Durante unas semanas de julio, Brihuega, en pleno corazón de la Alcarria (Guadalajara), disfruta de una auténtica joya de la naturaleza: la floración de sus campos de lavanda, un espectáculo sensorial repartido por mil hectáreas de plantación, más típico de la Provenza Francesa que de los campos de Castilla.
La floración se produce durante el mes de julio. El estado de la floración solo es posible conocerlo a lo largo del mes de junio, ya que depende exclusivamente del clima que haya tenido la primavera. Este año, el punto culminante de la floración se prevé para la primera quincena del mes de julio. Para celebrarlo, el sábado 16 de julio tiene lugar el evento estrella de los actos preparados en honor a la nueva cosecha: el Festival de la Lavanda. Después de más de dos años de espera, la presente edición organiza un concierto doble de Soledad Jiménez y Revólver en los campos de lavanda de Malacuera-Olmeda del Extremoal al atardecer. El precio de la entrada es 58,70 euros y se debe acudir vestido de blanco.
Los campos de lavanda se pueden visitar por libre, al tratarse de campos abiertos. El atardecer es el mejor momento para empaparse del color y del olor de la lavanda. También es posible efectuar visitas guiadas los viernes, sábados y domingos del mes de julio, a las 19:00 y a las 20:30 horas. El coste es de 3 euros por persona. Brihuega se encuentra situada en la parte occidental de la provincia de Guadalajara, emplazada en la ladera baja desde la llanura alcarreña hasta el valle del río Tajuña, a 33 km. de Guadalajara, a 90 km. de Madrid y 12 km. de la Carretera N-II.
Las mil hectáreas de Brihuega suponen el 10% de la producción mundial. La siega de los campos comienza a finales del mes de julio o a principios del mes de agosto, cuando la flor ya ha tomado un color grisáceo. Las flores son recogidas para pasar por los alambiques con una capacidad para 2.000 kilos diarios de extracción de la esencia.
La sociedad Intercova Aromática da trabajo a más de 200 agricultores de la comarca. Por lo general, se cultivan dos variedades: 250 hectáreas de lavanda son destinadas a la alta perfumería, la medicina, la cosmética y la restauración, mientras que las restantes 700 hectáreas de lavandina son utilizadas para la decoración y la perfumería.
Laos tallos y flores de la lavanda se destilan por un proceso tradicional. Se utilizando un alambique, el vapor de agua libera la esencia, y el aceite se recoge. Para obtener un kilo de una esencia amarilla dorada de lavanda, hacen falta de 100 a 120 g., mientras que para la esencia de lavandín hacen falta tres kilogramos. Esta labor de recogida termina entre la segunda o tercera semana de agosto. Bulgaria es el país que más produce y exporta lavanda, aunque Surrey (Inglaterra) con su Mayfield Lavender y la Provenza Francesa destacan en el panorama internacional.
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