La persona afectada está inconsciente.
Se sospecha que ha sufrido un infarto o tiene un paro cardíaco (dolor severo al pecho).
Hay pérdida abundante de sangre.
Se sospecha que puede haber huesos rotos.
Se sospecha que puede haber heridas profundas, por ejemplo, de arma blanca.
Cuando se observan dificultades para respirar (color violáceo intenso en labios, uñas y cara).
Cuando se observan quemaduras severas especialmente en cara y cuello.
Cuando se observa una reacción alérgica severa con compromiso respiratorio.
Otros problemas de salud o accidentes que comprometan la vida del paciente.
Trastorno de conciencia y pérdida de fuerzas, parálisis de extremidades.
Caída de altura importante con o sin pérdida de conciencia.
Sangramientos provocados por heridas o enfermedad.
Intoxicaciones por alcohol, pastillas remedios, drogas, gas, alimentos, cloro, entre otras.
Dolor intenso de inicio repentino en la cabeza, pecho, estómago, entre otros.
Heridas.
Caídas de mediana altura o golpes fuertes sin pérdida de conciencia.
Accidentes menores escolares, laborales y del hogar.
Crisis de asma o problema respiratorio.
Quemaduras.
Mordeduras y picaduras de animales.
Otros problemas de salud que no impliquen riesgo vital.