Las obras en el Santuario da Virxe da Barca en Muxía para reparar los daños del incendio del pasado 25 de diciembre arrancaron esta semana. Pero otra tarea que está aún pendiente es definir el futuro de la Pedra de Abalar que rompió en dos después de un fuerte temporal a principios de año. Tras el invierno los técnicos de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta comprobaron que un fragmento de esta roca, visitada cada año por miles de curiosos o creyentes que creen en sus poderes de curación, se desplazó hasta quedar encajada en una grieta. La decisión ahora está en el tejado de la Consellería de Cultura, que tiene que decidir si esta piedra de más de una tonelada una vez devuelta a su lugar original se deja como está si se balancea o si se le añade el trozo desprendido.

El alcalde de Muxía, Félix Porto, espera que la decisión se tome "cuanto antes". Después de su reunión en marzo con representantes de Patrimonio a la que también acudieron vecinos de la zona se muestra "tranquilo" y confiado en que sea sin el trozo pegado o sin él la solución se aplique "a corto plazo". De hecho, la empresa Cabero Edificaciones, adjudicataria de la rehabilitación del santuario, confirmó que el plazo de ejecución de las obras del interior del templo es de seis meses, por lo que no estará listo para la romería de septiembre. Por el contrario, en el caso de la Pedra de Abalar, el regidor espera que el arreglo esté listo para esa fecha al tratarse de "una reparación mucho más sencilla" que la del santuario.

Desde la Dirección Xeral de Patrimonio confirman que está en proceso de estudio de un informe técnico encargado sobre la situación de la roca. Aún así no quieren dar una fecha para tomar una decisión y colocar la piedra en su sitio. Ni siquiera garantizan que se va a hacer en breve, sino que una vez analizado el documento de los técnicos la obra se ejecutará "cuando la viabilidad económica" y los recursos del departamento autonómico lo permita.