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Capítulo III Existe la diferencia entre lo que hay de original y lo derivado en la obra humana; pues cuanto hay en la arquitectura de justo y hermoso es imitación de formas naturales; y lo que no lo es, si no que su dignidad depende de la disposición y porte que recibe de la mente humana, se convierte en expresión del poder de esa mente y cobra sublimidad en proporción al poder expresado. Así pues, todo edificio muestra al ser humano ya copiando, ya mandando, y el secreto de su existo consiste en que saber acopiar y cómo mandar. Así pues aunque no se ha de dar por sentado que el mero tamaño ennoblecerá un diseño humilde, sí que cualquier incremento de magnitud le otorgará cierto grado de nobleza: de modo que conviene definir de buen principio si el edificio ha de ser acusadamente hermoso o acusadamente sublime. Hay dos tipos de edificios que impresionan: los delicados, a los que se les guarda cariño y se les recuerda por la suavidad de sus líneas; o los que nos hacen sentir pequeños porque son imponentes en escala, y se recuerdan con respeto. Ambos pueden ser bellos, pero los que imponen su fuerza son los que dan poder Los delicados, a los que se Los que nos hacen sentir les guarda cariño y se les pequeños porque son recuerda por la suavidad imponentes en escala, y se de sus líneas recuerdan con respeto. John Riskin decía que dependiendo desde que punto ves los estilos que nos han precedido en arquitectura se generan dos categorías, la primera es basada en la delicadeza y preciosismo a la cual regresamos porque nos atrae afectuosamente, y la otra tanto por majestuosidad como por misteriosa por la que sentimos el poder espiritual que nos guía hacia ella como la belleza más pura y solemne. Que para poder entender la magnitud del edificio hay que pretender ver todo a un tiempo, limitarlo así pues por líneas continuas. Según el libro el cuadrado y el círculo son las superficies de poder más significativas entre las limitadas por líneas o curvas respectivamente, o ya sea que en volúmenes se les conoce como cubo y esfera. Dice que cuando se habla de órdenes arquitectónicos puede notarse en las  columnas, tanto prismáticas como cilíndricas, son los elementos más representativos conforme al poder. Dice que para poder darle presencia a un edificio por más insignificante que sea, se le tiene que dar un toque de gracia. INSTITUTO UNIVERSITARIO DEL ESTADO DE MÉXICO ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUITECTURA TEORÍA DE LA CONSERVACIÓN DE EDIFICIOS TEMA: CAPITULO III LA LÁMPARA DEL PODER ALUMNO STEFAN AVILA VARGAS ARQ. ANTONIO LEGORRETA GALAN LAS SIETE LÁMPARAS DE LA ARQUITECTURA JOHN RUSKIN STEFAN AVILA VARGAS