¿Siempre estás cansado? Tranquilo, no estás solo. Dos de cada cinco hombres dicen sentirse cansados la mayor parte de la semana y según un estudio de los Centros para el control y prevención de enfermedades, 1 de cada 3 adultos no duermen todo lo que deberían. Y es que entre el trabajo y la escuela, la familia y los amigos, y el resto de compromisos a los que tienes que atender, lo más fácil es culpar a nuestros ajetreados estilos de vida cuando estamos todo el rato cansados.

Aunque, si realmente te preguntas todo el rato: "¿por qué estoy tan cansado?", no desesperes. Prueba a hacer ciertos cambios en tu estilo de vida durante 2 o 3 semanas: Reduce un poco tus compromisos sociales, rebaja el volumen de trabajo en la oficina e intenta dormir más. "Si después de aplicar esos cambios sigues sintiéndote cansado, entonces tienes que ir a ver a un médico," comenta Sandra Adamson Fryhofer, médico de medicina interna en Atlanta. Un cansancio extremo puede ser un síntoma de una enfermedad más seria que puede ser tratada.

Te contamos las 12 causas que pueden estar detrás de tu pereza.

Factores de tu estilo de vida que provocan tu cansancio

Es muy probable que solucionar el tema de tu cansancio continuo sea algo sencillo y que solo te lleve un par de cambios en tus hábitos diarios.

Duermes sobre un colchón o almohada viejos

La Fundación Nacional del Sueño recomienda cambiar el colchón cada 9 o 10 años y la almohada una vez al año. (20 trucos para dormir mejor, descansar y conciliar el sueño).

En tu habitación hace demasiado calor

Una habitación muy calurosa puede ser la causa de que tengas dificultades para dormir (y para no despertarte). Según la FNS el número mágico para un descanso perfecto es: 18 grados centígrados.

Pasas demasiado tiempo con tu móvil

"Exponer nuestros ojos a la luz durante la noche hace que nuestro cuerpo deje de fabricar melatonina, la hormona del sueño", nos explicó en una entrevista previa Richar L. Hansler, doctor de la Universidad John Carroll. Para dormir bien, no te lleves el teléfono a la habitación.

Bebes alcohol para ayudarte a dormir

Pues claro, un vaso de vino siempre ayuda a viajar a dormilandia. Pero hay un problema y es que el alcohol afecta a la calidad de tu sueño. "Durante las primeras horas, estás metabolizando el alcohol y eso significa que, debido al mismo, el tipo de sueño que se produce afecta al saludable movimiento rápido de ojos que indica un sueño apacible", comenta Hansler. Pasa de la copita de antes de dormir y es posible que recuperes el impulso de energía que necesitas.

No bebes suficiente agua

¿Alguna vez te has dado cuenta de que cuando nos sentimos cansados o de mal humor coincide con que no hemos tomado un vaso de agua desde hace tiempo? No se trata de una coincidencia. La deshidratación afecta enormemente a nuestro humor y niveles de energía. Los investigadores sugieren que algunas partes de nuestro cerebro se encogen literalmente cuando no hemos tomado suficiente líquido (¡Puf!). Y además, no hace falta llegar a una deshidratación extrema para que aparezcan estos síntomas cognitivos. Con tan solo estar un poco deshidratado es normal comenzar a sentirnos perezosos y, según algunos estudios, hasta un 75 por ciento de los norteamericanos no beben la cantidad de agua necesaria todos los días. Una deshidratación leve o moderada es fácil de tratar: ¡Solo tienes que beber más agua! Te contamos algunos trucos avalados por nutricionistas que te ayudarán a beber más agua al día. (Cuántos litros de agua debo beber al día).

Problemas de salud que pueden causar tu cansancio

Veamos, has cambiado el colchón, has comenzado a irte a la cama a la misma hora todos los días y has mejorado tu dieta pero todavía te sigues sintiendo siempre cansado. Si no consigues librarte de tu cansancio continuo incluso después de cambiar un poco tu estilo de vida, ha llegado el momento de pedir cita con el médico para descartar alguno de los siguientes problemas de salud.

