• ¿Cómo es conducir un Aston Martin DBS de 725 CV? Probamos durante 48 horas uno de los deportivos más salvajes del mercado.
  • Parece un Ferrari 458 Speciale cualquiera, pero está hecho a prueba de balas.

Prometo no ponerme muy técnico; esta es la historia de un servidor, y qué ocurre cuando recibes un correo con el asunto “Aston Martin - Test Drive”, teniendo en cuenta que lo más cerca que has estado del fabricante de coches deportivos es al otro lado del cristal de un concesionario. O tal vez fuera en Puerto Banús, haciendo cola entre un nido de mirones para ver cómo bajaba de un yate. Qué más da ya. Pego un trago al café, y continúo leyendo: tocaba conducir durante 48 horas un DBS Superleggera Volante, o lo que es lo mismo, un V12 5.2 litros de 725 CV y 900 Nm... De color naranja poco discreto.

Primero lo cuentas a los más allegados con esa media sonrisa jamesbondiana, y luego piensas qué vas a hacer con un deportivo descapotable de más de 370.000 euros, dónde lo aparcas, y por dónde te exhibes. Porque aunque sea pretencioso, la verdad es que el verbo es ese. Antes, tocaba recogerlo en el concesionario, y tras una breve explicación de funcionamiento, arranca, ruge y despega. Por cierto, no hay nada en el interior que desmerezca su precio, cuero, costuras, asientos y materiales a la altura. Tampoco en su exterior, con branquias que disipan el aire caliente de los frenos, aletas colosales, cuatro colas de escape, capó acolmillado... Un tiburón de otro planeta. Ah, y cada detalle, logo incluido, está fabricado en carbono prensado, algo así como a 3.000 euros por pieza... Su buen sistema multimedia, con touch pad incluido heredado de Mercedes, completa el círculo.

Confieso que por un momento volví a mi primer día en la autoescuela. Pero después de unos minutos, compruebas que lo que dicen es cierto, pasa de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos –de 0 a 160 km/H en 6,7 segundos, 80 a 120 km/h en 2 segundos y una velocidad máxima de 340 km/h– y no aprovecha toda su potencia hasta la tercera de sus 8 marchas, para evitar que el cuello sufra y el susto no te estremezca. Por debajo de 2.000 rpm, el motor se resiste a dar rienda suelta toda la potencia, pero una vez la sobrepasas, sale disparado. Su empuje, en la modalidad S+ –ya ocurre en modo GT, y en S– es toda una experiencia astrofísica, casi de parque de atracciones, uno de esos momentos donde aguantas las respiración para volver a la vida con el pulso disparado. Aceleras, y notas el soplo de los turbos, con las válvulas y los escapes a pleno pulmón. Ah, y al levantar el pie del acelerador, el coloquial petardeo es más que violento, casi que hasta embarazoso. Así ves cómo las motos te graban en los semáforos, o los niños a la salida del instituto te sueltan un “vaya carro guapo”.

conducir un aston martin dbs de 725 cv
Aston Martin


Salgo a la autovía (qué gusto incorporarse sin pestañear), consigo llegar hasta Majadahonda sintiéndome ligeramente observado, y aún sin recuperar el aliento, decidimos exprimir sus más de 200km de autonomía en una excursión a Guadarrama para comer gambas y croquetas. Creo que el aporte gastronómico es más que necesario, porque de ahí también se puede sacar una lectura; cuando suplantas a un magnate, descubres que no tienes que maniobrar en el aparcamiento, el vigilante te pide que lo dejes en la puerta. Seguro que la propina supo a decepción.

conducir un aston martin dbs de 725 cv
Aston Martin

Por el puerto, el superderpotivo es todo lo que se espera de él: equilibrado, preciso, con aplomo y ágil en la frenada después de desbocarse, con la brutalidad justa cuando pisas el acelerador. Y de noche, sus líneas dejan todo el protagonismo a su acústica exuberante. A la mañana siguiente, tocó desayuno con curiosos –y con diamantes, obvio– para completar mil y un paseos inenarrables. Cuentan que un miembro de la familia, no diré quién, se asoma todos los días a la terraza de su casa cada vez que escucha bajando por su calle algo parecido a aquel día... No igual, claro. Y es que conducir un Aston Martin DBS Superleggera Volante es una experiencia única en la vida.

conducir un aston martin dbs 725cv
MH ES

Especificaciones:

Motor

V12 5.204 cc biturbo

Potencia máxima

725 CV a 6.500 rpm

Par máximo

900 Nm desde 1.800 hasta 5.000 rpm

Transmisión

Tracción trasera. Cambio automático de 8 relaciones. Diferencial mecánico autoblocante

Dimensiones

Largo x ancho x alto (mm): 4.712 x 1.968 x 1.280

Batalla

2.805 mm

Peso

desde 1.863 kg (en vacío)

80 a 120 km/h (kick down)

2 s

0 a 100 km/h

3,4 s

Velocidad máxima

340 km/h

Consumo medio homologado (ciclo WLTP)

14 l/100 km

Headshot of Joaquín Gasca Calatayud
Joaquín Gasca Calatayud

Joaquín Gasca es experto en deportes de competición, tecnología y motor. Hace un tiempo que colgó las botas de tacos para centrarse en el pádel y el running… cosas de la edad, se queja. Pero también se apunta a cualquier bombardeo que tenga que ver con poner su cuerpo al límite, sea al volante de un Aston Martin o yendo a la oficina en patinete.    

Es muy del Atlético de Madrid, así que cuando futbolistas como Marcos Llorente o Álvaro Morata han protagonizado la portada de Men’s Health, allí estaba él para escribirlas. Acaba de correr su primer maratón para Runner’s World, y como pasa en este universo, ya está buscando el siguiente para bajar de las 3 horas. Si hay que testear cualquier tipo de pala de pádel, vehículo o reloj, no pone problema. Incluso zapatillas. Lo que haga falta en equipación deportiva.    

Joaquín se graduó en periodismo por la USP-CEU en 2013, pero desde 2009, cuando entró en el periódico de la Universidad, ya comenzó a ejercer de “periodista” 360 en digital y papel. Los siguientes pasos de sus casi 15 años de carrera los dio haciendo cultura y deporte en la revista Shangay, hasta que entró en Hearst una semana antes del inicio de la pandemia en 2020. También es profesor de redes sociales y nuevas tecnologías en la Universitas Senioribvs CEU y forma parte del Innovation HUB de Hearst para investigar sobre nuevas tendencias.