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(...) La importancia del Diccionario llanero radica, más que en su contribución académica a los estudios regionales, a la comprensión de nuestra forma de ser y estar en el mundo, y a la construcción de un imaginario que nos permita conocernos e identificarnos como seres distintos.

La lectura de esta obra, que desde aquí recomiendo a legos y expertos, es un viaje que muestra en su esencia la geografía, la fauna, la flora y los habitantes del llano, reflejados en sus dichos, en su habla y en su vida cotidiana.

Henry Benjumea Yepes

(...) El Diccionario llanero tiene el mérito de estar al alcance lingüístico de cualquier habitante de la región o de lugares lejanos. Sus definiciones son comprensibles y se adaptan al nivel corriente de uso del habla. Apoyándose en abreviaturas y símbolos propios de la técnica lexicográfica, incorpora con alta precisión las características de cada vocablo para evitar ambigüedades.

(...) El Diccionario llanero es una herramienta muy útil en escuelas, colegios, universidades, bibliotecas, y en cualquier ámbito donde sea necesario precisar el sentido de un término. Su uso posibilita que de él se desprendan actividades relacionadas con la pedagogía, la escritura literaria, el descubrimiento histórico, el reconocimiento de contextos y la mejora de la ortografía. Esta obra dispone de una invaluable información para todo aquel que busque explicar o precisar un término especial, dado que permite un uso didáctico para profundizar en las realidades de la región llanera. Su lectura resulta ser un medio de entretenimiento que amplía, divulga y fortalece el uso de un léxico vernáculo, además de conservar el acervo cultural llanero.

Nayib Camacho O.


Título original: Diccionario llanero

Dirección editorial: Jaime Fernández Molano

Coordinación: Orlando Peña Rodríguez

Diseño y diagramación: Diego Torres

Asesoría general: Luis Antonio Eslava Sarmiento

Corrección idiomática y de estilo: Henry Benjumea Yepes,

Nayib Camacho Oviedo y Jaime Fernández Molano

Quinta edición: mayo de 2017

Primera reimpresión: julio de 2017

© Hugo Mantilla Trejos

© Corporación Cultural Entreletras

Calle 38 No. 30A - 25 Of. 503 edifico Banco Popular

Centro, Villavicencio, Meta, Colombia, S.A.

Contactos: 310 333 4801 - 320 2190570 - (8)662 1091

Correo: corpoentreletras@yahoo.com

Edición realizada bajo el cuidado de Editorial Entreletras

ISBN 978-958-56176-2-9

Hecho el depósito legal

Se prohibe la reproducción parcial o total del presente diccionario por cualquier medio posible sin la autorización expresa escrita del editor.

Preprensa digital e impresión:

Entreletras

Prólogo
Eduardo Mantilla Trejos

Sobre los Llanos Orientales de Colombia se viene deteniendo la mirada de científicos y diletantes que intuyen la torsión de rumbo que habrá que darle al país para sobreaguar en la tempestad que amenaza con echar a pique la economía nacional. Los dirigentes se convencen de que la “economía cafetalera” es incapaz de conjurar los problemas que se tienen parrandeada la patria y con evidentes síntomas de fatiga miran al Oriente, punto cardinal donde antes no veían sino indios levantiscos y culebras ponzoñosas. El petróleo, para señalar un caso, ha motivado más de un ¡Eureka!, en las altas esferas y por ahí, en los cenáculos de las cuentas nacionales, se filtra uno que otro comentario vivalavidero: “¡Uf!, ¡de la que nos salvamos!”

