notarial, dado que en muchos casos resultaba impo-8 Obligación de Juan Francisco Padrón, vecino de Cádiz, marido de Isabel Márquez de losReyes y Villavicencio quien declara:”habiendo pasados a los reinos de Indias estableciéndoseen ellos, en especial en la ciudad de Campeche, a donde pretendía pasara la expresadami mujer y porque no lo ejecuté... me apremiaron sus justicias eclesiásticas y secular a queviniera a España, por no tener licencia y permiso... habiendo venido con el ánimo de llevarmea la dicha mi esposa, por estar ésta con algunos accidentes habituales no ha podidotener efecto y me ha concedido licencia por tiempo de 5 años, para que viva y resida enIndias... me obligo a enviar por la susodicha dentro de dos años remitiéndole la competentecantidad de reales para su habilitación...”. A.H.P.C.: n. 3, leg.1769, fols. 376-6v.9 Estudiamos 60 documentos de este tipo otorgados en las distintas escribanías gaditanasentre 1752 y 1754.


175sible establecer de antemano el plazo de ausencia de España, sobre todo,cuando el viaje estaba motivado para seguir las transacciones mercantiles enAmérica:“... y para que veas que seguro estoy en esto te hago la prevenciónsiguiente, para que me digas sobre ello lo que determinas,bajo del seguro que no puedo ir a España, así por lo que debo,como por la imposibilidad de caudal con que habilitarme, ni poderpara dicho año tener evacuadas dependencias de la casa deque de todas ellas tengo que haber caudal, y no las he de dejarporque a la hora que vuelva la espalda harán lo que tú sabes, quehan hecho hasta ahora y luego padeceremos nosotros ...si Diosme facilita medio para poderme ir no hay nada perdido... y determinadoque hayas tu parecer... en caso que elijas el venir, dar laque sea en el primer navío que salga de este puerto, luego que yode la orden, porque el tiempo se nos va pasando y no dejaremosque comer a nuestros hijos... 10 ”.Así pues, el espíritu comercial que irradia la ciudad afectará al colectivofemenino, participando también en el comercio americano. Esta dedicacióna la actividad mercantil constituye, sin duda, un comportamiento atípicode la mujer gaditana respecto al panorama general de la sociedad española.Estas mujeres parecen conocer el lenguaje de los negocios, los vínculosmercantiles, el engranaje de una compañía comercial, las obligaciones delas partes, las contratas y valores que se manejan. Analizar las pautas decomportamiento como las estrategias utilizadas por estas mujeres en unasociedad donde los hombres son los constructores de los espacios reales eimaginarios, se nos presenta como una alternativa diferente, que nos permitedejar de lado la supuesta invisibilidad de la mujer y su identificación conel universo doméstico en función del sexo, para abordar su participación enun espacio tradicionalmente asociado a la figura masculina, como era el delcomercio con América.10 Carta personal inserta en el poder que Doña Manuela de Robles y Medinilla, vecina deCádiz y mujer de Pedro Manuel de Aguado, otorgó a favor de José Francisco del Rey, paraque obtenga del Señor Presidente y Oidores de la Real Audiencia y Casa de Contratación,licencia para “pasar a dicha ciudad de Caracas a vivir en ella con mi marido llevandoconmigo a mis tres hijos pequeños, una criada y Don José de Medinilla, mi tío”. A.H.P.C.:n. 19, leg. 4490, fols. 1490-1490v.


176MANUELA FERNÁNDEZ MAYOLas mujeres gaditanas de mediados del siglo XVIII...Para establecer el grado de participación femenina en el comercio indianoacudimos al estudio de 3.350 escrituras de riesgos marítimos 11 otorgadas,entre los años 1752 y 1754, en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz(A.H.P.C.). De ellas, 4<strong>03</strong> corresponden a préstamos otorgados por mujeres(12%), lo que a primera vista podría inducirnos a considerar como bastantesignificativa la participación femenina en dicho comercio. Sin embargo, siindividualizamos cada una de las escrituras otorgadas por mujeres, obtenemosun conjunto de 82 mujeres acreedoras con una diversidad de situacionestanto en la frecuencia de intervención en los negocios indianos, como en elvolumen de su contribución.El análisis de estos datos nos permite concluir que la participaciónfemenina en el comercio indiano habría que reducirla considerablemente, yaque en el 46’4% de los casos estudiados ésta es meramente ocasional, puesen estos tres años sólo aparecen una vez como acreedoras, y en ningún casoel préstamo es de una cuantía superior a los 10.000 pesos correspondiendo aestas acreedoras ocasionales la totalidad de los riesgos otorgados inferioresa 500 pesos y el 91% de los préstamos entre 500 y 1000 pesos, 12 lo que vienea demostrar no sólo lo accidental de dicha intervención comercial, sino tambiénla escasa importancia de la misma, y aún más si aglutinamos el colectivode mujeres que otorgan menos de 5 escrituras, éstas representan el 75% deltotal del grupo.De manera que hay que circunscribir la participación femenina en elcomercio americano en unos límites más reducidos de los que pudiera deducirsede una valoración absoluta de los datos, pues, si bien existe una co-11 Este tipo documental se define según la Real Cédula de 27 de Octubre de 1768 como “darunos su dinero a otros con cierto premio, mediante el cual toman los primeros a su cargotodos los riesgos y contingencias del mar y demás desgraciados sucesos, de que quedanlibres los segundos; de suerte que si se verifica el caso siniestro están éstos exentos del pagoy, de lo contrario, ganan aquellos el principal y premios estipulados... que esta negociaciónse divide en dos clases, siendo la una, dar dinero sobre el navío, sus fletes y aprovechamientos,y la otra, sobre fletes cargados en él por cuenta de quien tome el dinero, cuyo riesgo seentiende según se capitula de ida o de vuelta, también de uno y otro que se llama contratode dos riesgos, y en cualquiera de ellos se asigne, o navío, o efecto sobre que se verifiquenlos riesgos”. PEREZ Y LOPEZ, A. J.: Teatro de la Legislación Universal de España e Indias.Tomo XXVII. Madrid, 1798, p. 177.12 Encontramos dos casos de otorgantes de un sólo riesgo que supere esta cantidad, pero ambasresiden fuera de la ciudad. Es el caso de Francisca y Bernarda Ortiz de Foronda, vecinas deLima, quienes por medio de su correspondiente Domingo de Vea Murguía, otorgan 15.300pesos de 8 reales (A.H.P.C.: n. 17, leg. 3838, fols. 137-139v.) y Clara Bizarrón y Polo, vecinadel Puerto de Santa María, quien presta 14.000 (A.H.P.C.: n. 19, leg. 4487, fols. 13-15v.).


177nexión ocasional con la actividad mercantil, el número de mujeres que realizarontransacciones comerciales con cierta frecuencia (25%) se limitaría al9’3% del total de las escrituras de riesgos otorgadas en estos años.En cuanto al peso económico de la intervención femenina en el tráficode Indias, los datos que proporcionan los 4<strong>03</strong> riesgos marítimos otorgadosentre 1752 y 1754 muestran un volumen total de 6.130.891 pesos de 16 reales,lo que supone una cantidad ciertamente considerable. Dicho potencialmonetario, sin embargo, se repartió dentro del colectivo femenino de unaforma muy desigual. Existió una abierta disparidad en la participación económicade las mismas, ya que mientras al 97’5% de las mujeres correspondió el46’2% de las cantidades invertidas, dos mujeres (2’5%), María Terrero y Vázqueze Hipólita Sabugo, aglutinan ellas solas el 53,5% del capital invertido enescrituras de riesgos por el colectivo femenino.Mientras la mayoría de las mujeres (54’3%) invierten en escrituras deriesgos durante estos tres años cantidades inferiores a 5.000 pesos, encontramosun reducido número de ellas, a saber, María Josefa Albinar (153.272pesos), Josefa Pain (422.257 pesos), Feliciana Bárbara Gazán (443.841 pesos),Francisca Power (766.340 pesos) y las citadas Hipólita Sabugo (1.328.125pesos) y María Terrero y Vázquez (1.956.959 pesos), que erróneamente podríanser identificadas como importantes mujeres de negocios en el Cádiz demediados del siglo XVIII, al protagonizar como acreedoras una buena partede las escrituras estudiadas. Desmantelar tal falacia ha sido posible graciasal estudio de las escrituras de declaraciones y resguardos, encontradas en elA.H.P.C., donde estas mujeres manifestaban a quienes correspondían realmenteel dinero que se prestaba en determinadas escrituras y como su participaciónse limitaba a poner su nombre y firma, tratándose en todos los casosanteriormente expuestos de testaferros, mujeres de paja de las casas comercialesextranjeras, siendo frecuentemente esposas o parientes de los comerciantesextranjeros a cuyos intereses servían.Aunque resulta prácticamente imposible conocer las vinculaciones decada una de estas acreedoras, es evidente el papel de comisionistas ejercidopor un gran número de ellas, pero resulta aún más sorprendente la casi totaldedicación de las mujeres acreedoras de riesgos (sólo en el caso de JosefaPain y de Feliciana Bárbara Gazán no hemos podido verificar la relación deéstas con las compañías extranjeras) en el papel de testaferros de las compañíasde negocios extranjeras. A través de la documentación notarial 13 hemos13 Básicamente los tipos documentales que nos han proporcionado unos datos más esclarecedoreshan sido las declaraciones y resguardos, las cesiones, los poderes para cobrar y lasnotas adjuntas que hemos podido encontrar en el margen de las escrituras de riesgos.


178MANUELA FERNÁNDEZ MAYOLas mujeres gaditanas de mediados del siglo XVIII...encontrado testimonios que nos permiten conocer la vinculación de estasmujeres que figuran como importantes acreedoras de riesgos con las compañíasde negocios extranjeras establecidas en la ciudad.El cuadro que presentamos nos permite comprobar, la tantas vecesreiterada afirmación de la participación extranjera en el negocio indiano.TESTAFERROSMaría del DuquePetronila HecquardFrancisca LacombaCatalina LeyFrancisca PowerHipólita SabugoMaría Terrero y VázquezINVERSIÓN EN RIESGOSpesos de 16 reales112.62727.43421.92755.181766.3401.328.1251.956.959ACREEDOR REAL 14Haendrix y CíaClifford e Hijos y otrosLuis Desportes y SbnosCía. Ley, Van Halen, Hore y LangtonCía. Verduc y VincentCía. Girardon, Joguez y FeitHnos. Gilly y Cía.El número de estos testaferros fue mucho mayor, pero quizás por elvolumen de sus negociaciones merecía la pena destacarlas singularmente,sobre todo si se compara dentro del contexto general de los acreedores deriesgos marítimos; ellas están a la cabeza de las mayores inversiones en estetipo de escrituras, y algunos como Hipólita Sabugo y María Terrero y Váz-14 María del Duque, vecina de Cádiz era la mujer de Pedro Haendrix. A.H.P.C.: n. 6, leg.1171, fols. 210-0v. n.19, leg. 4488,fols. 2493-3v. y 2610-0v. Petronila Hacquard, vecina deCádiz, era la mujer de Alejandro Noel, y actuó de testaferro para la Cía. de Jorge Clifford eHijo (A.H.P.C.: n. 19, leg. 4487, fols. 331-2v y 333-5v.), para Tomás Rian y Cía. (n. 19, leg.4487, fols. 501-2v.) y Francisco Brethous (n. 19, leg. 4488, fols. 2341-2v.). Francisca Lacomba,vecina de Cádiz, estaba casada con Nicolás Luis Desportes, miembro de la Cía. Desportesy Sobrinos. Catalina Ley, era testaferro de la Cía. Ley, Van Halen, Hore y Langton,integrada por su hermano y cuñados. A.H.P.C.: n. 5, leg. 1028, fols. 193-3v. FranciscaPower era la esposa de Pedro Verduc, de la Cía. Verduc y Vincent. A.H.P.C.: n. 19, leg.4486, fols, 2670-2673, y leg. 4487, fols. 570-7. Hipólita Sabugo, era la mujer de Luis Feit,de la Cía. Girardon, Joguez y Feit. Los testimonios de su actuación como testaferro al serviciode esta compañía son numerosos. A.H.P.C.: n. 19, leg. 4487, fols. 1055-65; leg. 4488,fols. 1457-62 y 1467-90; leg. 4489, fols. 466-6v; leg. 4490, fols. 875-5v y 1<strong>03</strong>0-1v.


179quez 15 superan ampliamente la cifra antes expuesta. . En el caso de HipólitaSabugo, mujer de paja de la importante compañía francesa Girardon, Joguezy Feit, no sólo se limita su intervención a otorgar riesgos marítimos, sino quetambién canaliza la participación de esta compañía en las cargazones de losnavíos de registros 16 .La causa de una mayor utilización de mujeres como testaferros se debió,sobre todo, a las vinculaciones de parentescos que tenían con éstas,siendo quizás más seguro servirse de ellas que recurrir a extraños; no obstante,verificamos la existencia de más de un testaferro al servicio de algunascompañías, como la citada de Girardon, Joguez y Feit, en la que José Franciscodel Rey ejerce unas funciones de similares características a las de HipólitaSabugo.Si las principales cantidades invertidas en riesgos no proceden realmentede las mujeres, debemos considerar que los préstamos ocasionales decantidades, (generalmente entre los 500 y 5.000 pesos, cuyos destinatariosserían frecuentemente los pequeños comerciantes y los miembros de las tripulacionesde los navíos), proporcionan la verdadera medida de la participaciónfemenina en el comercio de Indias. Siempre que la inversión aumenta,sobre todo, a partir de los 10.000 pesos, casi todas ellas responden a testaferros(Francisca Lacomba, Petronila Hecquard, Rosa Lubelto, Josefa de Medina,María Bárbara Tomati, etc.) si no tan espectaculares como las anteriormentecitadas, no por ello dejan traslucir su papel de meras agentes al serviciode comerciantes extranjeros con los que estaban en muchos casos emparentadas.Además, el hecho de que no encontremos mujeres como comerciantesque negocien sus géneros en América (los contados casos que aparecenéstas como deudoras se deben al pago de los gastos que ocasionaba elviaje) y de que no aparezcan como comisionistas receptoras en América delos capitales invertidos en riesgos, nos lleva a considerar la participaciónfemenina en el comercio indiano como sensiblemente inferior a la que evi-15 El caso más espectacular de testaferro por el volumen de las transacciones que lleva a caboes el María Terrero y Vázquez , soltera y vecina de Cádiz aunque residía grandes temporadasen Sanlúcar de Barrameda. Era la apoderada del padre del poeta José Cadalso y actuó comotestaferro de la Compañía Gilly y Hermanos. A.H.P.C.: n. 19, leg. 4485, fols. 882-2v; leg.4486, fols. 1526-9v.; leg. 4488, 2501-2v. y 2607-8v.; leg. 4489, fols. 271-1v. y leg. 4493,fols. 19-24v.16 Así en una declaración y resguardo a favor de la citada Compañía reconoce pertenecer aésta del 1.022.100 pesos de 16 reales en escrituras de riesgos, la cantidad de 420.434 pesosy de 67.457 pesos en facturas de géneros para comerciarlos en Indias, eran de la Compañía35.222 pesos, todas estas negociaciones llevadas a cabo entre el 24 de Enero de 1752 y el 24de Mayo de 1753. A.H.P.C.: n. 19, leg. 4487, fols. 1025 - 31v.


