EDUCACIÓN PATRIMONIAL COMO ESTRATEGIA PARA LA FORMACIÓN CIUDADANA Y LA MEMORIA COMPARTIDA HISPANO-MARROQUÍ

Rosa María Hervás Avilés, Elena Tiburcio Sánchez y Francisca Navarro Hervás

Universidad de Murcia

1. INTRODUCCIÓN

Este estudio tiene como finalidad presentar parte de los resultados obtenidos en la investigación sobre el patrimonio común hispano-marroquí, fundamentada en el análisis comparativo de dos ciudades, Murcia y Marrakech, que durante los siglos XII y XIII fundamentalmente, comparten una historia común.[1] Nuestro objetivo es conocer y evaluar estos elementos patrimoniales comunes y realizar una propuesta que, desde el ámbito educativo, promueva su valorización y la educación patrimonial como una estrategia para la formación ciudadana. Así, en primer lugar analizamos el patrimonio compartido por ambas ciudades y los elementos patrimoniales que lo integran (paisaje, historia, arquitectura, elementos patrimoniales diversos coincidentes en las dos orillas...). A continuación, nos referimos a la situación de los museos y del patrimonio en ambas ciudades. Finalmente, analizamos la importancia de la educación patrimonial como recurso para la sensibilización ciudadana en el conocimiento, respeto y la custodia identitaria del patrimonio.

2. PATRIMONIO COMÚN ENTRE ESPAÑA Y MARRUECOS: EL CASO DE MURCIA Y MARRAKECH

2.1 Unos paisajes similares

El paisaje, en sí mismo, como manifestación externa del sistema territorial, formado por elementos naturales y antropogénicos interrelacionados: medio físico-biótico, población-actividades, poblamiento-infraestructuras, marco legal-institucional, constituye un patrimonio natural y cultural (integral) y son muchos los ejemplos comunes que se pueden constatar en ambas orillas del Mediterráneo, entre España y Marruecos. De todos se han elegido: paisajes abarrancados, salinas del interior y lagunas litorales.

La figura 1 muestra los típicos badlands (tierras malas abarrancadas) sobre diferentes materiales geológicos con la misma impronta morfográfica en el paisaje. Los rojizos, propios de las arcillas del Triásico superior (Secundario), forman la base del Jurásico del Alto Atlas, clave del color rosáceo del material utilizado en la construcción de Marrakech (ciudad rosa). El otro abarrancamiento se ha desarrollado a partir de materiales margoarcillosos de finales del Mioceno (Terciario superior) que rellenan la depresión de Fortuna en Murcia.

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Otro paisaje curioso y poco conocido, es el de las salinas del interior, a partir de aguas salobres de ramblas que atraviesan saleros (diapiros). Es el caso de las explotaciones tradicionales de sal que, en Marrakech, se localizan al sur del Alto Atlas y, en Murcia, en el sector externo de la Cordillera Bética. Obsérvese la disposición de las balsas de cristalización de las que se extrae la sal (fig. 2), una vez que el agua salada de la rambla se ha evaporado.

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El tercer ejemplo más espectacular por su similitud, estaría entre el paisaje de la mar Chica o Sebja de Bu-Areg, en el nordeste de Marruecos y el del mar Menor, en el sureste de la Región de Murcia (fig. 3). Ambas son cuencas terciarias inundadas por el mar en su sector más bajo. Presentan bioclimas similares y en algunos sectores, sobre un sustrato volcánico, formaciones cuaternarias continentales o marinas. Las dos están recorridas, en la parte central, por dos colectores principales, el río Zeluán y la Rambla del Albujón, respectivamente. Tanto la forma, dimensiones como el intercambio hidrológico (golas) con el Mediterráneo son muy similares. También fueron tardíamente ocupadas (siglo XVIII) por la insalubridad endémica palúdica, y utilizadas para pesca y salinas (Lillo Carpio, 1995).

