Cuando escuchas la palabra “diabetes”, es posible que tu primer pensamiento sea azúcar alta en sangre.

El azúcar en sangre es un componente de tu salud que a menudo se subestima. Cuando se desequilibra durante un largo período de tiempo, podría convertirse en diabetes.

La diabetes afecta la capacidad de tu cuerpo de producir o usar insulina, una hormona que permite que tu cuerpo convierta la glucosa (azúcar) en energía.

Estos son los síntomas que puedes observar en tu cuerpo cuando se desarrolla la diabetes.

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Ilustración por Bailey Mariner

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La diabetes se puede manejar eficazmente cuando se diagnostica temprano. Sin embargo, cuando no se trata, puede causar posibles complicaciones que incluyen:

Normalmente, después de comer o beber, tu cuerpo descompondrá los azúcares de tus alimentos y los utilizará para energía en tus células.

Para lograrlo, tu páncreas necesita producir una hormona llamada insulina. La insulina es la que facilita el proceso de sacar el azúcar de la sangre y ponerla en las células para su uso o energía.

Si tienes diabetes, tu páncreas produce muy poca insulina o no produce nada. La insulina no se puede usar eficazmente.

Esto permite que los niveles de glucosa en sangre aumenten mientras que el resto de las células se ven privadas de la energía tan necesaria. Esto puede causar una amplia variedad de problemas que afectan casi todos los sistemas corporales principales.

Los efectos de la diabetes en tu cuerpo también dependen del tipo que tengas. Existen dos tipos principales de diabetes: tipo 1 y tipo 2.

El tipo 1, también llamado diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, es un trastorno del sistema inmunitario. Tu propio sistema inmunitario ataca las células que producen insulina en el páncreas, destruyendo la capacidad de tu cuerpo de producir insulina.

Con la diabetes tipo 1, debes tomar insulina para vivir. La mayoría de las personas reciben el diagnóstico de diabetes tipo 1 cuando son niños o adultos jóvenes.

El tipo 2 está relacionado con la resistencia a la insulina. Solía ocurrir en poblaciones de edad más avanzada, pero ahora poblaciones más jóvenes están desarrollando diabetes tipo 2. Este es el resultado de ciertos estilos de vida, hábitos alimenticios y ejercicio.

Con la , tu páncreas deja de usar la insulina eficazmente. Esto causa problemas con la capacidad de extraer azúcar de la sangre y llevarla a las células para obtener energía. Eventualmente, esto puede causar necesidad de medicamentos con insulina.

Puedes controlar eficazmente las fases más tempranas como prediabetes con una dieta equilibrada, ejercicio y el control cuidadoso de los azúcares en la sangre. Esto también puede prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2.

La diabetes se puede controlar. En algunos casos, puede incluso entrar en remisión si se hacen los cambios necesarios al estilo de vida.

La diabetes gestacional es un nivel alto de azúcar en sangre que se desarrolla durante el embarazo. La mayoría de las veces, puedes controlar la diabetes gestacional a través de la dieta y el ejercicio. También suele resolverse después del nacimiento del bebé.

La diabetes gestacional puede aumentar tu riesgo de complicaciones durante el embarazo. También puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida tanto para la madre como para el niño.

Si tu páncreas produce poca o ninguna insulina, o si tu cuerpo no la puede usar, se usan otras hormonas para convertir la grasa en energía. Esto puede crear altos niveles de sustancias químicas tóxicas, incluyendo ácidos y cuerpos cetónicos, que pueden causar una afección llamada cetoacidosis diabética.

La cetoacidosis diabética es una complicación grave de la enfermedad. Los síntomas incluyen:

  • sed extrema
  • micción excesiva
  • fatiga

Tu aliento puede tener un olor dulce causado por los niveles elevados de cetonas en la sangre. Los niveles altos de azúcar en sangre y el exceso de cetonas en la orina pueden confirmar la cetoacidosis diabética. Si no se trata, esta afección puede causar la pérdida del conocimiento o incluso la muerte.

El síndrome diabético hiperosmolar hiperglucémico (SDHH) ocurre en la diabetes tipo 2. Involucra niveles muy altos de glucosa en sangre, pero no cetonas.

Puedes deshidratarte con esta afección. Puedes incluso perder la conciencia. El SDHH es más común en personas cuya diabetes no está diagnosticada o que no han podido controlar bien su diabetes. También lo puede causar un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular o una infección.

Los niveles altos de glucosa en sangre pueden causar gastroparesia. Esto es cuando es difícil que tu estómago se vacíe por completo. Este retraso causa que tus niveles de glucosa en sangre aumenten. Por lo tanto, también puedes experimentar:

  • náuseas
  • vómitos
  • hinchazón
  • acidez estomacal

La diabetes también puede dañar tus riñones y afectar tu capacidad de filtrar los productos de desecho de tu sangre. Si tu médico detecta microalbuminuria, o cantidades elevadas de proteína en tu orina, podría ser una señal de que tus riñones no están funcionando correctamente.

La enfermedad renal relacionada con la diabetes se llama nefropatía diabética. Esta afección no muestra síntomas hasta sus etapas avanzadas.