Aunque en cantidad y profundidad no son los que debieran, existen estudios serios sobre la Orinoquia colombiana, orientados casi todos hacia el desiderátum que agobia y aporrea los gobiernos: ¡la producción nacional! Los levantamientos aeromagnéticos, agrológicos, edafológicos, geológicos; los atlas; los estudios e informes especializados que han elaborado instituciones criollas o foráneas apuntan sus baterías hacia el condumio, es decir, la explotación de los recursos naturales del vasto territorio orinoquense. Merced a estos esfuerzos discontinuos, sabemos que hay un llano bien drenado y otro mal drenado; que el andén orinoquense difiere radicalmente del piedemonte llanero; que la cuenca geológica de los llanos es potencialmente rica en hidrocarburos por haber servido de lecho a un mar sustituido. Hasta aquí, ¡santo y bueno! Pero... ¿qué tanto se ha estudiado al hombre llanero? ¿Qué tanto significa su cultura? ¿Cuál será su destino? Sobre estos interrogantes no hay guías significativas en el cartapacio nacional. Los sociólogos se fijan en el proceso de las colonizaciones; los antropólogos, en los usos y costumbres indígenas; los lingüistas en los sistemas fonológicos arcaicos, pero poco, o muy poco, es lo que se sabe del mestizo sufrido y tesonero, burlón y autárquico, que la tipología colombiana denomina “llanero”.

El léxico del llano, valga el caso, apenas si ha merecido brevísimas apuntaciones por parte del Instituto Caro y Cuervo, pese a la riqueza y variedad de esta habla. Parece que esta entidad rectora del lenguaje hizo causa común con la regla centralista que prescribe “No otorgar nada a quien nada puede dar”.

Castellanos y guajibos

Las provincias más aisladas y por tanto inconexas con los grandes núcleos urbanos, de España e Italia, son las que mejor han preservado la terminología del castellano viejo y el italiano de los anticuarios. Para no ir tan lejos, baste decir que Colombia —especialmente la andina— tiene fama de hablar y escribir, con gran conexión y gusto depurado, el idioma español pero, por otra parte, también la tiene por ser el “Tíbet de Suramérica” en materia de aperturas internacionales de todo orden. Nuestros llanos, por razones similares, han conservado en sus faltriqueras idiomáticas un glosario riquísimo compuesto de palabras españolas caídas en desuso y voces indígenas de admirable construcción y consonancia. (Piénsese en ‘Marandúa’). Para intentar una aproximación a este fenómeno lingüístico, no se debe perder de vista que el llanero autóctono es mezcla de andaluz y amerindio orinoquense con una levísima salpicadura de manumisos negros que se enrolaron con Bolívar en la refriega independentista. El guajibo (así, con j), con su instinto neto de supervivencia como individuo y como etnia, ha enriquecido de manera notable el vocabulario llanero.

Llanerismos varios

No obstante lo anterior, el habla llanera no es una sola así como no es uno solo el llano. Los llanerismos de Casanare están impregnados del hálito de las misiones religiosas que, a lo largo de siglos, bautizaron a los hombres y los objetos a su leal saber y entender; los de Arauca, más irreverentes y heterodoxos, se guían por los usos y modismos barineses y los que trajeron consigo inmigrantes europeos a comienzos del pasado siglo; los de San Martín obedecen a patrones semejantes a los de Casanare, y, finalmente, los llanerismos auténticos del Vichada contienen ingredientes de voces sálibas, achaguas, piaroas y, sobre todo, guajibas.

Llaneros, gauchos y charros

El habla llanera presenta notables coincidencias y diferencias con la propia de algunas regiones de México y Argentina. Muy autorizadas obras como Martín Fierro, de José Hernández, y El llano en llamas, de Juan Rulfo, nos atestiguan que parte del vocabulario usado por los charros de Jalisco o los gauchos rioplatenses sería entendido al punto por un ‘sabanero’ de Cravo Norte o de Paz de Ariporo, mientras que el significado de otras expresiones lo desconcertarían totalmente. Veamos algunos ejemplos:

Llaneros y gauchos dicen:

China, a una muchacha criolla de condición social inferior;

Pellón, al cojincillo que se coloca sobre la silla del jinete;

Paleta, a los cuartos delanteros del caballo;

Entripado, a la inquina sorda que se tiene contra alguien;

Pucho, a la colilla de un cigarro o cigarrillo;

Aguaitar, a acechar, vigilar;

Zafarrancho, a un problema o refriega;

Mamona, a una ternera;

Angurria, al hambre desmedida.