180MANUELA FERNÁNDEZ MAYOLas mujeres gaditanas de mediados del siglo XVIII...dencian las escrituras de riesgos marítimos otorgados a sus nombres, siendosu intervención en el negocio indiano no sólo menor sino también más conservadora,como puede interpretarse el hecho de que sean ellas quienes enmayor número de casos otorguen riesgos de ida y vuelta, ya que al retorno aCádiz el pago se efectuaba a la misma acreedora, y en los riesgos sólo de idaoptarán preferentemente por el pago a receptores en América, antes quedejar en manos del deudor la remisión de las cantidades adeudadas.La presencia de mujeres extranjeras en Cádiz a mediados del sigloXVIII parece que fue insignificante dentro del grupo de los extranjeros, yaque no debe inducirnos a error la comprobación de sus apellidos tratándoseen gran número de casos de hijas o nietas de extranjeros a las cuales debemosconsiderar ya como españolas.La emigración era una práctica casi exclusivamente masculina, debidoa que los extranjeros casi siempre llegaban solos; los de condición humildeporque sabían que debían trabajar duramente para conseguir establecerse,dejando a sus mujeres en su lugar de origen y si, pasado los años, habíantenido suerte entonces las mandaban venir o retornaban a sus lugares deorigen. Sin embargo, la soltería fue mayoritaria en la emigración de comerciantes,quienes en muchos casos pertenecían a compañías familiares queenviaban a sus miembros más jóvenes a Cádiz para adiestrarlos en los negocios,y luego sustituirlos por otros parientes más jóvenes, teniendo en muchoscasos expresamente prohibido contraer matrimonio durante su estancia,en aras de que la dedicación a los negocios fuera más completa.El estudio realizado por Nadine Boddaert 17 de los testamentos otorgadosen Cádiz por mujeres extranjeras nos permite conocer la procedencia delas mismas. Así las naciones de origen de estas mujeres sería: Italiana (generalmentegenovesas) seguidas de francesas, irlandesas, portuguesas y turcas,aunque la práctica testamentaria no guarda relación exacta con la presenciade los efectivos femeninos, dependiendo de la costumbre de testar o no queexistiera en su país originario y de la clase social a la que pertenecían estasmujeres. Centrándonos en la colonia francesa se considera que el 94’7% delas mujeres eran casadas; de ellas el 75’86% lo estaban con franceses y sóloen el 10’34% con españoles. La mayoría de ellas contrajeron matrimonio antesde emigrar y su status social se correspondía preferentemente con la17 El mayor número de testamentos correspondió a las irlandesas (más del 49%), mientras quelas portuguesas que ocupan el cuarto lugar, sólo testan en dos ocasiones, igualadas con lasturcas. Boddaert, N. : “Presencia extranjera en el Cádiz del siglo XVIII: Las mujeres” en IIJornadas de Historia de Cádiz. Caja de Ahorros de Cádiz, 1983, pág. 45.


181clase media baja (tenderos al por menor, artesanos y las actividades relacionadasdirecta o indirectamente con el mar).Las condiciones de vida de las extranjeras cuando se encontraban sinmarido, ya porque falleciera, ya porque se hubiera embarcado en la aventuraamericana, serían muy difíciles, ante la imposibilidad de acudir a la familiapara que las socorrieran. De modo que las mujeres extranjeras en Cádiz formaronun grupo minoritario dentro de las mismas minorías, , por pertenecera un grupo social triplemente minoritario, sociológicamente, por ser mujeres,en una época en la cual la vida social y cultural está todavía casi enteramenteen manos de los hombres. Éticamente, por ser extranjeras. Cuantitativamente,por ser un grupo insignificante entre los extranjeros.En definitiva, el colectivo femenino gaditano de mediados de la centuriase vio afectado por las grandezas y miserias del comercio con América.Las grandezas, porque las fortunas de sus maridos comerciantes permitierona éstas elevar su status económico y gozar del lujo y refinamiento imperanteen la sociedad gaditana. Las miserias, en cuanto a la soledad y a veces trágicaexistencia, a consecuencia de los reveses económicos o la muerte delmarido en la empresa americana.BibliografíaBODDAERT, N. (1983): “Presencia extranjera en el Cádiz del siglo XVIII: Las mujeres”en II Jornadas de Historia de Cádiz. Caja de Ahorros de Cádiz, 1983.p.35-67.CRESPO SOLANA, A.: “El Patronato de la Nación flamenca de Cádiz en los siglos XVIIy XVIII: trasfondo social y económico de una institución piadosa” en StudiaHistorica. Revista de Historia Moderna, nº 23, 2002. págs. 297-329.DOMÍNGUEZ ORTIZ, A.: La sociedad española en el siglo XVIII. Madrid, Ed. Ariel,1963.FERNÁNDEZ MAYO, M.: El Cádiz de mediados del siglo XVIII. Estudio demográfico,social y urbano, Cádiz, 2004. Libro electrónico: ISBN: 84-609-9625-5.FERNÁNDEZ PÉREZ, P.: El rostro familiar de la metrópoli. Redes de parentesco ylazos mercantiles en Cádiz. 1700-1812. Madrid, Siglo XXI de España Editores,S.A., 1997, García- Baquero González, A (1976): Cádiz y el Atlántico (1717-1778). 2 vols. Escuela de Estudios Hispanoamericanos. Sevilla.PÉREZ LÓPEZ, A. J.: Teatro de la Legislación Universal de España e Indias. TomoXXVII. Madrid, 1798..SÁNCHEZ GARCÍA, J. Y ZAYAS RIQUELME, J. J.:”La mujer a través de los testamentos.Murcia, siglo XVIII” en Contrastes, Revista de Historia Moderna, nº 11,Universidad de Murcia, 1998-2000, pág.153-168.


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183CEM DIAS SEM SOMBRA E ÁGUA FRESCARenata Bastos da Silva*Ricardo José de Azevedo Marinho**ResumenEn X Jornadas Nacionales de Historia de las mujeres y V CongresoIbero americano de Estudios de Género: “Mujeres y Género: Poner y Política”,presentamos la ponencia: Dos candidatas en el debate sobre la formacióndel Brasil Contemporáneo, eran dos mujeres candidatas a la Presidenciade Brasil, en las elecciones de Octubre de 2010. Marina Silva, del PartidoVerde, la Senadora más joven y que estuve al mando como Ministra delMedio Ambiente del Gobierno del Presidente Luís Ignacio Lula da Silva (20<strong>03</strong>-2011). Y Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, fue Ministra-Jefede la Casa Civil del mismo Gobierno. Dilma fue la vencedora, entonces,escribimos sobre sus primeros cien días de gobierno. Esos días fueran designificativas mudanzas, en la naturaleza del Estado, como también en lasrelaciones con la sociedad civil, en muchos aspectos sin retorno a la situacióndel Gobierno anterior. El Gobierno Dilma nace con un intenso sentidode continuidad, dando secuencia a la orden anterior, que posibilitó a constituciónde un mix entre la mudanza y la permanencia en nuestras instituciones,consistieran en la dosis cierta del remedio que permitió al país saltarda condición de representante del Tercero Mundo para la ante-sala delPrimero Mundo.Palabras-claves: Gobierno Dilma; cien días; BrasilClasificación JEL: R5* Profesora de la Universidad del Estado del Rio de Janeiro y Doctoranda en Historia Socialde la Universidad del Estado del São Paulo. Correo electrónico renatabastosdasilva@usp.br.** Profesor de la Universidad do Grande Rio y Doctorando de la CPDA/UFRRJ. Correo electrónicoricardo.marinho@unigranrio.edu.br.


184RENATA BASTOS DA SILVA - RICARDO JOSÉ DE AZEVEDO MARINHOCem dias sem sombra...AbstracOn X nationals treks history of women and V Iberian American genderstudies: “Women and gender: power and politics”, presented the paper:Two candidates in the debate on the formation of the contemporary Brazil,two women candidates for the Presidency of Brazil, in the elections ofOctober 2010. Marina Silva, the Green Party, the young senator and thatwas Minister of the environment of the President Luis Ignacio Lula da Silva(20<strong>03</strong>-2011) Government. And Dilma Rousseff, Workers Party, was Ministra-Jefe of the Civil House the same Government. Dilma was the winner, then,we wrote about its first 100 days of Government. Those days were ofsignificant changes, the nature of the State, as well as in relations withcivil society, in many respect no return à situation of the previousGovernment. Government Dilma is born with a strong sense of continuity,sequence giving the above command, which made it possible to Constitutionof a mix between the move and stay in our institutions, they consistorian ina dose of the remedy that it allowed the country to jump gives status ofrepresentative of the third world to the anteroom of the first world.Keyword: Government Dilma; one hundred days; Brazil


185Para a X Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y V CongresoIbero americano de Estudios de Género: “Mujeres y Género: Poner y Política”apresentamos a comunicação intitulada: Dos candidatas en el debate sobrela formación del Brasil Contemporáneo, na qual apresentamos duas candidatasà Presidência do Brasil diante do debate sobre a formação do Brasilcontemporâneo, nas eleições brasileiras ocorridas em outubro de 2010. MarinaSilva, do Partido Verde, a Senadora mais jovem de nosso Parlamento e queesteve no comando do Ministério do Meio Ambiente durante parte do governodo Presidente Luis Ignácio Lula da Silva (20<strong>03</strong>-2011). E Dilma Rousseff, doPartido dos Trabalhadores, foi Ministra-chefe da casa Civil do mesmo Governo.Dilma foi à vencedora, e assumiu o Governo de nosso país em 1º de janeiro de2011. Seu primeiro destino ao exterior, na qualidade de Presidenta, foi visitara Argentina e, além de estar com a Presidenta Cristina Fernández De Kirchner,conheceu as mães e avós da Praça de Maio. Então, dando sequencia ao nossotrabalho, escolhemos escrever sobre os primeiros 100 (cem) dias de governoDilma Rousseff.Escrever sobre os primeiros cem dias do governo Dilma não se reduz auma reverência à moda jornalística. Eles foram testemunhas de significativasmudanças, quer na natureza do Estado, quer nas relações deste com asociedade civil, em muitos aspectos sem retorno à situação anterior. O governoDilma nasce com um intenso sentido de continuidade, o de dar sequência aordem pregressa, no suposto de que a trilha do governo anterior, que informaa constituição de um mix entre a mudança e a permanência em nossasinstituições, consistiram na dose certa do remédio que permitiu ao país saltarda condição de representante do Terceiro Mundo para a ante-sala do PrimeiroMundo.Mudanças que implicam num desvio da rota de navegação e nasconcepções e práticas que identificam no Estado o principal agente dodesenvolvimento e de promoção da ordem social. O caráter da permanência,embutida nas medidas iniciais de aparência técnica com o objetivo declaradode seguir o curso da estabilização monetária, se apresenta, na forma e nasubstância, como mudança, queiram ou não os seus promotores. Através dealgumas destas medidas suprimiu-se o papel dos sindicatos no corpo do Estadocomo intérprete dos interesses dos trabalhadores. A história da presençasindical no Estado, feita à margem da razão e lógica econômicas, teria criadouma patologia nacional, com a qual se faz romper. Para além dosprocedimentos técnicos julgados indispensáveis à modernização, afirma-seuma nova antropologia em que o brasileiro, afinal, se reconheça como modernono cumprimento de novos papéis, abandonando-se o cediço ethos particular


186RENATA BASTOS DA SILVA - RICARDO JOSÉ DE AZEVEDO MARINHOCem dias sem sombra...de só imprimir ênfase à comunidade em detrimento do indivíduo, ao públicoem favor do privado, ao povo em prejuízo dos livres interesses.Trata-se, pois, de uma revolução branca, nas palavras de GilbertoFreyre. Contínua, pelo menos na tentativa, quanto à forma do político, dasinstituições e da cultura política que, até então, presidiram a condução dogoverno anterior; mas descontínua no que diz respeito ao plano das intençõesque motivou a construção destes cem dias. Já aludimos à continuidade,manifesta no plano da forma, que distingue com nitidez o que se quer com aretirada do sindicalismo de um Estado burocrático-autoritário concebido noperíodo getuliano e redivivo ao seu modo no governo anterior. Falta argumentarsobre o tema da descontinuidade.É sabido que, na história da construção da ordem burguesa brasileira,a década de 1930 assiste a um grande movimento de consciência das elites,tantos entre as tradicionais como nas emergentes, sobre sua situação e sobreas possibilidades de êxito de um programa de modernização de largo alcance.Este vai ser um momento em que se toma distância do contingente,procurando-se antecipar pela razão os meios que projetassem a expansão daeconomia e o aprofundamento da ordem burguesa. Se se quiser, uma hora decálculo, estratégico, que importava privilegiar a política e a reformaconstitucional como recurso de mudança social, e não de sua preservação eestabilização.Espírito, portanto, oposto ao da Carta de 1891, com seu ideal liberalde um mercado que ignorava a regulamentação política e que reconhecia nasinstituições políticas somente o seu papel de reprodução das relações sociaise da sua estabilidade. Vigia entre os liberais avançados a ideologia spenceriana,que delegava à empiria da situação de mercado a possibilidades demodernização, implicando, como queria Alberto Sales, uma prevalência deSão Paulo na organização da Federação. O “menos diferenciado” - o atraso -, sob a influência retora do “mais diferenciado” - o moderno -, acabaria seincorporando à lógica deste último, como se supunha ter ocorrido na Federaçãonorte-americana.Na medida em que estes dois termos - atraso e moderno- não apareciam dissociados, como se deu com as antigas colônias norteamericanas,mas unificados sob a ação administrativa centralizada do mesmoEstado, o moderno - São Paulo - se esvaziava da sua capacidade de atraçãosobre o atraso. Para São Paulo realizar sua hegemonia no plano da Federação,fazia-se necessário hipotecar seu impulso transformador à política oligárquicados governadores, aos favores da clientela e ao sistema do coronelismo. Parase exercer, a modernidade paulista precisava pactuar com o atraso,