Si tienes diabetes, tu médico te evaluará para detectar nefropatía y ayudarte a prevenir el daño renal irreversible o la insuficiencia renal.

La diabetes aumenta tu riesgo de desarrollar presión arterial alta, lo que ejerce mayor presión sobre el corazón.

Cuando tienes niveles altos de glucosa en sangre, puede contribuir a la formación de depósitos grasos en las paredes de los vasos sanguíneos. Con el tiempo, esto puede restringir el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de aterosclerosis o endurecimiento de los vasos sanguíneos.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés), la diabetes duplica tu riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Además de vigilar y controlar tu glucosa en sangre, los hábitos alimenticios saludables y el ejercicio regular pueden ayudarte a reducir el riesgo de presión arterial alta y niveles altos de colesterol.

Si fumas, considera dejar de hacerlo si estás en riesgo de diabetes. Fumar aumenta tu riesgo de problemas cardiovasculares y restricción del flujo sanguíneo. Tu médico puede ayudarte a crear un plan para dejar de fumar.

La falta de flujo sanguíneo puede afectar eventualmente tus manos y pies, y causar dolor al caminar. Esto se llama claudicación intermitente.

El estrechamiento de los vasos sanguíneos en las piernas y los pies también puede causar problemas en esas áreas. Por ejemplo, tus pies pueden sentirse fríos o es posible que no puedas sentir calor debido a una falta de sensibilidad.

Esta afección se conoce como neuropatía periférica, que es un tipo de neuropatía diabética que causa una disminución de la sensibilidad en las extremidades. Es especialmente peligroso porque puede evitar que notes una lesión o infección.

La diabetes también aumenta tu riesgo de desarrollar infecciones o úlceras en los pies. El flujo sanguíneo deficiente y el daño a los nervios aumentan la probabilidad de que te amputen un pie o una pierna.

Si tienes diabetes, es determinante que cuides muy bien tus pies y que los inspecciones con frecuencia.

La diabetes también puede afectar tu piel, el órgano más grande de tu cuerpo. Junto con la deshidratación, la falta de humedad de tu cuerpo debido al alto nivel de azúcar en sangre puede hacer que la piel de tus pies se seque y se agriete.

Es importante secar completamente los pies después de bañarse o nadar. Puedes usar vaselina o cremas suaves, pero evita dejar que estas áreas estén demasiado húmedas.

Los pliegues húmedos y cálidos de la piel son susceptibles a infecciones fúngicas, bacterianas o por candidiasis. Estas tienden a desarrollarse en las siguientes áreas:

  • entre los dedos de manos y pies
  • ingle
  • axilas
  • comisuras de la boca

Los síntomas incluyen enrojecimiento, ampollas y picazón.

Los puntos de alta presión debajo de tu pie pueden causar callos. Estos pueden infectarse o desarrollar úlceras. Si tienes una úlcera, consulta al médico inmediatamente para reducir el riesgo de perder tu pie.

También puedes estar más propenso a:

  • furúnculos
  • foliculitis (infección de los folículos pilosos)
  • orzuelos
  • uñas infectadas

La diabetes no controlada también puede provocar tres afecciones cutáneas:

  • La xantomatosis eruptiva causa protuberancias amarillas duras con un anillo rojo.
  • La esclerosis digital causa piel gruesa, con mayor frecuencia en las manos o los pies.
  • La dermopatía diabética puede causar manchas cafés en la piel. No hay motivo de preocupación y no se requiere tratamiento.

Estas afecciones de la piel generalmente se eliminan cuando se controla el azúcar en la sangre.

La diabetes causa neuropatía diabética o daño a los nervios. Esto puede afectar tu percepción del calor, el frío y el dolor. También puede hacer que seas más susceptible a las lesiones.

Además, aumentan las probabilidades de que no notes estas lesiones y que se transformen en infecciones o afecciones graves.

La diabetes también puede causar vasos sanguíneos hinchados y con fugas en el ojo, llamados retinopatía diabética. Esto puede dañar tu visión. Incluso puede causar ceguera. Los síntomas de los problemas oculares pueden ser leves al principio, por lo que es importante que consultes a tu oftalmólogo regularmente.

El cambio hormonal durante el embarazo puede causar diabetes gestacional y, a su vez, aumenta el riesgo de presión arterial alta. Hay dos tipos de afecciones de la presión arterial alta que se deben considerar durante el embarazo: preeclamsia y eclampsia.

En la mayoría de los casos, la diabetes gestacional se controla fácilmente y los niveles de glucosa vuelven a la normalidad después que nace el bebé. Los síntomas son similares a otros tipos de diabetes, pero también pueden incluir infecciones repetidas que afectan la vagina y la vejiga.

Si desarrollas diabetes gestacional, tu bebé puede tener un peso más alto al nacer. Esto puede complicar aún más el parto. También tienes un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 varios años después del parto de tu bebé.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 28 de abril de 2022.

Versión original actualizada el 20 de octubre de 2021.

Última revisión médica realizada el 20 de octubre de 2021.