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28 de noviembre de 2023

Por Valery del Carmen Salas (*)

En un país tan vulnerable al cambio climático como el nuestro, las discusiones más importantes se centran en tres temas importantes: adaptación, mitigación y financiamiento para la implementación de los 2 temas anteriores. Pero poco se escribe, se habla y se conoce, sobre la importancia de la participación activa de las juventudes en la gobernanza ambiental y climática de nuestro país bajo lo que se reconoce en la Ley Marco de Cambio Climático como el enfoque intergeneracional:

«Las decisiones y acciones tomadas por las generaciones actuales garantizan que las futuras generaciones puedan tener derecho a vidas seguras y saludables en un entorno ambiental sostenible de no menor calidad al de la generación actual»  

Es este enfoque el que motiva la participación activa de las juventudes a nivel nacional. Una referencia en el marco regulatorio que pasa la barrera de lo moral y ético para solidarizarse en el tiempo con las generaciones actuales y futuras. A nivel global, sucede lo mismo: la equidad o justicia intergeneracional se reconoce en el Acuerdo de París. La lucha joven por la acción climática es pues, un tema de derechos. Pero, ¿cómo podemos operativizar el enfoque de justicia intergeneracional en la toma de decisiones? La respuesta más conocida hasta el momento son los jóvenes asesores.

 Jóvenes como asesores: La «nueva» buena práctica de agencias gubernamentales y líderes políticos. 

Diversas juventudes asesoran hoy a líderes y agencias gubernamentales: Desde el Secretario de Naciones Unidas con su Grupo Asesor Juvenil sobre Cambio Climático instaurado el 2020 y ahora, el recientemente anunciado Consejo Asesor Nacional de Jóvenes Ambientales de la Agencia de Protección Ambiental EPA de Estado Unidos, tomadores de decisiones a nivel mundial constituyen estructuras para formalizar la participación de la juventud, reconocer su asesoramiento y facilitar un espacio donde recoger sus recomendaciones independientes de manera ordenada, canalizando la información que tienen de primera mano, de trabajo con sus comunidades con el fin de asegurar la elaboración e implementación de políticas públicas.

Mecanismos multinivel de gobernanza climática y ambiental en nuestro país

En ese sentido, el Perú no se queda atrás. Con mecanismos de representación joven descentralizados como el Grupo Impulsor de Jóvenes (GIJ) ante la Comisión Nacional de Cambio Climático, la Comisión Ambiental Juvenil (CAJ) en el Sistema Nacional de Gestión Ambiental, las jóvenes negociadoras que nos representarán en la COP28 como parte del programa Operación COP, y las diversas representaciones jóvenes a nivel regional y distrital en las Comisiones Ambientales Regionales (CAR) y Municipales (CAM), hacen que el Perú sea hoy un país referente a nivel Lationamericano y a nivel mundial en mecanismos formales de participación.

Si ya contamos con los mecanismos, ¿cuál es el siguiente gran reto?

El principal reto del Perú en estos procesos es, hoy por hoy, asegurar que sean sostenibles en el tiempo, descentralizados a todas las regiones y conocidos para una articulación ordenada con autoridades locales. Esto implica un reto de empoderamiento a futuro: que las siguientes generaciones de juventudes sean capacitadas sobre temas climáticos y tengan la vocación de servicio de participar activamente para transformar estos espacios en acciones concretas con los tomadores de decisiones y agencias con las que trabajan.

Adicionalmente, la carencia de financiamiento de las actividades de los grupos juveniles siempre es un tema pendiente en la agenda para la participación en territorio (para organizar conferencias y/o capacitaciones entre jóvenes) y eventos internacionales como la COP, donde nuestros representantes abogan por la acción climática internacional en nombre de nuestro país. La academia, organizaciones de sociedad civil y cooperación internacional han jugado un papel importante en asistir a juventudes a ejercer sus funciones y derecho de participación, pero aún se requieren mecanismos de financiamiento formales que no dejen en la precariedad a jóvenes representantes que recurren a iniciativas de crowdfunding (financiación colectiva) como última opción.

A nivel global, el reto es aún mayor: cómo aseguramos recambios generacionales con procesos colectivos de base y cómo, en una economía tan desigual, con un mundo en guerras y con alta polarización política, podemos garantizar la inclusión de poblaciones vulnerables como asesoras en estos procesos, considerando que el tiempo dedicado a estos espacios varía de entre 4 – 10 horas semanales de trabajo no remunerado. Una tarea aún pendiente para evitar que este tipo de oportunidades sean accesibles sólo para algunos pocos sectores de la población.

En tiempos de la COP, qué harán y qué se espera de las juventudes

En los próximos días, una nueva COP se realizará en Dubái, lo que significa para muchos jóvenes la oportunidad de abogar por su derecho a un medio ambiente seguro para las generaciones actuales y futuras. En algunos casos, como el de los estados insulares, inclusive su lucha es para no desaparecer como nación. 

Para otros jóvenes, una nueva COP signfica (en especial esta COP28) 27 conferencias pasadas fallidas, en las que la humanidad (o mejor dicho, los líderes de las distintas naciones del mundo) no fueron lo suficientemente ambiciosos para tomar las medidas necesarias frente a la crisis climática y proteger a las poblaciones más vulnerables. 

Ambas posiciones, a pesar de sus diferencias, son válidas y tienen razón. Porque ante un mundo que urge soluciones y medidas urgentes, el principal acto, la principal contribución de las juventudes (o su más necesario gesto de rebeldía, por así llamarlo) sigue siendo la acción climática local, la que no tiene publicidad y es muy poco estudiada en la literatura académica, pero que ayuda a la adaptación de nuestras comunidades más vulnerables en su propio territorio y en su propio lenguaje.

(*) Egresada de Ingeniería Industrial por la PUCP. Forma parte de Youngo, representación oficial de juventudes ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.