Cómo acometer un (pequeño) proyecto de desarrollo

Cómo acometer un (pequeño) proyecto de desarrollo

Estamos hablando, por ejemplo, del diseño de una aplicación a medida o del diseño de una funcionalidad específica que se implementaría en un ERP en forma de plugin o extensión.

En primer lugar se deben “traducir” las necesidades del cliente. Tanto si hablamos de aplicación a medida cómo de adaptación de un software existente, es muy importante valorar la posibilidad de aprovechar recursos ya existentes. En el caso específico de implementación en un ERP, se ha de agotar la posibilidad de utilizar funcionalidades presentes en la propia herramienta antes de diseñar otras nuevas.

Una vez se ha cuantificado todo el trabajo de desarrollo, toca planificarlo. El volumen y la carga de trabajo determinarán la cantidad de recursos a emplear. En todo caso es muy importante que cada miembro del equipo tenga muy claro su función y que el director del proyecto coordine adecuadamente todo el trabajo, incluido el suyo propio, lógicamente.

En ningún momento hay que olvidar al miembro del equipo más importante de todo el proyecto: el cliente. No voy a decir que si se cuenta con el cliente únicamente en la venta y en la entrega final, el proyecto esté condenado al fracaso, pero sí que es cierto que aumenta enormemente la posibilidad de desviaciones en la ejecución respecto a la planificación (tanto técnica como económica). Bajo mi visión, el proyecto debe contener tantos hitos como sea necesario y estos se deben revisar junto con el cliente a medida que se va avanzando, afianzando cada paso y asegurando que a su finalización, el proyecto va a cumplir con las expectativas iniciales.

Pruebas, pruebas y más pruebas. Todo desarrollo debe de superar una fase de pruebas, donde no sólo se debe involucrar a conciencia la empresa de software. El cliente también debe probar la que será su herramienta de trabajo, para asegurarse de que va respondiendo adecuadamente a los casos a los que se enfrentará en su día a día. Nadie va a conocerlo mejor que él mismo.

Por último, y no menos importante, hay que tener claro en todo momento el alcance planteado inicialmente del proyecto. Es muy habitual que durante el desarrollo y pruebas parciales, se detecten cambios que mejorarían la funcionalidad inicialmente planteada. En mi opinión, no hay que caer en la tentación de abordarlas en ese momento, aunque a muy corto plazo se vea cómo la opción más fácil. Estas pequeñas modificaciones se pueden traducir en retrasos en la entrega del proyecto final, provocando un malestar que no compensa en ningún caso los cambios realizados sobre la marcha. La mejor opción es documentar muy bien las posibles mejoras detectadas y, una vez se ha superado la puesta en marcha de la herramienta con las especificaciones iniciales, abordarlas como otro proyecto de mejora. Si el desarrollo se ha llevado a cabo correctamente, será relativamente sencillo implementar las mejoras en sucesivas versiones de la aplicación.

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