Mascar hojas de coca, una costumbre estigmatizante para algunos estudiantes

El “coqueo”, nombre con el que se conoce popularmente al acto de mascar hojas de la planta de coca, es una costumbre fuertemente arraigada en distintas comunidades de la región del NOA. En el marco de un trabajo de investigación para una maestría en Antropología Social, una docente de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) planteó la estigmatización a la que se enfrentan los estudiantes que llegan a Corrientes y mantienen esta práctica. 

El estudio plantea que "coquear" está asociado erróneamente con el consumo de estupefacientes. Ante esta situación, los jóvenes apelan a distintas estrategias para mantener esta práctica ancestral en distintos espacios. 

Romina Brabo Guerra es docente del Instituto de Criminalística y Criminología de la Unne y está desarrollando una maestría en Antropología Social. En el marco de esta formación, se propuso desarrollar un estudio en el que demuestra  esta desaprobación social que existe en Corrientes con respecto al “coqueo”. Según plantea, la falta de información lleva a que la sociedad local estigmatice la práctica, tradicional para los estudiantes que provienen de Salta o Jujuy y la asocie con el “consumo de un estupefaciente”. 

Mediante entrevistas no estructuradas, Brabo analizó el impacto del coqueo en la Universidad y señaló que en la Facultad de Ciencias Veterinarias, opción elegida por la mayoría de los estudiantes provenientes del NOA, el coqueo está “bastante aceptado”. Esto es como consecuencia del paso de varias generaciones de estudiantes de esa región, que dejaron asentados rasgos culturales que hoy forman parte de la cultura institucional, algo que no ocurre en otras unidades académicas. 

La investigadora indica que esta situación lejos está de eliminar esta costumbre entre los jóvenes salteños y jujeños en Corrientes. “La hoja de coca surge como símbolo de una resistencia cultural”, indica y agrega que los estudiantes “pudieron establecer estrategias para resistir los cambios que vienen de la mano del desarraigo”.

Teniendo en cuenta que los entrevistados asocian “convidar las hojas para coquear” con el “compartir un mate”, el estudio indica que los jóvenes salteños y jujeños no entienden como puede estigmatizarse una práctica que representa una herramienta de confraternidad. En el trabajo se explica que si bien se trata de una costumbre ancestral, la “mala fama” se genera en el año 1860 cuando se logra aislar el alcaloide “cocaína” de la hoja, con la visión de que sirviera a los fines de la medicina moderna; pero con el tiempo estos fines trascendieron los límites médicos para ir tras objetivos más oscuros.