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En el caso del mar Menor, la inadecuada planificación inicial con fines turísticos, en la ribera de la albufera y sobre el cordón arenoso externo, ha supuesto un desafortunado ejemplo de planeamiento urbanístico con fines especulativos. En el caso marroquí, sobre la ribera interior de la mar Chica y restinga arenosa externa, que se ha mantenido casi intacta hasta principios del siglo XXI, se ha iniciado un Plan de Ordenación Especial MARCHICA con el fin de preservar el patrimonio natural y paisajístico de la misma y desarrollar un urbanismo respetuoso con su entorno. Este proyecto, iniciado en el año 2000 por el rey Mohamed VI, abarca 15 años y, durante el mismo, se crearán siete ciudades de carácter turístico y urbano para potenciar el desarrollo de Nador y el turismo nacional e internacional.

2.2 Dos ciudades y una historia común

Murcia y Marrakech se fundan ex novo en la Edad Media, la primera en el siglo IX, la segunda en el siglo XI. Se trata de dos ciudades de fundación estatal e islámica que comparten un pasado común. Ambas se crean en una llanura y tienen una ubicación estratégica común como encrucijada de caminos. Las dos son centros políticos, Murcia ciudad andalusí, capital provincial dependiente de Córdoba. Marrakech, ciudad magrebí, es desde sus inicios capital del nuevo estado almorávide. Ambas coinciden en su época de mayor riqueza. Marrakech, con los almohades, es la capital de su vasto imperio y conoce su mayor auge a mitad del siglo XII y primeras décadas del siglo XIII, coincidiendo con el brillo de Murcia islámica a mitad del siglo XII gracias al desarrollo del estado mardanisí y su independencia de los almohades hasta la conquista castellana en 1243.

Durante cuatro siglos Murcia, ciudad andalusí, nunca dejó de crecer. Por su parte, Marrakech sufrió graves procesos de deterioro y reactivación en su vida urbana. Tras la caída de los almohades, Marrakech experimenta un importante declive del que solamente se recuperará en época saadí (Palazón y Jiménez, 2012). Esta alternancia permite conocer y estudiar ambas ciudades de forma complementaria. Murcia como ciudad islámica desaparece en el siglo XIII y Marrakech pervive en la actualidad con las características propias del urbanismo islámico tradicional. El desarrollo de la arqueología urbana permite que Murcia se haya convertido en uno de los yacimientos más interesantes sobre urbanismo islámico de los siglos X al XIII, casi desconocido en Marrakech.

Son tres los momentos históricos que pueden marcar la historia común de estas dos ciudades:

– 1060-1147 Marrakech capital del imperio almorávide. La medina de Marrakech es fundada en el año 1070-1072 (UNESCO) por los almorávides en un cruce de caminos entre el norte y el sur, el Sahara y el océano convirtiéndose en la capital del imperio almorávide. En este período finaliza la independencia de los musulmanes andalusíes. Murcia depende de Marrakech, ciudad que se urbaniza, y recibe el agua de las montañas del Atlas canalizadas a través de una red de jattâras o canales subterráneos. En Marrakech se pavimentan las calles, se construye la mezquita y la muralla de la ciudad. Se constata una influencia del arte hispano morisco y de la arquitectura mudéjar, tanto en el Magreb, como en la península Ibérica. Muestra de lo anteriormente dicho es la influencia del palacio de la Aljafería de Zaragoza (siglo XI) en la Qubbat Baraduyin de Marrakech (1120). De esta época son los jardines de La Menara.

