La balanza de pesar monedas

En este post mostraremos a los lectores un pequeño objeto que hemos encontrado en Arbeteta. Procuraremos describirlo y mostrar su utilidad. Animamos a los lectores a que nos muestren otros objetos similares para poderlos compartir, ya sean muebles, herramientas, etc., que nos ayudarán a entender un poco mejor nuestra historia local.

En la cámara o desván se hallan cacharros y muebles con una gran carga sentimental, que a veces apreciamos poco. Entre ellos hay algunas piezas de verdadero valor etnográfico, aunque el valor económico sea bajo. Entre ellos hemos encontrado el objeto que da título a este post.

Caja metálica donde se guarda la balanza

Pesos de bronce

Este objeto es una caja metálica de 16 x 8 x 3 centímetros, que en su interior conserva una pequeña balanza con tabla de pesas. Hemos averiguado que el uso de dicha balanza era para pesar moneda. Según indicación que hay en el interior de la tapa, fue fabricada en Sevilla por Pedro Miguel Guerrero[1] “maestro armero, cerrajero y romanero”. La caja es original, conserva 4 pesos de bronce y otros dos añadidos. Los 4 pesos se hallan guardados en depósito habilitado del estuche, y otros dos sueltos. Hemos podido comprobar que fue fabricada en torno a 1770.

Caja abierta donde se guarda la balanza y los pesos con el fondo de la Iglesia de San Nicolás de Bari. Arbeteta
Tapa de la caja con el nombre del maestro romanero «Pedro Miguel Guerrero»

En el siglo XVIII ¿quién podía tener entre sus enseres en Arbeteta este tipo de balanza? La respuesta, después de haber visto numerosos protocolos notariales, la tenemos en las personas que se dedicaban al comercio: fabricación y comercio del vidrio, arrieros y comerciantes en géneros de botica principalmente. Esta balanza de pesar monedas era más habitual en Arbeteta de lo que en un principio podemos creer, siendo los que se dedicaban a las mercadurías, quienes por sus manejos monetarios eran más cercanos a esos menesteres de pesar moneda.

Balanza o romanilla

En todas esas transacciones comerciales se pagaban los productos en moneda de oro, plata o vellón, siendo la principal de ellas el “real de a ocho”, moneda de plata que era llamada también “peso fuerte” o “peso duro”, por tener un valor de 8 reales, y al que se le llamó también dólar español. Encontramos también pesos de oro, de plata de a dos, segovianos, cortados, medios pesos, reales de plata de a dos, medios reales de plata, cinco reales dobles de oro; en fin, una gran diversidad de monedas que no son objeto de este artículo. Hemos de tener en cuenta que las transacciones comerciales se solían pagar “en efectivo, en monedas usuales y corrientes en estos Reinos”: oro, plata y vellón.

En 1772 se modifica el contenido de plata de las monedas acuñadas. Las acuñaciones de América tenían 10 dineros y 20 “granos” (902´7 milésimas). Las acuñadas en la Península, 9 dineros y 18 “granos” (812´5 milésimas).

Una balanza o “romanilla” como ésta le sirvió a Rafael López, en 1795, para poder salir de la cárcel de Arbeteta, en la que se hallaba con un par de grillos y cadena, por no haber pagado una deuda de 43 reales. El escribano José Alcántara, de Salmerón, nos informa sobre el caso: “…y ha estado (en la cárcel) hasta el día 14 del corriente mes, que llevó una romanilla y un calentador, en pago de la deuda, con lo que salió de la cárcel y se fue a su casa”.

Balanza o romanilla con el fondo de la Peña de la Puerta. Arbeteta

Como ya va dicho, varios vecinos tenían importantes negocios que requerían grandes pagos en moneda (véase en este blog el capítulo de los arrieros de Arbeteta en el siglo XVIII). En las tres últimas décadas de ese siglo, además de Baltasar Carrillo, (propietario del horno de vidrio, que surtía de ese material a lugares alejados de toda la Península, surtiéndose a su vez de miles de arrobas de barrilla de Murcia), encontramos comerciantes muy diversos. He aquí algunos ejemplos:

En 1771 Manuel Calixto Rochina, vecino de Arbeteta, surte a Juan Antonio Gil, vecino de Cifuentes, de 11 arrobas (126 kilos) de pescado abadejo, a razón de 42 reales cada arroba.

