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Disciplina, constancia y las cosas bien claras. Esas son las tres cosas que mejor definen la sensación que me ha dejado la entrevista que he tenido el placer de realizar a Stella Ábalos, una joven madrileña de 24 años apodada como "la jefa" que compite como luchadora de MMA siendo campeona a nivel nacional amateur en su categoría. Actualmente entrena en Alicante, en Climent Club, compartiendo gimnasio con Ilia Topuria, Campeón Mundial de Peso Pluma de UFC.
En un deporte carente de referentes femeninos, Stella tiene todos los ingredientes que se necesitan para serlo. Estudió Diseño y Gestión de Moda pero pronto se daría cuenta de que ella había nacido para otra cosa, para estar encima de un tatami concretamente. Así que le faltó tiempo para hacer la maleta y poner rumbo al lugar donde entrenan los mejores, aunque eso suponga estar lejos de su familia. Sobre cómo empezó a profesionalizarse en el mundo de la lucha, cómo ha hecho para compatibilizar trabajo y deporte a un nivel tan alto de exigencia y sobre cómo está viendo crecer la popularidad del MMA hemos estado charlando.
¿Cómo empieza tu relación con los deportes de contacto?
Yo empecé haciendo K1 y Kick Boxing, fue pasando el tiempo y empecé a probar a hacer jiu-jitsu, el trabajo de suelo de llaves. Después, cuando yo ya estaba trabajando de recepcionista en el gimnasio en el que entrenaba, me invitaron a probar MMA. Me llamó la atención y probé porque ya estaba "aburrida" de las otras modalidades, me cansaba rápido de ellas porque son menos completas. Al descubrir el MMA fue diferente, acabé apostando todo a esa disciplina.
¿Por qué quisiste llevar el MMA hasta el ámbito profesional?
Al principio lo compaginaba con mis estudios -tengo la carrera de Diseño y Gestión de Moda- y la verdad que en un principio para mí era un hobby pero a raíz de trabajar como comentarista en Eurosport, empecé a ver posibilidades en el mundo de la lucha y fue sincera conmigo misma porque aunque he sido muy buena estudiante siempre, la universidad era un sitio que no me llenaba, me sentía fuera de onda. Yo sabía que mi sitio estaba en un tatami y además el MMA era algo que se me daba bien. Llegó un momento que después de acabar la carrera yo sabía que era imposible seguir formándome académicamente si quería competir a alto nivel y decidí apostar por el deporte.
¿Se puede vivir del MMA?
Las oportunidad son pocas y por eso mucha gente tira la toalla. Ante la incertidumbre de lo que pueda pasar, uno necesita seguridad para crear su futuro pero yo creo que si le pones todos los recursos, sí lo puedes conseguir. Lo que pasa que tienes que sacrificarlo todo y al final es cierto que solo es un supuesto.
De todo lo que has sacrificado, ¿qué es a lo que más te cuesta renunciar?
A mi familia. Es algo que me parte el corazón, darme cuenta de que vuelvo a casa después de 6 o 7 meses y no veo a mis hermanas crecer; o cuando veo a mi abuel y me doy cuenta de que cada vez está más mayor. Bueno, es un tiempo que sé que no voy a recuperar. Salir de fiesta para mí no es interesante pero perder tiempo de estar con mi familia sí que lo es.
Cuando no estás en periodo de competición, ¿la exigencia sigue siendo tan alta?
No hay tiempo para relajarse. Nada más terminar una competición, ya estoy pensando en la siguiente. Yo solo lo que le pido a Dios -soy creyente- es volver sin lesiones para poder seguir entrenando al mismo nivel.
¿Te ha sorprendido la repercusión que ha tenido Ilia Topuria al alzarse con el título de Campeón Mundial de Peso Pluma de UFC? ¿Notas que a partir de esto la gente se acerca más a este deporte?
Por supuesto, el público se ha abierto muchísimo. Antes era un deporte no muy conocido y ahora parece que todo el mundo sabe quién es Ilia, qué es la UFC y en qué consiste el MMA. De repente se habla del "topuriazo", todos los niños se quieren apuntar a MMA y las redes sociales de los que formamos parte de este mundo en España, han empezado a subir.
