7 APUNTES
DE UN AJEDRECISTA
qpetd
¥ espe
verse uno es
‘30s. mantenem,
verencias y di
so
“uminan
on la
EDICIONES. EH) LENGUAS EXTRANJERAS
: Mores 1955—inapiTeCémo“habrépodido oeursir —pensé— que en este gran fiesta
“de ajedrex. tayan ocupado Jos cinco primetos puestos represeitian
les'de la Unién Sovislica? ePor qué serin tan considerable laa. view
‘oes evoitstod fande” mecetios vjugatores elas comet
=~ relomes=intemacionales,por qué"habrin~ surgido tantos éiminentes”
seeeeilag on nuestro Peis en los titimes afosp? a
~ En ‘aquel-instante, instante en que todos récohosian el éxito que
hicci+> halbaaog?aIGHHAdo, concebi la idea “de escribir el presente libro.
Soy Seal, deseds_de" comunicar 2 os. jovenes lectores el jabilo de le
crea et bor eles. fracas,
ESS gue pueblo.-de-nuestro.‘pais a los servidores. del. arte
eee ¥ del.
y de referiries -el-gran carina ~
&
q
he
LOS ESTUDIOS, BL AJEDREZ, LA VIDA. =<.
ALEGRIAS Y SINSABORES DE LA INFANCIA
— (Maldito rodal! {Otra vez en el mismo sitio! —re-
zongé un hombre pequeiio de cabeza inmensa, mientras
se levantaba con diftcultad del lodazal y se limpiaba las
manos conirg una valla \
Tenia razon aquel tardio transetinte. En efecto, |
calle de Gégol de la ciudad de Tula era incémoda, y
s6lo para los peatones ebrios. Verdad es que al principi
era liana, con empedrado de adoquin y aceras a los lados;
y cémo no to habia de ser, si el propio gobernador vivia
en ella. Mas alld, se iniciaba el barrio de los pobres.
Cambiaba todo de pronto: las casas grandes de majes-
tuosas fachadas, con altas verjas, cedian el espacio a
bajas casuchas. [iy los patios y en ta calle habia un ba-
itizal intransitable. Por Ja noche, la oscuridad era abso-
luta. Los faroles brillaban por su ausencis.
Para mal de maies de nuestro caminante, em -aquel
tsecho de Ja calle habia una cueste. Y es sabido qye no
hay nada més dificil para un beodo que andar cuesta
abajo, pues los pies no logran dar alcance al cuerpo, a
punto de caer.
Finalmente, después de pasar todas las pruebas, mi
padre liega a la pyerta de nuestra casa. Trae la cara y
las manos enfangadas. Del abrigo te caen gotas cenago-
sas. En la mano, una sarta de doradas rosquillas, salva?
: -ADVERTENCIA DEL AUTOR
Es’ en uma espaciosa sala de alto
Estocetmo, Ea Jas, lvioses tardes olonales ce. 1052. jugamas.alli_-2>
Jas Giltimas partidas del torneo interzonal, importante etapa
puigna por el titulo de campedn del mundo de ajedrer
Junto a 1a pared, separadas del piblico por banda’ 16}.
decena e iestasableros, Sentados @ ells, y_profundamente SiGe
midos en el juego, reputados, jugadores de trece paises; La: tensisiee=
de Ta Wucha aicance el punto. cuiminente. Cada parila decide sya 2
definitivamente el lugar en que se clasificardn los participantes gE?
esia importante competicién. Pero una cosa estd ya clara para’
dos: Ios ajedrecistas.coviéticos obtendrin los primeros puestos.
Yo lanzo uta mirada ‘ mis colegas, jivenes msestros del 3
rez que llevan luchando a mi lado un mes por Ia victoria. Estén,.*
sentados, miediten las jagadas decisivas, procirando penelrar-en a
secrelo de los enlebles y realizar con ventaja las maniobras preet
sas, Efim Guéller es impulsivo y acometeder. Hasta en su manera
‘e pensar las jugadas se ve el esfuerza de su inventiva, Tigrén
retsnsidn, macstze de alta léerica de juego, esti tranquilo e inméy
sil. Mark Tsiménoy se levanta nervioso de su silla después de cada
Jogada. EL alto Yuri Averbaj ba encorvado la espalda a! sumirse
fe cavilsciones, Todos estos jugadores aclisn per prinfera vez. en
ef campeonato mundial y lian obtenido un éxito. briliante
Al ‘in, termine el juego, Parlicipantes, invitades y espectado:
res del tosnco nos felicttaa: No es tan seneifio verse uno en el
cenito de fa atencién de una mullitud, Turbados, nos mantenemos
fen pie junto 2 fas mesitas, Saludamos con torpes reverencias y di-
rigimos confusas miradas al pablico que aplaude. Los suecos, al-
tos y tubios, baten palmas com lentitud y serenidad, sin soltar los
cigarrilfos hiimeantes sle entre los dedes, Unos reflestores iluminan
la'sala desde la parie superior, por lo que el tecko se pierde en ta
pemiinbra de las. alturas.