48 horas en Ámsterdam (más allá de sus ‘coffee shops’ y su Barrio Rojo)

Ámsterdam, escapada perfecta de fin de semana, es mucho más que ‘coffee shops’ o el Barrio Rojo. Nos perdemos por una urbe que en la actualidad lo tiene todo.
Puente en Ámsterdam Países Bajos.
Getty

48 horas en Ámsterdam, la capital de los Países Bajos, se presentan como la escapada perfecta de fin de semana para disfrutar en cualquier época del año, pero sobre todo en cuanto la primavera y el buen tiempo se instalan en la ciudad.

El que fue pueblo pesquero en el pasado se ha convertido en una ciudad cosmopolita donde se respira arte, gastronomía, moda, innovación e historia en ambas orillas del canal. Atrás quedaron los coffee shops o el Barrio Rojo (donde las visitas guiadas están prohibidas) como el único reclamo turístico, para dar paso a una urbe que en la actualidad lo tiene todo.

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Aunque Ámsterdam siempre es buen plan, independientemente de la época del año en la que nos encontremos, es ahora –con la llegada de la primaveracuando los tulipanes comienzan a desperezarse.

Cubriendo los parques, mercados y jardines de la paleta más policromática posible, las terrazas comienzan a llenarse y los días soleados cada vez son más frecuentes. Es justo entonces, cuando toca hacer las maletas y organizar una escapada a la conocida como Venecia del norte.

Te presentamos Ámsterdam como nunca antes la habías visto, hasta ahora. El viaje promete no defraudar, ¡palabra!

Ámsterdam, HolandaPhoto by Javier M on Unsplash

VIERNES:

16:00h. La primera toma de contacto con la ciudad la hacemos como debe ser: callejeando arriba y abajo por su extensa conexión de canales.

Como al día siguiente vamos a dedicarle toda la mañana a la Plaza Dam y a sus alrededores, donde encontramos también opciones como el Barrio Rojo o el Barrio Judío, en esta ocasión nos dirigimos a la zona sur del barrio de Grachtengordel, el comúnmente conocido como ‘anillo de los canales’.

Construido en el siglo XVII envolviendo –y ampliando– de manera circular el casco antiguo de la ciudad, su entramado de puentes y canales es una auténtica maravilla que cobra por sí mismo relevancia turística como si se tratara del propio Coliseo en Roma, la Torre Eiffel en París, la Puerta de Brandenburgo en Berlín o la Plaza Mayor en Madrid.

Vista aérea de Grachtengordel.Getty

Debemos dar un paseo por los cuatro canales principales (Singel, Herengracht, Keizersgracht y Princegratch) que beben del río Amstel para admirar el sinfín de bicicletas enganchadas a los puentes.

También las fachadas inclinadas de las casas con un máximo de tres o cuatro pisos y un ancho irrisorio comparado con su altura -cabe recordar que los impuestos se pagan en función del ancho de la vivienda-, de ahí el máximo aprovechamiento de la misma hacia arriba y no hacia los lados.

Custodiando el Singel, encontramos Bloemenmarkt -el mercado de las flores más bello de todo Ámsterdam- lugar perfecto para la compra de tulipanes y cualquier souvenir que se precie.

A poco más de 5 minutos se alza orgullosa la calle Nieuwe Spiegelstraat, una dirección para apuntar a fuego en el callejero –sobre todo si el arte está entre nuestros pasatiempos favoritos–.

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Tiendas de antigüedades y galerías de arte que vienen a demostrar que Ámsterdam es un museo al aire libre. ¿La joya de la corona? AbrahamArt, una de las galerías de arte contemporáneo más grandes e importantes de toda Europa.

Con sede en Eindhoven y en Ámsterdam puede presumir de tener piezas de Takashi Murakami, Jeff Koons, Kaws o Bram Reijnders que son una auténtica delicia en el arte de nuestro tiempo. En la calle paralela se encuentra Foam (Keizersgracht 609), un museo de fotografía donde descubrir el trabajo de artistas de fama mundial, así como jóvenes talentos. 

18:30h. Si seguimos por Nieuwe Spiegelstraat en dirección al sur, tras unos 15 minutos a pie llegamos al icónico Museo Van Gogh. Los viernes por la tarde tiene un horario especial de apertura desde las 09:00 hasta las 21:00 horas, por lo que se convierte en la previa perfecta a golpe de arte antes de dar paso a la cena.

