Aibar, una villa que respira cultura

No se escucha música por las calles estos días en Aibar. En un año normal, la villa estaría inmersa en sus fiestas patronales, pero no es el caso de 2020, en el que el coronavirus las ha borrado del mapa. Y los aibareses, resignados, ven cómo avanza un verano algo anodino en el que también la cultura, seña de identidad de esta localidad, se ha quedado salvo excepciones en ‘punto muerto’. Aibar, con 805 habitantes, suma una decena de grupos y asociaciones culturales: dos bandas de música, tres corales, un grupo teatral, una comparsa de gigantes, un grupo de acordeones, otro de poesía, un club de lectura, una asociación de pintura, otra de música... “A quienes nos visitan, les sorprende tanta actividad cultural. Eso se debe a la implicación de la gente y a que muchos nos desdoblamos”, explica Tere Ayesa Rodrigo, quien a sus 56 años es actriz del grupo de teatro, música en la banda y miembro de la asociación de pintura. “Hay familias con todos los hijos en un grupo cultural, por ejemplo”, añade por su parte Asier Arbeloa Aldunate, de 42 años y director de la Banda de Aibar y de la escuela de música local. “Y para que estos grupos funcionen, necesitan gente implicada y adaptarse a las circunstancias, ajustando horarios o cambiando ensayos”. En este verano marcado por la covid-19, coinciden diferentes miembros de los grupos culturales de Aibar en que “hay más gente en el pueblo desde el principio, pues se han llenado las segundas residencias”, pero que “la vida social se ha visto reducida”. Recuerdan cómo en el confinamiento “hubo ayuda entre vecinos” y que “por suerte en Aibar no pegó con fuerza el coronavirus”. Respecto de las ‘no fiestas’ de estos días, reconocen que “ha sido duro”, pero que “es algo lógico”. El cohete, la vida en la calle, los calderetes o el día de disfraces con su cena popular tendrán que esperar a 2021. Y en esas fiestas, en ese nuevo año, los grupos culturales esperan volver a dar lo mejor de sí. CULTURA EN GRUPO “El año pasado celebramos nuestro 25 aniversario y este nos quedamos encerrados”, destaca Óscar Arbeloa García, de 42 años y miembro de la Comparsa de gigantes Auzolan. Un grupo que suma una veintena de bailadores, 4 gigantes y 4 cabezudos. Su última salida, y “como novedad”, fue en Nochevieja, para la San Silvestre. Cada verano, salvo el de 2018, cuando no hubo portadores, animan las fiestas de junio y agosto, y acuden a Leache y Cáseda. En otoño, también salen en los Medievales. “Es mágico ver la fiesta desde la pequeña ventana de un gigante”, cree Arbeloa, quien demuestra “ganas de retomar” esta afición. También están a deseo de juntarse los miembros del grupo de teatro Doña Sancha de Aibar. Así lo afirma una de las actrices de este colectivo amateur, Tere Ayesa Rodrigo. “Este grupo, como otros, da vida a Aibar y pone al pueblo en el mapa cultural”, cree. El colectivo, con una docena de componentes, lo dirige Mercedes Castaño. “Representamos una obra a finales de año . La de este año ya estaba elegida, y los papeles repartidos, pero no hemos podido juntarnos”. Por su parte, sin el tradicional campamento previo al concierto prefiestas se han quedado este verano los 35 integrantes de la Banda Txiki. Un colectivo que el año próximo llegará a la década. “Les motiva juntarse con otros jóvenes músicos para tocar y poder dar el ‘salto’ a la banda grande tras 5 años de preparación”, señala su director, Mikel Úriz Mata, de 21 años. “Algunos están con muchas ganas de volver a ensayar, veremos cómo va todo”. Suelen actuar 3 veces al año: Navidad, fiestas de San Pedro y prefiestas. Desde la Banda de Aibar, su director Asier Arbeloa Aldunate, de 42 años, lamenta este parón cultural, que en su caso, además de con ensayos y conciertos, dio al traste con una actividad muy especial. “A finales de marzo se iba a celebrar un curso para directores a iban a venir a Aibar para trabajar con la banda, pero no pudo ser”, dice. La agrupación suma más de 60 músicos. Ofrece conciertos en Navidad, primavera (benéfico), prefiestas y el Día de Navarra, y también, ya “en formato txaranga”, actúa en Olentzero, Reyes, Carnavales, Medievales o fiestas de mayo, junio y agosto. “La guinda de cada curso suelen ser las fiestas de agosto. Este año, parece que se queda todo incompleto”, añade Noelia Oneca Carreras, saxofonista de 26 años. Con toda la actividad en común paralizada desde marzo, los 25 integrantes de la Coral Aritza pasaron el confinamiento ensayando de forma particular gracias a unas grabaciones. “También hicimos un vídeo, que montó Alicia Huarte, con la canción ‘Ilargia’ para animar esos momentos duros”, rememoran las contraltos Marta Aldunate Aguirre, de 45 años, y Cristina Olagüe Turrillas, de 45. Dirigidos por David Sánchez Andión, los coralistas salen a cantar en los Medievales y ofrecen conciertos en Navidad y primavera, además de con la Federación de Coros. Aibar cuenta también con la Coral Menditxuri, que dirige Álvaro Aldunate y aglutina a una veintena de personas jubiladas, y con un coro parroquial. Y dentro del mundo instrumental, no podría entenderse Aibar sin su Grupo de acordeones, integrado por 7 músicos y con actuaciones fijas en Olentzero, Santa Águeda, fiestas de San Pedro y fiestas de agosto. Al amparo del mismo se creó la asociación Oibarko Soinujoleak, que promueve cada verano un campus de acordeón. “Este año hubiera sido el décimo, y