Son una de esas plantas a las que nadie se resiste, tanto para ponerle un toque tropical a un interior como para conseguirlo en exterior. Más allá de la increíble variedad de especies y su singular exotismo, los cuidados de las palmeras hacen que sea sumamente fácil disfrutar de ellas. A pesar de la creencia popular, no son plantas complicadas de cultivar incluso en nuestras latitudes. Pero eso sí: hemos de cumplir rigurosamente con sus exigencias.
A pesar de no demandar mucho, no podemos perder de vista que las palmeras en su gran mayoría tienen una procedencia tropical. Una razón de peso para que un buen número de variedades de palmeras se cultiven inevitablemente en interior. Detalle que no podemos pasar por alto al elegir entre las distintas variedades de palmeras si nuestra intención es plantarlas fuera de casa.
Así que veamos los cuidados de las palmeras en interior y en exterior. La mejor manera de saber qué nos va a demandar una planta longeva que, con un poco de mimo, puede llegar a alcanzar un tamaño más que interesante.
- CUIDADOS DE LAS PALMERAS EN INTERIOR
- 1. Una buena iluminación, fundamental para la mayoría de ellas
- 2. Un riego controlado y con agua específica, el más exigente de los cuidados de las palmeras de interior
- 3. Un abonado regular en época de crecimiento, clave para su desarrollo
- 4. Un ambiente húmedo y limpio, vital
- CUIDADOS DE LAS PALMERAS EN EXTERIOR
- 1. Una ubicación elegida a conciencia, el punto de partida
- 2. Un riego moderado y un buen drenaje, importantes para su bienestar
- 3. Una poda ligera y anecdótica, otro aspecto de los cuidados de las palmeras en exterior a tener en cuenta
- 4. Un abonado regular en meses de crecimiento, algo que no conviene desatender
CUIDADOS DE LAS PALMERAS EN INTERIOR
Comencemos por el que es, sin duda, el espacio más habitual de cultivo. En los últimos años, las palmeras se han convertido en un imprescindible cuando nos planteamos cómo decorar la casa con plantas. No solo ponen un toque verde sumamente atractivo sino que, además, cuentan con una elegancia natural perfecta para redondear un espacio. Pero el hogar no el único sitio en el que han ganado terreno: también son una de las primeras opciones cuando tenemos que elegir las mejores plantas para la oficina.
Más allá de su porte, hay un motivo más para decantarnos por ellas que no podemos dejar pasar. Un buen número de palmeras forman parte de la lista de plantas purificadoras del aire. Un detalle que, si bien puede parecer secundario, no lo es: su sola presencia nos permitirá respirar de forma más saludable.
Conozcamos, pues, cuáles son los cuidados de las palmeras en interior para disfrutar de ellas.
1. Una buena iluminación, fundamental para la mayoría de ellas
En líneas generales y por su procedencia, uno de los cuidados de las palmeras más importantes es ubicarlas en un espacio con mucha luminosidad. Solo si cuentan con la cantidad de luz necesaria podrán crecer en condiciones y mantener el característico verde de sus hojas. Tan importante como esto es que la luz del sol no incida de forma directa en ellas. Siempre es mejor tamizarla mediante una cortina para que nuestra planta reciba luminosidad sin correr el riesgo de quemarse.
¿Significa esto que si no tenemos mucha luz tenemos que renunciar a las palmeras en casa? ¡Para nada! Basta por optar por otras como la Kentia o la Chamaedorea que, si bien no es su escenario ideal, sí pueden crecer con algo menos de luz.
2. Un riego controlado y con agua específica, el más exigente de los cuidados de las palmeras de interior
Solemos pensar que, por el hecho de que una planta sea tropical, necesita agua permanentemente. Sin embargo, la realidad dista mucho de esta creencia. Si bien las palmeras agradecen un sustrato con cierta humedad, no toleran de ninguna manera los encharcamientos. Una razón de peso para que, de entre todos los cuidados de las palmeras, prestemos especial atención a cuánta agua les dispensamos.
Durante los meses de calor, tendremos que vigilar que el cepellón de nuestra planta no se seque por completo ya que podría ser letal. Para evitarlo y según las necesidades de cada planta, lo ideal es regar entre una y dos veces a la semana. Antes de hacerlo, es fundamental comprobar si el sustrato está húmedo introduciendo un dedo. En los meses de frío, la pauta de riego baja de forma importante: bastará con un riego cada dos o tres semanas.
