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Trayectoria personal y literaria - Materiales de Lengua y Literatura

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1<br />

TRAYECTORIA PERSONAL Y LITERARIA<br />

© <strong>Materiales</strong> <strong>de</strong> lengua y literatura<br />

Ana Romeo y Lour<strong>de</strong>s Domenech<br />

Mariano José <strong>de</strong> Larra<br />

Larra ha figurado siempre en un lugar <strong>de</strong> honor en el Romanticismo español. Su espíritu inconformista y<br />

liberal, sus apasionadas relaciones amorosas y su suicidio son motivos tentadores para cualquier crítico a<br />

la hora <strong>de</strong> reconocerlo como romántico genuino.<br />

La trayectoria <strong>personal</strong> y <strong>literaria</strong> <strong>de</strong> Larra pue<strong>de</strong> dividirse en tres etapas:<br />

1. La primera transcurre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> El Duen<strong>de</strong> Satírico <strong>de</strong>l Día en 1828 hasta la muerte<br />

<strong>de</strong> Fernando VII en 1833.<br />

Larra comenzó ejerciendo al modo tradicional, componiendo él sólo sus folletos:<br />

El Duen<strong>de</strong> Satírico <strong>de</strong>l Día (1828) consta <strong>de</strong> 5 cua<strong>de</strong>rnos y ocho trabajos <strong>de</strong> los que El<br />

café es el más importante. Larra apenas concedió importancia a la primera publicación<br />

y no incluyó ninguno <strong>de</strong> sus textos en la colección que editó en 1835 (Colección <strong>de</strong><br />

artículos dramáticos, literarios, políticos y <strong>de</strong> costumbres...).<br />

En esta época Larra colabora con en El Pobrecito Hablador y en la Revista Española.<br />

De El Pobrecito Hablador (1832-33) salió un total <strong>de</strong> 15 números. Aquí utilizó a veces el<br />

seudónimo <strong>de</strong> Juan Pérez <strong>de</strong> Munguía y publicó algunos <strong>de</strong> sus mejores artículos,<br />

como Empeños y <strong>de</strong>sempeños, El casarse pronto y mal, El castellano viejo, Vuelva<br />

usted mañana, las cartas <strong>de</strong>l Bachiller a Andrés, etc. De esta época <strong>de</strong>staca su posición<br />

antiabsolutista, su crítica a la censura, el humorismo, la sátira y la ironía. En este<br />

momento, Larra advierte que su propósito es <strong>de</strong>l <strong>de</strong> reformar la sociedad y las<br />

instituciones que la forman a través <strong>de</strong> los hombres. Por eso arremete contra todo lo<br />

que le parece censurable, costumbres, tradiciones y prejuicios <strong>de</strong>ben ser <strong>de</strong>sechados<br />

para formar una sociedad nueva.<br />

Des<strong>de</strong> el 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1832, Larra colabora en La Revista Española como crítico<br />

teatral y, provisionalmente como autor costumbrista. Este periódico fundado por José<br />

Mª Carnerero tenía gran renombre literario.<br />

Su colaboración en este periódico la alternó con la <strong>de</strong> El Correo <strong>de</strong> las Damas, en<br />

don<strong>de</strong> sus artículos pasaban revista a los principales acontecimientos teatrales <strong>de</strong> la<br />

semana.<br />

2. La segunda etapa abarca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1833 hasta 1836, año en que regresa a España <strong>de</strong>l extranjero<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un largo periodo. En esta época publica su novela histórica El Doncel <strong>de</strong> don Ernique el<br />

Doliente, estrena su obra teatral Macías. En esta época Larra ha alcanzado la madurez <strong>literaria</strong>, pero<br />

ya se predice su ruina. Su actitud es más radical. Larra cae en la <strong>de</strong>sesperación al ver <strong>de</strong>fraudadas<br />

sus esperanzas por la situación política. Sigue su labor periodística:<br />

Colabora en El Observador, la Revista Española y a partir <strong>de</strong> 1835, en Mensajero.<br />

