EL CIRCUNLOQUIO MARTIANO: PERIODISMO EFICAZ
Carlos Raúl Morales Yaruro
Preámbulo
El circunloquio es una figura retórica1 del entendimiento, que mueve el ánimo del
auditorio (lector) por el exceso verbal; y en la práctica periodística implicaría la
evasión del principio de cooperación2 en su máxima conversacional de cantidad,
según la cual el discurso no debe exceder la información necesaria y suficiente para
realizar el intercambio comunicativo. La obra periodística de José Martí se inscribe
en el arte de dicha retórica. Pero, a su vez, ese arte está enmarcado en el contenido
anticolonial independentista ― objeto estético3―, que requería eficacia en su
divulgación. Aquí cabe la pregunta ¿Para quién escribía Martí?
Desde luego, Martí pretendía morosidad y preciosismo barroco en la expresión, y el
deleite del lector; pero es demostrable, además, la intención de plantear a las
generaciones futuras el asunto de la liberación de la patria y la libertad de la vida
práctica, entendida esta en términos del idealismo filosófico. Es allí donde pudiera
definirse su obra periodística.
En consecuencia, en primer lugar, nuestro enfoque de análisis podría reivindicar la
potencia modernizante del discurso martiano. Y posteriormente daría lugar a la
crítica de su postura intelectual, mediante la valoración semiótica de sus
enunciados.
Comunicador social y periodista, Universidad Sergio Arboleda (2013).
Correo electrónico: carlosmorya@yahoo.com
1 Quintiliano define figura retórica como el apartarse en verso o prosa del modo sencillo y obvio de
decir.
2 Cfr. Pardo, José. Acerca de la competencia comunicativa. THESAURUS. Tomo XLII. Núm. 2 (1987).
3 Definido por M. Bajtín como el contenido de la actividad estética dirigida hacia la obra. Cfr. “El
problema del contenido, el material y la forma en la creación literaria”, en Teoría y estética de la
novela.
1
Entonces, en el orden cronológico de las Obras Completas4, se encontraría una
voz que arguye desde el idealismo y la formación académica, y se define en la
práctica política de organización contra la metrópoli; pasando por la construcción de
la crónica del mundo de la Edad de Oro, destinada a un hipotético niño lector que
ha de surgir una vez ganada la plena identidad de nuestra América.
I. 1871, desterrado en España
a. Los martirios de Nicolás del Castillo
Los recuerdos del presidio han criado la voz de la protesta. Una voz convencida del
espíritu y la justicia:
El sufrimiento tiene sus goces, y el único que comprendo es el de
hacer bien. Por eso vengo lleno de esperanzas a pedir vida para los
que arrastran la vida de la muerte […]
En estas páginas, no se encontrará más que la verdad, porque la
verdad es tan horrible en lo que voy a decir, que no se puede decir
más que la verdad5.
Y tanto como es posible la unidad de contrarios (la vida de la muerte), es imposible
callar y olvidar ¿Realmente había dos Españas; la de allá6 y la de aquí7? El joven
Martí parece creerlo con toda su fe, de igual forma que asevera la dignidad y nobleza
castellanas.
Pero un modo narrativo que anuncia un nuevo sustrato cultural y otra visión de
mundo se enfrenta a la subordinación y dependencia que allí se esperaban:
En adelante será citado como OC, seguido del tomo y página correspondiente. Se cita la edición
del portal José Martí, http://www.josemarti.cu/obras-edicion-critica/
5 OC, tomo 1, p. 50
6 La colonia en Cuba.
7 La metrópoli.
4
2
Estábamos una tarde en la cantera a donde irá usted mañana. El
anciano Castillo picaba piedras: uno de los vigilantes habló con el
brigada, este hizo levantar al anciano, mandándole cargar cajones:
desde el punto donde estaba la piedra al en que debía amontonarse
se hallaban dos cabos de vara y el brigada. Cada vez que el viejo
Nicolás pasaba por delante de cada uno de ellos, recibía un palo: al
retorno, se verificaba lo mismo. A la hora, el cajón rodó de la
cabeza; los brazos se abrieron; el anciano cayó desmayado entre
el polvo de las piedras8.
La perífrasis se transforma en narración objetiva. El noble y digno castellano no
querrá oír ese modo de hablar; no comprenderá esa visión de hechos simultáneos
que ocurren en el dominio de la autoridad retrógrada, custodia del ‘tiempo’ y la moral
de la corte. La verdad es esa que halla en el martirio y el trabajo forzoso: estaban
madurando las condiciones de la revolución y el proceso se tornaba inexorable
contra la república española, a la cual aún le ataban lazos patrióticos, y de allí la
obligación de dar noticia del suceso a las autoridades del gobierno “[…] y
especialmente [al] Sr. Ministro de Ultramar”9:
Aquí viene la cantera. Es una mole inmensa. Muchos brazos con
galones la empujan. Y rueda, rueda, y a cada vuelta los ojos
desesperados de una madre brillan en un disco negro y
desaparecen. Y los hombres de los brazos siguen riendo y
empujando, y la masa rodando, y a cada vuelta un cuerpo se tritura,
y un grillo choca, y una lágrima salta de la piedra y va a posarse en
el cuello de los hombres que ríen, que empujan. Y los ojos brillan, y
los huesos se rompen, y la lágrima pesa en el cuello, y la masa
rueda. ¡Ay! cuando la masa acabe de rodar, tan rudo cuerpo pesará
sobre vuestra cabeza que no la podréis alzar jamás. ¡Jamás! 10
OC, tomo 1, p. 52
Cfr. OC. Tomo 1, p. 50. Nota pie de página 1
10 OC, tomo 1, p 93
8
9
3
La narración objetiva evoluciona hacia el flujo de conciencia; y Martí accede al
personaje de su propia tragedia. Como si hubiera escrito su destino en el año
dieciocho de su fugaz existencia.
Los historiadores pretenden responder cómo y cuándo se forjó la decisión de
sacrificarse por la independencia. Nuestro análisis enfoca el personaje histórico que
se inscribe en una estrategia de divulgación del pensamiento político por medios
literarios, enfatizando en sus comentarios editoriales y crónicas para varios medios
de opinión de la época.
b. El presidio político en Cuba
En esta memoria de la opresión consta una faceta complementaria de la proclama
independentista: el manifiesto del nuevo conocimiento libre. La propuesta de Martí
es de ruptura con la justificación idealista de la metrópoli y el orden colonial; del
imperio y la monarquía11:
Dante no estuvo en presidio.
Si hubiera sentido desplomarse sobre su cerebro las bóvedas
oscuras de aquel tormento de la vida, hubiera desistido de pintar su
Infierno. Las hubiera copiado, y lo hubiera pintado mejor.
Si existiera el Dios providente, y lo hubiera visto, con la una mano
se habría cubierto el rostro, y con la otra habría hecho rodar al
abismo aquella negación de Dios.
Dios existe, sin embargo, en la idea del bien, que vela el nacimiento
de cada ser, y deja en el alma que se encarna en él una lágrima
pura. El bien es Dios. La lágrima es la fuente de sentimiento eterno.
Cfr. Ternasavio, Marcela. Política y cultura política ante la crisis del orden colonial.
http://ref.scielo.org/9rnw5h p. 3
11
4
Dios existe, y yo vengo en su nombre a romper en las almas
españolas el vaso frío que encierra en ellas la lágrima12.
