La crisis alimentaria: Retos y oportunidades en los Andes

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Andina (CONDESAN) es un conjunto diverso y dinámico de socios de los sectores público y privado que desde 1993, bajo un enfoque común y una sinergia de esfuerzos, capacidades y recursos, realizan y facilitan acciones concertadas en investigación, capacitación, desarrollo e iniciativas de políticas que coadyuvan al avance socioeconómico sostenible con el fin de contribuir a la equidad y

LA VISION DEL CIP El Centro Internacional de la Papa (CIP) contribuirá a reducir la pobreza y el hambre, a mejorar la salud humana, desarrollar sistemas de sustento rurales sostenibles y robustos, y a mejorar el acceso a los beneficios de los conocimientos y las tecnologías modernas. El CIP afrontará estos desafíos ejecutando y convocando investigaciones y alianzas que se centren en cultivos de raíces y tubérculos y en el manejo de los recursos naturales en sistemas de montaña y otras zonas menos favorecidas en donde el CIP puede contribuir a un desarrollo humano saludable y sostenible. www.cipotato.org El CIP es financiado por un grupo de gobiernos, fundaciones privadas y organizaciones internacionales y regionales que conforman el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional, más conocido por sus siglas en inglés CGIAR. www.cgiar.org

La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes

bienestar de la población de la ecorregión andina.

La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes Judith Kuan Cubillas

Judith Kuan Cubillas

El Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión

Serie: Contribuciones para el Desarrollo Sostenible de los Andes N0. 9, junio 2009


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La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes

Judith Kuan Cubillas Setiembre 2008

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Serie: Contribuciones para el Desarrollo Sostenible de los Andes N0. 9, mayo 2009


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La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes © Centro Internacional de la Papa (CIP), 2009 ISBN 978-92-9060-374-0 Las publicaciones del CIP contribuyen con información importante sobre el desarrollo para el dominio público. Los lectores están autorizados a citar o reproducir este material en sus propias publicaciones. Se solicita respetar los derechos de autor del CIP y enviar una copia de la publicación donde se realizó la cita o se publicó el material al Departamento de Comunicación y Difusión a la dirección que se indica abajo. Centro Internacional de la Papa Apartado 1558, Lima 12, Perú cip@cgiar.org • www.cipotato.org Editora: Judith Kuan Cubillas Serie: Contribuciones para el Desarrollo Sostenible de los Andes Número: 9, Setiembre 2008 Foto Portada: Comunidad de Pampamarca, Ayacucho. Autor: Sergio León. CONDESAN Producido por el Departamento de Comunicación y Difusión (CPAD) Coordinador de producción: Cecilia Lafosse Diseño y diagramación: José Enrique Torres con la contribución de Artes Gráficas Impreso en el Perú por Comercial Gráfica Sucre Impresión: 500 Junio 2009


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Reconocimientos Instituciones organizadoras: Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) Iniciativa Andina de la Alianza para las Montañas Secretaría General de la Comunidad Andina (SG-CAN) Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN) La presente publicación ha sido posible gracias al financiamiento de COSUDE y CONDESAN. Editora: Judith Kuan Cubillas Moderadora temática de la conferencia electrónica: Judith Kuan Cubillas Moderación técnica de la conferencia electrónica: INFOANDINA (www.infoandina.org)


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Ponencia introductoria

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Tema I: Principales factores de la crisis alimentaria que inciden en los países andinos y sus efectos Conferencia del Tema I

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Comentarios del panel al Tema I

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Comentarios de los participantes al Tema I

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Tema II: Medidas políticas de los países andinos para enfrentar las

oportunidades y amenazas que conlleva la crisis alimentaria Conferencia del Tema II

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Comentarios del panel al Tema II

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Comentarios de los participantes al Tema II

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Tema III: Medidas políticas para aprovechar el potencial de los cultivos andinos Conferencia del Tema III

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Comentarios del panel al Tema III

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Comentarios de los participantes al Tema III

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Comentarios finales

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Conclusiones y recomendaciones

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Contenido

Síntesis general

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Anexos

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Anexo 1: Convocatoria de la conferencia electr贸nica

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Anexo 2: Programa de la conferencia electr贸nica

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Anexo 3: Lista de participantes

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Anexo 4: Documentos de referencia

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comprometido seriamente la posibilidad de alcanzar una de las metas de los Objetivos del Milenio: la reducción drástica de la pobreza que implica lograr la seguridad alimentaria. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los precios del trigo, maíz y arroz a nivel global aumentaron en promedio más del 100% desde enero de 2006 a marzo del 2008. Estamos hablando de un impacto mortal para casi la mitad de la humanidad, ya que, según datos oficiales, en el mundo alrededor de 3 mil millones de personas sobreviven con dos dólares diarios, de los cuales el 80% se destina a la compra de alimentos. Según el Banco Mundial, la crisis alimentaria podría empujar a 100 millones de personas a la pobreza; mientras que el Programa Mundial de Alimentos ha identificado a Ecuador y Bolivia como dos países con potencial crisis alimentaria. Se han esbozado algunas razones para explicar el incremento de precios de los alimentos. Por un lado se menciona el asunto de la subida del precio de los combustibles, el desplazamiento de áreas de cultivo fértiles hacia la producción de plantas para biocombustibles y la reducción de la oferta de alimentos debido a efectos del cambio climático. Asimismo se ha planteado el problema del incremento de la demanda de alimentos de países emergentes como India y China; mientras que la crisis financiera internacional, la especulación sobre las materias primas y la especulación en los mercados también han influido en la elevación de los precios. Finalmente la respuesta de algunos países a la crisis –como la prohibición de exportaciones-

Presentación

La crisis alimentaria que se esparció por diferentes regiones del mundo de forma rápida ha

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ha elevado aún más los precios, perjudicando a los más pobres. Frente a esta situación, los tubérculos andinos surgen como una alternativa alimenticia de primer orden, como lo fue en el pasado. La papa, es considerada como el cuarto alimento básico del mundo, después del arroz, el trigo y el maíz, con una producción mundial de 323 millones de toneladas anuales. Otros cultivos andinos y productos agropecuarios también constituyen una alternativa potencial en la provisión de nutrientes para la región y el mundo. Con el objetivo de facilitar un proceso de diálogo regional sobre el impacto, los retos y las oportunidades que presenta la crisis alimentaria en los Andes y la potencialidad de los cultivos andinos para ayudar al mundo en asegurar la alimentación; el Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN) con el apoyo de InfoAndina, llevó a cabo la Conferencia Electrónica “La Crisis Alimentaria: retos y Oportunidades en los Andes”, entre el 18 y 30 de agosto del 2008. El evento fue organizado en colaboración con la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), la Iniciativa Andina de la Alianza para las Montañas, la Secretaría General de la Comunidad Andina (SG-CAN) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). La conferencia electrónica buscó responder preguntas tales como: ¿Cuáles son los factores que generan la crisis alimentaria mundial que más afectan a la población andina y cómo la afectan?; ¿Cuáles son las medidas de política asumidas por los países andinos o recomendables de tomar, respecto a la 8

seguridad alimentaria de la región y el aprovechamiento de oportunidades?; ¿Qué medidas específicas son recomendables tomar para aprovechar el potencial de los cultivos andinos?. En nombre de CONDESAN quiero agradecer el apoyo de la Cooperación Suiza que nos ha permitido poner a su alcance las ponencias, debates, conclusiones y recomendaciones de este diálogo andino. Asimismo quiero agradecer el aporte de los expositores y panelistas quienes con sus contribuciones propiciaron un fructífero intercambio de ideas. Agradecemos a cada uno de los participantes, quienes con sus aportes enriquecieron el contenido de los intercambios y las recomendaciones. Miguel Saravia Coordinador CONDESAN


Síntesis general Judith Kuan C. Moderadora temática judithkuan@gmail.com

La conferencia electrónica: “La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes” permitió la reflexión regional sobre el impacto, los retos y las oportunidades que presenta la crisis alimentaria en los Andes y la potencialidad de los cultivos andinos. Se desarrollaron y debatieron tres temas, con tres preguntas centrales: a. ¿Cuáles son los factores que generan la crisis alimentaria mundial que más afectan a la población andina y cómo la afectan? b. ¿Cuáles son las medidas políticas asumidas por los países andinos y qué se recomienda hacer respecto a la seguridad alimentaria de la región y el aprovechamiento de oportunidades? c. ¿Qué medidas específicas se recomiendan para aprovechar el potencial de los cultivos andinos? El aporte de los expositores, los panelistas y los participantes al evento fue muy amplio, contribuyendo con reflexiones, advertencias, propuestas de medidas e identificación de temas que requieren de mayor estudio. En general, hay consenso sobre los factores que inciden en la crisis de alimentos a nivel mundial, los que se destacan en el último capítulo de este documento. Asimismo, se entiende que los países andinos no son tan afectados por la crisis alimentaria mundial, en comparación con algunos países de África y Centroamérica. Los países andinos son menos vulnerables, en términos de balanza comercial, al alza mundial de precios de alimentos, dado que —con excepción de Venezuela— son exportadores netos de alimentos. Como destaca Fidel Jaramillo: “Ecuador es el mayor exportador neto de alimentos y con una balanza creciente. Le sigue Bolivia, que, en cambio, ha venido contrayendo su saldo neto. Colombia y Perú se han mantenido como exportadores netos relativamente estables.” Además, hasta el momento, la producción de hidrocarburos y otros productos minerales ha contrarrestado el riesgo de desequilibrios externos. Sin embargo, la presión del alza de precios de alimentos y de la energía, la recesión de algunas economías desarrolladas y el impacto del cambio climático, pueden agravar las condiciones de inseguridad alimentaria y pobreza de un sector importante de la población andina. Hay un reconocimiento de que la situación en los países andinos, con altos índices de malnutrición, desnutrición e inseguridad alimentaria, obedece más a un problema de “acceso” (especialmente de la población pobre y extremadamente pobre) y “buen uso” de los alimentos (que incluye a población no pobre), que de “disponibilidad” de los mismos. Por otro lado, a nivel macro, los países andinos tienen una menor exposición al tipo de cambio y al alza de las tasas de interés internacionales, contando con mayor acceso a financiamiento interno. Sin embargo, el efecto positivo sobre los pequeños productores de alimentos dependerá de la

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transmisión del beneficio derivado del alza de precios de los productos, los costos de transacción y la disponibilidad de factores de producción (especialmente: agua, tierra, insumos). Los beneficios derivados del alza de precios no llegan a todos los habitantes rurales, sólo a aquellos que son productores netos de alimentos. Algunos estudios señalan que no alcanzan a compensar los aumentos de precios de los alimentos consumidos por las familias rurales, incluidas las que son productoras netas de alimentos. Otro aspecto negativo, es que el sector público se ha reducido, afectando la capacidad de dirección del desarrollo agropecuario nacional y disminuyendo los servicios de apoyo a la producción que, mal o bien, se venían ofertando. Los países de la Comunidad Andina (CAN) están implementando medidas dirigidas especialmente a apoyar a los consumidores y a la producción de alimentos: en comercio externo (reducción de aranceles y restricción de exportaciones de ciertos alimentos), en comercio interno (de apoyo al abastecimiento de alimentos, de control de precios de alimentos esenciales de la canasta de consumo, de transferencia de recursos monetarios o en especie a familias más pobres y exoneración del IVA); de corto plazo (subsidios a los insumos agrarios, exoneraciones tributarias, crédito a la producción y de emergencia climatológica); y más estructurales o de mediano plazo (programas de desarrollo agropecuario, de seguridad y soberanía alimentaria, y de sustitución de alimentos importados). El desafío que enfrentan los países andinos en el corto plazo está en encontrar el balance o una adecuada combinación entre políticas monetarias contractivas con una política fiscal, que sin 10

ser excesivamente expansiva, mantenga y amplíe programas sociales e incentive la producción de alimentos, particularmente en el amplio sector de la agricultura familiar. Para el mediano y largo plazo, los desafíos serán el logro de una mejor distribución de ingresos y políticas que conduzcan a un crecimiento económico con inclusión social. Con respecto a las medidas de corto plazo que se están tomando, se recomendó tener especial cuidado para que la rebaja de aranceles a la importación de alimentos no compita con los estímulos a la producción nativa. Asimismo, que los programas sociales no deriven en medidas “populistas” y que se procure la vigilancia efectiva de los mismos para evitar su mal uso; y evitar las donaciones de alimentos que compitan con la producción nacional. Por ejemplo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), hace bien en fomentar las compras locales, promoviendo así la soberanía alimentaria. Es reconocido a nivel mundial y en este foro, el deterioro del sector agropecuario y la urgencia de inversión en el mismo. Estudios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consideran que las medidas que presentarían un nivel más bajo de costo fiscal y de distorsión serían las de apoyo a la competitividad agrícola. Estas medidas incentivan la productividad y permiten atender a fallas de mercado, pero deberían contemplar una adecuada coordinación e información. Aunque los resultados se dan en el mediano/largo plazo, estos son más permanentes. En la reflexión sobre las medidas necesarias para aprovechar el potencial de los cultivos andinos, se destacó que los mercados orgánicos constituyen una oportunidad para el desarrollo de dichos cultivos y que los incentivos a la producción y consumo local de estos valiosos productos coadyuvarían


a disminuir los índices de desnutrición crónica. Al respecto se plantearon algunas medidas que contemplan un mayor apoyo político de parte del Estado en sus diferentes niveles, y una participación muy activa de parte de los gobiernos regionales y locales, y del sector privado, en el rescate de los saberes tradicionales, el fomento de los servicios de extensión, el apoyo a la organización de los pequeños productores para su acceso al mercado y la promoción de dietas nutritivas en base a cultivos andinos, entre otros. Sobre la producción de cultivos andinos, se advirtió de los inconvenientes de fomentar variedades seleccionadas, llamadas “mejoradas”. Y de otro lado, se hizo énfasis en procurar inversiones que cuenten con un mercado seguro.

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Ponencia introductoria Factores de la crisis mundial de alimentos y los efectos generales para los países andinos Judith Kuan C. judithkuan@gmail.com CONDESAN

La crisis alimentaria que se está produciendo en el mundo amenaza el logro de la reducción drástica del hambre, el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, firmado por 189 países miembros de la Naciones Unidas en el año 2000. La crisis alimentaria mundial ocasiona que un tercio de los 6 mil millones de habitantes del mundo sufra de hambre crónica y aproximadamente el 50% de la humanidad sufra de diversas formas de malnutrición. Se está produciendo un fuerte deterioro en la calidad, cantidad y frecuencia de la ingesta de alimentos que afecta los niveles de nutrición, especialmente en los niños de los sectores más pobres de la población, con un alto costo social. La situación actual es más grave porque se mezclan fenómenos de carácter estructural o de largo plazo, y otros coyunturales, de corto plazo. 12

Alcances Durante el primer trimestre de 2008, los precios nominales internacionales de los principales productos alimenticios alcanzaron los niveles máximos de los últimos 50 años, mientras que los precios en términos reales fueron los más altos en casi 30 años. Las recientes e importantes subidas de los precios de algunos productos básicos indican una mayor volatilidad e inseguridad en el contexto actual de los mercados. El promedio del índice de precios del primer trimestre de 2008, comparado con su similar del 2007, se ha elevado en 53%. Los aceites vegetales se encarecieron en más del 97% durante el mismo periodo, seguidos por los cereales con un encarecimiento del 87%, los productos lácteos con 58% y el arroz con 46%. Los precios de los productos cárnicos y del azúcar también aumentaron, pero en menor grado. Según el Banco Mundial, los precios de los alimentos se incrementaron en 26% entre 2004 y 2007 y se espera que se mantengan sobre el nivel alcanzado en 2004, hasta el año 2015. Las proyecciones estimadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), prevén también un alza en los valores promedio de los precios de los alimentos hasta el año 2017. El alza del precio de los alimentos traería como consecuencia que 100 millones de personas caigan en problemas de hambre, incrementando los 852 millones que actualmente ya sufren hambre. El impacto negativo afectará sobre todo a las poblaciones en condiciones de pobreza. En el mundo, alrededor de 3 mil millones de personas sobreviven con dos dólares diarios, de los cuales el 80% se


destina a la compra de alimentos. En su Informe 2008, el fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señala que en el mundo mueren diariamente, como promedio, más de 26.000 niños menores de cinco años, siendo la desnutrición la causa subyacente de hasta el 50% de tales defunciones.

Factores que inciden en la crisis mundial de alimentos Son diversos y numerosos los factores que, en mayor o menor intensidad, inciden en la crisis mundial de alimentos. Algunos son factores estructurales y otros temporales, aunque posiblemente por recurrencia y consolidación estos segundos, en algunos casos, se puedan convertir en factores de tipo permanente. Este análisis aún no está del todo claro, y se presentan diferentes posiciones respecto a la relevancia de los factores de incidencia. A continuación, más que sentar una posición, presentamos un ordenamiento que permita la reflexión sobre el tema. Factores temporales El alza de precios de la energía El alza de precios de los combustibles ha incrementado los costos de producción de los productos agrícolas, especialmente en los países desarrollados. En general, el índice de precios de la energía Reuters-CRB, se multiplicó por más de tres veces desde 2003, encareciendo la producción, el transporte y la comercialización de los alimentos. La demanda por biocombustibles El mercado emergente de los biocombustibles constituye una fuente de demanda nueva e importante para algunos productos agrícolas, como el azúcar, el maíz, la yuca, las semillas oleaginosas y el aceite de palma. Estos productos, que se han empleado principalmente como alimento y/o forraje, se están cultivando ahora como materia prima para la producción de biocombustibles. Alrededor de 100 millones de toneladas de cereales se han desplazado del consumo humano a la producción energética. La demanda adicional de maíz (materia prima para la producción de etanol) y colza (materia prima para la producción de biodiesel) ha mostrado el mayor impacto potencial sobre los precios, con mayor efecto en los Estados Unidos, se prevé que más del 30 por ciento de la cosecha de maíz de 2008 se desviará a las destilerías de etanol, y en la Unión Europea, donde se calcula que el sector del biodiesel ha absorbido aproximadamente el 60% de la producción de aceite de colza de los estados miembros en 2007. Los precios reales de los productos básicos tendieron a la baja durante las últimas cuatro décadas, lo que llevó a varios países industrializados (Estados Unidos y de la Unión Europea) a sustituir la siembra de cereales no rentables por productos para la producción de biocombustibles. A medida que crezca la capacidad de producción y aumente el grado de intercambio entre los biocombustibles y los combustibles fósiles desde el punto de vista de la demanda, se puede esperar que las relaciones entre los precios sean aún más estrechas.

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Reducción de la oferta de alimentos (producción, reservas y exportaciones) La reducción en la oferta de cereales se debe a la disminución de la producción en los principales países exportadores, que comenzó en 2005 y continuó en 2006, con una reducción anual del 4 y 7% respectivamente. El rendimiento en Australia y Canadá disminuyó en aproximadamente una quinta parte en conjunto, y en otros países la tendencia fue igual o inferior. Temporalmente, la ocurrencia de catástrofes climatológicas que afectaron a grandes productores de granos contribuyó a la reducción de la oferta. Otro factor atribuible a la reducción de la oferta es la disminución gradual del nivel de reservas, especialmente de los cereales, desde mediados de la década de los 90. Los niveles de las reservas mundiales se han reducido desde el pico de precios altos experimentado en 1995, en un 3,4% de media anual, debido a que el crecimiento de la demanda ha superado a la oferta. Por otro lado, frente a la crisis, muchos países optaron por prohibir o contraer las exportaciones de alimentos, lo que ha elevado aún más los precios. El Banco Mundial ha indicado que 28 países han impuesto prohibiciones a la exportación de alimentos. Presión especulativa y financiera, y subsidios La presión especulativa sobre los productos básicos a raíz de la crisis financiera, el incremento de la liquidez en determinadas partes del mundo, el interés de los fondos de inversiones en los futuros 14

mercados de artículos de primera necesidad o ‘commodities’, así como la especulación de grandes ‘broker’ en la oferta de alimentos, han influido en el alza de precios de los alimentos. En algunos mercados agrícolas, la mayoría de productos se expresa en dólares americanos, y debido a la devaluación de esta moneda frente a otras divisas durante los últimos años, se han producido perjuicios en sus evoluciones. Asimismo, el recurrente mantenimiento de altos niveles de subsidio y de protección a la producción agropecuaria por parte de los países industrializados, continúan distorsionando la transparencia de los precios del mercado, presionando en el alza de los precios de los productos básicos. Factores estructurales El crecimiento de la población y la urbanización Desde hace cinco décadas la población mundial ha aumentado en 2.6 veces, con un crecimiento de 78.5 millones de personas cada año. Las proyecciones poblacionales estiman que al año 2020, la población mundial alcanzará los 8.9 mil millones de habitantes. La FAO prevé que para satisfacer las necesidades de alimentos de la población mundial, se requerirá producir 50% más al año 2015. De otro lado, durante el presente siglo se está produciendo una migración galopante hacia las zonas urbanas. Von Braun (2007) indica que la población urbana mundial ha venido creciendo más que la población rural, y se prevé que en las próximas tres décadas el 61% de la población mundial viva en zonas urbanas. El proceso de urbanización va acompañado con cambios en el estilo de vida, que demandan más recursos energéticos y mayor consumo de alimentos no propiamente nativos.


El desarrollo económico y los cambios en la dieta Durante los últimos cincuenta años, el Producto Bruto Interno (PBI) se ha incrementado 7.7 veces; a su vez, las relaciones económicas y comerciales han cambiado drásticamente, con una mayor velocidad en las comunicaciones, con avances científicos y tecnológicos, y cambios en los estilos de vida. El incremento en la capacidad adquisitiva de las poblaciones de clase media de los países emergentes, como China e India, demandan más alimentos, especialmente productos cárnicos que requieren una mayor extensión de tierra agrícola para su producción. Generalmente se ha considerado que el mayor incremento en la demanda de cereales proviene de China e India, sin embargo, desde 1980, las importaciones de cereales de estos dos países han mostrado una tendencia a la baja, con un descenso medio anual del 4%; además, la política de China está orientándose al autoabastecimiento de granos. La situación de los cultivos de aceite es diferente, ya que desde 1996 se ha experimentado un aumento significativo de las importaciones de semillas oleaginosas, harinas oleaginosas y aceites en estos dos países. Cabe resaltar que pese al alza de los precios, el consumo mundial de alimentos y forraje continúa mostrándose fuerte, con una suave elasticidad en la demanda. El cambio climático El Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (2007) afirma que la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero se ha incrementado como resultado de la actividad humana. La acumulación del CO2 se considera como la principal causa del cambio climático en el planeta. Las perspectivas no son nada optimistas y es probable que continúen sucediendo alteraciones climatológicas como sequías, inundaciones y huracanes, producto del incremento de la temperatura media global y otros fenómenos. Respecto a la oferta de alimentos, los mayores efectos del cambio climático en Australia, China, Bangladesh y Vietnam, han provocado drásticas caídas en la oferta de cereales. En el Protocolo de Kyoto los países se comprometieron a reducir en 8% las emisiones de CO2 entre 2008 y 2012, pero aún los compromisos efectivos no son del todo sólidos.

Referencia de efectos generales de la crisis en los países andinos La crisis mundial de alimentos implica nuevos retos que los países andinos deberán afrontar, pero también abre nuevas oportunidades para su desarrollo. A continuación resaltamos las oportunidades y fortalezas más importantes, así como las amenazas y riesgos que podemos considerar en el análisis de esta situación. Oportunidades y fortalezas Mayor demanda de alimentos La mayor demanda de productos alimenticios, tanto por parte del mercado interno como del externo,

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puede ser una oportunidad para los pequeños productores, aunque con algunas limitaciones en cuanto al efectivo aprovechamiento del alza de los precios de los productos agropecuarios por este sector, debido, principalmente, a las inequidades en las cadenas de valor y a la falta de transparencia en las relaciones comerciales. Por otro lado, existen limitaciones en el corto plazo, para poder incrementar la oferta productiva. Es conocido que el desarrollo de la actividad agraria en nuestros países no siempre ha contado con la prioridad de inversión de los gobiernos (principalmente en infraestructura y tecnología de producción, almacenamiento, comercio y transporte), por lo que es necesario analizar qué medidas se requieren implementar para aprovechar mejor la oportunidad que supone el incremento en la demanda de alimentos y que el beneficio llegue a los pequeños productores. Gran biodiversidad y organización comunal en los países andinos Los países andinos concentran el 25% de la biodiversidad de la Tierra, con 84 de las 114 zonas de vida del planeta y 28 de los 34 climas del orbe. La producción de cultivos andinos, marca una magnífica oportunidad en la sustitución de importaciones y abre posibilidades para las exportaciones. Por su mayor contenido de nutrientes y menores costos de producción, constituyen una alternativa interesante para el suministro local y nacional de alimentos de calidad. 16

Por otro lado, la organización de tipo comunal en las zonas rurales representa una fortaleza para hacer frente a problemas de hambre y es favorable para el desarrollo de cultivos andinos. Amenazas y riesgos Pobreza estructural (con alta desnutrición crónica) De acuerdo a cifras de la FAO, las condiciones de subnutrición1 en los países de la CAN han descendido de 24% a 13% en los períodos 1990-1992 y 2001-2003, respectivamente. Este es un logro importante, pero la subnutrición andina aún se ubica por encima de los niveles promedio alcanzados en América del Sur y en América Latina y el Caribe, en general. Además, hay que tener presente que dado los altos índices de desigualdad en la distribución del ingreso, en los países andinos se ha generado una situación de pobreza estructural, con altos niveles de pobreza extrema, inseguridad alimentaria y desnutrición crónica en niños menores de cinco años. Las condiciones de pobreza y extrema pobreza son más graves en las zonas rurales y en las zonas urbano-marginales, donde los indicadores de pobreza y desnutrición se mantienen casi inalterables e, incluso, se han visto agravados en algunos casos. La población rural acumula el 47% de la población en extrema pobreza de la región. El Informe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas ha identificado dos países de la región andina con crisis alimentaria potencial: Bolivia y Ecuador. Bolivia es el país de la CAN con los niveles más altos de subnutrición (23% para el periodo 2002-2004). 1. Porcentaje de población en condiciones de subnutrición sobre la población total.


Inflación y alza de precios de los alimentos en mayor porcentaje Estudios efectuados por el Instituto Internacional de Investigación sobre políticas Alimentarias (IFPRI) señalan que en América Latina, donde existe una elevada participación de los alimentos en el Índice de Precios al Consumidor (entre 23% a 50%), el alza de los precios de los alimentos ha presionado el alza de la inflación general interna. Sectores más vulnerables Las familias pobres de las ciudades y aquellos pobladores de las zonas rurales que son predominantemente compradores netos de alimentos, serán los más perjudicados. En las poblaciones pobres, el consumo por alimentos representa el 80% del gasto. Muchas veces la limitación no está en la ‘disponibilidad’ de alimentos, si no en el ‘acceso’ a los alimentos por parte de las poblaciones menos favorecidas. En forma análoga, los países importadores netos de alimentos, como grasas, granos y lácteos e importadores netos de energía, serán los más afectados. Cambio climático La progresiva pérdida de los glaciares en los países andinos, el incremento promedio de la temperatura del aire y de los océanos, la elevación del promedio global del nivel del mar y la mayor frecuencia e intensidad de desastres naturales, expresan el cambio climático que amenaza a la región.

¿Qué medidas son necesarias en los países andinos? Es necesario reflexionar sobre los diferentes tipos de medidas que se requerirán implementar en el corto y mediano plazo en la región andina. La FAO recomienda “adoptar de forma inmediata un enfoque de doble componente con el objetivo de i) mitigar el impacto del elevado precio de los alimentos y los combustibles sobre los grupos de población más débiles mediante redes de seguridad y transferencias directas, y ii) implementar políticas y programas destinados a promover el desarrollo rural y agrícola a corto y largo plazo”. En forma similar, los economistas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomiendan, pensando en el mediano y largo plazo: “el despliegue de intervenciones estratégicas e inversiones públicas en el sector agrícola, así como un replanteamiento del proceso de industrialización y un mejor equilibrio entre políticas económicas y sociales”. Para la reflexión en esta conferencia electrónica, sirve como referencia la guía de medidas de política de la FAO y su aplicabilidad para los Andes, que contempla: i) medidas comerciales, ii) medidas a favor de los consumidores (políticas impositivas, políticas de gestión del mercado, redes de seguridad y otras medidas a favor del ingreso disponible), y iii) medidas a favor de los productores (gestión del mercado y apoyo a la producción). A ello se suma el material preparado por nuestros conferencistas y panelistas.

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Bibliografía • BM, 2008. Informe sobre seguimiento mundial 2008. • CAN, 2008. El Cambio Climático no tiene Fronteras – Impacto del Cambio Climático en la Comunidad Andina. • CEPAL, 2005. Hambre y desigualdad en los países andinos. La desnutrición y la vulnerabilidad alimentaria en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. • FAO, 2008. Conferencia de Alto Nivel Sobre La Seguridad Alimentaria Mundial: Los Desafíos del Cambio Climático y la Bioenergía, Roma, 3–5 de Junio de 2008. Aumento de los Precios de los Alimentos: Hechos, Perspectivas, Impacto y Acciones Requeridas. • FAO, 2008. Panorama del Hambre en América Latina y el Caribe 2008. • FAO-OCDE, 2008. Informe: Perspectivas Agrícolas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. • ONU, 2008. Informe Económico y Social 2008 del departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas. • SELA, 2008. Reunión Regional de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe. • UNICEF, 2008. Informe Anual. 18

• Von Braun, 2007. The World Food Situation – New Driving Forces and Required Actions.


Tema I Principales factores de la crisis alimentaria que inciden en los países andinos y sus efectos ¿Cuáles son los factores que generan la crisis alimentaria mundial que más afectan a la población andina y cómo la afectan?

Conferencia del Tema I Nota aclaratoria: En la conferencia electrónica, el Dr. Máximo Torero presentó su ponencia a través de una presentación power point. La exposición completa está disponible en http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24368. Como documento de referencia el Dr. Torero presentó el artículo del IFPRI, del cual destacamos las principales ideas, que se presentan a continuación:

Los altos precios de los alimentos: El ‘qué’, ‘quién’ y ‘cómo’ de las acciones de política propuestas Material resumen tomado de IFPRI2

Introducción Durante los últimos años, el marcado incremento de los precios de los alimentos ha generado serias preocupaciones sobre la situación alimentaria y nutricional de la población a nivel mundial, especialmente en los sectores pobres de los países en desarrollo, al igual que sobre la inflación y, en algunos países, los disturbios civiles. Para la población en situación de pobreza lo que realmente importa es el efecto en el poder adquisitivo. Parte de este efecto se refleja en la proporción decreciente entre los salarios de la mano de obra no calificada y los precios de los alimentos. El súbito incremento de los precios de los alimentos se ha transmitido en distintos grados desde el mercado internacional a los mercados locales, también ha ejercido un impacto directo en la inflación en general, ya que los alimentos son un componente importante dentro de la canasta básica. En América Latina, donde los alimentos equivalen al 23 y 50% del índice de precios al consumidor, la inflación en los precios de los alimentos ha alcanzado los dos dígitos. Los gobiernos nacionales y los actores internacionales están tomando varios pasos para intentar minimizar los efectos del aumento de los precios internacionales sobre los precios internos, al igual que para mitigar el impacto en grupos específicos. Es probable que algunas de estas acciones

2. Este material ha sido tomado de la publicación del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI)- Perspectiva de Políticas Alimentarias • Mayo 2008. Autores: Joachim von Braun, con la contribución de: Akhter Ahmed, Kwadwo Asenso-Okyere, Shenggen Fan Ashok Gulati, John Hoddinott, Rajul Pandya-Lorch, Mark W. Rosegrant, Marie Ruel, Máximo Torero, Teunis van Rheenen, Klaus von Grebmer.

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contribuyan a estabilizar y a disminuir los precios de los alimentos, mientras que otras podrían ayudar a ciertos grupos a expensas de otros, o incluso contribuyan a que los precios de los alimentos sean más volátiles y distorsionen gravemente el comercio. Lo que realmente se necesita son acciones más eficaces y congruentes para ayudar a las poblaciones más vulnerables a enfrentar el aumento drástico e inmediato de sus gastos en alimentos, ayudar a los agricultores de los países en desarrollo a responder con rapidez ante la oportunidad que presenta una mayor demanda de sus productos, y a lograr una mayor estabilidad para los mercados de alimentos sumamente volátiles.

Fuentes y características del incremento en los precios “La combinación de nuevas y continuas fuerzas está rigiendo la situación alimentaria mundial y, a su vez, los precios de los alimentos. El aumento en los precios de la energía y la producción subsidiada de biocombustibles, el aumento del ingreso y el crecimiento de la población, la globalización y la urbanización se encuentran entre las fuerzas más importantes que contribuyen a un aumento en la demanda. En el lado de la oferta, las limitaciones de tierra y agua disponibles, la inversión insuficiente en infraestructura rural e innovación agrícola, la falta de acceso a los insumos, y las alteraciones climáticas están perjudicando el crecimiento de la productividad y la respuesta productiva necesaria. Entre 2000 y 2007, la demanda de cereales superó su producción y, por consiguiente, se han 20

reducido las reservas. Es muy probable que continúe aumentando la demanda de productos agrícolas para consumo final, como alimento de ganado y de aves, y para la producción de combustible. Los riesgos asociados con el cambio climático y la creciente demanda de energía podrían acelerar de nuevo los precios de los alimentos en el futuro. Ciertas políticas específicas de mercado y comerciales, tales como la prohibición de las exportaciones y los subsidios a las importaciones añaden una mayor volatilidad al mercado internacional de alimentos. Es importante tener presente que los factores que desempeñan un papel de importancia en la crisis actual son de naturaleza variable —algunos son cíclicos, mientras que otros son estructurales y otros son muy singulares— y pueden cambiar, tal como lo muestran experiencias anteriores de auges en el precio de los productos básicos, como el que se produjo en 1974.”

Propuestas de acciones políticas “La complejidad de las causas de la actual crisis alimentaria y agrícola requiere de una respuesta integral. En vista de que es urgente prestar asistencia a las poblaciones y los países necesitados, la primera serie de acciones de política —un paquete de emergencia— consiste en varios pasos para generar un impacto inmediato: 1. Incrementar las acciones de emergencia y la ayuda humanitaria para incluir a las poblaciones que experimentan inseguridad alimentaria y a las que amenazan la legitimidad gubernamental; 2. Eliminar la prohibición y las restricciones a las exportaciones agrícolas;


3. Emprender programas que rápidamente permitan expandir la oferta alimentaria en áreas clave; y, 4. Modificar las políticas de los biocombustibles. Una segunda serie de acciones de política —un paquete de resiliencia socioeconómica— consiste en los siguientes pasos: 5. Proveer tranquilidad en los mercados mediante una regulación de los movimientos especulativos a través de instrumentos de mercado, reservas públicas y compartidas de granos, un mayor financiamiento para la importación de alimentos, y una ayuda alimentaria confiable; 6. Invertir en protección social; 7. Incrementar paulatinamente las inversiones para un crecimiento agrícola sostenido; y, 8. Concluir las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La inversión en estas acciones requiere de recursos adicionales. Las instancias decisorias deberán considerar la movilización de recursos provenientes de cuatro fuentes: los países que se han beneficiado del auge de los ‘commodities’ agrícolas; la comunidad de países donantes, tanto tradicionales como nuevos; impuestos proporcionales, directos o indirectos, y la reasignación del gasto público en los propios países afectados; y la movilización de los recursos financieros del sector privado, lo que incluye una ampliación en la cobertura de los servicios financieros para la agricultura. Debido a las diversas situaciones que enfrentan, los mismos países deben dirigir y apropiarse del diseño de los programas. La rendición de cuentas en cuanto a una implementación acertada también deberá recaer en los países. Al mismo tiempo, se necesita una nueva estructura internacional de gobernabilidad para la agricultura, la alimentación y la nutrición, a fin de implementar de forma eficaz las iniciativas descritas, especialmente los componentes relativos a los bienes públicos internacionales. También es necesaria la acción, tanto en el ámbito mundial como nacional, a través de los mecanismos existentes, iniciativas especiales muy bien coordinadas y posiblemente un fondo especial. La movilización de recursos y la implementación Se deben tomar en consideración cuatro áreas para la movilización de recursos: 1. Los países que han resultado ser los grandes beneficiados del auge de los productos básicos deben responder a un llamado ético de compartir su nueva riqueza con los más pobres. A pesar de que este paso es en parte un llamado a la caridad, también representa una forma sensata de utilizar el capital para inversiones a largo plazo. Los países beneficiados no sólo incluyen a los países ricos en petróleo y minerales, sino también a los países ricos en potencial para las exportaciones agrícolas. 2. La comunidad de países donantes ricos —tradicionales y nuevos— debe ampliar su asistencia a la agricultura, la alimentación y la nutrición, conjuntamente con la agenda de acciones descritas anteriormente. 3. Dentro de los países afectados —aún los de bajos ingresos— se necesita la reasignación del presupuesto y el establecimiento apropiado de impuestos proporcionales, tanto directos como

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indirectos, para financiar la mitigación del impacto de la crisis de los precios en las poblaciones pobres. 4. La mayoría de las necesidades de inversión en la agricultura requerirá de la movilización del financiamiento del sector privado, lo que incluye una ampliación en la cobertura de los servicios bancarios en las zonas rurales. Para ello, también es necesario contar con el apoyo adicional de las finanzas públicas.