– 1147-1172 Murcia capital del estado mardanisí. Este período se caracteriza por la resistencia andalusí a los almohades, dinastía que sustituyó a los almorávides en el control del Magreb. En la zona oriental de Al-Andalus, Ibn Mardanís (el Rey Lobo) crea el estado independiente mardanisí estableciendo su capital en Murcia que se convierte en el centro político andalusí más importante junto con Sevilla (Navarro y Jiménez, 1995). La alianza hispano-musulmana permite al Rey Lobo independizarse de los almohades y Murcia conoce una época de gran esplendor artístico, económico y cultural. Asimismo, es en el siglo XII cuando artesanos de Córdoba construyen el famoso Minbar de la Qutubiyya, actualmente en el palacio Al Badi de Marrakech. De ese periodo datan varias edificaciones impresionantes en Marrakech como la mezquita de Qutubiyya (1147-1157), una ciudad palatina, la Qasbah, las murallas almenadas, las puertas monumentales y la finca y jardines del Agdal. En Murcia se construye el palacio Al-Dar al-Sugra, las fincas aristocráticas del Castillejo de Monteagudo, el castillo de Larache y el castillo de Monteagudo. Finalmente en 1171, con la muerte de Ibn Mardanís, Murcia volvió a quedar supeditada al poder de los almohades.

– 1147 a 1269 Marrakech centro del imperio almohade que se extiende y conoce su época de mayor desarrollo, aunque se producen graves enfrentamientos con Al-An­dalus, especialmente con Granada y la taifa mardanisí, defendida por el Rey Lobo con la ayuda de los cristianos. En 1172 los almohades conquistan Murcia hasta que en 1243 con las capitulaciones de Alcaraz, Murcia queda bajo el protectorado de los reinos de Castilla y León.

2.3 Elementos patrimoniales comunes

La historia común hispano-marroquí se concreta en múltiples vestigios de la historia compartida por ambos países. Incluye la utilización de tradiciones constructivas almorávides, como la profusa y exuberante talla de yeserías, el uso de ladrillo por influencia almohade en la edificación de jambas, tabiques, pilares y solería. Asimismo, el carácter militar del gobierno almorávide, el establecimiento en Murcia de miembros de la realeza y el gobierno de resistencia mardanisí frente a los almohades, explican la difusión de una arquitectura aúlica cuya envergadura y paralelos se pueden encontrar en centros de poder como fue Marrakech. Alcázares, barrios palatinos, edificios administrativos, baños, cementerios rodeados de amplios jardines, albercas y aljibes...

Además, en la evocación del tema coránico del paraíso, el agua fue el centro conceptual del jardín, y las fuentes y albercas eran elementos fundamentales de su morfología. De los métodos de adquisición y almacenamiento de agua dependía la prosperidad, el lujo y la tranquilidad que proporcionaba su abundancia, ansiada por los magrebíes y materializada en Al-Andalus. Los espacios áulicos en Tudmir tiene su representación en el Alcazar menor de Santa Clara (Murcia), Dâr as-Sugrà, palacio de recreo de la dinastía almorávide construido en el siglo XII. Este complejo palatino se enmarca en una larga tradición de arquitectura áulica cuyo paralelismo encontramos en Marrakech en el palacio del segundo emir almorávide Alí ben Yusuf, datado en la primera mitad del siglo XII en estrecha conexión entre ambas regiones.

Otro de los elementos patrimoniales de clara influencia hispano-marroquí es la presencia de almunias fortificadas como es el sitio histórico de Monteagudo-Cabezo de Torres integrado por los castillos: Castillejo, Larache y Cabezo de Abajo. Así, el Castillo de Larache en Murcia de finales del siglo XII y principios del siglo XIII era una fortificación en el entorno protegido de Monteagudo. Por su parte, el Castillejo de Monteagudo fue un palacio fortificado de recreo que dominaba una extensa finca con grandes embalses y canalizaciones destinados al riego de jardines y huertos (Palazón y Jiménez, 1995). Completa el conjunto el Cabezo de Abajo, fortificación del siglo XII. De gran interés es el Palacio nuevo de Santa Clara en Murcia, al-Qasr al Sagîr, del siglo XII cuyos elementos decorativos de las fachadas recuerdan ejemplares almorávides y almohades como el mihrab de la Qarawiyyin en Fez.

La necesidad de defender la situación estratégica de la kura de Tudmir determinó la gran importancia que en Marrakech y en Murcia tuvo la poliorcética, que se concreta en las murallas y las fortificaciones, las alcazabas como la madina Lurqa, los castillos (Santa Catalina o el de Verdolay) y las torres defensivas o ribats.

