LA LLUVIA DESPIDE A LA PRIMAVERA

 

Carlos de Hita

Llover (del lat. vulg. "plovere") 1 intr. Caer agua de las nubes.
Aguacero, aguanieve, aguarrada, aguas, andalocio, andalogio, argavieso, calabobos, cellisca, cernidillo, chaparrada, chaparrón, chapetón, chirapa, chipichipi, chispa, chubasco, cilampa, cortina de agua, diluvio, garúa, gota fría, llovizna, lluvia meona, lluvia, marea, matapolvo, mollina, mollizna, nubada, nubarrada, nube, oraje, orvallo, racha, ráfaga, remolino, rocío, rugiada, sirimiri, tempestad, temporal, tormenta, torva, tromba, turbión, turbonada, cuatrogotas, manga de agua, sábana de agua.

María Moliner, Diccionario de uso del español

Hay muchas palabras para llamar a las cosas importantes. Cincuenta, exactamente, en el caso de la lluvia, según recoge el diccionario de María Moliner.
Esta semana se acaba la primavera y ha vuelto a llover. A llover sobre mojado.

A la hora de grabar este texto es la medianoche del martes al miércoles y llueve intensamente al otro lado del cristal. En los últimos días no ha parado de llover, a cántaros. Ciertamente no tanto como lo hizo en otoño e invierno, pero sí justo a tiempo para refrescar la llegada del verano. Ha llovido sobre las lagunas encharcadas.

Ha llovido como dicen que lo hacía antes y el agua ha vuelto a hacer manar las fuentes. Llueve sobre las praderas, las acequias, los arroyos y los ríos. La lluvia moja los muelles en los puertos. Es tanta la lluvia que el agua engorda y se despeña ladera abajo por cascadas y colas de caballo. El agua se filtra por la roca y llueve incluso bajo tierra, dentro de las cuevas. Llueve bajo las copas de los árboles. Es casi un milagro. A la primavera apenas le quedan unos días, el verano ya está ahí, y los zorzales todavía se recrean cantando bajo la lluvia. A ratos se abren claros entre las nubes: el arco iris no suena, lo hace por él el campo.

Foto

Llovizna sobre un estanque, en los jardines de La Granjal.| Foto: Carlos de Hita.

 

En este montaje sonoro ha llovido, en orden de escucha, bajo mi ventana, en los bosques de Valsaín, en las Tablas de Daimiel, en los jardines del monasterio de Yuste, los meandros de Aigüestortes, el puerto pesquero de Corme, en la gran cascada de Navafría, bajo las cuevas de Ojo Guareña, en los hayedos de Covadonga y las breñas de Somiedo.

No deja de llover y mucha gente ya empieza a cansarse. Pero, a pesar de todo, ¡gran noticia el hartazgo de agua en un país sediento!

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