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Comentarios del panel al Tema I Comentarios a la presentación “Principales factores de la crisis alimentaria que inciden en los países andinos y sus efectos” realizada por Máximo Torero, IFPRI Por Fidel Jaramillo Asesor Económico Regional. Departamento de Países Andinos Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

El estudio de Máximo Torero es muy oportuno e informativo. Presenta una reflexión detallada sobre las tendencias actuales de los precios de los alimentos, sus causas y sus consecuencias, en particular el impacto sobre la población más vulnerable del planeta. Hace una taxonomía muy completa de las posibles acciones de política tendientes a mitigar el impacto adverso de este shock, describiendo el contenido, el alcance y los responsables de cada conjunto de iniciativas. En general, coincidimos con el diagnóstico y la caracterización de este fenómeno y sus repercusiones sobre la economía y población mundial. Únicamente, tenemos comentarios puntuales que hacemos más adelante. En cuanto a la prescripción de acciones globales, el documento es acertado y muy amplio, pero podría beneficiarse con un análisis de priorización, que muestre ventajas y desventajas de diferentes alternativas, así como la secuencia y viabilidad de su implementación. A continuación, unos comentarios puntuales:

Evolución de los precios Análisis realizados en el Banco coinciden con el diagnóstico presentado por el IFPRI. En efecto, los precios de los alimentos han alcanzado un máximo histórico respecto a los últimos 50 años. Esto se ha dado principalmente por un fuerte incremento en los dos últimos años. A pesar de ello, en términos reales, no se aprecia un aumento generalizado del precio de los alimentos básicos. Algunos, incluso están por debajo de los máximos históricos. Si bien el pronóstico de precios es complejo, parece razonable asumir que el nivel actual podría mantenerse para los próximos años. Sin embargo, queremos ser cautelosos y advertir que también existe el riesgo de reversión, en particular si las condiciones de la demanda internacional se modifican por la desaceleración de la economía global. De hecho, en los últimos meses varios precios de productos básicos —incluyendo el petróleo— han registrado una tendencia a la baja. Esta advertencia es relevante por las consecuencias adversas que podría tener sobre políticas de estímulo a la oferta agrícola o productores que asumen obligaciones e inversiones anticipando un determinado nivel de precios que no sea sostenible en el futuro.

Principales causas Existe actualmente un consenso generalizado de que los precios de los alimentos han aumentado

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por una coincidencia de varias causas tanto de oferta como demanda en una escala global. Estos factores se refieren al aumento de los precios de la energía, especialmente el petróleo; incremento de la demanda de alimentos por parte de países como China e India (tanto cantidad como variedad); restricciones de oferta debido a desastres naturales asociados al cambio climático; y la reducción de la producción de ciertos alimentos, como el maíz, a favor de los biocombustibles. Existe también cierta preocupación sobre las prácticas especulativas en los mercados de futuros en los alimentos. Dada la alta liquidez global y la incertidumbre en los mercados financieros principales, los índices de commodities se han convertido en refugios de valor. El estudio del IFPRI le da una menor importancia a este factor, pero parecería necesario hacer un estudio empírico del tema para ser más concluyente al respecto.

Consecuencias El estudio de Torero se concentra en el impacto del aumento de los precios de los alimentos sobre los pobres. No obstante, existen otras consecuencias a nivel del sector externo, fiscal y productivo que podrían afectar las economías de la región y que eventualmente podrían, incluso, hacer más compleja la respuesta de política pública. Por ejemplo, en los países importadores netos de alimentos y petróleo, como los centroamericanos, 24

el shock de precios ha deteriorado notablemente su déficit de cuenta corriente y su balance fiscal, presionando sus necesidades de financiamiento y limitando su capacidad de gasto. En estas circunstancias, la factibilidad de llevar adelante políticas —como mayor protección a los más pobres, sugerida por el IFPRI en su sección de recomendaciones— es mucho más compleja. Parecería importante relacionar las restricciones macroeconómicas que este fenómeno está agudizando con la capacidad de respuesta de los gobiernos —y necesidades de apoyo multilateral— para atender esta crisis. Es importante, además, reconocer que el impacto de este fenómeno ha sido asimétrico dependiendo de las condiciones particulares de los países. En el caso de los países andinos, coincidimos que el impacto es diferente pues todos ellos son exportadores netos de alimentos, con excepción de Venezuela, que en cambio se ha beneficiado notablemente del aumento del precio del petróleo. Además, otros precios de productos de exportación de la región también han aumentado, como los minerales. Sin embargo, los países andinos no están especializados en los productos cuyos precios han sido más dinámicos, como los cereales. Con excepción de Bolivia, el resto de andinos es deficitario en casi todos los productos, por lo que estos bienes han soportado similares presiones al alza. De acuerdo a un estudio del BID3 (2008), la evolución de los precios de seis productos alimenticios básicos (trigo, arroz, soya, carne, maíz y azúcar) —que son los componentes esenciales de la canasta 3. BID (2008): “Incremento en los Precios de los Alimentos: Experiencia del Perú y los Países Andinos”, presentación realizada por Fidel Jaramillo, Lima, julio 2008.


alimenticia— explica en buena parte las presiones sobre la inflación general en la región. La información presentada por Máximo Torero llega hasta febrero de este año. Desafortunadamente, la tendencia ha empeorado en toda la región y ha pasado a ser el factor de mayor preocupación en cada uno de los países andinos. Adicionalmente, siendo la inflación básicamente causada por un choque externo que está fuera de control de las autoridades económicas, los instrumentos monetarios tradicionales —como aumento de las tasas de interés y otras políticas restrictivas— están probando no ser tan efectivos. Habiendo señalado esto, también es importante reconocer que políticas macroeconómicas expansivas e inconsistentes, podrían empeorar cualquier tendencia inflacionaria originada por aumentos de precios internacionales de los alimentos. Como bien señala el IFPRI, la consecuencia más grave es el impacto sobre los más pobres. Como se observa en el gráfico inferior, el decil más pobre en los países de la región destina entre el 59% y 73% de sus gastos totales para la compra de alimentos. De allí que cualquier incremento en estos precios tenga un impacto dramático sobre el bienestar de la población más vulnerable.

Porcentaje de gastos de alimentos sobre gasto total de los hogares Decil Bolivia Colombia Ecuador 1 72 73 59 2 69 64 56 3 66 62 54 4 63 58 51 5 61 55 47 6 57 52 44 7 53 50 40 8 50 45 33 9 44 42 25 10 31 31 14 Pobre 61 59 55 No Pobre 40 48 30 Urbano 44 50 30 Rural 67 64 47 Fuente: BID (2008)

Perú 69 66 63 58 55 52 48 45 40 27 60 39 38 63

De acuerdo a estimaciones del BID, haciendo un ejercicio hipotético que asume un aumento de 30% en el precio de los alimentos y mantiene todas las demás variables constantes, el impacto sobre la pobreza en la región sería significativo. En el caso de Bolivia, la incidencia de pobreza aumentaría en 6.9 puntos porcentuales; en Colombia aumentaría en 3.3 puntos, en Perú, 3.2 y en Ecuador, 2.7. (No tuvimos acceso a datos para hacer el mismo ejercicio para Venezuela). Esto implicaría a grandes rasgos que la relación entre la reducción de pobreza y el aumento de alimentos en la

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región andina está en torno a 0.2. Así, por cada 10% en el aumento en el índice de precios de los alimentos se podría esperar un efecto directo inmediato de 2 puntos porcentuales de incremento de la incidencia de pobreza. Además de los más pobres, es clave no olvidar aquellos que no eran pobres y que ahora sí podrían llegar a serlo, y los pobres moderados que ahora podrían ser pobres extremos. La crisis alimenticia puede afectar tanto la cantidad como la intensidad de la pobreza. Dado que los mecanismos de protección social no son iguales para todos los pobres y, sobre todo, no se adaptan rápidamente a cambios de circunstancias, hay un sector importante de ‘nuevos pobres’ y ‘nuevos más pobres’ que el análisis y las políticas no pueden obviar.

Recomendaciones El documento presenta una serie de recomendaciones muy plausibles agrupadas en 8 conjuntos de acciones que a su vez podrían presentarse en tres áreas principales: políticas de compensación y protección social; políticas de estímulo a la oferta e inversión agropecuarias; políticas de comercio. En general, este conjunto de recomendaciones recoge un creciente consenso en el sector académico y en los organismos internacionales y es difícil estar en desacuerdo. Sin embargo, 26

combina propuestas muy concretas y muy importantes —como la atención a madres embarazadas y niños menores de dos años— con otros temas muy ambiciosos y complejos, como completar la Ronda de Doha. El documento se beneficiaría mucho si añade una discusión sobre la priorización de acciones y la viabilidad de implementarlas en el corto y mediano plazo. Al hacerlo, sería importante dejar en claro las restricciones fiscales en muchas de las acciones, así como otras limitaciones de economía política. Igualmente, es clave reconocer que no todas las acciones tienen igual impacto y costo, y que la reacción de política puede ser diferente dependiendo de si el shock de precios de alimentos es transitorio o persistente. Las acciones sugeridas también mencionan políticas que se deberían evitar, como controles de precios y prohibición de exportación. Si bien hay un creciente reconocimiento sobre las distorsiones que este tipo de medidas introducen, sería interesante argumentar mejor el por qué. Más allá de hacer una lista de medidas deseables, se podría hacer un análisis de las ventajas y desventajas de diferentes alternativas y justificar mejor aquellas identificadas como superiores. Algunos países han reaccionado a la actual crisis alimenticia a través de políticas como controles de precios o restricción a las exportaciones que pueden tener impacto en el corto plazo, pero sin considerar implicaciones en el mediano plazo en términos de menores incentivos a la producción. Una reflexión reciente realizada en el BID plantea una clasificación de políticas que podría ayudar a la discusión.


Distorsiones

Costos fiscales BAJOS

Costos fiscales ALTOS

BAJAS

ALTAS

• Apoyo a competitividad agrícola • Control de precios, restricción a exportaciones Atiende fallas de mercado, problemas de coordinación Pueden llevar a una disminución inmediata de los e información. Incentiva productividad, pero precios de los alimentos, pero ricos son los más resultados se dan en el mediano/largo plazo, y beneficiados, desestimula la oferta y desaprovecha podría derivar en captura de rentas y/o subsidios ingresos por exportaciones directos a productores • Transferencias o subsidios focalizados (monetarias • Subsidios a alimentos, insumos y/o importaciones condicionadas) Pueden llevar a disminución de precios (dependiendo de Son focalizadas para grupos vulnerables, pueden elasticidades), pero además de su costo y sostenibilidad, ampliar su cobertura e indexarse, pero: ¿sostenibilidad? es regresivo y puede afectar a producción doméstica ¿reversibilidad? Fuente: BID (2008): “Incremento en los precios los alimentos: experiencia del Perú y los Países Andinos”, presentación realizada por Fidel Jaramillo, Lima, julio 2008

Comentarios al Tema I “Principales factores de la crisis alimentaria que inciden en los países andinos y sus efectos” Juan Carlos García Cebolla Coordinador Proyecto Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre. FAO

Un cambio de tendencia y una crisis Tras varias décadas en que los precios de las materias primas alimentarias mantenían una tendencia de fondo a la baja, podríamos estar ante un cambio de tendencia que implicará precios al alza durante un período prolongado y en todo caso precios promedio sensiblemente superiores a los de la última década del siglo veinte. Esa posibilidad no ha sido considerada de un modo serio hasta que la aceleración y la volatilidad de los precios acontecida durante 2007 y la primera mitad de 2008 han puesto en graves dificultades a casi todo el mundo, inclusive a países productores y exportadores de materias primas alimentarias. El análisis de las causas tuvo un primer momento en el que se impuso un cierto aire de búsqueda de culpables. Incluso, desde la justa indignación por las consecuencias de la carestía sobre los más vulnerables, se planteó el análisis en términos morales que añadían resonancia al debate pero no aclaraban lo sustancial y dejaban de lado aspectos relevantes, de modo que rápidamente se formaron bandos a favor o en contra de determinados argumentos. Conforme nos vamos alejando de ese primer momento vamos encontrando análisis cada vez más ricos y más ponderados que nos permiten ir comprendiendo mejor lo sucedido y pensar en políticas que ataquen a los problemas de un modo efectivo. La aportación del Dr. Máximo Torero y de IFPRI en ese sentido es clara y valiosa. El cambio de tendencia, si no hubiera venido acompañado de otros fenómenos más peligrosos nos hubiera planteado un escenario mixto de problemas y oportunidades que, de un modo simplificado, se podría resumir en un incremento de dificultades en las áreas urbanas con pobreza, impactos positivos

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sobre zonas y grupos rurales mejor situados y conectados al mercado, ventana de oportunidades para pobres rurales menos conectados a mercados e impactos negativos sobre consumidores rurales netos de alimentos. Escenario que en términos globales podría haber sido considerado como alentador por cuanto hubiera implicado que, en parte, los problemas vendrían derivados de que hemos avanzado en la solución de alguno de los problemas (crecimiento y cambio de la demanda por una mejora de la capacidad adquisitiva de amplias capas en los países en desarrollo, reducción de los excedentes subsidiados y las distorsiones que producían en los mercados mundiales), y se abrirían oportunidades para los sectores más castigados durante las últimas décadas. Quedarían de manifiesto algunos retos como volver a disponer de mecanismos de intervención efectivos en las áreas rurales para poder transformar las oportunidades en realidades (extensión, I+D adaptados a las necesidades de las áreas rurales incluyendo las remotas y desfavorecidas), un déficit de inversión en infraestructuras, la necesidad de desarrollar estrategias y adaptaciones para paliar los efectos del cambio climático y la creciente antropización del medio. Al cambio de tendencia se han sumado otros factores que amenazan con crear amplios impactos en todos los sectores y grupos: una velocidad en el incremento de precios (inflación) que deja sin posibilidad de reacción a los más pobres y una fuerte volatilidad. Ello genera, a su vez, una profunda desestabilización de las economías de los países y de las familias debido, de una parte a que los 28

efectos de la volatilidad agregada tienen rápidas repercusiones sobre la inequidad de los ingresos: por el lado negativo afectan más a los más pobres, causando una mayor erosión de su poder de compra y, por el positivo, apenas les benefician cuando generan incrementos de ingresos en términos agregados, los cuales son capturados en su mayoría por los grupos de ingresos más altos. De otra parte, la destrucción o pérdidas de activos asociados a la volatilidad de la producción —por ejemplo ganado que debe ser sacrificado o vendido— tienen efectos permanentes sobre la distribución de ingresos y, en consecuencia, sobre el acceso a bienes y servicios por parte de los pobres.

Por favor no maten a los malos de la película De entre esos elementos coyunturales hay dos que ameritan un comentario específico: la incidencia de los denominados agro o biocombustibles y la especulación y su representación en los mercados de futuros. La producción de agro o biocombustibles tiene un efecto sobre la distribución total de recursos (tierra, agua, insumos) y en la producción total y el precio de las materias primas alimentarias. Pero en lo que se refiere al fuerte aumento y a la volatilidad de los precios acontecidos en los últimos años, y más claramente 2007 y 2008, el papel de cada uno de los cultivos y de los diferentes actores ha sido muy distinto. Es difícil encontrar algún elemento que ligue la producción de etanol a partir de caña con los fenómenos fuertes del alza de precios. La producción de combustible biodiesel, por su limitado volumen actual, ha debido tener un impacto bastante limitado en términos de afección al mercado


de grasas y aceites comestibles. No obstante, las regulaciones que pretenden expandir artificialmente su uso y el del etanol como combustibles para el transporte tienen el efecto de crear una expectativa de precios altos (sostenidos con intervenciones regulatorias y subvenciones) para las materias primas alimentarias asociadas a esa producción, y de crear las condiciones para un incremento de la negociación en los mercados de futuros sin vinculación con la finalidad de aseguramiento de precios por parte de los productores y operadores de los mercados físicos de dichas materias primas. Más clara es la vinculación del maíz, donde la producción de Estados Unidos y sus exportaciones constituyen una fracción muy relevante del mercado mundial, y donde desde 2002 la fracción de la producción de maíz se ha destinado a la producción de etanol. De este modo, el maíz destinado a la producción de etanol entre 2002 a 2007 ha supuesto el 30% del incremento del consumo mundial de cereales, excluido el arroz, en ese periodo. Las recientes regulaciones que pretenden expandir el uso de biocombustibles, básicamente las de Estados Unidos y la Unión Europea, son el nexo entre mercados de futuros y los biocombustibles en cuanto su incidencia en el alza de precios. A la especulación en los mercados de futuros se le ha atribuido un papel muy importante, pero es difícil entender cómo los futuros pueden transmitir directamente el precio a los productos cuando los contratos de futuros en su mayor parte se liquidan sin comercio físico del producto. Algunos autores han refutado esa posibilidad mediante dos argumentos. El primero es que haría falta que la especulación derivara en acaparamiento y en consecuencia en un aumento de inventarios, el cual no parece detectarse. El segundo es que en los últimos años se han producido frecuentes e importantes desacoples entre el precio de liquidación de contratos de futuros y los precios de los mercados con presencia de mercancía. El caso del arroz parece indicar que las restricciones a la exportación en unos casos y en otros, de compras masivas por parte de algunos gobiernos han sido las causas principales del brusco y acelerado encarecimiento que se produjo a final de 2007 y en el 2008. Si a ese efecto le sumamos el de una comunicación poco matizada, que en marzo y abril del 2008 saturó los medios de comunicación, y dio lugar a fenómenos de acaparamiento a nivel micro, con familias comprando en una semana el arroz que consumen en dos años y la cadena de supermercados más grande del mundo teniendo que limitar la cantidad de arroz que vendía a cada cliente, podemos encontrar a un par de grupos de especuladores bien intencionados que parece que tuvieron mucho más que ver con el alza de esos precios que algunos de los sospechosos habituales. Necesitamos conocer bien las causas para poder tomar decisiones efectivas, por ejemplo la prohibición de los mercados de futuros para productos alimentarios en la India no ha dado lugar a ningún efecto deseado. Los biocombustibles además de una opción que puede mejorar la economía de muchas regiones (moralmente no parece que sea peor que el cultivo del tabaco o el uso de granos para producir bebidas de alta graduación alcohólica), pueden formar parte de la solución para el desarrollo de zonas remotas autoabasteciéndolas de combustible y facilitando el desarrollo de actividades de transformación (valor

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añadido) que precisan de fuentes fiables de energía. Mercados de futuros mejor regulados pueden formar parte de un sistema de seguros que permita reducir la volatilidad de ingresos y/o costes para sectores crecientes de los productores rurales, así como para los programas alimentarios institucionales —emergencias, grupos vulnerables— y, a más largo plazo, ser elementos de base para crear sistemas de reservas virtuales u otros mecanismos estabilizadores del mercado en la línea de la propuesta de Braun y Torero (IFPRI Policy brief 4. Junio 2008). Diversos autores han ya señalado el papel de las políticas monetarias ligadas al dólar y su fuerte devaluación, es decir los Estados Unidos y los países que han sostenido el elevado déficit comercial comprando instrumentos del tesoro de Estados Unidos, así como los países que se han movido con el dólar para no afectar sus exportaciones. El efecto negativo de esas políticas ha resultado aún mayor debido a las inyecciones de liquidez a los sistemas financieros para gestionar las crisis financieras derivadas del sector inmobiliario en gran parte del área de OCDE. Hay que señalar que cualquier regulación sobre los mercados de futuros que busque evitar sus fallas será ineficaz si previamente no se estabilizan los mercados financieros internacionales.

Efectos en los países andinos 30

En el corto plazo los efectos en los países andinos se han manifestado en: • Erosión del saldo positivo de la balanza comercial de alimentos dado el fuerte peso de las materias primas alimentarias que más se encarecieron (granos, carnes, lácteos y grasas) entre los alimentos importados, mientras que los principales rubros de exportación de alimentos de Ecuador, Perú y Colombia se sitúan en sectores que han crecido más moderadamente (tropicales, frutas, pescados y mariscos). En el caso de Venezuela, el saldo negativo se incrementa y las importaciones de alimentos (medidas en dólares corrientes) crecieron el 2006 y 2007 a niveles próximos al 40% anual. • Fuerte aumento del costo de la alimentación y erosión del poder adquisitivo, con especial incidencia en los más pobres consumidores netos de alimentos: pobres urbanos y pobres rurales sin tierra. En Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia los pobres dedican del 55% al 60% de sus ingresos a comida. Ello implicará un incremento de los niveles de pobreza, según los países de entre 2 y 5 puntos porcentuales. • Incremento del costo de las políticas sociales por aumento de costos en los programas de alimentos, incremento de la base de población elegible en los programas de transferencia de renta y, en algunos casos, incremento de los costos de los programas de transferencia por ajuste de las transferencias para absorber parte del impacto de las alzas de precios sobre los pobres. • Reducción de la capacidad fiscal por reducción de impuestos y aumento de los gastos por medidas de subvención al consumo y/o la producción. El retroceso en términos de lucha contra el hambre y la malnutrición puede ser mucho más intenso


en términos porcentuales puesto que el deterioro de los ingresos de los que ya eran pobres significará ajustes importantes en el gasto en la comida, dando lugar a una reducción de la ingesta y a una disminución de su calidad nutricional (menor variedad, menor contenido de vitaminas, oligoelementos, menos proteína) y, con ello, a repuntes en enfermedades ligadas a déficit de micronutrientes, como anemia, desnutrición crónica infantil e incremento de la vulnerabilidad frente a desastres o pérdidas adicionales de ingresos. Desnutrición crónica en menores de 5 años Año % Bolivia 2003 26.8% Colombia 2000 13.5% Ecuador 2004 23.2% Perú 2000 25.4% Venezuela 2000 12.8% Fuente: Datos de CEPAL y FAO

Subnutrición (2002-2004) % 23% 13% 6% 12% 18%

Geográfica y socialmente, en cada país los niveles de afección por la crisis en términos alimentarios y nutricionales dependerán de los niveles de cobertura y calidad de la selección de participantes o focalización de las intervenciones con capacidad de incidir: programas de alimentación de grupos vulnerables (escolares, gestantes, neonatos, tercera edad), transferencias condicionadas, programas de complementos de nutrición. Los países que cuentan con programas de alimentación para grupos vulnerables y/o programas de transferencias de rentas con una trayectoria más larga, como Colombia y Perú, cuentan con mayores posibilidades de limitar los efectos de la crisis de precios alimentarios sobre la seguridad alimentaria y nutricional de la población. Aquellos que no disponían de ese tipo de programas al inicio de la crisis o estaban en fase de implantarlos o extenderlos (Bolivia, Ecuador, Venezuela) posiblemente encontrarán mayores dificultades y por tanto pueden sufrir efectos más marcados. Entre los grupos que se sitúan en las fronteras de la línea de pobreza, existe el riesgo no solo del hambre oculta —se denomina así a los estados carenciales de micro nutrientes—, sino que también pueden aparecer o acentuarse los fenómenos de obesidad con pobreza, por un incremento de la fracción de azúcares y grasas y eliminación o reducción de frutas y proteínas, especialmente entre los infantes. Recurrir a un número elevado de instrumentos de intervención sobre comercio interno y externo, subvenciones a la producción e insumos parece no estar dando resultado en los países que mayor variedad de instrumentos han adoptado, pues son los que presentan mayores niveles de inflación en los rubros de alimentación. A julio de 2008 los niveles ya sobrepasaban el 15% anual en Bolivia, Ecuador y Venezuela. Pero además parecen tener efectos en los niveles y orientación de las respuestas del sector productivo en el corto y mediano plazo, dando lugar a niveles de producción y oferta lejos de los deseados.

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Efectos a mediano plazo Un escenario con precios de los alimentos más elevados que en la década anterior y con un cambio en la demanda alimentaria de amplios sectores de los países en desarrollo de Asia, algunos de África y de la propia América Latina, significará un mejor nivel de precios para la producción de los países andinos que se hará más patente en la medida que los precios de las materias primas alimentarias básicas pierdan volatilidad. Para que esas oportunidades lleguen a un número amplio de productores y generen una mejora de las condiciones de vida de la población rural hay que disponer de instrumentos de intervención y políticas específicas, que permitan tecnificar la producción de la agricultura familiar de un modo accesible, con un nivel de costos que no erosione el margen bruto de los pequeños productores, acceso a instrumentos de financiación ágiles y de bajo costo de operación, sistemas de información relevantes y accesibles para los productores, e infraestructuras adecuadas. Habrá también una mayor dificultad para las respuestas a catástrofes y emergencias, que se agravará si persisten las condiciones de volatilidad de los precios. La reducción de la volatilidad, la introducción de mecanismos de financiación y/o aseguramiento que den sostenibilidad a los programas públicos frente a crisis y emergencias, y el desarrollo de mecanismos de rehabilitación más eficaces y rápidos, serán los aspectos prioritarios para afrontar las futuras crisis y emergencias que no sólo se harán más 32

frecuentes por el cambio climático, sino también por los efectos de los cambios de usos del suelo, la urbanización y una mayor antropización del territorio. Esto es de especial relevancia en una región que se encuentra en zonas con elevada incidencia de emergencias e impactos por factores climáticos y geológicos. Un escenario de precios altos en los alimentos y en la energía significa mayores costos para los sistemas basados en operaciones fuertemente centralizadas o concentradas en puntos alejados de las zonas productoras. Ello supone oportunidades para una organización productiva más descentralizada que localice valor añadido en las áreas rurales y ciudades intermedias, y aporte una función de costes más favorable para el país. Para ello se precisan infraestructuras y suministro energético adecuado. Un escenario tal creará una presión creciente de la población rural sin tierra por el acceso a la misma, lo que supondrá una dificultad adicional para aprovechar las oportunidades. Igualmente puede haber una presión creciente sobre las áreas de selva que todavía no han sido colonizadas.

Otros efectos de la crisis Aunque es pronto para evaluar los efectos de fondo, la crisis tendrá un efecto sobre los procesos de integración regional o subregional. Si en lo político puede ser de impulso, en lo técnico puede ser de dificultades añadidas pues el interés renovado por aumentar los niveles de autosuficiencia alimentaria y la proliferación de medidas ad hoc para responder a la crisis, dificultará los procesos técnicos de integración.


Algunas medidas para mejorar la respuesta a la crisis Los programas de alimentación para sectores vulnerables constituyen uno de los mecanismos más eficaces para atender la seguridad alimentaria y nutricional de esos grupos, pero su sostenibilidad y/o grado de cobertura se pueden ver comprometidos en un escenario de costos de alimentos y de energía persistentemente altos, especialmente si se producen otros fenómenos simultáneos como pérdida de ingresos, emergencias u otras crisis. La sostenibilidad de los mismos puede fortalecerse mediante: • Gestión descentralizada, con compras locales y sistemas de información que permitan compaginar la calidad nutricional con la gestión del presupuesto. • Seguros sobre precios de abastecimiento. • Mecanismos financieros predecibles propios del país o contando con apoyo de otros socios y donantes (apoyo presupuestario, canje de deuda por alimentación, tasas financieras internacionales, etc.). • Reducción de pérdidas poscosecha y de desperdicio por caducidad comercial. No hay cifras fiables de las pérdidas de alimentos en la región, pero a modo de ejemplo las pérdidas poscosecha de papa pueden llegar al 20-25% de la producción anual. Las mejoras de infraestructuras, cadenas de comercialización y creación de circuitos de segunda vida para mercancía comercialmente caducada o depreciada (pero apta para el consumo) son alternativas complementarias al incremento de la oferta. • La mejora de los sistemas de información de precios y los sistemas de análisis (especialmente en el campo de los gobiernos) reducirían los riesgos de malinterpretar las señales de los mercados y adoptar políticas ineficaces o incluso contraproducentes. • La educación nutricional permitiría plantear alternativas al encarecimiento de algunos alimentos sin un deterioro del valor nutritivo de su dieta. Este tipo de programas puede vincularse a programas de transferencia condicionada. Igualmente resultan necesarios para que los participantes en programas de alimentación entiendan que los cambios que pueden introducirse para mantener controlados los costes no afectan a su calidad nutricional.

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Resumen de las presentaciones al Tema I Judith Kuan C. Moderadora temática judithkuan@gmail.com

En el documento introductorio de Judith Kuan, se presentaron en forma general los factores estructurales y temporales relacionados con la crisis alimentaria mundial y sus efectos generales para los países andinos. La exposición de Máximo Torero del IFPRI, como bien lo resume Fidel Jaramillo, “Presenta una reflexión detallada sobre las tendencias actuales de los precios de los alimentos, sus causas y sus consecuencias, en particular el impacto sobre la población más vulnerable del planeta. Hace una taxonomía muy completa de las posibles acciones de política tendientes a mitigar el impacto adverso de este shock, describiendo el contenido, el alcance y los responsables de cada conjunto de iniciativas”. Posteriormente, los comentarios a la exposición por parte de Juan García, de la Iniciativa ALCSH, advierten de “otros factores que amenazan con crear amplios impactos en todos los sectores y grupos: la velocidad de incremento de los precios (inflación) sobre los biocombustibles y los mercados de futuros de los commodities” y señala que necesitamos conocer bien las causas para poder tomar decisiones efectivas. En cuanto a los efectos en los países andinos, García distingue los de corto y 34

mediano plazo especificando diferencias por país y por último sugiere algunas medidas interesantes para hacer frente a la crisis. Finalmente, los comentarios de Fidel Jaramillo del BID, exhortan a tener cautela en la oferta frente a posibles fluctuaciones de los precios de los alimentos, él recomienda un estudio empírico sobre los mercados de futuros de los commodities y su impacto en el alza de los precios; advierte que “existen otras consecuencias a nivel del sector externo, fiscal y productivo que podrían afectar las economías de la región y que eventualmente podrían, incluso, hacer más compleja la respuesta de política pública” y presenta una matriz de clasificación de políticas con alternativas de costos fiscales y distorsiones, que recomendamos tener cerca porque nos puede ayudar en la discusión.


Comentarios de los participantes al Tema I Comentario al Tema I Herminio Ludeña Enciso Consultor en Recursos Pecuarios Andinos Instituto de Reproducción y Biotecnología Pecuaria Perú

Tal como aparece en el informativo BBC.com “durante la clausura de la Conferencia Regional celebrada en Brasilia, el director del organismo (FAO), Jacques Diouf, enfatizó que los gobiernos no pueden confiar en las fuerzas del mercado para contrarrestar la subida de los precios de los alimentos, y que se requerirá una clara voluntad política para aumentar la producción del agro”. Además, el director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan, advirtió que cientos de miles de personas padecerán de inanición si los precios de los alimentos continúan subiendo”. Con estos antecedentes, a los que debemos sumar lo expuesto por los señores conferencistas y panelistas del Tema I, en que hacen conocer los factores temporales y estructurales de la crisis alimentaria, sería conveniente hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué ha realizado o está realizando el Ministerio de Agricultura (MINAG) y sus oficinas públicas descentralizadas (OPD) en el Perú, con relación a la crisis mundial de los alimentos? Los que hemos trabajado en diversas regiones del país (Perú) podemos afirmar que siempre se ha realizado muy poco esfuerzo dentro del MINAG para conocer con una verdadera aproximación lo que las diferentes regiones producen; ello indudablemente no ayuda en nada a los productores y es por eso que nunca ha existido un equilibrio entre la oferta y la demanda de los productos agrícolas. En lo referente a los productores agropecuarios, necesitan ser organizados y capacitados convenientemente con el fin de dirigir sus esfuerzos a productos que nuestro mercado necesita, con ello comercializarán su producción a mejores precios y si están organizados, podrían darle un mayor valor agregado. Lamentablemente, se ha perdido mucho tiempo y no se ha hecho nada respecto a la labor de extensión agropecuaria. La organización y capacitación campesinas ha debido ser la principal labor del MINAG y para ello —es de esperarse— esta entidad necesita ser reestructurada, debiendo en estos momentos desarrollar intensos programas de extensión agropecuaria. En los años 60 —con el ex-Servicio de Investigación y Promoción Agraria— se iniciaron los cambios que la agricultura peruana necesitaba, pero todo quedó trunco con el inicio de una reforma agraria que no fue convenientemente implementada. Hoy —si queremos mejorar nuestra agricultura— es urgente y necesaria la formación e implementación de equipos multidisciplinarios de extensión agropecuaria. Tenemos que preparar a nuestros pequeños y medianos agricultores para producir lo que nuestro mercado necesita y el Estado debe promover la implementación de los insumos necesarios para nuestros productores, permitirles el acceso al crédito, ya que hoy la inversión en productos agropecuarios se está haciendo bastante rentable.

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Como menciona Judith Kuan, hoy tenemos oportunidades y fortalezas con nuestra agricultura andina, pero también hay amenazas y riesgos. Lo que debemos tener en cuenta es que la mayor población de pobres extremos está en nuestros Andes y debemos darle a esas poblaciones las herramientas necesarias para que puedan salir de esa situación. Espero que al final de este foro se ponga a disposición de las autoridades de todos los países involucrados, las conclusiones del mismo, y que los diferentes gobiernos tengan no sólo la voluntad de cumplirlas sino de ejecutarlas con la urgencia que el país lo requiere.

Comentario a la contribución de J. Rojas(*) Carmen Casani CCOMER PACHA Perú

Aplaudo la denominada iniciativa de emergencia mencionada por Oxfam porque francamente es hora de actuar, aunque muchos gobiernos, justamente de los países más vulnerables importadores de alimentos, están autistas y no quieren ver la realidad de las cosas. Permítanme respetuosamente señalar que, lamentablemente, me temo que estas ayudas humanitarias puedan alimentar apetitos de los que denomino oportunistas permanentes de las ayudas, porque del 36

total de ayudas diría que un 20% es efectivo y el resto alimenta la codicia de estos oportunistas. Sé que es crudo pero debemos resaltarlo, y es que, dado los niveles de corrupción existentes, el sistema de auditorías en ningún país pobre, funciona. En ese sentido, una política urgente es dejar de pagar a sociedades auditoras y pagar a las organizaciones populares para fortalecer su organización y que puedan fiscalizar efectivamente. Una ayuda digna de considerar es replantear las intervenciones y las prioridades de inversión para favorecer la propia producción local. Las estrategias sobre la soberanía alimentaria han quedado en el tintero, y hay que tomar en cuenta de que en los Andes existe una fortaleza fundamental como para replantear la producción agropecuaria y es justamente su geografía, dado que las partes altas de las cuencas son favorables para represar el recurso hídrico que siempre es deficitario y evitar mayores infiltraciones. Luego, con estudios sobre régimen de aguas subterráneas, es posible captar las aguas abajo y así las inversiones serían mucho menores para masificar la disponibilidad hídrica, con el consecuente incremento de la producción. Los mejores consultores en cada país son los llamados a integrar los equipos para estos estudios, porque los expertos externos nos enseñan metodologías pero los lugareños siempre tiene una ventaja comparativa: conocer su tierra y las soluciones que en muchos casos salen del productor más sencillo de cada lugar. (*) Josefa Rojas Pérez, Coordinadora del Programa de Agricultura y RRNN de Intermon Oxfam, envió la Nota Informativa de Intermón Oxfam - Junio 2008 - titulado “La hora de la verdad: Qué deben hacer los líderes mundiales frente a la crisis de precios de los alimentos”, como contribución al Tema 1. Se puede acceder al mismo en: http://www.infoandina.org/site. shtml?x=24419


Comentario al Tema I José Sánchez Narváez Coordinador de Ciencia y Tecnología ITACAB Convenio Andrés Bello Lima, Perú

Causas de la crisis No solo la actual crisis alimentaria atenta contra el logro de los objetivos del milenio en la reducción del hambre. También el modelo de desarrollo, promovido por el Norte, por ser consumista y derrochador de recursos en general. El asunto es que no se quiere cambiar de paradigma. Por otro lado ya se ha dicho que existen alimentos en abundancia y que lo que perturba la situación alimentaria, sobre todo de los países del Sur, es la distribución inequitativa, y esto se deriva justamente del modelo de desarrollo. Judith, en cambio sí reconoce la distorsión de los precios causada por los altos subsidios a la producción agropecuaria de los países del Norte, eso sí es parte del modelo que queremos cambiar. Se menciona a los biocombustibles como una de las causas de la crisis, y creo que es cierto. Pero, debería decirse agro combustibles, ya que serían causantes de la pérdida de la agrobiodiversidad de nuestros países andinos y, en muchos casos, producir agro combustibles supone mayor consumo de energía de la que se pretende producir. Creo que otro punto básico de la crisis, mencionado por Judith, es el cambio de modelo de consumo alimentario, sobre todo de las poblaciones rurales que emigran a las ciudades, que se convierte en un problema mayor, incluso, al incremento poblacional global. Esto porque los países del Sur no son superpoblados (en su mayoría) y aún tienen recursos naturales abundantes y biodiversos; aunque debemos reconocer que son finitos pero sí renovables. Es decir, pueden sostener una población mayor (nuevamente debemos reconocer que el crecimiento poblacional no puede ser infinito). Además, ya se ha discutido y consensuado en otros foros mundiales que la alimentación nativa (papa, quinua, kiwicha, olluco, frijoles, etc.) es la base de la seguridad y la soberanía alimentaria. Incluso estos alimentos, por lo general, aportan más nutrimentos que los introducidos por el mercado (trigo, arroz, etc.). En los países andinos esto es evidente, y en parte lo reconoce Juan García en su comentario a este tema. Medidas para enfrentar la crisis y amenazas Entre otros puntos, se menciona enfrentar la crisis alimentaria con la estrategia de la seguridad y la soberanía alimentaria de nuestros países; acción que pasa por la promoción de cultivos y crianzas locales, incluyendo las promisorias; para lo cual es necesario implementar programas agresivos de extensión rural, investigación participativa, crédito, infraestructura de apoyo a la producción, etc. Estos mismos cultivos y crianzas “nativas” son aportes valiosos a la alimentación no solo de nuestros países, sino del mundo. Ya se está hablando de la segunda oportunidad de la papa como salvadora de la crisis alimentaria mundial, sin dejar de lado a productos tan valiosos como la quinua, kiwicha, maca, yacón, camu camu, sacha inchi, aguaymanto, pepino dulce (fruta), cuy, etc.