Es sabido que durante los siglos XI y XIII existió un fuerte intercambio artístico entre las dos orillas. De la misma forma que almorávides y almohades dejaron su impronta en al-Andalus, las artes peninsulares fueron exportadas al Magreb, sobre todo en la arquitectura religiosa. La mezquita Qutubiyya de Marrakech y, especialmente su alminbar, realizado en Córdoba, como ya se ha expuesto anteriormente, son una manifestación del intercambio bilateral que benefició a ambos pueblos.

En cuanto a la arquitectura residencial, se han podido documentar numerosas viviendas de época almorávide y almohade en Murcia con esquemas similares a los difundidos en el Magreb. En Siyasa, la casa número 10 utiliza un tipo de pórtico utilizado en la arquitectura doméstica marroquí. Se trata de casas con un patio central a cielo abierto, que actúa como elemento distribuidor de salas y crujías, proporcionando la luz y ventilación necesarias, ya que existen pocas ventanas a la calle para preservar la in­timidad familiar.

Entre los elementos compartidos por Marrakech y la Región de Murcia hay que destacar el agua que condiciona el medio físico y humano y que interviene en la formación del paisaje y el poblamiento, modulando la cultura, la tecnología, la mentalidad y las formas de vida. La importancia de la hidráulica urbana y los esfuerzos para derivar el agua, hacen que en ciudades como Marrakech se construyan cisternas, se capte el agua de cursos que nacen en el Gran Atlas y se recuperen caudales acumulados en el nivel freático mediante galerías subterráneas o jattâras. Esta pasión por el agua que tiene el mundo musulmán y, especialmente el magrebí, se pone de manifiesto en la Huerta de Murcia, que poco a poco amplía su tierra de cultivo gracias al establecimiento musulmán y a las obras de encauzamiento del río Segura. Acequias, partidores, aceñas, acueductos, galerías drenantes (qanat) con lumbrera, son elementos relacionados con la cultura del agua que forman parte del patrimonio compartido hispano-marroquí.

Son muchos los elementos patrimoniales que unen a España y Marruecos, a Murcia y Marrakech. Su identificación escapa a las posibilidades de este trabajo. La cetrería, la cerámica, la dieta mediterránea, el flamenco, el patrimonio intangible (Consejo de Hombres Buenos de la Huerta), la toponimia, el artesanado, las prácticas pesqueras del arte de la almadraba, son algunos testimonios más del mestizaje y la impronta que dejó una historia común en dos territorios tan próximos y, a la vez, tan lejanos (Guillermo y Vizcaíno, 2012).

3. LOS MUSEOS DE LA REGIÓN DE MURCIA Y DE MARRAKECH

En esta investigación son objeto de estudio y de análisis algunos de los museos más visitados de la Región de Murcia y de la ciudad de Marrakech y el Museo de Santa Clara de Murcia por su relación directa con la memoria compartida entre España y Marruecos. Nuestro interés es identificar el desarrollo de programas educativos en las distintas instituciones museísticas como recursos para el conocimiento identitario, el respeto patrimonial y el acceso democrático a la cultura.

Los museos que se presentan a continuación se integran en el Sistema de Museos de la Región de Murcia, que es el conjunto organizado de museos, colecciones mu­seográficas, organismos y servicios que se configuran como un instrumento para la or­denación, cooperación y coordinación de los mismos. El museo más visitado es el Museo Teatro Romano de Cartagena, inaugurado en el año 2008. Muestra la riqueza de las piezas halladas durante las repetidas campañas de excavación en el Teatro Romano desde el año 1988. Para llevar a cabo su labor de difusión educativa y cultural, el museo posee un aula didáctica donde se desarrollan actividades para el público infantil y las familias. Es el caso del taller «Construye la Ciudad Romana. Conoce Cartago Nova» para alumnos de Primaria y Secundaria. Esta actividad se inicia en el aula didáctica del museo con un proceso de sensibilización comprensiva de la importancia del Teatro Romano en Carthago-Nova. Se utilizan piezas a escala de los principales elementos arquitectónicos de la ciudad romana con los que el alumnado reconstruye parte de la ciudad. Finalmente se realiza la visita al museo. Además, se realizan cursos, coloquios y exposiciones temporales que se complementan con seminarios sobre el patrimonio cultural y la arqueología, entre otros temas.