Cuando en 1835 se planteó editar sus artículos, los clasificó en dramáticos, literarios,<br />

políticos y <strong>de</strong> costumbres, advirtiendo que su propósito era mantener el or<strong>de</strong>n<br />

cronológico para reflejar mejor la época. No obstante su propuesta <strong>de</strong> clasificación, hay<br />

que tener en cuenta que sus artículos son un conglomerado <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as en las que se<br />

mezclan todos los temas.<br />

3. La tercer etapa ocupa el último año <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l escritor. Des<strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1836 hasta el 13 <strong>de</strong><br />

febrero <strong>de</strong> 1837. Cuatro artículos marcan el camino que fatalmente conduce a Larra al <strong>de</strong>senlace<br />

mortal. El Día <strong>de</strong> Difuntos <strong>de</strong> 1836, Horas <strong>de</strong> invierno, La Nochebuena <strong>de</strong> 1836 y Exequias <strong>de</strong>l con<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> Campo Alarge.<br />

a partir <strong>de</strong> 1836 entra en nómina <strong>de</strong> El Español con un ventajoso contrato (20.000<br />

reales) poco usual en los tiempos que corrían. A cambio, Larra <strong>de</strong>bía entregar dos<br />

artículos por semana. Larra alternó su producción periodística en ese diario con<br />

trabajos esporádicos enviados a las redacciones <strong>de</strong> El Mundo y El Redactor General.


2<br />

LOS SEUDÓNIMOS Y EL PUNTO DE VISTA<br />

© <strong>Materiales</strong> <strong>de</strong> lengua y literatura<br />

Ana Romeo y Lour<strong>de</strong>s Domenech<br />

Mariano José <strong>de</strong> Larra<br />

Cuando comienza a publicar El Duen<strong>de</strong> en 1828, Larra se inscribe en la línea dieciochesca <strong>de</strong><br />

publicaciones periódicas <strong>de</strong> un solo redactor centradas en asuntos <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista crítico<br />

y sarcástico <strong>de</strong> observación <strong>de</strong> lo cotidiano.<br />

El nombre duen<strong>de</strong> procedía <strong>de</strong> una larga tradición española <strong>de</strong> caracterización <strong>de</strong>l observador (El diablo<br />

cojuelo <strong>de</strong> Vélez <strong>de</strong> Guevara, Quevedo y Torres Villaroel) que había creado duen<strong>de</strong>s perspectiva satírica<br />

y mordaz. Encontramos también duen<strong>de</strong>s en la prensa francesa e inglesa inmediatamente anterior a<br />

Larra.<br />

En El café y en otros artículos, Larra se <strong>de</strong>scribe a sí mismo como observador <strong>de</strong> la calle y <strong>de</strong> los locales<br />

públicos <strong>de</strong> don<strong>de</strong> saca el material para los artículos. Larra firmó también -entre otros- con los<br />

seudónimos <strong>de</strong> “El Pobrecito Hablador”, “Andrés Niporesas”, “El Bachiller Juan Pérez <strong>de</strong> Munguía”,<br />

“Fígaro”...<br />

El uso <strong>de</strong> seudónimos era un recurso repetido por Larra y sus coetáneos y no un medio <strong>de</strong> ocultamiento<br />

porque todo el mundo sabía quién estaba <strong>de</strong>trás. La creación <strong>de</strong> un filtro mediador entre el autor y el<br />

lector se consi<strong>de</strong>raba algo necesario en ese género que es el ensayo y el escrito costumbrista. El autor<br />

se disimula tras una máscara o personaje al que caricaturiza tópicamente y este recurso le sirve para<br />

mantener una actitud <strong>de</strong> diálogo consigo mismo, con el público o entre varios <strong>de</strong> sus personajes. Todos<br />

están marcados por el tono satírico, pero no necesariamente cada seudónimo ha <strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>rse con<br />

un objetivo <strong>de</strong>terminado o con la creación <strong>de</strong> una <strong>personal</strong>idad.<br />

ARTÍCULOS<br />

En su obra periodística Larra se propuso claramente exponer reflexiones y juicios sobre problemas<br />

esenciales <strong>de</strong>l intelectual crítico, <strong>de</strong>l ciudadano y <strong>de</strong> la persona ante el profundo cambio cultural, político y<br />

social que se estaba produciendo en su tiempo, tanto en España como en Europa. Lo hizo en formas<br />

distintas: el relato o la sátira costumbrista, la sátira y el ensayo políticos y el ensayo <strong>de</strong> crítica teatral o<br />