Aquí encontramos más de 200 obras del pintor neerlandés Vicent van Gogh entre las que destacan Autorretrato con sombrero de fieltro gris, Los girasoles, el dormitorio en Arlés o Almendro en flor, entre otros.

El museo Van Gogh en Ámsterdam.Jan Kees Steenman 

21.00h. Decir ‘cenar’ es hablar de Moeders y su cocina tradicional holandesa en un espacio kitsch que se traduce en una antigua escuela de baile reconvertida en restaurante.

¿Su mayor atractivo? Las miles de fotografías de madres y abuelas que decoran todas las paredes del local, su vajilla de época, así como sus sopas –ojo a la sopa del día–, estofados y platos combinados.

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23:00h. El broche de oro antes de irnos a descansar lleva por nombre Tales & Spirits, un cocktail bar donde saborear cócteles canallas solo aptos para los más hedonistas.

A la hora de dormir el grupo hotelero The Hoxton con su hotel localizado a cinco minutos a pie de la Plaza Dam es siempre un acierto.

Si las experiencias que se salen de lo preestablecido son lo tuyo, ¿por qué no dormir en un bridge house sobre el agua de los canales? SWEETS hotel ha transformado 28 icónicos bridge house en suites de hotel.

Dormir en un 'bridge house' en Ámsterdam.  SWEETS hotel / Mirjam Bleeker 

SÁBADO:

09:30h. Nada como madrugar para dar un paseo a primera hora -siempre que el tiempo acompañe- por el parque más grande de toda Ámsterdam: Vondelpark.

El pulmón verde favorito por los holandeses donde dar paseos en bicicleta, hacer un picnic al aire libre, caminar o practicar cualquier tipo de deporte.

Muy cercano a éste se localiza The Coffee District (Willemsparkweg, 8) el punto de encuentro perfecto para comenzar la mañana con energía a golpe de café y algunas de sus especialidades de repostería tanto dulce como salada.

11:00h. Tras el desayuno, podemos bien ir andando o coger el tranvía (nº 2 o 12) hasta la Plaza Dam para el free tour de rigor con el que aprender lo máximo de la ciudad en el mínimo tiempo posible.

Es durante las dos o tres horas siguientes donde el viajero se empapa de toda la historia de Ámsterdam y visita puntos clave del centro histórico como la Plaza Dam, el Barrio Judío, el Mercado de las Flores, la sede de la cámara de Ámsterdam de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales o Begijnhof –uno de los hofjes más antiguos de Ámsterdam–.

¿Qué es un hofie? El conjunto de casas sociales que se construyen alrededor de un patio. En el de Begijnhof residieron en el siglo XIV las mujeres que pertenecían a la hermandad católica laica conocidas como beguinas.

Begijnhof en Ámsterdam.Getty

14.00h. Ahora toca recargar fuerzas antes de continuar con el modo turista. Nuestra próxima parada lleva por nombre el Mercado de Albert Cuyp y es el mercado exterior más grande de Europa.

Con más de cien años de tradición, sus puestos permanecen abiertos seis días a la semana (excepto domingos) y venden desde frutas, verduras, carnes y pescados hasta ropa, bolsos y cámaras vintage.

Una opción para ahorrar un poco de dinero durante el viaje es comprar la comida en uno de sus comercios callejeros donde encontraremos los clásicos quesos autóctonos o sus célebres stroopwaffels recién hechos.

En cambio, si preferimos sentarnos a la mesa, en la misma calle encontramos opciones de restauración como Pho 91 (Albert Cuypstraat 91), un excelente local de gastronomía vietnamita. ¿Nuestra recomendación? Las alitas de pollo, los noodles Pho y el plato vegano con un toque de curry Ca Ri Chay.

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16:00h. La parte dulce a modo de postre llega en The Pancake Bakery (Prinsengracht 191) con sus deliciosos poffertjes, tan típicos de la gastronomía holandesa. Una vez tengamos el estómago contento, toca seguir descubriendo las historia de Ámsterdam.

En esta ocasión, nuestros pasos nos llevan hasta el número 20 de la calle Westermarkt en la mundialmente conocida como casa de Ana Frank.

Fue en la parte de atrás de las oficinas del padre de Ana –tras una estantería móvil– cuando en 1942 se escondió toda la familia Frank junto con cuatro allegados más, hasta que fueron descubiertos en 1944. El resto ya es historia.

