La semana pasada hablamos de la fascitis plantar tanto de los factores de riesgo que podían desencadenar esta patología como del tratamiento más efectivo para su recuperación. Pero esta semana vamos a resolver una cuestión en cuanto a uno de los factores de riesgo que la producen, esta es la siguiente: ¿Existe relación entre el acortamiento de la musculatura posterior de la pierna y la fascitis plantar?
Según la literatura revisada, la retracción de la musculatura posterior de la extremidad inferior ha resultado ser un factor relacionado con la fascitis plantar. Aunque la musculatura isquiotibial se nombra menos que la musculatura del tríceps sural en la bibliografía, los investigadores argumentan que la retracción de los músculos isquiotibiales puede aumentar la carga en el antepié y ser un factor que incrementará las lesiones repetitivas en la fascia plantar.
Muchos autores apoyan la hipótesis de que la limitación de la flexión dorsal de tobillo juega un papel muy importante en la aparición de la fascitis plantar. Sugieren que aproximadamente 10 grados de flexión dorsal de tobillo con la rodilla en extensión son requeridos para una marcha normal y, si el tendón de Aquiles se encuentra acortado, se limita la flexión dorsal de tobillo, y un exceso de pronación del pie puede aparecer para compensar dicha limitación causando tensión sobre la fascia plantar.
Además, existen algunas referencias sobre la repercusión que puede tener la postura al dormir en la musculatura de la pantorrilla, puesto que el pie asume una postura en flexión plantar. Este hecho permite que los gemelos se acorten. La postura al dormir puede ser un factor novedoso a tener en cuenta en el abordaje terapéutico de la fascitis plantar, y podría ser introducido de forma preventiva junto con otras medidas como el reposo o el uso de calzado fisiológico.
Los resultados de este estudio sugieren que se podría incluir la exploración de la musculatura posterior de la extremidad inferior en el protocolo exploratorio del paciente con facitis plantar por parte del terapeuta, al igual que la inclusión de un programa de ejercicios de estiramiento, centrando el estiramiento en todo el recorrido muscular posterior, es decir, tríceps sural e isquiotibiales. Junto con la enseñanza del programa de estiramientos la labor del fisioterapeuta sería concienciar sobre la importancia de la postura al dormir evitando las posiciones de boca abajo o boca arriba e intentar permanecer en posición fetal (flexionando las rodillas). También se debería promocionar el uso de férulas nocturnas puesto que, por un lado, evita el posicionamiento del pie en flexión plantar, y por otro lado, favorece el estiramiento de la musculatura posterior de la pierna y la fascia plantar, mejorando así el cuadro clínico de la fascitis plantar.
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