Pero no ocurre lo mismo en casos como los que siguen. Un extranjero de habla diferente es un musiú (deformación de monsieur) para el llanero y un gringo para el gaucho; el muchacho que hace los oficios domésticos en una hacienda, es mensual para el primero y camilucho, para el segundo; cimarrón le dice el gaucho al mate sin azúcar, mientras que el llanero con tal voz identifica a un caballo o res montaraces; pingo es un calificativo despectivo en el llano y un caballo corredor en la pampa; a quien improvisa y canta versos, en el llano colombiano se le dice coplero pero a quien lo hace en la pampa argentina se le llama payador.

Con los mexicanos, autóctonos de Jalisco, los charros, ocurre otro tanto. Para llaneros y charros:

Carrizo es una caña hueca que sirve para hacer silbatos;

 

Comedera es el acto de estarse alimentando continuamente;

Zangolotear es mover algo con brusquedad;

Ruñir es roer un hueso a conciencia;

Entelerido denota mohínez, decaimiento;

Entreverado quiere decir revuelto, confundido;

Apachurrar es abrazar con mucha fuerza, destripar;

Trácala equivale a engaño, fraude.

Muy distinta es la semántica de términos como chaparro que en el llano corresponde a una encina muy resistente, y en México a un individuo bajo y rechoncho; la tea que se hace con sebo y trapo, acá se llama mecho y allá se le dice ocote; charapo es para nosotros un machete, para los charros esa herramienta es un guango.

La explicación racional de estas coincidencias y diferencias está en que, para el primer caso, el agente transmisor del vocablo (el español) fue el mismo para las tres regiones y dicha palabra pasó a convertirse en americanismo. La homonimia, o sea una palabra con igual grafía y distinto significado, se explica por la contribución del indígena o del raizal al habla, según usos y costumbres peculiares. Un ejemplo: al roedor más grande del mundo se le llama chigüire en Colombia (voz guajiba); capibara, en Uruguay y Brasil (voz guaraní) y carpincho en Argentina (voz quechua).

Diccionario llanero

Recoger, pues, ese material lingüístico diseminado por los Llanos Orientales de Colombia y Occidentales de Venezuela fue la ímproba tarea que se impuso Hugo Mantilla Trejos. Autor en parte y editor de la antología de poesía del llano titulada 26 Cantores llaneros, Mantilla Trejos recolectó, definió y ordenó un glosario de 4.502 vocablos y 457 refranes y dichos de la región, para ensamblar el presente Diccionario llanero, libro que está llamado a ser una útil herramienta de trabajo para científicos del idioma y un magnífico catalizador de las vocaciones literarias que empiezan a perfilarse en la llanura oriental.

Con paciencia benedictina el autor de este trabajo, durante 20 años, recorrió Arauca, Casanare, Meta, Vichada y Apure, en Venezuela, y dialogó allí con patriarcas huraños dueños de hato, peones a destajo, indios andariegos, copleros relancinos, viejas lenguaraces; acopió montones de información y arrumes de opiniones hasta lograr esta obra que tiene importantísima misión cultural: revelar cómo se entienden los llaneros.

El lector avisado tiene en sus manos un libro de consulta que lo pondrá en contacto con arcaísmos españoles y americanismos desconocidos casi por completo en el interior del país. Voces como clorótico, almud, culillo, farruquero, asadura, chontal, ganchoso, barajuste, patacón aparecen en diccionarios generales, y son de uso frecuente en la llanura; otros como güirirí, ñénguere, checheque, chimbo, chúbano, puede que no estén registrados pero constituyen, igualmente, parte del caudal idiomático del territorio orinoquense.

En resumen: con esta obra de valor imponderable se pone de presente que los hijos del llano están tomando muy en serio la tarea de preservar los valores de su tierra y que con voluntad, decisión y entendimiento es posible realizar lo que no realizan los altos sanedrines.

