A veces aceptar se vuelve complicado, sobre todo por que es una palabra que se confunde con «dejarse» o «estar de acuerdo». Por supuesto que si de supervivencia hablamos, lo último que consideramos es permitir que alguien haga o accione en contra de nosotros o de algo que nos interesa o gusta, sin embargo aceptar quiere decir permitir y soltar después de un análisis de:
- ¿Cuáles son mis recursos?
- ¿Me corresponde o me toca hacer algo o resolver?
- ¿Qué implicaciones / consecuencias tiene para mi?
Aceptar va mas allá de empatizar y dejar que las cosas pasen, ya que representa un cambio de perspectiva y flexibilidad para mirar la situación conflictiva desde un sitio distinto, desde un lugar donde me desmarco de la obligación «fantástica» de arreglar al otro o de resolver una situación que no me corresponde (cuando asumimos el conflicto como propio) y adquirir el compromiso y responsabilidad sobre lo que si me toca y hacer lo que se necesite para enfrentar las adversidades internas y prejuicios para conseguir mi bienestar.
Mientras que empatizar tiene que ver con la definición cliché de «ponerme en el lugar del otro», aceptar es el paso siguiente, ya que para conseguir ponerme en el lugar del otro es necesario entender el contexto funcional, se trata de buscar una explicación para el comportamiento humano basándose en cada uno de los antecedentes que impactan las creencias y toma de decisiones de las personas que nos rodean y luego entonces ABANDONAR LA LUCHA PARA PERMITIR QUE LAS COSAS SEAN COMO SON tomando partida cuando, después del análisis funcional de MI PROPIA CONDUCTA.
Recuerda que la resolución de los conflictos incluye las siguientes 3 opciones:
Nota:
Obtuve la mayor parte de la inspiración para escribir este post de la lectura del siguiente artículo escrito por Luis Francisco Vargas Madriz y Ronald Ramírez Henderson para la Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica: https://www.redalyc.org/pdf/153/15328800009.pdf
Psic. Lore Paredes 