Alcaraz, o un ejercicio para amansar a un grandullón

Tenis | Wimbledon

Carlos Alcaraz necesita cuatro sets y 3h56m para tumbar a Nicolás Jarry, un martillo pilón con el saque y la derecha que lleva al murciano al límite: 6-3, 6-7(6), 6-3 y 7-5

Spain's Carlos Alcaraz returns the ball to Chile's Nicolas Jarry during their men's singles tennis match on the sixth day of the 2023 Wimbledon Championships at The All England Tennis Club in Wimbledon, southwest London, on July 8, 2023. (Photo by Glyn KIRK / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE

Carlos Alcaraz se estira como un contorsionista para responder a un servicio de Nicolás Jarry, este sábado en Wimbledon 

Glyn Kirk / AFP

Llegados a este punto del torneo, en vísperas de la segunda semana en Wimbledon, Carlos Alcaraz (20) empieza a jugar a lo Djokovic.

Acaso advertido por sus calabres musculares en Roland Garros, aquel bloqueo físico que le había dejado fuera de juego ante el serbio en París, hace un mes, Alcaraz se guarda de exhibiciones, de carreras sin ton ni son e incluso de dejadas.

Ahora prefiere especular y manejar los tempos, y mantener impoluto su servicio y esperar el momento para romper el saque del rival. No regala highlights, puntos culminantes para retener en la retina, simplemente avanza en el partido.

Y cuando huele sangre, entonces muerde.

Nicolás Jarry (27) no está tan acostumbrado a moverse en estas alturas. Al menos, hasta hace unos meses. Hace un año era el 129.º del mundo. Hoy es el 28.º. Los números lo dicen todo: ha crecido una barbaridad en muy poco tiempo. En este 2023 ha ganado dos títulos, uno en Ginebra y el otro en Santiago de Chile, ambos en arcilla, y ahora, sobre la hierba, se muestra colosal en sus dimensiones (mide 1,98m) y en su tenis.

Amparándose en su servicio y en su potentísima derecha, bendecido por sus largas palancas, Jarry se resigna en el primer set pero se hace grande en la segunda manga, instante que coincide con un apagón de Alcaraz.

Son comunes estos pasajes en el tenis del murciano.

Alcaraz suele arrancar con brío e instalarse arriba en el primer set, de la misma manera que suele desconectarse luego, cuando va navegando con viento a favor.

Si el rival intuye algún pasaje por el que colarse, lo hace por ahí. Jarry lo ve, y actúa: exprime el bajón de Alcaraz. En la segunda manga, el servicio del chileno es un martillo pilón para el murciano, que responde desde posiciones poco ortodoxas, a menudo forzadas, y no consigue dirigir el marcador.

Austeridad

Llegados a este punto del torneo, Alcaraz juega ‘a lo Djokovic’: se guarda de exhibiciones y carreras sin ton ni son

El desconcierto se prolonga hasta el tie break. En ese tramo, el chileno parece el tenista franquicia y Alcaraz, el aspirante. Es cierto que el murciano entrega un buen par de arreones, algún saque-volea que excita a la parroquia de Wimbledon, amparada por el techo retráctil (en esta primera semana, el baile de partidos y suspensiones a cuenta del chirimiri ha sido un galimatías para los organizadores; los meteorólogos aseguran que, en la próxima semana, el tiempo será más generoso con el tenis), pero no le basta.

Así que al murciano se le escapa el parcial y la incertidumbre abraza a los aficionados españoles: si Alcaraz no reacciona, las cosas pueden ponerse feas.

Y Alcaraz reacciona.

Y juega a lo Djokovic.

Contemporiza y se defiende, distorsiona las posturas al restar, bloquea la raqueta y amansa al grandullón, que pierde fuelle y el tercer parcial pero no se rinde: Jarry vuelve con más fuerza en el cuarto set.

No se asusta este Jarry que nunca se había visto así, en el Centre Court de Wimbledon, la catedral mundial del tenis, y peleando ante el número 1 del mundo. Ya veremos si es un one hit wonder, pero ahora Jarry pretende disfrutar del momento, del día, y la parroquia le bendice. Wimbledon aplaude su servicio y también su acierto en el resto: en el segundo juego rompe el saque de Alcaraz y luego se proyecta hasta 0-3.

De nuevo, se encienden las alarmas en el palco del murciano. 

Y de nuevo, el murciano las apaga.

Mientras Juan Carlos Ferrero, su técnico, resopla en el palco, Alcaraz se templa, eleva su tenis al resto y presiona a Jarry, que acaba perdiendo el break de ventaja y vuelve a perderlo en el tramo decisivo, cuando el partido se sumerge en las aguas abisales.

En octavos, le espera el italiano Matteo Berrettini que ganó esta noche al alemán Alexander Zverev 6-3, 7-6 (4) y 7-6 (5) en 2h.27'.

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