Los «chorbos» ahora se llaman «bro»

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

XOAN A. SOLER

Un atentado cultural hacia el koruño, que no sé si tendrá vuelta atrás

05 ene 2024 . Actualizado a las 15:18 h.

Entre el tiempo libre de ellos (que no tienen clase) y el tuyo (que libraste algunos días en Navidad), los encuentros fortuitos con grupos de jóvenes han sido muy frecuentes para mí recientemente. Me refiero a esos chicos que llevan los peinados de seta (rapado abajo y con volumen arriba), visten de chándal y lucen plumíferos con esa marca que estás pensando en la espalda. Aparecen con esa explosiva mezcla de descaro, atrevimiento e inseguridad propia de la edad y te hacen sentir una mezcla de ternura, curiosidad y vértigo muy particular. Se les ve divirtiéndose (y algunos haciendo cafradas) con las bicis públicas. Muestran los móviles casi como un apéndice de su cuerpo al que miran intermitentemente. Y, tristemente, muchos vuelven con muchas ganas a un cigarro que había ido a menos. Nada que empeore mi juventud de vespinos trucados sin casco, peleas día sí y día también y pitillos sueltos a 10 pesetas en el quiosco de al lado del colegio.

En medio de eso percibo un avance en el lenguaje. Junto a expresiones como random (algo así como aleatorio), literal (usado como verdadero, no ajustado a un texto) o me renta (me gusta), estos días me he tropezado varias veces con el término bro (apócope de brother, hermano en inglés) que me ha dejado con la sonrisa en la boca. Ayer la escuché en el súper cuando un grupo se abalanzaba sobre las cajas automáticas con sus refrescos y su bollería. Uno empujaba a otro y este le decía: «Oye bro, tranquilo que no soy como el David» (dígase «deivid»). Perplejo, vi como esta generación estaba enterrado nuestro genuino chorbo en favor de esta voz extranjera. Un atentado cultural hacia el koruño, que no sé si tendrá vuelta atrás. Porque al final decir chorbo va a ser una cosa de puriles.

No somos nada. Ya ves, neno.