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Otro componente de esta misma estrategia es la educación alimentaria (cambio de patrones y paradigmas) y la promoción de la agroindustria local como forma de captar el valor agregado por parte de los más pobres. Creo que lo dicho por Fidel Jaramillo es una real amenaza: si los países andinos tratan de solucionar sus problemas derivados de la crisis alimentaria, podrían alterar o revertir los avances en la integración subregional. Debería haber un trabajo coordinado y concertado para evitar diferencias entre países andinos. En el documento distribuido en el Foro, “La hora de la verdad…” se reconoce el peligro de los agro combustibles, aunque todavía los denominan biocombustibles. Este peligro se deriva del desplazamiento de las tierras de cultivo dedicadas a producir alimentos, para destinarlas a producir agro combustibles (etanol y “biodiesel”); de la necesidad de usar gran cantidad de insumos externos en los cultivos destinados a agro combustibles (pesticidas, fertilizantes, herbicidas, mecanización, etc.) y a la gradual eliminación de la biodiversidad, derivada de todo lo anterior.

Comentario al Tema I Eduardo Gudynas CLAES - Ambiente y Desarrollo www.agropecuaria.org Uruguay

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Un saludo a todos los participantes y gracias por el espacio de participación. Desearía aportar algunas cuestiones sobre el primer tema. En primer lugar, deseo introducir un componente de cautela frente a los aspectos internacionales, o externos, en la crisis del alimento. Esto se debe a varias razones. Por un lado, los diferentes efectos externos tienen impactos diversos de acuerdo a los contextos nacionales, tanto en la canasta de alimentos que se cultivan, su productividad, los mercados nacionales, la asistencia estatal (o su ausencia), la regulación de la comercialización de los alimentos (o su ausencia), etc. Por otro lado, un tema crítico en algunos productos alimentarios es el balance que hace frente a vender en el mercado interno o exportar. Por otro lado, varios de los efectos externos mencionados en los documentos se vinculan de diferente manera con procesos internos dentro de los países. Por ejemplo, el efecto de los “mercados a futuro” es limitado en los países andinos, pero se ha diversificado en los países agro exportadores del cono sur. Asimismo, el tamaño del consumo doméstico de bioetanol dentro de Brasil, explica la existencia de una capacidad instalada que puede ser adicionalmente aprovechada para exportar. En los documentos que se presentan a discusión, como por ejemplo el del IFPRI, las revisiones son a escala global. Esa larga lista de factores tiene pesos distintos, por ejemplo, en Asia, África o América Latina, y dentro de nuestra región, hay diferencias entre los países andinos, o el cono sur. El documento sobre los países andinos, al ser un PowerPoint, si bien presenta gráficos muy interesantes,


no siempre permite sopesar los efectos diferenciales al no existir un texto sustentatorio. En segundo lugar, deseo introducir otro elemento de cautela al abordar la cuestión de la crisis “internacional” de los alimentos. Una perspectiva que sólo mira lo internacional, como externo y global, corre el riesgo de no atender adecuadamente la propia responsabilidad dentro de nuestros países en esa crisis. A veces se genera una imagen donde esta crisis es como una catástrofe natural fuera de nuestro control cuyos resortes están en otros continentes, y por lo tanto, nosotros no tenemos mucho para hacer. Es algunos casos, los propios gobiernos usan esa imagen para justificar su falta de acción. Hay varios puntos del mensaje de José Sánchez N. que merecen atenderse, sobre todo cuando ponen en tela de juicio el estilo de desarrollo. Agregaría a su mensaje que ese estilo de desarrollo además de promoverse desde el Norte, también es alegremente reproducido aquí en el Sur. La reestructuración agropecuaria en la mayor parte de los países hacia los rubros exportables, el desamparo de la producción local de alimentos y de los propios mercados nacionales de alimentos, explican algunos aspectos de la crisis actuales. Por lo tanto, la evaluación de la crisis alimentaria “global” siempre estará incompleta si no se consideran los procesos “nacionales” por los cuales quedamos atrapados dentro de ese problema. Esa crisis “global” tiene una contracara “nacional”. 39

Comentario a la ponencia de M.Torero José Sánchez Narváez Coordinador de Ciencia y Tecnología ITACAB Convenio Andrés Bello Lima, Perú

Sólo quiero resaltar algunos puntos de la ponencia de Máximo Torero. Los panelistas y participantes están analizando convenientemente las causas y proponen soluciones interesantes que se pueden recoger y consensuar. Sin embargo algunos puntos me preocupan: Torero propone expandir las acciones de emergencia y asistencia humanitaria, lo cual tiene muchos inconvenientes, así como algunos efectos positivos no sostenibles. Carmen Casani ya puso en la mesa el tema de “alimentar apetitos oportunistas” de los beneficiarios de estas ayudas. Es cierto, ya hemos tenido experiencias como estas, tanto positivas como negativas. No se pueden donar libremente alimentos si con esto no solo no se potencia la seguridad alimentaria sino que incluso se disloca la escasa producción alimentaria local. La corrupción se incentiva por estas donaciones. Por los motivos anteriores, varios países (como ejemplo la India) han prohibido la donación de alimentos para favorecer el autoabastecimiento de estos por los mismos pobladores. Otra propuesta es eliminar las barreras comerciales, lo cual en teoría es ideal. Se piensa que “el libre mercado” lo puede regular todo, pero resulta que no es tan libre, ya que tiene muchas distorsiones. Por ejemplo, cuando Chile exportaba uvas de mejor calidad y precio a EEUU se inventó un contenido de arsénico para frenar la competencia que hacía a la uva local. Además, las barreras para arancelarias


funcionan de manera más decisiva que las arancelarias cuando a un poderoso le conviene. Lo que Torero propone en programas rápidos en producción de alimentos, sí ha tenido resultados exitosos para casos de crisis. Hubo buenos ejemplos en el Perú a raíz del Fenómeno El Niño - Niña de los años 1983-84. También es una propuesta importante la protección social, ya que los afectados por la crisis de alimentos son los más pobres porque son desatendidos por los gobiernos y carecen de servicios e infraestructura que les permita salir de la pobreza y enfrentar la crisis. Desde antes de la llegada española, en el Tawantinsuyo, y en culturas anteriores del Perú, se tenía previsto la seguridad alimentaria de su población. Las colcas y los tambos (puestos de relevo en los caminos o Cápac Ñan) eran depósitos de alimentos, ropa y utensilios para casos de emergencia. En la actualidad, se habla del Tratado de Libre Comercio (TLC) para adentro o de la agenda interna, que sería una estrategia de desarrollo de los más pobres y alejados, que no pueden competir en el sistema global y el “mercado” y que necesitan desarrollar sus capacidades y los servicios de apoyo a la producción (extensión, tecnología, crédito, organización, infraestructura, vialidad, etc.).

Comentario al Tema I Sonia Salas Red de Agroindustria Rural del Perú (REDAR) Perú

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Comparto totalmente lo expresado por Eduardo Gudynas y José Sánchez, y pregunto ¿Por qué siempre debemos esperar las alertas de catástrofe inminente que vienen desde afuera para poner sobre la mesa este tipo de temas que aquejan a nuestros pueblos desde centurias? ¿Acaso el hambre, la miseria y la exclusión que sufren millones de personas son nuevos? ¿Por qué no nos preguntamos cómo puede sobrevivir una familia rural de 7-8 miembros con un ingreso de un dólar al día? El problema de la inseguridad alimentaria, así como el de la pobreza, tienen múltiples aristas, no podemos analizarla de una manera fragmentaria, ya que está ligada directamente a las desigualdades sociales, de género, de acceso a la tenencia de tierras, a la educación, al empleo, etc. Por otro lado, el empobrecimiento no corresponde a una situación fija, sino a un proceso que se produce al interior de un sistema económico polarizante. El hambre es el resultado directo de la expansión del capital financiero. La vocación de dominio de las economías centrales no sólo se manifiesta en los campos económico, político y militar, sino que en ella subyacen nítidos comportamientos etnocentristas en lo que respecta a las culturas llamadas tradicionales, que se expresan en la continua desestabilización de las fronteras culturales. Creo que ha llegado el momento en que volvamos la mirada hacia adentro y con humildad aprendamos la serena y armoniosa relación de nuestras poblaciones andinas con la naturaleza y cómo ellas han aprendido a afrontar los riesgos. Tal vez podamos ofrecer al mundo no sólo la papa sino una cultura más humana.


Comentario al Tema I Patricia Vaca Calderón AIPE Bolivia

Intentando reflexionar sobre las preguntas del debate del Tema I, se me ocurre de partida una primera pregunta: ¿Cuál es la definición que se tiene en esta Conferencia sobre crisis alimentaria? y esta pregunta surge por la sencilla razón que por momentos entendemos crisis alimentaria como una crisis de subida de precios de los alimentos, como lo plantea el documento de Intermón Oxfam, y por otro lado, en Bolivia, se afirma oficialmente que no existe crisis alimentaria alguna. En ese sentido me gustaría contar con una definición sobre esta materia. Segundo, considero que los aspectos abordados por los panelistas sobre los factores temporales y estructurales de la crisis alimentaria a nivel mundial son aquellos que se encuentran dentro de los análisis sobre el tema, aquí no hay donde perderse; el problema central es definir el impacto de esos factores en las economías de la región y particularmente en las economías andinas, lo que se mide de forma concreta en las políticas específicas a adoptar —y creo que esa es la veta de la discusión— porque los distintos gobiernos van ejecutando en la práctica medidas de política frente a hechos concretos: inflación creciente y desabastecimiento de algunos productos alimenticios, por ejemplo. Según los documentos considerados, una medida común ha sido la aplicación de prohibiciones a las exportaciones (en Bolivia tenemos 8 decretos al respecto). Si bien esto implica, en el largo plazo, la disminución de la oferta en el mercado mundial con los consiguientes efectos en los precios (hacia el alza), este hecho nos remite a la discusión planteada por Oxfam, es decir, a las posibilidades de los gobiernos tras la aplicación ortodoxa de un modelo neoliberal por más de 20 años. Y esas reflexiones son válidas también para las economías andinas, que en distintos grados han sufrido el impacto de la apertura comercial sobre la producción agrícola y los pequeños productores y sus economías campesinas y, que en el plano de la política agraria, han significado una reducción del rol del Estado a garante de condiciones para el desarrollo de la agroexportación. Por ello, no es de extrañar que ahora se sugiera la necesidad de políticas que garanticen el acceso a la tierra, al agua, que haya inversión en investigación y desarrollo, etc., cuando todo este tiempo la mirada prioritaria ha estado orientada hacia el mercado externo (“Morir o exportar”). Esto nos lleva a repensar el rol del Estado en el nuevo contexto que atraviesa la región, es decir qué tipo de Estado se quiere frente a una situación de crisis alimentaria. Algunas respuestas son planteadas dentro de las políticas sugeridas, es decir, un Estado que destine mayor inversión pública en el sector, que cree redes de protección social, que evite la promoción de políticas de desarrollo de biocombustibles, etc. ¿será esto suficiente? ¿es posible hacer esto en presencia de reglas de juego liberalizadoras? ¿o es que es hora de repensar las bases sobre las cuales ha transitado la política económica y la agraria en particular? Tercero, muchas de las propuestas asignan un rol central a la cooperación internacional y a los

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mecanismos por los que debería operar. Si bien esta es una solución evidente, es importante resaltar la necesaria mirada crítica y cautelosa que los países en desarrollo deben tener sobre la aprobación de medidas como las de la Ronda de Doha para la agricultura, porque —como bien lo señala el documento de Oxfam— es importante analizar cuánto de las disposiciones de la Ronda de Doha afectan al tema de los importantes subsidios agrícolas de EE.UU. y de Europa, a la posibilidad de que exista un acceso real a mercados por parte de los países en desarrollo, y a la posibilidad de contar con instrumentos de defensa comercial para los países en desarrollo, etc. Finalmente, habría que medir cuáles son las posibilidades de las economías andinas para actuar frente al negativo impacto de los mercados de futuros de los commodities, y cómo se ha ido manejando el tema de inventario de cereales en las economías andinas. Se sabe que Brasil cuenta con este tipo de previsiones, pero en el caso de la CAN, de no existir, debería sugerirse convertirla en política comunitaria; es decir, crear un inventario de granos como un mecanismo formal dentro de la CAN, más aún si se prevé que en el futuro la situación alimentaria será altamente frágil, con precios crecientes.

Comentario al Tema I Gabriela Muñoz Subdirectora CEDA Ecuador

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En relación al Tema I me parece imprescindible que dentro de las causas de la crisis alimentaria se analicen los siguientes elementos: 1. Modelo agrícola adoptado desde los años sesenta que le apostó a la producción intensiva y extensiva de la producción para satisfacer el mercado mundial. Ello condujo, a su vez, a la dependencia de tecnología e insumos químicos importados, cuyos precios son incontrolables. La mal llamada “Revolución Verde”, además de hacernos dependientes, provocó la erosión de los suelos, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del agua, generando una necesidad imparable de químicos, con una producción cada vez más pobre de la tierra. 2. La especulación de los precios que realizan las grandes transnacionales que comercian con los granos y, a nivel interno, la especulación de los comerciantes locales. 3. A escala internacional, la especulación de los precios genera ganancias millonarias para las transnacionales que controlan el comercio agrícola. Mientras millones de personas no tienen alimentos, una veintena de empresas tienen millonarias ganancias.

Comentario al Tema I Erwin Alvarado Quintana Director Programa IDMA-Abancay Apurímac, Perú

Agradezco la oportunidad de compartir puntos de vista y posiciones respecto a este tema fundamental


para la región andina, como es la crisis alimentaria. Comparto muchos de los puntos de análisis indicados por Patricia Vaca; sin embargo, me gustaría complementar algunos aspectos elementales a los comentarios hasta ahora enviados. Según estimaciones de la FAO, alrededor de 800 millones de personas sufren hambre en forma crónica. Sufren hambre porque repetidas catástrofes naturales destruyen sus cosechas, porque las guerras desarraigan a familias y comunidades enteras o porque los alimentos y el hambre se vuelven instrumentos políticos. El hambre no se debe a la falta de alimentos suficientes. El hambre responde al hecho de que muchas personas carecen de posibilidades para comprar alimentos o producirlos por sí mismos. Por cierto, resulta contradictorio que el hambre predomine justamente entre los trabajadores rurales y familias campesinas. En la región andina, más de la mitad de los pobres “rurales” no tienen acceso a tierras fértiles, lo cual conduce claramente a la escasez de alimentos; estas personas, cada vez más afectadas, procuran evadir esta situación de emergencia emigrando a ciudades o a otros países, por lo general sin éxito. En el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC) de 1966 se fija el derecho humano a la alimentación y en el comentario Nº 12 de la Comisión de la ONU sobre los DESC se hace una mención específica. En dicha interpretación queda claro que cada Estado signatario del pacto está obligado por el derecho internacional a aprovechar sus posibilidades “hasta el máximo de los recursos de que disponga” (Art. 2 del pacto ESC) para desarrollar y poner en práctica programas que coloquen a todos los hombres en condiciones de alimentarse por sí mismos. Esto se refiere tanto al acceso a recursos para la producción de alimentos (tierra, agua, semillas, conocimientos, capital), como al acceso sin discriminación al mercado de trabajo, a fin de ganar el dinero necesario para la adquisición de alimentos. Entonces, como se podrá entender, la crisis alimentaria no solamente tiene que ver con el tema de alimentos, mercados y precios; fundamentalmente está muy vinculado al problema de acceso a recursos productivos (tierra, agua, bosques, praderas, etc.), al manejo de la diversidad biológica (semillas, etc.), al acceso al conocimiento y al capital, entre otros aspectos. Nos preguntamos ¿Cuánto de esto cumplen los gobiernos de los países andinos? Podemos responder que la mayoría ¡nada! Por el contrario, como es el caso del Perú, los gobiernos en los últimos 20 años han implementado los llamados “programas sociales”, que no son otra cosa que mecanismos políticos que generan más asistencialismo, paternalismo y dependencia, provocando restricciones en la autoestima, capacidad creativa e innovadora de las familias. Como ejemplos podemos mencionar a los programas JUNTOS, CRECER, entre otros, que asumen un enfoque de “apoyo” alimentario, políticas de emergencia que están lejos de ser propuestas de desarrollo humano sostenibles. Debemos promover seguridad y soberanía alimentaria en los Andes. Mientras que la idea de seguridad alimentaria pone énfasis en el adecuado abastecimiento de la población con alimentos, el concepto de soberanía alimentaria integra el derecho de los pueblos o países a definir políticas agrícolas y alimentarias propias, que correspondan a sus particularidades

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ecológicas, sociales, económicas y culturales. La soberanía alimentaria, destaca también el derecho de las familias campesinas a producir suficientes alimentos por sí mismas. Sin embargo, en muchos países esta soberanía es socavada por políticas nacionales e internacionales.

Comentario al Tema I Carmen Casani CCOMER PACHA Perú

Estoy totalmente de acuerdo con Gabriela. Las políticas agrarias en general han sido contraproducentes, incluida la famosa “Revolución Verde”. Ahora bien, demás está reseñar las causas harto conocidas, lo importante son las causas actuales que son de carácter tecnológico. El problema de los países pobres es la carencia y falta de conocimiento tecnológico para ser eficientes y altamente productivos, sin depredar los recursos naturales. Y construir ese conocimiento toma tiempo, transferirlo es mucho más inmediato desde mi punto de vista, transferir y adaptar, para ello se requiere intervención transparente y compromiso. Reitero: las capacidades están en cada pueblo, hay que invitar a todos, en especial a los creativos y autodidactas, que mucho tienen que aportar. 44

Como bien señaló Gabriela, recuperar suelos es una agenda urgentísima que se puede llevar a cabo, contribuyendo paralelamente con el ambiente, a través de la producción de compost orgánico a partir de residuos sólidos e instaurando en los andes la agricultura orgánica mediante la inversión en pequeños represamientos en las cabeceras de las cuencas para incrementar el recurso hídrico. Vayamos construyendo soluciones conjuntas; la problemática en los Andes es equivalente en casi todas las regiones, y las poblaciones sufren equivalentes consecuencias. Hagamos un esfuerzo franco y dejemos de realizar estudios sociológicos que son solo eso, estudios. El problema es tecnológico, es de saber hacer, siendo eficientes y productivos. Tecnología y educación paralela son frentes biunívocos de desarrollo. Y añado algo, el habitante del Ande tiene esa fuerza que le confiere el medio en el que sobrevive, por qué no confiar en ellos y no subestimarlos.

Comentario al Tema I Luís Guerrero Figueroa EDAC Cajamarca Perú

Es una excelente oportunidad para compartir nuestras reflexiones sobre un tema tan importante y de profunda preocupación para todos los que luchamos y queremos un mundo más solidario y justo. Varias cumbres mundiales de gobiernos de turno, que administran los estados, y cumbres desde la sociedad civil, han mostrado resultados catastróficos, al comprobar por ‘N’ veces que los pobres del mundo se mueren de hambre. Cada año mueren más niños, ancianos y mujeres que muchas guerras


juntas, por efectos de no tener qué comer; sin embargo muchos perros y gatos, en EEUU y Europa, y también en nuestros países, tienen una buena alimentación, una buena ropa y una buena casa. Por ello comparto la reflexión de Oxfam. La crisis alimentaria es milenaria, recordemos la crisis europea del siglo XIII, XIV, XV, la población se moría de hambre, de frío y de peste, sus suelos estaban pobres, deforestados. Fue la invasión y migración masiva a América, Asia y África, la que salvó a Europa. Se llevaron millones de toneladas de guano de la isla para reconstituir la fertilidad de sus suelos, variedades forestales para repoblar sus suelos, la papa, el maíz, por mencionar algunas variedades que se convirtieron en la bendición para salvar su hambruna; también nuestras plantas medicinales, como el árbol de la quina, y a nuestros médicos indígenas, que salvaron de la peste a muchos príncipes y reyes y a millones de habitantes de Europa. Más aún, se llevaron miles de toneladas de oro, plata y otros minerales, con lo cual se produjo una profunda acumulación de riqueza, que permitió el desarrollo del capitalismo en Europa. Nos trajeron muchas cosas, por ejemplo herramientas como el arado, que no eran adecuadas para la región andina, y destruyeron miles de andenes y terrazas porque no estaba en su lógica de producción de Europa, eran sistemas diferentes y la tecnología que trajeron no era adaptada a nuestros Andes. La destrucción de miles de hectáreas de bosque en los Andes, estuvo aparejada con la explotación minera, y hasta ahora esta destrucción continúa con escasas hectáreas de montañas forestadas, sin que nadie pueda contener esta quema y destrucción de nuestros bosques, sus resultados son terribles, particularmente en la disminución del agua, que afecta gravemente a la agricultura y a la poblaciones asentadas en las cuencas andinas. Los Andes, por sus características, tiene una lógica de funcionamiento que es necesario entender en toda su dimensión; lamentablemente, los esfuerzos de los gobiernos de turno son insuficientes, sin embargo existen experiencias de varias instituciones que trabajan con un pensamiento holístico para comprender la dimensión andina. Estas instituciones han desarrollado experiencias de trabajo en base a las microcuencas y subcuencas, que han posibilitado aumentar la productividad agropecuaria. Han demostrado que la pequeña parcela es viable. No olvidemos que son millones de campesinos que habitan en los Andes y la mayoría son pequeños parcelarios. Si los gobiernos de turno de los países andinos, desarrollaran programas masivos, como el antiguo PRONAMACHS, en el Perú, en el corto plazo, recuperaríamos miles de hectáreas para la producción agropecuaria, se generarían millones de fuentes de empleos y la producción alimentaria aumentaría tanto por unidad de superficie, como por extensión de tierras disponibles para la agricultura. Esto presupone voluntad política de los gobernantes y de la cooperación internacional para invertir en la agricultura y subsidiar directamente a la producción. Si los gobiernos de turno asfaltaran las principales vías de comunicación en la región andina, productos como la papa llegarían en mejores precios a los mercados y no como, cuando existen meses que el kilo de papa cuesta 0.2 nuevos soles el kilo, el litro de leche 0.60, lo que ni siquiera compensa el costo de producción.

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Si los contaminadores del mundo apoyaran con recursos para evitar que las montañas andinas que aún tenemos, sean compradas , para seguir produciendo oxígeno y agua, sería una maravilla, sería un gran aporte a la solución de la crisis alimentaria. Entonces, soluciones para la región andina en el corto, mediano y largo plazo existen. Necesitamos teorizar, pero sobre todo ejecutar acciones que nos ayuden a contribuir a solucionar la disponibilidad de alimentos. Ciertamente, a nivel mundial tenemos un problema de precios por las razones expuestas, pero el análisis no debe quedarse en este plano, mal haríamos si solo echamos la culpa a los precios, porque las crisis alimentarias son cíclicas y es nuestro deber darle una mirada más holística. La coyuntura actual es una oportunidad para la región andina. Este foro, con las ponencias presentadas y los comentarios que se están haciendo, debe permitirnos volver a presentar salidas viables a la crisis alimentaria.

Comentario al Tema I Oscar Bazoberry IPDRS Bolivia

Muchas de las observaciones respecto a los factores que generan la crisis alimentaria se refieren al 46

incremento de la demanda, calidad, cantidad, destinos (por ejemplo, los agrocombustibles), incluso consumos suntuarios (desde el punto de vista de la humanidad) como animales domésticos, etc. Visto desde el otro lado, entonces ¿se trata de escasez de oferta?, así se deduciría de lo que he podido leer de los excelentes documentos y comentarios. Si estamos de acuerdo en esto, principalmente desde la perspectiva sudamericana, tendremos que reconocer que la “institución” del desarrollo del campo sigue siendo mayormente reactiva a prepositiva / preventiva. Les pongo de ejemplo el tema de distribución de tierra: si es un problema de oferta, incluso desde el aspecto más básico de seguridad alimentaria familiar, entonces tendremos que brindar mayor atención a las políticas de incentivo a la producción (lo que con distintas denominaciones, salió en los distintos aportes). En dos o tres oportunidades salió el tema de la relación entre distribución de la tierra, seguridad alimentaria y capacidad productiva, pero en ningún caso encuentro una afirmación orientativa que indique, por ejemplo, que sea necesario limitar la concentración de tierras y promover su distribución en unidades familiares como un medio para disminuir el impacto de estos fenómenos que generan mayor pobreza, o para aumentar la disponibilidad global de alimentos. Desde el punto de vista de las áreas rurales sería bueno concentrarse en el incremento de la oferta bajo sistemas productivos que beneficien a los más pobres del campo, que en general coinciden con los más pobres de nuestros países.


Comentario al Tema I Francisco Espejo Senior Programme Advisor de la Oficina Regional del PMA en América Latina y el Caribe Panamá

¿Cuáles son los factores que generan la crisis alimentaria mundial que más afectan a la población andina y cómo la afectan? Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a mayo de 2008, el número de pobres en América Latina y el Caribe aumentaría de los 189.5 millones actuales, a 204.5 millones, señalando además que países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia encabezan la lista de aquellos donde más se ha encarecido la canasta básica de alimentos. Los gobiernos de la región han implementado mecanismos para resistir al impacto de la crisis. Algunas acciones incluyen la reducción de los gastos públicos, asistencia alimentaria, entrega de bonos para compra de alimentos, impulso al sector agrícola, entre otras. A pesar de ello, el número absoluto de personas que padecen hambre se ha incrementado hasta llegar a 860 millones de habitantes y esa cifra aumenta en 4 millones de personas cada año. Esta es una situación grave, más en estos momentos en donde el impacto del alza de los precios de los alimentos está afectando a los grupos poblacionales más vulnerables, como son los niños y niñas pequeños (< de 3 años), mujeres, embarazadas y madres lactantes, a los que se suman también los grupos afro descendientes e indígenas. La Directora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos ha definido la crisis como un “tsunami silencioso”, que arrasará con los países más desprotegidos. Según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) el mundo alimenta hoy a más personas que nunca. Las causas de la actual crisis de precios pueden resumirse en: 1. Altos precios del petróleo y la energía, que afecta toda la cadena de valor agregado de la producción de alimentos, desde los fertilizantes hasta las cosechas, pasando por el almacenaje, el transporte y la distribución, y el acceso al agua; 2. Desastres naturales, principalmente climáticos, cada vez más rigurosos y frecuentes, tales como huracanes, inundaciones, sequías y sismos que han significado malas cosechas en regionales específicas como Australia y en ciertas partes de África; 3. Cambio en el patrón de consumo alimentario en los grandes países en vías de desarrollo, que provoca un cambio hacia las dietas tendientes al consumo de carne y productos lácteos, —que demandan más grano para alimentar el ganado—, acrecentando a su vez la demanda de todos los productos, incluyendo los alimentos, y que ha obligado, por ejemplo, a un país productor neto de alimentos como China, a ser un importador de alimentos desde el año pasado; 4. Producción de biocombustibles, que ha sacado cientos de millones de toneladas métricas de producción agrícola de la cadena de los alimentos generando que en muchos lugares, estos alimentos se coticen a precios de combustible. 5. Pocas existencias de alimentos en el mundo, combinadas con el aumento de las presiones

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especulativas en los mercados de futuros de los productos agrícolas. El Programa Mundial de Alimentos está desarrollando una serie de actividades que buscan paliar los efectos de la crisis de precios en la región. Nuestro principal mensaje es que no es suficiente aumentar la producción de alimentos sino que también se debe abordar las urgentes necesidades nutricionales de los grupos más afectados, en particular los menores de tres años y sus madres. Es posible protegerlos en medio de esta crisis: 1. LAS MUJERES Y LOS NIÑOS PRIMERO, POTENCIANDO LAS REDES DE PROTECCIÓN SOCIAL: trabajando con los gobiernos para ampliar los programas de redes de protección social, tales como la alimentación escolar, salud materno-infantil y alimentos por trabajo, centrándonos en las personas más vulnerables que en su mayoría son los niños y niñas, y las mujeres embarazadas o en estado de lactancia. 2. COMPRAS LOCALES PROMOVIENDO LA SOBERANÍA ALIMENTARIA: busca incrementar la cantidad de compras locales como una forma de sacar el mayor ahorro posible, en virtud de que compramos más cerca de las áreas de necesidad, al tiempo que desarrollamos fórmulas para ofrecerles a los pequeños campesinos un mejor acceso a los mercados. 3. PRIORIZAR LAS NECESIDADES DE OPERACIONES CRÍTICAS: se ha evaluado el efecto que tienen los precios más altos sobre nuestra capacidad de cumplir con los programas actuales de asistencia alimentaria y evitar las rupturas en la redes de distribución de nuestras operaciones más 48

importantes. 4. NUEVAS NECESIDADES: trabajar con los gobiernos para evaluar las necesidades cada vez mayores y la vulnerabilidad en los planos local y familiar; realizar consultas con numerosos expertos internacionales en materia de seguridad alimentaria, análisis y mapeo de la vulnerabilidad y evaluación de necesidades para llevar a cabo un análisis y ajustar nuestras herramientas, y garantizar que estemos capturando estas nuevas vulnerabilidades. 5. CREAR CONCIENCIA A NIVEL INTERNACIONAL: se hace un llamado a todos los gobiernos para garantizar que proporcionen los recursos financieros adecuados para poder llegar a aquellos que más lo necesiten. 6. COOPERACIÓN COMO FORMA DE ÉXITO: reforzar los vínculos entre gobiernos, agencias y organizaciones no gubernamentales, para discutir y desarrollar opciones de respuesta humanitaria a los desafíos a los que ahora nos enfrentamos.

Comentario al Tema I Pamela Cartagena Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) Bolivia

Analizando el comportamiento de los precios en la última década, graficado ampliamente por Máximo Torero y Fidel Jaramillo, que muestra precios crecientes para los principales alimentos de la canasta básica duplicados en los últimos 4 años —y que siguen una tendencia similar hasta el 2015— se hace


necesario visualizar algunos factores estructurales de la actual crisis alimentaria sobre la población andina. Las causas del problema a nivel global —según mi percepción— están por demás generadas en el modelo de desarrollo y políticas de Estado vigentes en los últimos 50 años, que han sido totalmente opuestas para los países de economías centrales y los periféricos: proteccionistas del sector primario en el primer caso, y de abandono estatal en el segundo. Asimismo, estos modelos han consolidado una debilidad institucional que está siendo difícil de romper en la mayoría de países latinoamericanos. En el caso de Bolivia, las políticas al sector productor han seguido un curso diferenciado por regiones: Por un lado, el escaso fomento a la producción destinada a la seguridad alimentaria y la falta de incentivos para el desarrollo de la producción tradicional, han sido una constante en la región andina. A nivel nacional no se ha tenido consideración con la producción tradicional que además abastece la mayor parte del consumo interno, lo cual ha desembocado en importantes migraciones temporales y/o definitivas de población que conforma actualmente los cinturones de pobreza de las ciudades del eje troncal (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz), así como la desvalorización o pérdida de saberes tradicionales para el manejo sostenible de los recursos. Por otro lado, las políticas favorables a la producción primaria exportadora impulsadas en el oriente boliviano no han hecho más que ampliar la brecha entre la agricultura empresarial y la tradicional, que no sólo se ha evidenciado en el acaparamiento de tierras y explotación por parte de un sector al otro, sino que ha consolidado élites locales que actualmente se resisten a algunos cambios estructurales que coadyuven a un acceso a recursos productivos, como la tierra, para los campesinos e indígenas bolivianos. Finalmente, si bien en algunos países las políticas sociales se han orientado a la aparición de mágicas pero insostenibles fórmulas que, a través de bonos o subsidios pretenden paliar el hambre y la pobreza, sólo alcanzan a dinamizar las economías locales de manera temporal teniendo también efectos nocivos sobre la estabilidad de la moneda nacional. Pese a este desalentador panorama, los productores de la región andina han resistido y aún encuentran ventajas en la actual crisis alimentaria debido a la particular geografía donde se ubican y la lógica productiva caracterizada por la utilización del espacio, la diversificación y los saberes locales para el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. Los esfuerzos de los gobiernos deberán centrarse en revalorizar el aporte y potencial de la región andina no sólo para la producción de alimentos, sino por la calidad proteica que la mayoría de los tubérculos y granos andinos ofertan. Asimismo, si bien no se puede luchar contra las condiciones geográficas que determinan escasas áreas de producción, sí se puede luchar contra las condiciones de producción a través del mejoramiento de la infraestructura productiva, como vías de integración a mercados, riego y prácticas de manejo que incrementen la productividad de estas áreas. Finalmente, la generación de incentivos a la producción y consumo local de estos valiosos productos andinos coadyuvarían también a disminuir los índices de desnutrición crónica que aún enfrentan nuestros países.

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Tema II Medidas políticas de los países andinos para enfrentar las oportunidades y amenazas que conlleva la crisis alimentaria ¿Cuáles son las medidas políticas asumidas por los países andinos y qué se recomienda hacer respecto a la seguridad alimentaria de la región y el aprovechamiento de oportunidades?

Conferencia del Tema II Medidas que se están tomando y/o se deben tomar en los países andinos4 Jorge Tello CAN

Introducción El propósito del informe es presentar las medidas adoptadas y las que se deben adoptar por los países de la Comunidad Andina para enfrentar los efectos del alza del precio de los alimentos originado, principalmente, por el incremento de los precios internacionales de productos que importan los países de la CAN, por presiones de demanda interna y por problemas de oferta interna debido a desastres naturales que han reducido sus cosechas. El alza de los precios de los alimentos agrava la inseguridad alimentaria en los hogares de grupos más vulnerables (consumidores), pero también genera oportunidades para fomentar la producción agrícola y el desarrollo rural (productores). Los países andinos son importadores netos de maíz amarillo, trigo, soya y derivados (con excepción de Bolivia), por lo que el incremento de los precios internacionales influye sobre los precios de los alimentos derivados de estos productos. Si bien en las últimas semanas se observa una reducción de los precios internacionales de estos productos aún se mantienen en niveles elevados con relación a los de 2007. Productos

Precio máximo FOB

Precio actual FOB

(US$/t)

Fecha

(US$/t)

Fecha

Maíz amarillo

306

2ª quinc. Jun/08

250

2ª quinc. Jul/08

Trigo

496

1ª quinc. Mar/08

306

2ª quinc. Jul/08

Soya

617

1ª quinc. Jul/08

549

2ª quinc. Jul/08

Aceite crudo soya

1444

2ª quinc Feb/08

1262

2ª quinc. Jul/08

Fuente: bases de datos SG-CAN

4. Informe preparado como insumo para la conferencia electrónica “La Crisis Alimentaria: retos y oportunidades en los Andes”, organizada por CONDESAN, con el apoyo de la Secretaría General de la Comunidad Andina, la Iniciativa Andina de Alianza para las Montañas, la FAO y COSUDE, en el tema “Medidas que se están tomando y/o se deben tomar en los Países Andinos”. Ha sido elaborado por Jorge Tello, funcionario de la Secretaría General, cuyo contenido no compromete a la Secretaría General.

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Ante la aceleración de la inflación de los alimentos en los países andinos, los gobiernos han tomado medidas para abordar el problema, principalmente para minimizar el impacto sobre los consumidores. Este tema es materia de preocupación entre los países andinos por lo que fue abordado en la II Reunión del Grupo Ad Hoc de Seguridad Alimentaria en Poblaciones Indígenas de la Comunidad Andina, realizada el 16 de junio del presente, oportunidad en la cual los países informaron brevemente sobre las medidas adoptadas para enfrentar el alza del precio de los alimentos. Por su parte, los organismos internacionales también están siguiendo la evolución de este tema, como se deduce de publicaciones recientes: “Iniciativa de la FAO relativa al aumento de los precios de los alimentos. Guía para medidas inmediatas a nivel nacional”, e “Impacto del Incremento de los Precios de los Alimentos En América Latina y El Caribe: La Experiencia de los Países Andinos”, del BID. Finalmente, cabe destacar que la falta de resultados de las negociaciones de la Ronda de Doha agrava la incertidumbre sobre la evolución futura de los precios internacionales de los productos agropecuarios, que aún se mantienen elevados.

Medidas adoptadas Los gobiernos de los países andinos han adoptado una serie de acciones para contrarrestar los efectos 52

del alza del precio de los alimentos, ya sea mediante políticas macroeconómicas, medidas específicas por productos y estímulos a la producción. En este caso se presentan las medidas específicas, principalmente aquellas dirigidas a atenuar los efectos sobre el consumidor. Se observan coincidencias entre las medidas adoptadas por los países andinos, las cuales se presentan a continuación agrupadas por diferentes áreas: Comercio internacional • Bolivia: Libre importación de alimentos (harina de trigo, arroz, maíz, carnes). Restricciones a las exportaciones (carnes, arroz, harina de trigo, maíz, aceites vegetales). • Colombia: Se ha destacado la importancia de la política comercial en la seguridad alimentaria y nutricional, con el fin de disminuir la vulnerabilidad del país frente a las fluctuaciones del mercado internacional de productos agroalimentarios. • Ecuador: Se difiere temporalmente el arancel a 0% para importaciones de trigo y harina de trigo, reducción de aranceles para 1.957 partidas, incluyendo insumos y bienes de capital, apoyo a la importación de úrea y distribución a través del Banco Nacional de Fomento a los pequeños y medianos productores agrícolas. • Perú: Reducción arancelaria a la importación de alimentos. Comercio interno • Bolivia: Ferias agropecuarias. • Colombia: Se evalúa adoptar medidas para financiar cooperativas para que puedan hacer el mercadeo de productos nacionales para los sectores populares de La Guajira.


