Eloi Badia es uno de los integrantes del gobierno municipal de Barcelona más controvertidos, ya que en su función de concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica es el máximo responsable de los problemas de suciedad que arrastra la ciudad desde hace meses y que, supuestamente, se empezarán a paliar con la entrada en servicio de la nueva contrata, que este mismo mes ha empezado a funcionar en cinco distritos de la ciudad y también es muy cuestionado por su papel en el intento de municipalizar la gestión del agua. Además, es el blanco de todas las críticas en Gràcia, ya que también es el concejal de este distrito.

Pero además de todo eso, Badia es, también, aspirante a funcionario municipal, y no sólo él, sino también su pareja, Tatiana Guerrero, actualmente asesora de la tenencia de alcaldía de Derechos Sociales. Según adelanta 'La Vanguardia', los dos forman parte de las 16.000 personas que se examinarán a partir de este sábado para entrar a formar parte de las bolsas de trabajo del Ayuntamiento de Barcelona. En el caso de Badia, siempre según el medio citado, ha sido incluido con el número 1.091 de los 15.842 convocados a las pruebas, en su caso, como aspirante a incorporarse a la administración municipal como técnico superior en ingeniería.

La admisión a las pruebas comporta que Badia cumple los requisitos para presentarse, ya que el concejal es ingeniero industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona y trabajó, anteriormente a su etapa política, en Ingeniería sin Fronteras y en Global Water Operators Partnership Alliance. Con todo, su aspiración a convertirse en funcionario municipal no oculta otras lecturas, como la posibilidad de que haya dado por acabada su etapa política una vez finalizada el actual mandato con las elecciones municipales previstas para mayo del 2023, cuando habrá cerrado un periodo de ocho años en el gobierno municipal, siempre encuadrado en Barcelona en Comú y bajo el liderazgo de Ada Colau.

¿Cumplirá con el código ético?

Hay que recordar que según el código ético de Barcelona en Comú, los cargos electos -cómo es el caso de Badia- así como los gerenciales y los de libre designación, se comprometen a "limitar su mandato a dos legislaturas consecutivas", aunque una apostilla indica que este periodo puede ser "excepcionalmente prorrogable a un mandato más siempre que se dé un proceso de discusión y validación ciudadana", una válvula de escape que podría permitir a Colau repetir como candidata. De hecho, cumplir a rajatabla al código ético significaría una renovación importante de la lista de BComú para mayo del 2023.

En todo caso, lo que parece claro es que Badia ya se prepara para seguir vinculado a la Casa Gran aunque sea como trabajador, y no es el único que tiene estos planes de futuro. Su pareja, Tatiana Guerrero opta a incorporarse a la bolsa de trabajo como técnica superior en Psicología. Según 'La Vanguardia', hay dos cargos municipales más que optan a ser funcionarios, por una parte, el comisionado de Diálogo Intercultural y Pluralismo Religioso, Khalid Ghali, que también opositará como técnico superior en Psicología y la concejala de Junts per Catalunya Francina Vila, que se presenta coma técnica superior de Derecho.