187entravando, de um lado, o seu potencial como universalizador das relaçõesmercantis, e, de outro, impedindo o alargamento do sistema político a fimde incorporar os novos seres sociais emergentes - os empresários industriais,os operários, os militares e as camadas médias (hoje, para alguns, o pomo dadiscórdia entre todas as forças).São Paulo, que pela sua situação de dominância das relações demercado, representava empiricamente o embrião do americanismogramsciano, se via bloqueado como promotor da modernização pelos seusnexos com o mundo das oligarquias agrárias atrasadas, preço que pagava poradministrar politicamente a Federação. Obstaculizado na sociedade civil, oprojeto da americanização toma o atalho do Estado. Nosso americanismoseria produto da razão, e não da empiria do mundo dos interesses.A nova razão republicana instituída em 1930, tecnocrática edisciplinadora, começa sua tarefa pela imposição do avassalamento políticodas antigas oligarquias à nova forma de Estado, a idéia de União subsumindoa de Federação. Regulam-se o mercado de trabalho, os sindicatos; definemseos princípios e os rumos de uma política industrial; reordena-se o capitalismobrasileiro de acordo com a nova configuração do sistema do capitalismomundial; cria-se em 1938 o sistema do mérito no serviço público, com oDepartamento Administrativo do Serviço Público (DASP), e se introduzem osprincípios do fordismo e do taylorismo a partir da própria administraçãopública.No cálculo estratégico da modernização, o público não prevalece sobreo privado para suprimi-lo e, sim, para realizá-lo. A própria expropriação políticada sociedade civil pelo Estado encontra base consensual: setores expressivosdas chamadas classes fundamentais - empresários industriais e sindicalismooperário - abdicam politicamente em favor de um Estado que se comprometecom a realização de objetivos de longo prazo que coincidem com seusinteresses - a primazia da indústria e a legislação social.A forma autonomizada do Estado é moderna, sobrepondo-se aosinteresses particularistas de curto prazo das classes economicamentedominantes, revestindo-se do caráter de representante em geral destasmesmas classes. A nova forma do Estado deriva, então, de uma situação deincapacidade da ordem privada de superar seu particularismo, que, na 1ªRepública, tinha feito do Estado um “comitê executivo das classesdominantes”, obrigando-o a gravitar em torno dos seus interesses de curtoprazo - a agroexportação. Foi esta incapacidade de conceber e praticar umaestratégia de longo prazo, numa sociedade em rápido processo de mudança -demográfica, social, cultural e econômica -, que conferiu à primeira forma


188RENATA BASTOS DA SILVA - RICARDO JOSÉ DE AZEVEDO MARINHOCem dias sem sombra...de Estado republicano, apesar da hegemonia paulista e da modernidade doseu mercado, uma natureza irremediavelmente atrasada em relação à suasociedade.Não cabe o argumento de identificar no Estado de 1930 mais umamanifestação de raiz ibérica e colonial. Sua forma não é, como tantos disseram,patrimonial (weberianamente falando) ou neopatrimonial, mas burguesa emoderna. Na sua origem esteve presente a recusa à marca “ibérica”: o “paísreal” é que deveria se constituir no objeto a ser transformado. O instrumentopara isto não podia ser o “idealismo da Constituição” no dizer de OliveiraVianna; o moderno deveria proceder da política, e de uma política queconcebesse e promovesse um projeto de modernização. Americanização “peloalto” que arrancasse o país da sua estreita rotina mercantil e o convertesseem produtor de mercadorias. Mais um traço deste americanismo de Estado -a ética do trabalho deveria ser induzida “de cima” como ideologia oficial.Decerto que, ao lado dessa transformação na natureza do Estado,elementos patrimoniais mantinham-sé presentes na sociedade e na sua culturapolítica. Na medida em que, entre a nova ordem e a anterior, não há corterevolucionário, e, sim, a superação de uma forma anacrônica de Estado poruma forma moderna, o caráter transformista deste processo vai permitir asobrevivência da cultura patrimonial no novo Estado. Progressivamente sevai assistir à conversão das câmaras corporativas no interior do Estado emcartórios empresariais, e à assunção de traços estamentais numa burocraciaque surgiu com o novo regime para a execução dos seus fins de modernização,processo que foi facilitado pela supressão do sistema da democraciarepresentativa e das liberdades públicas. Com o tempo, o império da políticasobre a economia vai evocar a lembrança do mercantilismo ibérico, oamericanismo dos fins deixando-se contaminar pelo tradicionalismo dos meios,até que estes pareçam consistir efetivamente naqueles.Para que este processo transpareça, porém, far-se-á necessário queaquela forma de Estado se esgote - e levará quase cinco décadas para tanto- no desempenho do seu papel modernizador. A denúncia do seu anacronismosomente poderá vir do amadurecimento da ordem privada, fruto da iniciativada dimensão pública, com a emergência de novos seres políticos e sociais quejá percebem no Estado Corporativo o obstáculo ao desenvolvimento daconstrução de suas identidades.A forma do Estado dos anos 1930 resistiu ao desaparecimento de muitasdas circunstâncias que o viram nascer, sobretudo as internacionais, com avitória dos aliados na Segunda Guerra Mundial. Camaleônica na visão de CaioPrado Júnior, coexistiu com o liberalismo moderado da Carta de 1946, abriu-


189se à presença dos sindicatos autonomizados a partir de 1953, democratizandosesob pressão da sociedade. A dimensão pública, e de algum modo até nosmomentos autocráticos, adquire e reforça sua legitimidade pelo seu papel decrescente protagonismo em matéria de desenvolvimento econômico e dejustiça social. Isto, e mais toda uma tradição de um Estado que antecederealmente a Nação, criou as bases de uma cultura política que não se reconheceapenas pela perspectiva do interesse, fato que se reforça pela inexistênciade uma vocação pública das elites economicamente dominantes, entesexclusivos do mercado e pouco afeitos a ideologias universalizadoras pelasimples razão de que a ideologia do Estado sempre foi a sua.A idéia da pervivência do modus operandi a la Lula por Dilma do Estadose confronte, então, não com algo que lhe seja ontologicamente diverso,mas com uma circunstância nada aprazível a essas instituições que deramânimo e possibilidade de expansão para a ordem privada. Instituições que,além disto, pela ideologia nacional-popular e por sua capacidade de mudançaàs novas situações - como, por exemplo, a Justiça do Trabalho -, souberam secredenciar junto a seres subalternos da modernidade capitalista, como ossindicatos e as associações populares. Daí que estes cem dias sem sombra eágua fresca se revista do caráter de uma revolução branca, tendo comopreliminar a supremacia do Executivo sobre o Legislativo e o sindicalismo,fortemente identificados, estes dois últimos, com o significado tradicionalde prevalência da dimensão pública sobre a privada no Direito brasileiro.Dar sequência ao americanismo pela via Lula implica nesse momento énegá-lo em decorrência de seu mergulho de cabeça em nossa própria históriade construção da ordem burguesa, supondo como possível o estabelecimentode um novo ciclo de hegemonia a partir dos fundamentos do ciclo anterior ea reconstituição da esfera pública como homóloga às relações dominantes naesfera racional-legal. As dificuldades para que o americanismo de Estadoseja sucedido pelo americanismo da sociedade civil, embora estes sejamcontínuos do ponto de vista da intencionalidade do ator dos anos 1930 e docontemporâneo - expansão da acumulação capitalista, fortalecimento douniverso racional-legal -, está em que, entre um e outro, medeia o movimentoconcreto dos seres sociais e políticos, que foram impondo ao longo do temponovos e inesperados significados para a dimensão pública.Mais concretamente: o fato de a ordem burguesa ter sido resultado deuma ampla coalizão nacional-popular, que envolveu os sindicatos e os partidosdemocráticos de representação popular, põe em evidência a singularidade doamericanismo brasileiro. Aqui, a americanização não consiste em invençãonova, oposta, como alguns preconizam, a uma situação neopatrimonial que


190RENATA BASTOS DA SILVA - RICARDO JOSÉ DE AZEVEDO MARINHOCem dias sem sombra...ainda domine as relações do Estado com a sociedade civil. O anacronismo doEstado corporativo não impõe, como alternativa lógica ou histórica, a soluçãofáceis e simples de modernização num contexto de crise a que vivemos desde2008.Além disso, a conjuntura vigente consiste em mais um desafio à Cartade 1988, cuja filosofia política foi a de preservar, sob modalidade democrática,a herança da política republicana de primazia do público sobre o privado. Daíque a tentativa do atual Executivo de dar seqüência ao americanismo pelavia Lula a conduziria à ultrapassagem anacrônica dos demais Poderes, fatocompletamente distante em tudo dos ventos do Oriente, pois conferiria àquele“poderes constitucionais” permanentes, sob o pretexto de se agilizar aadministração financeira do país em face da ameaça inflacionaria.Lulismo latente, auto-investindo-se a chefe do Executivo darepresentação dos interesses de longo prazo das classes economicamentedominantes e do papel de guardião em geral da estabilização da ordemburguesa. Ênfase nos meios em detrimento dos fins, ética de responsabilidadeem conflito aberto com uma ética de convicções, perseguição de objetivosracionais-legais que dispensa o compromisso com os tempos da política,legitimação das motivações da chefe do Estado pela governança modernizadorae não carismática, eis o contexto em que já se podem ver a possívelinstrumentalização da ordem constitucional e da legitimação racional-legal.A condição para o êxito dessa revolução branca estaria na abdicaçãopolítica da fortuna. Como isto não ocorre, quer porque inexistam condiçõesconcretas para sua realização - como se verificou na querela com o sindicalismosobre a questão do salário mínimo -, quer porque o mundo do interesse seimagina melhor defendido sem delegar a outrem seus direitos sobre si mesmo.Dai que da revolução branca ora em curso não se vê como se transitar para asolução Lula de velho tipo, solução que, ao menos por ora, somente podeexistir no plano da fantasia.Entre nós, tem-se visto, a indução da americanização não surge comoum projeto de liberais, e não há nada que indique que o processo deaprofundamento da modernização requeira a sua filosofia política e prática.O mundo contemporâneo é farto de exemplos na direção contrária, comoatestam as inúmeras experiências modernizadoras de vários países. No ConeSul, a via da americanização está associada à experiência de Cristina Kirchner,tornada possível através de uma radical filiação a ideologia de Monteiro Lobato,cujo resultado ainda é incerto.Nestes cem dias se fez claro que a sociedade não é estranha à idéia eà necessidade de uma reforma da via Lula do seu Estado e de alguns


191fundamentos da sua economia, desde que concertada por todos os seusrepresentantes e associações. Dar seqüência a americanização não é obrapara o governo de um, mas para o governo de todos. Aqui, o americanismonão consiste em mais um modelo a ser copiado. Se chegamos a ele por umcaminho tortuoso e em conflito descabido com o iberismo, cabe agoratransformá-lo, modernizando a sociedade e o seu Estado. O desafio que aindapersiste depois destes cem dias não está no conflito entre o moderno e oatraso, mas entre mais democracia e menos democracia, e se a Presidentadeseja lograr êxito, terá de concertar a cooperação das instituições políticasda sociedade e ela própria com ela.No dia 22 de abril, dia do “descobrimento” do Brasil do ano de 2011Referências BibliográficasALENCASTRO, Catarina. ÉBOLI, Evandro. Marina defende “Estado mobilizador”. In:O Globo. Coluna: O País. Rio de Janeiro, 11 de junho de 2010. p. 3.ARAÚJO, Clara. Partidos Políticos e Gênero: Mediações nas rotas de ingresso dasmulheres na representação política. In: Revista de Sociologia Política. Curitiba.24. p. 193 – 215. jun. 2005.ARAÚJO, Clara. SACALON, Celi. Gênero e a distância entre a intenção e o gesto. In:Revista Brasileira de Ciências Sociais. 21. nº 62 outubro/2006. p. 45 – 68.ARAÚJO, Clara. ALVES, José Eustáquio Diniz. Impactos de Indicadores Sociais e doSistema Eleitoral sobre as Chances das Mulheres nas Eleições e suas Interaçõescom as Cotas. In: Dados. Revista de Ciências Sociais, Rio de Janeiro, vol. 50, nº3, 2007, pp. 535 a 577.ARIAS, Juan. Los verdes brasileños presentan a Silva sin maquilaje electoral. In: ElPaís. Rio de Janeiro, 24/<strong>03</strong>/2010.__________. Marina Silva presenta su revolución verde. In: El País. Rio de Janeiro,20/<strong>03</strong>/2010.__________. La candidata Rousseff presenta al PT un proyecto a la izquierda deLula. In: El País. Rio de Janeiro, 17/02/2010.BARÓN, Francho. La transformación de Dilma Rousseff. La candidata del PT parasuceder a Lula cambia su imagen de tecnócrata. In: El País. Rio de Janeiro,20/05/2010.DIAS, Maria Odila Leite da Silva. Novas subjetividades na pesquisa histórica feminista:uma hermenêutica das diferenças. In: Estudos Feministas. N. 2. Florianópolis.1994. p. 373 – 382.FALCÓN, Lidia. Memórias políticas (1959-1999). Vindicación Feminista: Madrid, 2002.FINAME, Claudia Maria. CARVALHO, João Eduardo Coin de. Mulheres candidatas:relações entre gênero, mídia e discurso. In: Estudos Feministas, Florianópolis,14 (2): 248, maio-agosto/2006. 347 – 362.


192RENATA BASTOS DA SILVA - RICARDO JOSÉ DE AZEVEDO MARINHOCem dias sem sombra...FREYRE, Gilberto. Ingleses no Brasil. 3ª Ed. Rio de Janeiro: Topbooks, 2000.GRAMSCI, Antonio. Cadernos do cárcere, volume 5. Rio de Janeiro: CivilizaçãoBrasileira, 2002.GUALDONI, Fernando. “El éxito de Lula también es el mío”: entrevista Dilma Rousseff– Candidata a la presidencia de Brasil. In: El País. Madrid, 19/06/2010.KIRCHNER, Cristina Fernández De. Reinações de Kirchner. Folha de São Paulo. CadernoMais! São Paulo, domingo, 25 de abril de 2010.LOBATO, Monteiro. Las travesuras de Naricita. Prólogo de Cristina Fernández deKirchner. Traducción de Ramón Prieto. Ilustraciones de Paulo Borges. EditorialLosada: Buenos Aires, 2010.PRADO JÚNIOR, Caio. (1995) [1942], Formação do Brasil contemporâneo. São Paulo,Brasiliense.SANCHES, Mariana. “O Brasil precisa antecipar o futuro”. Entrevista Marina Silva. In:Época. 647º ed. Rio de Janeiro, 24 de maio de 2010. p. 54 – 57.SILVA, Renata Bastos Da. A Política de Caio Prado Júnior na Constituinte Paulista. In:Escritas/ Revista de responsabilidade do Colegiado de História de Araguaína,da Universidade Federal do Tocantins – v. 2, n.2 (2010). Goiânia: Kelps, 2010.pp. 147 – 160.VIANNA, Luís Werneck. Liberalismo e sindicato no Brasil. 2ª Ed., Rio de Janeiro: Paze Terra, 1978._________________. A revolução passiva: iberismo e americanismo no Brasil. Rio deJaneiro: Revan, 1997.VIANNA, Oliveira. O idealismo da constituição. 2ª Ed. Rio de Janeiro: CompanhiaEditora Nacional, 1939.


