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Cómo cultivar lechugas orgánicas en casa sin tener un jardín

Cultivar lechugas orgánicas en tu hogar es más sencillo de lo que crees y lo mejor es que no necesitas un enorme jardín para hacerlo.

La lechuga es una planta ideal para cultivar en casa e iniciar tu propio huerto urbano

Skitterphoto / Pixabay

Las lechugas son una planta ideal para sembrar en casa, pues su crecimiento no requiere mantener un clima constante, ni las condiciones que se reproducen en un invernadero y se da mejor en exteriores. Además de sus propiedades nutrimentales, es el complemento ideal para un plato fuerte, la base de cualquier ensalada y un ingrediente esencial para distintos platillos comunes y otros más sofisticados.

Lo mejor de todo es que no necesitas tener un enorme jardín o un espacio amplio para crear un huerto de lechugas. Basta con un lugar donde quepa una caja mediana que reciba la mayor parte de sol durante el día para sembrarlas en tu hogar.

Sigue estos pasos para cultivar tu primera cosecha de lechugas orgánicas en casa:

El sol es elemental para que tu lechuga crezca de forma simétrica y el tallo se desarrolle correctamente

Devi Puspita Amartha / Unsplash

Siembra las semillas de lechuga

Puedes comprar semillas en una tienda especializada de distintas variedades como orejona, italiana o francesa, o si tienes acceso a plantas de lechuga con flor, deberás esperar a que sequen para voltearlas y tomar las semillas que caen.

Las semillas de esta planta son parecidas a una pepita, pero más pequeñas y de distintas tonalidades. La mejor forma para cultivar lechugas también es la más simple: puedes sembrar directamente en huacales de madera o utilizar una maceta larga y profunda (más de 30 centímetros), donde puedas colocar un par de semillas cada 12 centímetros aproximadamente como mínimo.

A diferencia de otras semillas pequeñas que apenas necesitan ser cubiertas por tierra para germinar, en este caso lo mejor es dejar una capa de sustrato de unos 3 centímetros.

Las hojas de lechuga comenzarán a tomar forma a partir de las dos semanas, cuando debes de reducir el riego a tres veces por semana

Flickr / Joi Ito

Sol y otros cuidados de la lechuga

El sol abundante es fundamental durante los primeros días de germinación. Recibir la mayor cantidad de horas de luz directa ayudará a que el tallo se mantenga corto y por lo tanto, las primeras hojas estén firmes y levantadas.

Aproximadamente a los 5 días de siembra verás como brota la primera hoja de lechuga y a la semana y media, ya se pueden distinguir un par de hojas. Respecto al riego, las primeras dos semanas deberás hacerlo todos los días, con cuidado de no excederte y crear encharcamientos que puedan pudrir las raíces.

Aunque las lechugas están hechas en su mayoría de agua, debes tener cuidado de no regar en exceso para no pudrir la raíz

Stephanie Moody / Unsplash

Humedad y riego de las lechugas

Las lechugas necesitan una humedad alta, pero consistente. Después de las primeras semanas, bastará con un poco de agua (nunca directamente sobre las hojas, porque se pueden quemar con el sol) tres días a la semana para mantenerlas en buen estado.

Si sembraste directamente, no tendrás la necesidad de trasplantar y por lo tanto, tu planta corre menos riesgo de morir una vez que pasa de los 15 días de vida.

A partir de este momento deberás mantener el riego constante (una vez cada tres días) y las condiciones de luz, pero si la temperatura es mayor a los 30 grados celsius por las tardes, lo mejor será buscarles media sombra. Lo mismo aplica con el frío extremo: si donde vives la temperatura desciende bajo cero por las noches, deberás esperar a que las condiciones sean más templadas para cosechar tus lechugas con éxito.

En aproximadamente tres meses, tus lechugas estarán listas para consumir

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Cosecha de las lechugas

Con el paso del tiempo, verás cómo las hojas toman la forma típica de las lechugas dependiendo de su especie; sin embargo, aunque tu planta parezca completamente lista para comer antes, deberás esperar al menos tres meses después de sembrar para cosecharlas.

Antes de hacerlo, riega abundantemente el día previo y realizalo a la primera hora del día o una vez que está cayendo el sol.

Corta las hojas de la parte más pegada al suelo cuidadosamente (de preferencia con tijeras esterilizadas) para permitir que las más pequeñas sigan creciendo y puedas utilizarlas más tarde o bien, si necesitas de más lechuga, arráncala desde la raíz para utilizarla completa después de desinfectarla.

Repite el proceso con las semillas para tener esta verdura de forma permanente en tu hogar, cultivada por ti mismo.