<strong>literaria</strong>.<br />

Los doscientos artículos que escribió suelen agruparse en tres apartados: artículos <strong>de</strong> costumbres,<br />

artículos literarios y artículos políticos.<br />

ARTÍCULOS DE COSTUMBRES<br />

La palabra artículo en la prensa romántica, llevaba aparejadas en su <strong>de</strong>finición las palabras<br />

<strong>de</strong>scripciones, usos, costumbres...; sin embargo, Larra está muy lejos <strong>de</strong> usar dicha palabra <strong>de</strong> acuerdo<br />

con las corrientes <strong>de</strong> la época. Larra utiliza un medio <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> vital importancia: el periódico, y<br />

se sirve <strong>de</strong> un género que gozaba <strong>de</strong> gran prestigio: el artículo. Pero su vinculación con el costumbrismo<br />

es compleja. Referirse a él como escritor costumbrista a la vez que como autor romántico, acarrea<br />

problemas porque la escritura costumbrista basada en la observación <strong>de</strong>l entorno, más o menos realista y<br />

con intención moralizadora, nada tiene que ver con los presupuestos románticos, cuya estética se<br />

caracteriza a menudo por lo extremado y lo inverosímil y cuya propuesta moral -si la tiene- está lejos <strong>de</strong> la<br />

ortodoxa y conservadora <strong>de</strong> la costumbrista.<br />

El costumbrismo <strong>de</strong> Larra no es complaciente, sino crítico y <strong>de</strong>nunciador <strong>de</strong> los errores. No le preocupa lo<br />

exterior <strong>de</strong>l personaje, sino todo lo contrario. Su análisis se dirige a mecanismos más complejos, a seres<br />

retratados interiormente. El costumbrismo <strong>de</strong> Larra es crítico; el suyo es un costumbrismo comprometido<br />

con una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> reformismo progresista. Se vale <strong>de</strong> la costumbre para zaherir las conciencias y para<br />

pedir los cambios necesarios para mejorar la sociedad.


3<br />

Mariano José <strong>de</strong> Larra<br />

Larra y los costumbristas españoles<br />

Larra se sirvió <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> artículo <strong>de</strong> costumbres para or<strong>de</strong>nar su reflexión crítica sobre la sociedad<br />

española. No tuvo interés en pintar tipos y costumbre como hicieron Mesonero Romanos y Estébanez<br />

Cal<strong>de</strong>rón, sino que, valiéndose <strong>de</strong> esas costumbres y <strong>de</strong> algunos tipos, personajes, grupos sociales y<br />

lugares públicos, así como las críticas teatrales, mostró a los lectores la cara crítica y a menudo, negra,<br />

<strong>de</strong> España. Dio a conocer el estado moral <strong>de</strong> la nación, sus contradicciones, sus cualida<strong>de</strong>s, sus <strong>de</strong>fectos<br />

y necesida<strong>de</strong>s, al tiempo que se valió <strong>de</strong> ese mismo vehículo para analizarse a sí mismo como parte<br />

integrante <strong>de</strong> esa nación.<br />

Mesonero y Estébanez son “retratistas o pintores”, representantes <strong>de</strong> la sociedad burguesa práctica y<br />

metódica para los que los artículos son un “fin” sin mayores consecuencias. Para Larra son un “medio”<br />

para analizar y reformar la sociedad.<br />

Temas<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las referencias generales al atraso <strong>de</strong>l país y a la necesidad <strong>de</strong> progreso, otros temas<br />

aparecen sistemáticamente en los artículos:<br />

• Larra vitupera no sólo a los estamentos más populares sino al comportamiento <strong>de</strong>l pueblo en general.<br />

Critica todo lo zafio y grosero, el lenguaje achulapado y altanero, las costumbres rudas que gustaban<br />

a sus coetáneos. Censurará aquellas gentes que no hacen gala <strong>de</strong> recato y buenos modos: La fonda<br />

nueva, La diligencia, Entre qué gente estamos... Escribirá críticas mordaces contra toda sociedad<br />

que peque <strong>de</strong> pereza, brutalidad, ineducación, vanidad e hipocresía.<br />