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195PEDRO LEÓN GALLO Y SU VISIÓN REGIONALISTAAdolfo Zaldívar Larraín*ResumenEste ensayo tiene el objetivo de rescatar la figura de Don Pedro LeónGallo, desde un prisma diferente por el cual lo conoce la sociedad chilena,sobre todo nuestra elite política é intelectual. El propósito de ofrecer unaforma distinta que permita comprenderlo un poco más, por ello es queintentamos en éste trabajo reivindicar su figura prócer desde su sentir regionalista,totalmente opuesto a un sistema económico cuya sede centralse encontraba en Santiago.Palabras claves: regionalismo, centralismo, revolución, economíaClasificación Jel: ZOAbstractThis essay aims to recover the figure of Don Pedro León Gallo, from adifferent prism through which known Chilean society, especially our politicaland intellectual elite and the purpose of providing a different way tounderstanding a little more. That is why we tried in this work, claim himhero from regional sense, totally opposed to an economic system whoseheadquarters was in Santiago.Keywords: regionalism, centralization, revolution, economy* Embajador de Chile en Argentina.


196ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...IntroducciónPoco se sabe en Chile, hoy, de Pedro León Gallo. No hablo de la falta deconocimiento de la gente, sino de nuestra elite política e intelectual. Sóloalgunos saben algo de él. Cuando mucho, se le vincula con Chañarcillo y elauge de la plata. Unos pocos saben que encabezó la revolución de 1859.Pero, ni siquiera ellos conocen los hitos de ese enfrentamiento, menos suscausas, ignorando lo que estaba en juego y las consecuencias del desenlacepara nuestro proceso político.¿Dónde estaba Pedro León Gallo? Es la pregunta que debemos hacernos.Y, al mismo tiempo, tratar de encontrar el por qué del ostracismo a quefue llevada su memoria política.Pedro León Gallo fue el líder indiscutido de la revolución de 1859, quepuso en entredicho al gobierno de Manuel Montt, cuestionándolo fundamentalmentedesde su posición regionalista, fundada en causas plenamente vigentesen el Chile actual.Podemos afirmar que Pedro León Gallo es el precursor del regionalismoen nuestro país. Sin embargo, no ha merecido la preocupación que a nuestrojuicio se merece.Sólo recién hace unos años y gracias a la Fundación Tierra Amarilla, quepreside el ex senador y empresario minero del Norte Grande, don Jonás GómezGallo, los estudiosos y amantes de los procesos políticos se han podido encontrarcon dos excelentes obras dedicadas a rescatar una parte valiosa de nuestrahistoria que había quedado en el olvido y perdida en el tiempo.La primera de las obras, cuyo autor es el Premio Nacional de Historiadon Sergio Villalobos, titulada “Pedro León Gallo Minería y Política” nos proporcionauna documentada visión del espacio y el tiempo social y político delos hechos que nos motivan. En este libro, editado en marzo del 2009, se nosmuestra las costumbres y tradiciones propias de las zonas mineras y, porcierto, la pujanza y riqueza de la provincia de Atacama, entregándonos antecedentesde un desarrollo empresarial de todo orden. Da cuenta de su explosivocrecimiento urbano y demográfico, marcadamente cosmopolita y nosmuestra el surgimiento de una elite dirigente empresarial y política que rivalizacon la santiaguina, la de Valparaíso y la de Concepción en muchos órdenesde cosas 1 .El segundo libro, la biografía de Pedro León Gallo, cuyo autor es el expresidente de la Cámara de Diputados, don Jorge Ibáñez, nos revela al hombrede excepción que fue el caudillo atacameño. Y rescata al insigne político,1 Sergio Villalobos R., Pedro León Gallo. Minería y política, Fundación Tierra Amarilla,Santiago 2009.


197liberándolo del peso del silencio y de la larga noche que interesadamentehicieron caer sobre él 2 .Ibáñez, con su aguda sensibilidad, nos sitúa en el tiempo del conflicto,mostrándonos las fuerzas que se enfrentan con sus matices e intereses enjuego. Por primera vez comienza a verse la profundidad del conflicto y lasconsecuencias que iba a tener en nuestro país.La obra de Ibáñez tiene un mérito adicional: no sólo avanzó en la vetaregionalista de Gallo, sino que nos devela el conflicto político que don PedroLeón tuvo después de la revolución de 1859 con el otro prócer radical, donManuel Antonio Matta. De esta forma nos deja abierto el camino para avanzarhacia otro desafío ineludible, la necesidad de investigar el desencuentroentre ambos que estimamos crucial para el devenir del Partido Radical y susconsecuencias en las coaliciones políticas en el período comprendido entre1871 y 1891, desde Errázuriz Zañartu a José Manuel Balmaceda. También,será la oportunidad para analizar, en forma paralela, los comportamientos deconservadores, liberales y monttvaristas situados en nuevos contextos y realidadeseconómicas y sociales.Exigirá igualmente un estudio acucioso del desarrollo económico experimentadopor Chile entre 1830 y 1880. El ingreso del país al comercio mundialgracias al auge de la minería, especialmente la del cobre, traerá consigono sólo la materialización de importantes obras de infraestructura y de modernización,sino que también un cambio cultural en la sociedad chilena. Lospartidos políticos no estarán ajenos a estos nuevos aires, incluso serán sobrepasadospor el surgimiento de nuevas corrientes políticas.A propósito de Pedro León Gallo, se podrá recrear esta historia del grancambio que Chile experimentó en la segunda mitad del siglo XIX.Estamos ciertos que él no es la figura central de la historia nacional.Pero, para comprender la verdadera historia del cambio que Chile experimentaen este período de cruciales transformaciones económicas y políticas,se le debe tener como una de las figuras más representativas de la época, porel rol indiscutido que juega en la revolución de l859, que puede ser consideradacomo un verdadero punto de inflexión en el desarrollo político institucionaldel país en el siglo XIX.Este modesto ensayo no pretende llenar el vacío histórico que estamosdemandando, simplemente nos limitamos a anticipar algunas reflexiones dela investigación que tendrá que hacerse para entregar un análisis profundode este crucial período, que permita focalizar los problemas que configuranlas estructuras de poder de esa época.2 Jorge Ibáñez Vergara, Pedro León Gallo, Ms. en proceso de edición, Santiago 2010.


198ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...El líder regionalistaPedro León fue hijo de una de las familias más poderosas de su tiempo,que lejos de asumir la defensa de los legítimos intereses de los suyos, por suextrema sensibilidad, se siente llamado a luchar en su Patria por un cambiopolítico revolucionario en beneficio del regionalismo y de las libertades públicas.Pedro León Gallo tenía 29 años cuando se rebela en Copiapó, su ciudadnatal, contra el poder constituido, lo que le lleva a mostrar su enorme capacidadde acción y liderazgo por sobre cualquier otro dirigente de su tiempo.Es así como enfrenta a quienes detentaban la suma del poder, prácticamentesin contrapeso en nuestra sociedad de mediados del siglo XIX. Lohace con la decisión y entrega de los que se saben llamados al servicio decausas superiores.Su compromiso con la causa es pleno, tanto en lo personal como en lomaterial. Gallo no sólo arriesga su vida en el campo de batalla, sino que poneal servicio de la revolución una de las más grandes fortunas de su tiempo. Enla batalla de Los Loros, se cuenta que los revolucionarios acuñaron balas deplata. Su magnanimidad y generosidad, lo llevó también a asumir las deudasresultantes de la empresa. Su madre, doña Candelaria Goyenechea, ante elexilio de su hijo, se responsabiliza personalmente y hasta el fin de sus días,de la mantención de las viudas y huérfanos de los soldados caídos bajo elmando de su hijo en los campos de batalla.Doña Candelaria transmite a sus nueve hijos, especialmente a PedroLeón su profundo sentimiento regionalista. Ella, en sus largos 88 años devida, no se movió de Atacama. Cuando quedó viuda no emigró a Santiago ni aEuropa a disfrutar de sus bienes. Por el contrario, los administró personalmentecomprometiéndolos en el desarrollo industrial y minero y en todas lasobras de adelanto de Copiapó. Fue la principal financista del ferrocarril queunió en 1851 Copiapó con Caldera. Su compromiso y el de su hijo con su tierray su gente fue absoluto.Antes de la irrupción de Gallo en la escena política, hubo algunos intentosde rebelión e inconformismos contra el régimen Portaliano. Esos primerosbrotes no calaron a fondo o no significaron una real amenaza al sistema.Incluso, la cruenta revolución de 1851 no alteró para nada el poder imperante.Fue una rebelión de los militares de Concepción, liderados por elGeneral José María de la Cruz y respaldada por una reducida elite de jóvenespolíticos e intelectuales liberales que no respondía a causas económico socialesde fondo. Representaban el descontento contra el régimen autoritarioy el intervencionismo electoral presidencial.


199La revolución del Norte, la de Copiapó, la de Pedro León Gallo fuediferente. No fue sólo un desafío al régimen presidencial autoritario, sinoque a la institucionalidad misma. Era la demanda regionalista, fundada enlas causas que estaban cambiando el orden económico social imperante desdela colonia. Era la exigencia del Chile que había entrado a participar delcomercio internacional, empujado por el desarrollo comercial y financierode Valparaíso y por la fuerza de la minería de Coquimbo y principalmente deAtacama.Ahora eran las provincias las que reclamaban por participación y espacio.Y no cualquiera, sino que una de las más ricas y prósperas, donde laexplotación de la minería había permitido cambiar las condiciones de vida yde trabajo no sólo en Atacama si no que había contribuido decisivamente amarcar el curso de la economía nacional.Esta demanda fue asumida por un grupo de dirigentes, que tenía claraconciencia de lo que quería y de lo que estaba en juego y, además, fue conducidapor un líder carismático y consecuente.Entorno económico y social: comercio y mineríaDesde 1820 venía desarrollándose un nuevo orden económico en elpaís. Al comienzo lentamente, pero de forma constante y sólida, se fue introduciendouna economía de fuerte impronta hacia afuera, donde el comercioexterior se constituyó en el motor del desarrollo y el crecimiento. En estanueva realidad el verbo rector del comercio se conjugó en Valparaíso y el dela minería en Atacama, pero el cambio y las transformaciones alcanzaron atodo el país. Nadie pudo marginarse o pretender ignorarlo.En efecto, con la apertura al comercio internacional, como consecuenciadel Decreto de 1811 sobre la libertad de comercio, se iniciaría en el paísuna profunda transformación económica.Todo este inmenso proceso comprometió vitalmente a lo más significativode las nuevas generaciones, y, desde ellas, Pedro León Gallo será sinduda uno de los protagonistas más privilegiados de su tiempo.Por cierto Santiago no podía ignorar esta realidad. La modernidad, elcambio y la riqueza se conjugaban fuera de la capital, pero sus consecuenciasla penetraban por sus cuatro costados.Chile de mediados del siglo XIX era totalmente diferente al de la Independencia.No sólo había dejado atrás el largo período colonial y el tutelajeespañol, sino que junto con consolidar instituciones republicanas respetablesse estaba abriendo a un nuevo orden económico.


200ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...Esta nueva realidad que se abría paso en los hechos diarios, gracias aldinamismo de nuevos y vigorosos emprendedores, tendrá un reconocimientoen la nueva y moderna institucionalidad económica. Al efecto, se promulgaronla ley de Bancos, la de Sociedades Anónimas y el nuevo Código de Comercio,cuyo autor fue el catedrático argentino a la fecha en Chile, don GabrielOcampo.De una economía agrícola limitada a satisfacer el mercado interno y sólomarginalmente exportadora de algunos excedentes, como cebo, cueros, trigo,harina y algo de cobre, ocasionalmente para los requerimientos de la armeríareal española, que no pasó nunca de 1.000 toneladas anuales hasta 1810, sedio paso a una economía abierta al mercado internacional, en constante crecimientoque fue marcando en forma ininterrumpida nuestra economía.La apertura al comercio exterior abrió los horizontes del país. Su reducidomercado interno no aseguraba, ni entonces ni ahora, la posibilidad dedesarrollar una economía que nos permitiera crecer.Chile necesitaba imperiosamente entrar al mercado internacional exportandominerales e importando toda clase de manufacturas y maquinarias.Por su parte, Inglaterra, potencia económica dominante, necesitaba mercadopara sus productos y al mismo tiempo proveerse de materias primas parasu industria.Las manufacturas importadas, preferentemente británicas invaden elmercado nacional y como contrapartida nuestras exportaciones fueron minerales,principalmente de cobre.Sin la minería no habría sido posible entrar a dicho circuito. Gracias aella el país tuvo la contrapartida para pagar las manufacturas importadas. Sudinámico crecimiento hizo atractiva la plaza para las grandes Casas ComercialesInglesas. Los británicos encontraron la materia prima para que su país desarrollasesu poderosa industria del cobre y que su actividad comercial fuerarentable y segura no sólo con Chile, sino que además con Perú, Ecuador, provinciasdel interior de Argentina e incluso con algunos países de América Central.El cobre se constituirá en el principal medio de pago y fue determinantepara el crecimiento económico chileno y lo ha sido hasta nuestros días.Como consecuencia de esta mutua conveniencia y necesidad, entreambos países se consolidó una sólida relación que llegó a comprometer cercadel 40 % del comercio exterior del país con Inglaterra. También Chile tuvosignificativos intercambios con Francia, Alemania, USA, Perú y otros veintepaíses. Pero, sin lugar a dudas Inglaterra fue el más importante socio comerciale inversionista financiero 3 .3 Ver Anexo 1.


