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FUERA DE CÁMARA

Un periodismo adocenado

Es una aberración pretender que el periodismo se ejerza libremente en una sola dirección… La mayor persecución contra la prensa la ejercen quienes reclaman como patrimonio exclusivo la moral y la ética que les niegan a quienes no logran adocenar en su ejercicio fanático.

En este oficio quienes reclaman para sí la seriedad más ortodoxa y se erigen en los más calificados, los más honestos, los químicamente puros, son regularmente los más fanáticos en sus ideas y los mayores negadores de la pluralidad profesional… …Por vía de consecuencia, también los menos éticos y los más canallas.

Cuantas veces han ejercido funciones ejecutivas y decisivas en los medios de comunicación, se rodean de periodistas que han logrado influenciar o en las aulas universitarias o en un ejercicio tendenciado por ideologías supuestamente progresistas que amoldan a sus intereses más espurios.

Son los mismos que lideran organizaciones y grupos de la llamada sociedad civil para enmascarar sus auténticos intereses, en ocasiones a través de terceros que utilizan como mascarón de proa en su proverbial irresponsabilidad para no dar la cara y reclamar la imparcialidad que nunca han tenido.

… Y siempre que han podido, dividen a los periodistas entre los serios, los honestos y los éticos --que obviamente son ellos y su grupo--, y los corruptos, los vendidos y los bandidos, que son todos los demás… Pero “los demás” son la enorme mayoría.

…Una vieja lucha Se trata de un fenómeno muy viejo que se remonta a los años setenta cuando se libró una lucha por la colegiación periodística entre quienes proponían la membresía obligatoria como forma de determinar quién podía o no ser periodista, y quienes propugnábamos por la libertad de asociación.

“Colegio para quienes quieran colegiarse”, proclamaba entonces Rafael Herrera, a quien intentaron apostrofar acusándolo de todas las barbaridades que era capaz de imaginar la termocefalia fanática que aún perdura en los mismos protagonistas.

Germán Ornes fue otra víctima de aquella maledicencia que pervive y que no coge cabeza a pesar de sus fracasos de medio siglo… …Reforzada ahora por algunos intelectuales de ocasión en causa común contra su bastón legal de apoyo de esos tiempos que fue --¡oh, ironías de la vida!--, nada más y nada menos que el doctor Leonel Fernández Reyna.

Esa banda de la comunicación social --susceptible de girar de forma tan veleidosa como sus intereses políticos partidarios- -, renegó de Leonel cuando Leonel enfrentó electoralmente a Peña Gómez… Desde 1996, hará en poco dos décadas, a Leonel quisieran verlo muerto.

Y ahora… ¿reforzados? Un grupo de la academia universitaria que vio surgir a Leonel desde que inició su carrera política a finales de la década del sesenta, no le perdona su ascenso y menos el desarrollo de su liderazgo.

La frustración los ha conducido por el mismo camino que llevan trillado aquellos pontífices del periodismo apandillados contra quienes se han negado a uniformalizar el ejercicio de la profesión en base al protestantismo vicioso.

Enganchados ahora a articulistas de ocasión, no sólo disparan a matar contra Leonel sino también contra todos los amigos de éste en los medios de comunicación… Y buscan, escarban como ratas en madriguera, para resaltar aparentes contradicciones.

…Pero son los mismos, nos conocemos de viejo. Ya habrá espacio para recordarles algunas cosas que han preferido olvidar.

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