El segundo museo más visitado es el actual Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), de titularidad estatal. Se funda en el año 2008 y es la institución responsable de la valoración, investigación, conservación, difusión y protección del Patrimonio Cultural Subacuático Español. Cuenta con infinidad de actividades de difusión, entre ellas proyectos de investigación, los talleres «Arquaeduca», enfocados a distintos niveles educativos y a familias, y la realización de congresos como «Ikuwa V». Destaca su «Laboratorio de Arqueología», que es un punto de encuentro para los profesionales de la arqueología subacuática.

El Museo Arqueológico está en la ciudad de Murcia. Creado en 1864 como sección agregada al Museo de Pintura y Escultura, en 1953 quedó instalado en el edificio conocido como Casa de la Cultura y fue construido como Palacio Provincial de Archivos, Bibliotecas y Museos. El edificio y sus colecciones, con restos de diversos yacimientos de la Región de Murcia, es declarado Monumento Histórico-Artístico en 1962. La propuesta didáctica que ofrece integra varios ejes temáticos que se adaptan a los diferentes perfiles de visitantes, principalmente escolares y personas con discapacidad visual, mediante visitas guiadas temáticas, materiales didácticos y talleres. Para la difusión y la investigación se planifican exposiciones temporales sobre temas actuales. También se realizan actividades como «La pieza del mes» y la publicación desde el año 1989 de la revista Verdolay, especializada en arqueología y museología.

Otro de los museos más significativos de Murcia es el Museo Salzillo, creado en 1941 y dedicado a Francisco Salzillo, uno de los mayores exponentes de la escultura española del siglo XVIII. Está enclavado en una iglesia barroca de planta central del siglo XVII y en un edificio de 1959 transformado en su interior en 2002 y 2009. El museo desarrolla su acción cultural a través de una programación educativa con talleres de ma­nualidades, pintura, modelado y teatro, y cursos para el profesorado de educación pri­maria, educación secundaria y bachillerato, en los que se conocen las posibilidades didácticas de un museo y las necesidades de estos profesionales.

El Museo de Santa Clara se inaugura en el año 2005, edificado sobre al-Qasr al Sagîr (Alcázar Menor) de la ciudad de Murcia, a su vez construido sobre las ruinas del palacio mardanisí Dar as-Sugrà. Es uno de los conjuntos monumentales más importantes de la ciudad, ya que pasó de ser residencia palacial de recreo de la nobleza islámica durante los siglos XII y XIII a edificio religioso y convento de clausura desde el siglo XIV. En la primera planta, el antiguo coro gótico de la iglesia y los salones conventuales se exhiben obras de arte sacro (Navarro, Miquel y López Cánovas, 2006). El museo centra sus actividades educativas en el desarrollo de un programa didáctico orientado al público escolar. Entre sus propuestas educativas encontramos «Cuando el río suena... ¡en el Museo se juega!» basada en una visita al museo buscando las referencias, piezas o símbolos relacionados con el agua que tiene continuidad en talleres para aplicar los contenidos del museo.

Marrakech cuenta con una gran variedad de museos etnológicos de titularidad pública como el Museo Tiskiwin y el Museo Dar Si Said. Asimismo, coexisten museos privados etnográficos como el Museo de Marrakech, el Museo del Arte de Vivir y el Museo Bereber del Jardín Majorelle, con museos de arte contemporáneo de nueva creación como el Museo de la Palmerie. El Museo Tiskiwin, creado en el año 1990 pero abierto al público el año 2000 como museo privado, se convierte en museo público en el año 2006 al ser donado a la Universidad Cadi Ayyad de Marrakech. Posee una gran colección de objetos de adorno de los diversos grupos étnicos y tribus que se asentaron en Marrakech provenientes de las rutas comerciales transaharianas Marrakech-Agadez-Tombuctú (Flint, s. f.). Este museo suele organizar conferencias y talleres sobre el conocimiento, la preservación y la valorización del patrimonio para escolares y estudiantes universitarios. Igualmente, facilita la investigación sobre los objetos de sus colecciones a los estudiantes e investigadores de las instituciones con las que la Universidad Cadi Ayyad tiene convenios de colaboración.