Eduardo Mantilla Trejos

Abreviaturas usadas en esta obra


abrev. abreviación
adj. adjetivo
adv. adverbio
anac. anacronismo
antropón. relig. antropónimo religioso
antropón. antropónimo
apóc. apócope
arc. arcaísmo
aum. aumentativo
com. nombre común
en cuanto al género
comp. comparativo
conj. conjunción
deformac. deformación
desp. despectivo
despect. despectivo
dim. diminutivo
exclam. exclamación
f. femenino
gent. gentilicio
imp. imperativo
inf. inflexión
infinit. infinitivo
inflex. réflex. inflexión reflexiva
interj. interjección
m. masculino
n. p. nombre propio
onomat. onomatopeya
part. participio
pas. pasado
reg. regionalismo
sust. sustantivo
topón. topónimo
verb. verbo
vulg. vulgarismo
zool. zoología

A

a. f. Primera letra y primera vocal del abecedario español.

abajao. Del verbo bajar. II 2. Disminuido.

abandonao. Abandonado. II 2. Persona negligente en su presentación. II 3. A la deriva.

abaquianar. reg. Hacer de baquiano.

abarcadura. reg. Diámetro del leño de un árbol.

abasarse. Basarse. Infinit. Basado en. II 2. Con base en...

abejón. sust. m. Especie de abeja grande. II 2. Árbol de gran alzada.

abierto. reg. Se dice del gallo joven que reta al padre.

abiertoafuera. reg. Pasar a cierta distancia de algo.

abogá. infinit. Abogar. Salir en defensa de otro.

abortá. verb. Abortar. II 2. Mal parto.

aborto. vulg. Vocablo ofensivo. II 2. Término que significa ofensa.

aboyase. inflex. verb. Flotar sobre el agua.

abrirse. inflex. reflex. Separarse. II 2. Irse.

abrochase. reg. verb. reflex. Dar comienzo a algo. II 2. Comenzar una riña.

acabá. reg. Eyacular.

acachapar. reg. Aplanar. II 2. Destripar.

Acacías. n.p. Municipio agrícola y ganadero del departamento del Meta.

acaíta. reg. No muy lejos II 2. Acá, cerca (Casanare).

acarantoñá. verb. reg. Acariciar amorosamente. II 2. Mimar.

acato. inflex. verb. Hago caso. II 2. Caer en la cuenta.

acecinar. infinit. Hacer cecina. II 2. Abrir la carne para salarla.

acecío. reg. Acción de acezar. / Jadeo. II 2. Manifestación de cansancio.

aceite. sust. m. Árbol maderable que produce una resina del mismo nombre usada como medicina para curar heridas, úlceras, entre otras.

acertao. part. Persona o médico que descubre la enfermedad.

acezón (a). adj. Con la respiración entrecortada. II 2. Jadeante.

achacá. reg. Enferma.

achacao. part. En mal estado. II 2. Enfermo. II 3. Con achaques.

achacase. inflex. verb. Enfermarse. II 2. Dañarse.

achacásele. reg. Que se le atribuye o indilga algo.

achacoso. adj. Que tiene achaques. II 2. Enfermo.

achaque. sust. Enfermedad.

achicá. inflex. verb. Amarrar corto a un animal. II 2. Sacar el agua a la embarcación.

achilao. reg. De mal semblante. II 2. Entumecido.

achiote. sust. Árbol de cuya semilla el indígena extrae una substancia rojiza usada para pintarse el cuerpo y preservarse de las plagas. II 2. Onoto, colorante usado en las comidas.

achucharrao. vulg. Quemado. II 2. Carbonizado.

a chuco. reg. Cargar a cuestas. II 2. A tuta.

aclarar. infinit. Clarear. / Amanecer. II 2. Brillar el sol después de la lluvia.

acomodá. infinit. Buscar acomodarse. II 2. Sinónimo de acotejá. II 3. Amarrar la bestia en un lugar seguro.

acomodao. part. persona con solvencia económica. II 2. Que está en su lugar.

acomedío. adj. Comedido. II 2. Persona diligente. II 3. Presto a hacer las cosas.

acomedise. inflex. verb. reflex. Ofrecerse para hacer algo.

acoquinao. part. Acobardado. II 2. Afligido.

acosar. infinit. Acorralar.

acosao. reg. Acorralado. II 2. Con problemas.

acóselo. interj. Voz para incitar a los perros a la cacería.

acotejá. infinit. Acotejar. II 2. Hacer rima los copleros o contrapunteadores.

acotejador. adj. El que hace versos rimados.

acotejao. part. pas. Se dice del verso bien rimado.