• Sus artículos revelan una honda preocupación por el sistema educativo: El casarse pronto y mal, La<br />

educación <strong>de</strong> entonces...<br />

• Ataca también el sistema penitenciario español y la pena <strong>de</strong> muerte (El reo <strong>de</strong> muerte).<br />

• Critica a la burocracia española en Vuelva usted mañana, a través <strong>de</strong>l recurso perspectivístico,<br />

contrastando el aparato burocrático esapañol con la diligencia <strong>de</strong> otros países. Los personajes que<br />

<strong>de</strong>sfilan en este artículo son prototipos <strong>de</strong> esta pereza colectiva que frena los ímpetus reformadores<br />

<strong>de</strong> Larra.<br />

• Escribe páginas que censuran la ru<strong>de</strong>za y el comportamiento <strong>de</strong> individuos auto<strong>de</strong>finidos como<br />

francos y <strong>de</strong> modales a la antigua usanza (El castellano viejo). Este patriotismo mal entendido junto a<br />

la actitud opuesta <strong>de</strong> encontrar sólo bueno lo que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> fuera (En este país), son, lo mismo que<br />

la ociosidad <strong>de</strong>l señorito madrileño, una manifestación más <strong>de</strong> la incultura <strong>de</strong>l país.<br />

• Destapa profesiones o establecimientos (Empeños y <strong>de</strong>sempeños) que ponen al <strong>de</strong>snudo la<br />

corrupción <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> su tiempo...<br />

El camino elegido por el autor no es otro que el <strong>de</strong> <strong>de</strong>sterrar <strong>de</strong> una vez para siempre los tipos y<br />

costumbres que hacen inviable la perfección social <strong>de</strong>seada por Larra.<br />

ARTÍCULOS LITERARIOS<br />

La mayor parte <strong>de</strong> los artículos escritos por Larra tienen como tema la literatura, crítica teatral y<br />

costumbres teatrales, y sirven al lector para tener una i<strong>de</strong>a completa <strong>de</strong> la realidad cultural española <strong>de</strong><br />

los años en que vivió Larra. La importancia <strong>de</strong> este tema no ha <strong>de</strong> extrañar al lector actual pues la prensa<br />

romántica conce<strong>de</strong> gran importancia a los sucesos teatrales <strong>de</strong>l momento. Este género gozaba por<br />

entonces <strong>de</strong> un primer puesto entre las preferencias <strong>de</strong>l público; se traducen y adaptan muchas obras<br />

extranjeras que, no sólo se ven representadas, sino que son objeto <strong>de</strong> discusión y tema central <strong>de</strong> las<br />

tertulias <strong>de</strong> la época.<br />

Como ha indicado la crítica, durante el tiempo que ejerció el periodismo, no se perdió un solo estreno o<br />

concierto y <strong>de</strong> ello <strong>de</strong>ja constancia escrita. En sus textos abarca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la crítica <strong>literaria</strong> <strong>de</strong> los textos<br />

representados hasta las formas <strong>de</strong> representación, la conducta <strong>de</strong>l público en el teatro, los gustos <strong>de</strong> ese<br />

público... Especialmente importantes son los artículos y referencias que <strong>de</strong>dica a los actores y a sus<br />

maneras <strong>de</strong> interpretar. Estos artículos culturales sirven para conocer sus i<strong>de</strong>as sobre la función <strong>de</strong> la<br />

literatura, la evolución <strong>de</strong>l propio autor respecto a sus gustos...<br />

© <strong>Materiales</strong> <strong>de</strong> lengua y literatura<br />

Ana Romeo y Lour<strong>de</strong>s Domenech


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© <strong>Materiales</strong> <strong>de</strong> lengua y literatura<br />

