Aquel elixir externo

aquel elixir externo - helena villalba
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Imagina la agonía de aquel hombre que espera resignado a su amada; de ese que vive solo para presenciar su dulce llegada. 

Él quiere que los pasos de su querida sean leves, pero no silenciosos. No se anima a buscarla; le teme al paroxismo que le pueda ocasionar una mirada tan directa y repentina. «Ella sola me encontrará, en un día aliquebrado» dice el hombre taciturno y, a veces, duda de su pasión por ella.

Aún más la aguarda en el final de la noche, cuando ya las impresiones de la vigilia han cesado hace bastante, y también cuando la introspección ha llegado a su fin. Entonces, aquel está dispuesto a entregarse enteramente a la felicidad de esos brazos delicados. Ya no se molesta en imaginar y suponer el momento en el cual aparecerá su compañera; ella le querrá tal y como es.

Hay fantasía redundante, en cada instante de su existencia, con la aurora melancólica que se apaga y le llena de belleza. Su suave cabello: el quid de la cuestión. Pero estas cosas poco importan ante el trance eterno de su esencia desconocida. Sabe que, paulatinamente, logrará desbaratar su aparición; la hará menos emocionante y más desesperante. Es el peso de la consciencia que no duerme.

Recuerdo muy bien lo que este hombre me dijo alguna vez: «Yo daría mi propia vida solo por cerrar mis ojos y observar su preciosa figura durante toda una eternidad. Allí, verdaderamente presente, como si la conociera hace ya algún tiempo, descansaré en su torso y me invadirá por completo. Ella es sueño, esperanza e inspiración. Oh, mi honda amada, ¿cuándo llegarás a mí? Sé que estás allí, en algún lugar de mi destino. A tu lado sé que hay un sosiego sin el ruido silencioso».

«El elixir de la vida: única es la muerte ante aquel que se siente perdido, y única es la muerte ante aquel que más arduamente vive la vida. Revive y asesina. Es sueño, esperanza e inspiración. No hay forma de no amarla. Extraña musa de la felicidad, la clave para ella, y tanto para el vagabundo como para el burgués» prosiguió exaltado.

Helena Villalba
Helena Villalba

Aún transitando la escuela secundaria. Soy de Buenos Aires y me gustaría perseguir una carrera como escritora. El tiempo se disuelve en las palabras.

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