201En el país, preferentemente en Valparaíso, se establecieron importantesCasas Comerciales Inglesas tales como Williamson Duncan; Gibbs & Co;Huth Crunning & Co; Duncan Balfour y Cia y otras. También se instalaron enforma más reducida norteamericanas como Soring & Co, Alsop & Co; Hemingway& Co y otros, que lideraron el comercio exportador y que además promovieronel desarrollo del cobre abriendo un fuerte poder comprador; prestarondinero e hicieron inversiones directas en yacimientos, ya sea asociándosea mineros chilenos o bien iniciando faenas propias 4 .Es preciso tener presente que en esa época se explotaban yacimientosde cobre en territorio británico, cuya producción se hizo prontamente insuficientepara satisfacer su creciente demanda de consumo interno y, comoademás, su industria de cobre tenía requerimientos de productos elaboradospara exportar a terceros países, resultaba imprescindible que Inglaterra aseguraseun proveedor de esta vital materia prima para el desarrollo de supoderosa industria.Por otra parte, la producción interna británica de mineral era de bajaley, para la década de 1840, entre un 5 a 10%. De sus proveedores externos,Cuba contaba con minerales que oscilaban entre el 12 al 25%, mientras quelos de Chile se situaban entre el 20 y el 60%. Al productor chileno le bastabatener un promedio de sólo el 25% para desplazar a cualquier competidor porproductividad neta, incluso pagando un mayor flete por la distancia entreValparaíso y las fundiciones inglesas establecidas en la zona de Swansea.De esta forma, entre los años 1835 y 1865, Chile se transformó en elprincipal y único exportador de cobre a Inglaterra, tanto de mineral, comode semielaborados y de los tratados en forma básica denominados “régulus”.La importancia de Chile como el mayor proveedor de cobre para laindustria británica y por consiguiente mundial, queda reflejado en un hechoque se mantiene inalterable hasta el día de hoy: y es que el cobre se transa anoventa días en la Bolsa de Metales de Londres, por el simple hecho que erael tiempo que se demoraba un barco en transportar desde el puerto de Valparaísohasta Inglaterra su carga del codiciado mineral.Tanto en las exportaciones de mineral en bruto como en los “régulus”,e incluso en los semielaborados, los importadores ingleses se llevaban librementetanto el oro como la plata sin pagar nada a cambio al productor nacionaly que ellos recuperaban en sus procesos mas sofisticados de fusión.Cada lingote de un quintal de cobre elaborado o semielaborado (46kg.) se presume, según expertos metalurgistas, que contenía entre tres a4 Ver Anexos 2 y 3.


202ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...cuatro onzas de oro y cerca de dos kilos de plata, dada la altísima ley decontenidos de esos minerales.Este negocio adicional vino a representar al importador británico unamás que significativa entrada extra, sobretodo si se tiene en cuenta queChile exportó oficialmente a Inglaterra, según estadísticas basadas en losregistros del Foreign Office, 1.237.000 toneladas de cobre entre 1820 – 1880.Lo anterior adquiere mayor relevancia aún por el hecho que las cifrasoficiales del Foreign Office, según el historiador Eduardo Cavieres, la mayorautoridad en la materia, autor del libro “Comercio Chileno y ComerciantesIngleses 1820 – 1880: Un ciclo de Historia Económica”, sólo representan el60% de la realidad, por cuanto hubo un alto porcentaje de contrabando osimplemente se declaraba menos en los manifiestos de embarque a fin eludirel pago de impuestos tanto en Chile a las exportaciones como a las importacionesen Inglaterra 5 .Considerando lo anterior, las cifras reales, en esos 60 años, son delorden de 2 millones de toneladas de cobre exportadas a Inglaterra; en consecuenciaentre ellas libremente salieron del orden de 6 toneladas de oro yunas 90 de plata, por la falta de capacidad en los procesos de tratamientonacionales. Esto tiene esa explicación y es comprensible para la época. Pero,no tiene justificación alguna que hoy estemos exportando del orden de 2millones de toneladas de cobre anuales como concentrados, en el que tambiénva incluido oro y plata, donde el certificado de contenido del mismo nogarantiza plenamente los porcentajes reales.De esta forma creció el comercio de toda clase de mercaderías y maquinariasextranjeras. Junto con promoverse nuestros productos de exportaciónse desarrollaron bancos y se facilitó el crédito. Creció un vigoroso tráficonaviero, que demandó servicios y promovió el desarrollo de materias primaspara garantizar el viaje de retorno de los barcos con carga útil y tantasotras actividades y servicios necesarios para complementar esta dinámicaactividad de comercio internacional.Valparaíso y el comercio internacionalEs así, como Valparaíso se transformó en una gran ciudad comercialque dinamizó y modernizó la economía nacional y la de los países vecinos.5 En estos aspectos que configuran el entorno económico de la época, nos basamos en algunostrabajos de Eduardo Cavieres F., Premio Nacional de Historia, y en particular en Comerciochileno y comerciantes ingleses, 1820-1880. Un ciclo de historia económica, UniversidadCatólica de Valparaíso, Valparaíso 1988 [2ª edic., Editorial Universitaria, Santiago 1999].Ver Anexo 4.


2<strong>03</strong>Alcanzó el mayor crecimiento urbano del país y ya en 1865 contaba con unapoblación de 70.000 habitantes. En esos años, Santiago tenía 115.000 almas.Junto al desarrollo económico, en este puerto se vivió también un fuerteauge cultural. Entre otros logros, y como es bien sabido, hubo circulación dediarios entre los cuales destaca El Mercurio, el periódico más antiguo dehabla hispana. Bartolomé Mitre quien fuera después Presidente de Argentina,fue Director del diario El Comercio.Intelectuales, poetas y políticos pululan en sus cerros. Cabe consignarla presencia del exiliado tucumano Juan Bautista Alberdi, quien en 1852 redactaen Valparaíso, las Bases y Puntos de Partida para la Organización Políticade la República Argentina.Se construyen grandes mansiones y centros comerciales, se abren espaciospúblicos y planifican grandes Almacenes Fiscales para depositar productosde otros países y facilitar su reexportación.Valparaíso se constituye en un centro financiero internacional, se crea laBolsa de Comercio y se establecen bancos de activa presencia y capacidad decrédito para la pujante actividad comercial e industrial en el país, participandoen múltiples emprendimientos industriales, mineros y comerciales en elárea del Pacífico Sur. Entre otras la mina de plata de Caracoles en Bolivia, lacual se desarrolló gracias a la constitución de veinticuatro sociedades anónimasque aportaron £ 1.939.119 ($9.695.600) e hicieron posible su explotación.Valparaíso llega a ser el puerto más importante del Pacífico Sur. Es un“Interport”, un enclave comercial, que facilita la intermediación en su condiciónde puente. Es un terminal para las manufacturas y maquinarias dediversos orígenes, mayoritariamente británicas, también germanas, peruanas,bolivianas, francesas, de América Central y otros. Es un gran centro derecepción y de distribución de mercaderías.Desde allí se reexportan mercaderías británicas, germanas y francesasal Perú, a las provincias del interior de Argentina, a Ecuador y Bolivia. A esteúltimo país se les enviaban vía el puerto de Cobija, para luego ser trasladadasa lomo de mula a las sierras altiplánicas de las ciudades de Oruro, Potosí,La Paz y Cochabamba. A su vez, Valparaíso recibe productos peruanos y bolivianoscomo guano, salitre y otros minerales y también es depositario deproductos de América Central como maderas, café e índigo, todas ellas paraser reexportados a Inglaterra y a otros países europeos 6 .Como hemos dicho anteriormente este creciente comercio internacional,sólo fue posible por la estabilidad y seguridad jurídica y porque Chile, ya6 Se puede ver, igualmente, Eduardo Cavieres, Comercio chileno y comerciantes ingleses…,especialmente Cap. 3.


204ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...en esos años se había ganado el respeto de los círculos económicos británicosy mundiales por su irrestricto cumplimiento en el pago de su deuda externa,además por la vigorosa respuesta en la producción de cobre y también deplata.El rol jugado por los comerciantes ingleses y sus casas comerciales, fuedeterminante para establecer las condiciones y las bases objetivas que facilitaroneste inmenso proceso de intercambio. Ellos fueron los gestores deesta nueva realidad comercial internacional en nuestro país y en el área delPacífico Sur.Los ingleses abrieron estos mercados para sus productos elaborados yal mismo tiempo con los retornos de materias primas aseguraron el desarrolloindustrial de su paísLa minería en Atacama y Coquimbo.Quienes vendían a Chile diversas manufacturas y maquinarias tenían lanecesidad de que sus barcos no retornaran vacíos, por tanto requerían transportara sus países de origen carga útil, de esta forma encontraron en losproductos mineros la solución, hecho determinante para el desarrollo delsector.Las provincias mineras del norte, Coquimbo y Atacama experimentaronun fuerte crecimiento económico. Se pasó de una etapa artesanal o primitivaa una industrial, gracias a la demanda especialmente de cobre y a lascuantiosas inversiones, modernas maquinarias y crédito abundante.El distrito minero de la provincia de Coquimbo tenía importantes yacimientosde cobre, como La Higuera, Andacollo y Ovalle. Sin duda que el másfamoso fue la mina de Tamaya de propiedad de don José Tomás Urmeneta,quien además fundó las fundiciones de Guayacán con 30 o 40 chimeneas ycon una producción de 2.600 toneladas anuales de cobre y la de Tongoy; quefueron los dos establecimientos mineros más importantes de América del Sur.También construyó ferrocarriles para transportar sus minerales a puertos quehabilitó. Y tenía su propia flota de vapores.Coquimbo era el puerto de salida de los productos mineros de estedistrito. Aquí se instaló una significativa colonia británica que fueron representantesde las principales casas comerciales inglesas y también participaronen actividades mineras directamente 7 .7 Ver Anexo 5.


205Chile, a partir de 1840, producía 7.500 toneladas anuales de cobre querepresentaban el 40% de la producción mundial. Hoy es el primer productor ysupera las 5.500.000 toneladas de cobre fino. Un salto gigantesco.En el país llegaron a establecerse 249 fundiciones de cobre hacia 1867,para luego ir paulatinamente desapareciendo hasta quedar funcionando 32en el año 19<strong>03</strong>.Sin duda será la ciudad de Copiapó la que experimentará el mayordesarrollo. En esta provincia la responsable del crecimiento no será la mineríacuprífera, sino que principalmente la argentífera, y aquí la presencia delempresariado nacional será determinante y llevará las riendas del desarrollominero.El auge minero en esta provincia estuvo marcado por el descubrimientoy explotación de Chañarcillo, Bandurrias, Pajonales y San Antonio y, luego,de Tres <strong>Puntas</strong>, en la localidad de Pueblo Hundido, hoy Diego de Almagro yotros tantos minerales de cobre y de plata.El distrito de Copiapó con Chañarcillo marcó el rumbo, su aporte transformóla minería, no sólo la de plata. Tanto la producción como la ley de estemineral fueron asombrosos. Chile pasó del orden de 1.000 kgs. en 1830 aproducir cerca de los 185.000 kgs. en 1855 8 .Se construyen cerca de dieciocho fundiciones de plata en el distrito deCopiapó. Entre ellas sobresalen las importantes fundiciones de Caldera, Carrizaly Huasco.Copiapó, de 8.705 habitantes según el censo de 1813, aumentó a 30.068habitantes en 1854 y la provincia de Atacama suma 50.690. Es interesantedestacar que el número de extranjeros asciende a 9.682 y, entre ellos, losargentinos llegaban a 9.391. Entre éstos últimos hubo algunos personajes degran importancia política e intelectual, como Felipe Varela, Mariano Fragueiro,Domingo de Oro y Domingo Faustino Sarmiento, éste último fue Presidentede la Argentina. Sarmiento no sólo participó de la actividad minera, alparecer no con mucho éxito, sino que se involucró directamente en la política,es nombrado Director de la Escuela Normal de Preceptores y apoyó apasionadamenteal gobierno de Manuel Montt, símbolo del régimen Portaliano yunitario por cierto. Copiapó al igual que Valparaíso eran claramente cosmopolitas.El puerto de Caldera adquiere un tráfico naviero considerable no sólode cabotaje interno; más de 600 naves recalan en este puerto en 1885 lo querepresentó el incremento de la carga anual superior a las 230.000 toneladas.8 Ver Anexo 6.


206ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...En Caldera se instaló un depósito de carbón, elemento vital para eldesarrollo tanto de las fundiciones como para abastecer al ferrocarril, laplanta de alumbrado de gas y otras actividades industriales, asegurando,además, el abastecimiento de la moderna forma de navegación de vaporesque revolucionó el tráfico mundial.El puerto de Caldera se une a Copiapó y a los centros mineros de Chañarcilloy Paipote, mediante la construcción en 1851 de una de las primeraslíneas férreas de América del Sur, financiada íntegramente por capitales privadosy de la provincia de Atacama.Los adelantos urbanos también se hacen sentir en la ciudad de Copiapó.Grandes y modernas construcciones de edificios públicos. En 1847 se levantóun teatro que fue considerado uno de los mejores del Pacífico. Inclusoel pueblo minero Chañarcillo tuvo su propio teatro. El comercio estaba surtidopor toda clase de productos no sólo nacionales, sino también extranjeros.Se podía encontrar toda clase de manufacturas importadas, como en cualquiergran ciudad del mundo.Enclave mineroA mediados del siglo XIX, estaba todo dado para que Chile hubieseadoptado una política con proyecciones en la industria minera.Estaban en pleno desarrollo la minería del cobre, de la plata y delcarbón. Había un sector emprendedor nacional potente y también se habíaninstalado en el país empresarios extranjeros, especialmente ingleses y norteamericanos.Y, lo más importante teníamos riquísimos minerales y con granfacilidad para su pronto traslado a puerto.Lamentablemente, el país no tuvo una política pública minera de largoplazo. No aprovechó la ventaja de tener una posición privilegiada como productorde cobre, y haber desarrollado una industria poderosa, tanto por laley de sus minerales como por la facilidad de transporte marítimo. No seincentivó el desarrollo de fundiciones y la industrialización de los procesosproductivos. Se gravaron con impuestos la internación de maquinarias y lasexportaciones de minerales. No se incentivó las redes ferroviarias y tampocose apoyó una línea de vapores continentales.Mientras que los ingleses, hicieron lo suyo, aprovecharon la oportunidad,corrigieron sus medidas erradas, eliminaron impuestos a la internaciónde minerales en bruto. Prefirieron asegurar su industria por sobre su propiaproducción de cobre. Desarrollaron sus fundiciones e industrias manufacturerasde cobre que tenían una fuerte demanda, tanto interna como externapor la creciente electrificación de las ciudades e industrias.