Anemia

El cansancio producido por la anemia es causado por una falta de células rojas, que son las que transportan el oxígeno desde tus pulmones hasta tus tejidos y tus células. Es posible que te sientas débil y falto de aliento. La anemia puede originarse debido a una deficiencia de hierro o de vitaminas, a una pérdida de sangre, una hemorragia interna o una enfermedad crónica como la artritis reumatoide, el cáncer o una insuficiencia renal. Las mujeres en edad fértil son especialmente susceptibles de sufrir anemia causada por deficiencia de hierro debido a la pérdida de sangre durante la menstruación y la necesidad del cuerpo de hierro adicional durante el embarazo y la lactancia, nos explica Laurence Corash, profesor adjunto de medicina de laboratorio en la Universidad de California, San Francisco.

Los síntomas: Uno de los principales en sentirse siempre cansado. Otros síntomas incluyen debilidad, dificultad para dormir, pérdida de concentración, ritmo cardíaco rápido, dolor de pecho y dolor de cabeza. Al hacer algún ejercicio sencillo, como subir las escaleras o caminar distancias cortas, te quedas sin aliento.

Las pruebas: Una evaluación minuciosa para detectar anemia incluye un examen físico y un análisis de sangre, que incluya un conteo sanguíneo completo (CSC) para comprobar los niveles de glóbulos rojos en sangre. También se suele hacer un examen de materia fecal para comprobar si hay pérdida de sangre.

Los tratamientos: La anemia no es una enfermedad. Es un síntoma de que hay otros problemas en tu cuerpo a los que deberías prestar atención. Así que el tratamiento puede variar según la causa de fondo de la anemia. Puede que sea algo tan sencillo como tomar más alimentos ricos en hierro, aunque será tu médico quien finalmente te indique cuál es el tratamiento indicado para ti.

Enfermedad de tiroides

Si tus hormonas tiroideas están fuera de control, estarás echo polvo con tan solo realizar las actividades del día a día. La glándula tiroides, que es del tamaño de un nudo de corbata, se encuentra en la parte delantera del cuello y produce hormonas que controlan nuestro metabolismo. Una producción excesiva de la hormona tiroidea (hipertiroidismo) hace que nuestro metabolismo se acelere. En cambio, una baja actividad de la tiroides (hipotiroidismo) hace que nuestro metabolismo se ralentice.

Los síntomas: El hipertiroidismo genera debilidad muscular y fatiga, algo que notarás al principio en los muslos. Hacer ejercicio como ir en bici o subir escaleras se convertirá en algo difícil. Otro de los síntomas tiroideos incluye que se produzcan pérdidas de peso inexplicables, una sensación continua de calor, un aumento del ritmo cardiaco, menstruaciones más cortas y menos frecuentes y mayor sensación de sed. Se diagnostica hipertiroidismo especialmente a mujeres de 20 o 30 años, aunque puede darse en mujeres más mayores y también en hombres, comenta el médico Robert J. McConnell, co-director del New York Thyroid Center del centro médico de la Universidad de Columbia en Nueva York.

El hipotiroidismo genera fatiga, incapacidad para concentrarse y dolor muscular, incluso haciendo poco ejercicio. Otros síntomas incluyen un aumento del peso debido a la retención de líquidos, sentir frío constantemente (incluso cuando hace calor), flujos menstruales más abundantes y frecuentes y estreñimiento. El hipotiroidismo se da especialmente en mujeres mayores de 50 años; de hecho, hasta un 10 % de las mujeres de más de 50 años sufrirán, aunque sea de forma leve, hipotiroidismo, comenta el doctor McConnell.

Las pruebas: La enfermedad de tiroides se puede detectar mediante un análisis de sangre. "El trastorno de tiroides es tan fácil de tratar que cualquier persona que sienta fatiga o debilidad muscular debería hacerse unos análisis," comenta el doctor McConnell.