Martí habría optado por la doctrina del progreso y el trabajo en paz, cuya legitimidad
se alcanza por el movimiento espiritual desde el sentido común a la razón
especulativa y trascendental que se abre al conocimiento de Dios; y de regreso al
gobierno de la vida práctica13.
II. 1873, proclamada la Primera República española
a. La república española ante la revolución cubana
Los liberales españoles proclaman la república, y Martí proclama la revolución. El
joven idealista torturado y desterrado debía aún cobrar ‘sentido’, para proclamar la
independencia. No estaba en posición de usar un tono de agitación; su contribución
adopta la forma moralista que no deja adormecer la conciencia:
No prejuzgo yo actos de la República española, ni entiendo yo que
haya de ser la República tímida o cobarde. Pero sí le advierto que
el acto está siempre propenso a la injusticia, sí le recuerdo que la
injusticia es la muerte del respeto ajeno, sí le aviso que ser injusto
es la necesidad de ser maldito, sí la conjuro a que no infame nunca
la conciencia universal de la honra, que no excluye por cierto la
honra patria, pero que exige que la honra patria viva dentro de la
honra universal14.
En la primera producción de Martí, el circunloquio se proyecta en una
argumentación ‘desafiante'. La coordinada adversativa se expande, en cuanto cada
sentencia es una premisa de un enigmático juicio de conclusión: el ideal de la patria
cubana no se encuentra en los actos de la república española.
OC, tomo 1, p.63
Cfr. prólogo de Julian Sanz del Río al Ideal de la humanidad para la vida de Karl Christian Friedrich
Krause.
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/ideal-de-la-humanidad-para-la-vida-0/html/fefaddae-82b1-11df-acc7-002185ce6064_7.htm#I_4_ (sexto párrafo).
14 OC, tomo 1, p. 102
12
13
5
b. La solución
La revolución proclamada por Martí no contemplaba una Cuba convertida en
provincia de España dentro de un régimen federal. Tal no había de ser la solución,
sino aquella que el debate político civilizado alcanzase:
¿No es razón la República? ¿No es sufragio? ¿No es respeto a la
decisión popular? ¿No es libertad para los que merecen ser libres?
¿No es manera patriótica—que no ha de excluir para serlo lo justo
ni lo recto—de resolver las cuestiones que las simpatías de los
pueblos republicanos acogen y secundan?—O así resuelve estas
cuestiones el gobierno, o así respeta el sufragio, o así va a buscar
sus determinaciones para el pueblo en lo que el pueblo decida, o
desmiente si no lo hace todos los derechos que la alimentan, todos
los principios que la fundan15.
Planteamiento de la dicotomía del concepto de ‘república’ en razón y poder, basado
en interrogantes que se revisten de erotema16 ― pues la respuesta está contenida
en sí mismos―, en este caso para demostrar que el poder existente es uno carente
de razón. Martí se dispone a divulgar las alternativas de solución para Cuba, y
argumentar la necesidad de la guerra de liberación. Y, sin embargo, la cuestión
cubana no puede eludir la duda sobre la modernización de la vida práctica una vez
abandonada la república española. ¿Es ese un nuevo pensamiento sobre la libertad,
o un nuevo pensamiento liberal? ¿Cuál es el sujeto político de la guerra de
independencia? ¿A este sujeto corresponde ese nuevo pensamiento?
15
16
OC, tomo 1, p. 114
Figura retórica de diálogo
6
III. 1875 - 1876, la experiencia mexicana
a. La utopía en la vida práctica
Con su formación política en España, Martí asume la crítica de los actos del poder
en la patria grande americana. En México, en plena República Restaurada bajo
mando del liberalismo, humillado el segundo Imperio, y cumplidas las primeras
amenazas bélicas del 'porfiriato' en la frontera con Estados Unidos, observa que el
escenario del parlamento no coincide con un lugar para el pensamiento de la
sociedad, y procede a señalarle el sendero correcto de regreso a su origen:
Y el período actual de la Cámara tiene una misión señalada que
cumplir. Los presupuestos son la vida cierta de los pueblos, el eje a
cuyo rededor todos los demás actos del país se mueven y sujetan.
Las irregularidades de los presupuestos son los disturbios de la
Hacienda, y las dificultades prácticas producen el malestar y el
descontento en la nación. Equilibrados todos los gastos ordinarios,
prevenidos los extraordinarios, calculados los ingresos fijos, tenidos
en cuenta los ingresos probables, ¿qué complicación había de
temerse, ni qué obstáculo habría de ser grave, cuando el gobierno
se moviese en una esfera perfecta de equilibrio y libertad?17
La visión de mundo de Martí, ese máximo de conciencia posible que reconstruye en
su obra, se representa como símbolo de la utopía liberal: "una esfera perfecta de
equilibrio y libertad", que era, a su vez, la única utopía posible en el propósito de la
independencia cubana. Lograda la independencia, solo sería posible conquistar la
libertad del capital; el mayor grado de librecambio, de libre concurrencia y
competencia ―que se sustentan en el trabajo enajenado, producto de la
acumulación y conservación de capitales, y la mayor división técnica del trabajo,
que implica la absoluta alienación del trabajador. Así entraba en el debate sobre la
17
OC, tomo 2, p. 23
7
transformación del mundo que en buena parte del siglo XIX había planteado Karl
Marx, quien a propósito de la idea en cuestión aseveró:
[…] en general, el sistema proteccionista es en nuestros días
conservador, mientras que el sistema del libre cambio es destructor.
Corroe las viejas nacionalidades y lleva al extremo el antagonismo
entre la burguesía y el proletariado. En una palabra, el sistema de
la libertad de comercio acelera la revolución social. Y sólo en este
sentido revolucionario, yo voto, señores, a favor del libre cambio18.
Y adviértase que en el artículo Proteccionismo y libre cambio y en el boletín El
proletario, de octubre de 187519, Martí expone su apreciación de las consecuencias
favorables para el país y la clase obrera de la libertad de industria y comercio, en
oposición a la fuerza conservadora del “[…] monopolio, establecido en la ley que
impide la concurrencia del extranjero”20.
En esa lógica, para Martí, la conciencia de sí mismo se asume en la reproducción
de las relaciones capitalistas de producción, si el trabajador deja de ser un
instrumento y se reconoce como hombre:
Es hermoso fenómeno el que se observa ahora en las clases
obreras. Por su propia fuerza se levantan de la abyección
descuidada
al
trabajo
redentor
e
inteligente:
eran
antes
instrumentos trabajadores: ahora son hombres que se conocen y se
estiman. Porque se estiman, adelantan. Porque se mueven en una
esfera estrecha, quieren ensancharla. Porque empiezan a tener
conciencia de sí mismos, están justamente enorgullecidos del
adelanto que en cada uno de ellos se verifica21.
Discurso sobre el libre cambio (1848), apéndice de Miseria de la filosofía.
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1847/miseria/009.htm p.13 último párrafo
19 Cfr. OC, tomo 2, p.p. 196 - 202
20 OC, tomo 2, p. 197
21 OC, tomo 2, p. 116
18
8
En tanto que Marx no podría aceptar que en el capitalismo hubiera tal “trabajo
redentor e inteligente”, pues precisamente ha descubierto que allí la conciencia del
ser genérico del hombre, su actividad vital y universal, se transforma en un simple
medio de existencia.