• Ecuador: Expendio de arroz y aceite a precios más bajos (a través de la lista del Bono de Desarrollo Humano); implementación de Ferias Ciudadanas (productores-consumidor final); Programa Socio Tienda, cuyo propósito es mantener precios estables y de mejorar la capacidad de compra de la población más pobre. • Perú: Ferias dominicales. Control de precios • Bolivia: Regulación de precios (pan y arroz). • Ecuador: Control de precios sobre artículos de la canasta familiar (leche, maíz, harina de trigo para panificación, banano, arroz). Transferencias • Ecuador: Aumento de cobertura y nivel del Bono de Desarrollo Humano de US$ 20 a US$ 30 dólares, que se otorga a las familias de los quintiles de ingresos más bajos. Asistencia Alimentaria • Ecuador: Entrega de raciones alimenticias a los grupos más vulnerables por las inundaciones. • Perú: Distribución de bolsas de alimentos en zonas marginales pobres de Lima Metropolitana, de carácter temporal (aceite vegetal, conserva de anchoveta, menestras y cereales). Incentivos • Colombia: Se evalúa darle tratamiento de exención del IVA a productos de la canasta familiar. • Ecuador: Subsidios a los insumos agroquímicos; incentivos para exonerar el pago de impuesto a la renta; exoneración de IVA a bienes de capital e insumos agrícolas. Otras acciones • Bolivia: Creación de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos, para apoyar la producción agropecuaria, contribuir a la estabilización del mercado de productos agropecuarios y a la comercialización de la producción del agricultor; establecimiento del Programa Productivo para la Seguridad y Soberanía Alimentaria 2008; creación del Fondo para la Reconstrucción, Seguridad Alimentaria y Apoyo Productivo. • Colombia: Coordinación entre el sector privado y el sector público para profundizar acuerdos de cadena, que puedan conducir a reducir intermediaciones y buscar más estabilidad en los precios. • Ecuador: Créditos para fertilizantes y semillas para pequeños agricultores, desarrollo de un plan de emergencia para reactivar la producción y productividad de los pequeños y medianos productores del agro a fin de solucionar los problemas ocasionados por las inundaciones. • Perú: Promoción de la producción y consumo de cultivos agrícolas nacionales que sustituyan a productos alimenticios importados (productos nativos, entre otros); establecimiento del Consejo Nacional de Seguridad de Abastecimiento Agroalimentario cuyo objetivo es realizar monitoreo y seguimiento de la evolución de la oferta, demanda, precios y disponibilidad de los principales productos agropecuarios en los mercados.

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Efectos Puede ser prematuro evaluar los efectos de las medidas adoptadas para contrarrestar los efectos del alza del precio de los alimentos. Sin embargo, hay cierta evidencia sobre los efectos probables de algunas de las medidas adoptadas5. Comercio internacional La reducción de los aranceles a la importación de insumos y alimentos reduce el costo de importación del producto importado y debe contribuir a la reducción de los precios internos al consumidor. Las restricciones a las exportaciones, si bien ayudan a frenar los precios internos, pueden generar trabas para expandir la producción y traer problemas a mediano plazo. Además, este tipo de medida incentiva el contrabando de alimentos. Control de precios Con estas medidas los consumidores se benefician de la estabilidad de precios (sean pobres o ricos). Sin embargo, puede desestimular la producción y agravar las deficiencias en la disponibilidad de alimentos (escasez). Transferencias Las transferencias de efectivo contribuyen a mejorar el bienestar de la población beneficiaria ya que puede utilizar este dinero adicional para comprar alimentos y contribuir a mantener la ingesta calórica y la calidad dietaria. Asistencia alimentaria 54

A través de estas medidas también se contribuye al aumento en la disponibilidad de alimentos y se contribuye a mantener la ingesta calórica. Otros incentivos La reducción o eliminación de impuestos a los productos alimenticios debe contribuir a la disminución de los precios al consumidor de los productos alimenticios, lo cual ayudará a mejorar la capacidad adquisitiva de los consumidores. Esto se debe reflejar con mayor claridad en los estratos más pobres de la población para quienes el gasto en alimentos representa una gran proporción de sus ingresos.

Otras medidas6 Adicionalmente a las medidas adoptadas se ha identificado otro conjunto de medidas que podrían aplicar los países, especialmente para estimular la producción interna: Sistemas de información de precios y mercados. Acuerdos en la cadena de valor (que incluya márgenes de comercialización). Promover la agricultura contractual. Apoyo inmediato a la producción en huertas familiares y zonas irrigadas. Esquemas crediticios piloto de fertilizantes y semillas para pequeños agricultores para la próxima campaña agrícola. Producción comunitaria de semillas. 5. Ver informes del BID y FAO. No se consideran los posibles efectos macroeconómicos que tendría la aplicación de estas medidas. 6. Sección basada en el informe de la FAO: “Iniciativa de la FAO relativa al aumento de los precios de los alimentos. Guía para medidas inmediatas a nivel nacional”. FAO. Mayo 2008.


Comentarios del panel al Tema II Comentarios del panel sobre “Las medidas que se están tomando y/o se deben tomar en los países andinos” Por Fernando Soto Baquero Coordinador de Políticas de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe

Nivel macro La situación de los países andinos, en términos relativos, es menos vulnerable que en la mayor parte de los países de la región. Aunque todos ellos son importadores netos de alimentos, por su condición de exportadores de materias primas altamente valorizadas en los mercados internacionales, como minerales, petróleo o gas natural, aparecen en condiciones relativas mejores que gran parte de la región, menos vulnerables y con mayor capacidad de amortiguar impactos negativos; de ahí que las previsiones de desaceleración económica sean menores. Los países andinos serían los principales ganadores del aumento en los precios de los productos básicos. Según un reciente estudio elaborado por José Antonio Ocampo y María Ángela Parra, el actual boom de precios “es más un boom de los precios minerales que de los precios agrícolas, que sólo se han recuperado de niveles muy deprimidos. Podemos entonces haber entrado en una era de significativas oportunidades para los exportadores de minerales”7.

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Gráfico N01. Precio real de los commodities (1945-1980=100) 250

200

150

Tropical Otras agriculturas

100

Metales

50

0

1971-80

1998-03

2004

2005

2006

2007

Mar. 08

Ello contribuye a explicar una mejoría significativa en los términos de intercambio en el 2007, que ascendieron del 40% al 60% para Bolivia y Perú, y encima del 25% para Colombia y Ecuador, todo 7. “This is a boom of mineral, not an agricultural price”. José Antonio Ocampo y María Ángela Parra, marzo 2008.


ello en relación a 2003. Esto contrasta con la situación de países exportadores de alimentos, como Argentina y Brasil, cuyos términos de intercambio únicamente mejoraron en 10% o menos8. A pesar de ello, recientes estimaciones (BID, 2008) indican que la pobreza aumentará entre 3.5 y 5.3 puntos porcentuales en los países andinos, como consecuencia del aumento en los precios de los alimentos. El fuerte aumento de la inflación, originado en el alza de los precios de los alimentos, tiene un efecto distributivo regresivo, afectando fundamentalmente a la población de menores ingresos, que destina por encima del 70% de sus gastos totales a alimentos, en los casos de Bolivia, Colombia y Perú, y en torno a 60% para Ecuador.

Cuadro N° 1. Estimaciones del impacto en un aumento de la pobreza derivado del aumento en los precios internacionales de los alimentos Países Población Porcentaje población en pobreza

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(millones)* Bolivia 9.8 Colombia 47.5 Ecuador 13.6 Perú 28.8 América Latina y el Caribe 489.0 * Estimado para 2007 ** En base a un aumento del 30% en precios de alimentos Fuente: BID. Agosto 2008

Antes del alza precio de alimentos 61.3 52.0 38.6 44.2 38.5

Impacto neto después del alza en precios** 65.4 54.7 41.9 49.5 46.1

Con este panorama, los países andinos estarían, en perspectiva, en condiciones de aplicar una política macroeconómica en la que el combate a la inflación y la recuperación de la estabilidad económica fueran compatibles con la ampliación de los sistemas de protección social que amortigüen los impactos negativos en la población vulnerable. El desafío que enfrentan, en el corto plazo, está en el balance o combinación que debiera haber entre políticas monetarias contractivas, que están aplicando prácticamente todos los países, —con las consiguientes elevación de tasas de interés y desaceleración económica— con una política fiscal que, sin ser excesivamente expansiva, mantenga y amplíe programas sociales e incentive la producción de alimentos, particularmente en el amplio sector de la agricultura familiar. Los países andinos tienen la oportunidad de mantener y ampliar significativamente sus programas de transferencias de ingresos (Bono “Juanito Pinto” y “Comunidades en Acción” en Bolivia; “Familias en Acción” en Colombia; “Bono de Desarrollo Humano” en Ecuador y “Juntos” en Perú) que son un excelente mecanismo de redistribución de ingresos y de protección de poblaciones vulnerables. Con una visión de mediano y largo plazo, los países andinos estarían en condiciones de plantearse desafíos mayores en el logro de una mejor distribución de ingresos y políticas que conduzcan a un

8. 2007 Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe. CEPAL Diciembre 2007.


crecimiento económico con inclusión social. Para ello sería indispensable políticas redistributivas, que apuntaran a una mejor distribución de los excedentes e ingresos fiscales que se obtienen del dinámico crecimiento de los sectores mineros y de energía. Ello dependerá, lógicamente, de las condiciones particulares y de la economía política en cada uno de los países involucrados.

Acerca de las medidas de comercio exterior Tal como lo plantea el expositor, y como ha sido ampliado en el Cuadro Nº 2, en lo que respecta a medidas de políticas en el ámbito del comercio exterior, los cuatro países de la subregión han implementado reducciones arancelarias y/o han eliminado barreras a la importación de productos alimentarios de consumo popular. Ecuador, además, ha hecho lo propio respecto a insumos y equipos para fomentar la producción agropecuaria y de paso, en un horizonte de mediano plazo, reducir la inflación. En un sentido inverso, Bolivia y Ecuador han establecido barreras a las exportaciones de productos básicos; en Bolivia, referida principalmente a los granos, incluyendo arroz, y a las carnes, y eventualmente, de acuerdo a la situación de abastecimiento del mercado interno, aceite; Ecuador ha impedido la venta al exterior de arroz, con algunas excepciones. En función de experiencias internacionales análogas podría advertirse que los beneficios esperados de las reducciones arancelarias en términos de que se reflejen automáticamente en una baja en los precios a los consumidores, depende en última instancia de las estructuras de los mercados de cada uno de los productos. En función de ello, parte importante de los beneficios esperados de la reducción de los aranceles puede quedarse en los márgenes de intermediación de los importadores. Entre los aspectos potencialmente negativos de esas medidas cabe señalar sus altos costos en materia de ingresos fiscales, que de algún modo requieren ser compensados, además de un eventual desincentivo a la producción nacional. En ambos casos la intensidad de esos efectos depende bastante de la temporalidad de las medidas: mientras menor duración, menores impactos negativos. La reducción arancelaria de insumos y equipos, hecho por Ecuador, tiende indudablemente a favorecer aumentos de productividad y producción, ya que promueve la incorporación de tecnologías (o al menos atenúa un menor uso) cuyos costos han tenido fuertes alzas a nivel internacional, especialmente los fertilizantes. En lo que respecta a las restricciones a las exportaciones, se trata de un tipo de medida muy controversial a nivel internacional, especialmente desde el punto de vista de los países importadores, ya que afecta directamente la oferta mundial y por lo tanto tiende a agravar las alzas de precios y aumentar la volatilidad. A nivel interno, la medida puede tener un efecto positivo a corto plazo, reduciendo los precios al consumidor del producto exportable, al asegurar una oferta abundante en el mercado interno; pero los efectos sobre la producción, a mediano plazo, pueden ser muy negativos, ya que en la práctica actúa como desestímulo; ello sin contar los conflictos sociales que pueden generarse, que son materia de la economía política de cada país.

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Cuadro N° 2. Medidas de comercio exterior de los países andinos para enfrentar alzas de precios de los alimentos País Bolivia

Tipo de medida de comercio exterior Reducción de aranceles o barreras comerciales

Aumento de aranceles y barreras comerciales

Autorización de importación de arroz, trigo (y derivados), maíz, aceite de soya y carnes. Además, se difiere temporalmente a cero por ciento (0%) el gravamen arancelario a la importación de: arroz para siembra, semiblanqueado o blanqueado; maíz para siembra y maíz duro.

Restricciones a la exportación de granos y carnes.

Colombia

Eliminación de aranceles para la importación de arroz y fríjol.

Ecuador

Reducción del arancel a la importación de trigo y harina de trigo.

Autoriza la exportación de aceite previa verificación de abastecimiento en el mercado interno. Restricción a la exportación de arroz.

Prohibición a la exportación de arroz, salvo a Venezuela, donde se enviaran 20.000 toneladas de la gramínea.

Eliminación de aranceles a 282 productos de importación, en especial insumos agrícolas (por ejemplo sustitutos de leche para la alimentación, alimento de ganado, e instrumentos de labranza). Perú

Eliminación de aranceles a la importación de los cereales.

Comentarios del panel al texto de Jorge Tello - Tema II: Medidas que se están tomando y/o se 58

deben tomar en los países andinos Por Eduardo Zegarra GRADE, Perú

El documento preparado por Jorge Tello presenta una rápida mirada a las principales medidas que vienen implementando los cuatro países miembros de la CAN en el actual contexto de fuerte elevación de precios internacionales de los alimentos. Los ámbitos de las medidas evaluadas son en comercio exterior, comercio interior, control de precios, transferencias, asistencia alimentaria, incentivos y otras acciones. En este comentario voy a plantear seis preguntas/reflexiones basadas más en lo que venimos observando en el Perú. 1. ¿En qué medida el aumento en precios internacionales de algunos alimentos se transmite a los mercados nacionales (en tiempo y magnitud)? Esto depende del patrón de importaciones de alimentos de cada país y del funcionamiento de los importadores y mercados internos. Si la transmisión es alta y afecta muchos productos al mismo tiempo podría tener sentido establecer un fondo de compensación temporal (como el que se usa para evitar aumentos drásticos de precios del petróleo en Perú), para evitar efectos muy marcados en los precios domésticos. Me pregunto si el uso de las bandas de precios (pero ahora sí para evitar las subidas muy fuertes dando subsidios) podrían haber sido un instrumento posible. Creo que la reducción arancelaria que han aplicado algunos países no ha sido suficiente para evitar la alta transmisión pues los aranceles eran ya relativamente bajos.


2. ¿Cómo han cambiado los precios relativos de los alimentos y qué efectos viene teniendo esto en la oferta alimentaria doméstica? Lo que hemos venido observando en Perú es que el aumento en el precio de los cereales (arroz, maíz, trigo) ha llevado a una rápida respuesta de los agricultores peruanos hacia estos cultivos en desmedro de otros como hortalizas, leguminosas y frutas. Si miramos la evolución de precios de alimentos, vemos que los que más suben ahora son este último tipo de productos, especialmente los perecibles. El caso del arroz es problemático porque este cereal consume muchísima agua y desplaza de la producción a más alimentos que lo que indicaría el mercado si el agua de riego tuviera un precio razonable (actualmente es casi gratis). 3. ¿Cómo vienen reaccionando los hogares frente al alza de los precios? En un estudio que estamos terminando para la FAO usando la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), estamos analizando el comportamiento en 14 productos que significan el 75% del consumo calórico de las familias peruanas. Lo que encontramos es que las familias usan activamente la sustitución de alimentos para evitar una caída más drástica en el consumo calórico. Curiosamente, el tipo de aumento de precios que hemos tenido se ha concentrado en las fuentes más baratas de calorías (arroz, pan, fideos) y mucho menos en las fuentes más caras (carnes, leche, pescado). En este caso venimos viendo que el muy moderado aumento de precios en carnes (sobre todo pollo) y lácteos ha logrado contrarrestar el efecto adverso incluso en los estratos más pobres. No obstante esto, el quintil más pobre sí ha tenido una caída de 6% en su consumo calórico, dado el mayor precio promedio por caloría que ahora enfrentan. La información sobre patrones de consumo y elasticidades por tipos de hogares ayudan a poder definir una mejor estrategia de ayuda alimentaria a los hogares más afectados, algo en lo que no sé cuánto se ha avanzado en cada país de la CAN. 4. ¿Cómo están siendo afectados los hogares rurales? Lo que venimos viendo en Perú es que los hogares rurales han tenido un mayor efecto adverso en su consumo calórico que los hogares urbanos debido al aumento de precios. Esto tiene que ver con los mayores costos de transporte de una geografía adversa. Igualmente, los hogares de la sierra han tenido un efecto negativo que es casi el doble que el resto de hogares del país en términos calóricos. La gran heterogeneidad de la población peruana hace imposible usar los promedios para definir estrategias apropiadas. Es preciso focalizar las medidas de ayuda en ciertos segmentos críticos, sectores rurales de la sierra, hogares dirigidos por mujeres, hogares con niños menores y ancianos. El gobierno peruano sólo ha atinado a repartir bolsas alimentarias en zonas urbano-marginales de Lima, y se ha olvidado que el problema es aún más grave en el interior, especialmente en la sierra rural y en la selva. 5. ¿Qué tipo de instrumento podría ser más apropiado para enfrentar efectivamente el efecto adverso en la seguridad alimentaria de la población? En mi caso planteo que el instrumento más apropiado es un bono alimentario (parecido al sistema de food stamps en Estados Unidos), orientado a los segmentos más vulnerables de la población. Según cálculos en Perú, se requiere atender con un promedio de 2 soles diarios a las familias afectadas para que puedan recuperar su consumo calórico previo. Esto equivale a unos US$ 12 mensuales o US$ 144 anuales por familia. Si hablamos de 2

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millones de familias en situación de pobreza, el costo anual del bono sería de unos US$ 300 millones (incluyendo gastos administrativos). Los bonos deberían servir para comprar aquellos alimentos que tienen mayor impacto en la nutrición de las familias pobres y se deben orientar hacia un consumo de calorías y proteínas de mayor calidad (por ejemplo, no pondría en el bono arroz, fideos o aceite vegetal). 6. ¿Qué tipo de institucionalidad es necesaria para enfrentar adecuadamente el problema? El gobierno peruano no ha atinado a crear una institucionalidad mínimamente apropiada para enfrentar el problema. El Consejo señalado por el Sr. Tello se ha creado dentro del Ministerio de Agricultura y prácticamente no ha tenido mayor rol. Lo que se requiere es un Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria Multisectorial, con participación de los gobiernos regionales y locales y representantes elegidos de la sociedad civil. Este Consejo debe orientar al Presidente y ministros en las medidas más apropiadas a tomar en el actual contexto, usando la mejor información disponible y calibrando adecuadamente los criterios de eficiencia y equidad. No sé si algún gobierno de la CAN ha avanzado en esta dirección.

Comentarios del Panel al Tema II: “Medidas políticas en los países andinos” presentado por el Dr. Jorge Tello Por el Dr. Carlos Pomareda Director de SIDESA

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El documento resume bien las medidas políticas que en cada país se han tomado en los campos de la política comercial, comercio interno, reasignación de recursos, control de precios, ayuda alimentaria, entre otras medidas. En la sección sobre efectos posibles, dada la ausencia de estudios más detallados, el documento presenta hipótesis tentativas de los efectos esperados. Por otro lado, al no contarse con información sobre los instrumentos específicos de política y la magnitud de recursos comprometidos en cada caso y su influencia en cada rubro de producción, no es posible saber la magnitud esperada de los efectos. Este es uno de los problemas más serios que se confronta en todos los países de América Latina a raíz de las medidas que se están aplicando. Tampoco se tiene información sobre la distribución de los beneficios de las medidas que se toman; lo cual es particularmente importante en países grandes, donde los productores de zonas más remotas no perciben ningún apoyo. Un aspecto que requiere discusión es el riesgo de que las medidas que se están tomando constituyan un paso hacia el retorno a medidas intervencionistas y de corte populista. Al respecto, cabe recordar que en el pasado dichas medidas poco han servido para alentar la producción y más bien sesgan los beneficios de las intervenciones a favor de unos pocos. Uno de los aspectos más importantes que requiere discusión es la capacidad institucional para la administración de las medidas. Al respecto, se sabe que en varios países del área, los ministerios


de agricultura y los servicios de extensión agropecuaria han cambiado y no tienen capacidad para desarrollar acciones como las que ahora se les encomienda. A título de provocar una discusión, y considerando que el tema no se ha abordado en el documento, se plantea la noción de que se está viviendo una crisis alimentaria dado el alto precio de los alimentos y la disminución del ingreso real de los consumidores más pobres. Y que en realidad no hay una crisis en la agricultura, sino un cambio sustantivo en los precios relativos (entre productos y entre productos/ insumos) y que por lo tanto hay que hacer ajustes en las tecnologías y patrones de producción y en la estrategia de participación en los mercados. Es claro que lo que más falta hace es una estrategia para la agricultura en el nuevo contexto internacional y no sólo planes de producción de alimentos básicos.

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Resumen de las presentaciones al Tema II Judith Kuan C. Moderadora temática judithkuan@gmail.com

En esta conferencia “La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes”, venimos analizando los factores de la crisis alimentaria mundial que está golpeando fuertemente a muchos países del planeta, aunque en menor medida a los países andinos. El reconocimiento de esta situación nos ha llevado a reflexionar sobre los factores que inciden en la situación alimentaria de nuestros países, encontrando que hay factores de tipo estructural respecto al desarrollo agropecuario, la reducción drástica de la pobreza, el mejor acceso y uso de los alimentos, hacer frente al cambio climático, entre otros, frente a los cuales se requieren tomar medidas de mediano y largo plazo. Asimismo, se ha visto que se presentan factores coyunturales o temporales, frente a los cuales los países están aplicando diversas medidas, especialmente dirigidas a contrarrestar el alza de precios de los alimentos y el abastecimiento. Por lo tanto, en nuestro diálogo, los términos “crisis alimentaria” no son sinónimo de “alza de precios de los alimentos”. En la exposición del Tema II, el Dr. Jorge Tello nos ha presentado las medidas políticas específicas que han adoptado los países de la CAN frente al incremento de los precios de los alimentos. Ha distinguido 62

aquellas especialmente dirigidas a apoyar a los consumidores: medidas de comercio externo, reducción de aranceles y restricción de exportaciones de ciertos alimentos y medidas de comercio interno, de apoyo al abastecimiento de alimentos, de control de precios de alimentos esenciales en la canasta de consumo, de transferencia de recursos monetarios o en especie a familias más pobres y exoneración del IVA. Por otro lado, ha mencionado medidas de diferente amplitud dirigidas a apoyar a la producción de alimentos: desde las de corto plazo, como subsidios a los insumos agrarios, exoneraciones tributarias, crédito a la producción y de emergencia climatológica, hasta medidas más estructurales y de mediano plazo: programas de desarrollo agropecuario, de seguridad y soberanía alimentaria, y de sustitución de alimentos importados. El Dr. Tello adelanta, también, algunos resultados de tales medidas sobre los que ya hay cierta evidencia. El Dr. Fernando Soto Baquero, Coordinador de Políticas en la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, analiza las medidas a nivel macro y de comercio exterior. Respecto a las primeras, señala que el desafío que enfrentan nuestros países en el corto plazo “está en el balance o combinación que debiera haber entre políticas monetarias contractivas… con una política fiscal que, sin ser excesivamente expansiva, mantenga y amplíe programas sociales e incentive la producción de alimentos, particularmente en el amplio sector de la agricultura familiar.” Anota que para el mediano y largo plazo los desafíos serán “el logro de una mejor distribución de ingresos y políticas que conduzcan a un crecimiento económico con inclusión social.” Y advierte sobre las limitaciones de las medidas de reducción arancelaria y de restricción a las exportaciones. El Dr. Eduardo Zegarra (GRADE), por su parte, contribuye analizando aspectos relacionados a los


consumidores. Él ha presentado un interesante conjunto de interrogantes y respuestas, a raíz del estudio que su institución viene desarrollando en Perú, señalando las diferencias de impacto y reacciones que se presentan dentro de las poblaciones pobres aún dentro de un mismo país y la necesidad de diferenciar instrumentos y de contar con una institucionalidad adecuada para enfrentar el problema. Finalmente, el Dr. Carlos Pomareda de SIDESA, destaca que “es claro que lo que más falta hace es una estrategia para la agricultura en el nuevo contexto internacional y no sólo planes de producción de alimentos básicos.” También puntualiza que no se cuenta “con información sobre los instrumentos específicos de política y la magnitud de recursos comprometidos en cada caso y su influencia en cada rubro de producción” para evitar que las medidas que se toman no sean aprovechadas por unos pocos. Por otro lado, advierte el riesgo de que las medidas que se están tomando constituyan un paso hacia el retorno a medidas intervencionistas y de corte populista.

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Comentarios de los participantes al Tema II Comentario al Tema II José Sánchez Narváez Coordinador de Ciencia y Tecnología ITACAB Convenio Andrés Bello, Perú

El documento presentado por Jorge Tello refleja lo que está pasando en el área andina a raíz de la crisis de los alimentos. Tengo algunas observaciones para incluir en la discusión: • En general, las medidas tomadas por nuestros gobiernos son de emergencia, lo cual indica una falencia en la planificación real y efectiva de una seguridad y soberanía alimentarias para nuestros pueblos. No hace mucho se ha ridiculizado y denostado, en reuniones nacionales e internacionales, contra los sistemas tradicionales de producción de alimentos, sobre todo los sistemas de autosostenimiento y autoabastecimiento de alimentos con productos locales. Sin embargo, un grupo de científicos hemos venido diciendo que las condiciones del “Tercer Mundo” o países “subdesarrollados” es diferente a los del Norte y no tenemos por qué imitarlos en todo. Tenemos una agricultura dual, es decir, producción local y de autoabastecimiento y otra de exportación, que no son contradictorias, sino complementarias. Pero si abandonamos una y privilegiamos la otra se generan los desajustes 64

que ahora tratamos. • Entonces el asunto no es de atención a los problemas coyunturales, es la planificación a largo plazo de un modelo de desarrollo auténtico y duradero, que parta de nuestras propias potencialidades (humanas, organizativas, de recursos biodiversos, etc.) y de nuestras capacidades. • Entre las medidas adoptadas podemos ver desde la libre importación de alimentos hasta la reducción arancelaria para algunos rubros de la canasta familiar. Como lo dice el documento, esto puede favorecer la reducción de los precios de los alimentos para los consumidores. Pero ¿qué pasa con los productores? ¿tienen que competir con alimentos foráneos subsidiados en sus países y que entran a los nuestros sin aranceles? El problema es mayor si se donan alimentos. Se desincentiva la producción local y se ahonda la crisis, generándose dependencia. • Lo que sí parece oportuno es la promoción acelerada de la producción de alimentos locales, favoreciendo su consumo; eso sería parte de la seguridad y soberanía alimentaria permanentes. • Los bonos de Ecuador o el Programa Juntos de Perú, también son medidas de emergencia que no solucionan el problema de fondo, pero ayudan en caso de crisis, solo que deben ser temporales y muy bien direccionados hacia los que realmente los necesitan y los empleen convenientemente. En cambio, los créditos a los agricultores, la promoción de la producción local y, las acciones de mejora de la comercialización sí son medidas sostenibles, cuando están bien planificadas y evaluadas.


Comentario al Tema II Herminio Ludeña Enciso Instituto de Reproducción y Biotecnología Pecuaria Perú

Realmente es oportuna la realización del presente foro y las apreciaciones que en el mismo se dan. Espero que todo ello pueda servir para elaborar un planteamiento más adecuado sobre seguridad alimentaria, erradicación de la extrema pobreza y del hambre en los países andinos. Las y los expositores y participantes en el presente foro hablan muy bien de lo que sucede en relación al problema en el marco macro, del comercio exterior y lo que se debe hacer en el corto plazo. Sin embargo existe muy poco respecto a lo que está sucediendo con las comunidades campesinas y nativas, donde está asentada la población de mayor pobreza y de menores ingresos: • En el Perú, el Estado se está preocupando por mejorar el marco legal para los grandes inversionistas al promover la creación de un “mercado de tierras” con la promulgación de los decretos legislativos Nº 1015 y 1073, que desfavorecen explícitamente a comunidades campesinas y nativas. Ello indudablemente condenará al hambre y la pobreza extrema a miles de pequeños productores rurales. Con ello el Perú no cumplirá con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). • En el aspecto social se están dando políticas de corto plazo y asistencialistas; ello siempre ha ocurrido en circunstancias difíciles, pero nunca han dado los resultados que los pueblos excluidos y los técnicos que trabajamos por dichas regiones esperábamos. Por lo tanto, es imprescindible la reestructuración del Ministerio de Agricultura, que hace más de cuarenta años que no realiza la labor apropiada para desarrollar la agricultura en las regiones alto andinas y en la amazonía del Perú. • Para un efectivo y eficiente desarrollo de los pequeños y medianos productores, es necesaria la implementación de equipos multidisciplinarios en extensión agropecuaria. En las regiones andinas tenemos la oca, el olluco, la arracacha, la maca, la quinua, la kiwicha, el tarwi, el amaranto y muchos otros cultivos que pueden dar alimento a las poblaciones de las regiones pauperizadas y además forraje para alimentar sus crianzas de ovinos, cuyes, vizcachas, alpacas y otras especies regionales. Todo ello aparte de la papa, el maíz, las habas y otros cultivos que se dan en los valles interandinos y en ciertos lugares protegidos en alturas mayores. Los países andinos debemos consumir lo que producimos, el Ejecutivo y el Legislativo deben crear el marco legal propicio para que se desarrollen los cultivos y crianzas propias de las regiones y, simultáneamente, reestructurar al anquilosado Ministerio de Agricultura, y que este sea capaz de dar las herramientas físicas, técnicas y crediticias para que los productores rurales mejoren su producción y productividad de sus tierras. • En el Perú se está descentralizando la forma de gobierno, ello nos debe conducir a mejorar nuestro sistema alimentario en las diferentes regiones, no seguir los patrones establecidos por el centralismo limeño. En las regiones es mucho más fácil el establecimiento de ferias regionales, de mercadillos de productores, de venta ambulante de productos; pero todo ello debe ir de la mano con la implementación de un registro de productores, ya que siempre aparecen intermediarios y los precios tienden a elevarse.

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Comentarios al comentario de H. Ludeña Manuel Leiva Castillo Asesor del Despacho Vice ministerial de Agricultura Ministerio de Agricultura Perú

Coincido con los comentarios de Herminio Ludeña; sin embargo, hay que precisar que la situación ha empezado a cambiar desde 2007. Hoy tenemos un nuevo Ministerio de Agricultura, ágil, desburocratizado, moderno y al servicio de todos los agricultores, fomentando una eficaz coordinación con las regiones para contribuir a profundizar la descentralización y de esta forma llegar a los agricultores más pequeños y pobres. La nueva estructura del MINAG contará con un Comité de Planeamiento Sectorial; una Oficina de Apoyo y Enlace Regional; 4 Direcciones Generales; 3 Órganos Desconcentrados (Servicio Nacional de Sanidad Agraria; Instituto Nacional de Innovación Agraria y la Autoridad Nacional del Agua); y 2 Programas (Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural – AGRORURAL y el Programa de Compensaciones para la Competitividad). Para ello, ha sido necesaria una nueva Ley de Organización y Funciones (D.C. Nº 997) y 18 decretos legislativos, los mismos que harán posible el desarrollo de los seis ejes estratégicos (agua, acceso a mercados, innovación e investigación agraria, información agraria, capitalización y seguro agrario, y desarrollo rural). De este paquete de normas legales, siendo todas muy importantes, quisiera destacar 66

el D.L. Nº 1020, que establece el marco normativo para promover la organización de los productores agrarios y la consolidación de la propiedad rural con la finalidad de ampliar el acceso el crédito agrario, y el D.L. Nº 1077 que crea el Programa de Compensaciones para la Competitividad. El Programa de Compensaciones, adecuadamente articulado con las otras dependencias del Ministerio de Agricultura, con los gobiernos regionales y locales, con los productores agrarios y con los inversionistas privados, impulsará el cambio en el sistema productivo agrario para elevar su rentabilidad y competitividad mediante el aumento en la productividad, la agregación de valor, la diversificación agraria y/o el cambio hacia otros cultivos. Los beneficiarios son los medianos y pequeños productores de todo el país que desarrollen sus actividades en unidades productivas sostenibles de todo el país, pudiendo abarcar todo tipo de productos generados por la actividad agraria. Actualmente, se está reglamentando la ley, implementando la Unidad Ejecutora del programa y ultimando detalles para el financiamiento. Como verán, el gobierno peruano a través del Ministerio de Agricultura, ha iniciado un proceso irreversible de transformación del agro para elevar la producción, productividad, rentabilidad y competitividad. Respecto a la seguridad agroalimentaria, el MINAG también ha iniciado un proceso para la reducción de la vulnerabilidad y adaptación del agro a la variabilidad climática y al cambio climático, por ser uno de los factores estructurales que podrían influir drásticamente en el mediano y largo plazo, en la producción de alimentos en las diferentes regiones del país. Con ese fin, ha constituido mediante Resolución Ministerial Nº 0647-200-AG un grupo de trabajo técnico que propondrá lineamientos de


política sectorial, estrategia, planes y proyectos, así como la articulación con los demás sectores y los gobiernos regionales y locales.

Comentario al Tema II Hugo Vaca De la Torre UMSA Bolivia

El tema planteado sobre las medidas adoptadas en los países andinos en relación a la crisis alimentaria recoge las políticas adoptadas por los países miembros en los últimos meses, en la perspectiva de enfrentar los efectos del alza de los precios internacionales de productos importados (inflación importada), y los problemas de demanda y oferta interna, esta última como efecto de desastres naturales. Como resultado de la conjunción de estos factores, señala el profesor Tello que se habría agravado la inseguridad alimentaria en los consumidores más vulnerables, debemos suponer en los sectores de menores ingresos de las ciudades, los sin tierra o agricultores con reducida producción que, por otro lado, también son consumidores. Al mismo tiempo, señala que el alza de precios podría generar oportunidades para incrementar la producción en los sectores agrícolas y alcanzar el desarrollo rural. Personalmente considero que alcanzar ese nivel de desarrollo requiere de muchos factores, que van más allá de las oportunidades coyunturales de aumento de precios, o de limitaciones en los factores de producción, particularmente de los pequeños productores, ya que también se requiere incorporación de tecnología, propiedad de la tierra, acceso a mercados y generación de excedentes. Por ello, antes de ingresar al análisis de las medidas adoptadas por los países miembros de la Comunidad Andina, planteadas por el Dr. Tello, así como en la reunión del Grupo Ad-a.C. de Seguridad Alimentaria en Poblaciones Indígenas de la CAN, surge nuevamente la interrogante planteada por varios participantes del tema anterior respecto al concepto de crisis alimentaria utilizado, es decir, si esta es de carácter estructural, proviene desde el exterior, resultado de la carencia de productos por menor oferta que provoca elevación de precios o el inicio de procesos inflacionarios. En el tema anterior se señalan varios factores exógenos, como la elevación de precios de los combustibles, la caída del dólar norteamericano, la producción de biocombustibles y los fenómenos climáticos, respecto a los cuales se plantea una variada y exhaustiva gama de políticas que deberían adoptarse para superar tanto la crisis alimentaria como el alza de precios. Por ello, su precisión conceptual permitirá determinar las connotaciones básicas de la llamada “crisis alimentaria” y evaluar las medidas adoptadas para superarla. Por otra parte, sería pertinente establecer si el ámbito de la crisis alimentaria es de carácter general para una economía o si sus efectos son diferenciados para la parte urbana y rural. Los productores campesinos no sólo padecen la inflación sino que también pueden generarla. Así ocurre con la inflación importada que afecta a los agentes económicos tanto en su condición de productores como consumidores; en el primer caso a través de la incorporación de maquinarias, materias primas

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fertilizantes etc. y en el otro, por el consumo de productos industrializados. De igual manera pueden generar inflación si sus condiciones de producción están subsidiadas o tienen el carácter de oligopolios y otras ventajas de acceso a mercados, transporte, calidad, capacidad exportadora, experiencia. En este aspecto hay que diferenciar la pequeña producción campesina o tradicional que orienta su producción al mercado interno, del sector moderno de la agricultura que destina su producción a las exportaciones. Uno de los comentaristas del Tema II señala que no existen contradicciones entre ambas, cuando por el contrario los productos, insumos, materias primas y mano de obra sirven al sector moderno para alcanzar competitividad y rentabilidad, es decir subsume a la producción campesina. En el caso de Bolivia, esta es la característica de su sector agropecuario y creo que lo propio sucede en las otras economías andinas. El sector tradicional agrícola produce entre el 60 al 100 por ciento de los productos de la canasta familiar, abasteciendo el consumo de los habitantes del área urbana, sin embargo continúa con bajos índices de desarrollo humano debido a la acción de los intermediarios y el intercambio desigual con los productos industrializados, debiendo por lo tanto destinar una proporción mayor de su producción para obtener la misma o menor cantidad de ellos. Esta situación se agrava por la importación de productos agrícolas que compiten con la producción nacional y por las donaciones de alimentos. Por otra parte, el problema de la tenencia de la tierra impide a los pequeños productores incrementar su producción viéndose obligados a emigrar a las ciudades en el afán de recuperar sus ingresos familiares. 68

Por ello las medidas asumidas en el último período en Bolivia, señaladas por el expositor, son insuficientes para superar el desequilibrio estructural de la producción campesina, incapaz de poder beneficiarse de las oportunidades de los aumentos de precios de los productos agrícolas, con excepción de los productores con buena calidad de tierra, agua, maquinarias agrícolas y próximos a los mercados de consumo. Es el caso de la libre importación establecida por la política neoliberal vigente desde 1985, que destruye la producción interna, modelo no modificado hasta ahora. En cuanto a las restricciones a las exportaciones de productos de la agricultura moderna —azúcar, aceite, arroz, soya— han sido determinadas para obligar a estos productores a bajar sus precios para el mercado interno con el propósito de reducir las presiones del alza de precios aunque con poco efecto por los precios relativos y la especulación. En el caso del arroz, el gobierno ha dispuesto su importación en razón a la caída de la producción por factores climáticos. Hoy, la arremetida de los sectores oligárquicos del oriente del país (Beni y Santa Cruz), grandes productores da carne, en su oposición al gobierno del presidente Juan Evo Morales Ayma, ratificado con el 67 por ciento de votos en el referéndum del 10 de agosto, ha conducido a restringir de manera irracional el envío de carne al occidente del país, (La Paz, Oruro y Potosí), determinando una nueva forma de elevación interna de precios por factores políticos. Para contrarrestar esos efectos se busca abastecer el consumo basándose en la ganadería del altiplano que no es suficiente, y eventualmente importar carne de la Argentina, país que, dicho sea de paso, también ha sufrido la imposición de sus grandes empresarios, particularmente de los soyeros, aliados


con transportistas, para soslayar las retenciones impuestas a las ganancias extraordinarias de los exportadores del grano de soya producto de la elevación de los precios internacionales de este grano. Las retenciones estaban dirigidas a beneficiar a los pequeños productores del campo. Por otra parte, gracias a los excedentes mineros y de hidrocarburos se ha constituido un importante fondo de desarrollo productivo para los pequeños y medianos productores, con bajas tasas de interés, cuyos resultados se verán recién el próximo año. En cuanto a las tradicionales ferias agrícolas del área andina, que también existen en Perú y Ecuador, evitan en cierta manera la elevación de precios, aunque no los de los productos industrializados. Últimamente se están organizando ferias en las ciudades principales con suministros de pequeños productores que evita así a los intermediarios. En cuanto a las transferencias, parte de los recursos provenientes de los hidrocarburos (IDH) se ha destinado a los municipios para salud, educación e infraestructura, así como al pago del Bono Dignidad a las personas mayores de 60 años y al bono “Juancito Pinto” para que los niños de las escuelas fiscales compren sus útiles y a los desayunos escolares con productos de la economía campesina para todos los estudiantes. Los recursos del IDH constituyen otro factor de disputa entre el gobierno nacional y los departamentos llamados de la “media luna” que pretenden alcanzar las autonomías regionales y el federalismo al margen de la Constitución Política de Estado CPE, provocando la virtual división de Bolivia en base al ejemplo de la antigua Yugoslavia. A efecto de poder competir con los grandes productores del oriente del país, se ha creado la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA), que ha logrado sólo una pequeña producción de aceite de soya, aunque a precios inferiores a la producción del sector moderno de la agricultura de Santa Cruz de la Sierra. Sin embargo, todas estas medidas de política económica requieren ser articuladas en el marco de un desarrollo nacional con énfasis en la agricultura campesina que permita mejorar las condiciones sociales de un tercio de la población dedicada a la agricultura. Empero, estas acciones serán insuficientes en la medida que los países con bajo desarrollo como los de la CAN, a pesar de sus importantes potencialidades de recursos humanos y naturales, continúen compitiendo entre sí. Es necesario profundizar el proceso de integración para articular producciones y mercados a través de armonizaciones fiscales, monetarias y desrregulaciones arancelarias graduales que permitan elevar el nivel de vida de nuestras poblaciones, retomando el enfoque inicial del mercado andino, para después articularse con el MERCOSUR, en lugar de volver a pensar en las ayudas de los organismos internacionales que están condicionadas a la firma de Tratados de Libre Comercio como el ALCA o los TLC con EE.UU. y Europa. Creo que primero se deben unificar las naciones y pueblos de Latinoamérica para después enfrentar acuerdos con países de otros continentes.