Los tratamientos: Hay varios tratamientos para tratar la enfermedad de tiroides aunque algunos pueden conllevar la toma de medicamentos, someterse a una operación o a terapia con yodo radioactivo.

Diabetes

Más de un millón de personas han sido diagnosticadas con diabetes de tipo 2 y existen aún más personas que ni siquiera saben que la padecen. El azúcar, también conocido como glucosa, es el combustible que mantiene en marcha a tu cuerpo. Así que eso es sinónimo de problema para las personas con diabetes de tipo 2 porque no pueden utilizar como deberían la glucosa ya que se acumula en la sangre. Al no tener suficiente energía para que el cuerpo vaya como la seda, las personas que sufren diabetes suelen sentir fatiga, que es uno de los primeros síntomas de alerta, comentan los investigadores del Johns Hopkins.

Los síntomas: Además del cansancio continuo, existen otros síntomas como tener muchas sed todo el rato, evacuaciones urinarias frecuentes, hambre, pérdida de peso, irritabilidad, infecciones por cándida y visión borrosa.

Las pruebas: Existen dos pruebas principales para detectar la diabetes. La prueba de glucosa en plasma en ayunas, que es la más corriente y mide la cantidad de glucosa en una muestra de sangre en ayunas (sin haber bebido ni comido nada durante 8 horas). Si se practica la prueba de tolerancia a la glucosa oral (PTGO) se saca sangre dos veces: justo antes de beber un jarabe de glucosa y otra vez pasadas dos horas.

Los tratamientos: Tu médico te indicará cómo hacer frente a los síntomas a través de cambios en la dieta, la ingesta de medicamentos por vía oral y/o insulina.

Depresión

Algo más serio que "estar de bajón", la depresión es una enfermedad muy grave que nos afecta a la hora de dormir, comer y sentirnos con nosotros mismos y con los demás. Si no se trata, los síntomas de una depresión pueden permanecer con nosotros durante semanas, meses o incluso años.

Los síntomas: La depresión no nos afecta a todos por igual. Aunque, normalmente, cuando alguien tiene depresión, tiene menos energía, sufre cambios en los patrones del sueño y la alimentación, problemas de memoria y concentración y sentimientos de desesperanza, desprecio y negatividad.

Las pruebas: No te puede hacer un análisis de sangre para detectar la depresión pero tu médico podrá identificarla a través de una serie de preguntas. Si experimentas cinco o más de los síntomas que señalamos a continuación durante más de 2 semanas o si interfieren en tu vida, pide cita con un médico o un profesional de salud mental: fatiga o pérdida de energía; dormir muy poco o mucho; un estado de ánimo constante de tristeza, ansiedad y "vacío"; poco apetito o pérdida de peso; mucho apetito y subida de peso; pérdida de interés o gusto en actividades que antes te gustaban; agitación e irritabilidad; síntomas físicos persistentes que no se curan con ningún tratamiento como dolores de cabeza, dolores crónicos, estreñimiento y otros trastornos digestivos; dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones; sentimientos de culpa, desesperanza o desprecio; pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

Los tratamientos: Casi todas las personas que luchan contra una depresión consiguen vencerla gracias a una combinación de terapia conversacional y medicación.

Fatiga crónica

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Esta desconcertante enfermedad genera una fatiga muy fuerte que aparece de repente. A las personas que sufren de fatiga crónica les cuesta seguir adelante con sus actividades normales porque están demasiado cansadas y lo están al mínimo esfuerzo.

Los síntomas: Otros síntomas incluyen dolor de cabeza, dolor muscular y en las articulaciones, debilidad, ganglios linfáticos en el cuello e incapacidad para concentrarse. La enfermedad de la fatiga crónica sigue siendo algo realmente misterioso porque se desconoce la causa.

Las pruebas: No existen pruebas. Lo que tu médico podrá hacer será descartar otras enfermedades que presentan síntomas parecidos tales como lupus y esclerosis múltiple, antes de dar un diagnóstico.