Martí vislumbra una sociedad de trabajadores ‘inteligentes’, cuyo propósito es la
redención y la perfecta libertad fundamental basadas en la realización de la
propiedad individual:
[…] Es ya axioma añejo, que aquí viene, sin embargo, como natural
consecuencia: cuando todas las inteligencias tienen aplicación en
la vida propia práctica, no fermentan errantes en el seno de la que,
una vez lograda la libertad fundamental, es accidental vida política.
La paz viene como necesaria consecuencia del trabajo: pero el
trabajo no se alimenta cuando no puede tener la esperanza de
realizar y mejorar sus productos22 […].
Por oposición, el análisis marxiano tiene como premisa la “desrealización”23 del
trabajador que no posee medios de producción; y tanto lo que produce, como su
fuerza de trabajo se convierten en mercancías que tampoco serán de su propiedad.
Utopía liberal y vida práctica se consustancian en una existencia dedicada al trabajo,
en el proyecto del hombre nuevo americano implícito en la retórica de José Martí. Y
este proyecto, en consecuencia, elevaba la cuestión cubana al debate mundial de
las condiciones objetivas y subjetivas de la revolución proletaria, que marcaría el
S.XX desde la primera década.
OC, tomo 2, p. 125
Cfr. MARX, Karl. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. “Primer Manuscrito. Sección, El
trabajo enajenado”. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm#1-4 p.35
22
23
9
b. Y tú, extranjero, ¿por qué escribes?24
Martí traslada dicho cuestionamiento al punto de vista del lector y de los
circunstantes del ‘ágora’ de ciudadanos mexicanos, que se disponía a abandonar
tras el triunfo de la revolución de Tuxtepec, que llevó a Porfirio Díaz a su primer
período presidencial: “Y tú, extranjero, ¿por qué escribes?—Valdría tanto como
preguntarme por qué pienso”. Las digresiones de la respuesta actúan como
‘resonancia’ al fondo del argumento de conclusión; y ese gesto retórico parece
definirse como clave de la divulgación de un pensamiento político en trance de
retornar al asunto de su propia patria.
Una representación de las relaciones de referencia, que puede demostrar la eficacia
de la perífrasis para exponer la idea principal del discurso, que en este caso radica
en la conclusión, es la siguiente:
Se trata del artículo “Extranjero”, publicado en el diario El federalista, México, 16 de diciembre de
1876.
24
10
EXTRANJERO
Y tú, extranjero, ¿por qué escribes?—Valdría tanto como preguntarme
por qué pienso.
En cuanto a urbanidad, que debe ser mayor para los pueblos que para los hombres, puesto que
son muchos hombres los que hacen a un pueblo; en cuanto a urbanidad, que debe ser una religión en el hombre culto,
hay límites, que provienen de sí propio, del respeto a
la familia ajena, de la repulsión a pagar la hospitalidad
con turbulencias, del reproche que hace la conciencia
al que sin traer nada al hogar, saborea sin derecho
visible los manjares de la mesa común.
Al pensamiento, UN ESPONTÁNEO
IMPULSO,
impalpable, etéreo, lo
lleva hacia fuera, hacia arriba
No es sólido, porque
no debe caer en tierra
Y si esta es la naturaleza del PENSAMIENTO;
Pero estas limitaciones vienen de la propia conciencia
y delicadeza; no de nadie más; son un deber de uno,
no un derecho de los otros.
Es incorpóreo, porque está hecho
para la reflexión hacia la eterna vida,
para el esparcimiento, anchura y ascensión.
los otros
Ellos reprobarán esta conducta con su derecho de criterio, pero no podrán impedirla, porque violan la humanidad, el gran fuero propio, germen de hombres, divinización de humanos y norma de repúblicas.
si no da idea de sí hasta que no está expresado;
Los hombres y los pueblos
¡Qué grande es la voluntad!
¡Qué misterio tan imponente, tan consolador, tan
majestuoso, tan bello, el de la personalidad!
¡Qué inmenso es un hombre cuando sabe serlo!
Se tiene en la naturaleza humana mucho de
ígneo y montañoso.
Hay hombres solares y volcánicos; miran como el
águila, deslumbran como el astro, sienten como
sentirían las entrañas de la tierra, los senos de los
mares y la inmensidad continental.
si para sospechar siquiera su existencia es necesario que se exprese,
Todos los pueblos tienen algo inmenso y majestuoso y de común, más vasto
que el cielo, más grande que la tierra, más luminoso que las estrellas, más
ancho que el mar:
el espíritu humano:
esta espiritual fuerza simpática,
que aprieta y une los pechos honrados de
los hombres,
buenos en esencia, hermanos intuitivos, generosos innatos, que
más se aman cuando más se compadecen, y
unos sobre los otros se levantan para que de
más alto se vea majestuosa
dignidad.
¿Qué trae este extranjero a la mesa donde jamás probó manjar? Trae la indignación,
la gran potencia; trae una fuerza íntima, que ni se busca vías, ni se prepara lechos, ni
huronea conveniencias, ni razona. Los mendigos le comparan a sí mismos; los honrados le abrazan con cariño;— al mendigo, un mendrugo de desdenes;—al honrado, el
abrigo del amor.
La indignación, fuerza potente.
Se levanta un hombre sobre la gran voluntad múltiple de todos los hombres;
mi voluntad ingobernable se ve gobernada por una altanera voluntad;
mi espíritu libérrimo siente contenidos todos sus derechos de libre movimiento y pensamiento;
la sangre de mi alma se detiene obstruida en su curso por la sonrisa satisfecha de un jinete feliz y vencedor.
Y cuando yo veo a la tierra americana, hermana y madre mía, que me besó en día frío los labios, y a
cambio de respeto y de trabajo, me fortificó con su calor;
cuando yo veo a esta grande corriente de hombres libres, como azotados y abatidos por las calles,
con su personalidad mustia y enferma,
con su pensamiento flagelado y vejado,
con su voluntad omnipotente y augusta trocada en sierva inerme,
en empujada masa, en arena y en pasto de corcel;
cuando las voluntades son burladas,
olvidada la conciencia,
irrespetado el propio fuero, las leyes suspendidas, las hipocresías mismas de las leyes autocráticamente
desdeñadas;
―la conciencia, voz alta, se sacude;
la indignación, gran fuerza, me arrebata;
sonrojo violentísimo me enciende, y sube a mis mejillas ardorosas la vergüenza de todos los demás.
CIUDADANÍA
Soy entonces ciudadano amorosísimo de un pueblo que está sobre todos los pueblos de los hombres; y no bastan los hombres de un pueblo a recibir en sí toda esta fuerza fraternal. Es una voz imprudente y divina; es un mandato incontrastable y sobrehumano; es la obligación de este contrato vitalicio,
firmado entre el espíritu del hombre y el espíritu inmenso de su Dios.
No reclamé ciudadanía cuando ella me hubiera servido para lisonjear mejor al poderoso; no hablé de
amor a México cuando la gratitud hubiera parecido servil halago y humillante súplica; ahora que de él
me alejo: ahora que de él nada espero; ahora que el olvido de las más sagradas leyes suspende una
amenaza sobre el que no ha de aprovechar ni hacer valer nunca estas desgracias porque no se
queda en México para aguardar día de provecho; ahora, yo reclamo mi parte, me ingiero en estas
penas, naturalizo mi espíritu, traigo a título mi voluntad de hombre lastimada, mi dignidad soberbia de
conciencia. La conciencia es la ciudadanía del universo.