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Comentario a los comentarios de C. Casani y de H. Vaca José Sánchez Narváez Coordinador de Ciencia y Tecnología ITACAB Convenio Andrés Bello Perú

Creo que hay un consenso virtual referido a la necesidad de enfrentar la “crisis alimentaria” como un problema estructural, derivado de un modelo de desarrollo que no nos alcanza. De allí el retome de la seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria como medida urgente pero permanente para permitir la reproducción de nuestras comunidades rurales con cultura ancestral y, también como fuente del mayor porcentaje de la alimentación nacional, tanto rural como urbana. No creo estar en abierta contradicción con Carmen Casani, ya que es posible unificar criterios frente a la solución a la crisis alimentaria. Carmen dice que el problema es únicamente técnico, pero creo que también es social y cultural. Por ejemplo: la solución a la comercialización interna y externa de alimentos pasa por la organización de los productores y los consumidores para velar por sus intereses, ya que la mayoría reconoce que “la parte del león” se la lleva el intermediario en perjuicio tanto de productores como de consumidores. Es cierto que lo más rápido es “transferir” es decir, montar un sistema de extensión —también con fuerte componente social— para ofrecer las condiciones necesarias al desarrollo rural, no solo 70

agrícola. Lo lamentable es que el neoliberalismo desmontó de nuestros países estos sistemas, los que aun con sus problemas y falencias, deberían ser el soporte del desarrollo rural. Lo más destacable es lo que creo Carmen menciona: la ética profesional en los procesos de desarrollo, eso debería ser un factor fundamental “las intervenciones transparentes y el compromiso” a lo que habría que agregar el asumir nuestras responsabilidades por nuestros actos. Cuando el Dr. Hugo Vaca pide “establecer el ámbito de la crisis alimentaria, si es de carácter general para una economía o más bien si sus efectos son diferenciados para la parte urbana y rural”, en realidad se ha estado diciendo que ambos sectores se ven perjudicados tanto por la coyuntura internacional como por algunas medidas para contrarrestarla. Pero los efectos son diferentes para cada sector. La incapacidad del sector tradicional de la agricultura de nuestros países, como dice Hugo Vaca, creo que se debe a no haber introducido un factor de gestión empresarial en el campo, cálculo de costos y beneficios netos, la transformación de la producción local, ni mejoras en el sistema de comercialización. Y poner todo esto dentro de un proceso de extensión que ponga al alcance del pequeño productor nuevas tecnologías apropiadas a su realidad, crédito oportuno y competitivo, infraestructura, etc. Con todo esto se podría lograr la competitividad y la producción de calidad para el autoconsumo y la exportación.


Comentario al Tema II Luis Guerrero EDAC Cajamarca Perú

La ponencia del Sr. Jorge Tello resume las medidas que los gobiernos de la región andina vienen promoviendo y aplicando. Sería interesante que el Sr. Tello nos pudiera resumir, si fuera posible, las medidas que viene promoviendo el sector privado, las organizaciones de cooperación y las organizaciones agropecuarias; con esa información podríamos tener una mirada más integral del cómo se viene enfrentando la crisis alimentaria ligada a los precios. Las poblaciones andinas tienen mecanismos culturales de protección cuando se producen problemas. En el caso alimentario, el subsidio es el mecanismo más directo e inmediato. Es debatible el tipo de subsidio, pero la experiencia de varias organizaciones nos da un rumbo. El mejor subsidio es el que está dirigido a la producción, por ejemplo la ayuda alimentaria para recuperar la fertilidad de los suelos y evitar la erosión, la agroforestería, o la construcción de obras de riego, infraestructura de transporte o servicios de agua potable o comunicaciones, por mencionar algunas. Los comedores populares, escolares, son un mecanismo directo porque están ligadas a la organización de los padres de familia y de la población, y al mismo tiempo nos permiten aplicar otros tipos de programas sociales. El Sr. Eduardo Zegarra sugiere un Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria Multisectorial con representantes de los gobiernos regionales, locales y de la sociedad civil; la idea es interesante, pero habría que evaluar su eficacia en el corto plazo y dependerá de la voluntad política de quienes gobiernan, porque se tiene que destinar recursos, como es el caso del “vaso de leche” en el Perú. Los gobiernos subnacionales tienen una inmensa responsabilidad en atacar el hambre y la pobreza y tienen los mecanismos para hacerlo: la organización de las Ferias, la información y la orientación de los productos alimenticios a consumir, el mejoramiento de la relación del productor con el mercado, por mencionar algunas. En el caso del Perú, los gobiernos locales administran el vaso de leche, el PRONAA, donde se tiene un tejido social extraordinario. Si estas actividades son concertadas con las acciones del gobierno nacional, se pueden obtener resultados positivos.

Comentario al Tema II Claire Nicklin Representante Regional - Los Andes The McKnight Foundation Programa Colaborativo de Investigación de Cultivos Quito, Ecuador

En la última reunión del Programa Colaborativo de Investigación de Cultivos de la McKnight Foundation en Cochabamba, Bolivia en julio de este año, tuvimos un foro con agricultores representantes de ocho proyectos de la sierra andina (Bolivia, Perú y Ecuador) y el consenso era que están cultivando chacras

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más diversas, comiendo más alimentos de la chacra, y comprando menos alimentos “chatarras” como fideos, pan y arroz debido a los precios. Muchos emigrantes de la sierra hacia las ciudades, tuvieron que retornar al campo porque los precios de los alimentos se elevaron mucho en los centros urbanos. El factor que les afectó más en el aumento de los precios, fue el clima tan fuerte del último año con mayores heladas. Bueno, este ejercicio sólo fue con un grupo focal, entonces estoy muy interesada en conocer el estudio que realizó el Sr. Zegarra con la FAO, que tiene resultados contrarios a nuestra experiencia.

Comentario al comentario de C. Nicklin Eduardo Zegarra GRADE Perú

El estudio identifica a la población vulnerable en términos operativos con una definición basada en el nivel de ingreso (estar en los cinco primeros quintiles) y en la probabilidad de que una familia tenga un consumo calórico por debajo de la norma establecida por la metodología del Instituto Nacional de Información y Estadística del Perú (INEI) en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) para el año 2007. Con esto identificamos que un 27% de la población peruana estaría en situación de vulnerabilidad económica, lo que equivale a 8 millones personas, de las cuales 5.3 millones se ubican en la sierra 72

(urbana y rural). Usamos la ENAHO 2007 con la muestra completa de más de 22.000 hogares. Además de esta identificación, establecimos las demandas de alimentos de una canasta de 14 productos (pan, arroz, papa, fideos, leche, azúcar, aceite, trigo, maíz, pollo, pescado, carnes rojas, menestras y otros tubérculos), que corresponden al 75% del consumo calórico de las familias peruanas en función a precios del producto, del precio de otros alimentos sustitutos y de otras características de los hogares y su lugar de residencia. Con estas estimaciones pudimos proyectar la caída en el consumo de alimentos de las familias ante la reciente y generalizada subida de precios (aunque algunos alimentos han subido mucho más que otros). Estas estimaciones incluyen efectos del precio propio, y cambios en precios relativos de alimentos así como efectos de ingreso (que en Perú han aumentado en el año 2007). Las proyecciones indican una caída promedio de 4.3% en el consumo calórico de las familias a nivel nacional, pero con un efecto más marcado en los hogares vulnerables donde la caída ha sido de 5.8%. Igualmente, los hogares vulnerables de la sierra habrían tenido caídas de cerca de 6% en el consumo calórico debido a la composición de su consumo. En principio, la estimación que hicimos sí considera posibilidades de sustitución de alimentos, pero no con la posibilidad de distinguir alimentos nativos o andinos de los que importa la sierra (arroz, fideos, aceites). Creo que es posible hacer un análisis más fino con respecto al consumo de alimentos nativos o andinos versus importados en la sierra pero por ahora eso está fuera del alcance del presente estudio. Además, la evidencia de grupos focales como los que menciona pueden ser útiles para profundizar el tipo de análisis cuantitativo y buscar respuestas más precisas. Queda tal posibilidad como opción para seguir investigando.


Espero que esta explicación sea suficiente y estaré pendiente de la opinión de la FAO con respecto a la difusión del estudio que mencionamos.

Comentario al Tema II Oscar Álvarez Canaviri PROAGRO Bolivia

Bolivia, al nivel de sus autoridades nacionales, no está tomando medidas serias de atención a la crisis alimentaria, al margen de hacer seminarios, talleres y otros eventos de discusión, pero medidas efectivas todavía no. Esperemos que lo haga. Por ejemplo, no existe una política clara de incremento en el área irrigada, lo que significa que no existen estudios significativos de riego o micro-riego; los esfuerzos, desde mi punto de vista, son aislados; es decir, se están encarando proyectos, muy pocos, en el ámbito de las prefecturas y los gobiernos municipales, pero que no responden al incremento de la demanda de alimentos, sino a las posibilidades financieras en estos dos ámbitos. Tanto el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente (MDRA y MA) y el Ministerio del Agua (MA) no están uniendo sus esfuerzos para encarar el problema en forma integral. ¿Cuando lo harán?, es una pregunta para ellos. Ahora bien, el encarecimiento de los precios podría ser una oportunidad para que los productores campesinos puedan incrementar sus ingresos, pero la experiencia en Bolivia, especialmente con los pequeños productores, es que los rescatistas o intermediarios (mercaderes o comercializadores) son los que se llevan la mayor parte de la torta, dejando una pequeña proporción a los que producen los alimentos, esto debido a que los productores aún no se han organizado para hacer frente a los procesos del mercadeo, es decir, para luchar contra la pobreza; no se han organizado por ejemplo para transformar la materia prima que producen o los esfuerzos aún son aislados. Los grandes productores del Oriente de Bolivia son los que se benefician con la comercialización de sus productos —maíz amarillo, trigo, soya y derivados— por los precios altos, incluso en algún momento (unos dos meses atrás) los precios de los derivados de estos productos estuvieron muy por encima de los precios —de esos mismos productos— en los países vecinos, debido a la oposición de los empresarios privados a las políticas que lleva adelante el actual gobierno boliviano, especialmente respecto a la redistribución de las tierras.

Comentario al Tema II Pamela Cartagena Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) Bolivia

Las medidas políticas que se están dando en los países de la región andina —según las lecturas planteadas para la discusión— se orientan principalmente a resolver problemas coyunturales, y de

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acuerdo al análisis realizado en el tema I, son más bien una serie de causas estructurales el factor principal de la elevación de precios y la crisis alimentaria en el mundo, que además tienen efectos en los problemas coyunturales que los países de la región no pueden superar. Algunas medidas para enfrentar la crisis, como la provisión de alimentos o la generación de transferencias monetarias a los sectores más vulnerables a la pobreza y desnutrición se vienen implementando en los países de América Latina y el Caribe. Bolivia no ha estado alejada de estas medidas, especialmente dirigidas a los segmentos más vulnerables a la pobreza y desnutrición, por ejemplo los niños que van a la escuela reciben el Bono Juancito Pinto, que dinamiza de algún modo la economía familiar e incide favorablemente en la escolaridad; por otra parte, algunas políticas inscritas en el Plan de Desarrollo del Ministerio de Agricultura pretenden coadyuvar al suministro de alimentos a partir del incremento de la producción de alimentos básicos como el trigo, la provisión de alimentos subvencionados (arroz y aceite), o la mejora de los procesos de producción y comercialización de alimentos destinados a la seguridad alimentaria. Si bien estas políticas son alentadoras, aún no es visible el impacto nacional, especialmente de las políticas de desarrollo agropecuario, ya que se han limitado al eje troncal y capitales importantes debido a la aún débil presencia del Estado en regiones como el norte amazónico. Si bien en los países de la región andina el flagelo de una crisis de alimentos es relativamente menor que en los países importadores de alimentos como África, no deja de ser preocupante la cifra 74

de personas subnutridas en América del Sur el año 2004 (9% de la población según las estadísticas de la FAO). En el caso de Bolivia, precisamente los sectores más pobres de la población coinciden con la población indígena, que según las estadísticas nacionales es mayoritaria en el país y por ende se convierte en la más vulnerable ante el flagelo del hambre y la pobreza, por lo cual las medidas para revertir esta situación deberán ser integrales. Es decir, además de la provisión de alimentos en calidad y cantidad suficiente, deberá abordarse seriamente el fortalecimiento del capital humano, debido a que no es raro que en la mesa de hogares pobres o de clases medias sea más apreciada una coca cola que una bebida de cañihua o quinua, o para un escolar sea más apetecible una papa frita ‘pringles’ que una tablilla de amaranto. Por otra parte, si nos remitimos al enfoque de doble componente para erradicar el hambre y la desnutrición planteada por la FAO, PMA y FIDA en el informe “Panorama del hambre en ALC 2008”, podemos apreciar que son aún escasas las estrategias para lograr el desarrollo económico. Las más comunes están destinadas al aumento de la productividad e ingresos a través de la mejora de la infraestructura productiva así como de la inversión; sin embargo, estas medidas sugieren como tema de fondo un cambio en las condiciones estructurales como son la tenencia de la tierra, el acceso a recursos como el agua, el ordenamiento territorial, entre las principales. Al parecer el logro de estas estrategias aún es complejo en nuestros países por la resistencia que muestran ciertas élites que ejercen el poder, especialmente en regiones con ausencia estatal donde aún hasta el presente siglo se mantienen vigentes prácticas de patronazgo o relaciones socioeconómicas basadas en el adeudo por víveres.


Tema III Medidas políticas para aprovechar el potencial de los cultivos andinos ¿Qué medidas específicas se recomienda tomar para aprovechar el potencial de los cultivos andinos?

Conferencia del Tema III “Algunas experiencias de proyectos orientados a aprovechar el potencial de los cultivos andinos” Mario E. Tapia mariotapia@amauta.rcp.net.pe ANPE-Slow Food

El presente documento no intenta ser un estudio de las políticas alimentarias en la región andina que pueden potenciar el uso de los cultivos nativos. Se concentra en reconocer los antecedentes y los aportes sobre el uso de los cultivos andinos como recurso alimentario y brevemente algunas experiencias que se están desarrollando en el Perú con las lecciones aprendidas, que pueden orientar futuras decisiones y políticas. 75

Antecedentes Los Andes centrales desde Colombia hasta el norte de Argentina se consideran como uno de los ocho genocentros de especies alimenticias más importantes del mundo. En esta región se han domesticado desde hace unos 8,000 años un elevado número de plantas que las poblaciones locales con mucha dedicación, perseverancia y cariño han conservado y siguen utilizando. Es notable lo profuso de las variedades tradicionales actualmente en uso, de maíz, papa, oca, olluco, mashua, frijoles, camote, quinua, kañiwa, amaranto, lupino, así como de otros tubérculos, raíces y frutales que aún se conservan en las chacras campesinas, a pesar de que el énfasis de los programas de fomento agropecuario ha sido utilizar unas pocas variedades seleccionadas, inapropiadamente llamadas “mejoradas”. Estas variedades generalmente ofrecen mayores rendimientos por su respuesta a niveles altos de insumos externos y a que se seleccionan de condiciones ambientales muchas veces no comparables con las que tiene la mayoría de agricultores. En los Andes se puede observar que los campesinos conservan la diversidad de sus cultivos por razones de cultura, aversión a los riesgos climáticos y sobre todo por el factor más importante que es su seguridad alimentaria. La distribución de estas especies, sin embargo, se encuentra dispersa y corresponde a los diferentes ecosistemas y zonas agroecológicas presentes en los Andes. Así, existen variedades de papa que se adaptan a la zona de Puna sobre los 4.000 m.s.n.m. como variedades incluso para climas más templados.


De igual manera, las variaciones de suelos inducen a que se cultiven variedades de maíz en diferentes suelos de la zona quechua; las quinuas se adapten a suelos salinos, así como la maca se produzca en suelos oscuros con alto contenido de materia orgánica. Considerando que la región andina presenta muy diferentes condiciones climáticas, edáficas, así como de acceso a la humedad, es lógico pensar que para el desarrollo agropecuario de esta región es necesario conservar y utilizar dichas variedades. En el cuadro Nº 1 se presentan los principales cultivos andinos y su distribución en las diferentes zonas agroecológicas en el Perú, así como una referencia a los estudiosos de las diferentes variedades de cada una de estas especies.

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Cuadro Nº 1. Variedades tradicionales de los cultivos andinos, por zonas agroecológicas Zona agroecológica Nombre científico Parte /Cultivo comestible Chala/Yunga Pallar Phaseolus lunatus Grano Camote Ipomea batata Raíz Frijol Phaseolus vulgaris Grano Maíz Zea mays Grano Papa Solanum tuberosum Tubérculo Kiwicha Amaranthus caudatus Grano Zapallo Cucurbita maxima Fruto Ají Capsicum annum Fruto Quechua Frijol Phaseolus vulgaris Grano Maíz Zea mays Grano Papa Solanum tuberosum spp andigenum Tubérculo Kiwicha Amaranthus caudatus Grano Quinua de valle Chenopodium quinoa Grano Tarwi, chocho Lupinus mutabilis Grano Arracacha Arracacia xanthorriza Raíz Yacón Polymnia sonchifolia Raíz Olluco Ullucus tuberosus Tubérculo Aguaymanto Physalis peruviana Fruto Tomate de árbol Cyphomandra betacea Fruto Roqoto Capsicum pubescens Fruto Suni Papa Solanum tuberosum spp andigenum Tubérculo Quinua de altiplano Chenopodium quinoa Grano Tarwi de altiplano Lupinus mutabilis Grano Olluco Ullucus tuberosus Tubérculo Qañiwa Chenopodium pallidicaule Grano Mashwa Tropaeolum tuberosum Tubérculo Oca Oxalis tuberosa Tubérculo

Número de variedades (autor)

6 (Castillo, 1998) > 20 (Huamán, 1998) 25 aprox. 2 (Manrique, 1989) Ver zona Quechua Ver zona Quechua 4 aprox. 8 aprox.

> 20 aprox. 40 (Manrique, 1989) > 300 (Huamán, 1998) 10 (Sumar, 1988) 6 (Tapia, 1997; Valdivia 1997) 5 (Tapia en Cowling, 1998) 9-12 (Seminario, 1998; Meza, 1995) 9 (Meza, 1995) 12 (Meza, 1995) 3 aprox. 3 (Sánchez, 1992) 6 aprox.

> 600 (Huamán, 1998) 20 (Lescano, 1994;Valdivia 1997) 5 (Lescano, 1994) 12 (Meza, 1995) 8 (Tapia, 1979; Calle, 1979 ) 10 (King, 1988) 15 (King, 1988)


Puna Papa amarga Qañiwa Maca

Solanum juzepczukii Solanum curtilobum Chenopodium pallidicaule Lepidium peruvianumi

Tubérculo

18 (Canahua, 1998)

Grano Raíz

12 (Tapia, 1979; Paredes, 1967) 13 (Cordova, 1980; Tello, 1992)

Avances Desde hace más de cuatro décadas investigadores y campesinos de los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), han realizado importantes investigaciones y esfuerzos relacionados al conocimiento, utilización y conservación de la agrobiodiversidad. De igual manera, investigadores de estos países han contribuido al conocimiento de la botánica, genética, agronomía y valor nutritivo de especies alimenticias y de uso económico, (Cárdenas, 1963, Weberbauer, 1946; Lescano, 1994, León, 1963; Tapia, 1997. Tapia, 2007, Brack, 1999). Existen en la región alto andina no menos de 40 especies nativas importantes, utilizadas en la alimentación regional (Brack, 2003, Tapia, 1993. Lescano, 1994). La antigüedad en la domesticación de estos cultivos se estima entre los 10,000 a 5,000 años, según las especies. Se considera que la arracacha (Arracacia xanthorrhiza) es uno de los cultivos más antiguos al igual que la calabaza, fríjol, papa y solo posteriormente maíz. Una importante línea de dedicación y trabajo en la conservación de esta agro biodiversidad es la que los propios campesinos tradicionales de la región han desarrollado al mantener la diversidad de cultivos, sus conocimientos, así como la conservación del medio para su producción. Sin la labor de miles de familias campesinas en los Andes y la región Amazónica de estos países, hubiera sido imposible contar actualmente con la diversidad de cultivos y variedades nativas que se han mantenido por siglos. Los organismos nacionales de investigación, así como los centros de investigación internacional y las ONG han efectuado trabajos de recolección, registro, caracterización, y un mejor uso de las principales especies, y en grado menor aquellas de área y uso restringido, aunque de importante valor para la economía y alimentación local. En el libro Los Cultivos Perdidos de los Incas, (Lost Crops of the Incas), 1989, se presenta un excelente resumen de la situación de estos cultivos de los Andes hasta los años 80 del siglo pasado y se sugiere las especies de especial importancia a ser estudiadas y complementadas las acciones de conservación. El manejo agronómico de estas especies y su aporte a la alimentación es tratado por Tapia, 1997. El Convenio Andrés Bello, así como el IICA (REDARFIT, Red Andina de Recursos Filogenéticos) han efectuado y siguen apoyando propuestas de investigación y conservación de los recursos genéticos. El comité de ONG del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR en inglés), organizó un taller sobre la agro biodiversidad en la región andina y amazónica, que reunió a especialistas de Perú y Bolivia, en la que se analizó la diversidad genética como un componente de una agricultura

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sustentable en la región, (NGO-CGIAR, 1998). Los países andinos firmantes del Convenio de Agrobiodiversidad han definido como de la más alta prioridad la conservación y uso de los recursos genéticos, para lo cual se requieren complementar investigaciones, elaborar los registros respectivos de las especies nativas domesticadas en cada área, así como la formación de nuevos técnicos en el área de conservación y mejor uso de dichos recursos renovables.

Las organizaciones campesinas En las partes más altas de las montañas de los países andinos habitan comunidades campesinas que han mantenido una tradición agrícola propia y que conservan y mantienen en uso la agrobiodiversidad, como valor y dedicación, trasmitida por generaciones. Sólo entre Perú y Bolivia se estima que existen más de 8,000 comunidades campesinas, herederas de los ayllus prehispánicos, que “crían” estos cultivos nativos, manteniendo sus variedades a pesar de los programas de asistencia técnica que las han expuesto al cultivo de las denominadas “variedades mejoradas”, producto muchas veces de selección de las propias especies nativas o de cruzamientos, que buscan las variedades más productivas, pero que en muchos casos obedecen a sistemas agrícolas no apropiados para las diferentes zonas agroecológicas presentes en los Andes. Semejante proceso —aunque en menor escala— ha ocurrido con las poblaciones indígenas de la 78

zona de la selva amazónica. En ambos casos, los productores han sabido mantener, generalmente en pequeñas parcelas, las especies y variedades que ellos más aprecian y valoran. Se debe destacar el aporte de los denominados “campesinos curiosos” que mantienen en una sola chacra, más de 100 variedades nativas de papas, o de maíz y en menor número, de variedades de quinuas, qañiwas, ocas, ollucos, mashuas, frijoles, yucas, ajíes en las áreas andinas y amazónicas y que las exhiben en las ferias de agrobiodiversidad que se vienen promoviendo en los últimos 25 años.

Las instituciones Instituciones del sector agricultura dedicadas a la investigación, como los institutos de investigación agrícola en cada país, han dedicado un especial esfuerzo a realizar recolecciones y registros, en algunos casos muy eventuales y no sistematizados, de estos recursos genéticos, sobre todo con el apoyo de organismos internacionales. Los organismos internacionales de investigación En la región andina existen dos instituciones de carácter internacional, pertenecientes al sistema CGIAR, que están dedicados a investigar los principales cultivos de importancia mundial y cuyos centros están presentes en los países megadiversos. Estas instituciones son: CIP El Centro Internacional de la Papa, está localizado en Lima, Perú y cuenta con una estación experimental en Huancayo. Desde 1971 investiga cultivos tan importantes para la región como la papa, el camote


y, con el apoyo de la Cooperación Suiza, a las raíces y tubérculos andinos. Cuenta con bancos de germoplasma de estas especies, que hacen pensar que la mayor parte de estos recursos genéticos están a salvaguarda. Sin embargo, se reconoce que la conservación ex situ no es la mejor ni la única alternativa en la labor de conservación de los recursos genéticos, y que se requiere complementarla con la conservación in situ como medio dinámico y coevolutivo de la sociedad con sus especies. CIAT El Centro de Investigación de la Agricultura Tropical, localizado en Cali, Colombia, investiga cultivos como la yuca y el fríjol y mantiene importantes bancos de germoplasma de dichas especies. Y fuera de la zona andina: CIMMYT El Centro de Investigación del Maíz y el Trigo, localizado en Chapingo, México, mantiene el banco de germoplasma regional de maíz, así como investigaciones sobre el origen y domesticación de dicha especie. IPGRI y actualmente Bioversity International Institución localizada en Roma, Italia, heredera de su antecesora el International Board for Plant Genetic Reseca (IBPGR), que inicio sus actividades en 1971, actualmente se dedica a la conservación de los recursos genéticos del mundo. Ha financiado diversas expediciones y adecuación de los bancos de germoplasma, así como investigaciones en metodologías para la conservación ex situ e in situ de los cultivos promisorios en el mundo. FAO La oficina de la FAO, tanto a nivel Internacional en Roma, como sus sedes en los países andinos ha venido apoyando diversas iniciativas en el estudio de las especies nativas, así como programas de capacitación en la investigación de estos recursos. Las cooperaciones internacionales Diversas oficinas de cooperación internacional han apoyado diversos proyectos a favor de la conservación de la agro biodiversidad. Entre ellas, podemos citar a la GTZ de Alemania (apoyó la investigación en tarwi o Lupinus), COSUDE de Suiza (raíces y tubérculos andinos), Danida de Dinamarca (quinua orgánica), IDRC del Canadá (cultivos andinos en general), Cooperación de Finlandia (cultivos amazónicos). La labor de las ONG Desde la década de los 70, diversos organismos no gubernamentales han dedicado paciente labor en el apoyo directo a organizaciones campesinas en cada país andino, para que se valore, registre y mejore el uso de los recursos genéticos. Entre ellos se puede mencionar a: IDMA, IDEAS, CCTA, Arariwa, CESA, CEPESER.

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Experiencias De las numerosas actividades de fomento de estos cultivos se han seleccionado tres casos, que incluyen especies de cultivos andinos que pueden tener incidencia en la alimentación: 1. La promoción de la kiwicha (grano andino) - Amaranthus caudatus. 2. La promoción de la maca (una raíz altoandina) - Lepidium peruvianum. 3. Las papas andinas (un tubérculo andino) - Solanum sp. La kiwicha Es un grano de alto valor proteico, que se cultiva en espacios comprendidos entre los 2.000 a 3.300 m.s.n.m. En el año 1987, el gobierno del Perú presentó un proyecto para hacer de la kiwicha una alternativa en la alimentación, implementándose diferentes acciones para el fomento de su cultivo y uso en la alimentación. La idea era que la kiwicha podía solucionar el hambre de las poblaciones más afectadas: niños, madres gestando. Una de las limitaciones para la expansión de este cultivo era que la zona de cultivo competía con la del maíz, por lo cual era difícil el ampliar su producción en grandes extensiones. Sin embargo, se encontró que se podía producir en terrenos más bajos, razón por la cual actualmente su mayor cultivo y producción se lleva a cabo en terrenos irrigados y a 1.000 metros de altitud (caso de Majes). 80

El gran atractivo para su promoción fue que una especie afín (otro Amaranthus) había sido utilizada como alimento de los astronautas en uno de los viajes espaciales de Estados Unidos. La decisión política provino del gobierno central, pero no tomó en cuenta las limitaciones que tiene el cultivo para su expansión, ni que su producción y consumo alcance a las poblaciones de menos recursos económicos. El resultado es que actualmente la agroindustria está interesada en un producto de alto costo y orientada más hacia la exportación.


La maca Es una pequeña raíz que crece en suelos humosos sobre los 4.000 m.s.n.m. Cuando se informó que esta raíz se podía considerar un equivalente al viagra, porque su contenido de varios microelementos minerales hacían suponer su efecto afrodisíaco, se desató un especial interés en la expansión de su cultivo. El área tradicional de su producción son los suelos ricos en minerales del tipo turba, que se encuentra en los altos Andes; sin embargo, por razones de una mayor demanda se extendió a otras zonas sin los suelos apropiados y el uso de fertilizantes químicos desnaturalizó la composición inicial de dicha raíz. En el cultivo de maca se pueden diferenciar hasta tres eco tipos según el color de la raíz, que varían también en su valor nutritivo y potencial uso, lo que no ha sido tomado suficientemente en cuenta. El precio inicial de la maca fresca o seca era bastante rentable para los productores, pero a medida que se extendió su cultivo el precio disminuyó y terminó por no beneficiar necesariamente a los productores tradicionales. Nuevamente la agroindustria ha tomado la iniciativa y la maca está siendo procesada para abastecer al sector de mayor capacidad económica.

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Foto 1. Variedades de diferentes colores y valores nutritivos de maca (Lepidium peruvianum)

Las papas nativas En el Perú se cultivan no menos de 2.300 variedades de papas de diferentes sabores, colores, formas y adaptadas a diferentes condiciones ambientales. Estas especies han venido disminuyendo en su área de producción por el desarrollo de las variedades denominadas modernas (mal llamadas mejoradas) que tenían mejores rendimientos, pero mayor utilización de insumos externos. A decir de los propios productores de papas en la sierra las variedades modernas rinden más, pero la mayor parte del peso es agua y generalmente después de 3 a 4 años su producción baja. A diferencia de las papas modernas o seleccionadas, las variedades de papas nativas tienen un mayor contenido de materia seca, son más nutritivas y rinden más en la preparación de purés o cremas. Por otro lado el consumo de papas ha disminuido en el Perú en contraste con el arroz (producido en las tierras bajas) y las harinas y fideos de cereales mayormente importados. El CIP y el Ministerio de Agricultura del Perú, con el apoyo financiero de la cooperación Suiza, iniciaron en 1999 la investigación en papas nativas con la buena visión de trabajar conjuntamente con los pequeños agricultores de la sierra, comerciantes, procesadores y supermercados en el proyecto Papa


Andina y posteriormente T`ikapapa cuyos objetivos han sido beneficiar a toda la cadena productiva. Bajo un concepto de marketing se busca fomentar la comercialización de exquisitas y nutritivas papas nativas con una nueva imagen en mercados de Lima y otras provincias. Además, desde un inicio se está incluyendo las formas tradicionales de consumo, como el chuño negro y el chuño blanco o “tunta” o “moraya”, la papa seca y aun el “tocosh”, consumidos desde hace siglos por las poblaciones de la zona altoandina.

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Lecciones aprendidas De estos tres casos, que solo son un ejemplo parcial de los cultivos que han sido promovidos por el Estado y las instituciones de fomento e investigación, se pueden sacar algunas conclusiones. En las épocas actuales y ante la subida mundial de los precios de los alimentos resulta importante atender la promoción de la diversidad de los cultivos locales, por muchos años no suficientemente tomados en cuenta. Una primera lección a considerar en las políticas nacionales que traten de fomentar la producción y consumo de las especies nativas, es que todas las propuestas deben incluir la participación de los diferentes actores de la cadena productiva: agricultores, consumidores, comercializadores y supermercados. En los Andes no se puede considerar un solo cultivo ni una sola variedad como alternativa alimenticia porque es una región donde la característica agrícola es la producción tradicional y el uso de la biodiversidad, así como la complementariedad entre los diferentes pisos ecológicos. En el caso de los granos, una orientación debería ser incrementar la producción de las diferentes especies nativas, como quinua y cañihua, así como los cereales introducidos, por ejemplo, cebada


y trigo, que se adaptan a diversas alturas y se complementan en el sistema agrícola de cada zona agroecológica de los Andes. En papa, es de especial importancia que se mejoren las condiciones de producción de manera que el producto pueda ser competitivo. Es necesario, además, considerar que en los Andes se cultivan también otros tubérculos como la oca, olluco, mashua, que tienen un importante rol en la alimentación. No todos los cultivos andinos pueden ser promovidos como soluciones alimenticias dado su elevado costo actual, como es el caso de los productos nutracéuticos que requieren un costoso proceso de transformación. Finalmente, se debe considerar que en los Andes al menos en el caso del Perú, son los pequeños agricultores organizados en comunidades campesinas o asociaciones tradicionales los que pueden ser el motor en la producción de alimentos, siempre y cuando se establezca una política que apoye la adecuación de los ambientes de montañas, un mejor uso del agua, la conservación de los suelos y una decidida labor a mediano y largo plazo de apoyo a los actuales mercados, tanto regionales como de las grandes ciudades.

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Comentarios del Panel al Tema III Comentario del Panel al Tema III: “Valor Nutricional y Usos Actuales y Potenciales de los Cultivos Andinos” Por Ritva Repo-Carrasco-Valencia UNALM

Como menciona Mario Tapia en su ponencia, se debe aprovechar la enorme biodiversidad de los cultivos andinos para contribuir a solucionar los problemas de alimentación y nutrición en el Perú. Prácticamente en cada zona agroecológica se puede identificar un gran número de variedades de los cultivos. Los cultivos andinos se han adaptado perfectamente a las condiciones climáticas y a los tipos de suelo en los Andes, como por ejemplo la quinua, en suelos salinos. Son muy resistentes frente a la variabilidad climática que crecientemente viene afectando la producción mundial de alimentos. Además de agronómicamente resistentes, el valor nutricional de estos cultivos es excelente y sus usos y potencialidades de transformación son múltiples.