acuchar. infinit. Empujarse el uno al otro estando sentados.

acuchase. reg. Acurrucarse. II 2. Acomodarse

aculao. reg. Recostado. II 2. Relegado.

aculillá. reg. Persona o animal que se acobarda.

aculillao. reg. Acobardado.

adebajo. adv. Debajo de.

adiosito. dim. Saludo de despedida.

adrede. reg. A propósito. II 2. De mala fe.

adulante. adj. Adulador.

aentro. vulg. Dentro de.

afamao. part. Que tiene fama. II. 2 Famoso.

afanao. part. Con mucha prisa.

afianzao. part. Asegurado. II 2. Que se le adelanta dinero para un negocio.

afinar. reg. Tomar puntería.

afincase. inflex. reflex. Posesionarse. II 2. Afirmase en algo.

afirmarse. inflex. reflex. Afianzarse en algo.

aflojao. reg. Persona o animal cansado por el trabajo.

aflojase. reg. Cansarse.

 

afoto. reg. vulg. Deformación de la palabra fotografía.

agallones. sust. Inflamación de los ganglios del cuello.

agallú. adj. Agalludo. II 2. Persona avara.

agarrao. adj. Pichirre.

agarrar patio. reg. Tomar confianza en un lugar.

agazapao. desp. Taimado. II 2. Agachado.

agazapase. inflex. reflex. Agacharse.

aguabajo. Aguas abajo. II 2. Seguir el curso del río.

aguachento. adj. Muy aguado.

aguachinoso. adj. Aguado.

aguaitacaminos. sust. Ave nocturna de color marrón claro, cuyo lugar preferido son los caminos.

aguaitar. infinit. Mirar.

aguaite. interj. Mire. II 2. Vea.

aguaíto. adj. Falto de fuerzas. II 2. Muy aguado.

aguaje. sust. Estela que el pez deja en el agua al nadar a ras.

aguajero (a). adj. Faramallero. II 2. Engreído.

aguajiar. infinit. Aguajear. II 2. Nadar el pez a ras de agua.

aguantador. adj. De mucha resistencia. II 2. Trompo rústico.

aguaraparse. inflex. reflex. Llenarse de lágrimas los ojos.

aguarruz. sust. Lavadura de arroz con azúcar.

Aguaverde. n. p. topón. Nombre de un caño y una población en el departamento del Vichada.

agüelo. sust. Abuelo.

agüelón. sust. Abeja reina de las colmenas.

aguja. sust. Costilla falsa del ganado vacuno. II 2. Estaca atravesada en los caballetes de las casas de palma que, amarrados los extremos con un bejuco o alambre, los sostiene.

aguja de alma. sust. Trozo de madera en forma de aguja para tejer la atarraya.

agujeriá. infinit. Agujerar. II 2. Ahuecar.

agujeriao. part. p. Dícese de algo con agujeros.

agujero. sust. Hueco.

agujón. sust. Pez alargado con cabeza en forma de aguja, común en los ríos llaneros. Da unos saltos muy largos sobre el agua, causando en ocasiones accidentes a los viajeros.

ahogador. sust. Nudo corredizo que aprieta el cuello de los animales.

aires. sust. Se dice del que tiene cierto parecido a alguien. II 2. Melodías.

ajá. interj. Que denota aceptación.

ajena (o). adj. Mujer comprometida. II 2. Casada.

ajicito. sust. Árbol leñoso, común en el llano.

ajilá. reg. Ahilar II 2. Morder el cebo el pez.

ajilaíto. reg. Que se toma el camino uno a uno.

ajilase. reg. Tomar el rumbo o camino II 2. No desviarse.

ajipuchase. inflex. reflex. reg. Palidecer por una enfermedad o un susto.

ajitase. vulg. Ahitarse.

ajito. vulg. Ahíto. II 2. Mal del estómago.

ajo. interj. Que denota ira. II 2. Apócope de carajo.

ajobachao. vulg. Cansado por el exceso de trabajo (Casanare).

ajuntase. adj. Juntarse. Vivir en unión libre.

a juro. reg. Obligado a hacer algo.

ajustá. Ajustar. Apretar la lazada.