Y así, allá como aquí, donde yo vaya como donde estoy, en tanto dure mi peregrinación por la
ancha tierra,—para la lisonja, siempre extranjero; para el peligro, siempre ciudadano.
la herida
IV. 1877, apuntes de un expatriado
Rumbo a Guatemala, tras una escala en territorio mexicano, pasado el breve acto
de incógnito en La Habana entre enero y febrero de 1877, en los estertores de la
Guerra Grande, escribe una serie de comentarios que comprueban un estado de
ánimo sufriente del desarraigo. Y no se puede obviar en el contexto emocional la
certeza cada vez mayor del sacrificio de su generación en el campo de batalla. Martí
no estaba en el lugar de su cuerpo; el alma no tenía paz, y la buscaba.
a. Perdido en la isla de las mujeres
La Isla de Mujeres, en el Caribe mexicano, frente a la península de Yucatán, es
objeto del que probablemente sea el momento más literario de sus crónicas,
llegando a constituirse en auténtico periodismo de inmersión por la práctica de los
que pudieran llamarse sus principios fundamentales ― observación25 y
realismo26―.
Cumpliendo el principio de observación:
Crecen en su playa arenosa el rastrero hicaco, el útil chite, una uva
gomosa, fruta veraniega, semejante a la caleta cubana; y
verdeando alegre y menudamente por el suelo, el quebrado kutzbósh; que la gente pobre y enviciada usa a manera de tabaco27 […]
Bordan la arena sutilísimos encajes, correcta y pulidamente
trabajados en su marcha nocturna, por los caracoles y cangrejos.
Es admirable la perfección y simetría de esas largas y trenzadas
huellas que las numerosas patas y el ancho carapacho de los
cangrejos hace[n] en la arena finísima28 […]
Solo se describe lo significativo y todo lo significativo se describe.
Contar en primera persona solo aquello que consta.
27 OC, tomo 5, p. 40
28 Ibídem
25
26
12
[…] ¿por qué no se puede hacer amistad con dos airosas jóvenes,
vestidas a más moderna usanza que su madre? Tienen tendida en
la espalda la negra cabellera, y si en la una centellean dos grandes
ojos verdes sobre la viva tez morena, en la otra dos grandes ojos
negros son realzados por su fragante color blanco y encendida rosa
de sus mejillas. El seno les reluce; seno de Ceres y Pomona, el traje
de traidora muselina; y la redonda juventud campea en los abiertos
hombros y arrogante cuello, orlado por cadena larga de oro, que
baja hasta la cintura delicada. Y son pobres mujeres tabaqueras.
Ellas hablan del buniato importado de Cuba, más dulce y más
grande que el camote; hablan de la naranja refrescante, del masudo
plátano; de la variada milpa, que así llaman la hacienda
cozumeleña; de la guanábana aromosa, de la negra tierra, fácil para
el cultivo del tabaco, del café, de la caña,—que todo esto, en
abundancia y confusión pasmosa, produce la Isla dócil29.—
Según el principio de realismo:
Paseaba yo esta mañana con este raro hombre que sabe de
memoria a Gentil-Bernard, a Voltaire, a Boileau, a Ronsard, a
Molière; que toca deliciosamente la ternísima música de Flotow;
que viaja con un chaquetón y dos hamacas, con un Diccionario de
Bouchirt y dos títulos de médico; con una cara rugosa y una
conversación amena, con los pies casi descalzos y el bolsillo
totalmente aligerado de dineros. Cuando lo veo cubierto,—no debo
decir coronado,—de canas; cuando me pregunto cómo esos pies
desnudos han venido a ser cimiento errante y vagabundo de un
alumno de la Universidad de Montpellier; cuando leo en la miseria
y descuido de esta vida, y en esta vejez sin gloria y sin apoyo, un
29
OC, tomo 5, p. 44
13
secreto culpable y doloroso,—pienso que, puesto que ese hombre
no es un emigrado político, debe ser un emigrado de sí mismo30[…]
Oh! también la vida tiene sus miserables presidiarios! Tal vez
porque lleva el alma medio muerta, huyó esta mañana ese pobre
hombre de aquel alegre, invitador, sonriente, cementerio. Temí
ahondar las heridas del emigrado de sí mismo, y no pude pasear a
mi sabor por el pueblo de diminutas casas blancas.—Albo color,
amor de mi vida31.—
En referencia a la observación precedente:
[…] Allá apunta el gallardo cementerio, cercado de piedra, vestido
de limpio, sembrado de cruces, colocado, como la tumba de
Chateaubriand,— en un lugar solitario de la tierra, cercano de la
mar. Aquí no es posible la muerte, entre tanta mujer amable, onda
transparente, rumor de cocotero y cielo puro. Mientras la muerte es
más natural, es más bella. La muerte solitaria es imponente; la
muerte urbana, es ridícula. Sonriente y tranquilo, limpio y blanco, he
ahí en esas tumbas incorrectas el cementerio verdadero. ¡Ay de las
almas si no han podido presentarse a lo Eterno revestidas de igual
blancura!32
b. Una definición de periodismo en crisis
En carta a Joaquín Macal, Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala; recién
llegado y consciente de las tensas relaciones del reducido mundo político del país,
Martí solicita que “No me anuncie V. a nadie como escritor, que tendré que decir
que no lo soy. Amo el periódico como misión, y, lo odio... no, que odiar no es bueno,
lo repelo como disturbio […]”33. Sin embargo, en ese mismo momento empezaba a
OC, tomo 5, p. 41
OC, tomo 5, p. 42
32 OC, tomo 5, pp. 40 - 41
33 OC, tomo 5, p. 83
30
31
14
publicar y a crear las perturbaciones tan indeseables para su circunstancia de
“emigrado político”:
Mi oficio, cariñoso amigo mío, es cantar todo lo bello, encender el
entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo
grande. Escribo cada día sobre lo que cada día veo. Llego a
Guatemala, y la encuentro robusta y próspera, mostrándome en sus
manos orgullosa el libro de sus Códigos; lo tomo, lo leo ansioso, me
entusiasman su sencillez y su osadía, y—encogido por los naturales
temores de escribir donde no se es conocido, pero deudor a V. de
algunos renglones34,—esos que aquí van le envío, y no han de ser
ellos los últimos que sobre tan noble y bien entendida materia
escriba mi pluma apasionada. Apasionada de la grandeza y de mi
deber: por eso, como ayer decía a V. nunca turbaré con actos, ni
palabras, ni escritos míos la paz del pueblo que me acoja. Vengo a
comunicar lo poco que sé, y a aprender mucho que no sé todavía.
Vengo a ahogar mi dolor por no estar luchando en los campos de
mi patria, en los consuelos de un trabajo honrado, y en las
preparaciones para un combate vigoroso35.
c. Echar raíces en esta tierra
En diciembre se casó con Carmen Zayas Bazán y parecía llegado el tiempo de
seguir el ejemplo de tantos liberales de vida burguesa y ‘cultivada’. De allí los planes
de publicar un periódico dedicado a Guatemala, aunque con la voluntad de abrirle
las puertas al “espíritu” de Europa:
[…] Nuestras entrañas son de oro; es preciso que nuestros brazos
sean de hierro. Sepan que valemos, vengan los que sepan.
