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14-01-2024

La yarará, el peligro escondido en las zonas serranas

Con la llegada de las altas temperaturas distintos reptiles autóctonos aparecer en busca de alimento. Recomendaciones en caso de toparse con uno y qué hacer frente a una mordedura.


La Ciudad se encuentra dentro del cordón serrano del sistema de Tandilia, el cual es una zona endémica de yararás grande y ñata, por lo que es común que aparezcan estas especies. Los meses de primavera y verano, cuando las temperaturas aumentan considerablemente, son el periodo de mayor actividad de estos reptiles.

Otras especies de animales que pueden encontrarse en la zona son la culebra marrón, falsa yarará y lagartos overos.

Los únicos especímenes considerados de alta importancia sanitaria son la yarará grande y la ñata. En los últimos años en Olavarría se han avistado ejemplares de estos últimos, alertando a los locales acerca de su presencia y del alto riesgo que podría causar su mordida, debido al veneno tóxico que contiene.

“Son animales de sangre fría que ajustan la temperatura según el ambiente, por esta razón su periodo de mayor actividad es la época de primavera y verano” explicó Julián Simón, veterinario de “La Máxima” a Verte, y agregó que “salen de invierno con hambre y en la temporada de más calor hay mayor disponibilidad de presas, como roedores, aves, anfibios y peces”.

En la mayoría de los casos, estos animales no representan un peligro para la población local, a excepción de algunas especies en específico. “Las serpientes que hay que saber identificar son las yararás, ya que son las únicas que podrían generar una emergencia médica en caso de mordida”, indicó Simón.

Por otra parte, según remarcó el veterinario, lo ideal es no acercarse a estos especímenes y en caso de toparse con uno, alejarse lo más rápido posible, respetando el espacio y la distancia sin perderlo de vista. Simón contó que la mayoría de los accidentes suceden cuando las personas tratan de manipularlos o matarlos.

“Al generarles dolor o invadir su espacio van a tratar de advertir con sonidos o movimientos para que te alejes, pero si intentas matarlo el animal va a reaccionar con toda su fuerza violentamente para defenderse” resaltó.

En este sentido, sostuvo que el animal solo atacará en caso de sentirse atacado o acorralado.

En estos casos, lo ideal es llamar a personal capacitado de Defensa Civil, Bomberos Voluntarios o La Máxima, para que los manipulen de forma correcta y los lleven a un lugar seguro.

¿Qué hacer en caso de una mordedura?

Si se presenta el escenario de una mordedura por parte de una yarará, que contiene una toxina que puede generar complicaciones en la víctima “lo primero que hay que hacer es acercarse a un centro de atención médica, no importa si es una salita, el hospital o clínica, lo primero es estabilizarse”, remarcó el experto, y agregó que “para aplicarse la antitoxina hay alrededor de seis horas”.

Debido a las películas y programas de televisión, hay una creencia popular de que los torniquetes son una solución que dará más tiempo hasta que las toxinas lleguen por el torrente sanguíneo al resto del cuerpo, pero Simón indicó que esto “no es una buena idea y nunca hay que hacerlo” porque “lo único que va a hacer es que la sangre no circule y las células de la extremidad se vayan muriendo, lo que puede causar la pérdida de la misma”.

La identificación es clave para saber cómo actuar y si la especie es venenosa o no. En el caso de la yarará grande, su cuerpo tiene un patrón inconfundible, dibujos que emulan una letra “A”, y también un sonido característico, cómo un cascabel.

Su importancia en la naturaleza

Al ser consultado sobre el rol de las distintas especies de serpientes en el Partido, Simón explicó que “controlan las plagas, como roedores, anfibios y algunos tipos de aves”.

Además, remarcó que la culebra marrón también se alimenta de otras serpientes, por lo que mantienen un equilibrio natural en la fauna, cumpliendo su rol ecológico.

Las zonas donde son más frecuentes encontrarlas varía según la especie. La yarará se encuentra en zonas serranas, como las canteras, el Cerro Largo y otros espacios de las localidades, principalmente en Loma Negra y Sierras Bayas. Por otro lado, las culebras marrones están presentes en los pastizales, donde se encuentran sus presas.

Por último, Simón indicó que “siempre hay que tratar a la naturaleza con respeto, ya que las distintas especies cumplen su rol”.



 

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