También tenemos que vigilar el tipo de agua: no toleran el agua calcárea.
3. Un abonado regular en época de crecimiento, clave para su desarrollo
Desde el comienzo de la primavera hasta bien entrado el verano, nuestra palmera estará en su época de crecimiento. Un momento en el que es fundamental darle un aporte extra de nutrientes que enriquezcan el suelo y fomenten su desarrollo.
Para conseguir este objetivo, podemos optar tanto por un abono para palmeras como por guano líquido. Cualquiera de las dos opciones ayudará a nuestra planta a desarrollarse sin carencias. Lo ideal es administrarlo diluido con el riego para facilitar que las raíces absorban correctamente los nutrientes.
4. Un ambiente húmedo y limpio, vital
Por su procedencia, las palmeras necesitan un cierto grado de humedad ambiental. Tanto si vivimos en un clima seco como en los meses de calefacción, tendremos que pulverizar con agua sus hojas o crear una atmósfera húmeda usando un humidificador o un brumizador.
Además, es fundamental ventilar de forma regular el espacio en el que esté evitando, siempre, que nuestra palmera esté expuesta a corrientes de aire.
CUIDADOS DE LAS PALMERAS EN EXTERIOR
Conociendo los cuidados de las palmeras en interior, ya tenemos una pista importante sobre cómo cultivarlas fuera de casa. Ya sea plantadas directamente en suelo o en macetas, hay un buen número de palmeras que podemos disfrutar en un jardín o en una terraza. Si bien el suelo es el lugar ideal para su plantación y el espacio en el que pueden alcanzar dimensiones según la variedad de hasta 35 metros de altura, es muy común también cultivarlas en maceta cuando son jóvenes o cuando no disponemos de un suelo en el que plantarlas.
Y no: no hay que temerle al frío aún tratándose de una planta tropical. Basta con saber que hay determinadas variedades, como la palmera Washingtonia, que pueden llegar a aguantar heladas sin que se comprometa su vida y optar; por ellas si vivimos en una zona de inviernos rigurosos.
Veamos qué cuidados de las palmeras de exterior tenemos que contemplar para su bienestar.
1. Una ubicación elegida a conciencia, el punto de partida
Dónde colocar nuestra palmera debe ser una tarea que no hagamos a la ligera. Si la tenemos en maceta, no es tan crucial. Sin embargo, si la idea es plantarla en suelo hay que elegir con sumo cuidado el lugar perfecto para ella. Uno que tendrá que responder a sus necesidades de luz, su tolerancia al sol directo o, incluso, las necesidades de sombra de la especie por la que optemos.
Al margen de esto, también hemos de considerar otro aspecto fundamental. Según la variedad, una palmera plantada en suelo puede llegar a alcanzar unas dimensiones espectaculares. Una razón de peso para planificar a conciencia el lugar de plantado no guiándonos por su tamaño actual sino, más bien, por el que puede llegar a tener. Por ello, es importante plantarla alejada de aleros del tejado o construcciones.
2. Un riego moderado y un buen drenaje, importantes para su bienestar
Como sucede con las variedades que se cultivan en interior, las de cultivo exterior no toleran encharcamientos. Por eso y además de adecuar la pauta de riego a la época del año, será fundamental hacerle un buen drenaje en el lugar de plantación.
Si tenemos la palmera plantada en maceta, el riego tendrá que ser regular en los meses de calor con dos riegos a la semana. Si por el contrario está plantada en suelo, no será tan exigente: bastará con uno semanal.
3. Una poda ligera y anecdótica, otro aspecto de los cuidados de las palmeras en exterior a tener en cuenta
No es uno de los cuidados de las palmeras que tenga que preocuparnos. Por su morfología, hablamos de un árbol que no necesita poda salvo en ocasiones tan contadas como que tenga hojas secas con peligro de desprenderse. En ese caso, bastará con retirarlas.
4. Un abonado regular en meses de crecimiento, algo que no conviene desatender
Podríamos pensar que, por estar en exterior, nuestras palmeras no necesitan ese extra de nutrientes. Y no, no es así: también lo demandan en los meses de crecimiento.
En el caso de las palmeras plantadas en maceta, las trataremos en este aspecto como si fueran una palmera de cultivo en interiores. Si la tenemos plantada en suelo, podremos administrarle una dosis de fertilizante para palmeras más esporádica.
¡Anímate a incluir una de esta bellezas tanto dentro como fuera de tu casa! Una compañera sumamente atractiva que, además, no exige prácticamente nada.