Valor nutricional Dentro de los cultivos andinos tenemos diversos tipos de plantas alimenticias: tubérculos (oca, olluco, 84

papa), raíces (maca, arracacha), granos (quinua, kiwicha, kañiwa), leguminosas (tarwi, nuña, pallar) y frutas (aguaymanto, sacha tomate). En este comentario me centraré en los granos andinos. El alto valor nutricional de las proteínas de los granos andinos, especialmente de la quinua, es muy conocido. La proteína de quinua puede remplazar las proteínas de origen animal, como las de la leche. El contenido proteico de la quinua es mayor que el que se puede hallar en los granos comunes, como trigo o cebada. Pero, además de tener un mayor contenido de proteínas, la calidad de estas proteínas también es superior en comparación con otros cereales. La calidad de una proteína está dada por su contenido de aminoácidos esenciales, como por ejemplo la lisina, cuyo contenido en la quinua es el doble en comparación con el trigo. Las proteínas de la kiwicha y kañiwa también son ricas en lisina y en otros aminoácidos esenciales. En los países andinos, como el Perú y Bolivia, hay altos índices de desnutrición infantil. La desnutrición afecta especialmente a los niños en edad preescolar. En este contexto, los granos andinos ofrecen una alternativa muy buena para la alimentación infantil si consideramos esta característica de la calidad de sus proteínas. Los granos andinos, como todos los cereales, son buenas fuentes de energía en forma de carbohidratos, principalmente de almidón. El almidón de estos granos tiene propiedades funcionales y nutricionales importantes y podría ser utilizado como insumo en la industria alimentaria. Hay que mencionar que los granos andinos son ricos en aceite de buena calidad por contener los ácidos grasos esenciales para el organismo humano. Este aspecto, así como el uso de almidón, no están siendo aprovechados por la industria alimentaria.


Otro componente que recién ha sido estudiado en los granos andinos, es la fibra dietaria. La fibra dietaria es la porción comestible de los vegetales que las enzimas gastrointestinales humanas no pueden digerir. Anteriormente se pensaba que no tenía importancia nutricional por no ser metabolizada por el organismo. Ahora se sabe que las dietas bajas en fibra dietaria están relacionadas con muchas enfermedades “modernas”, como el síndrome metabólico, diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Existen dos tipos de fibra dietaria: la fibra soluble y la fibra insoluble. Ambas tienen efectos positivos en la salud: la fibra soluble reduce el nivel del colesterol y glucosa de la sangre previniendo así problemas cardiovasculares y diabetes. La fibra insoluble previene la constipación y cáncer del colon. Además la fibra soluble actúa como un agente prebiótico en el intestino, ofreciendo un sustrato para las bacterias benéficas mejorando así la salud intestinal y general. La quinua, la kiwicha y la kañiwa son excelentes fuentes de fibra insoluble y soluble. Los granos andinos son buenas fuentes no sólo de nutrientes mayores, como las proteínas y lípidos, sino también de micronutrientes. La kiwicha es una excelente fuente de calcio, la kañiwa y la quinua de hierro. El contenido de vitaminas del grupo B es considerable en los granos andinos. En cuanto a vitaminas liposolubles, la quinua y la kañiwa son ricas en vitamina E, una vitamina importante y un antioxidante natural que protege al organismo contra la contaminación ambiental y los efectos de envejecimiento prematuro. En los últimos años la investigación científica de los alimentos se ha orientado hacia los alimentos funcionales y productos nutracéuticos. Se ha visto la importancia de un alimento no sólo para cubrir las necesidades básicas de nutrición sino también para protegernos contra afecciones tales como las enfermedades cardiacas, cáncer y diabetes. Son cada vez más las personas que sufren de sobrepeso y de los males causados por este. Y este no ocurre solo en los países europeos y Estados Unidos, sino también en América Latina. Los granos andinos son alimentos funcionales por excelencia. Su alto contenido de fibra dietética los hace aptos para personas con diabetes y nivel alto de colesterol. El contenido de vitamina E y otros compuestos antioxidantes en los granos andinos es elevado y beneficioso para proteger el organismo contra radicales libres que causan daño celular y enfermedades. Las variedades de colores de los granos andinos son las que tienen mayor contenido de estos compuestos. Aquí se puede mencionar también las papas nativas de color morado o rojo que tienen compuestos como las antocianinas muy beneficiosos para el organismo. Este potencial recién se está tomando en cuenta en el desarrollo de nuevos productos con alto valor nutricional a partir de estos cultivos.

Transformación y usos Tradicionalmente, los granos andinos han sido utilizados en muchas formas y en diferentes tipos de platos. Pueden ser utilizados en sopas, cremas, guisos y panes. Para que la quinua sea comestible, primero hay que eliminarle las sustancias amargas, las saponinas. Consideradas tradicionalmente como antinutrientes, sin embargo recientemente se ha descubierto

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que las saponinas tienen ciertas propiedades beneficiosas, por ejemplo pueden reducir el nivel de colesterol en la sangre. También tienen propiedades medicinales. Estas propiedades de las saponinas tampoco están siendo aprovechadas en la industria. Todos los granos pueden ser transformados en harinas que pueden ser utilizadas para reemplazar el trigo. El trigo es un producto de importación en los países andinos y en los últimos años su precio en el mercado internacional ha subido considerablemente. Seria entonces muy oportuno buscar formas de sustituir el trigo en diferentes productos alimenticios. Las harinas de los granos andinos podrían ser utilizadas en productos de panificación y pastelería. Los granos andinos pueden ser transformados también en hojuelas y snack, con la ventaja antes mencionada de su alto valor nutricional. Existen investigaciones sobre la utilización de granos andinos en mezclas alimenticias para alimentación infantil. Estas mezclas podrían ser destinadas a los programas sociales de alimentación en vez de alimentos que llevan insumos importados, como la soya, el trigo y la leche en polvo. El uso de granos andinos en programas sociales, además de la ventaja nutricional, también beneficia a la producción local, teniendo efectos positivos en las comunidades campesinas que cultivan estos granos. Para el mercado no institucional se deben desarrollar productos modernos y novedosos que correspondan a las exigencias de los consumidores actuales. Incluso existe un mercado potencial muy grande fuera del área andina. Los mercados europeos y de Estados Unidos buscan continuamente 86

nuevos productos para sus consumidores. Estos consumidores exigen productos nutritivos y saludables y existe un mercado creciente de productos orgánicos, que ofrece una alternativa muy atractiva para los productores de los cultivos andinos que muchas veces son cultivados en forma orgánica. Además los consumidores buscan también productos de mercado justo. Entonces se podría utilizar este tipo de canales de comercialización, que ofrecen un precio mejor que los canales convencionales, para el producto. El mercado de alimentos funcionales también esta creciendo en los países industrializados. Los consumidores de los países ricos están cada vez más concientes del efecto de la alimentación en su salud. Como se ha dicho, los granos andinos, especialmente las variedades de color, son alimentos funcionales por excelencia por los abundantes componentes bioactivos que contienen. Para desarrollar productos funcionales a partir de estos granos, no se necesitan procesos muy costosos. El procesamiento de estos alimentos se podría llevar a cabo en plantas con tecnología adaptada a las condiciones locales. Tomando en cuenta todo lo anteriormente mencionado y los puntos presentados en la ponencia de Mario, se deben consolidar los esfuerzos de las mismas comunidades campesinas con las instituciones de investigación y la empresa privada para lograr ampliar el uso de los cultivos andinos y, en esta forma, mejorar tanto los ingresos de los productores como el nivel nutricional de la población. Es importante sustituir los alimentos importados, como el trigo, por los granos andinos para una mayor seguridad alimentaria en el área andina. También se debe aprovechar más su potencial como alimentos sanos y orgánicos como también sus propiedades nutracéuticas y funcionales. El uso sustentable de


los cultivos andinos, tomando en cuenta la gran diversidad de variedades y las ventajas que ellas ofrecen, es una estrategia viable para la conservación de la biodiversidad andina y de una mayor seguridad alimentaria.

Comentario del Panel al Tema III: Medidas políticas para aprovechar el potencial de los cultivos andinos Por Antonieta Manrique C. Past-Presidenta Red de Agricultura Ecológica (RAE-PERU)

Un aspecto a destacar en la ponencia de Mario Tapia son las recomendaciones hechas sobre usos de los cultivos andinos (maíz, papa, olluco, mashua, frijoles, camote, quinua, qañiwua, amaranto, lupino, entre otros tubérculos, raíces y frutales) como recursos alimentarios obtenidos en chacras campesinas ubicadas en pisos agro ecológicos en los andes centrales, considerados uno de los ocho genocentros de especies alimenticias del mundo en los cuales, desde hace 8000 años, las poblaciones locales se dedican a preservar y conservar (con cariño) dichos recursos que siguen inspirando experiencias exitosas y políticas alimentarias estratégicas.

Fortalezas y oportunidades En mi comentario al ilustrativo texto de Mario, quisiera destacar tres fortalezas para el mejor aprovechamiento del potencial de los cultivos andinos: 1) el conocimiento tradicional de las comunidades andinas; 2) su experiencia ancestral en el cuidado y conservación de la agro biodiversidad, incluyendo “el cariño” como elemento subjetivo, difícil de entender desde una alternativa transgénica; 3) la institucionalidad público-privada generada en torno a la preservación de los cultivos andinos. Estos tres factores (conocimiento+experiencia+institucionalidad) son la base del capital humano y social de la agro biodiversidad andina expresada en las experiencias exitosas. Lamentablemente, las capacidades humanas para conservar sus recursos alimentarios contrastan con las condiciones de pobreza y extrema pobreza material de las zonas en las que las familias campesinas habitan. La superación de esa contradicción, de tipo estructural, está asociada al cambio de enfoque tecnológico y de desarrollo. Por ejemplo, una conferencia de expertos (Bellagio 1999) fue convocada por el CIIFAD (Cornell Internacional Institute for Food, Agricultura and Development) para evaluar el potencial del enfoque agro ecológico en el incremento de la producción agrícola a escala mundial, y la identificación de oportunidades para atender las necesidades mundiales de alimentos en el futuro9. En esta conferencia, el consenso estuvo puesto en la urgencia de cambiar el enfoque que prioriza la tecnología dependiente de combustibles fósiles, la producción de agroquímicos y las grandes 9. Alternativas a la Agricultura Moderna Convencional para Enfrentar las Necesidades de Alimentos en el Próximo Siglo. Informe de la Conferencia Agricultura Sostenible: Evaluación de Nuevos Paradigmas y Modelos Tradicionales de Producción, Bellagio, 26-30 de Abril, 1999.

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inversiones de capital por trabajador y por hectárea; por otro que capitalice los procesos biológicos y naturales, que genere condiciones óptimas para el crecimiento de plantas y animales y promueva la seguridad alimentaria desde los recursos locales. Es decir, un enfoque que valore la agro biodiversidad y propicie innovaciones en la producción; la transformación y el acceso al mercado de los pequeños productores en condiciones de equidad e inclusión, que promueva sistemas de producción que resistan mejor los fenómenos climáticos por su bajo uso de recursos energéticos no renovables, que sean más sustentables económica, ecológica y socialmente y que muestren viabilidad en la producción sostenible de alimentos, entre ellos los cultivos andinos. Nueve años después de Bellagio, un evento internacional realizado en Cuba (Mayo 2008) concluyó que“…la agricultura orgánica puede contribuir a resolver la crisis alimentaria y mitigar el cambio climático global, siempre que esté basada en los principios de la agro ecología”10 . Así, mientras que la conferencia de Bellagio destacó el interés académico por consolidar propuestas técnicas sostenibles para la producción de alimentos mediante programas innovadores basados en el enfoque agroecológico, en La Habana la preocupación central estuvo dirigida a promover políticas de Estado y compromisos de la sociedad para consolidar un enfoque sustentable y generalizarlo en territorios amenazados por monopolios depredadores, creando (en los gobiernos, las instituciones de investigación y las agencias de donantes) la conciencia de una estrategia válida. 88

Por su parte, la Conferencia Regional Latinoamericana de la FAO (Brasilia, 2008), recomendó incluir en su próxima agenda regional, a la agroecología y a los sistemas de producción orgánica, mientras que organizaciones campesinas latinoamericanas presentes en Brasilia, declararon de importancia los principios agro ecológicos como estrategia para producir alimentos de alta calidad, respetando los ecosistemas y reconociendo los conocimientos campesinos, indígenas y de la agricultura familiar.

Mercados ecológicos/orgánicos: oportunidad para cultivos andinos Las políticas públicas de los países andinos vienen priorizando los cultivos nativos asociados a mejoras en el empleo rural, la soberanía y seguridad alimentaria procurando disponibilidad, acceso, uso, estabilidad, e institucionalidad para los mismos11 En esa perspectiva, nuevas políticas de fomento y promoción de los cultivos andinos debieran tomar en cuenta las zonas agroecológicas coincidentes con los territorios de producción ecológica/ orgánica a nivel de cuencas, micro cuencas y valles interandinos, a fin de favorecer la producción, transformación y comercialización de dichos cultivos andinos. Así, el potencial de algunos cultivos orgánicos exportables (calculado en más de 100 productos) vería incrementada su oferta orgánica, actualmente concentrada en 9 productos: café, banano, cacao, castaña, palmito, pecanas, mango, 10. VII Encuentro Internacional de Agricultura Orgánica y Sostenible, organizado por la ACTAF, celebrado en La Habana entre el 13 y 16 de mayo del 2008. 11. Lineamientos para una política de seguridad alimentaria regional en la Comunidad Andina; aprobado por los Ministros de Agricultura en su reunión del 10 de julio de 2004. CAN. Secretaría General.


algodón y un solo un cultivo andino (kiwicha/amaranto) que se exporta a mercados de Estados Unidos e Italia (PromPeru, 2008). La producción orgánica para el mercado local —con excepción de la papa— no ha merecido aún atención de las políticas públicas. En el Perú, si bien, la superficie orgánica certificada (y en transición) es aún pequeña, la misma se concentra en seis departamentos (Cajamarca, Puno, Junín, Piura, San Martín) y representa el 69% del área total de producción orgánica (SENASA, 2006). El número de productores orgánicos certificados se estima en más de 40.000 sin incluir las áreas manejadas por la pequeña producción ecológica bajo el Sistema Participativo de Garantía (más de 10.000 productores articulados a ferias y otros mercados locales). Sólo en Puno se mencionan 13.000 productores dedicados al cultivo de quinua y cañihua (Dirección Regional Agraria Puno, 2008). En Bolivia, la oferta exportable de productos orgánicos (según la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia, AOPEB) tiene en la quinua real y derivados su producto estrella. Otros productos de exportación son: el café en grano verde oro; cacao en polvo y derivados; castaña (almendra); frutas deshidratadas; infusiones de frutas y flores; colorantes naturales. Los mercados de destino son la Unión Europea (Alemania, Holanda, Italia, Francia, España, Inglaterra, Suiza y otros), Estados Unidos y Canadá, Japón, Brasil, Argentina, Colombia y Chile. Actualmente se promueve el mercado local a través de la campaña nacional “Compra Boliviano”12. Algunos gobiernos regionales y locales, agencias de cooperación, organizaciones privadas de desarrollo, instituciones académicas, organizaciones de productores y consumidores, medios de prensa, e instituciones de segundo piso (tipo redes, consorcios, mesas de trabajo u otras) han venido apostando por el fortalecimiento de capacidades de la pequeña producción, incidiendo en la conciencia ciudadana con criterios de calidad e identidad cultural, mediante campañas de impacto, por ejemplo, a favor de la papa andina. El escenario internacional, regional, nacional y local se muestra favorable a los cultivos andinos y los alimentos orgánicos/ecológicos. Sin embargo, no cuentan con suficiente respaldo de políticas públicas para el aprovechamiento de oportunidades y el fortalecimiento de la asociatividad de los pequeños productores y en la innovación de usos de la agro biodiversidad, la protección de semillas locales, o en el fomento del consumo de alimentos andinos actualmente muy demandados por consumidores interesados en estilos de vida saludable y una alimentación sana, en todos los segmentos de la población.

12. Memoria Taller “Desarrollo de Mercados Locales para Productos Ecológicos: avances y propuestas para la construcción de un marco común binacional”. Grupo GALCI IFOAM/ICCO Lima Perú, Enero 2008.

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Sin información

Comité de gestión con apoyo de ONGD

Administración. Comité de gestión con apoyo de ONG

Gerencia. Centro de acopio, empaquetado y distribución

1. AOPEB

2. AGROECOL

1. ECOLOGICA Bio Feria

2. ECOLOGICA Supermercados Sin información

40 – 45 participantes

Microempresas, asociaciones y productores individuales, instituciones (educación e información)

240 proveedores, el 10% son orgánicos, afiliados a AOPEB

Participantes

Sin información

400 mil US$/año

Sin información

250 mil US$/año

Demanda

24 productos. 75% verduras, 25% huevos.

660 productos. 70 a 80% transformados, incluyen los materiales de educación y juegos.

Productos transformados. 80 a 100 productos, 30% derivados de granos andinos. Productos de la agro biodiversidad Poca fruta y hortalizas. Línea de base.

En función del supermercado

Estudios de mercado. Encuestas propias con estímulo

Levantamiento de información propio y de conocimiento público. Crecimiento constante de la demanda

3 mil productos Levantamiento de diferentes. Productos información propio transformados (energéticos, lácteos, chocolates) complementarios a la canasta básica. Pocos productos certificados

Volumen de ventas Oferta de productos

Entrega de productos seleccionados a supermercados

Feria periódica

Feria periódica

Cadena propia de supermercados

Estrategias

Fuente: Taller “Desarrollo de Mercados Locales para Productos Ecológicos: avances y propuestas para la construcción de un marco común binacional”.

Estructura

Experiencia

Cuadro Nº 1. Experiencias de producción y comercialización de productos orgánicos en Bolivia y Perú

90 Certificación de tercera parte 100%

Certificación de tercera parte 100%

Sin garantía. Relación directa con productores de productos frescos

Tercera parte. Saldos de Exportación para mercado local sin garantía a futuro: Certificación nacional incorpora elementos de tercera parte y SPG

Garantía


Aspectos que requieren mayor estudio Aún con los avances comerciales, normativos e institucionales y de enfoque, en un contexto de crisis alimentaria (y energética) se requieren asignar recursos a la investigación, promoción y fomento de la producción ecológica y de los cultivos andinos. • Fomentar la producción de semillas ecológicas locales y promover a las organizaciones de campesinos que las conservan; • Promover alianzas estratégicas para ampliar el mercado regional de cultivos andinos, movilizando líneas de financiamiento; • Invertir en investigación agroecológica y en estudios de mercado de alimentos andinos, en particular de aquellos con potencial nutraseútico que además de alimentar ayudan a prevenir enfermedades y/o mantener la buena salud; • Redefinir el rol de las autoridades competentes en producción orgánica en el mercado local legitimando los Sistemas de Participativos de Garantía (SPG) para el mejor aprovechamiento de oportunidades por la pequeña producción y la agricultura familiar; • Promover estrategias de innovación tecnológica validadas y las capacidades de campesinos y campesinas en la producción de alimentos (experiencia de los Yachachic en el Perú); • Promover cadenas de valor entre pequeños productores asociados, con centros de promoción y asistencia técnica, empresas agroindustriales y de comercialización que agreguen valor a los cultivos andinos y generen nuevos mercados (formas de organización agroalimentaria empresarial); • Ampliar campañas de consumo de alimentos andinos por medios masivos (radio, TV, prensa escrita); y programas curriculares en escuelas, con participación de institutos de gastronomía.

Algunas recomendaciones • Políticas, programas y proyectos a favor de conservacionistas de la agro biodiversidad andina. • Fomentar la investigación agroecológica y sus respuestas a la crisis alimentaria haciendo seguimiento a las recomendaciones y propuestas de aprovechamiento del potencial de los cultivos andinos en beneficio de la humanidad. • Incidencia política a favor de la producción, transformación y comercialización de alimentos andinos. • Fomento de mercado local de productos orgánicos y gestión empresarial de las estrategias de comercialización. • Declaración de los gobiernos regionales de zonas libres de transgénicos. • Campañas de información y sensibilización de productos. Inclusión de consumidores.

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Comentario del panel al Tema III: “Algunos lineamientos para aprovechar el potencial de cultivos andinos” Por Miguel Ordinola Coordinador General del Proyecto Innovación y Competitividad de la Papa (INCOPA) Centro Internacional de la Papa (CIP)

Tal como se menciona en el documento presentado, existen actualmente experiencias que promueven actividades productivas ligadas a los cultivos andinos. La mayor parte de ellas vienen aplicando un enfoque de mercado y han ensayado diversos mecanismos para promover el desarrollo comercial de esos productos13. Es pertinente tomar como referencia estas experiencias y resumir su forma de trabajo de la siguiente manera: i) identificar mercados en los cuales exista una demanda específica para los productos de los pequeños productores; ii) identificar las características de las respuestas de oferta (en cantidad y calidad) para esas demandas identificadas; iii) identificar las demandas y ofertas de servicios requeridos en la producción, comercialización y organización, para que la respuesta de oferta se adecue a la demanda del producto final (en cantidad, calidad y distribución de márgenes comerciales); iv) identificar potenciales alianzas institucionales para el mejor aprovechamiento de las oportunidades productivas promovidas. 92

En función a lo anterior, se pueden mencionar las siguientes características que deben tener las intervenciones para promover el mejor aprovechamiento del potencial de los cultivos andinos:

Identificar de manera clara las oportunidades de mercado Una de las cuestiones principales a tomar en cuenta es que la sierra presenta oportunidades en función a nichos de demanda y nichos de oferta, dada su alta variabilidad climática y agro ecológica. La mayor parte de las experiencias revisadas han podido identificar de manera directa el mercado de los productos a trabajar, utilizando diferentes métodos: estudios de mercado (ya sea de manera cualitativa o cuantitativa); diagnósticos de la cadena (incorporando métodos participativos, identificación de actores, precisiones del contexto); planes de negocios (que precisan el aprovechamiento rentable de oportunidades de mercado); identificación colectiva de oportunidades de negocios (métodos participativos); compromisos de compra (y eventualmente contratos).

Promover el cofinanciamiento como parte de la estrategia para asumir coresponsabilidad en la ejecución de proyectos El cofinanciamiento de las actividades por parte de los usuarios se constituye en una necesidad en el 13. Las ideas de estos comentarios se basan en el estudio “Intervenciones exitosas para promover oportunidades productivas en la Sierra Rural”, realizado en 2007 por el autor para el Banco Mundial y se toma como referencia las siguientes experiencias: modelo de trabajo en las microcuencas de Jabón Mayo y Huancarani en el departamento de Cusco; Proyecto MSP (Convenio ADEX/USAID); Programa REDESA (CARE PERU); Proyecto INCAGRO (Ministerio de Agricultura-Banco Mundial); Proyecto INCOPA (CIP-COSUDE) y Proyecto Marenass (FIDA).


trabajo de promoción. El cofinanciamiento permite que los usuarios se comprometan frontalmente con las acciones, así como también promueve que asuman un compromiso con el control del proyecto. Lo cierto es que una contrapartida tangible (monetaria o no monetaria) hace posible que los beneficiarios jueguen un rol activo en el trabajo. En el escenario nacional existen diversas muestras de que es perfectamente posible que pueda darse, incluso, una contrapartida mayor al 10%.

Trabajar con productores organizados en función a un negocio determinado En la sierra se está generando una serie de instancias de organización que vienen facilitando los trabajos de diferentes proyectos que intervienen en las diversas zonas, no tanto por el lado productivo sino por el lado de la demanda y prestación de servicios y la comercialización de los productos. Se deben aprovechar los avances productivos ya realizados por los productores en las zonas de trabajo pues no se trata de cambiar drásticamente el esquema productivo sino de adecuarlo, aprovechando los conocimientos locales que ya se vienen desarrollando. La sostenibilidad del trabajo recae básicamente en la consolidación del fortalecimiento de las organizaciones de productores, en términos de capacidades empresariales, optimizando el manejo de información a todo nivel, tanto de mercado, como técnico y financiero.

Fortalecer a los proveedores de servicios para el funcionamiento de los negocios La provisión de servicios es clave para el aprovechamiento de las oportunidades de negocios. En tal sentido, se deben aprovechar las experiencias de procesos de capacitación orientados específicamente a los productores con metodologías teórico-prácticas realizadas en los mismos lugares de producción. Sin embargo, en la mayor parte de la sierra la institucionalidad prestadora de servicios agrarios es débil y en su mayor parte ha sido organizada para actuar como intermediaria de donaciones y no como proveedores eficientes y rentables en términos de un mercado de servicios. Para avanzar en el desarrollo de un mercado de servicios es indispensable un cambio de paradigmas y una reorientación hacia el enfoque empresarial.

Generar alianzas público-privadas Es conveniente promover la formación de alianzas que permitan darle escala a las intervenciones y la complementariedad técnica de diversas instituciones público-privadas. Este esfuerzo es clave para evitar intervenciones aisladas. Las instituciones, ONG y gobiernos locales, deben asumir un rol promotor y facilitador. Las alianzas proporcionan solidez y estabilidad a los diferentes servicios, pero deben estar constituidas de modo tal que no se distorsionen los incentivos y comportamientos de sus miembros, teniendo en cuenta que el objetivo principal es garantizar el éxito de los negocios identificados. La generación de confianza es clave para optimizar el trabajo entre los diferentes actores de los negocios.

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Promover la participación de la empresa privada Relacionarse con empresas privadas en las diferentes líneas productivas es importante para asegurar el acceso a los mercados de mayor exigencia. Esta relación se potencia si la empresa es especializada en el rubro productivo correspondiente, cuenta con mercado, con “expertise” en el manejo de la comercialización y con capital de trabajo que permita trabajar en el corto plazo. Relacionado con lo anterior se encuentran los conceptos de responsabilidad social, que perfectamente pueden ser aprovechados dado que en la mayor parte de la sierra las condiciones de pobreza y biodiversidad son elementos que pueden ser aprovechados para promover esta línea de iniciativas.

Trabajar con procesos participativos en la priorización de los problemas y la identificación e implementación de las soluciones El proceso de planificación se debe orientar a concretar acciones para superar los problemas identificados en el diagnóstico, aprovechando las fortalezas identificadas (en base a herramientas participativas y sencillas). Al producto final se le puede denominar “plan de acción” o “estrategia de competitividad”. La clave es crear espacios para que los actores que intervienen en el producto se relacionen, concerten y acuerden. Es importante que estos espacios de concertación se puedan formalizar para garantizar su funcionamiento en un contexto de amplia participación de los diferentes actores. 94

Fomentar la participación de los gobiernos locales Los gobiernos locales deben tener un rol en la promoción del desarrollo económico local. En varias de las experiencias revisadas su participación ha sido muy importante; la principal modalidad de participación es la conformación de fondos de cofinanciamiento y el apoyo a la asistencia técnica, pero hay que resaltar la institucionalización local de las cadenas, el apoyo político que pueden brindar y un mejor contexto para la ejecución de los planes. Una manera de institucionalizar la participación de los gobiernos locales ha sido la incorporación de las acciones en los niveles de concertación y principalmente en los presupuestos participativos.

Aprovechar la experiencia acumulada de las zonas de intervención En la medida de lo posible se debe trabajar con zonas de experiencia y complementariedad de la oferta; se debe aprovechar los conocimientos de manejo de actividades productivas donde los productores ya cuentan con experiencia y sólo necesitan mejoras adicionales que pueden ser adoptadas en el corto plazo. Esto permite contar con una oferta de calidad, cantidad y oportunidad y estable en el tiempo. Asimismo, el mercado y el potencial ecológico son dos condiciones que también se deben tener en cuenta para impulsar los negocios en zonas como la sierra.

Adecuar instrumentos de intervención en función a la heterogeneidad de los actores (poblaciones indígenas y género) Las distintas formas de llegada al mercado están asociadas a características culturales, sociales


y económicas particulares, las mismas que en algunos casos son causa y efecto de procesos de exclusión social. Para atender esta diversidad, es necesario desarrollar estrategias diferenciadas según las características de los productores. En particular se requiere desarrollar estrategias diferenciadas para sectores tradicionalmente excluidos y discriminados, como son las poblaciones indígenas y las mujeres. Estos sectores requieren de instrumentos de difusión, capacitación y selección adecuados a enfoques territoriales y planes de desarrollo comunales.

Desarrollar productos de calidad e incrementar el valor agregado Se debe potenciar el interés en promover productos con mayor valor agregado y con demanda efectiva en el mercado, a través de acciones que conlleven a la mejora de la calidad de la oferta agropecuaria. Es importante promover actividades en las fases de poscosecha, selección, procesamiento, empaque, almacenamiento, comercialización, etc. Estas actividades permiten reducir mermas y riesgos, aumentar la integración horizontal, reforzar la capacidad de negociación y, por tanto, generan mejores oportunidades de mercado e ingresos para los productores.

Promover el desarrollo de capacidades y competencias locales La experiencia ha demostrado que el desarrollo de capacidades es el pilar fundamental en toda intervención que busca desarrollar una comunidad con su respectivo espacio geográfico. Las metodologías participativas son medulares para el proceso de desarrollo de capacidades y un buen aprendizaje de los diferentes temas.

Gestionar el entorno e incidir en políticas Muchos proyectos han identificado “cuellos de botella” de tipo legal o normativo y han formulado propuestas alternativas que han permitido que el negocio se desarrolle. Esto lo han hecho a nivel local, regional y nacional. Esta tarea, generalmente desconocida en los proyectos de desarrollo, debe ser aplicada regularmente, ya que la burocracia nacional se ha esforzado en crear una abultada legislación que impide, sin razón alguna, el desarrollo de negocios. La sierra en general se debe explotar en función al aprovechamiento y desarrollo de nichos de mercado que se pueden complementar entre sí, dada su exclusividad productiva, variabilidad climática y agroecológica, biodiversidad y tradiciones productivas, que permiten obtener productos únicos (el ejemplo de las papas nativas es importante al respecto). De lo que se trata es de identificar esos nichos y aprovecharlos al máximo y responder con una oferta de calidad, cantidad, oportunidad y estable en el tiempo. Finalmente, se debe indicar que el desarrollo y promoción de los productos andinos es un proceso que se enmarca en varias etapas que se grafican a continuación y cuya duración dependerá de las características específicas de cada producto:

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Servicios generados

Etapas de maduración

• • •

• • •

Asistencia técnica especializada Asistencia comercial Gestión empresarial

• Difusión amplia de tecnología Asistencia técnica Asistencia comercial Gestión empresarial

• Validación de tecnologías • Piloto de comercialización

I

• Consolidación de tecnología

• Acceso a circuitos comerciales diferenciados

• Acceso a circuitos comerciales

• Acceso al crédito (sujeto)

• Acceso al crédito

• Gestión de servicios

II

Apoyo externo del programa

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Asistencia comercial

III Sostenibilidad

Etapas


Resumen de las presentaciones al Tema III Judith Kuan C. Moderadora temática judithkuan@gmail.com

En relación al Tema III: “Medidas de política para aprovechar el potencial de los cultivos andinos”, el Dr. Mario Tapia nos ha presentado la exposición “Algunas experiencias de proyectos orientados a aprovechar el potencial de los cultivos andinos”. La ponencia incluyó un recuento de las investigaciones y esfuerzos realizados con los cultivos andinos, destacando el rol que han jugado los actores principales, vale decir las organizaciones campesinas en el uso de la agro biodiversidad y en la preservación y conservación de los cultivos nativos; y destacando también la labor de organismos internacionales de investigación, la cooperación internacional y las ONG. La exposición de las experiencias sobre la kiwicha, maca y papas nativas, condujo a ‘lecciones aprendidas’ útiles para la formulación de políticas que traten de fomentar la producción y el consumo de especies nativas. Para esta exposición hemos contado con un panel de tres comentaristas. En primer término, la Dra. Ritva Repo-Carrasco-Valencia, de la Universidad Nacional Agraria del Perú, concentró su comentario en los aspectos de orden nutricional de los cultivos andinos. Refirió que dentro de los cultivos andinos tenemos “diversos tipos de plantas alimenticias: tubérculos (oca, olluco, papa), raíces (maca, arracacha), granos (quinua, kiwicha, kañiwa), leguminosas (tarwi, nuña, pallar) y frutas (aguaymanto, sacha tomate).” La panelista concentró su comentario en el valor nutricional y en las experiencias desarrolladas y potenciales sobre la transformación y usos de los granos andinos, de las cuales se derivan interesantes recomendaciones de medidas políticas relacionadas al uso y el consumo de estos productos. Seguidamente, la Lic. Antonieta Manrique, de la Red Agroecológica, destacó “tres fortalezas que son fundamentales para el aprovechamiento de las oportunidades abiertas por el mercado: el conocimiento tradicional de las poblaciones locales; la experiencia ancestral en el cuidado y conservación de cultivos y crianzas (incluyendo “el cariño”, un elemento subjetivo difícil de entender desde la alternativa transgénica pero sí desde la perspectiva cultural de los pueblos originarios); y la institucionalidad publicoprivada que se ha generado.” También dio ejemplos de cómo los mercados orgánicos constituyen una oportunidad para el desarrollo de los cultivos andinos e indicó una serie de aspectos que requieren mayor estudio: alianzas estratégicas, certificación, mercado para cultivos con potencial nutraseútico, Sistemas Participativos de Garantía, ampliar campañas de consumo, entre otros. Finalmente, el Ing. Miguel Ordinola (INCOPA-CIP), tomando como referencia diversas experiencias exitosas en el Perú, recomienda considerar su forma de trabajo que contempla un proceso de: “i) identificar mercados en los cuáles exista una demanda específica para los productos de los pequeños productores; ii) identificar las características de las respuestas de oferta (en cantidad y calidad) para esas demandas identificadas; iii) identificar las demandas y ofertas de servicios requeridos en la producción, comercialización y organización, para que la respuesta de oferta se adecue a la demanda del producto final (en cantidad, calidad y distribución de márgenes comerciales); y iv) identificar potenciales alianzas institucionales para el mejor aprovechamiento de las oportunidades productivas promovidas.”

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Comentarios de los participantes al Tema III Comentario al Tema III José Sánchez Narváez Coordinador de Ciencia y Tecnología ITACAB Convenio Andrés Bello Perú

Lo que expone el Dr. Tapia en su ponencia contradice la tendencia globalizante del liberalismo: unificar, estandarizar, sacar el mayor provecho, etc. Así, no sólo vemos el enfrentamiento entre el humanismo y el mercantilismo sino la supervivencia de las comunidades ancestrales, sus “crianzas” (entre las que se incluye cultivos, ganadería, agua y suelos) y recursos biodiversos versus el mercado y la idea de “exportar o morir”. Esto último descuida al productor tradicional heredero de los conocimientos generados por milenios y sus productos culturales y técnicos. Parece ser que la riqueza biodiversa de los Andes centrales se deben preservar y mantener, no como un “jardín del Edén” intocable, sino como fuente de la seguridad alimentaria y del desarrollo de nuestros pueblos, ahora y en el futuro. Los cultivos andinos descritos por el Dr. Tapia no sólo muestran su valor alimenticio convencional 98

(energía y proteínas), también algunos de estos son nutracéuticos y funcionales; es decir, van más allá de la nutrición para convertirse en preventores o curadores de enfermedades y complementarios a las dietas escasas en micro nutrientes, ácidos grasos esenciales (omega 3 y omega 6), aminoácidos, enzimas, etc. Además, contribuyen a mantener óptimas las funciones del cuerpo humano. Toda esta riqueza debe ser aprovechada por sus mismos creadores, generando excedentes exportables cuando el mercado lo acepte.

Comentario al Tema III Gabriela Muñoz Vélez CEDA Ecuador

Me parece que el ejercicio que estamos haciendo a través de este foro nos permite profundizar en temas esenciales para aterrizar la discusión sobre seguridad alimentaria en el espacio andino. Sobre la ponencia del Dr. Tapia y los comentarios realizados a la misma, me parece importante no perder de vista que antes que incrementar la producción para satisfacer la demanda internacional, que evidentemente nos puede generar mayores divisas, debemos concentrarnos en el mercado local, en retomar e impulsar la producción y el consumo sustentables, ecológicos de los productos andinos para el mercado local. No olvidemos que la producción a escala para satisfacer la demanda internacional nos ha llenado de divisas, pero no necesariamente de mayor y mejor calidad de alimentos. La tradición alimentaria y productiva andina se basa precisamente en tomar de la naturaleza lo que necesitamos para vivir bien y no para imitar modelos de desarrollo externos.


