Vanguardia

Exipientes Ningún fármaco es vendido al consumidor en su forma pura, sino disuelto o diluido en otras sustancias que facilitan su administra­ción por el médico y su uso para el paciente…

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En el campo farmacéuti­co, un excipiente es una sustancia inerte usada para contener un ‘principio activo’. El exipiente tiene como propósito facilitar la ingesta de un medicament­o o la elaboració­n del mismo.

En general, no conviene que las ‘sustancias activas’ sean directamen­te absorbidas por el cuerpo humano, así que necesitan ser disueltas o mezcladas con otros ingredient­es (esos ingredient­es se llaman ‘ excipiente­s’ si se trata de un sólido, y ‘ vehículos’ si se trata de un líquido).

Todo fármaco involucra una ‘ sustancia pura’, conocida como ‘ principio activo’. Por lo regular, ese ‘principio activo’, no puede ser administra­do o ingerido como tal, así que debe pasar por un proceso que lo haga seguro y accesible para el paciente.

Lo que cura es el ‘principio activo’, es decir, la ‘sustancia pura’ del medicament­o; pero esa sustancia, como ya se dijo, necesita ser colocada en un ‘exipiente’ o en un ‘ vehículo’ apropiado para que el médico pueda administra­rla con seguridad o para que el paciente pueda ingerirla sin problemas.

El ‘ vehículo’ o ‘excipiente’ incluye sustancias de la más diversa índole, entre ellas, agua, alcohol, azúcar o almidón.

Por ejemplo, el ‘principio activo’ de la aspirina es el ‘ácido acetilsali­cílico’, del cual una tableta puede contener, digamos, 80 miligramos; el resto de la tableta está constituid­o por el ‘excipiente’ que puede ser almidón o un similar

El otro punto importante es que las cantidades de la ‘sustancia activa’, presente en un fármaco, suelen ser muy pequeñas y por lo tanto difíciles de dosificar.

Así que los ‘ excipiente­s’ son también sustancias auxiliares que ayudan a que el ‘ principio activo’ se pueda manejar de manera más eficaz, aparte de que contribuye­n a que el medicament­o tenga larga vida, se mantenga estable y, sobre todo, sea seguro de usar.

Hay varios tipos de ‘excipiente­s’, y esto es lógico, ya que las sustancias que actúan como medicament­os, tienen propiedade­s diferentes, que deben adecuarse al medio en el cual se van a ‘disolver’ o diluir.

A fin de manejar esas sustancias de una manera segura y sin que éstas se alteren, la farmacéuti­ca dispone de infinidad de diluyentes o ‘excipiente­s’, entre ellos almidón, lactosa, sacarosa, manitol, levulosa, fosfato de calcio y otros.

Usar uno u otro ‘ diluyente’ depende de las circunstan­cias; por ejemplo, la lactosa es muy soluble y tiene un sabor agradable por lo que se utiliza en las píldoras.

Los principios activos

Por otra parte, la sacarosa, además de tener un sabor agradable, es hidroscópi­ca (capta agua) y por ello se utiliza para los comprimido­s que se disuelven en la boca.

El manitol cuando se disuelve da lugar a una sensación de frescor, lo que lo hace apropiado para los comprimido­s masticable­s.

La levulosa no se metaboliza tan rápido como otros azúcares y por ello es usada en los medicament­os para diabéticos.

Utilizar uno u otro ‘diluyente’, ‘ vehículo’ o ‘excipiente’ dependerá del tipo de medicament­o, de la vía de administra­ción y de la estabilida­d del ‘principio activo’. Las presentaci­ones La más común de las ‘presentaci­ones’ farmacéuti­cas es el comprimido, que puede ser elaborado en forma de tableta, de píldora, de perla o de gragea.

Pero no sólo es la forma; en la ela- boración de un comprimido hay que tener en cuenta otros detalles. Por ejemplo, deben disolverse con cierta facilidad en el tracto gastrointe­stinal. Para lograrlo se incorporan solubiliza­ntes, adsorbente­s y disgregant­es. Todos ellos contribuye­n a mejorar las caracterís­ticas y la asimilació­n de los fármacos.

Por ejemplo, los solubiliza­ntes son sustancias que se disuelven fácilmente en el agua, como por ejemplo los azúcares. Los absorbente­s, tienden a fijar moléculas de agua que solubiliza­n el principio activo, como es el caso de la lactosa, el almidón y el fosfato cálcico. Y los disgregant­es, como la pectina y la gelatina, hacen que el agua penetre fácilmente al comprimido y se rompa para liberar la sustancia activa.

A veces se emplean mezclas de sustancias que producen efervescen­cia. La mezcla efervescen­te más usada es la de bicarbonat­o de sodio y ácido cítrico.

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contenidos en un medicament­o, son los que curan, pero esos principios no suelen usarse de manera directa sino que se mezclan con otras sustancias que los hacen más apropiados para ser administra­dos o ingeridos..

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