Ana Romeo y Lour<strong>de</strong>s Domenech<br />

Mariano José <strong>de</strong> Larra<br />

Larra censura los melodramas <strong>de</strong> argumento inverosímil, llenos <strong>de</strong> encuentros fortuitos y recursos<br />

escénicos manidos. Para Larra el teatro no <strong>de</strong>be constituir una simple diversión, sino que <strong>de</strong>be<br />

convertirse en un director <strong>de</strong> las masas, en rector <strong>de</strong> la opinión pública. Un teatro difundidor <strong>de</strong> las<br />

buenas costumbres que recuerda la finalidad ética <strong>de</strong>l teatro <strong>de</strong> Moratín (s. XVIII). Para Fígaro, “el<br />

público es la primera causa <strong>de</strong>l abatimiento <strong>de</strong> nuestro teatro”; solución: educar, instruir al público,<br />

instando al gobierno a que tome las medidas oportunas.<br />

En sus críticas teatrales, Larra sigue una estructura arquetípica: <strong>personal</strong>idad <strong>de</strong>l autor, fuentes <strong>de</strong> la<br />

obra, exposición <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong>l argumento, comportamientos <strong>de</strong> los actores, <strong>de</strong>corados, acogida <strong>de</strong>l<br />

público y valoración <strong>personal</strong>. Critica elogiosamente a Ventura <strong>de</strong> la Vega, pero sobre todo a Moratín,<br />

autor muy admirado por Larra (“coloso dramático” lo llama). No siente la misma veneración por sus<br />

seguidores, <strong>de</strong> los que opina que no pue<strong>de</strong>n rivalizar con él.<br />

Ante el aluvión <strong>de</strong> dramas históricos Larra no olvida la finalidad ética que perseguía el teatro neoclásico.<br />

Aunque con reservas, acepta el drama histórico; censura el drama que se resiente <strong>de</strong> veracidad histórica,<br />

<strong>de</strong> personajes acartonados y prefiere los dramas con carga social que i<strong>de</strong>ntifican la obra con el<br />

espectador.<br />

De la escuela romántica Larra critica el cúmulo <strong>de</strong> llantos, <strong>de</strong>smayos, muertes, <strong>de</strong>clamaciones<br />

exageradas, intrigas aterradoras, escenarios que aterran... Entre sus obras preferidas está “El Trovador”,<br />

“Los amantes <strong>de</strong> Teruel”, “La conjuración <strong>de</strong> Venecia”...<br />

Otros artículos son un auténtico arsenal <strong>de</strong> noticias <strong>de</strong> la vida artística <strong>de</strong>l Madrid <strong>de</strong> su tiempo: censura<br />

la escasa profesionalidad <strong>de</strong> los actores, su mala dicción, los postizos y la vestimenta anacrónica, la<br />

<strong>de</strong>scuidada escenografía, el estado <strong>de</strong> los teatros -incómodos y sin servicios- y el comportamiento <strong>de</strong>l<br />

público.<br />

Su actitud crítica va fuertemente ligada a sus i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> hombre liberal, agrupándose todas ellas en una<br />

solo: Libertad. Su artículo <strong>Literatura</strong> es un fiel exponente <strong>de</strong> todo lo dicho hasta ahora.<br />

ARTÍCULOS POLÍTICOS<br />

Los artículos específicamente políticos <strong>de</strong> Larra aparecen a partir <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Fernando VII. Al<br />

margen <strong>de</strong> otros problemas ya citados (atraso <strong>de</strong> España...) se centran en torno a dos cuestiones: la<br />

gestión <strong>de</strong> gobierno y el carlismo. Larra como <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong>l espíritu liberal y <strong>de</strong>mocrático escribe para<br />

combatir la <strong>de</strong>sidia <strong>de</strong> un país anquilosado. Los temas que más aparecen son la libertad <strong>de</strong> imprenta, la<br />

expansión <strong>de</strong>l carlismo, la actitud in<strong>de</strong>cisa <strong>de</strong>l gobierno, la frustración por las reformas anunciadas y no<br />

emprendidas… En <strong>de</strong>finitiva, la situación <strong>de</strong>l país que se <strong>de</strong>bate entre guerras civiles, motines, luchas <strong>de</strong><br />

partidos y sucesiones <strong>de</strong> gobiernos. Larra escribe muchos <strong>de</strong> sus artículos bajo la presión <strong>de</strong> la censura,<br />

no por ello sacrifica la feroz sátira a la política <strong>de</strong> su país.<br />