El Museo Dar Si Said, situado en la medina de Marrakech, es considerado como un prototipo de la arquitectura doméstica de principios del siglo pasado. Las visitas son guiadas por la conservadora del museo y sólo se realizan para las autoridades y los profesionales asociados al patrimonio. A los centros educativos no se les ofrece un programa de actividades o visitas. Del 18 de abril al 18 de mayo se conmemora el mes del patrimonio, período durante el que el museo realiza una difusión mayor de su actividad. Existen también museos privados, de los que hemos seleccionado cuatro.

El Museo de Marrakech se funda a finales del siglo XIX. Ocupa un edificio de arquitectura palaciega próximo a la Madraza Ben Youssef. Incluye piezas de caligrafía islámica, una colección de arte contemporáneo de Marruecos, una colección de monedas del siglo VIII al XX, grabados europeos, cerámica y varios muebles. La planificación cultural de museo es muy básica (Okhaya, 2011) si se exceptúan las exposiciones temporales sobre el patrimonio cultural y el arte contemporáneo. Carece de una oferta educativa.

El Museo Bereber se encuentra situado en el interior del Jardín Majorelle, creado en 1923 por Jacques Majorelle, pintor francés que se asentó en Marrakech en 1919. En 1980, Yves Saint-Laurent y Pierre Bergé compraron el jardín y lo protegieron de su desaparición. El Museo del Arte de Vivir es un jardín-riad situado en el corazón de la medina de Marrakech. Ofrece visitas guiadas y talleres de arte para niños. Igualmente, los alumnos de colegios e institutos próximos pueden visitarlo participando en los cursos sobre el patrimonio marroquí que allí se organizan. Su propuesta cultural incluye talleres de creación de perfumes, conciertos de música, conferencias, encuentros artísticos y simposios científicos anualmente. El de creación más reciente es el Museo de la Palmerie, inaugurado en el año 2011 gracias al interés de su responsable Abderrazzak Benchaane, por conciliar su doble pasión: el arte y la naturaleza. Se ubica en unos edificios de granja antiguos reconvertidos en un museo dedicado al arte contemporáneo en Marruecos. El museo ofrece la realización de visitas guiadas y talleres de pintura para escolares.

4. LA PROTECCIÓN Y SENSIBILIZACIÓN HACIA EL PATRIMONIO: UNA VISIÓN DE ESPAÑA Y MARRUECOS

En las últimas décadas hemos sido testigos del cambio experimentado en España en la defensa y difusión de su patrimonio. Tras superar la visión decimonónica que atribuía a éste un valor estético y estático, en la actualidad el patrimonio y la educación patrimonial alcanzan un dinamismo inexistente en otras épocas no muy lejanas. Al igual que en nuestro país, Marruecos tiene un patrimonio amplio, rico y variado que necesita valorizar y difundir. Para ello son necesarios programas educativos que transmitan y comuniquen la importancia de conocer, respetar y recuperar elementos patrimoniales que, en ocasiones, como es el caso del patrimonio intangible, están en peligro de desaparecer. Sin embargo, la educación patrimonial, los programas de recuperación, conservación y puesta en valor del patrimonio necesitan el impulso de la administración. Es por esta razón que, a continuación, se describe la situación de ambos países respecto a la sensibilización, concienciación, salvaguarda y defensa patrimonial.