Aplíquese el trabajo inteligente a la tierra dócil y rica, es forzoso
34
35
Se trata del artículo Los códigos nuevos. Cf. OC, tomo 5, pp. 89-93
OC, tomo 5, p. 83
15
presentarlo en todas partes, no como una leyenda oscura, no como
una india hermosa y descalza, sino como un terreno fértil e
impaciente, rico en inteligencias, belleza y productos. Es necesario
que nadie pueda afectar desdén,—que sentirlo no puede—por este
cúmulo de incorrectas y bulliciosas concepciones de los cerebros
americanos, cerebros de héroes y de locos, de niños y gigantes a
la vez. Es necesario que América sea en todas partes, no una
esperanza avariciosa de granjerías sino una amante respuesta a la
solicitud laboriosa de los hombres de todas las razas y países.
Contendrá, pues, mi periódico, en cada uno de sus números,
descripciones— más útiles que pintorescas— de las comarcas de
la República; estudio de sus frutos y sobre su aplicación;
remembrazas de muertos ilustres, y de obras notables que
enorgullecen al país— respondiendo a mi ideal de hacer resaltar
todo lo bueno y cuanto bueno y bello encierra. Y en respuesta a la
natural y curiosa demanda de noticias europeas, contendrá cada
número una revista de artes bellas y útiles, de ciencias e
invenciones, de libros y de dramas, de lo último que se publique o
imagine, de lo que con sanción y aplauso, forje el ingenio y escriba
la pluma en los ilustres y viejos pueblos de nuestras riberas
humildes, — Guatemala ante los ojos; y Europa a la mano. Verteré
con juicios míos, cuanto sobre adelanto de ciencias, mejoramiento
de artes y publicaciones de libros en los otros mundos sepa36.
Pero tanta apertura no era posible. Por el contrario, tiene que cerrar las puertas de
Guatemala; abandonarlos antes de que lo abandonen, en sus palabras. Dice Martí,
“Molestaban mi voz, mis principios, mi entereza, mi convicción —revelada en
sencillos hechos— de que puede vivirse en un país, enseñando y pensando [sin
36
OC, tomo 5, p. 293
16
lisonjear al gobierno, aunque este sea de revolucionarios liberales]” 37. En último
término, parece que lo que más molestaba era su extranjería, y él tardó demasiado
en darse cuenta.
V. 1878 – 1879, La Habana por error
“[…] —Cuanto predije, está cumplido.—Cuantas desdichas esperé, tantas me
afligen.—Primera debilidad, y error grave de mi vida: la vuelta a Cuba”38. Es la
conclusión de Martí, a tres meses de su arribo a La Habana. En ese tiempo, como
responsable designado por la conspiración, había comenzado a tender la red de
apoyo occidental de la isla a la “Guerra Chiquita”39, encabezada por el Comité
Revolucionario de la Emigración Cubana, que con la incorporación del mayor
general Calixto García Iñiguez pasó a llamarse Comité Revolucionario Cubano y
quedó bajo su mando.
Es decir, había un compromiso absoluto de Martí con el universo conceptual y
práctico de la guerra contra la metrópoli, que implicaba hasta su vida familiar, y aun
así sentía muy presente la objeción sobre el auténtico sentido cultural del proceso
histórico que definía sus actos hasta las últimas consecuencias:
Pero aquí me veo, sin alegría para el espíritu, queda la pluma y
aherrojados los labios, arrastrando difícilmente una vida que se me
hace cada día más trabajosa.—Yo no he nacido para vivir en estas
tierras. Me hace falta el aire del alma. Hay que refugiarse en la
sombra, allí donde está el sol lleno de manchas. ¡La vida española,
después de vivir la vida americana! ¡El rebajamiento de los
caracteres, después de haber visto tantos bosques y tan grandes
ríos! ¡El destierro en la patria, mil veces más amargo para los que,
Cf. OC, tomo 5, p. 307
OC, tomo 6, p. 102
39 Agosto 1879 – diciembre 1880
37
38
17
como yo, han encontrado una patria en el destierro! Aquí ni hablo,
ni escribo, ni fuerzas tengo para pensar40.
Martí fue apresado y enviado a España, donde el sistema judicial le otorga la libertad
en condiciones de exilio. Debido a las presiones gubernamentales para que
renunciara a su oposición radical a la dominación colonial, resuelve escapar a
Francia, y posteriormente a Nueva York. Habíase declarado el conflicto con el
partido liberal autonomista, opuesto a la insurrección hasta el grado de propagar el
temor a una supuesta guerra de razas, en referencia al descalabro industrial y
comercial de los rebeldes de la parte francesa de Santo Domingo: la advertencia
sobre “otro Haití”, que había lastrado la lucha independentista de Cuba desde
comienzos de siglo. En ese enfrentamiento dialéctico se encuadra la mayor parte
de su producción periodística.
VI. Antología del destierro
a. 1887, discurso en conmemoración del 10 de octubre de 1868, en Masonic
Temple, Nueva York41
Ejercicio de cohesión gramatical, para producir una oratoria emotiva y argumentada.
El rasgo destacado es la ‘confluencia’ de todas las referencias en la proposición
constituida por la palabra “No”, cuyo valor retórico se expresa por la consecuente
indicación de explicación ― “No:”. Dicha explicación es equivalente al sintagma
coordinado “ni la debilidad nos trae aquí, ni la temeridad”.
Sin embargo, el despliegue retórico argumental de Martí no se detiene en dicho
sintagma. La explicación continúa para constituir epífrasis; inscrita, por ejemplo, en
la pregunta:
¿No nos afligimos, no nos buscamos unos a otros, no nos
adivinamos en los ojos un llanto de sangre, no andamos con la
40
41
OC, tomo 6, p. 102
OC, tomo 27, p. 13
18
mano impaciente, con el dolor de la carne herida en nuestra carne,
en cuanto sabemos de alguna nueva tristeza de la patria, de algún
peligro de los que allá viven, de alguna ofensa a los que allá nos
desconocen, del sacrificio estéril de algún valiente infortunado?42
Dicho recurso retórico podría contener mensajes dirigidos a sectores políticos
definidos en el contexto del proselitismo independentista: “los que allá viven”; “los
que allá nos desconocen”; “sacrificio estéril de algún valiente infortunado”.
El siguiente diagrama indica la progresión temática del discurso, y ubica el momento
argumental que aquí se ha destacado:
42
OC, tomo 27, p. 14
19
Diagrama de análisis de
DISCURSO EN CONMEMORACIÓNDEL 10 DE OCTUBRE DE 1868 ◙ EN MASONIC TEMPLE, NUEVA YORK
Más me embarazan que me ayudan estos aplausos
cariñosos, porque en vez de estímulos que la enardezcan, tiene mi alma, sacudida en este instante como por viento de tormenta, necesidad de reducir su
emoción a la estrechez de la palabra humana.
Esta fecha,
No sé que haya palabras dignas de este
instante.
este religioso entusiasmo, la presencia—
porque yo siento en este instante sobre
todos nosotros la presencia—de los que en
un día como este abandonaron el bienestar
para obedecer al honor, de los que cayeron
sobre la tierra dando luz, como caen siempre los héroes,
exige de los labios del hombre palabras tales que cuando
no se puede hablar con rayos de sol, con los transportes
de la victoria, con el júbilo santo de los ejércitos de la libertad, el único lenguaje digno de ellos es el silencio.