Comentarios al Tema III Sonia Salas Presidenta de REDAR Perú Perú

Normalmente en este tipo de debates está ausente la voz de las poblaciones locales, sobre todo de los pobladores rurales, así que aprovechando este foro, presento a ustedes el pronunciamiento de más de 65 líderes rurales y profesionales, hombres y mujeres de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, y Perú, con quienes nos reunimos en la ciudad del Cusco, Perú, desde el 21 hasta el 24 de junio del presente año, con el propósito de coordinar, concertar e intercambiar ideas, conocimientos, prácticas y potencialidades para promover la integración y desarrollo de la subregión andina en el marco del I encuentro Internacional de “Saberes y haceres de los pobladores rurales andinos”. Les comparto algunos párrafos concernientes al tema del foro y para los que deseen revisar el documento completo, lo pueden descargar en: http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24544

PRONUNCIAMIENTO DE LOS PARTICIPANTES I Encuentro Internacional “Saberes y haceres de los pobladores rurales andinos” Rescatemos el valor andino para beneficio de la humanidad Frente al fracaso del modelo neo liberal y sus impactos destructivos en los sistemas megadiversos de nuestros países andinos, creemos que se hace imprescindible una toma de posición que genere un modelo alternativo que retome el cauce del desarrollo de nuestros pueblos desde la visión andina, enmarcada en los principios básicos de la convivencia armónica en su relación del hombre con la naturaleza, con la tolerancia que involucra la complementariedad de los opuestos. Nuestros pueblos han sabido reaccionar con estrategias consistentes frente al reto que representa el cambio de lógica y cosmovisión que representa la globalización, pero esa resistencia tiene que estar fortalecida con acciones que promuevan la validación de sus conocimientos y experiencias como alternativa frente al deterioro ambiental y depredación de los recursos locales, esta puesta en valor representa una decisión política que empodere a las comunidades para que puedan proyectar y desarrollar sus potencialidades. Respecto a la soberanía alimentaria: • Impulsar la definición y ejecución de políticas agropecuarias y alimentarias que garanticen el derecho de nuestros pueblos y sus comunidades a producir sus alimentos tradicionales de manera ecológica, basándose en sus propios recursos, tecnologías, usos y costumbres. • NO al reparto de alimentos, sí al desarrollo de capacidades y al esfuerzo productivo y al rescate de nuestra cultura alimentaria milenaria. • En los tratados y acuerdos de integración subregional y con los países centrales, garantizar la soberanía alimentaria de nuestros pueblos, crear formas de protección de los derechos de propiedad y patente de los recursos naturales de toda la forma de vida, usos y costumbres; y propiedad intelectual de

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los saberes y haceres colectivos de las comunidades y pueblos andinos y amazónicos, especialmente en materia de plantas alimenticias, medicinales y la transformación de su producción. • En los acuerdos bilaterales y multilaterales que firmen nuestros Estados debe considerarse una agenda interna que cubra los efectos colaterales sobre la producción, la comercialización y el medio ambiente de los pequeños productores rurales y comuneros de nuestras naciones, para lo cual debemos ser parte consultiva y supervisora en la planeación, implementación, y ejecución de los acuerdos. • Teniendo en cuenta que la FAO plantea como desafíos del milenio la reducción de la pobreza, nosotros proponemos una mirada más proactiva que es la generación de riqueza, entendida esta como las oportunidades para el desarrollo endógeno en contraposición con los sistemas subsidiarios que no resuelven los problemas de desigualdad. Respecto al apoyo a la transformación y valorización de la producción agropecuaria campesina: • Gestionar la creación de un fondo a nivel local, regional y nacional que fortalezca la producción y comercialización de los pequeños productores que emplean los saberes y haceres tradicionales de los pueblos autóctonos, con la participación de sus representantes en todos los niveles de gestión. Institucionalizar e incorporar a la normatividad vigente espacios de encuentro entre los líderes de los pueblos rurales andinos, para que intercambien experiencias, concerten estrategias que fortalezcan la participación de estos, en la construcción de una complementariedad de sus procesos productivos, 100

como garantía de un desarrollo sostenible basado en sus propias potencialidades. • Siendo un hecho comprobado científicamente que, los más perjudicados con los efectos del cambio climático global son los pequeños productores y comuneros de la subregión Andina, y por ser estos los que menos influyeron en dicho cambio; instamos a los países centrales a contribuir económica y tecnológicamente a la reversión de este proceso. • Que los Estados prioricen el diseño de estrategias, a diferentes niveles, para contrarrestar el cambio climático a fin de garantizar la preservación de la biodiversidad y la soberanía alimentaria de los pueblos de la subregión andina. • La realidad actual revela el total fracaso del modelo neoliberal que ha propiciado el empobrecimiento integral de las comunidades llevándolos al borde de la desintegración estructural de su sistema milenario, frente a esta realidad se impone la creación de un modelo alternativo de desarrollo que se sustente en la recuperación, revaloración de los saberes y haceres. • Respeto a la diversidad natural, cultural, social y política de nuestros pueblos que contemple una visión multidimensional en la recreación de un modelo de desarrollo integrador cuyo eje sea el bienestar del hombre.


Comentario al Tema III Herminio Ludeña Enciso Consultor en Recursos Pecuarios Andinos Perú

En el comentario del ingeniero José Sánchez se encuentra gran parte de la solución a la problemática agropecuaria en relación con la pobreza de los pequeños agricultores en el Perú y en la mayoría de países latinoamericanos. José Sánchez menciona que “la solución a la comercialización interna y externa de alimentos pasa por la organización de los productores y los consumidores para velar por sus intereses, ya que la mayoría reconoce que “la parte del león” se la lleva el intermediario en perjuicio, tanto de productores como de consumidores”. Luego continúa: “Es cierto que lo más rápido es “transferir” es decir, montar un sistema de extensión (también con fuerte componente social) para ofrecer las condiciones necesarias al desarrollo rural, no solo agrícola. Lo lamentable es que el neoliberalismo desmontó de nuestros países estos sistemas, los que aún con sus problemas y falencias, deberían ser el soporte del desarrollo rural”. En nuestro país fue desactivado el sistema de extensión agropecuaria al iniciarse la reforma agraria. Hoy la sociedad civil debe restituir este sistema de extensión agropecuaria en las diferentes regiones a fin de organizar a los pequeños y medianos productores en asociaciones y/o cooperativas a fin de adquirir personería jurídica y ser pasibles de crédito agrario. También sería conveniente remarcar lo que dice Gabriela Muñoz: “me parece importante no perder de vista que antes que incrementar la producción para satisfacer la demanda internacional, que evidentemente nos puede generar mayores divisas, debemos concentrarnos en el mercado local, en retomar e impulsar la producción y consumo sustentables, ecológicos de los productos andinos para el mercado local”. Por lo tanto debemos insistir en que necesitamos concentrar nuestros esfuerzos en lo que nuestro país y nuestros productores pueden lograr con una adecuada capacitación en cultivos y crianzas regionales. Medidas específicas para aprovechar el potencial de los cultivos andinos: • Implementar un sistema de extensión agropecuaria con equipos multidisciplinarios a fin de desarrollar las capacidades productivas de los agricultores, teniendo en cuenta sus cultivos y crianzas. • Seguir fomentando el mercado de productos orgánicos con las certificaciones y estructuras que ya están realizando los países andinos. • Los gobiernos locales y la sociedad civil son los llamados a encausar la producción y el consumo mediante el proceso participativo de los actores (productores y consumidores). • El gobierno central, por medio del Programa Nacional de Apoyo Alimentario (PRONAA) y otros sectores (agricultura, educación y salud) deben implementar los comedores populares y el programa del vaso de leche tomando como base la producción regional. • El gobierno regional tendría que intervenir decididamente en la promoción de dietas alimenticias apropiadas basándose en la producción regional. • Los gobiernos locales y regionales deben dar todas las facilidades para la comercialización directa de

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productor a consumidor. Para ello será necesario que las organizaciones de productores concerten con los gobiernos regionales y locales a fin de establecer ferias y mercados de productores con precios reales y sin intervención de intermediarios. Aspectos que requieren mayores estudios: • Preparación adecuada de los equipos encargados de implementar un sistema de extensión agropecuaria eficaz y con amplio conocimiento de los cultivos y crianzas regionales. • Seguir estudiando los elementos de origen orgánico que prevengan las plagas y enfermedades de cultivos y crianzas regionales. • Implementar plantas de producción de fertilizantes basados en la lombricultura y otros materiales orgánicos.

Comentario al Tema III Patricia Vaca Calderón Economista, Consultora externa AIPE La Paz – Bolivia

Al momento, parece ser que una de las respuestas centrales a las que se orienta la Conferencia radica en la APUESTA POR EL POTENCIAMIENTO DE LA PRODUCCION DE CULTIVOS ANDINOS en lo que el 102

Perú, parece contar con importantes avances y experiencias. En el caso de Bolivia, es evidente también que por lo menos desde los 90 se ha intensificado la investigación sobre los usos y potencialidad de algunos cultivos andinos. En este punto, debo insistir en un aspecto que ya señalé anteriormente, en cuanto al modelo económico de mi país y también del resto de las economías andinas, orientadas principalmente hacia la “exportación”. Ello ha marcado el rol que ha venido desempeñando el agro; de este modo, resulta paradójico que conozcamos las importantes propiedades nutritivas de la quinua, pero que esta tenga un mínimo consumo interno y sea pensada más bien como un producto potencial de exportación (no en vano en Bolivia se la considera como una cadena de exportación). Este es el mejor ejemplo. Ahora si pensamos en otros productos como la estevia como sustituto del azúcar o la maca y sus cualidades energéticas, la historia se repite. A todos estos cultivos se los ha metido en la bolsa de productos orgánicos de excelentes cualidades nutritivas, de cuidado de la salud, etc. y de hecho han proliferado en las ciudades las tiendas agroecológicas que expenden estos productos sanos, pero los precios de los mismos son prácticamente inaccesibles para los estratos más pobres de la población urbana, reduciéndose su consumo a algunos estratos de las clases medias y pudientes. Entonces, si sabemos que la quinua o la maca pueden convertirse en harina y sustituir a la del trigo, el costo de estos productos no permite su acceso mayoritario a la población. En Bolivia se elaboran panes de harina de coca, galletas de harina de coca, pero sus precios son caros, su comercialización es reducida y es casi inimaginable pensar en reemplazar el pan de cada día, hecho de harina de trigo, por un pan de harina de coca, o imaginar a los niños reemplazando una Coca Cola por un


jugo de cebada. El hecho es que los hábitos y patrones de consumo de la población urbana y rural (en este caso al igual que en el Perú se ha desplazado el consumo de la papa por el fideo) se han visto seriamente afectados por la “cultura de la chatarra”, promovida por las mismas trasnacionales que controlan las semillas, los paquetes de agroquímicos, los supermercados y la elaboración de productos de marca Kellogs. Hasta aquí todo suena muy pesimista, pero para seguir reflexionando y aportando habría que pensar en políticas de seguridad y soberanía alimentaria más allá de las declaraciones, porque si bien se puede promover la producción de los cultivos andinos, hay que pensar de forma integral en cuanto al consumo y los precios de acceso de estos productos para la población del propio país, porque hasta ahora la mentalidad ha estado puesta en la exportación de estos productos “ecológicos” y/o su consumo por los estratos con mayores ingresos.

Comentario al Tema III Hugo Vaca De la Torre Economista Docente Economía Agraria La Paz – Bolivia

Son importantes los proyectos y sugerencias que plantea el Ing. Tapia para producir cultivos andinos, en la perspectiva de enfrentar los problemas emergentes de la “crisis alimentaria” en regiones con características similares de producción. Se trataría más bien de propuestas de desarrollo endógeno frente a las tendencias exógenas de escasez y elevación de precios de los productos básicos de la dieta alimentaria, que pueden profundizarse en los siguientes años de mantenerse las actuales tendencias. Sin embargo, respetando las temáticas planteadas por el Comité Organizador respecto a 1) una caracterización de la “crisis alimentaria” 2) las medidas desplegadas por los países miembros de la CAN y 3) la formulación de proyectos potenciales de cultivos andinos, considero que a la luz de las propuestas y experiencias es necesario ahondar en algunos elementos que permitan una mejor comprensión de las causas o factores que inciden en la escasez y carencia de alimentos que afectan a los sectores más vulnerables de los países de la región, en la perspectiva de arribar a propuestas de políticas, programas y proyectos, en consideración a la magnitud y características de la actual “crisis alimentaria”. De otra manera, se podrían formular alternativas que en lugar de significar soluciones reales reiteren recomendaciones que se formularon para superar la pobreza estructural a través de proyectos y esquemas de desarrollo rural, con escasos resultados en la superación de los desequilibrios productivos y nutricionales de la población del campo y las ciudades. Debemos evitar una especie de “salto del trapecista”, al deducir problemas de connotaciones globales a soluciones aisladas. En esa perspectiva, recordando los diversos factores que han erosionado los precios de los alimentos en el último período (Tema I), es importante incorporar la especulación de los combustibles que

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elevaron los precios de los cereales, el azúcar y otros alimentos hasta niveles inalcanzables para la mayoría de los pobladores de la región, aprovechando la escasez relativa de alimentos. Como señala Henry Saragih, Coordinador Internacional de la Vía Campesina “la tierra es apropiada y reservada con fines especulativos expulsando a los campesinos de sus lugares de origen”. Ello significa que las áreas cultivables son retenidas por los propietarios de tierras en espera de mayores alzas de precios dando lugar a la renta absoluta de la tierra. En consecuencia, la especulación de los grandes capitales de Estados Unidos y Europa en el rubro de alimentos está conduciendo al hambre sin precedentes por su escala. Por otra parte, los tratados de libre comercio establecidos en la región, con excepción de Venezuela y Bolivia, van a forzar a los países a continuar liberalizando sus mercados agrícolas vía reducción de aranceles de importación, permitiendo incrementar las importaciones en detrimento de la producción local. Por el contrario, las multinacionales mantendrán el dumping con sus excedentes y las subvenciones a sus exportaciones. Al respecto el holandés Wim Dierckxsens, Coordinador del Foro Mundial de Alternativas para América Latina e investigador del Departamento Ecuménico de Investigación (DEI), señala que la eliminación de las barreras tarifarias y no tarifarias ha erosionado no solo la autosuficiencia alimentaria sino la descampesinización para hacer del campo un sitio apropiado para la acumulación del capital (Cita Jornada 1º.06.08-“Como fabricar una crisis global”). Respecto al valioso resumen de las medidas de política económica formuladas por los gobiernos 104

de la región (Tema II), complementadas con los importantes comentarios de los participantes, han sido establecidas en su generalidad para atenuar las crisis alimentarias internas tanto coyunturales como estructurales, aunque esta última no ha sido evaluada por los países en su real magnitud. Tampoco se ha vislumbrado la articulación campo-ciudad, debido a que los patrones de consumo han variado significativamente y la dieta alimentaria ya no está basada exclusivamente en productos nativos, por lo que las soluciones aisladas no alcanzan a recrear condiciones de producción y consumo masivo para los consumidores urbanos y rurales, los que de acuerdo a datos de la FAO, destinan entre el 60 al 80% de sus gastos a comida. Por el contrario, los países miembros de la CAN continúan liberalizando sus mercados, favoreciendo de ese modo las políticas auspiciadas por los organismos multilaterales, cuyas propuestas ante las hambrunas es más neoliberalismo, es decir, continuar con las mismas políticas que han sido la causa de la crisis actual, acompañadas de impulso a los fertilizantes y semillas industriales, más ayuda alimentaria y expansión de los agro combustibles. Al respecto, el Secretario General de la OCDE recomienda mayor liberalización comercial, alertando los peligros del proteccionismo y mayor acceso para sus multinacionales en la Ronda de Doha, condicionando el apoyo financiero en función a criterios políticos. Por su parte el Banco Mundial recomienda la eliminación de las barreras proteccionistas y restricciones a las exportaciones, concluyendo con recetas de ayuda alimentaria y distribución de semillas y fertilizantes a los pequeños agricultores. En consecuencia, los esfuerzos de los gobiernos, salvando los importantes informes y criterios de los participantes sobre las políticas implementadas en sus respectivos países, considero que en general


requieren ser articulados a través de procesos de planificación estratégica que permitan encarar el problema de la producción y la alimentación de los sectores mayoritarios de la población. La soberanía alimentaria es sinónimo de seguridad alimentaria y evidentemente ello significa adoptar medidas para incrementar la producción doméstica de una parte importante de los bienes esenciales. En caso de no alcanzar la autosuficiencia, reitero mi sugerencia para concretar acuerdos comerciales en la región, a efecto de reducir costos, complementando las producciones deficitarias, favoreciendo el desarrollo regional y evitando el contrabando. En esa perspectiva, una de las soluciones sería la des-liberalización del sector agrícola aunque no de manera improvisada sino planificada, varios países lo están haciendo, caso de China, India, inclusive la Unión Europea. Lo que ocasiona el hambre es la desregulación y la reducida intervención estatal que no permite controlar y estabilizar los mercados especulativos. Paralelamente se requiere plantear de manera conjunta entre los países de la región la suspensión de acuerdos en el marco de las políticas de ventajas comparativas. Argentina está siendo empujada a utilizar sus tierras para la producción de soya, aparentemente en el marco de la división internacional del trabajo. En el Brasil existe una cuantiosa entrada de capitales para compra de tierras y producción de biocombustibles. Finalmente, en la producción de cultivos andinos indudablemente la papa y la quinua son dos productos imprescindibles que deben ser considerados para la política nacional de seguridad alimentaria. En Bolivia, al igual que en los otros países se está incrementando la producción de cultivos nativos como el amaranto, la maca, y otros tubérculos, aunque por sus precios no son accesibles al poder adquisitivo de los sectores mayoritarios de la población. Respecto a la quinua, como lo han señalado algunos comentaristas, tiene un alto valor nutritivo pero no ha penetrado en el consumo habitual de la población, por lo que se está exportando a mercados de ultramar. En el próximo bienio se piensa abarcar el millón de hectáreas destinadas a su cultivo, a través de proyectos que no requieren grandes extensiones de tierras, pues se la está cultivando en labores de profundidad cubiertas con plástico. De cualquier manera, se está incentivando su consumo a través de la elaboración de masas para su distribución en el desayuno escolar, sobre todo en el área andina. Reiterando mis disculpas por la extensión de mis comentarios, me permito felicitar a los organizadores de este encuentro que nos permite compartir experiencias y políticas entre hermanos latinoamericanos y bolivarianos en la perspectiva de construir la integración definitiva de nuestros pueblos como el único camino para evitar los males del capitalismo periférico y desarrollar de manera conjunta nuestras potencialidades para el bienestar de sus poblaciones.

Comentario al Tema III Allison Copel de Guerrero Coordinadora de Desarrollo Productivo Fondo Minero Antamina Sal y Rosas, 760, Huaraz .Perú

¿Qué medidas específicas se recomienda tomar para aprovechar el potencial de los cultivos

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andinos? Les comento que en el Fondo Minero Antamina, la respuesta a esta tipo de consulta siempre es el mercado. Si tenemos un comprador fiable identificado con nombre, apellido, con volúmenes y especificaciones indicados claramente, y una carta de compromiso de compra firmada, podemos aprovechar el potencial de los cultivos andinos. Veo muchos proyectos donde se inicia al revés, es decir, primero identificamos el producto, el lugar de cultivo, lo cultivamos, lo mejoramos y después buscamos un mercado. La mayoría de veces, vemos que el producto no corresponde a las especificaciones del comprador, que el costo para llevar el producto al mercado es demasiado alto para el precio ofrecido, y al final, quedamos con productores frustrados y pérdidas importantes de inversiones. A través del Proyecto PRA (http://www.proyectopra.com/), el Proyecto “Alli Allpa” de CARE Perú (http://www.care.org.pe/) y varios proyectos ganadores del Fondo Concursable 2007 de Antamina, estamos colocando en mercados locales, nacionales e internacionales productos nativos como la tara, kiwicha, chocho, cuyes y papas nativas. Pensamos que la promoción de productos nativos no só lo revalora la cultura local, sino que generan ingresos importantes. Veo esta “crisis alimentaria” como una oportunidad única de buscar mercados lucrativos para productos andinos para que cuando los precios bajen de nuevo, la sociedad global ya conozca estos productos y siga comprándolos. 106

Comentario al Tema III Lorena Lazarte Camacho BIOSOMA Bolivia

Este foro es muy importante para reflexionar sobre la crisis alimentaria que estamos atravesando en la zona andina y en general en todo lugar; las diferentes situaciones ya analizadas, como la producción de biocombustibles, la migración interna y externa de los productores del campo, la falta de mercado y otras son una señal de que las políticas de producción agropecuaria en los países no funciona y también que los enfoques de investigación tecnológica no son los adecuados, por ello es necesario bajar a los actores principales (productores agropecuarios pequeños, medianos y grandes) para reorientar y encaminar las visiones y enfrentar este gran problema de la crisis alimentaria. En la zona andina existen experiencias exitosas en la producción, transformación y comercialización de los cultivos nativos. Una de ellas es la producción de harinas fortificadas de maíces nativos que se inició en Cochabamba con productores de la zona del Valle Alto de este departamento en Bolivia y una microempresa. Partiendo de la premisa de que todo alimento debe ser nutritivo, digestivo y medicinal para que no dañe el organismo, se elaboran estas harinas utilizando maíces denominados cálidos y maíces denominados frescos, para lograr el equilibrio en la digestión de las personas que lo consumen.


Mucho del conocimiento del manejo de los cultivos nativos se va perdiendo por la introducción de variedades mejoradas, que son más aceptadas en el mercado pero perdieron sus cualidades nutritivas, de almacenaje, de sabor, sus características nutritivas y otras. A pesar de ello siguen existiendo cultivos nativos que nos toca emplear en beneficio interno y seguir recuperando su manejo y utilización.

Comentario al Tema I, II y III Oscar Álvarez Canaviri PROAGRO Bolivia

1. ¿Cuáles son los factores que generan la crisis alimentaria mundial que más afectan a la población andina y cómo la afectan? • El destino de tierras, áreas de cultivo, para los agrocombustibles, en el nivel mundial. • Localmente en Bolivia, en la zona andina, el uso de tecnologías muy tradicionales, por lo tanto los rendimientos son muy bajos. Esta tecnología no está reñida, desde luego, con un incremento en la productividad y una agricultura ecológica. • En Bolivia no está explotado el total de la potencialidad de riego que posee. El riego es tradicional. • En la zona andina existen bolsones de pobreza muy extrema donde está marcadamente presente la desnutrición infantil y se produce migración a las ciudades del interior y a otros países. 2. ¿Cuáles son las medidas políticas asumidas por los países andinos o que se recomienda tomar, respecto a la seguridad alimentaria de la región y el aprovechamiento de oportunidades? • El Plan Nacional de Desarrollo - PND, pretende disminuir los indicadores de pobreza, desnutrición y otros, a través de la aplicación de políticas de diversificación de cultivos y transformación de las materias primas para darle mayor valor agregado a las mismas. • Para ello también se ha creado el Banco de Desarrollo Productivo (BPD), donde los productores ya sea individualmente o en forma asociada acceden al financiamiento al que antes no podían acceder. Esta experiencia, sin embargo, está limitada a zonas con experiencia tradicional en créditos, pero falta avanzar a zonas como Sacaca que se encuentra en el norte de Potosí. 3. ¿Qué medidas específicas se recomienda tomar para aprovechar el potencial de los cultivos andinos? • Desde luego, la aplicación de la investigación realizada ya en otras latitudes con productos como la papa, en las variedades aptas para producir “chuño” (papa deshidratada) y su posterior industrialización para la producción de harina de chuño, galletas de chuño y otros. • Los productos agrícolas andinos como tarwi (Lupinus mutabilis), maíz, quinua, izaño, oca, tienen una buena aceptación en el mercado nacional e internacional por sus propiedades nutritivas, las cuales será necesario industrializarlos en los lugares de origen, para beneficio de las comunidades que las producen.

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Comentario al Tema I, II y III Ing. José Sánchez Narváez Coordinador de Ciencia y Tecnología ITACAB Convenio Andrés Bello

Algunas reflexiones finales: • La crisis alimentaria es estructural y no meramente coyuntural. • Los efectos de esta crisis llegan por igual a consumidores como a productores, aunque hay un potencial aprovechable por parte de los productores. • Las políticas actuales locales, regionales, nacionales y globales, no favorecen la seguridad ni la soberanía alimentaria de los pobladores rurales andinos, especialmente de las comunidades ancestrales con conocimiento y culturas tradicionales, depositarias de las técnicas, usos y costumbres heredadas de sus antepasados. • Los cultivos y las crianzas andinas son un potencial por explotar, en armonía con el medioambiente, para beneficio de la seguridad alimentaria de los pobladores andinos y, como un aporte a la alimentación y gastronomía mundial (por segunda vez en la historia). • Es necesario dar el apoyo político y estructural a la producción andina, para lo cual es necesario reinstaurar los servicios de extensión para favorecer el cambio que se necesita para capacitar y 108

empoderar a los productores andinos, revalorando y validando sus conocimientos, productos y cultura. En esto se incluye la educación alimentaria para mejorar la dieta de nuestras comunidades. • Promover un paradigma de desarrollo para nuestros países que valore los recursos y potencialidades referidos a los conocimientos, las organizaciones, los recursos naturales, las culturas, sus valores y sus productos como base del desarrollo; en el cual se garantice el procesamiento de sus productos para captar el valor agregado (que por ahora les es negado a los productores), el acceso a los mercados en condiciones favorables y, la innovación constante producto de la investigación participativa y de campo que solucione problemas reales y decisivos para el desarrollo. • Promover la exportación de productos elaborados a partir de cultivos y crianzas andinas, pero después de haber logrado la seguridad alimentaria interna, descartando la tendencia a la exportación exclusiva de materias primas, o a la exportación de alimentos sanos y libres de pesticidas, dejando para nosotros los alimentos que no pasan los estándares y controles sanitarios. • Promover la producción para el consumo local y la exportación de alimentos orgánicos, libres de transgénicos y pesticidas de cultivos y crianzas andinos, con especial énfasis en los cultivos nutracéuticos y funcionales (maca, quinua, kiwicha, yacón, camu camu, uña de gato, sacha inchi, etc.), ya que son mucho más nutritivos y saludables que los alimentos convencionales y los “chatarras” (trigo, arroz, cebada, etc.).


Comentarios finales Comentarios finales de los conferencistas al foro electrónico Comentario final de Máximo Torero La presente crisis en los precios de los alimentos está agudizando los problemas que los países andinos y de Latinoamérica enfrentan a pesar de las reformas y progresos que se han dado. Específicamente, los principales problemas que pueden verse profundizados son: crecimiento económico desigual, estancamiento del desarrollo agrícola, inaceptables niveles de pobreza y altos niveles de desnutrición. Afortunadamente, Latinoamérica, y gran parte la región andina, poseen una relativa inmunidad a los choques económicos externos gracias a su liquidez de moneda extranjera, además de una reducida necesidad de préstamos para el sector público y externo, flexibilidad en las tasas de cambio, menor exposición a la depreciación del dinero, tasas de interés y riesgos en la deuda pública, junto con un mayor acceso a préstamos en moneda local. Sin embargo, la crisis en el precio de los alimentos afectará severamente a los países de la región estimulando la inflación en general, y específicamente la inflación en los precios de alimentos. En tal sentido, la pregunta que nos hemos hecho a lo largo de esta discusión es ¿qué se podría hacer para minimizar los costos y maximizar las oportunidades para que los productores agrícolas latinoamericanos puedan beneficiarse en esta crisis en el precio de los alimentos? Para minimizar los costos, los diseñadores de políticas deberían enfocarse en la pobreza extrema, tomando ventaja de la existencia de programas de protección social. Latinoamérica, en contraste con países en desarrollo de Asia y África sub sahariana, ha implementado importantes programas de transferencia condicional. Estos programas les permiten a los países utilizar un mecanismo de focalización ya existente para poder minimizar los riesgos de los hogares más pobres debido a su reducido acceso a alimentos y a los altos precios de los mismos. Por tal motivo estos programas no sólo deben mantener el valor adquisitivo de las transferencias condicionadas, sino que además deben tener un mayor alcance y extensión. Donde estas intervenciones no existen, los programas de transferencia condicionadas deberían introducirse en el corto plazo. Sin embargo, si se da el caso de que los mercados de alimentos no funcionan bien o son inexistentes, entonces la provisión de alimentos sería una mejor opción. Asimismo, los gobiernos también deben focalizar esfuerzos en los programas de micro finanzas, que incluyen tanto crédito como ahorro, dado que estos hacen posible que las personas de escasos recursos eviten tomar decisiones drásticas como la venta de bienes productivos lo cual puede dañar en forma permanente su potencial para percibir futuros ingresos. Por otro lado, para maximizar los beneficios de los productores agrícolas en Latinoamérica, está claro que existe la necesidad de expandir inversiones para alcanzar un crecimiento agrícola sostenible. La transición hacia inversiones viables de largo plazo —particularmente para apoyar el acceso a

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mercados, y a ciencia y tecnología agrícolas— es de una urgente necesidad para lograr transformar la crisis alimentaria en una oportunidad para el desarrollo y crear capacidades que permitan hacer frente a futuras emergencias alimentarias o similares. Las inversiones para alcanzar un crecimiento agrícola sostenible incluyen el aumento del gasto público destinado a infraestructura rural, servicios, investigación agrícola y tecnología. Dichas inversiones no sólo representan una recuperación en términos de crecimiento agrícola, sino que tienen también un alto impacto en la reducción de la pobreza tanto en áreas rurales como urbanas mediante el incremento de la producción, empleo y precios más bajos de los alimentos. Los países latinoamericanos, y en especial los andinos, tienen que buscar la salida de la pobreza mediante inversiones productivas que logren incrementar la capacidad de ganar dinero por parte de aquellas personas de menores ingresos. La estrategia basada en transferencias condicionales sólo puede ser considerada como una solución a corto plazo. Solamente un enfoque en inversiones específicas logrará reducir permanentemente la vulnerabilidad de los pobres ante la crisis de precios de los alimentos, y al mismo tiempo, logrará reducir la pobreza mediante el aumento de la cantidad o el valor de los bienes que estos poseen. El propósito del enfoque de inversión se centra en reducir permanentemente la pobreza mediante la creación de bienes o activos a largo plazo, los cuales incrementarán permanentemente el poder adquisitivo de los pobres. 110

Comentario final de Juan García Cebolla La crisis del alza de precios de los alimentos en el caso de los países andinos tiene un efecto sobre la inflación, que erosiona a gran velocidad el poder adquisitivo de la población y de un modo notable en el caso de los más pobres, que llegan a dedicar hasta el 70% de sus ingresos a los gastos de alimentación. Aparte de fenómenos de escasez ligados a políticas concretas, la crisis no ha generado desabastecimiento en el caso de los países andinos, de hecho no es una crisis de disponibilidad. La producción de hidrocarburos y otros productos minerales ha supuesto que una de las causas de la crisis genere un impacto positivo que contrarresta el riesgo de desequilibrios externos. Pero en el medio plazo ese factor puede tener un segundo elemento pernicioso: reducciones de los márgenes de beneficios para los productores, con costos de producción muy altos que tardarán en reducirse, pues aunque baje el precio del petróleo no se reducen inmediatamente, mientras se produce un retroceso relativo de los precios de las materias primas alimentarias, añadiendo la volatilidad y los procesos de desajustes en los mercados que destruyen el capital de los más pobres.

Comentario final de Miguel Ordinola En el aprovechamiento del potencial comercial de los cultivos andinos juega un rol principal la innovación. Tomando como referencia lo trabajado con las papas nativas se pueden mencionar tres tipos de innovaciones relacionadas: i) Comerciales, cambios a nivel de productos finales que permiten mayor y mejor acceso de los pequeños productores a mercados dinámicos con mejor valor agregado;


ii) Institucionales, los cambios en las reglas de juego en base a las cuales los agentes de la cadena y otros actores públicos se relacionan e interactúan; iii) Tecnológicas, son los cambios en tecnología requeridos para incrementar la eficiencia o la calidad de los procesos de producción y transformación en respuesta a demandas del mercado. La combinación concreta de estos resultados tiene efecto a nivel de impactos que pueden, considerando sólo el aumento de ingresos, expresarse de la siguiente manera: las innovaciones comerciales impactan en los precios que reciben los pequeños productores —los productos orientados a nichos de mercado se posicionan con mejores precios y, por ende, los márgenes que reciben los productores son mayores; las innovaciones tecnológicas afectan tanto los precios —por mejoras de calidad— como a la cantidad producida (aumento de rendimientos) a nivel de los pequeños productores y por lo tanto a la reducción de costos; las innovaciones institucionales bajan los costos de transacción al fomentar la organización con fines de producción y principalmente de comercialización (mejores niveles de negociación y por ende mejores precios) y al facilitar normas que aseguren la calidad de los productos les permite acceder a nichos de mercado identificados y mejorar su imagen a nivel del público consumidor, el Día Nacional de la Papa es un buen ejemplo. Como puede verse, la combinación de estos resultados afecta los precios, las cantidades y los tamaños de los mercados de los productos de los pequeños productores y como correlato tiene efectos a nivel de sus ingresos, y de esta manera contribuyen a la reducción de la condiciones de pobreza. La evidencia nos viene indicando que el éxito comercial como alimento gourmet ha ayudado a demostrar el valor de las papas nativas de los pequeños productores y su revalorización como patrimonio cultural; su comercio posibilita que los agricultores perciban precios 20% por encima de los canales comerciales tradicionales (combinando un aumento del rendimiento de 6 a 10 TM/ha y una mejora de la calidad); la experiencia ha estimulado el desarrollo de alianzas público-privadas y ha provocado importantes inversiones adicionales para el desarrollo de productos basados en la biodiversidad de la papa (ejemplos de esto son Lay’s Andinas de Pepsico y Mr. Chips del Grupo Gloria); los pequeños productores perciben incrementos de ingreso y los asocian a mejoras en la calidad de su producto y al acceso a mercados de mayor exigencia.

Comentario final de Ritva Repo-Carrasco-Valencia Todos estamos de acuerdo en que el potenciamiento de la producción de los cultivos andinos es una de las medidas más efectivas para afrontar la crisis alimentaria en los Andes. No es sólo una posibilidad teórica, ya se han hecho varios esfuerzos y obtenido resultados en este aspecto en los países andinos, tanto en el Perú como en Bolivia, por ejemplo en el caso de la quinua y el maíz nativos. En este momento el gobierno peruano apuesta por la producción de papapan y de otros productos a base de papa, tubérculo de gran consumo popular. Es un esfuerzo para poder recuperar uno de los cultivos alimenticios principales del Perú. El producto parece ser competitivo con el trigo y así puede llegar a las mesas de la población con menores recursos. Si bien la papa no es tan nutritiva como por ejemplo

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la quinua, puede ayudar a satisfacer las necesidades energéticas básicas de las personas. También hay que mencionar el caso exitoso de la difusión de las papas nativas por parte de instituciones privadas. Asimismo, los programas de alimentación (vaso de leche, desayunos escolares, papilla) sirven actualmente como vehículo para hacer llegar los cultivos andinos a la población necesitada. Por otra parte, las políticas orientadas hacia la exportación de los cultivos andinos, si son manejadas en forma adecuada, tienen grandes posibilidades de beneficiar a los productores. Se puede tener un mercado seguro con mejor precio siempre y cuando se logre eliminar la excesiva o injusta intermediación en la cadena productiva. Otro punto importante, aunque nadie lo haya mencionado, es la educación y capacitación. El consumo de los cultivos andinos es bajo en muchos sectores por el desconocimiento de sus cualidades y bondades nutritivas. El Estado debe organizar campañas educativas y de promoción sobre el uso de productos nativos orientados a toda la población. En estas campañas deberían participar las empresas privadas, las instituciones educativas y el Estado. Los productos desarrollados con cultivos andinos pueden ser transformados y presentados de manera tal que puedan ser aceptados por consumidores de diferentes estratos económicos. Por ejemplo, no se destaca lo suficiente que estos cultivos son aptos para personas con necesidades especiales, por su alto valor nutricional y por su composición específica. Es el caso de la quinua, producto recomendable para las personas que sufren de alergia a cereales comunes. 112

Un aspecto relativamente poco conocido pero que sin embargo está tomando cada vez mayor importancia se refiere a que la quinua, kañiwa y kiwicha tienen componentes bioactivos y funcionales que pueden ser una alternativa muy atractiva para aquellos consumidores que buscan alimentos saludables tanto en el Perú como en otros países. La demanda en estos sectores beneficiaría a los productores y empresas transformadoras de los cultivos andinos en toda la región andina.


Conclusiones y recomendaciones Judith Kuan C. Moderadora temática judithkuan@gmail.com

Las conclusiones y recomendaciones que se desarrollan a continuación, recogen las apreciaciones, reflexiones y recomendaciones presentadas por los expositores y los participantes en la conferencia electrónica “La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes” que se desarrolló entre el 18 al 30 de Agosto del 2008 y la revisión de los documentos de referencia que se incluyen en el Anexo. Cabe aclarar que el concepto de “crisis alimentaria” en esta conferencia, involucró el concepto de “alza de precios de los alimentos”, y también el de seguridad alimentaria y nutrición.

Conclusiones Hoy en día la velocidad de los acontecimientos, en gran parte derivados del proceso de globalización, implica tomar medidas rápidas, pero sin perder de vista las medidas de tipo estructural que permitan lograr los ODM reconocidos y priorizados por nuestros países. A continuación se presentan las conclusiones relevantes sobre los aspectos tratados en la conferencia: 113

Factores que afectan la crisis alimentaria En general, hay un consenso sobre los factores que inciden en la crisis de alimentos y el alza de sus precios a nivel mundial. Se presentan factores de tipo temporal y otros de tipo estructural, aunque algunos factores temporales, debido a su recurrencia e incidencia en los términos de intercambio, pueden enquistarse con repercusiones de tipo estructural. Factores temporales El alza de precios de la energía El alza de los precios de los combustibles ha encarecido la producción, el transporte y la comercialización de los alimentos. Y aunque en algunos momentos los precios de los combustibles bajen, los costos de producción y comercio no bajarán ni en la proporción, ni con la velocidad con que lo hacen los precios de la energía, afectando más a los pequeños productores agropecuarios. La demanda por biocombustibles El mercado emergente de los biocombustibles, respaldado por políticas de Estado, principalmente en Estados Unidos de Norteamérica y en la Unión Europea, ha desplazado la atención del consumo humano a la producción energética. Reducción de la oferta de alimentos (producción, reservas y exportaciones) La reducción de la producción de alimentos, en cuanto a los factores temporales, obedecen a la


ocurrencia de catástrofes climatológicas. Subsecuentemente, el uso de las reservas y la prohibición de las exportaciones por parte de los países excedentarios, agravó la disponibilidad de alimentos, seguidas de presión en el alza de precios. Presión especulativa y financiera, y subsidios En el alza de los precios de los alimentos han influido también factores especulativos y no transparentes como la presión especulativa sobre los productos básicos a raíz de la crisis financiera, el incremento de la liquidez en determinadas partes del mundo, el interés de los fondos de inversiones en los mercados de futuros de los ‘commodities’, la especulación de grandes ‘broker’ en la oferta de alimentos (tanto a nivel transnacional, como en los mercados nacionales), el hecho que el precio de la mayoría de productos agrícolas se exprese en dólares americanos y, a su vez, por la devaluación de esta moneda frente a muchas divisas durante los últimos años. Por otro lado, el recurrente mantenimiento de altos niveles de subsidio y de protección a la producción agropecuaria por parte de los países industrializados, continúan distorsionando la transparencia de los precios del mercado, presionando en el alza de los precios de los productos básicos. Este es el tipo de factor temporal que al presentarse de manera recurrente y por un largo tiempo, distorsiona los términos de intercambio y afecta las estructuras comerciales y de producción agropecuaria. Factores estructurales 114

Los factores de tipo estructural más importantes que inciden en la crisis alimentaria mundial, se pueden apreciar por el lado de la demanda y por el lado de la oferta. Por el lado de la demanda • El alto crecimiento de la población mundial de las últimas cinco décadas y sus proyecciones, vislumbran en términos globales, que se requerirá producir 50% más de alimentos para satisfacer las necesidades alimenticias. • Pero no sólo se está produciendo un cambio en la demanda en términos de cantidad. También, hay una mayor exigencia en la calidad y variedad de alimentos, derivados de la mayor demanda de las clases medias debido al desarrollo económico de países emergentes y la mayor migración a zonas urbanas. • Pese al alza de los precios, el consumo mundial general de alimentos y forrajes se mantiene, con una suave elasticidad en la demanda. A nivel específico, destacan sucesos graves de hambruna y desnutrición en muchas zonas del mundo, que evidencian la inequidad en la distribución de los alimentos. Por el lado de la oferta • Hay dos factores de tipo estructural que están incidiendo en la crisis alimentaria. Por un lado, el modelo de desarrollo agropecuario aplicado ha priorizado la producción para la exportación, antes que el apoyo a las economías rurales para la producción de alimentos de abastecimiento nacional, conjuntamente con una reducción drástica de la intervención del Estado en la planificación del


desarrollo rural y la prestación de servicios, delegando la posibilidad de ordenamiento y dirección a las fuerzas del mercado. • De otro lado, los desastres naturales, cada vez más rigurosos y frecuentes, son una muestra del grave cambio climático que padece el planeta, derivado en gran parte, de las presiones de los patrones de consumo de la población en términos de contaminación.