Los tratamientos: Por desgracia, no hay una solución médica certificada para la fatiga crónica. Cuidarse más, tomar antidepresivos, terapias conversacionales o participar en un grupo de apoyo puede servir de ayuda.

Apnea del sueño

Es posible que sufras esta enfermedad que interrumpe el sueño si te despiertas con cansancio hayas estado el tiempo que sea descansando. Entre los síntomas de la apnea del sueño encontramos breves interrupciones de la respiración durante el sueño. En el tipo más común, la apnea obstructiva del sueño, tus vías respiratorias altas se cierran o colapsan durante unos segundos, algo que, a su vez, alerta a tu cerebro para que te despierte y así puedas volver a respirar de nuevo. Una persona que sufra de apnea obstructiva del sueño puede dejar de respirar decenas o incluso cientos de veces durante una noche, explica Roseanne S. Barker, exdirector médico del Baptist Sleep Institute en Knoxville, TN.

Los síntomas: La apnea del sueño se detecta habitualmente por los ronquidos y hace que al día siguiente sigamos cansados. Debido a que la apnea del sueño puede conducir a una enfermedad cardiaca, hipertensión y embolia, es muy importante hacerse pruebas.

Las pruebas: Hay que quedarse una noche en una clínica del sueño donde te harán una polisomnografía, que se trata de una prueba indolora con la que se controlan los patrones del sueño, los cambios en la respiración y la actividad cerebral.

Los tratamientos: Si te diagnostican apnea del sueño, es posible que te prescriban un dispositivo de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP por sus siglas en inglés), una máscara que hay que colocar sobre la nariz y la boca y que introduce aire en tus vías respiratorias mientras duermes. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, tu médico podrá recomendarte que te operes.

Deficiencia o insuficiencia de vitamina B12

Tomar suficiente vitamina B12 es crucial para mantener un cerebro sano, para nuestro sistema inmunitario y para nuestro metabolismo. Pero según cumplimos años, nuestra capacidad para absorber vitamina B12 disminuye. "El cansancio es uno de los primeros síntomas de una deficiencia de vitamina B12", comentó Lisa Cimperman, portavoz de la Academia de nutrición y dietética en una entrevista previa sobre los síntomas de una deficiencia de vitamina B12. Algunos tipos de diabetes y los medicamentos contra la acidez estomacal así como ciertos trastornos digestivos como la enfermedad intestinal inflamatoria (EEI) y la enfermedad de Crohn afectan a la capacidad de tu cuerpo para absorber la vitamina B12. Si sigues una dieta vegetal tienes más probabilidades de tener este problema porque la vitamina B12 se encuentra de forma natural solo en la carne, los huevos, el marisco y los productos lácteos.

Los síntomas: Además del sentimiento de cansancio, es posible que estés bajo de vitamina B12 si experimentas una sensación de hormigueo en las manos y los pies, tienes fallos de memoria, mareos, ansiedad y problemas de visión.

Las pruebas: Si tu médico cree que puedes tener una deficiencia de B12, te hará un análisis de sangre.

Los tratamientos: Según los resultados de tu análisis de sangre, es posible que tu médico te aconseje incluir en tu dieta más fuentes de vitamina B12 o, también, tomar un suplemento de vitamina B12.

¿Por qué me siento cansado después de comer?

¿Has sentido alguna vez ganas de dormir o cansancio después de alguna comida copiosa? Esta sensación de modorra se conoce como somnolencia postprandial y es una disminución de los niveles de energía de nuestro cuerpo después de haber realizado una comida, sobre todo cuando es abundante y rica en hidratos de carbono y grasas.

Glucovibes nos cuenta 10 claves para entender esta somnolencia y tratar de evitarla, firmado por la nutricionista Itxaso Erasun Gorostidi.

•La somnolencia es una experiencia subjetiva que aumenta tras la ingestión de alimentos.

