Habitantes no abandonan sus hogares por miedo a perder sus pertenencias

Dassaev Téllez

Elementos de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Protección Civil, acudieron la tarde del jueves a la colonia Primero de Mayo para ampliar el acordonamiento de la zona de riesgo por el derrumbe que inició el pasado 5 de mayo.

La última vivienda que ha sido declarada como no habitable, fue la de doña Petra, las grietas se han adueñado de su hogar, ya no duerme, no vive, despierta en las madrugadas cuando la tierra cruge.

Doña Silvia Santos, comenta que ella llegó a vivir hace 25 años a ese lugar, relata que todo era felicidad junto a sus hijos, hasta sembraron árboles frutales en un terreno que hasta entonces parecía estable.

Después de que al menos 15 viviendas quedaron al borde del abismo, el perímetro se amplió, ahora también le han notificado que debe dejar su vivienda.

En su casa son tres familias las que se han acomodado, su hija quien es madre soltera, su nuera y otro nieto, quienes tienen un futuro incierto.

Las grietas siguen creciendo, su vivienda ya es consumida y ella vive en un pequeño espacio donde habilitó recámara, cocina y acomodó lo poco que rescató de su patrimonio.

Su temor le impide incluso dormir, día a día y noche a noche escucha cómo se derrumba lo que soñó construir para sus hijos.

Sus vecinas lamentan esta situación, y saben que también están en riesgo, de vez en cuando ofrecen un vaso de agua y hasta cobijo, pero el orgullo de Petra también es fuerte, no se va ir hasta que esto se derrumbe.

Ninguna autoridad le ha ofrecido una solución, solo que se vaya junto a sus hijos, al igual que una despensa raquítica que no resuelve su mayor problema: dónde vivir.

Después de que sus terrenos han sido considerados inhabitables, la mayoría de los vecinos no tienen a donde ir, no tienen plan, y ninguna instancia de gobierno les ha dado una     opción.