El agrandamiento de la próstata, también conocido como hiperplasia prostática benigna (HPB), es un crecimiento no canceroso de la glándula prostática la cual rodea a la uretra masculina y suele aparecer en hombres mayores.

A medida que la próstata crece, puede oprimir la uretra y afectar el flujo normal de la orina, presentando síntomas como dificultad para comenzar a orinar, debilidad en el flujo de orina, aumento en la frecuencia urinaria, urgencia para orinar y la sensación de no poder vaciar completamente la vejiga.

En algunos casos, cuando los síntomas son severos y afectan significativamente a la calidad de vida del paciente, los médicos pueden recomendar una intervención quirúrgica que se lleva a cabo cuando el paciente no puede vaciar completamente la vejiga, es decir, hay retención urinaria y además va acompañada de continuas infecciones y de sangrado de la próstata.

En qué consiste la intervención

La cirugía para tratar la hiperplasia prostática benigna se llama resección transuretral de la próstata (RTUP). En esta intervención, se utiliza un instrumento llamado resectoscopio que se introduce a través de la uretra para extirpar el tejido prostático que está obstruyendo el flujo de orina y es un procedimiento para el que generalmente se necesita anestesia general o epidural.

Existen otras opciones quirúrgicas para tratar la hiperplasia prostática benigna, como la resección transuretral de la próstata (RTUP) que es la técnica de referencia y es por lo que se emplea en el 90% de los casos. También puede hacerse mediante cirugía abierta que la técnica quirúrgica tradicional para la próstata muy voluminosa o una incisión transuretral de la próstata (TUIP).

La elección de la intervención quirúrgica dependerá de la gravedad de los síntomas, la salud general del paciente y la preferencia del médico. Es importante destacar que no todos los casos de agrandamiento de próstata requieren cirugía, ya que hay tratamientos médicos y terapias menos invasivas disponibles para aliviar los síntomas en muchos casos. La decisión de realizar una operación se toma después de evaluar cuidadosamente la condición individual de cada paciente.

Carlos III anuncia que tiene cáncer

El Palacio de Backingham anunció el pasado lunes que el monarca Carlos III de Inglaterra tiene cáncer el cual ha sido diagnosticado a través de una intervención a la que se había sometido para tratar el agrandamiento de la próstata y para el que ya ha iniciado una serie de "tratamientos regulares". 

"Su Majestad ha iniciado hoy un programa de tratamientos regulares, periodo durante el cual los médicos le han aconsejado que posponga sus tareas de cara al público". Así lo han lanzado en un comunicado la familia real británica junto a una nueva fotografía del propio monarca.

La decisión de la familia real de dar a conocer su enfermedad ha sido con el fin de que se eviten especulaciones acerca del estado de salud de Carlos III y con la esperanza de que contribuya a crear conciencia sobre el cáncer. Por el momento, son los datos que han facilitado desde el Palacio de Buckingham, sin especificar qué tipo de cáncer padece el monarca, desmintiendo, por tanto, que sea relacionado con el de próstata.