Cómo eliminar las marcas de viruela

El acné, la varicela y algunas bacterias pueden dejar secuelas en forma de imperfecciones en la piel que se conocen como “marcas de viruela”, por su parecido con las causadas por esta enfermedad

La viruela es una enfermedad infecciosa grave, potencialmente mortal, que la OMS declaró erradicada en mayo de 1980, tres años después de que en Somalia se detectase el último caso. Hablamos de una enfermedad letal que, según algunas estimaciones, mató a más de 300 millones de personas a lo largo de la Historia, lo que la convierte con mucha diferencia en la pandemia más mortífera de todos los tiempos por delante del sarampión.

Uno de los síntomas de la viruela, además de las fiebres altas y el dolor de cabeza y de espalda, es la aparición de densas erupciones en la cara y en la piel de los afectados que se elevaban al llenarse de pus y que provocaban dolor, picor y escozor. Al romperse y secarse, estas erupciones dejaban en la piel costras y cicatrices permanentes, que son fácilmente reconocibles, especialmente en el rostro, porque dan a este un aspecto desigual, con hendiduras y salientes que pueden apreciarse como pequeños cráteres o “agujeros”.

Las marcas de viruela, al ser tan visibles y causar una importante imperfección en la piel del rostro, pueden provocar que las personas afectadas se sientan cohibidas o vean dañada su autoestima, convirtiéndose éstas en motivo de complejo físico.

Hoy en día, sin embargo, existen diferentes tratamientos que pueden reducir considerablemente las marcas de viruela, aunque ninguno de ellos ha mostrado unos resultados 100% eficaces para todos los pacientes. De ahí la importancia de recurrir a un dermatólogo para tras un análisis personalizado éste nos pueda asesorar sobre el tratamiento más recomendable en cada caso. No obstante, es importante recordar que estas huellas de la piel tienen una etiología complicada, por lo que es frecuente que, aunque pueda mejorarse su aspecto, éstas no se eliminen completamente.

Uno de los tratamientos más utilizados en ese sentido es la exfoliación química, que consiste en la aplicación de una solución ácida que elimina y regenera las capas dañadas de la piel, alisándola y consiguiendo una reducción notable de las marcas. Un objetivo similar tienen la dermoabrasión, que abrasa las capas superficiales de la piel mediante acción mecánica (con un cepillo metálico o un torno ultrafino) y la microdermoabrasión, que en su caso utiliza productos abrasivos como cristales de bicarbonato u óxido de aluminio, aunque tiene una eficacia menor en el caso de marcas más profundas.

En otro orden encontraríamos tratamientos como los rellenos dérmicos, que se valen de productos como el ácido hialurónico, que es inyectado en las cicatrices de viruela para elevar la piel de la misma e igualarla con la del resto de la cara. En contra de este tratamiento está el que sus efectos no duren más allá del año.

Por último, estarían los tratamientos láser, entre los que destacarían el láser fraccional, que quema la capa externa de la piel con cicatrices para incentivar la regeneración celular; y el rejuvenecimiento superficial con láser ablativo, cuyos resultados pueden durar muchos años, pero que a cambio presenta riesgos como los cambios en la pigmentación de la piel o la posibilidad de empeorar la cicatrización.

La inducción de colágeno con microagujas, o microneedling, es otra posibilidad, ya que hacer pequeñas punciones en las marcas hace que a medida que los pinchazos sanan la piel produzca más colágeno para rellenar las cicatrices de viruela. Esta opción requiere ser repetidas cada varias semanas pero en un año pueden verse resultados.

Texto y foto: Agencia

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