«¡Demajagua!» decía uno de nuestros oradores:
«¡plegaria!» decía otro: ¡así es como debemos conmemorar aquella virtud, con los acentos de la plegaria! Los misterios más puros del alma se cumplieron
en aquella mañana de la Demajagua, cuando los ricos, desembarazándose de su fortuna, salieron a pelear, sin odio a nadie, por el decoro, que vale más que
ella; cuando los dueños de hombres, al ir naciendo el
día, dijeron a sus esclavos: «¡Ya sois libres!» ¿No sentís, como estoy yo sintiendo, el frío de aquella sublime madrugada?...
¿Será que, equivocando los
deseos con la realidad, desconociendo por la fuerza
de la ilusión o de nuestra
propia virtud las leyes de
naturaleza que alejan al
hombre de la muerte y el
sacrificio, queramos infundir con este acto nuestro,
con este ímpetu, con este
anuncio, esperanzas que
son culpas cuando pueden
costar la vida al que las
concibe, y el que las pregona no puede realizarlas?
¿Será que sometiendo como vulgares ambiciosos el amor patrio al
interés personal o la pasión de partido, estemos tramando con saña
enfermiza el modo de echar inoportunamente sobre nuestra tierra una
barcada de héroes inútiles, impotentes acaso para acelerar la agregación inevitable de las fuerzas patrias, aun cuando llevasen, con la
gloria de su intrepidez, el conocimiento político y la cordial grandeza
que han de sustentarla?
ni la debilidad nos trae aquí, ni la temeridad.
epífrasis
¿No nos afligimos, no nos
buscamos unos a otros, no
nos adivinamos en los ojos
un llanto de sangre, no andamos con la mano impaciente,
con el dolor de la carne herida en nuestra carne, en cuanto sabemos de alguna nueva
tristeza de la patria,
de algún peligro de
los que allá viven, de
alguna ofensa a los que
desde allá nos desconocen, del sacrificio estéril
de algún valiente infortunado?
b. Nuestra América, 1891: sintagmas no progresivos, para el teatro textual
Martí transforma el texto periodístico en un anfiteatro virtual con niveles de lectura
(lectores implícitos) simultáneos, mediante la articulación de sintagmas no
progresivos43, propios de la retórica clásica.
Tal puede ser el dispositivo textual que se presenta en el siguiente fragmento del
ensayo “Nuestra América”, publicado en Nueva York y México en 1891:
[…] Pero otro peligro corre, acaso, nuestra América, que no le viene
de sí, sino de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre
los dos factores continentales, y es la hora próxima en que se le
acerque, demandando relaciones íntimas, un pueblo emprendedor
Dos o más términos que cumplen una misma función, aunque con ciertas diferencias de significado
entre ellos, y determinan una complejidad textual que torna morosa la progresión sintáctica.
43
21
y pujante que la desconoce y la desdeña. Y como los pueblos viriles,
que se han hecho de sí propios, con la escopeta y la ley, aman, y
sólo aman, a los pueblos viriles; como la hora del desenfreno y la
ambición, de que acaso se libre, por el predominio de lo más puro
de su sangre, la América del Norte, o en que pudieran lanzarla sus
masas vengativas y sórdidas, la tradición de conquista y el interés
de un caudillo hábil, no está tan cercana aún a los ojos del más
espantadizo, que no dé tiempo a la prueba de altivez, continua y
discreta, con que se la pudiera encarar y desviarla; como su decoro
de república pone a la América del Norte, ante los pueblos atentos
del Universo, un freno que no le ha de quitar la provocación pueril o
la arrogancia ostentosa o la discordia parricida de nuestra América,
el deber urgente de nuestra América es enseñarse cómo es, una en
alma e intento, vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada
sólo con sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las
ruinas, y la de las venas que nos dejaron picadas nuestros dueños44
[…]
El nivel de lectura referida fija la coherencia del texto, y por lo tanto ocupa el
escenario del teatro. La lectura de orden filosófico no tiene un referente concreto,
pero remite a la posición del autor en el contexto intelectual de la época. Como
lectura moral, se reconoce el juicio de valor sobre el referente histórico del texto,
que da paso al contenido de la lectura periodística. Lectura periodística es la
interpretación de los acontecimientos en función de la orientación política que el
autor se propone transmitir en el artículo. La lectura histórico – política es la
justificación global de la opinión del autor, tomando en cuenta el referente concreto
de la lucha independentista, en la cual se enmarca su producción intelectual y su
compromiso existencial. En cada nivel se identifican los sintagmas no progresivos
(snp) que lo articulan sintácticamente.
44
http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/marti/Vol06.pdf pp. 14 – 15 (21 – 22)
22
23
c. 1893, discurso a Bolívar
Se trata del discurso pronunciado en la velada de la Sociedad Literaria
Hispanoamericana el 28 de octubre de 1893, publicado en el periódico Patria, Nueva
York, el 4 de noviembre de 1893.
El fragmento citado es una construcción literaria compleja que se articula a partir de
la yuxtaposición y simultáneamente plantea referencias anafóricas y catafóricas, en
pos de la representación sublimada del personaje histórico:
[...] Su gloria lo circunda, inflama y arrebata. Vencer ¿no es el sello
de la divinidad?, ¿vencer a los hombres, a los ríos hinchados, a los
volcanes, a los siglos, a la naturaleza? Siglos ¿cómo los desharía,
si no pudiera hacerlos? 45 [...]
Bolívar es ‘vencer’, en tanto en cuanto se transforma en mito. La transformación es
ontológica y, por lo tanto, obra ya en la definición del héroe épico. ‘Vencer’ se
yuxtapone al ser mortal; y se anticipa al descubrimiento catafórico de la ‘divinidad’
del personaje mitificado. Anafórica es la reflexión sobre el tiempo mítico del padre
libertador: ‘siglos’ no se refiere a "los siglos"; es Bolívar proyectado en la eternidad
del hombre nuevo de ‘nuestra’ América. Aquí se sugiere la apertura al pensamiento
moderno, por la abstracción y polisemia de los tropos.
d. La verdad sobre los Estados Unidos, 1894: hipérbaton enervante
El artículo publicado en el periódico Patria, es una proclama de advertencias sobre
la voluntad anexionista de un sector político muy fuerte en Cuba. Consiste en dos
extensos párrafos que exponen minuciosamente las debilidades de la “federación
innatural” frente al ideario de la independencia.
45
http://www.josemarti.cu/wp-content/uploads/2014/06/DISCURSO_A_BOLIVAR.pdf Tercer párrafo
24
Ahora bien, en medio de la compleja construcción de los párrafos, Martí recurre a la
transposición de términos, para inquietar el decurso argumental. En el fragmento
citado a continuación, se verifica esa apreciación:
[…] No hay razas: no hay más que modificaciones diversas del
hombre, en los detalles de hábito y forma que no les cambian lo
idéntico y esencial, según las condiciones de clima e historia en que
viva. Es de hombres de prólogo y superficie–que no hayan hundido
los brazos en las entrañas humanas, que no vean desde la altura
imparcial hervir en igual horno las naciones, que en el huevo y tejido
de todas ellas no hallen el mismo permanente duelo del desinterés
constructor y el odio inicuo, –el entretenimiento de hallar variedad
sustancial entre el egoísta sajón y el egoísta latino, el sajón
generoso o el latino generoso, el latino burómano o el burómano
sajón: de virtudes y defectos son capaces por igual latinos y
sajones. Lo que varía es la consecuencia peculiar de la distinta
agrupación histórica: en un pueblo de ingleses y holandeses y
alemanes afines, cualesquiera que sean los disturbios, mortales tal
vez, que le acarree el divorcio original del señorío, y la llaneza que
a un tiempo lo fundaron, y la hostilidad inevitable, y en la especie
humana indígena, de la codicia y vanidad que crean las
aristocracias contra el derecho y la abnegación que se les revelan,
no puede producirse la confusión de hábitos políticos, y la revuelta
hornalla, de los pueblos en que la necesidad del conquistador dejó
viva la población natural, espantada y diversa, a quien aún cierra el
paso con parricida ceguedad la casta privilegiada que engendró en
ella el europeo46 […]
La ubicación del sintagma nominal “la hostilidad inevitable” (subrayado nuestro en
la cita) no puede explicarse gramaticalmente, pero el sentido global del texto se
http://www.iphi.org.br/sites/filosofia_brasil/Jos%C3%A9_Mart%C3%AD__La_verdad_sobre_los_Estados_Unidos.pdf Primer párrafo
46
25
conserva, así como el ritmo de la lectura. En este caso, el recurso retórico cumpliría
principalmente la función de atraer la atención hacia el estilo del autor. El lector de
la época podía interpretarlo como un gesto estético, aunque en realidad su propósito
era provocar una ‘emoción’ que la argumentación lógica no permite.
