Seguro que alguna vez has oído hablar de la terapia de ahuecamiento, un método curativo alternativo que implica colocar una serie de ventosas en la piel para ayudar a tratar dolores, nudos de músculo e inflamación.
Pero, ¿funciona realmente? Según un artículo, los profesionales que se dedican a la extracción de ventosas afirman que funciona al crear hiperemia o hemostasia alrededor de la piel. Esto significa que aumenta o disminuye el flujo de sangre.
Los atletas profesionales utilizan cada vez más la terapia de ventosas como parte de sus prácticas deportivas de recuperación
Por otra parte, un estudio afirma que existe cierta evidencia de que el ahuecamiento es eficaz en el tratamiento del dolor de espalda y cuello. Sin embargo, algunos investigadores señalan que es necesario un estudio más exhaustivo para comprobar esto.
A su vez, otro estudio afirma que la terapia de ahuecamiento puede ser eficaz para tratar el herpes zoster y el acné.
También, se dice que los atletas profesionales utilizan cada vez más la terapia de ventosas como parte de sus prácticas deportivas de recuperación.
Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que proporciona, es una terapia que también tiene efectos secundarios, entre los que se incluyen: decoloración de la piel, cicatrización, quemaduras, infecciones, dolor de cabeza, cansancio, mareos, desmayos, náuseas e insomnio. Además, si una persona tiene una afección en la piel como eccemas o psoriasis, esta terapia puede empeorar el área afectada.