Los calcetines blancos de Esperanza Aguirre

Combinar calcetines blancos con zapatos de tacón es un reflejo de mal gusto para la mayoría, pero en una sociedad en la que la moda la impone quien pretende obtener beneficio de ella, la libertad individual de elegir debe de quedar a salvo, por lo que no me parece ni bien ni mal que Esperanza Aguirre demuestre ser una hortera ante la mayoría de los mortales.
Lo que no puede admitirse, porque no es elegante, ni digno, sino más bien un acto de cobardía individual, es que Esperanza escape de la India para preservar su integridad personal, dejando en peligro a la mayor parte del grupo de empresarios que ella misma capitaneaba. Con su conducta  demuestra que solo piensa en si misma y a la primera oportunidad pierde la dignidad ante el peligro.
El diputado de CIU Ignasi Guardans, refiriéndose a la acelerada marcha de Esperanza Aguirre, considera que «lo que ha hecho Aguirre canta por si solo«, y aunque ha pretendido ser cauto en sus críticas, le ha sorprendido que «el sentimiento de alarma que tuvo para ella no lo tuviera para con los demás».

El escritor y periodista Juan Jose Millás ha ido más lejos y al referirse a la actitud de  Aguirre ha dicho: «No me parece que su comportamiento haya sido honorable«, precisando que “Si la delegación hubiera sido militar, y si el general hubiera hecho lo que ha hecho Esperanza Aguirre, yo creo que no habría ninguna duda de que ese hombre no se merecería los galones que tiene”.

(historieta gráfica de Manel Fontdevila en Público)

Esperanza Aguirre ha tenido tiempo para coger un vuelo comercial, llegar a España, celebrar una rueda de prensa como autobombo de su «victimismo» y acudir al aeropuerto para recibir al resto de los españoles que había abandonado a su suerte. ¿No le da vergüenza?. Ha demostrado que no tiene talla para ser Presidenta del Gobierno; a la primera de cambio nos puede abandonar a todos para ponerse sus calcetines blancos.