ESTRUCTURA DE LOS ARTÍCULOS<br />

Aunque muy variadas, las estructuras más habituales en sus artículos son :<br />

a) El uso <strong>de</strong> yo <strong>de</strong> carácter autobiográfico. Es escritor se nos presenta a la<br />

búsqueda <strong>de</strong> material que pueda darle pie para un artículo y ahí empieza la ficción:<br />

un personaje, una situación sirven para que <strong>de</strong>sarrolle el artículo. El yo activo<br />

(busca) se convierte automáticamente en yo pasivo (escucha y observa). Esta<br />

situación tan frecuente suele presentarse bajo la siguiente estructura:<br />

i. Introducción o exordio: yo activo<br />

ii. Tema y <strong>de</strong>sarrollo: yo pasivo<br />

iii. Conclusión: yo activo<br />

b) Son frecuentes las digresiones o reflexiones <strong>de</strong> carácter más o menos filosófico<br />

que lo distinguen <strong>de</strong> otros costumbristas. En ellas critica, se lamenta o ironiza.<br />

- Esta narración ensayística reflexiva pue<strong>de</strong> ocupar a veces todo el<br />

artículo (El día <strong>de</strong> difuntos <strong>de</strong> 1836 y La N. <strong>de</strong> 1836) don<strong>de</strong> un yo activo<br />

y subjetivo ocupan todo el artículo eliminando casi totalmente la<br />

anécdota.<br />

c) Una estructura en dos partes, en la que la primera aportaría la reflexión teórica<br />

sobre un tema que se dramatiza o narra en la segunda.


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© <strong>Materiales</strong> <strong>de</strong> lengua y literatura<br />

Ana Romeo y Lour<strong>de</strong>s Domenech<br />

Mariano José <strong>de</strong> Larra<br />

d) El perspectivismo y el contraste junto al carácter dialógico <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> sus<br />

escritos. Este diálogo lo establece el narrador consigo mismo o con otro. Este otro, el otro, es<br />

característico <strong>de</strong> la sátira pero también <strong>de</strong>l género costumbrista. Primos, amigos, sobrinos,<br />

extranjeros que visitan el país hacen acto <strong>de</strong> presencia en sus escritos y le sirven para poner <strong>de</strong><br />

manifiesto las <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong> los españoles. El recurrir a otro que mira con extrañeza la realidad<br />

cotidiana <strong>de</strong>l narrador se encuentra en la literatura anterior. Cadalso y sus Cartas Marruecas es<br />

un buen ejemplo en el que un marroquí escribe u pregunta a un español sobre lo que ve y no<br />

entien<strong>de</strong>. Fígaro se vale <strong>de</strong> la mirada extrañada <strong>de</strong> ese extranjero con el que pasea el narrador.<br />

Este <strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong> la mirada es también un <strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong>l discurso y la utilización <strong>de</strong><br />

dos puntos <strong>de</strong> vista narrativos (perspectivismo) al servicio <strong>de</strong> la obtención <strong>de</strong> un sentido final.<br />

El otro es usado <strong>de</strong> forma variada; a veces es un mero observador que cuestiona al narrador;<br />

pero pue<strong>de</strong> también estar implicado en la acción y pa<strong>de</strong>cer aquello que critica el artículo. En<br />

otras ocasiones es protagonista, como en “El casarse pronto y mal” o en “Empeños y<br />

<strong>de</strong>sempeños”.<br />

El empleo <strong>de</strong> ese otro le sirve a Larra para dar a sus artículos cierto hilo argumental, narrativo y<br />

