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Cine

Crítica de "La abadesa": el hábito de la revolución ★★★

Dirección y guion: Antonio Chavarrías. Intérpretes: Daniela Brown, Blanca Romero, Carlos Cuevas, Ernest Villegas, Berta Sánchez Bajona, Oriol Genís, Joaquín Notario. España, 2024. Duración: 122 min. Drama.

Crítica de "La abadesa": monja y revolucionaria ★★★
Crítica de "La abadesa": monja y revolucionaria ★★★WANDA FILMS

Dirección y guion: Antonio Chavarrías. Intérpretes: Daniela Brown, Blanca Romero, Carlos Cuevas, Ernest Villegas, Berta Sánchez Bajona, Oriol Genís, Joaquín Notario. España, 2024. Duración: 122 min. Drama.

Curiosa, cuando menos en nuestra industria cinematográfica, que tan poquito se había interesado hasta hoy en este periodo histórico, la propuesta de Chavarrías, que nos traslada hasta el siglo IX, cuando la Edad Media «atraviesa uno de sus periodos más oscuros y violentos», reza el prefacio del filme, con el Islam apenas contenido en los Pirineos y una guerra entre musulmanes y cristianos que «parece interminable». Emma, que en efecto existió aunque no lo sepamos casi nadie, de 17 años e hija de un conde ya fallecido, es nombrada abadesa para repoblar y expandir la fe por los territorios fronterizos en conflicto. Ferviente devota y decidida a cumplir la misión, se enfrentará a su propio hermano, las monjas (sobre todo, dura de roer resulta la que encarna, y estupendamente, la verdad, Blanca Romero) y los campesinos. El problema, uno de ellos, reside en la juventud de la chica, a la que le cuesta eludir la tentación de la carne llegado el caso y algo que los enemigos también usarán en su contra. Además, se trata de una mujer, y estas nunca mandarán sobre los hombres, le advierten. Sobria y con una buena fotografía (esa Cataluña de parajes nevados y amenazantes), lástima que nos parezca algo larga y, a veces, el ritmo decaiga. Sí, la revolución también puede vestir un hábito.

Lo mejor: la mayoría de su reparto realiza un buen trabajo, en especial, Blanca Romero

Lo peor: que le sobra algo de metraje y, en ocasiones, el ritmo del filme decae