Hemidactylus frenatus hace un sonido particular. Aunque los especímenes de esta especie de gecko no alcanzan grandes tamaños, sus chillidos pueden retumbar en toda la casa, especialmente en el silencio de la noche, que es cuando están más activas. Los machos usualmente producen este sonido como un acto de defensa de su territorio.

Esta especie, conocida coloquialmente como salamanqueja, es común en los hogares de la Costa ecuatoriana. Tiene una coloración blanquecina y existen algunos mitos respecto a ella, como que son venenosos o tóxicos. Sin embargo, no comparten ninguna de esas dos características, pues ni usan venenos para depredar a otros animales ni tienen tejidos tóxicos como método de defensa a agresiones.

Publicidad

Las hembras pueden poner huevos de cuatro a seis veces al año en tandas de dos. Permanecen a una temperatura adecuada para su incubación durante 60 días, tras los cuales eclosionan.

Pingüinos de Galápagos podrían verse amenazados por escasez de comida por fenómeno de El Niño

Andrea Narváez, docente de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, cree que algunos de los miedos en torno a esta especie son infundados. Señala que no muerden a menos que se las maneje bruscamente, no son venenosas ni tóxicas, ni son capaces de picar con la cola.

Tenerlas en el hogar incluso podría resultar beneficioso: son cazadoras ávidas. Acostumbran agruparse cerca de fuentes de luz, pues suelen cazar insectos que esta atrae.

Sin embargo, como señala la herpetóloga Michelle Vela tienen una dieta generalista, o sea variada. Consumen una variedad de artrópodos. Señala que es un animal generalista, pues es capaz de adaptarse a distintas condiciones ambientales, a diferencia de los especialistas, que no se pueden adaptar de la misma manera a cambios ambientales y tienen dietas más específicas.

Publicidad

“Incluso hay reportes de que se alimenta de huevos de otros geckos, y de juveniles de otros tipos, es un depredador muy versátil”, indica Vela.

Desmitificando a las arañas: son parte esencial de la cadena alimentaria, pero generan rechazo en humanos

Es esta flexibilidad la que ha convertido a hemidactylus frenatus en una especie tan exitosa a nivel mundial. No es nativa de Ecuador: proviene de Asia, y logró esparcirse por todo el mundo conforme el comercio marítimo fue aumentando. Fue registrada por primera vez de forma oficial por científicos en Ecuador en marzo de 2008, con tres individuos capturados en un hotel en San Lorenzo, Manabí, y otro en Pedernales.

A pesar de ser territorial y exitosa casi en cualquier lugar donde ha migrado, no se han realizado estudios respecto a su impacto como especie introducida en Guayaquil.

“Todavía tenemos que entender qué es lo que está pasando en el ecosistema y si hay daños por la presencia de estos grupos”, indica Narváez.

Vela expone que el hecho de que sea un gecko introducido no significa que sea invasor, o al menos no se lo considera así todavía. La diferencia entre una especie introducida y una invasora es que esta última causa estragos en el ambiente en el cual es introducido, compitiendo con animales endémicos e incluso erradicándolos.

“Incluso ya la tenemos en Galápagos también. Ahí parece que ya es un problema, no solo esta especie, sino algunas especies de salamancas que han sido introducidas. Aquí en el continente no se ha reportado un impacto muy grave por el momento”, expresa Vela.

Otra especie introducida exitosa es Anolis sagrei, o abaniquillo pardo. Es endémica de Cuba y las Bahamas, pero, como la ‘salamanqueja’, ha migrado a otros territorios, incluyendo Ecuador.

Anolis sagrei es endémica de Cuba y las Bahamas. Foto: Cortesía: Andrea Narváez

Existe evidencia de que su presencia es perjudicial para la fauna nativa, como en Taiwán, donde causó reducciones en la población de insectos. En las islas Bermudas es un fuerte competidor para la especie endémica vulnerable Plestiodon longirostris.

Narváez, junto a otras tres investigadoras, publicó un estudio sobre el posible impacto de esta especie en Guayaquil. Analizaron su dieta a partir de restos de otros animales encontrados en su sistema digestivo y encontraron que se alimentan en su mayoría de hormigas de los géneros Solenopsis (hormigas de fuego) y Camponotus (hormigas carpinteras).

También consume insectos como cigarras, pulgones, chinches y escarabajos de distintas familias, algunos de ellos considerados pestes.

‘El remedio podría ser peor que la enfermedad’, dice el ministro del Ambiente José Dávalos sobre posibles ‘impactos ambientales indirectos’ de abandonar el bloque petrolero 43 en el Yasuní

Aunque podría ayudar a controlar poblaciones de plagas, algo que no se ha demostrado de manera definitiva, Narváez aclara que se deberían implementar medidas de control sobre el abaniquillo pardo, aunque no se ha probado aún el nivel de agresividad de la lagartija tampoco. (I)