207Claramente Chile optó por ser un país productor de materias primas.Era lo más fácil y lo menos conflictivo, con nuestros “generosos socios”. Eralo que estaba al alcance de la mano. Debíamos conformarnos a la fase extractiva.Esto es, trabajar las piedras en forma primaria. Entrar en un procesode elaboración no era rentable para los inversionistas. Las libras esterlinasy los pesos chilenos rendían más en el proceso extractivo que en su elaboración.Esta debía hacerse en las fundiciones y refinerías inglesas.Curiosamente esta sentencia de rentabilidad nos ha perseguido hastahoy día. En efecto, más de un 1/3 de la producción total del mineral es comoconcentrados, esto es, el 30% cobre y el 70% tierra. Exportado de esa formatienen aranceles más bajo en los tratados de libre comercio que como cobreelectrolítico o refinado. Así, el proceso de fusión o refinar se hará en lasfundiciones de los países industrializados que tienen capacidad ociosa y noen el nuestro donde no sólo se le incorporaría mayor valor agregado, sino queno se recuperaría con certeza todo el oro, la plata y demás metales quecontiene el cobre en su estado primario, además de generar empleos y servicioscalificados.Como se ve 150 años después de una errónea decisión seguimos prisionerosde ella. No sólo no desarrollamos una industria de cobre, si no que nisiquiera fundimos y refinamos toda nuestra producción de minerales. Estopudo haber tenido alguna explicación en el siglo XIX, pero hoy día no la tieney resulta falaz lo de mayor rentabilidad de la inversión. Eso puede ser ciertopara el inversionista privado pero no lo es para el país.Chile debe tener una respuesta y no limitarse a definiciones meramentecomerciales.Para dimensionar en parte lo de que estamos hablando, es convenienterescatar una anécdota histórica.En 1533 Pizarro hizo prisionero a Atahualpa en la ciudad de Catamarca.Fue un acto de una audacia sin igual. El conquistador español, con sólo 160soldados neutralizó a un ejército de más de 80.000 hombres. Atahualpa paraobtener su liberación repletó de objetos de oro y plata, hasta la altura de sumano una bodega de 6,5 m. de largo, por 5 m. de ancho y 2,5 m. de altoaproximadamente. Pizarro tomó el tesoro para sí y sus hombres y no liberó aAtahualpa, lo ejecutó en un acto indigno y cruel.Pues bien, nuestro país desde 1820 a 1880 exportó a Inglaterra segúnmanifiestos de embarques, aproximadamente 1.232.<strong>03</strong>5 toneladas de cobre,cifra que debe subir a lo menos a los 2 millones de toneladas como consecuenciadel contrabando, según se explicó en el párrafo “Entorno Económicoy Social: Comercio y Minería”. El cobre se exportaba como mineral o semirefinado (regulus), llevando también oro y plata. Cada quintal (46 kg.) conte-


208ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...nía 3 a 4 onzas de oro y 2 kg. de plata. Podemos hablar que en esos 60 añoslos importadores y socios ingleses se llevaron del orden de 6 toneladas de oroy más de 90 toneladas de plata, algo más de lo que Pizarro obtuvo de Atahualpa,por cierto no medió pago alguno en ambos casos. Uno sí fue con violenciay otro con astucia, pero los dos facilitados por sus víctimas de una u otramanera, ya sea por ingenuidad o ignorancia.El tiempo políticoEste fue el tiempo y el ambiente de Pedro León Gallo. Sin lugar a dudasque este entorno condicionó e influyó decisivamente en su formación y visiónde las cosas.Los actores de este desarrollo no estaban dispuestos a resignarse queesta nueva realidad no fuera debidamente considerada por las autoridades.Sentían la necesidad de ser tomados en cuenta en las decisiones que afectabansu mundo.Era el nuevo Chile que estaba surgiendo producto de esta nueva realidadeconómica.El país ingresaba con fuerza al comercio internacional, liderado por unValparaíso que se había transformado en un verdadero enclave internacional,que manejaba parte importante del comercio peruano, boliviano, ecuatorianoy de las provincias del interior de Argentina.Era el Chile de un Copiapó que se había transformado en un centrominero capaz de proveer las materias primas básicas para la industria británica,líder mundial en ese entonces y también la de otros países europeos yEstados Unidos. Sin esa inmensa fuerza no habría sido posible la entrada deChile al mundo, habríamos seguido aislados marcando el paso.Estos nuevos emprendedores se abrían paso en el resto del país, inclusoen las actividades de regadíos para el desarrollo de la agricultura y laindustria del vino en la zona central. Empresarios como don Matías Cousiñoson los responsables del descubrimiento y desarrollo de la industria del carbónen Lota. Sin este vital elemento, habría sido impensable el surgimientode cientos de fundiciones para tratar los minerales de plata y cobre. Tampocose habría podido modernizar y mejorar la infraestructura portuaria y fundamentalmentede caminos y comunicaciones, no se habrían podido desarrollarlos ferrocarriles para transportar los minerales a los puertos de embarquey el tráfico de pasajeros. No se habría podido contar con la navegación avapor, que vino a satisfacer la creciente demanda del comercio internacional.


209Empresarios como José Santos Ossa, Francisco Puelma, Moreno y otrosexploraron y desarrollaron el salitre en Antofagasta y contaron de ingentesrecursos financieros provenientes de bancos nacionales como el Banco deValparaíso y con capitales de personas naturales, entre éstas últimas los aportescuantiosos de la familia Gallo. Agustín Edwards se constituyó en uno de losfactores más activos, participó en la minería en Atacama y en el desarrolloferroviario del país, en el comercio en Valparaíso, pero fundamentalmenteen la actividad financiera a través del Banco de Valparaíso. Se instala en lapropia Inglaterra en actividades de comercio exterior.Los actores de este desarrollo económico social, no compartían lamentalidad y los valores propios de una sociedad agraria colonial. Respondenclaramente a nuevos principios propios de la burguesía. Sus preocupacionesson los negocios y las actividades económicas. En general no participan niintervienen en política.Había surgido una clase dirigente emergente en estos dinámicos centroscomerciales y mineros, que pasa a liderar el moderno proceso económico,desplazando a la antigua aristocracia terrateniente en la conducción económica.Sin embargo, en esta nueva y bullente sociedad, surgió un grupo dedirigentes especialmente los de Atacama, y en particular don Pedro LeónGallo, que realmente estaban no sólo concientes de su poder y de la riquezaque la minería entregaba al país, sino que además, de la necesidad de unnuevo ordenamiento político acorde con el cambio económico profundo quese estaba dando en Chile y se decidieron a actuar no en defensa de sus negociose intereses sino que por una causa política superior.Para ellos el regionalismo era condición fundamental del nuevo ordeninstitucional. Estos dirigentes vieron con claridad lo que hoy día aparececomo una realidad. Si hubiesen sido escuchados no estaríamos hoy lamentándonosde un centralismo que asfixia al país y atenta contra su desarrollo.Pedro León Gallo había asumido la causa del nuevo Chile emergente, yluchó con pasión por el cambio porque él vio el futuro con más claridad queningún otro político de su tiempo.Es la razón por la que es intransigente con su demanda de regionalización;no acepta acuerdos ni compromisos que se le ofrecen por el gobiernodespués de su triunfo militar en Los Loros, que de paso contaban con la veniade la mayoría de los revolucionarios santiaguinos. No podía hacerlo, porquepara él estaba en juego su idea de regionalización.Por la misma razón, Pedro León Gallo, diez años más tarde, rompe consu primo y correligionario don Manuel Antonio Matta, cuando éste aceptó unacuerdo con los liberales de Errázuriz, que si bien significaría la aprobación


210ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...de las leyes laicas y compartir el poder presidencial, mantendría inalterablela intervención electoral del ejecutivo y el centralismo dejando el regionalismocomo una aspiración romántica.Que la revolución estallara en Atacama no fue una casualidad. La mineríaatravesaba por una crisis, lo cual facilitaba las cosas para sumar gente,Pedro León Gallo comprendió el momento y aprovechó la situación para extremarlas cosas contra el gobierno.El descontento iba mucho más lejos y era más profundo de lo percibidopor el gobierno. La dirigencia nortina no estaba dispuesta a seguir aceptandouna centralidad que no entendía la situación de las provincias, en especiallas mineras del norte.RevoluciónContra esa realidad se rebela Pedro León Gallo, secundado por otrogran realizador como Carabantes. Ellos no eran revolucionarios de salón, respondíana una realidad económica social y la causa revolucionaria la fundaronen el regionalismo.Gallo actúo con una energía poco común. Asume el gobierno de Atacamay en pocos meses levanta un ejército disciplinado, funde cañones, acuñamonedas de plata y marcha a través del desierto inhóspito y va derecho alencuentro de las tropas gubernamentales.Gallo y los suyos sabían lo que querían y porqué luchaban. Sabían quelos recursos mineros sustentaban el modelo económico. Y que sin éstos noera posible participar en el comercio mundial.Sentían que los gobiernos centrales no les daban a las provincias eltrato que se merecían, que sólo eran una fuente de recursos para ser gastadosfuera de ellas.Para el centralismo el problema sólo se limitaba a afectar con impuestosa las exportaciones de minerales, no teniendo mayor preocupación por lainversión de esos inmensos recursos en las regiones del norte, para pasar aetapas de mayor desarrollo en los procesos productivos. Por eso una de lasprimeras medidas del Gobierno revolucionario de Gallo en Atacama fue reducira la mitad el impuesto a las exportaciones de minerales.La lucha contra el centralismo se profundiza con esta dimensión delproblema.Con los revolucionarios regionalistas no sólo entran en juego las concepcionespolíticas, sino que definiciones económicas no menores que buscabancorregir el modelo económico exportador de materias primas e importadorde manufacturas y maquinarias, en beneficio de un desarrollo integral y


211más equilibrado de todo el país, permitiendo la capitalización de las regiones.El movimiento revolucionario de Santiago tenía como fundamento principalel término del régimen portaliano autoritario en extremo y la lucha porlas libertades públicas. El tema regionalista y su especial particularidad económicaera marginal o no existía para ellos. Sólo serviría de señuelo paraprovocar el levantamiento en las regiones, especialmente en Atacama dondeestaban las más significativas riquezas del país de entonces.Los revolucionarios de Santiago y de otras provincias, salvo contadasexcepciones eran de grandes palabras y de precarias acciones. No tenían ni elcompromiso ni la determinación de los líderes atacameños.Las motivaciones de las revoluciones santiaguinas eran más bien ideológicas,en algunos casos fundadas en fuertes convicciones valóricas, en otroseran más bien superficiales, simplemente retóricas o incluso meramente políticas.Fue Pedro León Gallo quien logró hacer la revolución en serio, por quetanto él como sus más estrechos colaboradores, estaban motivados por unfuerte sentido regionalista y entendían la importancia para el desarrollo delas provincias, que estas pudiesen disponer de parte de los recursos provenientesde sus propias fuentes de riqueza.Por eso es que los revolucionarios nortinos actuaron con tanta decisióndesde el inicio. Pasaron fácilmente de las palabras a los hechos. No teníandudas, sabían lo que querían y cómo había que conseguirlo.El triunfo espectacular y contra toda predicción en su primera batallalos confirma en su decisión. Marchan al segundo encuentro con una decisióninquebrantable, pese a que las posibilidades de triunfo eran muy menorescomo se confirmó con la derrota de Cerro Grande. Gallo había quedado sólo,sus amigos santiaguinos no vinieron a su encuentro. Se asustaron de las consecuenciasde la causa de los atacameños.Fue la lucha fundada en el regionalismo y en la justicia económica laque se impondría y pese a ser derrotada militarmente, sus consecuenciaspolíticas serian innegables.El régimen autoritario fue remecido en sus cimientos no pudiendo en elfuturo sostenerse en la forma original Portaliana. Había sido seriamente cuestionadoy paulatinamente se dio inicio a una mayor apertura y mayores espaciospara el ejercicio de las libertades públicas.Pedro León Gallo es derrotado militarmente, constituyéndose en elreferente político de la causa regionalista. Es su líder indiscutido.Cruza la cordillera para irse al exilio y retornar a su patria tres añosmas tarde reconocido por todos los sectores. Nunca antes en la era republi-


212ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...cana alguien había concitado mayor adhesión y emoción en la sociedad chilena.Pedro León Gallo, si bien no logra consolidar su principal demanda yobjetivo político, va a contribuir decididamente a que se limite el poderpresidencial y que se amplíen los espacios para el ejercicio de las libertadespúblicas como a una mayor tolerancia política.Se había avanzado políticamente, pero al costo de frustrarse el objetivoregionalista y esto consolidaría la centralización del poder político en elpaís.La centralización no seria solamente política, sino que también económica.Poco a poco la dirección y gestión de las actividades se fueron radicandoen Santiago. Una llamaba a la otra y este fenómeno era imposible deevitar.Una parte importante de la emergente clase dirigente de las provinciasmineras y comerciales fueron paulatinamente cediendo en su ímpetucreador. Se trasladaron a vivir a Santiago buscando mayores comodidades ypor cierto estar cerca del poder. A la vuelta de una o dos generaciones unaparte significativa de esta alta burguesía se encontraba viviendo en París, yaolvidada de su origen y disfrutando no sólo de la renta del cobre sino tambiénde la del salitre.Alberto Blest Gana en su novela “Los Trasplantados” nos da cuenta deeste fin de fiesta nacional.Para desgracia nuestra, Pedro León Gallo y esa virtuosa clase emergentedel Siglo XIX, no tuvieron continuidad.Partido RadicalOtra de las grandes contribuciones de Pedro León Gallo al desarrollopolítico chileno fue la formación del Partido Radical, sobre la base de asambleasciudadanas, que vinieran a significar una nueva forma de hacer políticaen Chile, desconocida hasta entonces.En efecto, lo más significativo, no fue solamente la creación de estePartido si no la forma como se hizo, que explica porque se abrió espacio en lapolítica nacional.Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la forma de acciónpartidaria impuesta por Gallo en la constitución y funcionamiento del PartidoRadical, terminaría siendo determinante en la consolidación de éste comoreferente ideológico y de opinión frente a los demás partidos políticos.El Partido Radical en su novedosa estructura de participación ciudadana,condicionará incluso a las otras organizaciones políticas a replantearse a


213si mismas. Es así como los liberales y conservadores comenzaron a asumir susposiciones ideológicas, dejando atrás respuestas más bien de carácter socialo de clanes familiares.En este aspecto el surgimiento del Partido Nacional como resultado dela ruptura del Monttvarismo con el Partido Conservador, también vino a fortalecerla modernización de los partidos. Este partido sumará a sus filas sectoresimportantes de la nueva burguesía surgida como consecuencia de la aplicacióndel modelo económico.El Partido Radical, surgirá de asambleas ciudadanas, libres y abiertasconvocadas por líderes representativos, siendo el primero de ellos Pedro LeónGallo, quien el 24 de diciembre de 1863 hizo el llamado a constituirse enCopiapó y Caldera. Luego surgirán las de Valparaíso, Santiago, Concepción yasí a lo largo de todo nuestro país, prácticamente en todas las ciudades seconstituyó una Asamblea Radical.Ese partido surgirá como una instancia de debate y reflexión cívica,donde los ciudadanos serán iguales en sus derechos, cualquiera sea su condicióno situación personal.La fuerza de este partido, más allá de la convocatoria de sus líderes,estuvo en esta apertura ciudadana y en la tolerancia para debatir las ideas.Esto explica su pronto y sólido crecimiento y su fortaleza para superarobstáculos que parecían insalvables en esos años.La forma de hacer política abierta y democrática frente a la sociedad,se refleja en el gran conflicto surgido en su seno, con ocasión de las diferenciasentre Gallo y Matta. En efecto, los partidarios de Pedro León Gallo leenrostran a los de Matta no haber respetado la democracia interna; de haberactuado como un caudillo, al margen de las decisiones partidarias y en definitivaimponer su voluntad. Este punto no es menor para la historia del radicalismoy su devenir en el proceso político.A corto andar el Partido Radical sufrió una división, producto del profundodesencuentro entre Manuel Antonio Matta y Pedro León Gallo. Este nofue ideológico, sino que táctico y de grandes consecuencias para el procesopolítico chileno. Para Matta primó una posición realista y pragmática, que lepermite avanzar y lograr sus objetivos. Busca la alianza con los liberales ymovimientos afines al radicalismo. Por eso llega a un entendimiento con FedericoErrázuriz y lo apoya en la formación de su gobierno. Esto lo hace a finde conseguir la secularización de la política y la aprobación de leyes laicas.Gallo tenía una visión diametralmente distinta, él no creía que debían doblegarselos principios y sobre todo una posición regionalista, por las ventajasde compartir el poder y avanzar a medias en materias ideológicas. Para élprimaba su posición regionalista. Esta había sido la razón que lo había lleva-


214ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...do a tomar las armas para desafiar al gobierno constitucional de Montt en laRevolución del 59. Estas posiciones se confrontaron y primó la línea de ManuelAntonio Matta. Gallo quedó aislado en su posición y el radicalismo entróal gobierno en la coalición con los liberales, donde se mantuvo por largosaños. Los radicales lograron medidas importantes en cuanto a reformas electoralesy se avanzó decididamente en las leyes laicas. Ello explica, de algunaforma, la constitución de un nuevo movimiento político, que en el siglo XXlogrará la conducción de la República con tres Presidentes de la Repúblicaentre 1938 y 1952.Para Gallo la libertad no sólo se expresa en el rechazo del sistemapolítico autoritario, fuertemente centralista, lo que lejos de disminuir seafirmó más en el Siglo XX y en este nuevo siglo, sino que planteó y luchó poruna forma más participativa y cercana a la gente en el ejercicio del poder.Sin advertirlo el vive tiempos de surgimiento de nuevas fuerzas políticas.Una que nos hablará con fuerza en la primera mitad del siglo XX representadoa la clase media emergente, al Chile de entonces y otra que desde loautoritario pero trascendiendo lo conservador y abriéndose a algunas ideasliberales. Va a surgir una nueva derecha Nacional Monttvarista. A veces pareceno haber nada nuevo bajo el sol, en la época de Gallo y Matta, Montt yVaras surge el centro y una nueva derecha.Gallo fue un visionario, marcado por la realidad económica social y porel profundo cambio que experimentaba la nación. El se anticipó a su época,los hechos y el tiempo le darían la razón.La temprana muerte de Pedro León Gallo, a los 47 años de edad, significóuna sensible pérdida para la impronta regionalista del Partido Radical,dado que este objetivo fundante se desvanecerá en el tiempo por la ausenciadel líder natural del movimiento. Más grave aún serían las consecuenciaspara el país, por cuanto como era de prever con la ausencia del referentepolítico del regionalismo, terminaría naturalmente acentuándose el centralismogobernanteEn efecto, ante la falta de una oposición real, el centralismo se impondríacomo una consecuencia lógica del ejercicio del poder de todo procesopolítico.Tendrán que pasar muchos años para que el tema del regionalismovolviera a tener vigencia entre nosotros.Al darle la espalda a don Pedro León Gallo, Chile perdió una gran oportunidad:el haber asumido el regionalismo adoptando medidas acordes a lasexigencias de la época, que hubiesen permitido una mayor participación delas emergentes dirigencias en sus propias provincias. Sin lugar a dudas, pode-


215mos afirmar que el país habría tenido un desarrollo político, económico ysocial más equilibrado y hoy no nos lamentaríamos de la asfixiante concentraciónpoblacional en la Región Metropolitana y de la económica en pocasmanos y en todas las actividades importantes.El poetaSi de algo estuvo lejos Pedro León Gallo fue de la pequeñez de espíritu.Fue siempre grande y generoso. Jamás se movió por odio o rencor. La magnanimidadde su alma queda reflejada cuando se niega en el Senado a votar afavor de la acusación política contra don Manuel Montt, a quien había enfrentadocon las armas Esas y otras actuaciones suyas nos hacen ver en estafigura a uno de los grandes de nuestra política.Contrasta su actitud con las pequeñeces y cortedad de miras de susdetractores que pretendieron silenciarlo históricamente. Gallo resultaba incómodotanto para los conservadores partidarios del autoritarismo centralista,como para muchos liberales e incluso correligionarios radicales. Su concepciónde la libertad y del regionalismo era demasiado grande para los hombresde su tiempo.En suma, por una u otra razón, Gallo iba más lejos en sus ansias delibertad. La asumía con la sensibilidad de un poeta, propio de un hombresuperior.Pedro León Gallo tuvo un sueño, tuvo un proyecto de país compartiéndolocon otros y gracias a eso hizo historia y su legado nos demanda.Fue Rubén Darío, como nos recuerda con justicia Jorge Ibáñez, quienvino a rescatar a nuestro héroe en su verdadera dimensión. La magistraltraducción que hace Gallo de las obras de Víctor Hugo, llevan a Rubén Daríoa sostener que ese hombre de acción es una de las almas más sensibles de laNación Chilena.Rubén Darío, el más grande poeta de habla hispana del siglo XIX desafiabaa rescatar del sepulcro del silencio los escritos de ese hombre audaz ysuperior que andan aun esparcidos en folletines de diarios viejos y revistas.El Vate Nicaragüense, precursor de la Generación Española del 98, terminapromoviendo que se recoja todo, se imprima un hermoso libro, el cual seráuna verdadera gloria literaria para éste soberbio país llamado Chile.Jorge Ibáñez, en la biografía de Gallo, nos adentra no sólo en su épocay espacio, sino que nos devela el alma y pasión de este patriota, dando deesta forma un paso fundamental en el rescate histórico y trascendente de sufigura.


216ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...Vendrán otros pasos sobre esta huella que buscamos rescatar y proyectaren el Siglo XXI. Así, la exigencia demandada por Rubén Darío deberíatener como respuesta la de un Chile integrado, más justo, más democrático ytolerante como el que soñó don Pedro León Gallo.Reflexiones finales1.- Han pasado 150 años desde la batalla de Los Loros y desde estaperspectiva es conveniente reflexionar sobre lo que ocurrió en la sociedadchilena de entonces y sobre todo respecto de las consecuencias que se derivaronpara el país en lo político, económico-social y cultural.El alzamiento de Atacama contra el gobierno, fue la respuesta a losexcesos del centralismo y la demanda de una mayor participación de lasregiones en la toma de decisiones que les concernían directamente. Es decir,no era un reclamo contra el sistema unitario y menos la pretensión de crearun sistema federal.Era una postura realista, justa y moderada que no fue comprendida,porque para Montt y Varas eso significaba un grave atentado contra la eficaciadel poder y orden en la administración del Estado que tanto había costadoconstruir.La decisión de Montt y Varas si bien mantuvo el orden institucional notuvo la sensibilidad para advertir el cambio que se estaba produciendo en elpaís, especialmente en Atacama, Coquimbo, Valparaíso y Concepción.Si en esa época se hubiese abierto un espacio de participación hacialas provincias, se habría incentivado el desarrollo de élites dirigentes en éstas,con lo cual se hubiese contribuido a un desarrollo más integral del país.Si lo anterior fuese discutible por las circunstancias de la época; en elChile de hoy no admite discusión porque es una necesidad imperiosa queexista una verdadera regionalización, a fin de que una parte importante delas decisiones se tomen por las autoridades provinciales y éstas además cuentencon recursos propios.La tecnología actual y las comunicaciones virtuales hacen factible ladescentralización del poder sin que se pierda la unidad y eficacia.2.- Chile a mediados del Siglo XIX tenía alrededor de 1 millón y mediode habitantes hoy llega a los 17 millones; es decir hemos crecido 11 veces.En tanto la Provincia de Santiago contaba con 270 mil habitantes, hoyla Región Metropolitana tiene 7 millones, es decir ha crecido 26 veces.La ciudad de Valparaíso bordeaba los 70 mil entonces, hoy tiene elorden de 300 mil habitantes; o sea creció 4 veces; y la provincia de Atacama


217que llegaba a 50 mil personas hoy tiene 250 mil habitantes; es decir creció 5veces.Estas cifras son elocuentes y demuestran que algo se hizo mal y quepermitió una concentración de la población que atenta no sólo con un desarrolloequilibrado de Chile, sino que también contra la propia vida en Santiago.Esto, sin duda, pudo evitarse si las autoridades de la época hubiesentenido una visión realista del país, permitiendo e incentivado el desarrollo delas provincias.Lamentablemente hasta la fecha no vemos una decisión de corregiresta absurda situación, se sigue invirtiendo en la capital e incluso algunas delas políticas públicas como el Transantiago, se hacen contra toda lógica ydespilfarrando, hasta el momento más de 3 mil 500 millones de dólares. Unoscuantos miles de millones más, se gastaran en el futuro.3.- Nos acercamos al bicentenario y una buena conmemoración seríaque tomáramos conciencia de uno de los hechos más relevantes ocurrido enestos años. En 1810 producíamos mil toneladas de cobre al año; hoy estamosen las 5 millones y medio de toneladas anuales.Además, en la actualidad el 70% de nuestro Producto Geográfico Brutoresponde al comercio exterior y la minería genera el 20% de todos los bienesy servicios que se producen en Chile. De paso, el cobre constituye más del50% de nuestras exportaciones.A lo anterior debe sumarse que las utilidades de las grandes empresasmineras del cobre y sus sub productos, incluido CODELCO, alcanzaron gananciaspor US$ 11.400 millones durante el 2009, pese a que este año no fue elde los altos precios para la libra de cobre, con una rentabilidad sobre supatrimonio de sólo el 40%, inferiores sustancialmente a las de los años 2007 y2008, que fueron respectivamente del orden del 90 y 60%. Con todo, estaindustria minera por si sola ganó más que todas las empresas eléctricas, lasde los bancos, las del retail, las industriales, las AFP y las Isapres juntas, lascuales llegaron en ese mismo período a US$ 7868 millones.Sin lugar a dudas cada uno de los hechos señalados anteriormente nosmuestran la importancia de la actividad minera, y en especial la del cobre,para nuestra economía. Dejan en evidencia, asimismo, la responsabilidadhistórica de no haber sido capaces de tener una política minera para Chile,con todas las consecuencias que esto significa. Basta solo tener en cuentaque hoy día exportamos al año cerca de 2 millones de toneladas de concentradosde cobre, que deberían ser tratados íntegramente en el país.


218ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...En los hechos seguimos siendo fundamentalmente productores de cobre,como lo éramos hace doscientos años. Por cierto, ahora producimos unaenormidad, pero continuamos caracterizados como meros productores de estamateria prima.La dura realidad, es que no hemos logrado salir de ser un enclave productorde cobre, para pasar a otra etapa superior de desarrollo.Sin lugar a dudas, esta será una de las tareas más relevante de lasfuturas generaciones: recuperar el tiempo perdido, adoptando y aplicandouna política minera de largo plazo que solo mire el interés nacional.Claramente en esta actividad tenemos una ventaja que no hemos sabidoaprovechar: podemos y tenemos las condiciones no solo para producir yrefinar todo nuestro cobre, sino que también para participar de procesosindustriales ligados al cobre.Contrasta la realidad nacional frente a esta vital industria para el desarrollodel país, con la forma como Inglaterra manejó en este mismo períodosu industria del cobre, incentivándola, ya a mediados del siglo XIX, mediantela liberación de impuestos a la internación de los minerales de cobre provenientesde Chile, para que sus fundiciones los elaboraran y los reexportaran.De esa forma, pasaron a controlar los mercados del cobre a nivel mundial.4.- La cuarta reflexión que nos parece pertinente consignar es la deldebilitamiento de las elites provinciales como consecuencia del proceso deconcentración del poder en la capital.Si las decisiones y, por consiguiente, las instancias de poder tanto económicasy políticas se radican en un solo lugar, lo natural es que emigren aese centro las persona que quieren o necesiten participar de ellas.Esto fue lo que ocurrió entre nosotros. Por una u otra razón los líderesregionales se trasladaban a Santiago. En las provincias sólo quedaban instanciasde menores resoluciones, simplemente de administración.Si se hubiese cuidado y tenido consideración con los liderazgos regionalesy, que decir, si se hubiese promovido una sana descentralización, hoytendríamos un país más equilibrado e integrado del que tenemos.Es urgente corregir esta tendencia de concentración de la dirigencia.No puede ser que los días jueves o viernes regresan a la capital por avión losingenieros y jefes de las grandes empresas de provincias, para retornar luegolos lunes a primera hora a sus lugares de trabajo.El país no es un negocio o una empresa, es un todo que debe ser consideradocomo tal, sino el Estado no será respetado y el bien común de loschilenos quedará entregado a su suerte.


2195.- La quinta y última reflexión que nos parece necesario entregar,dada la experiencia que Chile ya tuvo entre 1830 y 1880, es la necesidad decomprender que nuestro desarrollo interno requiere trabajar con la realidadde los países del área, especialmente la de nuestros vecinos.En este sentido deben profundizarse los procesos de integración y complementaciónen todos los planos posibles.Para enfrentar el desafío Asia-Pacífico, donde se concentra el mercadocon mayor potencial, y donde el Pacífico ha pasado ser el protagonista principaldel comercio internacional, como lo fue durante cinco siglos el Atlánticoy durante veinte el Mediterráneo, Chile deberá llevar adelante una políticade integración física y energética con Argentina y Bolivia, que nos permitadesarrollar nuestras actividades industriales y transformar a nuestros puertosen los destinos naturales de sus productos de exportación hacia el Asia,brindando nosotros toda clase de servicios y facilitando los encadenamientosproductivos.Con el Perú, con quien compartimos la proyección hacia el Pacífico,debe lograrse una complementariedad en áreas como la minería, energía,agropecuaria y pesca, que signifique tanto la promoción como la defensa deestos bienes. Este desafío si lo emprendemos juntos, nos deja en mejorescondiciones para poder ser eficaces y eficientes.En el orden interno es bueno recordar que el país, a partir de mediadosde la década de los 80, adoptó una política económica de apertura a losmercados internacionales para enfrentar la globalización imperante. En unaprimera etapa el país creció por sobre tasas del 7% anual, pero a partir de lacrisis Asiática se perdió este ímpetu y volvimos a rendimientos moderados ysi no hubiese sido por el Cobre, estos habrían sido negativos. A nuestro juicio,la causa principal, fue la errada aplicación de una política económica quehizo caer el peso de la crisis en las pequeñas y medianas empresas; impidiéndolesque hicieran su aporte al desarrollo económico. Se apostó sólo a lasgrandes empresas y eso claramente no fue suficiente.Además, lo anterior trajo como consecuencia la concentración de losmercados bancarios, de AFPs, retail, energéticos, farmacéuticos y otros; perdiéndosela sana competencia que es el pilar básico de una verdadera economíasocial de mercado y se agravó aún más la mala distribución del ingreso.Por todo lo anterior, es que hemos venidos reclamando hace ya untiempo largo por la forma de cómo se ha manejado la cuestión económica einsistiendo en la necesidad de corregir la aplicación del modelo imperante yllegar a una auténtica economía social de mercado acorde con nuestra realidad.


220ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...Ahora, con la integración económica con nuestros vecinos tenemos lagran oportunidad de transformarnos en una economía de servicios de encadenamientosproductivos y pasar a etapas de mayor productividad, las cualessin duda nos permitirán alcanzar el desarrollo y al mismo tiempo consolidarlas bases de una sociedad más democrática y participativa.ADOLFO ZALDIVAR LARRAINEMBAJADOR DE CHILE EN ARGENTINABuenos Aires, mayo 2011.


221(1) Importaciones y exportaciones chilenas, años 1852, 1854, 1856 yporcentajes de participaciones de cada país.1852 1854 1856PAISES Imp. Exp. Imp. Exp. Imp. Exp.Inglaterra 35.47 41.42 33.99 39.19 34.52 52.<strong>03</strong>Estados Unidos 19.33 30.36 12.58 20.71 12.59 18.15Perú 5.17 10.34 6.25 16.06 3.68 13.07Francia 14.50 5.94 14.21 5.58 21.32 7.75Alemania 10.15 2.40 11.47 5.52 9.58 2.85Otros 15.38 9.54 18.50 12.94 18.31 6.15TOTALES 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00Eduardo Cavieres, Comercio Chileno y Comerciantes Ingleses…, pág. 77.(2) Importaciones británicas desde Chile, 1820-1848 ( £) y crecimientocon respecto a 1820.1820 10,729 100,00 1834 142,765 1.330,641821 32,421 302,18 1835 144,511 1.346,911822 39,673 369,77 1836 147,388 1.373,731823 9,719 90,58 1837 91,345 851.381824 41,094 383.01 1838 123,557 1.151.611825 54.884 511.54 1839 135,317 1,261.221826 76,377 702.55 1840 178,322 1.662,051827 54,434 507.35 1841 190,175 1.772,531828 58,916 549.12 1842 247,943 2.310.961829 61,514 573.34 1843 332,744 3.101.351830 25,074 233.70 1844 411,7<strong>03</strong> 3.387.291831 21,<strong>03</strong>0 196.01 1845 527,896 4.920.271832 23,799 221.81 1846 529,809 4.938.101833 65,850 613,75 1847 266,567 2.484.541848 386,382 3,601.28Eduardo Cavieres, Comercio Chileno y Comerciantes Ingleses…, pág. 61.


222ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...(3) Exportaciones britanicas a Chile. Valparaíso: 1820 a 1848Valores oficiales (£) y crecimiento con respecto a 1820AÑOS (1) (2) AÑOS (1) (2)1820 126,388 100.00 1834 1,852,284 1,470.301821 308,363 243.98 1835 1,330,015 1.052.321822 443,579 350.96 1836 1,146,341 907.001823 471,728 373.23 1837 1,439,675 1.139.091824 885,385 700.52 1838 955,005 755.611825 617,326 488.43 1839 2,765,505 2.188.061826 297,884 235.69 1840 2,786,728 2.204.851827 558,751 442.09 1841 843,522 667.391828 1,134,775 897.85 1842 1,938,810 1.533.981829 1,375,742 1.088.50 1843 1,657,957 1.311.771830 835,566 661.11 1844 1,451,521 1.148.441831 1,057,621 836.60 1845 2,348,830 1.858.391832 1,210,095 957.44 1846 2,162,505 1.710.971833 1,683,063 1.331.66 1847 2,157,700 1.707.171848 2,413,229 1.909.34Eduardo Cavieres, Comercio Chileno y Comerciantes Ingleses…, pág. 63


223(4) Exportaciones chilenas de cobre a Inglaterra. 1834 – 1880 (Ton.)(1) (2) (3) (4)MineralesRégulusNo ElaboradosSemi elaborados (3) y (4)1834 1,842 3,8631835 6,313 2,6001836 8,985 2,9441837 12,221 2,8731838 13,013 4,0261839 10,514 2,5141840 13,942 4041841 10,886 1911842 12,642 1671843 19,829 961844 19,566 1,2571845 10,823 521846 13,565 4551847 9,222 5671848 4,5<strong>03</strong> 1,0881849 3,499 1,5501850 2,250 3,312 242 3,084 3,3261851 3,150 4,902 213 3,023 3,<strong>03</strong>61852 5,569 3,685 1,098 945 2,0431853 13,342 4,193 631 926 1,5571854 14,775 5,162 542 1,171 1,7131855 11,845 7,040 1,919 2,205 4,1241856 23,735 9,492 491 1,027 1,5181857 21,385 17,910 332 1,821 2,1531858 32,269 10,060 1,505 910 2,4151859 21,842 10,657 5,302 1,407 6,7091860 30,576 17,424 1,611 5,630 7,241


224ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...1861 24,307 18,107 3,217 2,493 5,7101862 27,002 31,240 2,378 3,200 5,5781863 25,966 18,708 1,794 4,677 6,4711864 20,664 22,659 4,483 10,736 15,2191865 21,801 36,513 3,786 12.675 16,4611866 24,793 30,829 4,443 7,619 12,0621867 11,979 25,912 3,135 17,367 20,5021868 7,481 25,643 443 24,398 25,6431869 9,150 33,944 421 22,284 22,7051870 5,714 37,636 49 21,946 21,9951871 3,207 26,874 20,7601872 1,432 23,364 27,5191873 13,244 22,265 20,3321874 7,456 22,521 21,6891875 10,314 24,181 25,1191876 5,620 17,273 25,9681877 7,949 17,<strong>03</strong>1 25,9581878 2,350 11,480 23,0271879 461 15,717 33,8051880 1,385 14,659 24,327Eduardo Cavieres, Comercio Chileno y Comerciantes Ingleses…, pág. 200.


225(5) Producción chilena de cobre (toneladas), periodos quinquenales y promedioanual en cada uno de esos periodosPeríodos Producción Total Promedio Anual Tasa de Crecimiento1821 – 1825 13,625 2,7251826 – 1830 13,625 2,7251831 – 1835 13,625 2,7251836 – 1840 32,100 6,2401841 – 1845 37,299 7,459 3.041846 – 1850 53,764 10,752 7.581851 - 1855 78,970 15,794 7.991856 – 1860 131,352 26,270 10.711861 – 1865 186,414 37,282 7.251866 – 1870 214,387 42,877 2.831871 – 1875 226,288 45,257 1.081876 – 1880 230,486 46,097 0.36Eduardo Cavieres, Comercio Chileno y Comerciantes Ingleses…, pág. 189.


226ADOLFO ZALDÍVAR LARRAÍNPedro León Gallo y su visión regionalista...(6) Cifras exportación nacional de plata, fundamentalmente producciónatacameña.AÑOS KILOS AÑOS KILOS1844 28.027 1852 138.9531845 37.347 1853 112.5491846 41.044 1854 145.8321847 41.383 1855 185.3451848 51.065 1856 127.9651849 71.741 1857 85.0861850 95.839 1859 72.8991851 99.264 1860 66.105Sergio Villalobos, Pedro León Gallo, Minería y Política”, pág. 43.


Notas y Reflexiones227


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229SAN JUAN Y CHILE ESTRECHAN VÍNCULOS DESDE HACE SIGLOSMaría del Carmen Reverendo*El coloso de piedra y nieve de Los Andes no ha sido nunca obstáculopara que desde San Juan se mirara más allá, vislumbrando otros horizontes,másprometedores de bienestar. Cosa parecida les pasaba a nuestros hermanoschilenos y ese deseo común fue intercambiándose en viajes para realizarplanes.Buenos herederos del quijotismo de la España conquistadora, no secontentaron con quedarse estancados en sus respectivos lugares de origen ySan Juan fue lo que pidió a su Majestad en nombre del Cabildo y sus vecinos,que se le permitiera a sus naturales y sus vecinos, pasar a La Serena paratrabajar en las minas.Esa Carta, firmada por don Gaspar de Zarate en nombre del ConsejoJusticia y Reglamento y vecinos de la ciudad de San Juan de la Frontera delReyno de Chile “que es de la otra parte de la Cordillera Nevada,digo:”que elmayor beneficio y aprovechamiento que los dichos vecinos y naturales de ladicha ciudad y su tierra, tienen y de que se pueden ayudar a aprovechar esir a sacar oro a las minas de los “términos” de la ciudad de La Serena delreino de Chile en el tiempo que los indios naturales de la dicha ciudad de SanJuan de la Frontera y su tierra y sus encomenderos sin peligro ninguno” encualquier tiempo del año, porque de la dicha ciudad de San Juan a la de LaSerena no hay mas que cuarenta leguas” y de los muchos lugares de su tierradonde residen los indios de los encomenderos de la dicha ciudad no hay masque veinte y cinco y treinta leguas y se pasa la dicha cordillera sin ningúnpeligro ni riesgo en todo el invierno por ser corto el camino y ser bueno ycaminarse de ordinario de la dicha ciudad de La Serena a la de San Juan de laFrontera y su tierra y otras partes y la tierra y termino de la dicha ciudad deLa Serena ser de muy buen temple y apropiada para la salud de los dichosindios que van a sacar oro de la dicha ciudad de San Juan”. Encomendar a losindios de San Juan a La Serena según reza el documento que era mas provechosoporque al haber mas comodidad para enseñarles la doctrina de Cristo* Docente de la FACSO de la Universidad Nacional de San Juan


230MARÍA DEL CARMEN REVERENDOSan Juan y Chile estrechan vínculos desde hace siglosse los rescataba del poco provechoso trabajo de hacer adobes y construircasas. El trabajo de las minas, el oro de las tierras soñadas por los conquistadoresen los Cesares legendarios volvía a prevalecer en el pensamiento de losencomenderos.La riqueza de la entraña americana seria sacada por manos americanaspara enriquecer el gran reino de su Majestad.El documento continua:”Suplico a Vuestra Alteza que pues dello sesigue tanto aprovechamiento y utilidad a los dichos vecinos y naturales y avuestros quintos y rentas reales mande dar licencia y facultad a la dichaciudad y vecinos della encomenderos para que puedan sacar sus cuadrillas delos indios y llevarlos de sus encomiendas a los términos de la dicha ciudad deLa Serena y su tierra lo sacaren”.Para ello don Gaspar de Zarate pedía que se le diera provisión y cedulareal especificando que los naturales de San Juan no harían otra cosa que eltrabajo de las minas y que volverían a su tierra en el mes de enero y residieranhasta octubre.”Chile entregaba así las riquezas minerales con el esfuerzo de nuestrosindios que sacrificados en su tarea cruzaban las altas cumbres para gastar enla distancia de siglos, las relaciones argentino=chilenas que los pueblos dehoy mantienen en la raiz viva del sentimiento americanista.


Pautas editoriales231


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233REVISTA DOS PUNTASPublicación de las Universidades Nacional de San Juan –Facultad deCiencias Sociales- y Universidad de La Serena –Facultad de CienciasSociales y Económicas-Esta revista tiene el propósito de difundir producción académica referida amodos de vida, a comportamientos sociales y culturales, propuestas y aavances en políticas de desarrollo regional -de manera especial que concurrancon el proyecto del corredor bioceánico. También pueden ser admitidosaportes referidos a otras problemáticas de interés científico, incorporandocontribuciones multidisciplinares de Ciencias Sociales y Humanísticas.Los artículos deben ser inéditos y una vez recibidos serán enviados a miembrosdel Consejo Evaluador Internacional de la Revista para su consideración.Las contribuciones deberán ser enviadas, antes del 31 de Marzo para la primeraEdición semestral y 31 de Julio para la restante en el año considerado, ensoporte papel e informático (programa Word o Word Perfect, PC compatible)a la Dirección de la Revista: Lic. Jorge O. Arredondo, Facultad de CienciasSociales-UNSJ, Av. Ignacio de La Roza Nº 590 (oeste) Dpto. Rivadavia- C.P.5406-San Juan (Argentina) o a las direcciónes electrónicas:jarredondo@unsj-cuim.edu.arjorge.arredondo@uv.esjarredondo19@yahoo.com.arLos originales serán evaluados por el Comité de Referato internacional, y,eventualmente, por otros especialistas de prestigio reconocido, quienestendrán en cuenta, para su aprobación, la novedad del aporte, el estilo deredacción y su ajuste a las pautas editoriales, así como la seriedad de labibliografía y fuentes utilizadas. Luego de su aceptación, los trabajos seránpublicados de acuerdo con las disposiciones que las razones editorialespermitan.


234En cuanto al cuerpo del trabajo, deberán seguirse las siguientes normaseditoriales1. El texto deberá presentarse en papel tamaño Carta o A4, tipo deletra Arial, tamaño 12, a espacio 1,5 de un solo lado, con márgenessuperior, inferior, izquierdo y derecho en 3 cm. Todas aquellas palabrasque deseen destacarse (citas textuales, palabras en idiomaextranjero) irán en cursiva.2. La extensión de los trabajos no superará las 20 carillas, incluyendonotas y bibliografía, y las reseñas bibliográficas tendrán como máximo5 carillas.3. Los gráficos y mapas deberán presentarse en su versión final parafacilitar su reproducción.4. Toda colaboración deberá estar precedida de una hoja que contengatítulo del trabajo, clasificación JEL y datos personales del autor(Apellido y nombre, institución, dirección, fax, teléfono y correoelectrónico). Además, un resumen del trabajo con una extensiónmáxima de 200 palabras –en español e inglés- con las correspondientespalabras claves en ambos idiomas.5. Los trabajos escritos en portugués serán admitidos en su lenguaoriginal, precedidos por los resúmenes (español e inglés) como seexpresa en el punto anterior.6. Para las notas, que deberán ir al pie, se utilizará el tipo de letraArial 10.7. Las referencias bibliográficas se atendrán a la siguiente secuencia:APELLIDO/S del autor/es, nombre: Título de la obra, Lugar, editorialy año de edición.Cuando se trate de artículos de revistas o de obras colectivas, elartículo en cuestión irá entrecomillado, título de la revista u obracolectiva, tomo (año de edición) y páginas.La revista no se compromete a devolver los originales recibidos, aún en casode no ser publicados.


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Esta publicación se terminó de imprimir en julio de 2011, enNapoleón Borini 4890 (O) - Bº Gendarmería - Rivadavia - San JuanTel.: (0264) 4232639 - Cel.: 156-734990trazos08@gmail.com

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