<strong>de</strong>nsidad dramática mediante el diálogo. Es lo que ocurre en “La educación <strong>de</strong> entonces”, en<br />

don<strong>de</strong> dos personajes hablan y pasean y el narrador sigue <strong>de</strong>trás escuchando e introduciendo<br />

pequeños comentarios.<br />

Larra pues, recurre al contraste y al <strong>de</strong>sdoblamiento: unas veces es el propio autor convertido en<br />

presentador y censor <strong>de</strong> nuestros hábitos; otras es un extranjero el que con su mirada introduce<br />

perspectivas opuestas; otras es otro personaje español el que produce el choque (Larra-castellano<br />

viejo). Valiéndose <strong>de</strong>l perspectivismo <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong> vista y <strong>de</strong>l contraste por el<br />

enfrentamiento <strong>de</strong> pareceres, <strong>de</strong> la ironía, <strong>de</strong> la caricatura y <strong>de</strong> la burla, consigue Larra expresar<br />

su visión <strong>de</strong>l mundo.<br />

LENGUA Y ESTILO<br />

Los recursos lingüísticos y estilísticos también los pone al servicio <strong>de</strong> su intención crítica y reformadora.<br />

La lengua tuvo mucha importancia para él; consi<strong>de</strong>raba que la lengua, vehículo <strong>de</strong> la literatura, no es un<br />

instrumento que se pueda fijar, sino que <strong>de</strong>be evolucionar <strong>de</strong> acuerdo con los tiempos y sus necesida<strong>de</strong>s.<br />

Claridad, precisión, nada <strong>de</strong> artificios retóricos y equilibrio entre forma y contenido serán su lema.<br />

Reproduce muy poco el habla vulgar y los dialectos locales tan habituales en los<br />

costumbristas. Sí emplea repeticiones que dan a los artículos un tono dramático que<br />

recalca el mensaje crítico: “A<strong>de</strong>lante” o “Sigue” en Empeños y Desempeños, “Vuelva<br />

usted mañana” o “Este país”.<br />

También son habituales las enumeraciones caracterizadoras, a veces caóticas, las<br />

comparaciones <strong>de</strong> tono vulgar (animalizaciones y cosificaciones) abundantes en las<br />

caricaturas y las imágenes <strong>de</strong> doble sentido que apuntan a mostrar confusión. Este tipo<br />

<strong>de</strong> enumeraciones –normalmente asindéticas- están or<strong>de</strong>nadas en estructuras<br />

bimembres, trimembres y plurimembres (El castellano).<br />

En cuanto al léxico, no es un purista y a menudo da cabida a galicismos y neologismos<br />

que él mismo inventa. También emplea la <strong>de</strong>rivación y composición <strong>de</strong> palabras con<br />

intención humorística y caracterizadora: “palabra-percebe”, “hombre-gas”, “quitaguas”,<br />

etc. Mezcla indiscriminadamente cultismos con coloquialismos, vulgarismos con<br />

arcaísmos, dotando a su estilo <strong>de</strong> gran expresividad. Mezcla también frases latinas<br />

cultas con refranes, proverbios y juegos <strong>de</strong> palabras.<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista fónico, <strong>de</strong>stacan el énfasis, las interrogacioes e interjecciones<br />

retóricas y las aliteraciones y onomatopeyas.


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© <strong>Materiales</strong> <strong>de</strong> lengua y literatura<br />

Ana Romeo y Lour<strong>de</strong>s Domenech<br />

Mariano José <strong>de</strong> Larra<br />

Los recursos estilísticos que emplea son los habituales en la sátira aunque también se<br />

inscriben en el hecho <strong>de</strong> que la suya sea una escritura <strong>de</strong> gran intensidad biográfica, lo<br />

que hace que sus imágenes, comparaciones y alusiones sean a menudo<br />

autorreferenciales y tengan que ver con su propia vida y sus escritos. Metáforas,<br />

imágenes y, sobre todo, símiles e hipérboles aparecen con frecuencia usados con un<br />

tono humorístico que va <strong>de</strong> la ironía al sarcasmo, pasando por la parodia y la caricatura.<br />

La prosa <strong>de</strong> Larra tiene varios niveles <strong>de</strong> lectura. Uno <strong>de</strong>scriptivo, y otro en el que se<br />

encuentran alusiones, citas implícitas, ecos <strong>de</strong> otros artículos suyos que permitían al lector<br />

atento <strong>de</strong>scubrir referencias y sentidos que la censura no consentía explicitar.<br />

Un estilo claro, directo, mordaz, incisivo, tajante, muy visual; una prosa eficaz, vibrante y<br />

comunicativa, hacen <strong>de</strong> sus escritos piezas aún vivas y actuales.

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