España y Marruecos son miembros de ICOM y poseen sus propios comités. Igualmente, suscriben la Convención de la Haya para la Protección del Patrimonio Cultural en «Caso de Conflicto Armado» de 1954, participan en la Conferencia General de la ONU para la «Educación, la Ciencia y la Cultura» de 1972, en la Convención sobre la «Protección del Patrimonio Cultural Subacuático» de 2001 y en la Convención para la «Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial» de 2001. En España existe la Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico y el Instituto del Patrimonio Cultural de España, dependientes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que se encargan de velar por la protección del patrimonio. Asimismo, multitud de asociaciones ciudadanas se han constituido con una finalidad similar (la Asociación Española de Gestores de Patrimonio Cultural, Hispania Nostra, Defensa Cívica del Patrimonio, SOS Monuments, y Ciudadanos para la Defensa del Patrimonio).

Las instituciones nombradas se apoyan en una amplia legislación sobre patrimonio, fundamentada en la Ley 16/1985 de 25 de junio sobre el Patrimonio Histórico Español, y a una legislación específica sobre patrimonio desarrollada en cada Comunidad Autónoma. En relación a los museos, contamos con el Real Decreto 620/1987 de 10 de abril por el que se aprueba el Reglamento de Museos de Titularidad Estatal y del Sistema Español de Museos. Igualmente, existen Reales Decretos que regulan cada uno de los museos estatales, así como la creación de la Red de Museos de España.

La educación patrimonial, la sensibilización hacia el patrimonio y las visitas de es­colares a museos son algo común en nuestros centros educativos. Un ejemplo de insti­tuciones dependientes del Ministerio de Cultura que trabajan en este sentido son el Pro­grama «Patrimonio Joven» cuya finalidad es la implicación y la sensibilización ciudadana para la divulgación del patrimonio entre los jóvenes mediante el trabajo con estos, y el Laboratorio Permanente de Público de Museos, que lleva a cabo una amplia investigación sobre el público de los Museos Estatales. De igual forma, destaca la labor realizada por el Observatorio de Educación Patrimonial de España (OEPE).

En Marruecos, la defensa y sensibilización del patrimonio depende de instituciones diversas. Una de ellas es el Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio (MCU), centro educativo, de capacitación e investigación que desarrolla interesantes proyectos sobre las ciencias de la arqueología y el patrimonio. Algunos de estos proyectos son de suma importancia y están relacionados con la restauración de museos (MCU) o el Programa conjunto de cooperación «El Patrimonio Cultural y las Industrias Creativas como Vectores de Desarrollo en Marruecos que desde el año 2008 a 2012 promueve el desarrollo cultural de Marruecos a través del reconocimiento y valorización de su patrimonio cultural (MCU/UNESCO)».

La legislación patrimonial en Marruecos es general y, al contrario que en España, no se concreta ni se desarrolla en las distintas regiones del país. Algunas de las leyes existentes son: La Ley n.º 22-80 relativa a la conservación de monumentos históricos y sitios, de inscripciones, de objetos de arte y antigüedades y una ley posterior que la modifica y completa, la Ley n.º 19-05 (Salih, 2009). En relación a la educación patrimonial, la población marroquí tiene un conocimiento general y escaso de la riqueza y diversidad de su patrimonio. Los ciudadanos suelen conocer los bienes inmuebles. Sin embargo, los museos son los grandes olvidados y son escasamente visitados. Como contraste a estos datos, se observa la gran presencia y vitalidad del patrimonio intangible en la vida cotidiana y en el ámbito privado de la población (Bouziane, 2010).

En los centros escolares, la educación patrimonial es prácticamente inexistente. Un análisis de los programas educativos marroquíes en cada una de sus etapas nos permite observar que la educación patrimonial queda relegada a la especialidad de Artes Plásticas de Bachillerato (Lycée), y se trabaja mínimamente en la asignatura de Historia, común en todas las etapas escolares. De igual manera, las visitas escolares a museos son ocasionales, dependiendo totalmente de la motivación del profesorado. Para mejorar esta situación, se está llevando a cabo una iniciativa pionera e interesante con la aplicación del proyecto «Talleres sobre el conocimiento, la preservación y la valorización del patrimonio. Ejemplo: Las colecciones del Museo Tiskiwin de Marrakech». Los organizadores del proyecto son el Museo de Historia Natural de Marrakech, el Instituto Francés de Marrakech, la Academia Regional para la Educación y la Formación de Marrakech y el Museo Tiskiwin. A través de esta iniciativa, iniciada este año, se pretenden realizar talleres que sensibilicen a los alumnos de diez colegios de Marrakech sobre la importancia del patrimonio natural y cultural a través de la exposición y de las colecciones del Museo Tiskiwin de Marrakech.