En la actualidad el escondite de los Frank se ha convertido en una casa-museo que es una joya para conocer más en profundidad todo lo que ocurrió en ese periodo de tiempo tanto a la familia Frank, como al resto de judíos que habitaron Ámsterdam en aquella época.

17:30h. Tras la visita, podemos avanzar hasta el presente descubriendo el museo de arte moderno Moco Museum. Con sede también en Barcelona, en Ámsterdam se ubica en la zona de Museumplein a pocos pasos del Rijksmuseum y del Museo Van Gogh. Aquí nos esperan obras de artistas más actuales como Banksy, KAWS, Jeff Koons, Andy Warholm entre otros.

Moco Museo de Barcelona, abierto este año.Moco Barcelona

¡Ojo cuando lleguemos al piso inferior antes de salir! Habremos llegado a la zona más ‘instagrameable’ de todo el museo, por lo que prepara tu móvil para cuando llegue el momento.

19:30h. Ya bien entrada la tarde, toca relajarse callejeando por el Barrio Rojo entre coffee shops, sex shops, salas de espectáculo y escaparates por doquier. Imprescindible la visita a la iglesia Oude Kerk, el edificio más antiguo de Ámsterdam y al caer la noche -cuando ya no hay luz en su interior- irradia un color rojizo para deleite de las personas que transitan por su alrededor.

La hora de la cerveza de rigor la podemos tomar en Café Hill Street Blues (Warmoesstraat 52A). Sus grafitis, estética grunge y mobiliario vintage recuerdan a los ruin bar de Budapest. ¡Querrás probar todas sus cervezas!

21:00h. Si a la hora de cenar somos de los que nos gusta probar un poco de todo,  Foodhallen (Bellamyplein 51) es el sitio idóneo.

Este mercado gastronómico cubierto con diferentes puestos callejeros cubre propuestas que recorren desde Japón, pasando por Tailandia o Italia, hasta llegar a Vietnam o Estados Unidos. ¡Tan solo tendremos que escoger los restaurantes que más nos llamen la atención y disfrutar de una sabrosa cena compartida en sus mesas comunes en el centro del mismo.

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DOMINGO:

10:00h. Si nos apetece dedicarle una mañana de excursión a los alrededores de Ámsterdam a tan solo media hora en tren, coche o autobús, nos esperan los pueblos de Volendam, Marken y Edam.

El primero es ideal para callejear por su puerto pesquero y –por supuesto– degustar en algunos de sus restaurantes sus famosos fish&chips. Si nos gusta probar cosas nuevas, en Ámsterdam una de las recetas más tradicionales es la de arenque fresco. ¿Por qué no pedir diferentes platos para llevar y degustarlos frente al muelle? ¡Eso sí, mucho cuidado con las gaviotas!

Marken es el pueblo por excelencia de las casitas de colores, sus jardines y su puerto pesquero mucho más tranquilo que el de Volendam. Y por último, tenemos Edam que –tal y como su nombre indica– es el pueblo famosísimo por su queso, por lo que hacer una visita por este y sus queserías es más que acertado.

Las casas de colores de Marken, Holanda.Getty

14:30h. Una vez de vuelta en Ámsterdam, si nos dejan en la Estación Central además de admirar la fachada de este edificio –obra del arquitecto Pierre Cuypers y del ingeniero mecánico Dolf van Gend– que es todo un emblema por sí solo, podemos alejarnos un poco del centro histórico para seguir descubriendo la auténtica esencia de esta ciudad que todavía lo tiene todo por contar.

Ponemos rumbo en dirección al barrio NDSM con el ferry gratuito que se coge desde la parte de atrás de la propia Estación Central.

Esta zona relativamente nueva que pertenece al distrito Noord (norte) se conforma como un antiguo astillero convertido en barrio underground de Ámsterdam. Un espacio donde se dan cita mercadillos, exposiciones, galerías de arte, taller y un sinfín más de propuestas que se salen de lo preestablecido en nuestra visita a Ámsterdam.

¿Algunas de las paradas obligatorias? La obra Let me be myself del artista brasileño callejero Eduardo Kobra, con Ana Frank como protagonista; IJ-hallen Flea, el mercado de las pulgas más grande de Europa; y los conceptos de restauración Pllek, IJver y Noorderlicht.

Sí, nosotros también nos hemos quedado con ganas de pasar otras 48 horas en Ámsterdam, así que, ¡volveremos muy pronto!

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