ajustador. sust. Persona que contrata para amansar caballos.

ajustao. part. p. Apretado. II 2. Ajuste.

ajuste. reg. Contrato verbal entre dos personas para amansar cierto número de caballos.

alabancioso. adj. Jactancioso. II 2. Engreído.

alcachurete. adj. Entrometido.

alcaraván. sust. Ave zancuda de plumaje negro con el pecho blanco, de canto estridente.

alero. sust. Alar. II 2. Parte de fuera de la casa.

alevantao. vulg. Levantado. II 2. Fuera de la cama.

alevantar. vulg. Por levantarse. II 2. Conquistar.

alevantase. vulg. Levantarse.

alevante. vulg. Conquista amorosa.

alevantó. vulg. Levantó. II 2. Conquistó.

algalia. sust. Planta medicinal cuyo fruto se usa contra la mordedura de las culebras.

algarabía. Gritería. II 2. Alboroto.

algarabiento. adj. Alborotado.

algarroba. sust. Fruto del algarrobo.

algarrobo. sust. Árbol maderable de gran tamaño común en el llano.

alharaquiento. adj. Persona o animal gritón.

alicaído. adj. Enfermo.

aliñao. part. Condimentado. El chimó se aliña con lejía que es una soda cáustica vegetal.

aliño. sust. Condimento. Es muy común usar condimentos de la región como el orégano, el cilantro, el cebollín, entre otros.

alisar. inf. Planchar la ropa.

alistronao. adj. Preparado.

alistronase. reg. Prepararse. II 2. Estar alerta.

almórtago. sust. Persona inútil (Casanare).

almú. vulg. Almúd. II 2. Antigua medida para granos equivalente a 40 kilos.

alón. adj. Sombrero de ala grande.

alpargata. sust. Calzado ligero muy usado por el llanero, ahora se le dice también cotiza.

alpargatero. adj. Que fabrica alpargatas.

alpique. reg. Palabra usada para llamar a comer.

altanería. sust. Arrogancia.

altanero. adj. Grosero. II 2. Arrogante.

alteria. vulg. Por arteria.

alunao. Alunado. II 2. Hinchazón de las bestias en la barriga, por efecto de la luz de la luna.

alvarico. sust. Com. Clase de palma del piedemonte llanero, que por la dureza de su tallo, usaron los llaneros en la época de independencia, como puntas para las lanzas, tan famosas en la historia nacional.

alzá. reg. Se dice de apadrinar a un niño.

alzao. part. p. Se dice del animal montaraz. El ganado se alzaba o cimarroneaba. II 2. Persona de mal genio.

alzaprima. sust. reg. Sostén de madera utilizado para afianzar el cuerpo de las casas. II 2. Punto donde descansan las cuerdas de un instrumento.

alzarse. inflex. reflex. Fugarse. II 2. Se dice del ganado cuando se vuelve arisco.

amadrinar. reg. Acompañar, montado a caballo, a quien amansa o doma a una cabalgadura.

amadrinao. part. p. Acto de andar juntas dos personas amigas. II 2. Rebaño de ganado.

amagá. Infinit. Intentar. II 2. Mostrarse.

amancebao. adj. Condición de quien mantiene unión libre.

amanecío. part. Amanecido.

amansador. sust. Domador. II 2. Chalán.

amapuche. reg. Halago. “Me gustan tus amapuches”.

amargoso. adj. Persona ruda. II 2. Medio amargo.

amargura. sust. Problema. II 2. Pena.

amarrao. part. p. Casado. II 2. Atado. II 3. sust. Tacaño.

amayugá. vulg. Ablandar suavemente algo. Magullar.

amayugao. infinit. Magullado. II 2. Maduro a la fuerza.

amolar. inf. Afilar. II 2. Aconsejar.

a monte. reg. Acosar a alguien.

amontoná. Infinit. Arrumar. II 2. Amontonar.

amorochao. reg. Dormir juntos. II 2. Que anda o vive en pareja.

amortajao. reg. Se le dice al entreverao en Casanare (piedemonte llanero).

amugá. infint. Arrugar el tigre el ceño.

