Inexperiencia, acomodamiento e improvisación | OneFootball

El Sevilla FC concluye uno de los mercados de invierno más decepcionantes y frustrantes que se recuerdan en clave nervionense

Con el objetivo de dar un refresco de nuevas energías a un plantel que se encontraba ‘muerto’ anímicamente, Víctor Orta y compañía encaraban un mercado de traspasos marcado por la necesidad de incorporaciones y la escasez monetaria. Este periodo de movimientos invernal comenzaba con la marcha de Fernando hacia Brasil, con el que el Sevilla no obtuvo beneficios tras acordarse la rescisión de contrato. En clave de salidas, la entidad hispalense también vio partir a Ivan Rakitić -desvinculación de mutuo acuerdo- y a Gattoni, cedido al Anderlecht sin opción de compra. Tres abandonos con la única ganancia de haber liberado cierta masa salarial y, lo más importante, el dejar operativas ciertas fichas del primer equipo en una plantilla que parecía infinita.

Es innegable que la situación por la que pasa el Sevilla FC es de las más preocupantes del siglo, con las relaciones totalmente rotas entre directiva y afición e inmerso de lleno en la lucha por no descender a Segunda División. Dicha situación enlaza con uno de los tópicos más repetidos en el mundo del fútbol: en situaciones complicadas, prima la veteranía. Lejos de concordar con dicho tópico, Víctor Orta sorprendió a todos con la incorporación de Hannibal Mejbri y Lucien Agoumé, ambos de 21 años. El tunecino venía con una única titularidad en Premier League y, por su parte, el francés acumulaba tan sólo cuatro minutos disputados hasta su llegada a la capital andaluza. Por si fuera poco, el tercer y último fichaje no iba a salir de esta rúbrica. De 20 años y con un solitario gol en ocho partidos con el Tottenham, Alejo Véliz era el refuerzo sevillista que tanto pedía Quique Sánchez Flores para el ataque.

Fuente: Sevilla FC

Las sensaciones que dejaba el mercado eran lejanas al optimismo. Todo ello, unido a la crispación que se vivía en la ciudad con los malos resultados ligueros del equipo. Llegados al último día de mercado o “Deadline Day”, el Sevilla se centraba en el objetivo de incorporar a un delantero centro con la inminente salida de Rafa Mir. La operación envolvía a tres futbolistas: el propio Rafa, Róbert Bozenik y el nombre de Alejo Véliz -estos dos últimos aterrizaron en horario matinal en el aeropuerto San Pablo-.

Numerosos fueron los cambios de guion que se dieron a lo largo del día. Las oficinas del Sánchez-Pizjuán fueron testigo del claro estado de improvisación que se vivía, el cual se vio reflejado en el acuerdo cerrado por la cesión de Alejo Véliz. A la espera de cerrar la salida de Rafa Mir, la directiva sevillista ató al joven argentino para curarse en salud en caso de que se torcieran las negociaciones con el Valencia. Alejo, pese a estar lesionado de su rodilla derecha, no tuvo problemas para pasar el reconocimiento médico.

A poco menos de dos horas para que LaLiga echara el cierre al mercado, Valencia y Sevilla rompían las negociaciones por Rafa Mir, con el futbolista presente en el estadio en busca de finiquitar el traspaso. El valenciano y su respectiva incorporación, Bozenik, presenciaban cómo se perpetuaba una vergonzosa operación que finalizaría de la peor de las maneras. Para terminar de empeorar la bochornosa imagen que estaba reflejando la entidad dirigida por Del Nido Carrasco, varias cámaras grabaron a Rafa Mir sólo y desesperado, dentro del estadio tratando de cerrar por su cuenta su partida hacia la ciudad del Turia. En torno a las diez y media de la noche, el club comunicaba que daba por cerrado su mercado de fichajes.

El tercer problema que pone en evidencia al Sevilla, es algo que no depende en su totalidad del director deportivo actual, Víctor Orta. El cuadro rojiblanco cuenta entre sus filas con un grupo de futbolistas denominados como los “acomodados”, es decir, aquellos que no juegan ni cuentan para el entrenador, aunque ello no les importa. Este grupo, del cual forman parte jugadores como Jordán o Januzaj entre otros, cuentan con contratos de larga extensión y con un considerable salario en comparación a sus rendimientos.

Las mencionadas condiciones hacen que estos futbolistas no obtengan apenas ningún pretendiente en el mercado y, a la misma vez, hacen que el coste de sus respectivas rescisiones de contrato sean inasumibles para el Sevilla. Cuentan con un buen salario durante un largo tiempo y no tienen problemas en quedarse en Nervión aunque eso implique pocas opciones de jugar. Sin embargo, la culpa no es absolutamente de ellos, pues alguien -en estos casos, Monchi- los firmó con esas condiciones.

Inexperiencia, acomodamiento e improvisación. Estas tres palabras son las que, bajo mi percepción, definen la labor realizada por el Sevilla en este mercado de fichajes. Revertir la situación se ve complicado y tirar piedras sobre tu propio tejado lo hace más difícil aún.