Pero no con todos los alimentos nuestro cuerpo actúa igual. Son con las comidas altas en hidratos de carbono y grasas como paellas, risottos, lasañas, pastas… cuando nuestro organismo se siente más decaído y entra en un estado de modorra. Sin embargo, las comidas equilibradas en macronutrientes o ricas en proteínas como pescados o carnes al horno o a la plancha con vegetales y tubérculos por ejemplo disminuyen la sensación de modorra.

•Tras una comida la sangre se dirige al tracto gastrointestinal.

Para facilitar la digestión y el transporte de nutrientes absorbidos a las células y tejidos, la sangre se dirige al tracto gastrointestinal tras terminar de comer. Esto hace que nuestro cerebro reciba menor cantidad de sangre y ese desvío hace que se produzca la somnolencia.

•Tras una comida copiosa se puede producir una hipoglucemia reactiva.

La hipoglucemia reactiva es un evento de hipoglucemia (glucemia por debajo de los 70 mg/dl) que se genera normalmente tras una hiperglucemia, provocada por ingerir un alto aporte de hidratos de carbono y/o ausencia de fibra. Esta situación se asocia a una necesidad elevada de insulina que puede producir una caída del nivel de glucemia por debajo del nivel previo a la ingesta, generando somnolencia, hastío o incluso antojos y ansia de comer al poco tiempo de terminar la ingesta anterior.

•No todos los hidratos de carbono aportan lo mismo.

Aunque los hidratos de carbono suelen ser más complejos de digerir para nuestro organismo, estos son necesarios para mantener una nutrición saludable. Para evitar el estado de modorra será suficiente con ajustar la ingesta de hidratos de carbono y proteínas para mantener los niveles de glucosa en sangre estables. Para ello, prioriza hidratos de carbono complejos como los tubérculos, frutas, granos enteros, legumbres…

•Ordena los alimentos antes de ingerirlos.

El orden de los alimentos es fundamental para que nuestro organismo entienda cómo debe actuar ante la ingesta de cada uno de ellos. Empieza por los vegetales y proteínas y acompáñalos de hidratos de carbono complejos. Reduce todo lo posible la ingesta de alcohol en las comidas.

•Sistema nervioso parasimpático

La llegada de comida al estómago y al intestino delgado activa al sistema nervioso parasimpático e inhibe al sistema nervioso simpático. El balance entre ambos se inclina hacia un tono parasimpático predominante y genera un estado subjetivo de estado de baja energía y deseo de relajarse y descansar, opuesto al estado de “lucha o huye” que induce un alto tono simpático.

•La modorra llega una hora después de comer.

Después de realizar la comida copiosa, los alimentos llegan al estómago y al intestino donde empieza la digestión y una serie de liberación de hormonas gastrointestinales que regulan el vaciamiento gástrico y provocan un aumento del triptófano en sangre, lo que hace que el cerebro disponga más serotonina y melatonina, neurotransmisores que dan lugar a la somnolencia.

•La modorra no afecta a la edad.

El estado de somnolencia no interfiere de la edad o el sexo. Afecta de la misma manera a los niños, adultos o ancianos. Como ya hemos comentado anteriormente, el desequilibrio de los macronutrientes será el desencadenante de la modorra, por tanto, ni el sexo ni la edad serán factores importantes en esta sensación.

•El café inhibe el estado de modorra.

La cafeína es un potente estimulante, que se encuentra en el café, té y en el chocolate, y que actúa en el sistema nervioso central. Por tanto, su consumo va a activar de nuevo el sistema nervioso, evitando de alguna manera ese estado de baja energía o modorra.

•Dormir una pequeña siesta nos aporta energía

La modorra o la somnolencia, hace que tengamos muchas ganas de dormir. Por tanto, realizar una siesta de no más de 30 minutos puede ayudar a descansar al cuerpo y despertarse con más energía de la que teníamos después de la comida.

Vía: Men's Health. Traducción: blarlo.com