¿Qué consejo le darías a una persona que quiera iniciarse en las artes marciales mixtas?
Como ocio es un deporte como cualquier otro que mantiene en forma, que exige de mucha disciplina y que es muy bueno para gente que tiene problemas con el control de la ira. Te ayuda mucho a canalizar absolutamente todo. A la gente que se lo quiera tomar en serio a nivel de competición, lo que le diría es que no hagan caso de todos los "no" que van a recibir. Hay que ser muy persistente y no tirar la toalla cuando ves que algunas puertas se cierran.
¿El MMA es una buena herramienta para liberar el estrés?
Sin duda. Yo cuando empecé a hacer K1 y Kick Boxing fue porque tenía una situación un poco complicada en casa y mi psicólogo me recomendó hacer algún deporte en el que yo descargara la ansiedad. Además de la experiencia propia, también he visto en todos los años que llevo en este tipo de deporte cómo ayuda a mejorar a muchos niños que necesitan canalizar sus sentimientos. Es que al final es un manera muy real de aprender un orden y una jerarquía porque cuando subes al tatami siempre va a haber alguien más fuerte que tú, entonces aprendes cuál es tu lugar en el mundo. Es una dosis pura de humildad.
¿Qué engancha a quedarse en el MMA?
Te trae muchas cosas buenas, te convierte en una persona muy disciplinada. Estás en forma y te da mucha seguridad en una misma. Uno cuando se siente seguro de sí mismo es cuando mejor se encuentra.
¿Cómo gestionas el tema del peso, de la alimentación?
Mi caso es un poco particular. Normalmente los chicos tienen que hacer mucha descarga para estar en su peso de competición. Yo compito en la categoría de menor peso y tengo que hacer una descarga de 3 kilos, que realmente es poco. Para ello tengo una persona que gestiona mi alimentación, Raquel Míguez. Es muy exigente, claro está, porque si quieres tener un buen rendimiento la dieta es fundamental. Yo tengo apuntado todo lo que como en la nevera pero también es verdad que yo como ya llevo mucho tiempo en esto, no me cuesta. También hay momentos para todo, yo puedo salir un sábado a comer con mi familia a comerme una paella y no pasa nada. El caso es que hay que saber cuándo hacerlo, no lo puedo hacer por ejemplo si me quedan 3 días para pelear. Es un poco cuestión de buscar un equilibrio.
Ser luchadora es solo una pieza de un quesito que es muy grande y que soy yo como persona. Tengo una parte del quesito que es el deporte, otra mi familia, otra la alimentación... Y hay que jugar mucho con el equilibrio de la exigencia porque yo sé que esto trae muchos problemas en competidores y es importante contar con ayuda psicológica. Yo también hago terapia con un psicólogo especializado en deporte, José Donate.
Eva Machón es redactora digital, experta en moda, belleza y vida healthy. No hay zapatilla de deporte chula que haya escapado a su radar ni estilismo de celebrity que le haya pasado desapercibido.
Es especialista en cubrir alfombras rojas para buscar los abdominales más definidos pero no se despeina si tiene que probar los ejercicios más duros de CrossFit que hay que hacer para conseguirlos. Ahora bien, lo que más le gusta de su trabajo es tener la oportunidad de husmear en el neceser beauty de las famosas y preguntarles a todas (nunca se le olvida) por su truco de belleza favorito.
Nadie mejor que ella sabe lo que es pasar horas buceando en redes sociales en busca de tendencias y nuevos productos que poder testear para escribir sus reviews y opinar del tema que esté más de actualidad con sus amigos (por qué no decirlo). En sus ratos libres aprovecha el tiempo para explotar su creatividad puntada a puntada en su taller de bordado, descargar energía dándolo todo en sus clases de baile y desconectar con una buena novela negra acompañada de sus dos gatos.
Eva Machón se graduó en Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid y desde entonces ha trabajado como redactora en diferentes revistas digitales de temática lifestyle. Lleva más de 4 años vinculada a Women’s Health.
