Semana de la Lactancia Materna

Lactancia materna: ¿Te ofendería ver a una mujer amamantando en público?

Vogue investiga por qué amamantar en público es todavía un tabú en 2019: mirando distintas perspectivas acerca de la lactancia materna alrededor del mundo.
Amamantar en público lactancia materna
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Kiki Valentine recuerda la primera vez que amamantó a su hijo, Hart, en un espacio público. Era verano en Nueva York y hacía mucho calor, y se sentó en la banca de un parque para alimentarlo. No estaba intentando hacer ninguna declaración sobre la lactancia materna ni hacer que nadie se sintiera incómodo. “Él necesitaba comer”, dijo, es tan simple como eso.

Pero algunas semanas después, Valentine se convirtió accidentalmente en la cara de un movimiento, después de que una fotografía de ella amamantando a Hart –en esta ocasión en las escaleras del Ayuntamiento de Nueva York, durante un rally para apoyar la lactancia materna en público –apareció en varias publicaciones. Un impacto todavía más grande llegó cuando la fotografía apareció en un episodio de The Rachel Zoe Project, en el que la diseñadora planteaba la pregunta, “Amamantar en público, ¿tendencia o tragedia?”. Valentine vio el capítulo en el que el esposo de Zoe, Rodger Bernan, votó por “trágico”. Se sintió mortificada.

Amamantar en público, ¿sí o no?

Compassionate Eye Foundation/David Oxberry

Así que, ¿cuántas personas amamantan alrededor del mundo?

Un reporte de 2018 publicado por la UNICEF que incluyó a 123 países, descubrió que el 95 por ciento de los bebés alrededor del mundo son amamantados; una estadística que refleja el consenso general en la mayoría de los países acerca de los importantes beneficios que tiene la lactancia materna en la salud tanto de la madre como del bebé. La Organización Mundial de la Salud recomienda amamantar exclusivamente por al menos los primeros seis meses de vida del bebé, y existen leyes alrededor del mundo para proteger a las madres lactantes. En Estados Unidos, cada estado tiene leyes que permiten específicamente a las mujeres amamantar en cualquier lugar público o privado; la Unión Europea prohíbe de igual manera la discriminación contra las madres lactantes.

¿Dónde es menos aceptable socialmente amamantar en público?

Sin embargo, el amamantar en público sigue siendo motivo de debate. En julio, la aerolínea holandesa KLM inspiró tanto a los críticos como a los defensores después de que una sobrecargo le pidiera a una madre que amamantaba a su bebé que se cubriera. La política partidaria oficial de la aerolínea: “Amamantar a bordo está permitido siempre y cuando ningún otro pasajero se sienta ofendido por la práctica”. Las probabilidades indican que alguien lo estará.

Una encuesta reciente realizada a 1,000 hombres y mujeres por la marca Milx de brassieres para lactancia y la extracción de leche materna, descubrió que una de cada tres personas encuestadas ha sido avergonzada (o ha tenido una pareja que ha sido avergonzada) por amamantar en público. Mientras tanto, un estudio de 2014 realizado por la Universidad de Atenas, descubrió que si bien amamantar en público es aceptado socialmente en Noruega, Suecia y Finlandia, esto es algo mucho menos común en Francia y Gales “donde las mujeres aún tienen sentimientos encontrados debido a la posible vergüenza o juicio de los cuales podrían ser sujeto”.

En países en los cuales amamantar en público es ilegal, los legisladores citan con frecuencia las razones religiosas. En Arabia Saudita, por ejemplo, se prohíbe a las mujeres mostrar sus senos en público, incluso para amamantar –a pesar del hecho de que la religión islámica motiva a las mujeres a hacerlo por alrededor de dos años.

¿Cuál es la lógica detrás de la percepción pública de la lactancia materna?