Factores y efectos en los países andinos • Se entiende que los países andinos no son tan afectados por la crisis de alimentos, en comparación con algunos países de África y de Centro América. Los países andinos son menos vulnerables al alza mundial de precios de alimentos dado que, con excepción de Venezuela, son exportadores netos de alimentos. Como se destacó en la conferencia, Ecuador es el mayor exportador neto de alimentos y con una balanza creciente. Le sigue Bolivia, que, en cambio, ha venido contrayendo su saldo neto. Colombia y Perú se han mantenido como exportadores netos relativamente estables. Además, hasta el momento, la producción de hidrocarburos y otros productos minerales ha contrarrestado el riesgo de desequilibrios externos. • Sin embargo, la presión del alza de precios de alimentos y de la energía, la recesión de algunas economías desarrolladas y el impacto del cambio climático, pueden agravar las condiciones de inseguridad alimentaria y pobreza de un sector importante de la población andina. • Hay un reconocimiento de que la situación en nuestros países, con altos índices de malnutrición, desnutrición e inseguridad alimentaria, obedece más a un problema de “acceso” (especialmente de la población pobre y extremadamente pobre) y “buen uso” de los alimentos (que incluye a población no pobre), que de “disponibilidad” de los mismos. No hay falta de disponibilidad de alimentos, porque en nuestros países la oferta supera a la demanda. • Por otro lado, aunque a nivel macro, los países andinos tienen una menor exposición al tipo de cambio y al alza de las tasas de interés internacionales, contando con mayor acceso a financiamiento interno, el efecto positivo sobre los pequeños productores de alimentos dependerá de la transmisión de precios, los costos de transacción y la disponibilidad de factores de producción (especialmente: agua, tierra, insumos). Algunos estudios señalan que los beneficios derivados por el alza de precios no alcanzan a compensar los aumentos de precios de los alimentos consumidos por las familias rurales. Otro aspecto negativo, es que el sector público de nuestros países se ha venido reduciendo, afectando la capacidad de dirección del desarrollo agropecuario nacional y reduciendo los servicios de apoyo a la producción, que mal o bien se venían ofertando. • Las familias pobres de las ciudades y aquellos de las zonas rurales que son predominantemente compradores netos de alimentos, serán los más perjudicados. En las poblaciones pobres, el consumo por alimentos representa alrededor del 80% del gasto. Se presentan diferencias de impacto entre las zonas al interior de un mismo país, como lo demuestran algunos estudios. • En forma análoga, los países importadores netos de alimentos, como grasas, granos y lácteos e

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importadores netos de energía, serán los más afectados.

Retos y oportunidades en los países andinos • A nivel andino, las oportunidades que ofrece una mayor demanda de productos alimenticios por la población mundial beneficiará sobre todo a los sectores económicos que ya están insertos en el mercado y que tienen acceso a influir sobre las medidas políticas de los gobiernos. Es el caso de los agronegocios de medianas y grandes empresas. • A nivel de la pequeña agricultura aún se presentan muchas limitaciones para que aprovechen las oportunidades del mercado internacional, y aún en el caso de la atención de los mercados nacionales, hay mucho trabajo por hacer.

Medidas que están tomando los países andinos • En general los países andinos están tomando medidas parciales y no integrales respecto a la crisis alimentaria. • Los países de la CAN están implementando medidas especialmente dirigidas a apoyar a los consumidores: medidas de comercio externo (reducción de aranceles y restricción de exportaciones de ciertos alimentos), medidas de comercio interno (de apoyo al abastecimiento de alimentos, de control de precios de alimentos esenciales en la canasta de consumo, de transferencia de recursos 116

monetarios o en especie a familias más pobres y exoneración del IVA). • Por otro lado, se están adoptando medidas de diferente amplitud dirigidas a apoyar la producción de alimentos: desde medidas de corto plazo (subsidios a los insumos agrarios, exoneraciones tributarias, crédito a la producción y de emergencia climatológica), hasta medidas más estructurales y de mediano plazo (programas de desarrollo agropecuario, de seguridad y soberanía alimentaria, y de sustitución de alimentos importados).

Recomendaciones Medidas para enfrentar el alza del precio de los alimentos • Es necesario reflexionar sobre diferentes tipos de medidas que se requerirán implementar en el corto, mediano y largo plazo en la región andina. • La FAO recomienda adoptar de forma inmediata medidas de doble componente con el objetivo de i) mitigar el impacto del elevado precio de los alimentos y los combustibles sobre los grupos de población más débiles mediante redes de seguridad y transferencias directas, y ii) implementar políticas y programas destinados a promover el desarrollo rural y agrícola a corto y largo plazo. • En forma similar, los economistas de la ONU recomiendan, pensando en el mediano y largo plazo, el despliegue de intervenciones estratégicas e inversiones públicas en el sector agrícola, así como un replanteamiento del proceso de industrialización y un mejor equilibrio entre políticas económicas y sociales.


• Como se resaltó en esta conferencia, el desafío que enfrentan nuestros países en el corto plazo está en el balance o combinación que debiera haber entre políticas monetarias contractivas con una política fiscal que, sin ser excesivamente expansiva, mantenga y amplíe los programas sociales e incentive la producción de alimentos, particularmente en el amplio sector de la agricultura familiar. Para el mediano y largo plazo los desafíos serán el logro de una mejor distribución de ingresos y políticas que conduzcan a un crecimiento económico con inclusión social. • Con respecto a las medidas de corto plazo que están tomando los países andinos se recomienda: 

Tener especial cuidado en que la rebaja de aranceles a la importación de alimentos no compita con los estímulos a la producción nativa;

Que los programas sociales no deriven en medidas “populistas” y se procure la vigilancia efectiva de los mismos para evitar su mal uso; y

 Evitar

las donaciones de alimentos del exterior para que no compitan con la producción nacional.

Por ejemplo, el PMA hace bien fomentando las compras locales promoviendo así la soberanía alimentaria. • Con respecto al mediano y largo plazo, es reconocido a nivel mundial y en este foro el deterioro del sector agropecuario y la urgencia de inversión en el mismo. Estudios del BID consideran que las medidas que presentarían un nivel más bajo de costo fiscal y de distorsión serían las medidas de apoyo a la competitividad agrícola. Estas medidas incentivan la productividad, permitirían atender a fallas de mercado y deberían contemplar una adecuada coordinación e información. Aunque los resultados se dan en el mediano/largo plazo, estos son más permanentes. • La crisis alimentaria y el nuevo contexto internacional traen consigo nuevas necesidades para los países andinos, por lo que es urgente diseñar e implementar una nueva estrategia para su agricultura y desarrollo rural. En todos los casos urge reconstituir y desarrollar un soporte institucional adecuado para llevar a cabo estos propósitos. Medidas para aprovechar la oportunidad y enfrentar los retos de la crisis alimentaria mundial a nivel de los países andinos • En nuestros países es recomendable aplicar medidas de política integrales que impliquen una mejor distribución del ingreso y de los niveles de vida de los sectores marginados de la población. • Para que las oportunidades de la mayor demanda de alimentos puedan ser aprovechadas por los pequeños productores, se requiere de un cambio sustancial en el enfoque de las políticas agrarias que involucren la voluntad política y el compromiso tácito de los gobiernos en el desarrollo de las economías rurales. • La política agraria no sólo debe girar alrededor de la mayor exportación, sino hacia las necesidades internas, procurando el reconocimiento de precios de los productos de los pequeños productores quienes son los principales abastecedores de alimentos de los países. • En este foro se ha hecho evidente la necesidad de asumir medidas de tipo estructural. Es recomendable

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que se desarrollen políticas de desarrollo rural territorial, que impliquen cambios estructurales en beneficio de una mayor equidad en la distribución del ingreso, en la transparencia legal de la propiedad de la tierra por parte de las comunidades y pequeños productores, en el manejo y uso sostenible de los recursos naturales y de la rica biodiversidad de nuestros países. • Es recomendable procurar políticas de soberanía alimentaria, fomentando la producción local y el mayor consumo de alimentos de producción nacional, reduciendo las importaciones y evitando la dependencia alimentaria. • Se recomiendan medidas y participación activa del Estado y del sector privado en el rescate de los saberes tradicionales, el desarrollo de infraestructura de transporte, servicios y comunicación local y regional, el apoyo a la organización de los pequeños productores para su acceso al mercado y a los servicios de extensión y financiamiento. • Para evitar el perjuicio de los pequeños productores derivado del incremento de sus costos de producción por el encarecimiento de los insumos, se recomienda tomar medidas para abaratar el precio de los insumos, como por ejemplo compras organizadas y masivas de fertilizantes, y facilidades de parte de los gobiernos para la distribución de semillas “no transgénicas”. • Por el lado del comercio de productos, dado que los pequeños productores atienden especialmente la demanda interna, será valorada la organización del Estado en sus diferentes niveles de gobierno nacional, regional y local, para compras directas de alimentos a las organizaciones de productores 118

(evitando la intermediación), mediante contratos para la atención de ‘mercados cautivos’ de los programas de atención social, de educación y del sector salud. En estas compras internas organizadas también se puede incentivar la participación de las grandes empresas y de los organismos de cooperación internacional que compran alimentos para sus trabajadores y para el desarrollo de sus programas. • Reforzar las actividades de producción para el autoconsumo de las familias rurales mediante programas de producción orgánica, con fitotoldos para evitar el daño por cambio climático y el desarrollo de huertos y crianzas que provean nutrientes a nivel familiar. • A nivel de los países andinos se recomienda habilitar reservas de granos para beneficio mutuo y como un mecanismo de regulación formal dentro de la CAN. Así también, velar por el interés común frente a las medidas comerciales proteccionistas y desiguales que adoptan los países centrales. En general se recomienda evitar políticas de desarrollo de los biocombustibles basados en cultivos alimenticios o que impliquen el desplazamiento de la producción de alimentos. Medidas para aprovechar el potencial de los cultivos andinos • Sobre la producción de cultivos andinos se advirtió sobre las inconveniencias de fomentar variedades seleccionadas, inapropiadamente llamadas “mejoradas”. • En el aprovechamiento del potencial comercial de los cultivos andinos juega un rol principal la innovación. Se recomienda trabajar en esta línea para acceder a nichos de mercado que valoran


la biodiversidad y generar con el sector privado acciones en el marco de la responsabilidad social empresarial. • En los programas de desarrollo rural se recomienda promover estrategias de innovación tecnológica validadas, como la de los Yachachic en Perú, fomentar la producción de semillas ecológicas locales y promover alianzas estratégicas tanto en la producción y procesamiento, como en el desarrollo de mercados de los cultivos y crianzas andinos. • En la reflexión sobre las medidas que son necesarias para aprovechar el potencial de los cultivos andinos, se destacó que los mercados orgánicos constituyen una oportunidad para el desarrollo de estos cultivos y que los incentivos a la producción y consumo local de estos valiosos productos andinos coadyuvarían a disminuir los índices de desnutrición crónica. Se recomienda diseñar medidas y mecanismos adecuados para que la población local pueda acceder a estos productos a precios razonables. • Se recomienda desarrollar un programa de educación para el adecuado uso de los alimentos con la combinación y ración adecuada, recetas nutritivas y uso de plantas medicinales. En general, mejorar la calidad de la ingesta de alimentos y promocionar dietas nutritivas basadas en cultivos andinos en combinación con otros, preferentemente de producción interna. • De otro lado, se hizo énfasis en procurar inversiones que cuenten con un mercado seguro y promover la producción de alimentos orgánicos, libres de transgénicos y pesticidas, en primer lugar para el consumo local y luego para la exportación, con especial énfasis en los cultivos nutracéuticos y funcionales (maca, quinua, kiwicha, yacón, camu camu, uña de gato, sacha inchi, etc.). • Se recomienda crear formas de protección de los derechos de propiedad y patente de los recursos naturales de toda la forma de vida, usos y costumbres; y de la propiedad intelectual, especialmente en materia de plantas alimenticias, medicinales y de transformación de su producción. • Declarar zonas y regiones libres de transgénicos y redefinir el rol de las autoridades competentes en producción orgánica en el mercado local, legitimando los sistemas participativos de garantía para el mejor aprovechamiento de oportunidades de la pequeña producción. • Gestionar la creación de un fondo a nivel local, regional y nacional que fortalezca la producción y comercialización de cultivos y crianzas andinas. • Se recomienda que los gobiernos de los países andinos prioricen el diseño de estrategias, a diferentes niveles, para contrarrestar el cambio climático a fin de garantizar la preservación de la biodiversidad y la soberanía alimentaria de los pueblos de la subregión andina, e instar a los países desarrollados a contribuir económica y tecnológicamente a la reversión del proceso del cambio climático. Temas que requieren de mayor estudio • Partiendo de evaluaciones previas sobre inseguridad alimentaria y sub nutrición, se requieren realizar estudios rápidos sobre el efecto de la crisis alimentaria en los niveles locales. Algunos sondeos señalan que existe variabilidad del impacto, así como de la capacidad de respuesta de las localidades, razón

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por la que es recomendable no asumir medidas masivas, sin la debida evaluación. • Estudiar medidas que incidan en la redistribución del ingreso. Por ejemplo, dado que alrededor del 80% de la composición de la canasta de consumo de las familias pobres se destina al consumo de alimentos, la reducción del IVA o IGV a los alimentos de consumo interno, en acuerdo sincronizado entre los países andinos (para amenguar el potencial contrabando en las fronteras), podría ser una alternativa. Dentro de los países andinos, Ecuador ya lo está aplicando y Colombia lo está estudiando. • Se requieren estudios específicos para la aplicación de programas de desarrollo rural territorial, que consideren las diferencias culturales, sociales, espaciales y económicas de nuestra diversa y compleja estructura rural. • Se requieren estudiar y proponer medidas orientadas al desarrollo de los mercados locales y abastecimiento interno, sin descuidar los mercados de agro exportación. • Estudiar el mercado de los alimentos andinos, en particular aquellos con potencial nutrasénico, que además de alimentar, ayudan a prevenir enfermedades y/o mantener la buena salud; y evaluar su inclusión en campañas de consumo por medios de difusión masiva y en programas curriculares en escuelas y en institutos de gastronomía. • Invertir en investigación agro ecológica y seguir estudiando los elementos de origen orgánico que prevengan las plagas y enfermedades de cultivos y crianzas regionales. 120

• Se requiere el estudio de estrategias y programas para contrarrestar el cambio climático.


Anexos Anexo 1: Convocatoria a la conferencia electrónica

El logro de una de las metas de los Objetivos del Milenio, la reducción drástica de la pobreza que implica lograr la seguridad alimentaria, se ve amenazado por la crisis alimentaria que en forma álgida y veloz se esparce en el orbe. El incremento de precios afecta a todos los alimentos básicos, particularmente a los tres cultivos principales en el mundo: arroz, maíz y trigo, que se han duplicado en algo más de un año. Aunque el aumento también se registra con las verduras, frutas y aceites comestibles. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los precios del trigo, maíz y arroz a nivel global han aumentado en promedio más del 100% desde enero de 2006 a marzo de 2008. Estamos hablando de un impacto mortal para casi la mitad de la humanidad, ya que, según datos oficiales, en el mundo alrededor de 3 mil millones de personas sobreviven con dos dólares diarios, de los cuales el 80% se destina a la compra de alimentos. En el Informe 2008, la UNICEF señala que “en el mundo entero mueren diariamente, como promedio, más de 26.000 niños menores de cinco años”, precisando que “la desnutrición es la causa subyacente de hasta el 50%” de tales defunciones. Aunque cabe acotar que la producción de granos en todo el mundo aumentó su producción en un 4% en el período 2006/07. Según el Banco Mundial, esta situación podría empujar a 100 millones de personas a la pobreza. Se han esbozado algunas razones para explicar el incremento de precios de los alimentos. Por un lado se menciona el asunto de la subida del precio de los combustibles, el desplazamiento de áreas

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de cultivo fértiles hacia la producción de plantas para biocombustibles y la reducción de la oferta de alimentos debido a efectos del cambio climático. Por otro lado se ha planteado el problema del incremento de la demanda de alimentos de países emergentes como India y China, mientras que la crisis financiera internacional, la especulación sobre las materias primas y la especulación en los mercados también han influido en la elevación de los precios. Frente a la crisis muchos países han optado por prohibir las exportaciones de alimentos, lo que ha elevado aún más los precios. El Banco Mundial ha indicado que 28 países han impuesto prohibiciones a la exportación de alimentos. Éstas y otras restricciones alentaron el acaparamiento e impulsaron el alza de precios, perjudicando así a los más pobres. En la región andina, el Informe del Programa Mundial de Alimentos de la FAO ha identificado dos países con crisis alimentaria potencial: Ecuador y Bolivia. Frente a esta situación, los tubérculos andinos surgen como una alternativa alimenticia de primer orden, como lo fue en el pasado. La papa es considerada como el cuarto alimento básico del mundo, después del arroz, el trigo y el maíz, con una producción mundial de 323 millones de toneladas anuales. Otros cultivos andinos y productos agropecuarios también constituyen una alternativa potencial en la provisión de nutrientes para la región y el mundo. 122

Objetivo Desde CONDESAN, y en coauspicio con la Secretaría General de la Comunidad Andina, la Iniciativa Andina de la Alianza para las Montañas, la FAO y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), queremos profundizar la reflexión sobre la crisis alimentaria en la región andina, con el fin de evaluar las medidas que se están tomando en los países y recomendar otras medidas y estudios necesarios. Para ello, proponemos facilitar un proceso de reflexión regional sobre el impacto, los retos y las oportunidades que presentan la crisis alimentaria en los Andes y la potencialidad de los cultivos andinos para ayudar al mundo a asegurar la alimentación.

Objetivos específicos Específicamente, la reflexión colectiva permitirá responder a las siguientes interrogantes: a. ¿Cuáles son los factores que generan la crisis alimentaria mundial que más afectan a la población andina y cómo la afectan? b. ¿Cuáles son las medidas políticas asumidas por los países andinos o que se recomienda tomar, respecto a la seguridad alimentaria de la región y el aprovechamiento de oportunidades? c. ¿Qué medidas específicas se recomienda tomar para aprovechar el potencial de los cultivos andinos?


Temas a tratar: Tema 1. Principales factores de la crisis alimentaria que inciden en los países andinos y cuáles son sus efectos 1. Factores coyunturales y estructurales 2. Efectos en cada uno de los países andinos: Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia Tema 2. Medidas políticas de los países andinos para enfrentar las oportunidades y amenazas que conlleva la crisis alimentaria 1. Medidas en curso 2. Sugerencia de medidas a tomar 3. Sugerencia de aspectos que requieren mayor estudio Tema 3. Medidas políticas para aprovechar el potencial de los cultivos andinos 1. Medidas en curso 2. Sugerencia de medidas a tomar 3. Sugerencia de aspectos que requieren mayor estudio

Metodología y calendario de la conferencia electrónica La conferencia electrónica usará la metodología de conferencias electrónicas de InfoAndina - Red de Información de CONDESAN y el espacio virtual de e-CAN Los documentos: introductorio, de los conferencistas y los comentarios de los panelistas, serán entregados progresivamente a la lista de participantes. Igualmente se proporcionarán documentos electrónicos de referencia a los tres temas de la conferencia, para la revisión por parte de los participantes. La conferencia electrónica será moderada, con el fin de facilitar el aporte de parte de los participantes. Calendario de la conferencia electrónica Actividad

Fecha

Presentación introductoria Tema 1: Conferencia Comentarios del panel Aportes de los participantes para el tema Tema 2: Conferencia Comentarios del panel Aportes de los participantes para el tema Síntesis del tema 1 y 2 Tema 3: Conferencia Comentarios del panel Aportes de los participantes para el tema Síntesis del tema 3 Comentarios finales de los conferencistas y panelistas Despedida

18 agosto 18 agosto 18 agosto 18-20 de agosto 21 agosto 21 agosto 21 y 25 de agosto 26 agosto 26 agosto 26 agosto 26 y 28 agosto 29 agosto 30 agosto 30 agosto

Elaboración del documento de Síntesis de la conferencia electrónica

Septiembre

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Perfil del participante Se trata de una conferencia electrónica con participación por invitación. Participantes • Red de e-CAN (representantes de los gobiernos de los países miembros de la CAN y CTI relacionada) • Miembros de la Red de InfoAndina relacionados al tema • Socios de CONDESAN • Miembros de la Iniciativa Andina de la Alianza para las Montañas • Invitados de instituciones de investigación y desarrollo, CTI, ONG, otros del sector privado y público. Conferencistas y panelistas

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Temas

Conferencistas

Panelistas

Tema 1: Principales factores de la crisis alimentaria que inciden en los países andinos y cuáles son los efectos

Dr. Máximo Torero (International Food Policy Research Institute)

Dr. Fidel Jaramillo Asesor Económico Regional del BID

Tema 2: Medidas de política de los países andinos para enfrentar las oportunidades y amenazas que conlleva la crisis alimentaria

Dr. Jorge Tello Responsable de Seguridad Alimentaria de la CAN

Dr. Fernando Soto Baquero Coordinador del Grupo de Políticas de FAO-RLC

Dr. Juan Carlos García Cebolla Coordinador del Proyecto Iniciativa América Latina y Caribe Sin Hambre

Dr. Eduardo Zegarra GRADE Dr. Carlos Pomareda Director de SIDESA

Tema 3: Medidas de política para aprovechar el potencial de los cultivos andinos

Dr. Mario Tapia Experto en cultivos andinos

Dra. Ritva Repo-Carrasco Valencia Departamento de Ciencias Alimentarias y Tecnológica de la UNALM MS. Antonieta Manrique Red Agro ecológica Ing. Miguel Ordinola INCOPA – Centro Internacional de la Papa

Moderadora temática: Judith Kuan Ms.Sc. Agricultural Economics – University of California Consultora de CONDESAN judithkuan@gmail.com Telf.: 348-8710


Anexo 2: Programa de la conferencia electrónica

Introducción a la conferencia Judith Kuan. Ms.Sc. Agricultural Economics - University of California • Factores que inciden en la crisis mundial de alimentos • Referencia sobre los efectos generales de la crisis en los países andinos Tema 1: Principales factores de la crisis alimentaria que inciden en los países andinos y cuáles son sus efectos Dr. Máximo Torero (International Food Policy Research Institute) Comentaristas: • Dr. Fidel Jaramillo, Asesor Económico Regional del BID • Dr. Juan Carlos García Cebolla, Coordinador del Proyecto Iniciativa América Latina y Caribe Sin Hambre Tema 2: Medidas políticas de los países andinos para enfrentar las oportunidades y amenazas que conlleva la crisis alimentaria Dr. Jorge Tello, Responsable de Seguridad Alimentaria de la CAN Comentaristas: • Dr. Fernando Soto Baquero, Coordinador del Grupo de Políticas de FAO-RLC • Dr. Eduardo Zegarra, GRADE • Dr. Carlos Pomareda, Director de SIDESA Tema 3: Medidas políticas para aprovechar el potencial de los cultivos andinos Dr. Mario Tapia, Experto en cultivos andinos Comentaristas: • MSc. Ritva Repo-Carrasco-Valencia, Departamento de Ciencias Alimentarias y Tecnológica de la UNALM • Lic. Antonieta Manrique, Red Agroecológica • Ing. Miguel Ordinola, INCOPA – Centro Internacional de la Papa

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Anexo 3: Lista de participantes 1. Albarracin Deker, Jorge (CIDES-UMSA, Bolivia) 2. Abanto Albarran, Ludgerio (NIPON KOEI.CO-LTD-BID, Perú) 3. Abugattás Fatule, Javier (Desarrollo Esencial, Perú) 4. Alencastro Cevallos, María José (FAO, Ecuador) 5. Alurralde, Juan Carlos (Agua Sustentable, Bolivia) 6. Alvarado Quintana, Erwin (Programa IDMA-Abancay, Perú) 7. Alvarez Canaviri, Oscar Francisco (PROAGRO, Bolivia) 8. Arce Letelier, Lorena (FAO, Chile) 9. Asenjo Tello, Gloria Julia (SENASA-MINAG, Perú) 10. Bazoberry Chali, Oscar (IPDRS, Bolivia) 11. Begazo Puente, Walter Lázaro (PCM - ST/CIAS, Perú) 12. Bencich, Brigitt (Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Perú) 13. Briceño Delgado, Musuq Allpa (CONDESAN - InfoAndina, Perú) 14. Caballero Palomino, Yerssey (Programa IDMA Abancay, Perú) 15. Cabero, Javier (Brucke-le pont, Bolivia)

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16. Cartagena Ticona, Ruth Pamela (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, Bolivia) 17. Casani, Carmen Alejandrina (CCOMER PACHA, Perú) 18. Chau Ayon, Raúl Antonio (Asociación de Promoción Agraria ASPA, Perú) 19. Choque Vilca, Magda Alejandra (Proyecto PNUD Cultivos Andinos, Argentina) 20. Chunga Castro, Fresia Olinda (Consorcio Interinstitucional para el Desarrollo Regional (CIPDER), Perú) 21. Cisneros Ríos, Ramón (Programa Mundial de Alimentos, Perú) 22. Cogno, Roberto (Comisión Europea, Ecuador) 23. Contreras Ivárcena, Eduardo (Lutheran World Relief, Perú) 24. Coppel, Allison (Compañía Minera Antamina, Perú) 25. Cruzalegui Rangel, Clara Gisella Maritza (Ministerio de Agricultura, Perú) 26. Espejo, Francisco (World Food Programme, Panamá) 27. Febres Huamán, María Bethzabé (IICA, Perú) 28. Fernández-Baca Pacheco, Edith Cristina (CONDESAN, Perú) 29. Galindo Ruiz, Olga Yaneth (Fundación Pangea, Colombia) 30. Gallard, Patrick (Comisión Europea - Delegación Bolivia, Bolivia) 31. Galvez Delgado, Jaime (Minera Antamina, Perú) 32. Gandarillas, Antonio (PROINPA, Bolivia) 33. Garatea Yori, Jorge Gastón (Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú) 34. García Cebolla, Juan Carlos (FAO, Chile) 35. Gudynas, Eduardo (CLAES - Ambiente y Desarrollo, Uruguay)


36. Guerrero Figueroa, Luís Bernardo (EDAC, Perú) 37. Haustein, Delia (PRISMA, Perú) 38. Hidalgo, Wilbert (Comunidad Andina, Perú) 39. Huamán Ladera, Yolanda Lis (Ministerio de Agricultura, Perú) 40. Iriarte Sejas, Lucio (La Granjita, Bolivia) 41. Jacobsen, Sven-Erik (Universidad de Copenhague, Dinamarca) 42. Jaramillo, Fidel (Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Estados Unidos de América) 43. Jiménez Careaga, Hugo Rodolfo (AIPE, Bolivia) 44. Jiménez Ramos, Faviola Susana (Red Peruana de Alimentación y Nutrición, Perú) 45. Kuan Cubillas, Judith (CONDESAN, Perú) 46. Laínez Cárdenas, Víctor Manuel (Cáritas del Perú, Perú) 47. Lazarte Camacho, Litza Lorena (BIOSOMA, Bolivia) 48. Leiva Calderón, Daniel Moisés (Cooperación Técnica Alemana, Perú) 49. Leiva Castillo, Manuel Trinidad (Ministerio de Agricultura, Perú) 50. Ludeña Enciso, Herminio (Instituto de Reproducción y Biotecnología Pecuaria, Perú) 51. Madalengoitia Ugarte, Laura (Ministerio de Relaciones Exteriores, Perú) 52. Manrique Castro, Antonieta (Red de Agricultura Ecológica RAE-Perú, Perú) 53. Mayer De Scurrah, María Isabel (Grupo Yanapai, Perú) 54. Muñoz Vélez, Gabriela (CEDA, Ecuador) 55. Nicklin, Claire (The McKnight Foundation, Collaborative Crop Research Program, Ecuador) 56. Ordinola, Miguel (Centro Internacional de la Papa (CIP), Perú) 57. Paz Silva, Luis Jorge (Ministerio de la Producción (PRODUCE), Perú) 58. Pazos Hamm, Melva Elizabeth (Ministerio de la Producción, Perú) 59. Piras, Pierpaolo (FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Chile) 60. Pomareda, Carlos (SIDESA- Servicios Internacionales para el Desarrollo Empresarial S.A., Costa Rica) 61. Priale de la Peña, Katia Leonor (Fondo Contravalor Perú Japón, Perú) 62. Ramírez Copelos, Ana Francisca (Reino Unido) 63. Ramos Palomino, Luis Enrique (Programa IDMA Abancay, Perú) 64. Repo-Carrasco-Valencia, Ritva Ann-Mari (Universidad Nacional Agraria La Molina, Perú) 65. Ríos, Israel (Naciones Unidas, Panamá) 66. Rodríguez Gómez, Guadalupe (Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), México) 67. Rojas Pérez, Josefa (Intermón Oxfam, Perú) 68. Romero, Liccia (Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas-ICAE, Venezuela) 69. Ruegenberg, Aída (Bolivia) 70. Salas Domínguez, Sonia (REDAR - Perú) 71. Samaniego Eguiguren, Jorge (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Bolivia) 72. Sánchez Narváez, José (ITACAB Convenio Andrés Bello, Perú)

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73. Sandoval Cornejo, Carlos Augusto (Ministerio de Agricultura, Perú) 74. Saravia López de Castilla, Miguel (CONDESAN, Perú) 75. Soto Baquero, Fernando (FAO, Chile) 76. Steinhauf, Andreas (Ministerio de Agricultura, Perú) 77. Tapia, Tania (Bolivia) 78. Tapia Cedeño, Ricardo Esteban (FAO, Representación en Ecuador) 79. Tapia Nuñez, Mario (Fundación Slow Food, Perú) 80. Tecchi, Rodolfo (Agencia Nacional de Promoción Científica, Argentina) 81. Tello, Jorge (Comunidad Andina, Perú) 82. Torero, Máximo (International Food Policy Research Institute, Estados Unidos de América) 83. Torres, Yony (Colombia) 84. Torres Guevara, Fidel Ángel (INCAGRO, Perú) 85. Trinidad Ardiles, Alfredo (Revista Agronoticias, Perú) 86. Vaca Calderón, Patricia (AIPE, Bolivia) 87. Vaca de la Torre, Hugo (UMSA, Bolivia) 88. Van Linden, Pablo (Cooperación Técnica Belga, Bolivia) 89. Varillas Vilchez, Omar (Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo (SNV), Perú) 90. Vásquez Luque, Rebeca Giovanna (Intermon Oxfam, Perú)

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91. Velasco, Ivette (Comisión Europea, Perú) 92. Velasquez Piñas, Jean Agustín (Soluciones Prácticas, Perú) 93. Wissar Guerrero, Ricardo Octavio (Proyecto INCAGRO del Ministerio de Agricultura del Perú) 94. Zapata Ramos, Marco Vinicio (I.I.C.A - Ecuador) 95. Zegarra, Eduardo (GRADE, Perú)


Anexo 4: Documentos de referencia CAN, 2008. El cambio climático no tiene fronteras – Impacto del cambio climático en la Comunidad Andina. Lima, Mayo 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=23754 CEPAL, FAO, PMA. Hambre y cohesión social en América Latina – Cómo revertir la relación entre inequidad y desnutrición. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=17759 Devaux, André y otros, 2006. Acción colectiva para la innovación y el acceso de pequeños agricultores al mercado: La experiencia de Papa Andina. Taller de investigación sobre acción colectiva y acceso de pequeños agricultores al mercado. Cali, del 2 al 6 de Octubre 2006. http://www.infoandina.org/ site.shtml?x=24554 FAO, 2008 (a). Panorama del Hambre en América Latina y El Caribe 2008. Informe Preliminar. Observatorio Regional de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Abril 2008. http://www.infoandina.org/ site.shtml?x=24136 FAO, 2008 (b). Iniciativa de la FAO relativa al aumento de los precios de los alimentos. Guía para medidas inmediatas a nivel nacional. Mayo 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24137 FAO, 2008 (c). Aumento en los precios de los alimentos en América Latina y El Caribe. Oficina Regional de la FAO para América Latina y El Caribe. Grupo de Políticas. Agosto 2008. http://www.infoandina. org/site.shtml?x=26604 GRADE, 2008. Zegarra y Tuesta. Impacto del incremento de precios de los alimentos en la población vulnerable del Perú. Agosto 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=26605 IFPRI, 2008. Von Braun J. y otros. Los altos precios de los alimentos: El ‘qué’, ‘quién’ y ‘cómo’ de las acciones de políticas propuestas. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24368 Intermon Oxfam, 2008. La hora de la verdad: Qué deben hacer los líderes mundiales frente a la crisis de los precios de los alimentos. Nota Informativa, Junio 2008. http://www.infoandina.org/site. shtml?x=24419 Jaramillo F., 2008. Incremento de los precios de los alimentos: Experiencia de Perú y los países andinos. BID. Lima, 15 de Julio 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24365

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Magdoff, Fred, 2008. The world food crisis – Sources and solutions. Monthly Review Foundation. May 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=26606 Masters, Michael, 2008. Testimony before the Committee on Homeland Security and Governmental Affairs – United States Senate, May 20, 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=26611 Memoria al Encuentro Binacional Perú – Bolivia. “Desarrollo de mercados locales para productores ecológicos: Avances y propuestas para la construcción de un marco común binacional”. Lima, Enero 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24447 Memoria del Taller Internacional de Redes Agroecológicas y Cooperación Regional. Lima, 15 y 16 de Enero 2008. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24448 Pomareda, Carlos, 2008. Los precios de los alimentos: Desafíos, oportunidades y opciones de política en Centro América. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24553 Redar Perú, 2008. Pronunciamiento de los participantes al I encuentro internacional: “Saberes y haceres de los pobladores rurales andinos”. Cusco 24 de Junio 2008. http://www.infoandina.org/site. 130

shtml?x=24544 Repo, Ritva y Kameko. El cultivo del olluco en la sierra central del Perú. Capítulo IX: Procesamiento. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24445 Repo, Ritva, C. Espinoza, S. Jacobsen, 2003. Nutritional value and use of the andean crops Quinua and Kañiwa. Food Reviews. International. Vol 19, Nos. 1-2, pp. 179-189. http://www.infoandina.org/ site.shtml?x=24446 Tapia, Mario. Conservación y uso de los recursos fitogenéticos andinos para un desarrollo agrícola sostenible. http://www.infoandina.org/site.shtml?x=24183 WFCSN, 2008. The worldwide food crisis makes establishing a system of global democratic governance all the more urgent. World Forum of Civil Society Network, 2008. http://www.infoandina.org/site. shtml?x=26608


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Andina (CONDESAN) es un conjunto diverso y dinámico de socios de los sectores público y privado que desde 1993, bajo un enfoque común y una sinergia de esfuerzos, capacidades y recursos, realizan y facilitan acciones concertadas en investigación, capacitación, desarrollo e iniciativas de políticas que coadyuvan al avance socioeconómico sostenible con el fin de contribuir a la equidad y

LA VISION DEL CIP El Centro Internacional de la Papa (CIP) contribuirá a reducir la pobreza y el hambre, a mejorar la salud humana, desarrollar sistemas de sustento rurales sostenibles y robustos, y a mejorar el acceso a los beneficios de los conocimientos y las tecnologías modernas. El CIP afrontará estos desafíos ejecutando y convocando investigaciones y alianzas que se centren en cultivos de raíces y tubérculos y en el manejo de los recursos naturales en sistemas de montaña y otras zonas menos favorecidas en donde el CIP puede contribuir a un desarrollo humano saludable y sostenible. www.cipotato.org El CIP es financiado por un grupo de gobiernos, fundaciones privadas y organizaciones internacionales y regionales que conforman el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional, más conocido por sus siglas en inglés CGIAR. www.cgiar.org

La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes

bienestar de la población de la ecorregión andina.

La crisis alimentaria: retos y oportunidades en los Andes Judith Kuan Cubillas

Judith Kuan Cubillas

El Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión

Serie: Contribuciones para el Desarrollo Sostenible de los Andes N0. 9, mayo 2009


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