preveíamos un festival de conciertos paralelo con gente de renombre, pero tendrá que esperar”, destaca Izaskun Andueza Imirizaldu, 42 años. El objetivo del campus es doble, “fomentar el acordeón y dar a conocer la zona”, y a cambio este año se promovió un concurso en redes sociales. “A ver si pasa todo esto pronto y vuelve la vida normal. Ya hay ganas”, sentencia. Paseos en altura entre robles centenarios A escasos 3 kilómetros del casco urbano, en un paraje dominado por robles centenarios, se ubica el parque de aventura Artamendia. Un espacio que permite caminar en altura junto a las copas de estos monumentos naturales y que es una de las ofertas turísticas de naturaleza de Aibar. Este año, además, adaptadas a la nueva realidad del coronavirus. “Disponemos de gel hidroalcohólico, desinfección de equipos, un aforo limitado a 25 personas, etc. Y, aunque como es una actividad deportiva al aire libre no se exige, recomendamos el uso de mascarillas”, explica Lorena Etxarri Saralegi. A sus 32 años, es desde hace 4 la gestora de este parque de titularidad municipal. Con la empresa Izadi Aventura lleva también el parque Beigorri de Lekunberri. El parque ofrece dos circuitos, uno de iniciación (“desde los 3 años”) y otro de aventura (“desde 1 m 35 cm”), y los precios de acceso son de 9 y 13 euros por persona, respectivamente, si bien los hay especiales para grupos. “Cualquier otro año se abre en Semana Santa, que suele ser una temporada fuerte, pero este año hasta finales de junio no pudo ser. Y eso, unido a que no hemos tenido grupos de escolares y otros colectivos, hará que esta temporada caigan los visitantes”, señala, indicando que en lo que va de verano “hay más actividad de la esperada, pero menor de la de otros años”. En una campaña normal, atienden a entre 1.500 y 2.000 visitantes. Entre quienes han visitado estos días el parque se encontraba una familia llegada de Valencia. “Hemos pasado unos días durmiendo en una cabaña en un árbol en el Valle de Arce (Agroturismo Mari Cruz) y ahora que nos vamos hemos querido probar esto de andar entre árboles”, indicaba Nacho Vicent, que acudió a Artamendia con su mujer Gelu Piña y la hija de ambos, Aroa, de 7 años. “¡Es muy chulo!”, dijo la niña tras completar los primeros puentes. Pequeños aprendices de fotógrafo adaptados al confinamiento “Les pedí que siempre que salieran, aunque fuera poco, llevaran la cámara sobre el hombro. Y obtuvieron unas fotografías estupendas”. Luis Sola Bermejo es tutor de 5º y 6º de Primaria en el colegio público Gabriel Valentín Casamayor de Aibar. Un centro rural que este curso ha contado con 32 alumnos de Infantil y Primaria y que, al disponer de jornada continua, ofrece diferentes extraescolares. Entre ellas, una de fotografía que dirige el citado Sola y que, debido al confinamiento por la crisis del coronavirus y la suspensión de clases, hubo de adaptarse a las circunstancias. “La fotografía es una de mis aficiones y a los chavales también les gusta, les parece algo sugerente”, explica Luis Sola. Además de conocimientos técnicos, les transmite “el disfrute de tomar fotos, de forma pausada”, y pautas para hacerlo bien, con nuevos enfoques y perspectivas, e incluso de noche. “No necesitan cámara, yo les presto las mías, y así hacen trabajo colaborativo. Algunos, al final se acaban comprando una”, indica. Pero este curso, “todo se cortó en marzo”, truncándose incluso la tradicional exposición de fotografías de fin de curso en el colegio. “No quería que todo quedara ahí, así que les propuse que fueran recogiendo fotos dentro de lo que pudieran, en su entorno; que aprovecharan momentos especiales como nevadas o tormentas; y que le dieran una visión especial con contrapicados, enfocando algo y desenfocando el resto, tumbándose en el suelo para sacar las fotos, etc. Nada de sacar por sacar”, repasa. Así, el resultado fue “muy bueno”. “Han salido fotos interesantes, que hemos colgado en la web del colegio para que todo el mundo las vea. Hemos titulado la exposición virtual ‘Pasó el curso y no me di cuenta’, y todas las expuestas son de ellos, de los 7 chavales participantes en la extraescolar”, destaca Sola, que pone también en valor cómo los pequeños se han defendido empleando las nuevas tecnologías para hacerle llegar las fotos. EN DATOS Alcalde: Aritz Burguete Blasco, de la Agrupación Electoral de Izquierda Independiente de Aibar, AGEIZIA. (El alcalde declinó ser entrevistado para este reportaje). Habitantes: 805 (428 varones y 380 mujeres). Afiliados a la Seguridad Social: 105 en junio, frente a los 98 de febrero, antes de estallar la crisis del coronavirus. Parados: 37. Extensión: 47,49 km2. Limita con Sangüesa, Cáseda, Sada, Leache, Izco, Nardués, Lumbier y Rocaforte. Escuela: Colegio Público Gabriel Valentín Casamayor. Centro médico: Consultorio. Otros servicios: Gasolinera, farmacia, polideportivo, club de jubilados, centro rural de atención diurna, albergue, casas rurales, hotel, tiendas de alimentación, bares y restaurantes, oficinas bancarias, peluquería y panadería. Principales tipos de cultivo: Vid, cereal y olivos. Ganadería: Vacas, ovejas y pollos. Industria: No. Número de viviendas: Entre 400 y 500. Presupuesto 2020: 1.160.820,51 euros. Fiestas patronales: 16 de agosto (San Roque). Habitualmente el 15 es la víspera y duran hasta el 20 de agosto. Este año están suspendidas.

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