Los científicos están de acuerdo en que los jabalíes son muy inteligentes. De hecho, los incluyen en el exclusivo club al que pertenecen los lobos, los delfines o los chimpancés: se trata de animales con conductas complejas, de carácter sociable y reflexivo y capaces de entender y resolver problemas complejos. Es decir, a pesar de su fama de guarros, brutos y gamberros, los jabalíes son unos animales muy perspicaces.

Hacer un documental sobre jabalíes es un gran reto porque nos planteamos demostrar todas sus capacidades, que son muchas. Es verdad que la imagen más común del jabalí es como pieza de caza o como destructor de cosechas. Ambas son ciertas: todos los años se cazan en España cientos de miles de jabalíes, concretamente unos 300.000, también es cierto que pueden ser muy dañinos para las cosechas ya que arrasan muchas hectáreas por valor de varios millones de euros. Como vemos, los jabalíes tienen muchas facetas.

La inteligencia de los jabalíes les permite explotar lugares muy distintos y conquistar muchos ecosistemas, además, son muy adaptables y aprovechan muchas fuentes de alimentación diferentes. En Borneo hemos grabado a los jabalíes barbudos paseando por la playa, buscando los restos de peces y otros alimentos arrojados por las olas; en Costa Rica filmamos a los diminutos pecaríes, los pequeños jabalíes selváticos, merodeando cerca de los edificios de los hoteles y las estaciones biológicas, esperando los restos de comida abandonados por los cocineros; en el Amazonas hemos visto piaras recorriendo la selva y levantando cada palmo de hojarasca para masticar cualquier cosa comestible. Incluso los hemos descubierto en las laderas de los Andes, trotando alegres entre la maleza. Todas estas especies son parientes de nuestros aguerridos jabalíes.

Aquí, en la península ibérica, sus poblaciones crecen favorecidas por el abandono del campo y de los pueblos y han llegado a instalarse sin problemas en los aledaños de las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, donde se pasean por los parques y las urbanizaciones bajo la mirada asombrada y temerosa de los vecinos.

También observamos cómo manejan su portentoso hocico, su jeta, delicada y poderosa al mismo tiempo, con la que encuentran deliciosas bellotas, labran la tierra en busca de lombrices o bulbos o levantan piedras enormes sin ningún esfuerzo, para zamparse ratones u otros animalillos.

La verdad es que, observándolos, descubrimos que son buenos camaradas, que disfrutan de la vida de familia y que, además, son unos glotones de gustos muy diversos. En cada época del año cambian de dieta para aprovechar los frutos y los productos de cada estación, desde la hierba fresca a los frutos otoñales, pero incluyen también proteínas de origen animal como lombrices, insectos, pequeños vertebrados e, incluso, carroña.

Descubrir sus zonas de campeo no es complicado porque dejan un rastro permanente y muy visible de su presencia: cuando hozan el terreno lo levantan varios centímetros, como si hubiese pasado un tractor. También tienen la costumbre de rascar su pelaje en los árboles hasta desgastar la corteza.

7 secretos de los jabalís

Los jabalíes siempre están alerta y conocen muy bien su territorio. Por si fuera poco, cuentan con un sentido muy fino del olfato y también del oído. Sin embargo, y eso nos dió cierta ventaja a la hora de grabarlos, su vista es bastante corta. Pero, además, tiene otros cuantos secretos:

1) Turista proscrito:Los jabalíes han sido introducidos como piezas de caza en muchos lugares del planeta. Su presencia ha resultado ser una calamidad ecológica por su capacidad de adaptación y de arrasar con plantas y animales autóctonos. Está incluido entre las 100 especies invasoras más dañinas del mundo.

2) Parecido a nosotros: Como sus parientes, los cerdos domésticos, tienen muchas cosas en común con los humanos… Sus muelas se parecen a las nuestras: se conocen como muelas bunodontas y son propias de animales omnívoros.

3) Carnet de familia numerosa: Los jabalíes son muy prolíficos. Una madre puede llegar a parir 12 hijos. Además, con frecuencia se juntan varias familias comandadas por una hembra experimentada. A veces forman grupos familiares de más de veinte individuos.

4) Más que gruñidos: Los jabalíes son capaces de emitir una increíble cantidad de sonidos. A parte del consabido gruñido y los gritos de alarma se han detectado más de 100 bocalizaciones diferentes de su peculiar lenguaje.

5) Un pelo cambiante: A lo largo de su vida cambian el diseño de la piel: los rayones son los bebés de los jabalíes y su cuerpo está surcado por líneas claras y oscuras que van desde la cabeza la cola; cuando son juveniles desaparecen las rayas y toman un color rojizo; entonces se les conoce como, bermejos. Los adultos muestran una mezcla de pelos duros- las cerdas- con otros más suaves.

6) Temibles: Los jabalíes adultos son fuertes y valientes y casi no tienen enemigos naturales, salvo el lobo, el único cazador capaz de limitar sus poblaciones. Los jabalíes tienen la piel muy dura, en especial en los costados y su boca se adorna con unos dientes conocidos como “navajas” grandes, curvos y muy cortantes que utilizan para defenderse.

7) El aseado jabalí: A pesar de su fama de poco higiénicos, los jabalíes son unos animales a los que les encanta bañarse y cuidar de su pelaje. Con frecuencia se dan baños de barro y restriegan su pelambrera contra las cortezas rugosas de los árboles.

Datos curiosos sobre jabalís

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* Puedes conocer todos los secretos de la fauna ibérica cada domingos en La 2 a las 18:30 h, Cuaderno de campo