La psicóloga establecida en Nueva York Sarah Gundle, PsyD, ofrece dos razones principales para la incomodidad continua generada por el ver a una mujer amamantar a su bebé. “Los senos no son asociados a la función; son vistos como objetos para el placer sexual”, dice. “Así que sin importar si hay un bebé pegado a él o no, la gente ve un seno desnudo y lo relaciona con algo sexual y eso los hace sentir cómodos”. En segundo lugar, dice que las mujeres que ejercen cualquier actitud percibida como audacia “o que se otorga libertades que no estaban disponibles para ellas previamente, siempre son vistas como una amenaza. Amamantar en público, cuenta ciertamente”. Y si bien los espacios públicos para amamantar se encuentran disponibles en más lugares, Gundle se pregunta si, de hecho, no contribuyen al tabú. “Por un lado, es genial que estén ahí para quienes no se sienten cómodas amamantando o extrayéndose la leche materna en público”, dice Gundle. “Pero sugieren que amamantar es algo que debe hacerse fuera de la vista”.

Quienes están en contra de que las mujeres amamanten en público podrían estar de acuerdo. “El amamantar en público viola la línea entre lo público y lo privado”, dice Margaret J King, PhD, directora del centro de estudios establecido en Filadelfia The Center for Cultural Studies & Analysis. “Hace que la gente se sienta incómoda cuando, como en el ejemplo del avión, no tienen la opción de alejarse de la escena. En una ocasión asistí a una conferencia en la que una madre lactante me preguntó si estaba bien que lo hiciera en la mesa –mi respuesta, por la misma razón, fue ‘de ninguna manera’. Para las mujeres, esta es una señal segura de que no conocen la diferencia entre un comportamiento profesional y uno que no lo es. Parte del comportamiento civilizado consiste en saber hacer estas distinciones. Pregúntate si tomarías un baño en público, o si te desvestirías, si te afeitarías las piernas o, incluso, si tendrías una conversación delicada; todos ejemplos de comportamientos privados, no para realizarse en público”.

¿Cómo responden las redes sociales a la lactancia materna en público?

La perspectiva de que el amamantar debe ser un comportamiento privado es una razón por la cual las imágenes de personas que lo están haciendo son bloqueadas con frecuencia en las redes sociales; a pesar de que Facebook le otorgó a las madres el derecho de amamantar a sus hijos en sus oficinas hace algunos años. Desde que se fundó en 2018, Imalac, una compañía establecida en el sur de Florida que desarrolló un sistema de masajes para los senos de las madres lactantes, ha visto como su página de Facebook, que incluye imágenes de mujeres amamantando que usan sus productos, ha sido cerrada varias veces debido a “desnudez inapropiada”. Valentine señala que Instagram restringe el uso del hashtag #senos. “Y si tu mayor plataforma piensa que los senos deben ocultarse”, dice, “¿hay alguna duda de que el resto del mundo está de acuerdo?”.

Amamantar en público sigue siendo motivo de debate.

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¿Cuál es el futuro de amamantar en público?

Movimientos como la Semana Mundial de la Lactancia Materna (WBW, por sus siglas en inglés), del 1 al 7 de agosto, organizada por la World Alliance for Breastfeeding Action establecida en Malasia, están trabajando para contrarrestar esa noción, buscando proteger, promover y apoyar la lactancia materna al convertirla en algo menos privado y más relacionado con una función biológica natural que no está limitada a ningún entorno particular. El año pasado, como parte de la WBW, casi 23,000 mujeres de 28 países distintos tomaron parte en el Global Big Latch On, un evento público simultáneo de amamantamiento, fundado en Nueva Zelanda en 2005.

“La educación es necesaria”, dice Valentine. “La gente piensa que las mujeres están intentando presumir sus senos, pero a menos que estés mirando fijamente, el tiempo que transcurre entre el momento en que una persona saca su seno y acerca a su bebé a él es de, a lo mucho, unos cuantos segundos. No es que haya cintas decorativas y luces y cuernos resonando. Pensar que una persona está siendo provocativa de algún modo al amamantar en público es ignorancia”. A pesar de esto, Valentine admite que antes de convertirse en madre, es probable que haya visto a una mujer amamantar en un restaurante y haya pensado, “Ugh, ¿tiene que hacer eso aquí?”. Ahora sabe que sí, que sí lo necesita y que es su derecho.

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Sobre la autora: La Dra. Peggy Drexler es una cineasta y psicóloga de investigación establecida en Nueva York. Es la autora de dos libros acerca del género y la familia, y su próximo libro se enfocará en la cultura de la competencia femenina.

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