Akenatón

Cuando el faraón Amenhotep IV decidió eliminar las más de 2.000 deidades del panteón egipcio y centrar el culto en el dios Sol estaba realizando la primera reforma religiosa de la historia, una auténtica herejía que disgustó a muchos súbditos. Este cambio sin precedentes del politeísmo al monoteísmo no solo atendió a motivos espirituales. El a partir de entonces llamado Akenatón, en homenaje al dios Atón, el único reconocido, consiguió restar poder e influencia al sumo sacerdote de Amón. El quinto año de su reinado, abandonó la ciudad de Tebas y, junto con su esposa Nefertiti, desplazó la corte a Ajenatón, una nueva capital en medio del desierto que se corresponde con la actual Amarna. El arte también cambió radicalmente. Las figuras hieráticas que disimulaban cualquier imperfección dieron paso a unas esculturas que mostraban a la familia real tal y como era. Su hijo Tutankamón fue quien restableció a los antiguos dioses.