Una vez planteada esa interpretación, se pueden reagrupar los términos del
discurso en un orden más legible (ver esquema en la siguiente página), pero
probablemente se perderá el efecto enervante de la oratoria martiana:
26
27
VII. Implicaciones de La edad de oro
La publicación de La edad de oro en el centenario de la Revolución francesa parece
más que una coincidencia. Una de las secciones más elaboradas es precisamente
“La exposición de París”47. La Exposición Universal de París (1889), que se
considera símbolo de la modernidad, significaba el olvido del mundo preindustrial; y
para Martí también era la máxima celebración de los hombres iguales. ¿Por qué
este tema tenía que incorporarse en una revista para los niños de América?
La revista se proponía como discurso renovado y transformador de la relación
intelectual con la infancia:
[…] para decirles a los niños lo que deben saber para ser de veras
hombres. Todo lo que quieran saber les vamos a decir, y de modo
que lo entiendan bien, con palabras claras y con láminas finas. Les
vamos a decir cómo está hecho el mundo: les vamos a contar todo
lo que han hecho los hombres hasta ahora48.
[…]Porque es necesario que los niños no vean, no toquen, no
piensen en nada que no sepan explicar. Para eso se publica La
Edad de Oro. Y para todo lo que quieran preguntar, aquí está el
amigo49.
Y ese “contar” es más que la crónica o la noticia. Tendría que llegar al ‘festejo’ del
idioma y las imágenes verbales. Los sucesos sufrirían el giro retórico, para adoptar
la forma estética que daría gusto al público infantil. Conviene citar el complejo
párrafo final de “La exposición…”, para presentar la estética que se alude:
http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898-h.htm#La_exposicion_de_Paris
http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898h.htm#A_los_ninos_que_lean_La_Edad_de_Oro Primer párrafo
49 http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898-h.htm#La_ultima_pagina1 Segundo párrafo
47
48
28
Y afuera, al aire libre, es como una locura. Parecen joyas que
andan, aquellas gentes de traje de colores. Unos van al café moro,
a ver a las moras bailar, con sus velos de gasa y su traje violeta,
moviendo despacio los brazos, como si estuvieran dormidas. Otros
van al teatro del kampong donde están en hileras unos muñecos de
cucurucho, viendo con sus ojos de porcelana a las bayaderas
javanesas, que bailan como si no pisasen, y vienen con los brazos
abiertos, como mariposas. En un café de mesas coloradas, con
letras moras en las paredes, los aissauas, que son como unos locos
de religión, se sacan los ojos y se los dejan colgando, y mascan
cristal, y comen alacranes vivos, porque dicen que su dios les habla
de noche desde el cielo, y se los manda comer. Y en el teatro de
los anamitas, los cómicos vestidos de panteras y de generales,
cuentan, saltando y aullando, tirándose las plumas de la cabeza y
dando vueltas, la historia del príncipe que fue de visita al palacio de
un ambicioso, y bebió una taza de té envenenado. Pero ya es de
noche, y hora de irse a pensar, y los clarines, con su corneta de
bronce, tocan a retirada. Los camellos se echan a correr. El argelino
sube al minarete, a llamar a la oración. El anamita saluda tres veces,
delante de la pagoda. El negro canaco alza su lanza al cielo. Pasan,
comiendo dulces, las bailarinas moras. Y el cielo, de repente, como
en una llamarada, se enciende de rojo: ya es como la sangre: ya es
como cuando el sol se pone: ya es del color del mar a la hora del
amanecer: ya es de un azul como si se entrara por el pensamiento
el cielo: ahora blanco, como plata: ahora violeta, como un ramo de
lilas: ahora, con el amarillo de la luz, resplandecen las cúpulas de
los palacios, como coronas de oro: allá abajo, en lo de adentro de
las fuentes, están poniendo cristales de color entre la luz y el agua,
que cae en raudales del color del cristal, y echa al cielo encendido
sus florones de chispas. La torre, en la claridad, luce en el cielo
29
negro como un encaje rojo, mientras pasan debajo de sus arcos los
pueblos del mundo50.
Texto en el cual funciona como referente fundamental la torre Eiffel, señalada como
gran hito de la ‘industrialización’ mundial. Por los arcos de la torre se movilizaba el
público de la exposición; y la imagen de movimiento caótico se cuela en la
enumeración. La potencia de la industria requería ‘humanizarse’: el experimento
martiano recurre a la parataxis51 y yuxtaposición52 de los términos, para sugestionar
a los lectores con esa posibilidad.
En cuanto al contenido de la revista, no hay expresamente una lista de temas
apegada a lo que se anuncia en la presentación citada. Sería más apropiado decir
que es un conjunto de percepciones y opiniones sobre el mundo oculto por la
tradición colonial. A continuación se presenta un análisis de este aspecto de la obra.
a. Recreación del ‘trabajo’
Los tres hijos del campesino oyeron el pregón, y tomaron el camino
del palacio, sin creer que iban a casarse con la princesa, sino que
encontrarían entre tanta gente algún trabajo. Los tres iban anda que
anda, Pedro siempre contento, Pablo hablándose solo, y Meñique
saltando de acá para allá, metiéndose por todas las veredas y
escondrijos, viéndolo todo con sus ojos brillantes de ardilla. A cada
paso tenía algo nuevo que preguntar a sus hermanos: que por qué
las abejas metían la cabecita en las flores, que por qué las
golondrinas volaban tan cerca del agua, que por qué no volaban
http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898-h.htm#La_exposicion_de_Paris
Último
párrafo.
51 Múltiples oraciones coordinadas.
52 Yuxtapuestas, son las oraciones compuestas sin conjunciones ni relativos. Se reconocen por el
uso de los dos puntos, en el texto citado.
50
30
derecho las mariposas. Pedro se echaba a reír, y Pablo se encogía
de hombros y lo mandaba callar53.