Antonio Alonso Toledano, padre de Antonio Alonso Alonso, es comerciante de géneros de botica. Su importancia económica la vemos en las misas que en su testamento manda se digan por su alma, luego que fallezca: 590 misas. Y los deudores que tiene en 1778: Juan de Cabredo, boticario de Berlanga de Duero, 71 reales de género; el boticario de Mora, 14 reales; el boticario de Bordalba, 20 reales; el boticario de Deza, 52 reales; Diego Gutiérrez, de Santa María de Huerta, 64 reales; y Juan González, boticario de Soria, 7 reales. Tiene también cuenta pendiente con Nicolás García por “traerme de Barcelona 9 libras de coca”. Con estos datos vemos el ámbito geográfico en que trabaja Antonio Alonso Toledano. Como curiosidad he de decir que ambos Antonio Alonso son antepasados de mis cuatro abuelos, y seguramente del 80 % de los vecinos de Arbeteta.

El cambista y su mujer, contando y pesando las monedas . Marinus van Reymerswale .Museo del Prado .1539.

Tiburcio Mazarío manda en su testamento, luego que fallezca, se digan por su alma y el de su mujer, 750 misas. Tiburcio, al igual que su padre, también comercia con géneros de botica desde Arbeteta, es un próspero agricultor, y no desdeña comerciar con la madera. En 1770 vemos unas anotaciones de cantidades y lugares donde tiene deudores: en Santibáñez de Ayllón, 373 reales; en Fuentespina, 100 reales; en Villada, 114 reales; en Peñafiel, 40 reales; en Fuentelcésped, 20 reales; en Villadiezma, 138 reales; en Quintana, 48 reales; en Valencia de Don Juan, 75 reales; en Villadiego, 150 reales; en Amusco, 135 reales; en Carrión de los Condes, 119 reales y en Herrera de Pisuerga, 7 reales. La hija de Tiburcio, Isabel, se casó con Tomás Montón (hermano del cura de Arbeteta José Manuel Montón), descendiendo de ese matrimonio todos los vecinos de Arbeteta que tienen el apellido Montón, y que heredarán las propiedades de Tiburcio.

Miguel Herráiz es un hombre industrioso y decidido, es Mayordomo de la Iglesia de Arbeteta en mayo de 1771. Por sus negocios deja como Mayordomo interino a su cuñado Luis López Molina, porque Miguel “se halla en Portugal por tráfico de arriería”.

«El patio de la aduana» (detalle), de Nicolás-Bernard Lépicié. Museo Thyssen-Bornemisza.1.775.

Tanto Tiburcio Mazarío como Antonio Alonso Alonso llegaron a tener negocios juntos. En uno de ellos, una corta de pinos y su traslado por el Tajo a Aranjuez, fueron demandados y se les requirió por la Justicia afianzar con sus bienes. Esto sucedió años más tarde, en 1797. Cada uno de ellos aporta 115.000 reales de fianza, para que no les detengan la madera en Villamanrique de Tajo. Para hacernos una idea de lo que significaban estas cantidades, diremos que la construcción de la torre del Mambrú en 1786, costó a los vecinos de Arbeteta la cantidad de 27.800 reales, como ya se contó en otro capítulo de este blog.

Además de los hombres de negocios referidos, nuestros arrieros compraban y vendían sus mercancías con monedas, y a falta de inspectores de mercado, el valor de la moneda dependía exclusivamente  de su peso. La gente se fiaba poco de las monedas, y ese era el motivo por el que este tipo de balanzas fuera muy común en Arbeteta. Esperamos que al lector le haya parecido la balanza tan interesante como a nosotros.


Plano y diseño del Giraldillo. Pedro Miguel Guerrero. 1770. Sevilla

[1] Encontramos a Pedro Miguel Guerrero como director de  la restauración del Giraldillo que hay en lo alto de la Giralda de Sevilla, en 1770. Encontramos planos y diseño de la veleta que sirvió seguramente de modelo a la construcción del Mambrú 16 años después.

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2 respuestas a La balanza de pesar monedas

  1. Gregorio dijo:

    Un comentario??? No se me ocurre otro mejor ¡¡¡¡¡ARTISTAS!!!!

  2. Pingback: Con grillos y cadena. 1º parte | Villa de Arbeteta

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