“No es Debatir, es Garbillar Agua”

Juan Eladio Palmis | Opinión | Cartagena | Las pacientes gentes de los secarrales de nuestra zona, cuando quiere expresar que unos actos, unos dichos no sirven para nada, suelen decir que se está garbillando agua.

El acto de garbillar agua que se va a celebrar precisamente en uno de los locales cartageneros de la que fuera Caja de Ahorros del Mediterráneo, entidad de ahorro muy superior y muchísimo más necesaria socialmente que los apestosos bancos, que se la jalaron enterita, raspas incluidas, los partidos Pepé y Pesoe, y que, al parecer, se ve que toman bicarbonato, hacen rápida la digestión del robo y la sisa; de la destrucción social, y, como saben que la ventanilla de “una justicia que dicen que hay en Murcia” está cerrada para ciertos asuntos, y solo abre para temas de plumas y gallináceas, se pueden presentar ante el público poniendo ellos las condiciones de la letras de las milongas a cantar, porque en Murcia, en la cortijá, el que roba triunfa, y el que contamina se hace rico. Y el que tenga duda que examine mentalmente la situación económica de nuestros padres y madres cortijeros en aparente situación de retreta.

La ideología inyectada, provocada; o, mejor, la conveniencia de otorgar nuestro voto a un grupo político ante la presencia arrolladora de sus representantes, para el caso cartagenero, no se da. Y no se da, porque nadie, de los que dicen que va a ir a cantar las letras de sus milongas camperas para convencer de sus excelencias administrativas, es virgo en política, y conocemos como se acuestan, sin acordarse de nosotros, en los jergones de los “Tomasinos”. Y aunque el culpable mayor de todo el desastre actual cortijero sea por obra y mano de Pepé, C’s, y Pesoe, en ese orden y cuantía, como no puedes decirle a los “cantores milongueros” que no han movido un dedo para descontaminar, sino para enriquecerse algunos encima, en la propia tragedia de la contaminación. Si no puedes decirle, que las baterías de costa las han dejado arruinar. Si no puedes decirle que en Cartagena es más fácil encontrar un marciano que un puesto de trabajo de setecientos euros líquidos.

Y si no puedes decirle que el mayor atropello en toda España contra las clases urbanas más débiles, desde el propio ayuntamiento se disfrutó tirándole las casas y dejándolos en la calle, todo impunemente sin castigo. Si no puedes decirle que ni tienen ideas ni se enfrentan a los egoísmos caprichosos de los “tomasinos”, sí, habrá elecciones; habrá que votar. No sé en las demás localidades, pero aquí en Cartagena con escasa o nula esperanza de aumentar en el bien colectivo; y solo a sabiendas que algunos se van a forrar otras vez sisando.

Qué nos puede decir de novedoso un Pepé organizado para seguir delinquiendo, cosa que no ha parado de hacer, una vez en un sitio, Portman, y a la siguiente en el Mar Menor Muerto, que ha reventado la región de Murcia con el apoyo de C’s y la indiferencia del Pesoe, que, cual buitre, espera en la rama su oportunidad de comerse los despojos, mientras parece entenderse que dicen aquello de “nosotros no somos así, nosotros somos la izquierda”.

Y qué se puede decir de las organizaciones empresariales y las sindicales que nos cuentan mucho más que si tuviésemos veinte reyes eméritos con sus veinte casas eurales (ya no son de real: reales, son de euros: eurales) sino que, pasico a pasico en los negativo, tenemos delante nuestra, solo una parvá de gente bien colocada en lo del sueldo: concejales, mandamases y mandamasillos, y un pueblo dócil, que sale a pastar en los campos que la prensa fi-fi y la sombra de la cruz no gamada, porque gama deriva de gamma, la tercera letra del abecedario griego, y aquí en Cartagena los asuntos, los edificios, las exhibiciones de la no gamada son lo primordial.

Con lo cual es de esperar que con los votos de los que se sientan muy bien y protegidos bajo tales sombras, y son defendidos a ultranza, tengan bastantes votos nuestros amados políticos.

Salud y Felicidad.

  • Juan Eladio Palmis.