Como si un Mundo-Niño y un Mundo-Adulto ocuparan el mismo espacio en el mismo
instante, el enfoque lúdico hace aparecer las frases interrogativas (…que por qué…)
en la posición central del párrafo. El tema del trabajo se subordina a dicha posición:
el juego es más importante.
b. Ser generoso es de niños
En la belleza del acto, mucho tienen que ver una procesión ― suerte de auto
sacramental que en el S.XX se fue desdibujando; los generales, un obispo, el tío
largo Don Pomposo, mamá, Luisa ―la que se pone olores―, un caballo morado y
el narrador omnisciente de La edad de oro:
El sable está allí, encima del tocador. Bebé levanta la cabeza
poquito a poco, para que Luisa no lo oiga, y ve el puño brillante
como si fuera de sol, porque la luz de la lámpara da toda en el puño.
Así eran los sables de los generales el día de la procesión, lo mismo
que el de él. El también, cuando sea grande, va a ser general, con
un vestido de dril blanco, y un sombrero con plumas, y muchos
soldados detrás, y él en un caballo morado, como el vestido que
tenía el obispo. Él no ha visto nunca caballos morados, pero se lo
mandarán a hacer. Y a Raúl ¿quién le manda hacer caballos?
Nadie, nadie: Raúl no tiene mamá que le compre vestidos de
duquecito: Raúl no tiene tíos largos que le compren sables. Bebé
levanta la cabecita poco a poco: Raúl está dormido: Luisa se ha ido
a su cuarto a ponerse olores. Bebé se escurre de la cama, va al
tocador en la punta de los pies, levanta el sable despacio, para que
no haga ruido... Y ¿qué hace, qué hace Bebé? ¡va riéndose, va
Meñique: parte II, primer párrafo http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898h.htm#Menique
53
31
riéndose el pícaro! hasta que llega a la almohada de Raúl, y le pone
el sable dorado en la almohada54.
c. ¿El hombre nace salvaje pero no libre?
[…] Estudiando se aprende eso: que el hombre es el mismo en
todas partes, y aparece y crece de la misma manera, y hace y
piensa las mismas cosas, sin más diferencia que la de la tierra en
que vive, porque el hombre que nace en tierra de árboles y de flores
piensa más en la hermosura y el adorno, y tiene más cosas que
decir, que el que nace en una tierra fría, donde ve el cielo oscuro y
su cueva en la roca. Y otra cosa se aprende, y es que donde nace
el hombre salvaje, sin saber que hay ya pueblos en el mundo,
empieza a vivir lo mismo que vivieron los hombres de hace miles de
años55 […]
Pudiera ser que Martí advirtió el sofisma que encierra esa pregunta, y aquí recuerda
que el hombre tiene que aprender la vida del pueblo y eso no quita la libertad. Es la
libertad del pensamiento y la creación. Sin embargo, el saber se queda ‘poseído’.
Como que el saber no depende del hombre sino del pueblo, y el hombre necesita
ser libre con su pueblo. Como que saber y necesidad son lo mismo, y eso solo lo
enseña el pueblo. Quizá descubrió que la libertad no se aprende; solo se imagina.
d. Proverbiador de los niños nuevos
“[…] el hombre ha de aprender a defenderse y a inventar, viviendo al aire libre, y
viendo la muerte de cerca […]”
[…] ha de parar el mundo, cuando sean buenos todos los hombres,
en una vida de mucha dicha y claridad, donde no haya odio ni ruido,
http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898-h.htm#Bebe_y_el_senor_don_Pomposo
Último párrafo
55
http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898h.htm#La_historia_del_hombre_contada_por_sus_casas Primer párrafo
54
32
ni noche ni día, sino un gusto de vivir, queriéndose todos como
hermanos, y en el alma una fuerza serena, como la de la luz
eléctrica […]
[…] La luz no se ve, y es verdad, como que si se acabase la luz, se
rompería el mundo en pedazos, como se rompen allá por el cielo
las estrellas que se enfrían. Así hay muchas cosas que son verdad
aunque no se las vea. Hay gente loca, por supuesto, y es la que
dice que no es verdad sino lo que se ve con los ojos […]
(De “La última página”)56
[…] los hombres suelen admirar al virtuoso mientras no los
avergüenza con su virtud o les estorba las ganancias; pero en
cuanto se les pone en su camino, bajan los ojos al verlo pasar, o
dicen maldades de él, o dejan que otros las digan, o lo saludan a
medio sombrero, y le van clavando la puñalada en la sombra […]
(De “El Padre las Casas”)57
En La edad de oro, un sistema de argumentación adaptado al lector implícito
(público infantil de la época) permitió intercalar esos textos éticos en las
descripciones y narraciones de signo cronístico. Esta era la realización del juego,
para Martí: la formación espiritual de los niños nuevos, en tanto el discurso fuera
verdadero. En este universo lúdico, la presuposición de la verdad era la regla por la
cual todo existía.
56
57
http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898-h.htm#La_ultima_pagina4
http://www.gutenberg.org/files/19898/19898-h/19898-h.htm#El_Padre_las_Casas
33
Epílogo
En el mismo orden de argumentación, se extraen sentencias de sentido universal
como:
“[…] A muchas generaciones de esclavos tiene que suceder una generación de
mártires […]” p. 139
Asuntos cubanos.
Lectura en Steck Hall, New York,
24 de enero de 188058
“[…] Cada hombre se mide con la inmensidad que se le opone […]” p.23
“[…] El que quiera una migaja de amor, ha de lisonjear el inmarcesible decoro
humano, la inmortal esperanza […]” p. 119
“[…] Es el estigma de la pequeñez propia, el suponer la pequeñez ajena […]” p. 155
Patria 189459
Pero estas anotaciones no pueden extenderse sin la revisión exhaustiva de una
obra periodística que se concentró metódicamente en la actualidad mundial. Martí
fijó un saber enciclopédico de su tiempo, además de la recreación literaria de la
Historia en muchos temas. La dificultad para la lectura radica en que su temario
quedaba siempre abierto a la actualización, incluso en el aspecto filosófico.
La tensión entre la postura literaria y la política en la producción periodística de Martí
se mantuvo hasta el último momento. El resultado de ello es una extensa serie de
textos ‘híbridos’ cuya interpretación requiere el conocimiento profundo de la
circunstancia intelectual del autor. Esta es la razón de que un análisis de contenido
global de la obra quede fuera del alcance del presente ensayo.
58
59
OC, tomo 6
José Martí, Obras Completas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991, tomo 3
34
Índice
Preámbulo
1
I. 1871, desterrado en España
2
a. Los martirios de Nicolás del Castillo
2
b. El presidio político en Cuba
4
II. 1873, proclamada la Primera República española
5
a. La república española ante la revolución cubana
5
b. La solución
6
III. 1875 - 1876, la experiencia mexicana
7
a. La utopía en la vida práctica
7
b. Y tú, extranjero, ¿por qué escribes?
10
IV. 1877, apuntes de un expatriado
12
a. Perdido en la isla de las mujeres
12
b. Una definición de periodismo en crisis
14
c. Echar raíces en esta tierra
15
V. 1878 – 1879, La Habana por error
17
VI. Antología del destierro
18
a. 1887, discurso en conmemoración del 10 de octubre de 1868, en Masonic Temple,
Nueva York
b. Nuestra América, 1891: sintagmas no progresivos, para el teatro textual
18
c. 1893, discurso a Bolívar
24
d. La verdad sobre los Estados Unidos, 1894: hipérbaton enervante
24
VII. Implicaciones de La edad de oro
28
a. Recreación del ‘trabajo’
30
b. Ser generoso es de niños
31
c. ¿El hombre nace salvaje pero no libre?
32
d. Proverbiador de los niños nuevos
32
Epílogo
34
35
21