5. EDUCACIÓN PATRIMONIAL COMO ESTRATEGIA PARA LA FORMACIÓN CIUDADANA

Consideramos que el patrimonio no es nada si no se proyecta, si no se enraíza en las sociedades, siendo la educación el recurso más importante para la formación ciudadana, que permite a la población convertirse en actora y agente de cambio social y desarrollo. Concretamente, la educación patrimonial vincula emocionalmente al alumnado, de cualquier edad, con sus referentes patrimoniales. Les aproxima culturalmente a los objetos, los lugares, las tradiciones... que forman parte de su identidad, dotándolos de un valor simbólico que, en ocasiones, desconocen. Es por esta razón que la educación patrimonial se convierte en un recurso educativo de gran importancia. Favorece la convergencia de disciplinas diferentes y transversales y proporciona una gran riqueza curricular para el desarrollo de contenidos académicos.

Desde hace unos años, la educación para la participación ciudadana se ha convertido en una necesidad de formación para comprender nuevas formas de acción social que incidan en la participación, en la conexión con otras formas de vida, en el conocimiento de los orígenes culturales de la sociedad en la que se integra el individuo. No es difícil recordar aquellos años en los que en nuestro país no existía una valorización del amplio y rico patrimonio cultural. La educación patrimonial era inexistente y estaba limitada a una minoría sensible con la protección de bienes culturales destacados. La realidad vivida parecía inmutable y, por lo tanto, era innecesaria su custodia, su salvaguarda. Durante las décadas de 1950, 1960 y 1970 se abatieron en Murcia edificios emblemáticos, testimonio de épocas pasadas sin que la ciudadanía se estremeciera. Los baños árabes situados en la calle Madre de Dios de Murcia, datados en el siglo XIII y declarados monumento histórico-artístico en junio de 1931 se tiraron una noche de 1953. Sin embargo, el reciente hallazgo en el centro de la ciudad de Murcia de uno de los antiguos arrabales medievales, conocido como arrabal de la Arrixaca Nueva de los siglos XI, XII y XIII se ha salvado de la excavadora y la construcción de un aparcamiento subterráneo. ¿La diferencia? La presión y denuncia ciudadana ha permitido la conservación de un yacimiento arqueológico inigualable para el conocimiento urbanístico de una ciudad islámica como Murcia de la que el arquitecto Chueca Goitia (1968) decía: «Murcia podría haber sido una de las ciudades más bellas e interesantes de toda nuestra Península si la hubiéramos sabido conservar como merecía. Murcia es una ciudad musulmana ciento por ciento».

Por lo anteriormente dicho, consideramos que la educación patrimonial es una estrategia para la formación ciudadana. Es una pieza clave para la preservación de nuestro patrimonio común.

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TISKIWIN MUSEUM IN MARRAKECH (s. f.): University de Tiskiwin.com (<www.tiskiwin.com/>).

UNESCO (s. f.): Medina of Marrakech de Whc.unesco.org (<http://whc.unesco.org/en/list/331>).

[1] Esta investigación se enmarca en la Acción Integrada A1/035966/11 patrocinada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Cooperación del Gobierno de España, a través de la AECID, se titula «Investigación para la memoria compartida, la gestión del patrimonio y turismo cultural entre España y Marruecos, coordinada por Dra. Rosa María Hervás Avilés (Universidad de Murcia) y la Dra. Ouidad Tebbaa (Universidad Cadi Ayyad de Marrakech).