CAPÍTULO 5. Scott Regan

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NARRADOR OMNISCIENTE

Marlon se fue a dormir con una sonrisa; luego de mil años había vuelto a ver a su hermano gemelo. Era su todo. Sonrió, se metió en la cama y se decidió a dormirse.

Sin embargo, no soñó como había hecho por años. Esta vez, Marlon soñó muy diferente, como si estuviera reviviendo parte de su infancia gracias a la llegada de su gemelo. Es muy cierto que los hermanos gemelos están más conectados que los simples hermanos; comparten pensamientos y sentimientos. Y esta vez, parecía que el subconsciente de Ian quería mostrarle algo a Marlon.

~INICIA FLASHBACK~

-¡Marlon, vas a ver!

Marlon corría felizmente por el jardín con una enorme risa en su boca, escapando de un pequeño Ian que la perseguía con un puñado de arena en su mano. Los acompañaba un hombre alto y con una barriga tan grande como una pelota, que les sonreía y jugaba con ellos. Marlon saltó a los brazos del hombre para evitar el ataque de arena de su hermano gemelo.

-Ya vale, chicos, dejad de pelear. Es hora de la merienda.

-Pero tío Scott! uno más, si? porfavooooor -suplicó Marlon al borde de las lágrimas, mirándolo con esa carita tan tierna e infantil que encantaba a cualquiera. El hombre sonrió y besó la frente de la pequeñita.

-De acuerdo, pero solo una más! vamos Ian, ven con tu tío Scott!

El pequeño Ian corrió feliz hacia su tío y se sujetó bien al enorme brazo del hombre. Una vez que éste se aseguró que Marlon e Ian estaban bien sujetos, empezó a girar sobre sí mismo imitando el sonido de un avión. Marlon e Ian reían a carcajadas y disfrutaban de la velocidad y del viento que les pegaba en la cara. Una vez mareado, Scott frenó las vueltas y bajó a los chiquilllos.

-Muy bien pequeños, ahora si, hora de merendar. El último en llegar tendrá cara de muñeca por una hora!! -gritó alegre el hombre mientras echaba a correr al interior de la casa. Marlon e Ian echaron a correr detrás de el y entraron al mismo tiempo por la puerta de vidrio, empujándose entre sí.

-Tío Scott! Tío Scott! Ian llegó último, ponle cara de muñeca!! -gritaba con euforia Marlon, burlandose de su hermano.

-No es cierto! Marlon llegó último, ponle a ella la cara de muñeca! -replicaba Ian furioso, tratando de jalar del cabello a Marlon.

-Ya, ya niños, basta de peleas. ¿Quién quiere merendar? -canturreó Michelle, la madre de los chicos.

-¡¡Yo, yo!! -ambos gemelos corrieron adentro de la casa para ir a merendar la deliciosa comida que preparaba su madre. La señora sonrió sin poder evitarlo; aunque ese par era a veces un desastre, no podía negar que eran una ternura cuando estaban felices. Scott también entró después de los niños, dándole una sonrisa y una palmada en la espalda de Michelle, como sabiendo lo que ella pensaba. Una vez dentro, los niños se sentaron a la mesa esperando que su madre les sirviera la comida, mientras se daban un par de puñetazos cariñosos.

Michelle sirvió algo de sopa de vegetales en los platos de todos y luego un poco de carne asada con papas fritas. Los chicos ni siquiera se quejaron por las verduras; devoraron todo en instantes.

-¡Tranquilos, chicos! que se van a atragantar -rió el padre de los pequeños, Tyler Regan. Estos aun así no le hicieron ningún caso y siguieron comiendo como si no hubiesen probado comida en años. Al final, dejaron sus platos completamente limpios, y sus barrigas quedaron llenas. -Bien hijos, hora de dormir. Scott, ¿puedes ir arriba con ellos y acostarlos porfavor?

-Será un placer, vengan niños. Hora de los cuentos del tío Scott -sonrió el hombre al tiempo que los niños gritaban un esplendoroso y alto "Hurra!" y corrían escaleras arriba. La habitación de los chicos estaba en el ático que se construyó cuando llegaron a esa casa; por puro complacimiento de sus hijos, Tyler y Michelle habían mandado construir una habitación en forma de casa del árbol.

La última vez para decir "Te amo" ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora