Diario de Valladolid

BALONCESTO | PRETEMPORADA

Un UEMC Real Valladolid con hechuras logra su primer triunfo de pretemporada

El conjunto blanquivioleta en fase de construcción gana a un combativo Cantabria sujetado por los 8 triples de Lisboa

Nwgobo lanza un gancho por encima del gigante Radunic. / M. González Egea.

Nwgobo lanza un gancho por encima del gigante Radunic. / M. González Egea.

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Buena pinta. Buenas maneras. Herramientas diferentes que invitan a pensar en resultados diferentes y por ende en ese deseo de dar un paso más que le acerque al ascenso al codiciado ascenso a la ACB. Las nuevas incógnitas de la ecuación enseñan un UEMC Real Valladolid con mayores hechuras.

E.M.

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El aperitivo que tuvo ayer el equipo de Paco García en Íscar comenzó en un principio de manera indigesta ante un rival, Alega Cantabria, sobre el tapete de entidad menor pero con más ritmo de partido (es su tercer amistoso), aun a pesar de presentarse en Íscar con hasta cinco bajas (Spencer, Niang, Walker, Aitor y Sierra). 

Pero como ocurriera la pasada campaña en este mismo escenario de Íscar ante Estudiantes, el Real Valladolid mostró dos caras diametralmente opuestas fruto de esa lógica que no es otra que los rigores de una pretemporada en la que el reparto de minutos y las probatorias mandan por encima del resultado. 

Esa intermitencia suma le hizo al equipo de Paco García ir a rebufo en el marcador durante los dos primeros cuartos con una desventaja que llegó hasta los diez puntos, 33-43. No era un problema como tampoco la ausencia en el último suspiro de N’Guessan por un proceso gripal. La nueva cara del equipo, con más presencia y determinación interior tras la llegada de Nwogbo (20 puntos), da otro aire al equipo y corrige de raíz la cojera que arrastró el equipo la pasada campaña.

Belemene trata de postear en el duelo ante Cantabria. / M. González Igea

Belemene trata de postear en el duelo ante Cantabria. / M. González Igea

El Real Valladolid supo reponerse a base de arreones, sin tiempos muertos (algo que buscó el propio Paco García) para sumar el primer triunfo de la pretemporada. Un parcial de 12-0 tras la máxima desventaja del partido, puntual, corrigió el desaguisado provocado por la puntería del conjunto cántabro, autor de 12 triples, ¡8 de ellos! de manos del base portugués, Lisboa, hijo de un mítico y legendario del baloncesto lusocomo fue Carlos Lisboa.

E.M.

E.M.

Con dos jugadores diferenciales como son Schmidt y el mencionado Nwogbo, que no dudó en echarse el equipo a las espaldas en los momentos más complicados haciendo daño en el poste bajo, el Real Valladolid, posiblemente pesado de piernas, fue capaz de corregir sobre la marcha y con un trabajo cooperativo del equipo atrás, agachando el culo y sufriendo para que este aperitivo antes de la Copa fuera al menos fructífero (82-78). Y es que las correcciones llevaron a cambiar la cara a Belemene, marcado por la ansiedadad en la primera mitad. A Costa, en un principio desaparecido. A Royo, combativo y fajador...

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