amugao. reg. Se dice de tener el ceño fruncido.

amuñuñao. reg. Costura que se hace en la ropa de manera recogida. II 2. Arrugado.

anamú. sust. Planta medicinal.

andado. part. p. Persona recorrida.

anegadizo. adj. Lugar o tierra baja que se anega.

anegar. infinit. Inundar.

angarilla. sust. Cargadores, hechos de madera, que penden de una montura o silla rústica llamada jamuga.

angoleta. sust. Mosquilla de color negro. La picadura produce mucho escozor.

anguilla. sust. Especie de anguila no eléctrica.

angurria. sust. Hambre desmedida.

anidao. infinit. Noqueado.

anillo. sust. reg. Pedazo de correa de cuero en forma de anillo que une dos correas de cuero crudo para formar la suelta.

anime. sust. Árbol del cual se extrae una substancia medicinal llamada caraña.

animero. sust. Ave de canto agorero.

aninante. arc. Hace poco.

anoncillo. sust. Árbol parecido al anón.

anticorio. vulg. Muy viejo. II 2. Antiguo.

antiparras. sust. com. Espejuelos. II 2. Gafas.

anudao. adj. Con muchos nudos.

anzueliá. infinit. Acto de echar el anzuelo al agua. II 2. Pescar.

anzueliao. part. Pez que ha caído en el anzuelo.

apá. Aféresis de papá.

apaleo. sust. Acción de golpear el agua con varas largas para que la tortuga terecay salga a tierra.

apaliar. infinit. Acto de golpear el agua con la vara.

apamate. sust. Árbol de regular alzada, usado para construir cercas vivas.

apartá. infinit. Separar el ganado por edad y sexo para el mercado o el herraje.

apartador. adj. El que separa el ganado, en los trabajos de llano.

apatentase. infinit. reflex. reg. Llegar en un momento no debido, de manera deliberada.

apaviejo. sust. Abuelo.

apechugao. part. Abrazado. II 2. Pecho con pecho.

apelmazá (r). reg. Parecido a la masa o en forma de ella.

aperao. part. Bestia enjaezada. II 2. Se dice del que vive bien.

aperos. sust. Conjunto de elementos usados para aperar el caballo.

apersogao. part. Amarrar por el pescuezo dos reses para trasladarlas con más facilidad. II 2. El que vive en unión libre.

apíao. part. Bajado de la cabalgadura.

apiase. inflex. reflex. Desmontarse.

apilá. reg. Amontonar. II 2. Rimero.

apilao. reg. Ahogado. II 2. Atragantado.

apilase. reg. Atorarse con un alimento por tragar rápido.

a pique. reg. Hundirse la embarcación. II 2. Zozobrar.

aplanao. reg. Consumirse hasta el fondo del río.

aplanase. inflex. reflex. Dejar que las cosas pasen.

aplastao. part. Destripado II 2. Sentado.

apolismao. reg. Persona afligida. II 2. Triste.

apolismase. inflex. reflex. Afligirse.

aponderar. vulg. Ponderarse.

aporriao. reg. Lastimado. II 2. De malas.

apostemao. reg. Que está con pus. II 2. Estado purulento.

apoyao. part. Recostado de algo. II 2. Se dice del becerro que mama ávidamente.

apretá. infinit. apretar. II 2. Urgir algo.

apretador. sust. reg. Sostén o brasier.

apretao. part. Persona capaz. II 2. Que no es fácil.

apuntes. sust. Anécdotas. II 2. Cuentos.

apurruñá. reg. Abrazar con fuerza.

apuy. sust. Pez de la familia del bagre, de color plomizo y rayas amarillas.

araca. sust. Clase de palma. II 2. Araco.

araco. sust. Clase de palma de la región del río Orinoco.

Aracombia. n.p. topón. Comunidad indígena y colonos del alto Vichada.

Aracure. n. p. Comunidad indígena del alto Vichada.

araguaney. sust. Árbol maderable de flor amarilla llamado también floramarillo.

araguato. sust. Mono aullador, de pelaje rojizo. II 2. Res de pelo rojizo.

arañas. sust. Correas de cuero crudo para argollar la silla.

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