El Santuario de la Inmaculada se vistió de gala para celebrar una boda gitana a la que no le faltó, como suele ocurrir, todos los ingredientes que la hacen tan peculiares. Los novios, que vemos en la foto salir a hombros tras la celebración de la misa, viajaron en una limusine impresionante y la novia hizo esperar a su pareja un montón de tiempo. Una de las invitadas fue Chispa, la viuda del gran Camarón.
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