La tragedia del Titán se ha saldado con la muerte de cinco personas, pero pudieron haber sido seis. Chris Brown, un aventurero y amigo íntimo del fallecido Hamish Harding, se retiró de última hora de la travesía submarina para ver los restos del Titanic, al tener serias dudas sobre la seguridad de la embarcación.
En un testimonio que se ha vuelto rápidamente viral, Brown ha compartido sus inquietudes sobre la estructura y los dispositivos de seguridad del sumergible, que pudo probar por primera vez en 2018.
"Observé varias partes del submarino durante las pruebas en las Bahamas y noté que eran bastante chapuceras", ha explicado Brown. En este sentido, el aventurero ha mencionado que el diseño del Titán le pareció insatisfactorio, señalando el uso de tuberías industriales para el lastre y un control de videoconsola adaptado para la dirección.
Además, ha criticado la iluminación improvisada, los espacios confinados y la posición de los propulsores, ubicados cerca de unos cables que podrían engancharse en cualquier parte. No me gustó nada el diseño", ha garantizado.
El aventurero también ha resaltado un problema significativo de diseño, y es que el submarino solo se podía abrir desde el exterior. “Esto no solo plantea un problema con el suministro de oxígeno en la superficie, sino que también es una preocupación de seguridad”, ha detallado.
Pidió un reembolso por las dudas sobre OceanGate
El viaje estaba organizado por OceanGate, una empresa que, según Brown, se negaba a buscar cualquier tipo de certificación para la travesía a esas profundidades. "Esto, sin duda, aumentó mis sospechas", ha explicado.
Como no le gustó lo que vio, decidió pedir un reembolso de la paga y señal que había dado a OceanGate para que le reservaran un hueco en la expedición: "Les envié un correo electrónico y les dije: 'Ya no puedo continuar con esto'. Pedí un reembolso después de estar menos que convencido”. En cambio, Harding quiso continuar con la expedición, que finalmente acabó en una implosión del Titán.